Llegamos al punto culminante de la revelación joánica, al deselance de los acontecimientos de la historia. Y poara ello, la acción vuelve necesariamente al cielo, a la
gran liturgia nupcial, donde una gran muchedumbre,en
comunión y en unión total, alaba a Dios cantando a una sola voz: “Aleluya”. Es una exaltación de
la misericordia de Dios
La Iglesia Triunfante
En el capítulo 19 se nos presenta el triunfo de la Iglesia con Cristo a la cabeza. Nos presenta las alabanzas de los que están en el cielo y la batalla definitiva por la que son vencidos el Anticristo, la bestia y el falso profeta.
El inmenso gentío que grita corresponde a los santos que ya estaban en el cielo al momento de producirse esta gran batalla (Ap. 6, 9-11 y 7,9). Alaban a Dios por su triunfo, se alegran porque la Iglesia ha sido preparada para las bodas del Cordero.
Aparece otra vez el caballo blanco, la Palabra de Dios, con su jinete, Jesucristo, encabezando la lucha contra las huestes del mal. Fiel y veraz, sus palabras son verdaderas y permanecen, Sus ojos son llamas de fuego, penetran hasta el fondo de los corazones, tiene muchas diademas, autoridad y poder, nombre nuevo: Rey de reyes y Señor de señores.
-Lleva un manto empapado en sangre, la derramada en su pasión. Le siguen ejércitos celestiales del cielo en caballos blancos y vestidos de lino (santos y mártires).
-De su boca sale una espada afilada para herir a las naciones, poder del Evangelio, él las regirá con vara de hierro, justicia divina, él pisa el lagar del vino de la ardiente ira del Dios todopoderoso, castigo.
-La bestia y el falso profeta son capturados y arrojados al estanque de fuego que arde con azufre, es un símbolo negativo: el lugar del rechazo a Dios, infierno, muerte definitiva.
-Los demás fueron exterminados por la espada del Rey de reyes, se consuma la conversión y la purificación de la humanidad.
La era de paz y la Parusía
En el capítulo 20 Satanás es encadenado, arrojado al abismo y encerrado allí por un largo período de tiempo. Luego será soltado de nuevo, por un corto período de tiempo, para tentar a los seres humanos del fin de la historia, antes de la Parusía.
San Juan ve a los apóstoles participando en la inauguración de la Era de paz (Mateo 19, 20).
Los mártires de la época del Anticristo son devueltos a la vida por Dios (la primera resurrección), para que disfruten de esta era de paz antes de ir al cielo y se les dá el oficio de sacerdote para que su testimonio mantenga la fe de los que nazcan en esta época.
Los mártires de la época del Anticristo son devueltos a la vida por Dios (la primera resurrección), para que disfruten de esta era de paz antes de ir al cielo y se les dá el oficio de sacerdote para que su testimonio mantenga la fe de los que nazcan en esta época.
Se presenta la Parusía y el fin del mundo. Después de la era de paz. Satanás es soltado de nuevo por un corto período de tiempo, para probar la fe de los habitantes de ese tiempo.
El enemigo logra conquistar un gran número de adeptos y se desencadena la última batalla de la guerra espiritual.
El cielo viene en su ayuda y lanza fuego que devora, destruye a todos los inicuos. Satanás es arrojado al fuego eterno, destruido para siempre.
La muerte, el último enemigo, es vencida (1 Corintios 15, 26) y el lugar de los muertos (purgatorio) es eliminado. Todos los que no buscaron a Dios serán enviados al lago de fuego (el infierno).
La Nueva Jerusalén
El capítulo 21 es una ampliación del versículo 4 del capítulo 20 y describe cómo será la vida en la Era de Paz, profecía tomada y descrita en Isaías 65, 17-25:
-Cielo nuevo y tierra nueva, todo es renovado como Dios lo creó al principio.
-El mar ya no existe, el pecado y sus consecuencias han desaparecido: No habrá más maldad, enfermedad, ni sufrimiento, ni muerte. Dios estará presente de manera mas palpable e intensa, y hará fluir su gracia libremente y la conciencia de la relación filial con Dios será plena.
-La Nueva Jerusalén que baja del cielo, es la Iglesia triunfante que se une a la Iglesia militante en el cielo.
La Nueva Jerusalén simboliza a la ciudad santa (la morada de Dios y su pueblo) y Babilonia simboliza a la ciudad perversa (la morada de Satanás y sus seguidores).
-La novia, la esposa del Cordero es la Iglesia, que San Juan describe en analogía a Jerusalén:
-Tenía un muro grande y alto con doce puertas, en referencia a la reconstrucción de las puertas de Jerusalén del libro de Nehemías 2 y 3. Doce puertas físicas con doce significados espirituales.
-sobre las puertas, doce ángeles y nombres escritos, los de las doce tribus de Israel, la Iglesia de los patriarcas y los profetas, el "resto" fiel del pueblo de Israel.
-Al oriente, tres puertas: puerta del juicio, por donde entran los que vienen del juicio de Dios; puerta oriental o dorada, por donde entran los santos y los iluminados por el Sol; puerta de los caballos, por donde entran los que vienen de la batalla.
-al norte, tres puertas: puerta vieja, por donde entran los que han dejado atrás su pasado y han seguido a Cristo; puerta del pescado, por donde entran los cristianos conversos, los discípulos; puerta de las ovejas, por donde entran los mártires que vienen del sacrificio.
-al mediodía, tres puertas: puerta de las aguas, por donde entran los que han escuchado la Palabra; puerta de la fuente, por donde entran los que han lavado su contaminación; puerta del muladar, por donde entran los que han desechado la inmundicia).
-al occidente, tres puertas: puerta de Efraín, por donde entran los benditos de Dios; puerta del valle, por donde entran los mansos, que se han humillado y arrepentido; puerta de la cárcel, por donde entran los rescatados del pecado).
-El muro de la ciudad tenía doce fundamentos, y sobre ellos doce nombres, los doce apóstoles del cordero, la Iglesia de los apóstoles y los mártires, el nuevo pueblo de Dios.
-El que me hablaba tenía una medida de una caña de oro para medir la ciudad, sus puertas y su muralla, Dios protegerá y guiará a su pueblo para siempre.
-La ciudad es un cuadrado, y su largura es igual que su anchura, como el pectoral del sumo sacerdote.
-Midió la ciudad con la medida: 12.000 estadios, dos mil doscientos veinte kilómetros, que representa su esplendor.
-Midió su muralla: setenta y siete metros, medida de hombre, que es también medida de ángel, que representa la convivencia de hombres y ángeles juntos.
-La estructura de su muralla es de jaspe, divinidad, presencia de Dios, y la ciudad es de oro puro, perfección, semejante al del puro cristal, pureza.
-Los fundamentos del muro de la ciudad están adornados de toda clase de piedras preciosas, tomadas del libro de Ezequiel y del Éxodo, se refieren al sacerdocio, por las piedras del pectoral "del juicio" del sumo sacerdote y representan a las 12 tribus de Israel:
el primer fundamento es de jaspe, 3ª de la 4ª fila=tribu de Benjamín.
el segundo, de zafiro, 2ª de la 2ª fila=tribu de Isacar.
el tercero, de calcedonia, 2ª de la 3ª fila=tribu de Gad.
el cuarto, de esmeralda, 1ª de la 2ª fila=tribu de Leví.
el quinto, de sardónica, 2ª de la 4ª fila=tribu de Efraín.
el sexto, de sardio, 1ª de la 1ª fila=tribu de Simeón.
el séptimo, de crisólito, 3ª de la 2ª fila=tribu de Zabulón.
el octavo, de berilo, 1ª de la 4ª fila=tribu de Aser.
el noveno, de topacio, 2ª de la 1ª fila=tribu de Dan.
el décimo, de crisoprasa, 3ª de la 1ª fila=tribu de Rubén.
el undécimo, de jacinto, 1ª de la 3ª fila=tribu de Judá.
el duodécimo, de amatista, 3ª de la 3ª fila=tribu de Neftalí.
-Las doce puertas son doce perlas: todas las puertas están hechas de una sola perla, la perla representa la sabiduría de Dios, o el reino de los cielos, o el Espíritu Santo.
-La plaza de la ciudad es de oro puro, perfección, como cristal transparente, pureza.
El capítulo 22 concluye:
-el río de agua de la vida que brota del trono de Dios, la gracia santificante, hay árboles de la vida, sacramentos, no habrá noche, no existirá el mal.
-verán la cara de Dios, visión beatifica, llevarán su nombre en la frente, le pertenecerán.
-El Espíritu y la Esposa dicen ven, el Espíritu Santo y la Virgen tendrán una presencia activa inusitada al final de los tiempos. También la Iglesia llamará al arrepentimiento a todas las almas.
-Bienaventurado el que guarda las palabras proféticas de este libro. Bienaventurados los que lavan sus vestiduras para tener acceso al árbol de la vida y entrar por las puertas en la ciudad. Termina con dos bienaventuranzas que son exhortación a la perseverancia para alcanzar la santidad y con ello, la vida eterna.
-Yo soy un compañero de servicio tuyo y de tus hermanos los profetas y de los que guardan las palabras de este libro. Cristo nos anima diciendo que es compañero y hermano nuestro, es decir, que no estamos solos, que Él está con nosotros.
Como conclusión, el libro del Apocalipsis o las Revelaciones de San Juan no es tanto un libro de catástrofes y males sino más bien, una guía para la perseverancia en la esperanza del encuentro con Dios.
Nos muestra a Jesucristo como el centro del universo, el Señor de la Historia.
Presenta la dicotomía Cielo/Tierra, es decir, el desarrollo de los sucesos de la Iglesia Triunfante (Celestial) y de la Iglesia Militante (Terrenal). Es la liturgia celeste.
Narra las fases de la batalla espiritual: opresión del Pueblo de Dios/Castigo del Enemigo/Victoria del Pueblo de Dios.
Y finalmente, la recompensa: la Nueva Jerusalén, el cielo. Junto a Dios para toda la eternidad.
Bibliografía:
-"El Apocalipsis" (de Adrienne Von Speyr, por Hans Urs Von Balthasar).
-"Para leer el Apocalipsis" (Jean-Pierre Prévost, Editorial Verbo Divino, 1991).
- "La Cena del Cordero" (Scott Hahnn, Editorial Patmos, 2001).
-"El Apocalipsis de San Juan" (Emilio Aliaga Girbés, Editorial Verbo Divino)