¿QUIÉN ES JESÚS?

La vida de Jesús siempre ha suscitado preguntas a lo largo de los últimos dos mil años.

¿Cómo pudo un carpintero que fue ejecutado por los romanos convertirse en el hombre más famoso de la historia?
¿Fue Jesús alguien verdaderamente real?
¿Cómo puede Dios ser un hombre al mismo tiempo?
¿De qué manera podría esto tener algún sentido para mi vida?

Estas son algunas pero queremos que nos cuentes las tuyas.
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domingo, 14 de agosto de 2022

MEDITANDO EN CHANCLAS (15): UN GRAN SIGNO APARECIÓ EN EL CIELO

 
“Un gran signo apareció en el cielo:
una mujer vestida del sol y la luna bajo sus pies
y una corona de doce estrellas sobre su cabeza”
(Ap 12,1)

La escena que nos presenta la primera lectura de Apocalipsis 11,19 es realmente sobrecogedora y está tomada del libro de los Macabeos: el cielo se abre y aparece el santuario de Dios, que revela el Arca de la Alianza, la shekinahlugar de la presencia de Dios en la tierra, "perdida" desde la destrucción del Templo de Jerusalén en el 586 a. C., y escondida por el profeta Jeremías en una cueva del monte Sinaí, aparecerá cuando Dios intervenga de manera definitiva en favor de su pueblo (2 M 2,4-8). 

Según San Buenaventura, el arca es la nueva presencia de Dios: es el cuerpo resucitado de Cristo, su cuerpo eucarístico. Jesús, haciendo templo de su cuerpo, abre “la Presencia” a todos los hombres para que puedan permanecer en Él. Y también,  es el cuerpo místico de Cristo, su Iglesia. Simbolizada por la gloriosa Virgen María, la Iglesia está "fabricada" de material incorruptible y contiene el maná (Eucaristía), la vara de Aarón (Fe/Confianza) y las dos tablas de la Ley (Palabra); y por encima, tiene dos Querubines haciendo sombra al propiciatorio (Sabiduría). 

La aparición de la mujer es un gran signo, un anuncio dirigido a toda la tierra (referencia a Is 66,19) y una imagen tomada del sueño de José (Ge 37,9) que simboliza a la Virgen María, tipo de la Iglesia:

- vestida del sol. La mujer en sí no es divina, no brilla con luz propia sino es su vestido el que ilumina: está revestida de Dios, de su gloria y su gracia, de los méritos de Cristo. Por eso, la Virgen María es luz y trae la luz del mundo, a Cristo. De la misma forma, la Iglesia es luz y faro que guía a los hombres.

-la luna bajo sus pies. Símbolo de la medida del tiempo. La Virgen es “Señora del tiempo” y no está sometida a la tiranía del tiempo, sino que la domina. Y, análogamente, la Iglesia no tiene fin: “el poder del infierno no la derrotará” (Mt 16,18).

-una corona. Símbolo de realeza y de victoria, por tanto, la Mujer es una Reina que gobierna junto con Dios, igual que la Iglesia: "Todo lo que atéis en la tierra quedará atado en los cielos, y todo lo que desatéis en la tierra quedará desatado en los cielos" (Mt 18,18).

-doce estrellas en la cabeza. Símbolo de la totalidad del pueblo de Dios, representado por las doce tribus de Israel y los doce apóstoles. La Mujer ilumina, reina y une el Antiguo y el Nuevo Testamento.

-está encinta: Símbolo del plan de Dios que, desde el principio, tenía como centro la Encarnación de Jesucristo. El pueblo de Dios, la mujer/Iglesia y la humanidad, la mujer/Eva, están siempre en espera del parto, de Cristo.

-grita con dolores de parto. Es consciente de la agonía del parto, de la angustia de la lucha. Sabe que no hay fecundidad sin sufrimiento. Un grito que será escuchado, que no deja indiferente al cielo. Un grito que pone en juego la historia de la salvación.

-y con el tormento de dar a luz. Símbolo del sufrimiento, pasión y muerte de Cristo, y análogamente, del sufrimiento y persecución de la Iglesia. Cristo nace siempre de nuevo en todas las generaciones. La misión, en cuanto que somos Iglesia, es engendrar al hombre en Cristo y luchar por la justicia.

Junto a la mujer, aparece un segundo signo en el cielo: un dragón de fuego, potente pero limitado, símbolo de la arrogancia del mal y antagonista del bien, destinado a la derrota. Mientras que de la mujer se dice que es un “gran signo”, del Dragón se dice que es “otro signo”. El adjetivo marca la diferencia y al mismo tiempo, este segundo signo “aparece” en función del primero: si existe es para que la mujer y su descendencia le derroten. El mal no se define en sí mismo, sino en función de la negación del bien.

-un gran dragón. Símbolo de Satanás, y de su potente fuerza ofensiva y su maldad perversa. Es la máxima expresión del mal y en él se concentra toda la fuerza destructiva del infierno. Su color rojo representa la violencia, sus siete cabezas, diez cuernos, siete diademas simbolizan su dominio, autoridad y dignidad. Juan se refiere también a los 10 reyes seleúcidas (siglo III a. C.), malvados generales herederos de Alejandro Magno, que perseguían y oprimían al pueblo judío. 

-Y su cola arrastraba la tercera parte de las estrellas del cielo. Representa a los demonios, a los ángeles rebeldes que siguen a Satanás. Imagen tomada de a la profecía de Daniel. Con este “arrastre”, el Dragón pone de manifiesto su naturaleza anti divina y se proclama enemigo del cielo. Pero tampoco pertenece a la tierra. 

-Y el dragón se puso en pie ante la mujer, que iba a dar a luz. Representa la oposición y lucha de Satanás contra la Iglesia. Es la hostilidad de la serpiente y la descendencia de la Mujer (Ge 3,15).

-para devorar a su hijo cuando lo diera a luz. Simboliza el odio de Satanás a Cristo, que evoca también la matanza de inocentes por Herodes. Satanás no soporta que Dios eligiera al hombre para encarnarse, en lugar de a un ángel (a él). Por eso, quiere devorarlo y hacerlo desaparecer del mundo, para que el hombre no pueda ser divinizado, pero no puede, porque es llevado al cielo. Entonces, dirige su odio contra la Mujer, contra la Iglesia, contra los cristianos.

-Y dio a luz un hijo varón. Es el anuncio de la encarnación de Jesucristo, el hombre nuevo, el  nuevo Adán, la realización y culminación del proyecto de Dios. En referencia a Is 66,7-8. Varón, significa fuerte y dispuesto a la lucha.

-el que ha de pastorear a todas las naciones con una vara de hierro. Representa la universalidad del reino de Dios. Cristo tiene autoridad y poder sobre de todo rey y gobierno. 

-y fue arrebatado su hijo junto a Dios y junto a su trono. Jesucristo es resucitado y ascendido al cielo, fuera del dominio del Dragón, que sabe que, una vez “nacido”, una vez que ha entrado Cristo en el mundo, su derrota es inevitable. Sólo es cuestión de tiempo. El Dragón ya no puede hacer nada contra el Hijo. 

La cabeza, el Hijo, es llevado al cielo pero la mujer sigue dando a luz al resto del cuerpo, la Iglesia, hasta que culmine el nacimiento del "Cristo total", es decir, el número simbólico de 144.000.

-Y la mujer huyó al desierto. Simboliza el lugar de la purificación, de la intimidad y del encuentro con Dios hacia la tierra prometida, del crecimiento interior, pero también de la prueba, de la tentación, de la hostilidad, de la penitencia, del ayuno y de la oración de la Iglesia . También representa preservación, refugio, protección.

-donde tiene un lugar preparado por Dios. Desde una perspectiva eclesiológica, la Iglesia (la mujer), es decir, el pueblo de Dios, huye al desierto, donde es probada, guiada y alimentada por Dios antes de ser salvada. Referencia a la salida de Egipto del pueblo de Israel y la salida de Belén de la Sagrada familia. Es el símbolo de la lucha espiritual de la Iglesia que no combate con el Dragón sino que busca refugio, un lugar de salvación donde encuentra alimento y paz (maná=eucaristía), para llegar desde allí a la Tierra Prometida. 

La Asunción de María al cielo, al trono como Reina de cielos y tierraigual que la madre de Salomón, Betsabé, ocupa su lugar a la diestra del rey, Jesucristo (1 R 2,19), es la "buena noticia", es el anuncio del establecimiento de la salvación, el poder y el reinado de Dios desde el cielo, a través de su Hijo Jesucristo y en colaboración con su Madre, la Virgen.

-Ahora se ha establecido la salvación y el poder y el reinado de nuestro Dios, y la potestad de su CristoLa Asunción de María es el preludio del comienzo de la consumación de la obra salvífica de Jesucristo y de su reinado.

El Salmo 44 recalca el favor del Rey hacia la Reina Madre: "Prendado está el rey de tu belleza. De pie a tu derecha está la reina, enjoyada con oro de Ofir." En la Escritura, el oro de Ofir se equipara al "oro puro". Así pues, la Virgen es "oro puro" a ojos de Dios y como tal, Nuestro Señor, no permitió que su Madre se corrompiera en la oscuridad del sepulcro ni que sufriera las consecuencias de un pecado que no conoció jamás, "llevándola arriba".

La Asunción nos hace fijar la mirada en el cielo con esperanza. María, la Reina Madre reina con esplendor, como oro de Ofir, junto al Rey, Jesucristo, en el trono de la Jerusalén celeste. La Asunción de la Virgen (ese gran signo en el cielo) es un signo de consuelo y un mensaje de esperanza. Es el camino y la llave de entrada al cielo.

¡Bendita Tú, entre todas las mujeres 
y bendito el fruto de tu vientre!
(Lc 1,42)

domingo, 14 de junio de 2020

APOCALIPSIS 16-18: LAS COPAS DE LA IRA DE DIOS Y LA CAÍDA DE BABILONIA LA GRANDE

  
"Yo, Jesús, he enviado a mi ángel
para testificar estas cosas acerca de las Iglesias. 
Yo soy la raíz y la descendencia de David, 
la estrella radiante de la mañana.
El Espíritu y la esposa dicen: 'Ven'. 
El que escuche, diga: 'Ven'. 
El que tenga sed, que venga; 
y el que quiera, tome gratuitamente del agua de la vida. 
(Apocalipsis 22, 16-17)

Seguimos caminando hacia el desenlace final de la visión de San Juan, que no es otro que un mensaje de esperanza: unos nuevos cielos y una nueva tierra para los que son fieles a Dios, aquellos que no se han sometido al poder y a la influencia de las Bestias y el Dragón, es decir, los seguidores del Cordero.

San Juan, al describir a los compañeros del Cordero, nos muestra la identidad del cristiano apocalíptico, es decir, del cristiano desde la Resurrección de Cristo hasta su segunda venida

Tras los dos primeros signos (la mujer vestida del sol y el Dragón y las bestias), el capítulo 15 comienza con la aparición del tercer signo: Vi en el cielo otro signo, grande y maravilloso: Siete ángeles que llevaban siete plagas, las últimas, pues con ellas se consuma la ira de Dios, son los siete ángeles con las siete copas, con las que Dios va a purificar el mundo y a hacer caer a Babilonia la grande. 
Ahora regresamos al capítulo 4 con los veinticuatro ancianos y los cuatro vivientes en el mar transparente: Vi una especie de mar de vidrio, pureza absoluta, mezclado con fuegoira de Dios (justicia).
-Los vencedores de la bestia, de su imagen y del número de su nombre estaban de pie sobre el mar cristalino; tenían en la mano las cítaras de Dios y cantan el cántico de Moisés, el siervo de Dios, y el cántico del Cordero, oraciones con las que alaban a Dios, porque han sido liberados de la esclavitud del mundo y del pecado, están alegres porque han sido salvados, cantan (rezan) porque la oración es el arma más eficaz contra el mal y que, además, nos da luz y esperanza para entender el plan de Dios. Es un poderoso medio para que los hombres se conviertan y vuelvan sus corazones a Dios, aunque sea en el último momento, porque Dios no es insensible a nuestras oraciones ni a nuestras súplicas.

Después de esto miré y se abrió el santuario de la Tienda del Testimonio, se abre la morada de Dios (seguimos en la liturgia celeste) y salieron del santuario los siete ángeles que llevaban las siete plagas, los mismos que tenían las siete trompetas en el capítulo 8, y que van a ejecutar la sentencia de purificación del mundo, vestidos de lino puro resplandeciente y ceñidos alrededor del pecho con cinturones de oro, reyes y sacerdotes. 
Uno de los cuatro vivientes dio a los siete ángeles siete copas de oro llenas de la ira de Dios, que vive por los siglos de los siglos, son las mismas copas de oro llenas de incienso, las plegarias de los justos del capítulo ocho que ahora respondidas.
Y el santuario se llenó de humo procedente de la gloria de Dios y de su poder; y nadie podía entrar en el santuario hasta que se consumaran las siete plagas de los siete ángeles. Ahora comienza el juicio a los adoradores blasfemos de la Bestia que no pueden convertirse hasta que finalice el juicio.

El ira de Dios no es una venganza de Dios (como el temor de Dios no es miedo a Dios) sino una nueva oportunidad de la misericordia divina para la conversión. Las copas de la ira de Dios son las consecuencias de la libertad que Dios otorga al hombre y que, a pesar de haber puesto todos los medios posibles para que se conviertan, han seguido adorando a la Bestia y blasfemando contra Dios. Pero no son capaces de coger la mano que Dios les tiende como veremos al seguir leyendo...

Las siete copas

En el capítulo 16 comienza el juicio de DiosOí una voz potente que salía del santuario, la voz de Dios mismo y decía a los siete ángeles: Id a derramar sobre la tierra las siete copas de la ira de Dios, impartir la justicia de Dios. Cada ángel, cuando es su turno, "sale" (de la misericordia de Dios) para derramar la justicia de Dios. 

Observamos la reiteración de septenarios: siete trompetas, siete ángeles, siete copas. Sin embargo existe una diferencia entre las 7 trompetas y las 7 copas: las trompetas afectaban a una tercera parte de la tierra mientras que las copas afectan a la totalidad.

Las siete copas son una referencia a las 10 plagas de Egipto: el granizo, las tinieblas, las aguas convertidas en sangre, las úlceras, la llegada de las hordas más allá del Éufrates... y una constatación de cómo, a pesar de oportunidades que les da Dios para que recapaciten, los "egipcios" (los que no son el pueblo de Dios) no ceden en su orgullo, no se arrepienten de su actitud ni se convierten a Dios.

Las cuatro primeras copas son llamadas de atención de Dios sobre las consecuencias del pecado, y que Dios permite para nuestra purificación. Muchas conversiones son consecuencia de esta purificación. Sin embargo, muchos seguirán negando a Dios y blasfemando contra Él.
 
El 1º ángel vierte la 1ª copa y produce una úlcera maligna y perniciosa a los impíos, que ningún remedio puede curar, y por ello, les invade el odio, la rabia y la desesperación. Referencia a la 6ª plaga sobre Egipto (Éxodo 9,8-11), a las maldiciones acarreadas por la desobediencia a Dios (Deuteronomio 28,35) y a la pústula maligna de Job (Job 2,7).

El
2º ángel vierte la 2ª copa y convierte el mar en sangre como de muerto, que significa que la humanidad se corrompe y, como resultado, muere por causa del hambre (lejanía y falta de sed de Dios) y de las epidemias (maldades y perversiones) que surgen por todo el orbe. Referencia a la 1ª plaga sobre Egipto (Éxodo 7, 17-21) y a la advertencia del juicio que viene (Jeremías 14, 1-6). 

El 3º ángel vierte la 3ª copa y convierte los ríos y manantiales en sangre, una continuación de la 2ª copa que simboliza la sangre derramada de los mártires, es decir, la violencia y persecución contra los cristianos (Éxodo 7,21). Similar a la 3ª Trompeta. 

El 4º ángel vierte la 4ª copa sobre el sol y quema a los hombres con su fuego (purificación), que significa que la misericordia divina trata de limpiar a los hombres, pero sin llegar a convertirlos por causa de su orgullo. Dios desea el arrepentimiento de los hombres, pero en vez de eso, ellos blasfeman, incluso con más fuerza, contra su nombre. Referencia a la 7ª plaga sobre Egipto (Éxodo 9,13-35). También alusión a Deuteronomio 32,24; Isaías 24,6; Malaquías 4,1; Lucas 21,25.

Estas primeras cuatro copas son las consecuencia de la marca del Imperio: una plaga repugnante, corrupta y purulenta. Son las consecuencias de las acciones y engaños del Imperio, que se vuelven contra los hombres, y aún a pesar de tanta calamidad, no se convierten de sus maldades ni reconocen la grandeza de Dios, sino que, en el colmo de su iniquidad, le maldicen, le culpan.

E
5º ángel vierte la 5ª copa sobre el trono de la bestia y queda en tinieblas, se produce el caos y la anarquía, y los hombres se muerden la lengua de dolor, cuando el mal llega a su máxima expresión, los malvados se pelean entre sí. No hay límite a su sufrimiento. Esa oscuridad impide que los hombres reconozcan su pecado, siguen con el corazón más endurecido aún y blasfemando a Dios. Similar a la 4ª trompeta, hace referencia a la 9ª plaga sobre Egipto (Éxodo 10, 21,-22), y recuerda muchos pasajes de los libros proféticos, entre ellos a Isaías 60,2 y Joel 2,1-2, y al evangelio de Marcos 13,24. 

Estas blasfemias tras blasfemias indican que los hombres se ha colocado fuera de la salvación de Dios. Por voluntad propia y en base a su libertad, se arrojan a la condenación, al infierno. Es el pecado contra el Espíritu, del cual no existe posibilidad de perdón. No es Dios quien rechaza a los hombres sino éstos a Dios.

E
6º ángel vierte la 6ª copa sobre el Éufrates, secando sus aguas, es decir, se desvanecen las fuerzas del Anticristoel Imperio pierde su poder, y los reyes de oriente (los demonios) le combaten. Ahora, el Dragón utiliza otras estratagemas para su lucha (por ejemplo: el cambio de la lucha de clases por la de géneros). El Diablo utiliza a los hombres para después dejarlos "tirados". Es el odio de Satanás frente al amor de Dios.

En Génesis 2, el Éufrates es llamado "el gran río" (como también fue llamado el Mar Mediterráneo), y a lo largo de toda la Escritura en más de veinticinco ocasiones. Representaba la frontera entre el Oriente y el Occidente, entre los seguidores del Cordero y los adoradores de la Bestia. El Éufrates fue la cuna del hombre y también, será su sepultura.

Entre la 6ª copa y la 7ª copa se produce un intermedio, interludio o paréntesis (siempre lo hay en todos los septenarios antes del 7º suceso): 

La triada diabólica (Dragón, Bestia y Falso Profeta) escupe tres espíritus inmundos,  ideologías o doctrinas demoníacas (liberalismo/igualitarismo, comunismo/progresismo, feminismo/ideología de género), se dirigen a los reyes de la tierra entera con el fin de congregarlos para la batalla del gran Día de Dios todopoderosoque convencen a muchos a ir contra Diosen forma de ranas, en referencia a la 2ª plaga sobre Egipto, y a que salen de las ciénagas putrefactas del pecado.  Podrían simbolizar a los medios de comunicación y de propaganda del Imperio, que "croan" para convocar a los adoradores de la Bestia para luchar contra los seguidores del Cordero. 

El lugar de la gran batalla final entre el Bien y el Mal se llama Armagedón, que significa en hebreo "Monte de Megido", situado aproximadamente a 30 km al sur de Nazaret, en el valle de Esdraelón. Hace referencia a la batalla más trágica de Israel en la que murió Josías (prototipo de rey justo) y que perdió frente a los Asirios. Y también a otras muchas batallas que tuvieron lugar allí: los babilonios con Nabucodonosor, los sirios, los egipcios, los persas, los turcos, los árabes, los cruzados cristianos, Napoleón Bonaparte...es el lugar de la catástrofe de las fuerzas diabólicas.

Para esta batalla final, el Señor nos advierte que viene sin avisar, para que estemos alerta y vigilantes, conservemos la gracia y perseveremos en la fe, para que no nos encuentre desprevenidos o dormidos. Por ello, San Juan introduce la 3ª Bienaventuranza del Apocalipsis: "Bienaventurado el que está vigilante".

El 7º ángel vierte la 7ª copa  en el aire se producen relámpagos, voces y truenos, y el mayor terremoto de la historia, simboliza la destrucción de toda maldad, de toda obra humana y la restauración de la creación a su condición original. (Romanos 8, 19-22 y 2 Pedro 3, 13). Recuerda la imagen del Calvario y las últimas palabras de Jesús, cuando derrota, con su muerte, al pecado: "Todo está cumplido" (Juan 19,30). 

La purificación de Dios está concluida. La voz de los justos confirma que su plegaria ha sido escuchada: "líbranos del mal" (del Dragón, de la serpiente). El mundo del Dragón, el Imperio  colapsa por su propio pecado y por sus contradicciones internas e implosiona.

Los compañeros del Cordero y los secuaces de la Bestia han sido presentados como dos ejércitos antagónicos pero no ha habido ningún combate. Los seguidores del Cordero no tienen que utilizar las armas de la Bestia para combatir, porque su combate no es físico sino espiritual, y está amparado y protegido por la misericordia de Dios. 

Los que tienen el sello del Cordero han permanecido en oración en el monte Sion, lo que ha motivado la intervención de Dios. Han escogido vivir como corderos, resistiendo y perseverando, aceptando su propia inmolación como única estratégica para ser salvados por Dios.

Ahora, Dios fija su mirada en Babilonia la grande, para darle de beber de la copa del vino de su ardiente ira, es decir, para castigarla

Cae un gran pedrisco sobre los hombres, en referencia a la 7ª plaga sobre Egipto y similar a la 1ª trompeta, que simboliza la frialdad del hombre ante la Buena Noticia, que maldijeron a Dios, los hombres que siguen culpando a Dios y sin arrepentirse.

Con esta última teofanía, concluye la 7ª plaga, la 7ª trompeta y el 7ª sello queda definitivamente abierto, la presencia definitiva de Dios en el mundo es completa, el sentido de la historia del hombre está definitivamente revelado, la ira de Dios ha terminado, el mundo viejo ha sido purificado y se abre espacio a un mundo completamente nuevo en el que el Mal no tiene ya lugar. Es entonces cuando acontecerá  la 2ª venida de Jesucristo que implantará su Reino eucarístico definitivo en la tierra.

El juicio de Babilonia, la prostituta

El capítulo 17 es una visión tomada de Ezequiel y Daniel que detalla con mayor precisión el versículo 19 del capítulo 16, donde nos hablaba de la división del reino del Anticristo y la caída de todos los gobiernos que le apoyaron.
San Juan narra cómo uno de los ángeles de las siete copas le lleva a ver el juicio de la gran prostituta,arrebatado en espíritu a un desierto, lugar de purificación y penitencia, y a continuación, la describe:

-y vi a una mujer sentada sobre una bestia escarlata, una falsa doctrina dentro de la Iglesia pero sin vida interior ni gracia, una ideología surgida del mismo seno de Satanás y apoyada en 2ª bestia de la tierra, de la corrupción religiosa.

-llena de nombres blasfemos, con siete cabezas y diez cuernos, pecados, odio a lo sagrado y ateísmo anticristiano, con los gobiernos como cómplices.

-vestida de púrpura y de escarlata, de piedras preciosas y de perlas,como vestían los sacerdotes judíos de la antigüedad: con pompa y suntuosidad

-su nombre es Babilonia la Grande, Babilonia, porque es confusión espiritual; Grande, porque es soberbia y altivaborracha de la sangre de los mártires,  persigue y mata a los que no están de acuerdo con su ideología. 
-madre, es madre porque tiene hijas, es decir, adeptas y seguidoras, de las prostitutas, de otras ideologías y doctrinas y de las monstruosidades de la tierra, perversiones y corrupciones, porque así como, en la antigua Babilonia, hasta las mujeres más honradas se prostituían, al menos, una vez en la vida, porque creían que de este modo daban culto a Venus Astarté....de manera semejante, se consentirá la corrupción sexual con sus perversiones, inmundicias e impurezas, y la expondrán como ejemplo de "normalidad", para hacerse popular entre la gente.

Y el ángel describe a la bestia: La bestia era, pero ya no es, refiriéndose al Imperio Romano, y más concretamente, a Nerón. Podría referirse sistemas económicos y políticos como el comunismo o el capitalismo.

-sube del abismo, es un engendro del mismo Satanáscamina hacia su ruina, su influencia se acabará. 

-las siete cabezas son siete montañas, son también siete reyes, de los cuales cinco han caído, uno vive y el otro no ha venido aún, pero cuando venga durará poco tiempo. Y la bestia, que era y que ya no es, es el octavo, uno de los siete, que camina hacia su ruina. Los diez cuernos que has visto son diez reyes, que no han recibido el reino, pero que recibirán con la bestia el poder de reyes por una hora, cabezas, montañas, reyes y cuernos son gobiernos, de distinta categoría, sucesivos o simultáneos que conforman la totalidad de los gobiernos del mundo. Son cómplices de la prostituta, se someten a ella, pero también la utilizan.
 
Babilonia representa la opresión, la idolatría, la lujuria, la depravación, la perversión, la corrupción y el pecadoSimboliza la prostitución y el adulterio de la iglesia apóstata con los poderes seculares-políticos-mundanos, y su traición a Dios.

Se identifica a Babilonia con el Imperio Romano, que perseguía a los cristianos y que les exigía idolatrar al César como un dios, y cuya descripción con sus siete montes, reconocen a la ciudad de Roma como símbolo de perversión, idolatría y desenfreno característicos de la sociedad romana de la época. 

Otros, ven la caída de Babilonia la Grande como una analogía de la caída de Jerusalén en el año 70 d. C., e identifican a Babilonia con la Jerusalén judía (que también tiene siete montes), y que contrasta notablemente con la Nueva Jerusalén del final del libro. 

Falsa identificación con la Iglesia Católica

Los protestantes identifican a Babilonia la Grande con la Iglesia Católica de Roma, hecho que no deja de ser una falacia interesada. Su pobre argumentación se basa en una literalidad errónea:

-Una gran ciudad asentada sobre 7 colinas. El Vaticano ni es grande ni está asentado sobre siete colinas, a diferencia de la Roma pagana y la Jerusalén del primer siglo.

-Borracha de la sangre de los santos y profetas. La Iglesia nunca ha matado a santos ni a profetas. Es el mismo Cristo quien identifica a la ciudad de Jerusalén como la que mata a los profetas en Lucas 13,34. En Apocalipsis 11,8 define claramente qué ciudad es: donde el Señor fue crucificado.

-Comete abominaciones y fornica con los reyes de la tierra. Mantener relaciones institucionales con los gobiernos no es exclusivo de la Iglesia Católica. Lo hacen todas las confesiones importantes. El capítulo 16 de habla claramente de Jerusalén como la que comete abominaciones, la que se prostituye, la que derrama la sangre de los santos y la que será destruida por aquellos con los que se ha prostituido.

- Está vestida de púrpura y escarlata. Ya hemos dicho que es un error interpretar los colores literalmente porque, como ya vimos en otro post, los colores en el Apocalipsis tienen un sentido simbólico. Además, el color predominante del clero católico es el blanco y Dios mismo mandó a hacer las vestiduras de los sacerdotes levitas de color púrpura y escarlata. A la Iglesia judía no a la cristiana (Éxodo 28).

El resto del capítulo 17, asegura la victoria de Cristo y su Iglesia fiel. Explica que esta iglesia apóstata con su falsa doctrina, reaparecerá al final de la historia antes de la Parusía, y estará formada por gentes de todo tipo (razas, pueblos, lenguas) y por una amalgama de ideologías, creencias y ritos (Nueva Era, gnosticismo, ideología de género, satanismo, etc.) y que, cuando el Anticristo y sus secuaces se hayan servido de la falsa religión, la destruirán, para que todo la atención del mundo se concentre en ellos. 

La caída de Babilonia

En el capítulo 18 anuncia cómo el resplandor de Dios, representado en uno de los ángeles más poderosos, iluminará a su Iglesia y hará caer a Babilonia, la gran corrupción de los sistemas económico, religioso y político erigidos por Satanás.
Se anuncian los males que caerán sobre ella: plagas, muertes, hambre y fuego. Se lamentarán todos los poderosos de la tierra y entenderán el mal que habían cometido.

El ángel explica cómo se ha convertido en morada de demonios, en guarida de todo espíritu inmundo, en guarida de todo pájaro inmundo y abominable y otra voz, conmina al pueblo fiel a salir de ella y no ser cómplice de sus pecados, que han llegado hasta el cielo. Todos los poderes políticos y económicos la abandonan, ya nadie compra sus mercancías ya no creen en ella ni se dejan engañar. La han utilizado para sus fines y ahora "la dejan tirada".

La visión de San Juan nos muestra que la misión del cristiano no es llevar la conversión al mundo amenazándolo con castigos sino profetizar la iniquidad del Imperioser testigos de Cristo hasta las últimas consecuencias, hasta el martirio.

La misión del cristiano es proclamar el Evangelio.




Bibliografía:

-"El Apocalipsis" (de Adrienne Von Speyr, por Hans Urs Von Balthasar).
-"Para leer el Apocalipsis" (Jean-Pierre Prévost, Editorial Verbo Divino, 1991).
- "La Cena del Cordero" (Scott Hahnn, Editorial Patmos, 2001).
-"El Apocalipsis de San Juan" (Emilio Aliaga Girbés, Editorial Verbo Divino)

sábado, 30 de mayo de 2020

APOCALIPSIS 12-13: LA MUJER, EL DRAGÓN Y LAS BESTIAS

"Y un gran signo apareció en el cielo: 
una mujer vestida del sol...
Y apareció otro signo en el cielo: 
un gran dragón rojo...
Y vi una bestia que salía del mar...
Y vi otra bestia que subía de la tierra"
(Apocalipsis 12 y 13)

Seguimos con nuestra visión mística del Apocalipsis de la mano de San Juan. Tras el sonido de la séptima trompeta y la manifestación de Dios, de pronto, aparecen tres grandes signos, según leemos en el capítulo 12:

La Mujer
-Y un gran signo apareció en el cielo: una mujer vestida del sol, y la luna bajo sus pies y una corona de doce estrellas en la cabeza. Y está encinta, y grita con dolores de parto y el tormento de dar a luz.

¿Quién es esta mujer en torno a la que gira todo el Apocalipsis? La clave para reconocerla se encuentra primero, en reconocer al Niño. 

Desd
e una perspectiva cristocéntrica, el Niño es Cristo, y por tanto, desde una perspectiva mariológica, la Mujer es la Virgen María. La mujer llevada a su plenitud. La Nueva Eva que junto al Nuevo Adán son el proyecto de Dios para el hombre desde el principio.

El
 nacimiento del niño no representaría necesariamente el comienzo de la vida terrenal de Jesús, sino más bien, su muerte en la cruz, aludiendo al título dado a Cristo de primogénito de entre los muertos (Ap. 1,5), y su arrebatamiento sería su resurrección.

De
sde una perspectiva eclesiológica, la Mujer es el pueblo de Dios, que antes del nacimiento de Jesús, representaría a los judíos del Israel fiel, el llamado pequeño "resto" que mencionan varios profetas del Antiguo Testamento (Isaías 4,2-6; 10,20-22; 11,10-16; 28,5-6; 46,3; Jeremías 6,9; 31,7; 50,4-6; 51,19; Ezequiel 6,8; Amos 3,12; 5,15; Sofonías 3,9-13; Miqueas 2,12; 4,6-7; 5,2-7; 7,18; Zacarías 14,2),​ junto a los cristianos fieles, a la Iglesia de Cristo, que da a luz a los hijos de Dios.

La visión de la Mujer está tomada del sueño de José en Génesis 37,9:

-vestida del sol, la mujer en sí no es divina pero está revestida de la gloria de Dios, de los méritos de Cristo. Por eso, la Virgen María es luz, la Iglesia es luz que guía a los hombres.

-la luna bajo sus pies, la luna es símbolo de la medida del tiempo y por ello, la Virgen, la Iglesia está por encima del tiempo, es decir, no tienen fin.

-una corona de doce estrellas en la cabeza, la corona es símbolo de realeza y, por tanto, la Mujer es una Reina

Las doce estrellas simbolizan la totalidad del pueblo de Dios, representado por las doce tribus de Israel y los doce apóstoles. La Mujer reina y une el Antiguo y el Nuevo Testamento.

Representan también a aquellos que se consagran a su Corazón Inmaculado y que forman parte de su ejército victorioso. Son los hijos de la luz, los apóstoles de los últimos tiempos.

-está encinta, el plan de Dios, desde el principio, tenía como centro la Encarnación de Jesucristo, y grita con dolores de parto y el tormento de dar a luz, se refiere al sufrimientopasión muerte de Cristo, y análogamente, al sufrimiento y persecución de la Iglesia cuando surge:

El Dragón
-Y apareció otro signo en el cielo: un gran dragón rojo, que personaliza a Satanás, y su gran tamaño su fuerza ofensiva y su maldad perversa, que tiene siete cabezas, un gobierno pleno, y diez cuernos, poder sobre el mundo (el 10 representa la creación), sobre sus cabezas, siete diademas, dignidad y autoridad

El Dragón es la máxima expresión del mal y en él se concentra toda la fuerza destructiva del infierno. Es nuestro enemigo, porque nuestra lucha es contra el mal, no contra las personas y nuestras armas, la oración y el sacrificio.
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No hay que confundir esta bestia (el Dragón rojo) que surge del cielo, con la bestia (leopardo, pies de oso, boca de león) que surge del mar del capítulo 13, ni con la bestia con cuernos de cordero y boca de dragón que surge de la tierra del capítulo 17. 

Son tres figuras completamente distintas, aunque todas sean satánicas y presenten analogías: las tres tienen 7 gobiernos sucesivos y 10 simultáneos pero:

- el dragón (Satanás) es expulsado del cielo y lanzado a la tierra, donde tiene poder y autoridad sobre los 7 gobiernos sucesivos, es decir, plenitud de poder sobre el mundo y además es testigo del surgimiento de las otras bestias.

-1ª bestia, del mar (el leopardo). Corrupción política y económica.  Sale de la humanidad (el mar), tiene poder y autoridad sobre los 10 gobiernos simultáneos (un nuevo sistema político y económico de gobierno mundial dominante y consensuado por la alianza de distintas potencias mundiales), que recibe del dragón, pero no es escarlata y tiene un nombre blasfemo (contra los mandatos de Dios).

-2ª bestia, de la tierra (Anticristo)Corrupción religiosa. Sale de la Iglesia Apóstata (la tierra), es también escarlata como el Dragón, pero no tiene poder ni autoridad sobre gobiernos, lleva encima a la Gran Ramera (idolatría) y está llena de nombres de blasfemia (pecados).

-Y su cola arrastraba la tercera parte de las estrellas del cielo, Satanás arrastra con él a los demonios, a los ángeles rebeldes que odian el cielo y desobedecen a Dios, para ejercer maldad y rencor contra la Iglesia

-Y el dragón se puso en pie ante la mujer, que iba a dar a luz, se opone y lucha contra Ella, contra la Iglesia.
-para devorar a su hijo cuando lo diera a luz, quiere matarlo, recordando la matanza de Herodes. Es el odio de Satanás a Cristo, el Dios que se hace hombre.

Satanás no soporta que Dios eligiera al hombre para encarnarse, en lugar de a un ángel, a él. Por eso, quiere devorarlo y hacerlo desaparecer del mundo, pero no puede porque es llevado al cielo. Entonces, dirige su odio contra la Mujer, contra la Iglesia, contra los cristianos.

-Y dio a luz un hijo varón, el que ha de pastorear a todas las naciones con una vara de hierro, es Jesucristo, un rey con cetro, con autoridad y poder. Es el nuevo Adán, la realización y culminación del proyecto de Dios.

-y fue arrebatado su hijo junto a Dios y junto a su trono, Jesucristo resucitado y ascendido al cielo. La cabeza, el Hijo, es llevado al cielo pero la mujer sigue dando a luz al resto del cuerpo, la Iglesia, hasta que culmine el nacimiento del "Cristo total", es decir, el número simbólico de 144.000.

-Y la mujer huyó al desierto, desierto es el lugar sin palabras, lugar de la prueba, de la purificación, de la penitencia, el ayuno y la oración de la Iglesia (en las apariciones, la Virgen siempre nos llama a estas tres últimas cosas). Simboliza también el corazón humano, el lugar de la vida eremita interior.

El desierto es el lugar del encuentro con Dios, desde donde siempre comienza el camino hacia la salvación, hacia la tierra prometida, con la compañía y guía de Dios, como Israel en el desierto y como Jesús antes de iniciar su vida pública.

-donde tiene un lugar preparado por Dios, para ser alimentada allí durante mil doscientos sesenta díasun tiempo limitadoDesde una perspectiva eclesiológica, la Iglesia (la mujer), es decir, el pueblo de Dios, también huye al desierto, donde es probada y guiada por Dios antes de ser salvada:

La Guerra en el Cielo
-Y hubo un combate en el cielo: Miguel y sus ángeles combatieron contra el dragón. Y el dragón y sus ángeles combatieron, se narra la batalla espiritual en el cielo. El arcángel San Miguel es el único ángel a quien se nombra en todo el libro y que significa "Quien como Dios". Dios no combate directamente con Satanás, porque éste está al nivel de los ángeles, no al nivel de Dios.


- pero no prevalecieron, no pudieron vencer, y ya no hubo lugar para ellos en el cielo, fueron expulsados por San Miguel.

Vemos como la aparición de la Mujer es anterior a la rebelión y posterior batalla en el cielo. Por tanto, la elección de la Virgen y la Encarnación de Su Hijo no es producto de la rebelión de Satanás y del posterior pecado del hombre, sino que ya formaba parte del Plan de Dios, incluso si no hubiese entrado en el mundo el pecado.

-Y fue precipitado el gran dragón, la serpiente antigua, el llamado Diablo y Satanás, el que engañó al mundo entero; fue precipitado a la tierra y sus ángeles fueron precipitados con él, una vez expulsado del cielo, el dragón es identificado por su nombre y es puesto al descubierto: es el Adversario, el Antagonista, el Engañador, el Seductor del mundo.

Por ello, Jesús nos exhorta a mantenernos fieles hasta el final pero también, a identificar y  desenmascarar el mal. El mal de Satanás es impedir que el hombre haga aquello para lo que fue creado: alabar a Dios.

El Apocalipsis tiene dos objetivos principales: exhortarnos a la perseverancia y desenmascarar el mal. Sin embargo, al precipitarse Satanás a la tierra, ha propagado un humo espeso que nos impide y nos dificulta distinguir el bien del mal. Por eso, Jesucristo resucitado nos dice que nuestra lucha es contra las fuerzas del mal y, por tanto, es muy importante desenmascarar el mal. 

Nuestra arma es la oración por aquellos que hacen el mal pero no enfrentarnos directamente al mal, porque ya está vencido. De esta manera, nos asimos de la mano de San Juan y participamos en esta experiencia mística que es el Apocalipsis.

En los versículos 10-12, el cielo canta con alegría la victoria, el poder y el reinado de Jesucristo sobre Satanás, al ser expulsado definitivamente del cielo por San Miguel, pero se entristece por la tierra, ya que Satanás se revuelve contra el hombre con gran furia, sabiendo que le queda poco tiempo:

La Guerra en la Tierra
-Y cuando el dragón que había sido precipitado a la tierra, persiguió a la mujer que había dado a luz al varón, desde una perspectiva eclesiológica, esta persecución representa el odio y la venganza del Diablo contra la Iglesia y su descendencia, como se dice en Génesis 3,14.

Satanás es, a la vez, Seductor y Acusador: seduce al hombre y cuando éste cae y peca, lo acusa para hacerle dudar de la Misericordia y del Perdón de Dios.

-y le fueron dadas a la mujer dos alas de la gran águila, son la contemplación y el silencio interior. Significan la protección y la guía del Espíritu Santo a la Iglesia. Y, según San Juan Pablo II, significan fe (confianza, fidelidad) y razón (conocimiento, inteligencia).

-para que volara al desierto, el desierto es para los cristianos el lugar de la prueba, del encuentro con Dios, del noviazgo con Dios, de la intimidad con Dios. En el desierto, Dios nos habla al corazón. También podría representar el purgatorio.

Vencer al Acusador (el fiscal) es refugiarse a la sombra y en las alas del Espíritu Santo (nuestro abogado defensor), del engaño y la seducción. Nuestra victoria no está en luchar contra el Dragón sino en refugiarnos en Dios, quien ha vencido ya, en virtud de la sangre del Cordero.

-el lugar donde es alimentada lejos de la vista de la serpiente, el alimento son los sacramentos y, en especial, la Eucaristía, donde encontramos la presencia el refugio y la gracia del Dios vivo, y donde tiene prohibida la entrada el Diablo

-por un tiempo, dos tiempos y medio tiempo, significa que el desierto no es la morada definitiva de la Mujer, es decir, de la Iglesia, del pueblo de Dios. El tiempo de los cristianos en el desierto es un tiempo limitado, de purificación.

-Y vomitó la serpiente de su boca, detrás de la mujer, agua como un río para hacer que el río la arrastara. El diablo quiere, con el agua, hacer desaparecer el desierto y transformarlo en un vergel. Es un engaño para alejar a la Iglesia de Dios y que se acomode. 

-Y la tierra ayudó a la mujer, y abrió la tierra su boca y se tragó el río que había arrojado el dragón de su boca, la tierra representa espiritualmente a los santos. Dios ha permitido que se forme un ejército (los hijos de la luz, los santos) que defiende a  la Virgen María, a la Iglesia (la Mujer) y que asume ese odio y persecución.

-El dragón se irritó contra la mujer, que personaliza el odio, materializado en los ataques, agravios e insultos a la Virgen María y a la Iglesia a lo largo de la historia.

-Y se fue a hacer la guerra al resto de su descendencia, a los que guardan los mandamientos de Dios y son fieles testigos de Jesús. Y por tanto, los mismos ataques, insultos y persecuciones, las tendrán sus hijos, los cristianos auténticos, los que perseveran hasta el final, son fieles y cumplen los mandamientos de Dios.

-El dragón se detuvo en la arena del mar, que significa que Dios le ha marcado un límite (la arena) y no le deja entrar directamente en nuestras vidas cristianas (la tierra). Desde la arena del mar (el borde del caos, el mundo fuera de Dios), con su apoyo, es testigo de cómo se originan la bestia del mar (corrupción política y económica) y la 2ª bestia (corrupción religiosa, el Anticristo), que lleva encima a la Gran Ramera (la idolatría, las falsas doctrinas e ideologías demoníacas) y que le ayudarán, siguiendo sus instrucciones, a tratar de cumplir su objetivo, atacando al hombre fiel (la tierra).

Satanás no las crea, porque el poder creador está reservado a Dios, si no que, tan sólo puede mirar y esperar a que surjan del mar (la humanidad en su conjunto: pueblos, muchedumbres, naciones y lenguas) y de la tierra (el cristianismo). 

San Juan asociaba el mar, al Mediterráneo y la bestia surgida de él, al imperio romano; la tierra, con Israel, y  la bestia surgida de ella, a la jerarquía religiosa que negó y crucificó a Jesucristo:

La Bestia del Mar
-Y vi una bestia que salía del mar, que representa al Imperio, a un poder absoluto, depravado y perverso que no reconoce ninguna autoridad sobre él y que intenta imponerse a Dios. 

Es un "Nuevo Orden Mundial", es la corrupción política, social y económica. San Juan, en el capítulo 13, identifica a la Bestia que surge del mar con la máxima expresión de pecado de la humanidad y la expresión humana de Satanás

Quizás por eso, muchos suelen identificar erróneamente a ésta con el Diablo. Hecho que el vidente desmiente anteriormente, al identificar y nombrar de forma clara al Dragón como Satanás en el capítulo 12, versículo 9.

-tenía diez cuernos y siete cabezas; llevaba en los cuernos diez diademas, formado por un frente común de gobiernos sucesivos y simultáneosy en las cabezas un nombre blasfemo, que atacan con pleno poder a Dios, a su Palabra y a su pueblo. 
La visión de esta bestia (que no razona sino que impone) está tomada de la profecía de Daniel. 

Tanto las 7 cabezas como los 10 cuernos tienen el mismo significado: son "reyes", imperios o potencias mundiales que han tenido y tendrán la influencia directa de Satanás, pero en tiempo y alcance distintos; pero San Juan engloba las 4 bestias del profeta Daniel y las describe como una sola. El número 7 tiene un significado más espiritual, mientras que el 10 es más físico o material. 

Por tanto, esta bestia es esa organización diabólica apoyada por múltiples gobiernos y basada en una ideología político-económica atea y anti-cristiana.

-
la bestia era semejante a una pantera (o leopardo), que representa la avaricia, la codicia y la acumulación de riquezas (el leopardo tiene la piel dorada y como llena de "monedas"), con patas de oso, pelo y garras, es decir, lo terrenal y los bienes materiales y fauces de león, capaz de triturar y devorar todo lo que es bueno y santo, con mentiras y engaños. 

-El dragón le dio su poder, su trono y gran autoridad, representa que Satanás está detrás de todo este nuevo sistema político y económico de gobierno mundial.

El Diablo, como sabemos, es un grotesco imitador de Dios. Así, la escena de la Bestia es una burda imitación, un vulgar copia y una tosca parodia de la Encarnación de Cristo

Al igual que Dios le da a Cristo su trono celestial, su poder y su autoridad, el Dragón le da su trono terrenal, su poder y su autoridad a la Bestia. 

Al igual que el Hijo que nace tiene caracteres divinos y es la presencia de Dios en el mundo, la Bestia que surge tiene caracteres demoníacos y es la presencia de Satanás en el mundo. 

-
Y vi que una de sus cabezas estaba como herida de muerte, pero su herida mortal se había curado. Todo el mundo, seguía admirado, seguía a la bestia, un "gobierno" perteneciente a este nuevo orden mundial irá a la ruina económica (sistema financiero), pero ésta le salvará, y todo el mundo se maravillará de esto y seguirán confiando en este sistema político y económico. 

La Bestia es una "blasfemia encarnada" que hace una ultrajante alusión a la Muerte y Resurrección de Jesucristo. 

-Y adoraron al dragón... y a la bestia, muchos serán partidarios y defensores de Satanás y de este nuevo sistema (que algunos identifican con el capitalismo o con la globalización), cuyo poder y dominio es imposible de superar o mejorar. 

Por ello, es inútil combatirla; nuestra lucha no es combatir contra la Bestia, que parece herida de muerte, pero que revive una y otra vez, en una clara alusión a las metamorfosis de la "Revolución". 

Nuestra lucha es perseverar hasta el final porque si luchamos contra la Bestia, con sus mismas armas terrenales, el cristianismo acaba convirtiéndose en otro imperio, otra revolución, otra metamorfosis. Y eso no es la Iglesia, cuyas armas son sobrenaturales, místicas y trascendentales. Porque el que ha vencido es Cristo, no nosotros.

-diciendo: ¿Quién como la bestia y quién puede luchar con ella?, una grosera referencia a las palabras de San Miguel "¿Quién como Dios?"

-Y se le dio una boca grandilocuente y blasfema, su ideología atea y anti-cristianay poder para hacerlo durante cuarenta y dos meses, dominio por un corto periodo de tiempo, 42 meses= tres años y medio, la mitad de 7. 

-Abrió su boca para blasfemar contra Dios, contra su nombre, contra su morada y contra todos los que habitan en el cielo. Y se le dio combatir contra los santos y vencerlos... ataques a la Iglesia, insultos a todo lo sagrado y persecución generalizada a los cristianos en las que su fe será probada; muchos apostatarán por su amor al dinero y las posesiones materiales. La intención de la Bestia es atemorizarnos para que perdamos la esperanza y la fe.

-Lo adorarán todos los habitantes de la tierra, en referencia a los que comen del árbol del conocimiento de lo bueno y lo malo del Paraíso, siguen al mundo y al Dragóny eligen no ser fieles a Dios.

-cuyos nombres no están escritos en el libro de la vida del Cordero degollado, desde la creación del mundo, en referencia a los que no comen del árbol de la vida del Edén (Cristo), los que se mantienen fieles a Dios.

-Quien tenga oídos, que oiga: El que está predestinado al cautiverio, al cautiverio va, en referencia a los Imperios de Egipto, Persia, Babilonia, Roma, etc., descritos en el Antiguo Testamento, que hacían esclavos al pueblo. Es decir, el que quiere vivir bajo el poder del Mal, en esclavo se convierte.

-El que mata a espada, a espada tiene que morir, en referencia a las palabras de Jesús a Pedro en Getsemaní: "todos los que empuñan espada, a espada morirán" (Mateo 26,52). Nuestro combate no es con la espada del odio sino con la espada del amor, el Evangelio de Cristo.

-¡Aquí se requiere la paciencia y la fe de los santos! El Señor no nos pide vencer el pecado sino que nos exhorta a oponernos al pecado, a resistirlo, a perseverar, a tener paciencia y ser fieles para ser santos:

La Bestia de la Tierra
-Vi otra bestia que subía de la tierra; tenía dos cuernos, como los de un cordero, pero hablaba como un dragón. El vidente dice claramente: "Otra" bestia. Así pues, la otra bestia que surge de la tierra, de los infiernos, de Oriente (donde están las siete Iglesias de Asia) representa la corrupción religiosa e ideológicael Anticristo. Es la falsa religión, la falsa ideología cuyo objetivo es destruir la Iglesia desde dentro.

El Dragón es un burdo imitador de Dios y, así como Cristo es la revelación de Dios, el Anticristo es la revelación de Satanás. Así como Cristo es la Palabra de Dios, la Apostasía es la palabra del Diablo. El Dragón se disfraza de Cordero. Satanás se disfraza de Jesucristo.

El Imperio (la Bestia del Mar) se caracteriza por el uso de la violencia y la fuerza, mientras que la propaganda (la Bestia de la Tierra), por el uso de la cultura, la ideología, la ciencia, la filosofía, es decir, todo aquello que puede engañar y así, construir una falsa y deformada religión.

Esta Bestia está al servicio de la primera, la Bestia del mar, y representa una falsa doctrina surgida de la misma Iglesia de Cristo (que salía de la tierra), con su líder y el falso profeta (dos cuernos), representado como un sacerdote u obispo, el "Asiarca" de Éfeso (de cordero), pero con el poder destructor del mal (hablaba como un dragón), es decir, con la mentira y la falsedad de Satanás.

La descripción de dos cuernos como de cordero y como con voz de dragón indica en sí misma, una clara contradicción, entre lo que parece ser, y lo que realmente dice y hace. Son lobos con piel de cordero.

-ejerce todo el poder de la primera bestia, en su presencia, y hace que la tierra y sus habitantes adoren a la primera bestia, su misión es llevar a las personas dentro del Imperio para que adoren al Dragón, para que se aparten de las cosas y los bienes celestiales, y se preocupen exclusivamente de las cosas y los bienes terrenalescuya llaga mortal había sido curada, que se refiere a un resurgir del Imperio, que parecía haber sido vencido, pero que resucita, parodiando la Resurrección de Jesucristo.

Las dos bestias son contemporáneas y próximas, se manifiestan en un mismo lugar y mantienen una relación de apoyo mutuo.

-Hace grandes signos, con engaños y falsedades promete una falsa paz universal,  haciendo bajar fuego del cielo a la tierra a la vista de los hombres...milagros portentosos y prodigios pseudo-divinos, imitando un falso Pentecostés y da a los hombres carismas que son falsas manifestaciones de la divinidad para lograr arrastrarlos a idolatrar el Anticristo, presentándolo como el Mesías esperado.
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-con estos prodigios engaña a los habitantes de la tierra y les dice que hagan una imagen de la bestia (herida de espada pero que ha sobrevivido). Se le concedió infundir espíritu a la imagen de la bestia de modo que pudiera hablar y matar a todos los que no adorasen la imagen de la bestia.  Al igual que en Éfeso existía una gran estatua de Domiciano, César del Imperio Romano, ante la que debían postrarse todos (a la fuerza), la segunda Bestia erige una estatua del Dragón, ante quien todos deben postrarse o ser exterminados

-Hace que a todos, pequeños y grandes, ricos y pobres, libres y esclavos se les ponga una marca en la mano derecha o en la frente, de modo que nadie pueda comprar ni vender si no tiene la marca o el nombre de la bestia.  Al igual que los compañeros del Cordero llevan la marca de la Cruz, los seguidores del Dragón llevan su número, en la mano derecha,  que significa que todo lo que hacen lleva la impronta de la Bestia, o en la frente, que llevan su misma identidad, su mismo aspecto y su mismo pensamiento único

Todos son esclavos marcados a quienes se les obliga a pensar como la Bestia y a trabajar para el Dragón: educación, política legislativa, economía, etc., todas orientadas a su ideología y quienes no les sigan u obedezcan no pueden participar de este régimen. 

Aquí se requiere sabiduría. El que tenga inteligencia que cuente la cifra de la bestia, pues es una cifra humana. Su cifra es 666. significa la Trinidad diabólica: Satanás (el Dragón), el Imperio/Nuevo Orden Mundial (la Bestia del mar) y el Falso Profeta/la ideología del Anticristo (la Bestia de la tierra). La sabiduría y la inteligencia se refieren a que debemos entender que no es alguien específico sino que representa el Mal.

Según la gematría, en griego, en hebreo y en latín las cifras se escriben con los mismos caracteres que algunas letras, es decir, que hay nombres que pueden ser leídos como números. San Juan nos dice la cifra: 666, pero no en qué idioma. La interpretación más común es que la cifra significa Nerón César: sumando las consonantes de este nombre, el resultado es 666. Es el símbolo del Imperio blasfemo y sanguinario.
 
Según la numerología o significado de los números, 6 es imperfección, por faltarle una unidad para la perfección del número 7, y 666, representaría una imperfección llevada hasta el extremo.

Según el Apocalipsis, el plan de Dios se desarrolla en tres series de septenarios, los siete sellos, las siete trompetas y las sietes copas (777) mientras que el plan del Diablo se desarrolla con el 666.

Cada versión histórica de la Bestia tiene su propia marca o señal.



Bibliografía:

-"El Apocalipsis" (de Adrienne Von Speyr, por Hans Urs Von Balthasar).
-"Para leer el Apocalipsis" (Jean-Pierre Prévost, Editorial Verbo Divino, 1991).
- "La Cena del Cordero" (Scott Hahnn, Editorial Patmos, 2001).
-"El Apocalipsis de San Juan" (Emilio Aliaga Girbés, Editorial Verbo Divino)