¿QUIÉN ES JESÚS?

La vida de Jesús siempre ha suscitado preguntas a lo largo de los últimos dos mil años.

¿Cómo pudo un carpintero que fue ejecutado por los romanos convertirse en el hombre más famoso de la historia?
¿Fue Jesús alguien verdaderamente real?
¿Cómo puede Dios ser un hombre al mismo tiempo?
¿De qué manera podría esto tener algún sentido para mi vida?

Estas son algunas preguntas, pero aquí tienes un espacio para formular las tuyas.
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miércoles, 31 de agosto de 2016

UN CHEQUEO A LA PARROQUIA




Actualmente en algunas de nuestras parroquias se realizan a diario muchos servicios y actividades. Y por desgracia, se llevan a cabo sin orden ni concierto. 



No podemos simplemente decir: "Vamos a hacer esto o aquello!", "Vamos a dar lo mejor de nosotros!". 

No. Debemos discernir acerca de los principios en los que se asienta nuestro servicio y administrar correctamente los dones y talentos que nos han sido dados. 

Para que esto suceda, tenemos que hacer lo que siempre decimos y pocas veces hacemos: planificar estratégicamente los servicios de la parroquia.

Para comprobar si estamos siendo efectivos en nuestra labor parroquial, hagamos un chequeo de nuestra parroquia, evaluemos los distintos servicios que en ella se realizan

Y para ello, qué mejor que una batería de preguntas:

¿Por qué estamos aquí? 

Cada servicio de nuestra parroquia debe estar claramente definido. Todos debemos tener una idea clara de lo que trata la misión, es decir, de cada uno de los 5 propósitos de la Iglesia (Adoración/Culto, Comunidad, Servicio/Caridad, Discipulado, Evangelización). Eso significa que debemos plantearnos dos cuestiones: ¿Cuál es el propósito de cada servicio y cuál no?

¿Para qué "hacemos lo que hacemos"?

Atraemos miembros a nuestra comunidad, les enseñamos a adorar a Dios, les discipulamos para alcanzar una madurez en Cristo,
les movilizamos para el servicio y les enviamos en misión al mundo. 

Nosotros plantamos y sembramos. Dios cosecha.

Y si hay algo que no encaja dentro de nuestras actividades o servicios, o de nuestra declaración de la misión (visión), no lo hacemos.

¿Qué propósito de la iglesia no cumple cada servicio?

Cada servicio de nuestra parroquia debe estar vinculado con al menos uno de los cinco propósitos de la iglesia:
  • Adoración/Culto: ¿Está diseñado para alabar a Cristo ?
  • Comunidad: ¿Está diseñado para profundizar en las relaciones dentro de la iglesia?
  • Servicio/Caridad: ¿Está diseñado para atender las necesidades de las personas?
  • Discipulado: ¿Está diseñado para llevar a la gente a la madurez cristiana? 
  • Evangelización: ¿Está diseñado para llegar a las personas ? 
Es necesario asegurarnos de que cada uno de nuestros servicios realiza una de estas cinco cosas. Si no lo hace, debemos replantear nuestra actividad, nuestro servicio y nuestros métodos.

¿A quiénes tratamos de llegar?

Tenemos que averiguar a quiénes estamos tratando de llegar con nuestro servicio. Los servicios que van dirigidos:
  • A la Comunidad territorial y vecinal entera, deben centrarse en la evangelización (métodos y programas).
  • A la Multitud, deben centrarse en el culto y adoración (las personas que se acercan a la parroquia los fines de semana).
  • A la Congregación, deben centrarse en las necesidades de la comunidad (actividades internas/externas de la parroquia).
  • A los Comprometidos, deben centrarse en el discipulado (crecimiento y madurez espiritual).
  • Al Núcleo, deben centrarse en el servicio y caridad (involucrar a las personas en el servicio de la parroquia).
Cada uno de nosotros debemos estar repartidos en cada uno de los propósitos de la Iglesia y necesitamos saber a quienes pretendemos alcanzar con nuestro servicio y funciones. La Comunidad tiene diferentes necesidades que los comprometidos, la Congregación tiene diferentes necesidades que el Núcleo, etc.

Sabiendo a quienes estamos sirviendo, sabremos cómo realizar nuestras funciones y tareas.

¿Tenemos visión de futuro?


¿Dónde desearíamos que nuestro servicio esté dentro de 6 meses? 


Esta es la etapa donde los líderes/coordinadores de cada servicio en la parroquia ponen su sueño, su visión. 

Si éstos no son capaces de visualizar el futuro, quizás es que no están preparados para dirigirlo. 

Examinemos con cuántos contamos para el servicio (rasgo cuantitativo) y si están capacitados para él (rasgo cualitativo).

Exhortemos a los líderes/coordinadores para que se encomienden a Dios y oren por el futuro del servicio.

¿Funcionan correctamente nuestros servicios ?

El cuerpo humano está compuesto de once sistemas
: circulatorio, digestivo, endocrino, inmunológico, linfático, muscular, nervioso, óseo, reproductor, respiratorio, excretor.

Cada uno tiene una función específica y todos deben funcionar correctamente. Si alguno deja de funcionar, el cuerpo sufre, experimenta dolor, enferma e incluso puede morir. 

La Iglesia (el cuerpo de Cristo) tiene sus propios sistemas también. Y para que esté sana, sus sistemas tienen que trabajar correctamente, cumplir con cada cometido asignado. Si no lo hacen...seguro que enferma.

¿Cómo hacer que funcionen correctamente? 

Para eso, debemos trabajar juntos en equipo, sacerdotes y laicos. Los sacerdotes deben formar líderes/coordinadores y delegar, dejarles actuar en base a los dones que nos concede Dios e incluso dejar que se equivoquen.

Es preciso de cada uno discierna, medite y ore sobre cómo hacer sus tareas con eficacia. No por nuestro propio mérito sino con la ayuda de nuestro Padre.

¿A quién más podemos comprometer con el servicio?

Todos los implicados en los servicios y actividades de la parroquia debemos estar constantemente en guardia para discernir quién puede unirse a nosotros en el servicio. 

Empecemos a orar, por lo menos, por una persona que podría unirse a cada equipo, a cada servicio, a cada actividad. Si un líder no forma continuamente líderes, no está haciendo bien su trabajo..

Jesús nos dijo: "La cosecha es abundante, pero los trabajadores son pocos. Oremos por los futuros servidores. 

¿De qué manera servimos?

Nuestro servicio debe tener como objetivo a la gente, no sólo de nuestra parroquia, sino a los que esporádicamente se acercan a ella.

¿Estamos atendiendo las necesidades físicas, emocionales, mentales o espirituales, o la combinación de ellas? Todas estas necesidades son reales. 

Una parte de la comprensión de la identidad de nuestro servicio es saber cómo estamos atendiendo cada una de ellas

Busquemos medios para dar más valor a los servicios que realizamos. Encontremos los métodos para que cada uno de ellos atiendan mejor las necesidades físicas, emocionales, mentales o espirituales de las personas.





viernes, 26 de agosto de 2016

DIFICULTADES EN EL SERVICIO LAICO

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Estamos de acuerdo, como hemos dicho muchas veces, que nuestra Iglesia necesita una profunda renovación. 

El Espíritu Santo sopla en ese sentido y crea olas espirituales que debemos "surfear" y los laicos tenemos una función importante en ello.

No se trata de sustituir a los sacerdotes, ni cambiar el mensaje del evangelio ni amoldarlo a los nuevos tiempos. Se trata de trabajar junto a los sacerdotes, de ser iglesia, de ser estratégicos, de recuperar la identidad de la iglesia, tal y como Jesús la fundó. 

Y eso no va a ser nada fácil.

Será lo más difícil que hayamos hecho nunca

No, en serio, es muy, muy, muy duro! Si pensamos que esto va a ser algo divertido y agradable, estamos muy equivocados. Jesús nos lo advirtió.

La fidelidad y el amor a Cristo no siempre será suficiente; por supuesto, son los requisitos para comenzar, son cruciales y más importantes que cualquier cosa, pero debemos ser capaces de liderar y discipular a la gente. 

Es lo que nos toca hacer; con la ayuda y guía de Dios, por supuesto.

La gente intentará no comprometerse

La gente se comportará de una manera en la parroquia, y de otra, fuera. 

Otros evitarán involucrarse demasiado porque ello requiere tiempo y esfuerzo. Y en esta sociedad actual, son dos bienes escasos.

Nos tocará ser muy perseverantes y diligentes, y aún así, algunas veces no conseguiremos ver fruto. 

Paciencia, no depende de nosotros!!!

Tendremos que luchar contra el pesimismo y la decepción

Tendremos dudas, pesimismo con respecto a las personas de nuestra parroquia e incluso nos "quemaremos". Algunas personas dejarán de asistir a la parroquia, y esto producirá daños, heridas y decepciones.

No importa cuán eficientes o denodados seamos, algunas personas se irán. Es inevitable. Y seguramente pensemos que es algo personal. Pero es el libre albedrío. Dios nos hizo así.

Tendremos que evitar compararnos a otras iglesias

En el juego de las comparaciones, siempre se pierde. Si nos comparamos con una iglesia más pequeña, nos sentiremos orgullosos. Si nos comparamos con una iglesia más grande, sentiremos envidia. Nunca llueve a gusto de todos.

Sufriremos peores ataques desde el interior que desde el exterior

Siempre debemos estar vigilantes y esperar algún ataque del enemigo desde fuera de la iglesia. Éstos, los vemos en seguida. Pero los ataques del enemigo desde dentro, como la traición de Judas a Jesús, son los que más daño hacen y los que menos esperamos.

La Biblia nos advierte que somos enviados en medio de lobos. Debemos estar alerta!

El crecimiento siempre se mirará con ojos cuantitativos 

Una de las mayores tentaciones será medir el crecimiento de la parroquia en base a la gente que asista a las misas. Nos gustaría que esto no fuera cierto, pero lo es. 
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Si la parroquia crece, la gente nos felicitará. Si se contrae, nos culparán. Nos guste o no, así es como la gente piensa. 

Nuestro foco debe estar puesto en la calidad de nuestra parroquia no en la cantidad. Dios quiere la excelencia!

Nunca seremos lo suficientemente buenos

No importa lo que hagamos, habrá gente a la que no le gustaremos. Nunca seremos lo suficientemente buenos para satisfacer todos los gustos. También, sentiremos que hacemos algo mal o inadecuado. 

Debemos dejarlo todo en manos del Señor. Él es el que obra, es nuestro salvador y a quien todo el mundo necesita; nosotros sólo servimos.

Nuestras familias se verán afectadas

Nos guste o no, nuestra dedicación y servicio impactará profundamente en nuestras familias. Por el tiempo que dediquemos, por lo ocupados que estemos, nuestras familias lo notarán.

Nos considerarán menos cualificados porque no somos sacerdotes

La cultura clerical persistente en casi todas las parroquias hacen que la gente sólo siga al sacerdote, por lo que los laicos nunca serán suficientes para la gente.

Nuestra labor es intentar hacer las cosas a las que el sacerdote no puede llegar. Nunca sustituirle.

El dinero siempre será un problema

Tendremos que luchar financieramente, sobre todo al principio. Tenemos que estar preparados para lo que se avecina. 
Los recursos para el servicio nunca son suficientes y la iglesia, en contra del parecer común, no es rica. a lo que se une que en nuestro país tampoco hay cultura de aportar a la iglesia.

Cuando el sacerdote se vaya, muchos se irán con él

Ya sea que elija salir, o le re-ubiquen, perderemos a mucha gente; muchas personas siguen a los sacerdotes en lugar de seguir a Cristo. Es una realidad.

Nuestra tarea es servir a Dios y al prójimo, esté quien esté.

Estamos en guerra espiritual y el enemigo va a atacar 

Satanás siempre está al acecho, y atacará donde más daño hace. Intentará crear desánimo, división, duda, etc. 

No es una guerra humana sino espiritual, por eso debemos estar preparados con la armadura de la fe.

Nos desanimaremos y pensaremos en arrojar la toalla

"Son los lunes tras el domingo". La mayoría de gente tiene una actitud el domingo en misa y el lunes ya la ha olvidado.

Es por ello que es de suma importancia la voluntad. Cuando ésta se tuerce, el pecado entra.

Pero todo valdrá la pena!

No hay nada más grande que la recompensa de una vida plena en Cristo. Vamos a sufrir. No va a ser fácil, pero valdrá la pena. Aceptar el llamado de Dios al servicio es una de las mayores bendiciones y privilegios que Dios nos regala.

Tendremos asientos en primera fila para ver vidas cambiadas, matrimonios sanados, hijos pródigos que regresan. Muchas personas cambiarán por nuestra fidelidad y perseverancia.

Y si no vemos todo eso, tenemos al más grande con nosotros, tenemos a Dios, siempre.