¿QUIÉN ES JESÚS?

La vida de Jesús siempre ha suscitado preguntas a lo largo de los últimos dos mil años.

¿Cómo pudo un carpintero que fue ejecutado por los romanos convertirse en el hombre más famoso de la historia?
¿Fue Jesús alguien verdaderamente real?
¿Cómo puede Dios ser un hombre al mismo tiempo?
¿De qué manera podría esto tener algún sentido para mi vida?

Estas son algunas preguntas, pero aquí tienes un espacio para formular las tuyas.

viernes, 30 de marzo de 2018

COMBATIR EL BUEN COMBATE

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"He combatido el buen combate, 
he concluido mi carrera, 
he conservado la fe; 
sólo me queda recibir la corona merecida, 
que en el último día me dará el Señor, justo juez;
 y no sólo a mí, sino también a todos los que esperan con amor su venida." 
(2 Timoteo 4, 7-8)

Saulo de Tarso, fariseo conocedor de la Ley Mosaica y las escrituras hebreas, difundió la muerte y el terror entre los seguidores de Cristo. Fue un cruel perseguidor de la Iglesia de Cristo.

Pablo, alma inquebrantable y, a la vez, atormentada tras su conversión hasta el final de sus días, es el ejemplo de cómo Dios puede transformar a una persona llena de odio en otra llena de amor. Unió su profunda teología a una auténtica vida de combate evangelizador.

La verdadera transformación ocurre cuando tenemos un encuentro personal con Cristo: es entonces cuando su amor nos abrasa, su misericordia nos sana y su gracia nos colma.

Y esto es lo que le ocurrió a Pablo. Tras su encuentro con el Señor, pasó de perseguidor a evangelizador, de quitar vidas a dar vida, del odio al amor, del rencor al agradecimiento, del resentimiento a la gracia.

Dios hace grande lo pequeño

Las actitudes de los que odian y persiguen son el orgullo, la vanidad y la hipocresía. Son personas de corazón impuro, que no quieren entregarse a Dios y cuya única preocupación es ser más que los demás. Su rencor está puesto en los demás y su amor, en ellos mismos. 
Saulo significa "el grande" y Pablo "el pequeño".  Saulo era "grande" a ojos de los hombres. Sin embargo, cuando se hizo "pequeño" a los ojos de Dios, el Señor transformó su corazón de odio en corazón de amor, hizo de lo pequeño algo grande.

Dios obra así: hace grande lo pequeño, enaltece al humilde y fecunda lo estéril. Y es que Dios siente predilección por lo pequeño, lo humilde, lo pobre. Entonces derrama toda su gracia. A Dios creemos darle todo pero en realidad, le damos nuestra pequeñez, para que obre grandezas; le damos nuestra nada para que Él la convierta en Todo. 

Yo lo tengo claro, el propósito de esta vida es tener un encuentro con Cristo, conocerle y tomar una decisión: elegirle o rechazarle. Amar u odiar. 

Si le elegimos, nos hará vivir una vida plena. Viviremos en Cristo, moriremos en Cristo, resucitaremos en Cristo.

La conversión implica un cambio de mentalidad y de pensamiento pero, aún más importante, un cambio de comportamiento, de actitud, de vida.

Misericordia


Todo...absolutamente todo es perdonado por Dios. No existe ningún pecado que no pueda ser perdonado por Dios. 

Él jamás nos dice: "culpa", "vergüenza","venganza", "justicia", vete y muere. Dios sólo te dice: "Te amo, te quiero, ven a mi y vive". Dios nos ama antes de nuestro pecado, durante nuestro pecado y después de nuestro pecado. Dios tiene un corazón de misericordia inagotable, un corazón de amor infinito.

El hombre, cuando sufre, se conforma con llenar sus manos con un poco agua, que tarde o temprano, resbala por sus dedos hasta que desaparece mientras que Dios nos ofrece un océano infinito de inagotable misericordia.

Amor


Una maldad terrible reina en este mundo. Este mundo no sabe nada del amor. La oscuridad se propaga por todos lados. Nosotros tenemos el imperioso mandato de Cristo de llevar la luz, el amor y la paz a este mundo en tinieblas. 
Pero no podemos devolver mal por mal (Romanos 12, 17-19). La única manera de vencer al mal es hacer el bien. El amor es el único camino: un amor que sufre, un amor que escucha y sirve a los demás, que no es orgulloso ni se jacta, que espera y que no envidia, que no busca su interés, que no se irrita, que se regocija en la verdad, que no lleva cuenta del mal, que todo lo excusa, que todo lo cree, que todo lo soporta (1 Corintios 13, 4-7).

Ese amor, ese camino no es otro que Cristo. Sufrió, escuchó y sirvió a los demás. Jamás se jactó o vanaglorió sino que siempre esperó y confió en el Padre. No buscó nunca su interés ni su voluntad sino la del Padre. Se regocijó siempre en la verdad y nunca llevó cuenta del mal. Todo lo perdonó, todo lo excusó, todo lo creyó y todo lo soportó.

Nuestra vida no comienza con odio. De niños no tenemos odio, somos inocentes como palomas. Cuando crecemos mentimos, creamos división, controversia y odiamos.

Gracia

Dios se complace en transformar a hombres llenos de pasión, ira y odio extremo en hombres llenos de sabiduría, amor y paz extremos. Y todo es por su Gracia. Cuando el pecado sobreabunda, la Gracia sobreabunda.
Nadie está fuera del alcance de la Gracia de Dios. No importa quien seas o lo que hagas, no importa donde has estado o con quien. Lo importante es reconocerse pecador y que sin la Gracia de Dios nada somos, nada podemos hacer.

No importa lo que estemos pasando, no importa lo que estemos sufriendo. Debemos mantener la esperanza y la confianza en nuestro Señor. Llegado el momento, por la Gracia, reunirás las fuerzas necesarias para hacer lo correcto.

La persecución pone a prueba la fe. Cada uno debe decidir por si mismo. No podemos reparar la falta de fe de otros pero con nuestra fe podemos guiarles.

En resumen, debemos nacer a una nueva vida regida por el amor, la gracia y la misericordia. Una nueva vida donde no hay lugar para el odio, el mal o la desesperanza. Una vida en unión con Dios y con el prójimo.


jueves, 29 de marzo de 2018

AMOR FRENTE A TRAICIÓN

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"Judas, ¿con un beso entregas al hijo del hombre?"
(Lucas 22, 48)

Comenzamos la Semana Santa escuchando los Evangelios de Mateo, que enfatizan las infidelidades de los discípulos: la traición de Judas, la huida de todos en Getsemaní y, posteriormente, la negación de Pedro.

A pesar de que los discípulos dejan solo a Jesús en los momentos críticos, su amor y su amistad, trascienden el abandono de éstos. La ref
lexión que surge de estos hechos nos interpelan también a nosotros, hoy día. De igual manera que los discípulos, podemos abandonar a Jesús, pero Jesús nunca nos abandona a nosotros. Su amor es mucho mayor que nuestra infidelidad. 


Jesús sabe que va a ser traicionado a pesar de que Judas está maquinando en secreto; Jesús sabe que va a ser negado por Pedro a pesar de que le dice que morirá por Él; Jesús sabe que va a ser abandonado por sus discípulos a pesar que están con Él en el Huerto. Jesús lo sabe todo. 

Imagen relacionadaAún así, Cristo comparte sus últimos mensajes en confianza con todos ellos; cena y confraterniza en intimidad con sus amigos. Para los judíos compartir mesa, participar del pan y del vino eran las máximas expresiones de amistad, de intimidad y de confianza. 

A pesar de ser traicionado por sus amigos, por personas muy íntimas, ¡la increíble gratuidad del amor de Jesús supera la deslealtad, la negación y la huida de sus discípulos. Su amor no depende de lo que los demás hacemos por Él. Aunque cometamos el pecado más grande, sigue considerándonos amigos suyos. 


Resultado de imagen de los discipulos en getsemaniJesús, sabiendo perfectamente lo que Pedro y los demás discípulos iban a hacer, se fue con ellos a Getsemaní. Sabiendo perfectamente lo que Judas había hecho, y lo que venía a hacer, le dijo: "Amigo, ¡a lo que vienes!" No era palabras dichas con ironía, sino con sinceridad y honestidad. Judas era su amigo y Jesús lo amaba. 

¡Qué triste la reacción humana! ¡Qué descorazonadora la actitud del hombre! Después de haber vivido, comido y caminado junto a Jesús durante tres años, Judas terminará entregando a su Maestro y amigo, Pedro terminará negándole y todos, terminarán abandonándole. 

El mismo amor que Jesús sentía por Judas, por Pedro y por el resto de sus discípulos que le fueron infieles, es el que siente por cada uno de nosotros, quienes, lamentablemente, lo negamos, lo traicionamos y abandonamos a diario, quizás con más frecuencia que lo hicieron Judas y el resto.

Cerca y lejos de Jesús a la vez

Los discípulos fueron unos privilegiados: caminaron tres años junto a Jesús, fueron testigos de milagros asombrosos, e incluso predicaron junto a Él. Sin embargo, Judas nunca valoró ni amó a Cristo. En realidad, no estaba realmente interesado en lo que enseñaba. Tenía puesto su corazón en las cosas terrenales, como muestra su traición y sus robos (Juan 12,6). 
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Seguramente Judas fue desilusionándose a medida que conocía más a Jesús, e incluso enfadándose y pensando que había desperdiciado tiempo siguiéndolo. Por eso, cuando se dio cuenta de que Jesús no le serviría para sus propios fines, lo traicionó, mostrando que nunca fue un verdadero discípulo (Juan 26,14-16).

Jesús habló en muchas ocasiones, refiriéndose a "los Judas" (Mateo 6,19-24 y 7,21-23), e incluso advirtió sobre lo que supondría la traición (Mateo 26,24). Sabía que en su Iglesia siempre habría Judas que estarían físicamente cerca de Él pero que sus corazones estarían muy lejos. Aún así lo permitió. Los amó.

Y yo, ¿estoy a la vez cerca y lejos de Jesús? ¿le traiciono? ¿le abandono en los momentos críticos?

Sólo Jesús llena nuestras vidas

Muchos siglos antes de la venida de Cristo, Dios le habló al profeta Jeremías: "Doble iniquidad ha cometido mi pueblo: me han abandonado a mí, la fuente de agua viva para excavarse aljibes, aljibes agrietados, que no retienen agua" (Jeremías 2,13).

Judas representa esta doble iniquidad de la que habla el profeta. Él creyó que era mejor tener un puñado de monedas que tener a Cristo. Luego vio el error que cometió, pero en vez de arrepentirse, decidió quitarse su propia vida.


Imagen relacionadaLa esencia de nuestro pecado original, de nuestra rebelión es, aún estando cerca de Dios, abandonarle por temor o por egoísmo, por tratar de llenar nuestras vidas con cosas materiales que jamás podrán llenarlas.

De nada nos sirve tener cosas materiales ni nada de este mundo si no tenemos a Cristo: "Pues los que quieren enriquecerse caen en la tentación y en la trampa de deseos insensatos y funestos que hunden a los hombres en la ruina y en la perdición. Porque el amor al dinero es la raíz de todos los males. Algunos, arrastrados por ese amor al dinero, se han apartado de la fe y están atormentados por muchos remordimientos" (1 Timoteo 6,9-10).

Y yo, ¿dejo que Jesús llene mi vida? o ¿trato de llenarla con cosas materiales? ¿estoy cerca de Cristo en misa o pensando en mis cosas?

Judas! ¿con un beso entregas al Hijo del Hombre? 
Pedro! ¿con un "no" abandonas al Hijo de Dios?
Cristiano! ¿con un "no tengo tiempo" traicionas al mismísimo Dios?


martes, 27 de marzo de 2018

LE PIDO A DIOS POR TI, HIJA MÍA

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"Pedid y se os dará; buscad y encontraréis; 
llamad y se os abrirá. 
Porque todo el que pide recibe, 
 el que busca encuentra 
y al que llama se le abre. 
¿O quién de vosotros si su hijo le pide pan le dará una piedra? 
O si le pide un pez, ¿le dará una serpiente? 
Pues si vosotros, que sois malos, sabéis dar a vuestros hijos cosas buenas, 
¡cuánto más vuestro Padre celestial dará cosas buenas a quien se las pida!" 
(Mateo 7, 7-11)


Querida hija:

Tengo el alma agitada. Mi corazón sufre un intenso dolor. Me siento traspasado por una lanza. Sé que no quieres saber nada de nosotros, que sigues viviendo tu vida aunque no lo hagas en la nuestra. Hace meses que no sabemos de ti y, a veces, siento como si hubieras muerto.

Todas las noches, al acostarme, te pongo en manos de Dios e intento pensar que, a pesar de todo, estés bien en las manos de un Padre y una Madre mejores que los que tienes en la tierra. Te pido perdón por todo lo que no haya sabido darte o decirte.

Resultado de imagen de hijo prodigoDios te conoce mucho mejor que yo, no te grita como yo, ni te regaña, ni te decepciona, ni te confunde, ni te exige más allá de lo que puedes dar… yo, sólo puedo decirte que te quiero; que te quiero desde el día que te cogí en brazos cuando Dios nos regaló tu vida y te puso nombre: "Oveja de Dios"; que siempre espero que vuelvas a casa, que vuelvas al lugar al que perteneces, que vuelvas donde puedes ser feliz. 

Hija mía, se qué en el fondo de tu corazón eres buena, sé que Dios te ha dado unos dones maravillosos aunque aún no los hayas puesto en marcha. Sé que en lo más profundo de tu ser, sufres y por eso te digo: vuelve a casa, vuelve a Dios. 

Sé que este camino debes andarlo tú sola. Me pediste tu herencia y te fuiste. Me gustaría que abandonaras esa vida desordenada que nada bueno te hace.  Me gustaría rezar contigo, salir contigo a comer, contarte muchas cosas, reír contigo, hacer fiesta contigo, que vivieras lo que yo he vivido y descubierto… Me gustaría que volvieras. Mientras tanto, seguiré esperando cada mañana, a que vuelvas...

Resultado de imagen de pedid y se os daráSeguiré removiendo el cielo para que Dios, a través de María, escuche nuestro sufrimiento, el de tus padres y tus hermanos. Seguiré siendo pesado con Dios para que te envíe una legión de ángeles y te proteja. Seguiré pidiéndole a María que te traiga a casa de la mano.

Tengo la absoluta certeza de que Él me escucha, aunque yo no entienda el por qué de las cosas; sé que Dios sufre conmigo y que en ese sufrimiento reside realmente el Amor.  Por eso, le pido, con plena confianza, no como último recurso, sino como primero. Le pido que alivie mi sufrimiento pero que no se cumpla mi voluntad, sino la Suya. Él se encargará de ti, hija mía.  

Rezo a la Virgen María por tu conversión, por tu felicidad, por tu bienestar, porque si no rezo yo, ¿quién lo hará? Sé que el cielo "funciona" así, y es en el sufrimiento, donde mejor podemos encontrar a Dios. Lo sé aunque me duela. Por eso, ofrezco mi sufrimiento a Dios.

Hoy, Padre, quiero presentarte a tu hija. 
Tú la conoces por su nombre. 
Te la presento, Señor, 
para que pongas Tus ojos de Padre amoroso en su vida.

Tú conoces su corazón y conoces las heridas de su vida.
Tú conoces todo lo que ella ha querido hacer y no ha hecho.
Tú conoces sus sufrimientos, sus preocupaciones y sus anhelos.
Tú conoces sus limitaciones, sus errores y su pecado.
Tú conoces los traumas y los complejos de su vida.

Hoy, Padre, te pido que, por el amor que le tienes a tu Hijo, Jesucristo,
derrames tu Santo Espíritu sobre ella,
 para que el calor de tu infinito amor sanador, 
penetre en lo más íntimo de su corazón.

Tú que sanas los corazones destrozados y vendas las heridas, 
sana a esta hija tuya, Padre.

Entra en su corazón, Jesús, como entraste en el mío. 
Tú que te apareciste a mí y me preguntaste 
¿Te he dicho alguna vez que te quiero?
Tú que me diste tu paz.
 Entra en su corazón y dale tu paz. Llénalo de amor.

Entra en su vida y sana su corazón.
Señor, Tú que convertiste el agua en vino,
 cambia su corazón
 y dale un corazón generoso, 
un corazón afable,
 un corazón bondadoso, 
dale un corazón nuevo.

Te lo pido por ella, con y en María, nuestra madre,
a la que nada niegas. 

Haz brotar, Señor, en ella la luz de tu presencia
para que deje de vagar en tinieblas. 
Haz que venga sobre ella tu Espíritu,
 para que pueda saborearte 
y buscarte cada día, 
viviendo sin desordenes, 
sin traumas, sin problemas 
junto a su familia, 
junto a sus padres y sus hermanos.

Te doy gracias, Padre, por lo que haces en nuestras vidas.
Te doy gracias de todo corazón porque Tú nos sanas, 
porque tu nos liberas, 
porque Tú rompes las cadenas
y nos das la libertad.

Gracias, Señor, por la fe que has puesto en mi vida
Gracias, Padre, por el amor que has puesto en mi corazón.

Gracias.




domingo, 25 de marzo de 2018

REVOLUCIÓN Y CONTRA-REVOLUCIÓN VISTA POR TOLKIEN

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"Os digo que en esta hora terrible
en que el espíritu
 del mal busca 
todos los medios para destruir el Reino de Dios, 
debéis poner en acción todas las energías para defenderlo 
de las falsas ideologías de nuestro tiempo” 
(Papa Juan XXIII)

En otro artículo hablabamos sobre la alegoría cristiana y el simbolismo católico de "El Señor de los Anillos" (J.R.R. Tolkien), que narra la lucha entre el bien y el malla batalla por liberar a la Tiera Media de la tiranía del Señor Oscuro Sauron.  

Hoy volvemos a ello con el propósito de establecer un paralelismo con la Revolución y Contra-Revolución.

La Palabra de Dios (en la que Tolkien se inspiró para escribir su obra) nos habla de esta lucha encabezada por el Arcángel San
Miguel contra las huestes de Lucifer: "Y fue lanzado fuera el dragón, la serpiente antigua, que se llama Diablo y Satanás, el cual engaña al mundo entero, fue arrojado a la tierra y sus ángeles fueron arrojados con él" (Apocalipsis 12,9 ).

Satanás fue vencido, privado de cuerpo físico y arrojado a la tierra, la cual dirige y gobierna (1 Juan 5,19), con el propósito de tentar a la humanidad y hacer la guerra a los escogidos. (Isaías 14,12-15). 
      
Esta lucha continúa hoy, trasladada del cielo a la tierra. Sauron es la representación de Satanás en el mundo y su símbolo es el "El Ojo que todo lo ve".  Curiosamente, el ojo de la Masonería y de los Illuminati (también impresa en el billete de un dólar), es uno de los principales agentes de la Revolución.

La Revolución

Satanás, valiéndose de su "Revolucionario Anillo Único" (Igualitarismo y Liberalismo), trata de esclavizar al ser humano con el gran poder maligno que corrompe completamente al que intenta usarlo.
Es la búsqueda del Nuevo Orden Mundial, bajo el que ya no habrá diferencias, bajo el cual habrá una falsa libertad que oculta su verdadero objetivo: la total obediencia a Satanás (Sauron). 
La fuerza de atracción del "Anillo Único" (las falsas ideologías y las pasiones desordenadas) es total y no hay forma de escapar a ella. Otorgando invisibilidad a su portador, le hace prisionero del anillo y de su influjo demoníaco, haciéndole pagar una alto precio: la entrega de la misma alma. 

Su característica principal es la subyugar a todos sus portadores, atraerlos, para así, atarlos a todos bajo un poder único: "Un Anillo para gobernarlos a todos, un Anillo para encontrarlos, un Anillo para atraerlos a todos y atarlos en las tinieblas" (El Señor de los Anillos, JRR Tolkien).

El anillo del mal es seductor, tienta a quién lo posee hacia el egoísmo, la codicia, el odio, etc...es el símbolo del pecado.


El anillo domina a aquel que lo posee; conoce las debilidades de cada portador y así, logra esclavizarlo... manteniendo prisionero a aquel que lo utiliza: "Jesús les respondió: Os aseguro que quien comete pecado es un esclavo." ( Juan 8,34).

Cuando una persona usa el Anillo, éste se convierte en una adicción, en un "círculo" vicioso, en un "tesoro" (como le ocurrió a Smeágol), que lleva a una obsesión enfermiza.

Al principio, como con el alcohol, las drogas, la pornografía o cualquier otro vicio, todo Sméagol cree tener el control del Anillo y cree saber cuando parar. 

Sin embargo, poco a poco con el paso del tiempo, despreocupa otros aspectos de su vida por la obsesión de su vicio, de su "tesoro": "Olvidó el sabor del pan y el canto de las aves", y se convierte en Gollum, un ser miserable, esclavo de su anillo, de su "tesoro". 

Los revolucionarios

Los revolucionarios son las huestes de Lucifer, los Hijos de las Tinieblas y que responden a dos tipos:

Orcos y Goblins
Seres poco inteligentes pero muy astutos, corrompidos por el Señor Oscuro Sauron y usados como soldados y secuaces suyos.
Criaturas miserables, deformes y de apariencia bestial que odian todo lo existente, incluso a ellos mismos y a sus amos, a quienes sirven por temor.

Aunque no hacen nada bueno ni artístico, tienen una cierta tecnología, que emplean fundamentalmente para la destrucción. 

Aborrecen la luz del Sol, y no soportan estar bajo ella. Prefieren la oscuridad.

Simbolizan las innumerables legiones de ángeles corruptos que siguieron a Satanás, que corresponden a la tercera parte de todos los espíritus creados por Dios antes de formar la tierra (Apocalipsis 12, 4) y que, al deformar su voluntad, se convirtieron en demonios y espíritus inmundos que luchan contra el hombre, con el único fin de aniquilarlo.

Huruk-hai
Especie mejorada de orcos híbridos creados por Saruman, el "mago blanco" (Anticristo) resultado del cruce de orcos y elfos.
Poseedores de un carácter despiadado y cruel para la lucha que los convierte en brutales máquinas de matar, disciplinadas y obedientes, resueltos y persistentes, capaces de recorrer grandes distancias sin apenas descansos.

Simbolizan a los seguidores y defensores de la Revolución y que son el resultado de la unión apóstata de espíritus puros y espíritus malignos reclutados en el mismo corazón de la Iglesia (Isengard), que viven en cuevas subterráneas y cuyas intenciones son malignas. 

Al haber formado parte de la Iglesia, sus conocimientos les ayudan a luchar contra los Hijos de la Luz sin ningún ápice de misericordia o compasión.

La Contra-Revolución 

Ante esta acción revolucionaria y malvada es necesaria una reacción. Una re-acción que se oponga a la Revolución, que luche contra ella y que la derrote destruyendo el "Anillo", allí donde fue forjado.
La Contra-Revolución es la “re-acción” frente a la Revolución que no es, ni puede ser, un movimiento "teórico", ni una actitud "estática" que combata fantasmas. 

Más bien, es una lucha contra las pasiones revolucionarias que hoy se desbordan, contra las ideas revolucionarias que continuamente se formulan, contra los ambientes revolucionarios que nos rodean.

La Contra-Revolución no consiste en cerrar los ojos ante esta situación, ni en pactar con los revolucionarios y mucho menos, convivir con sus postulados. Al contrario, consiste en conocer su esencia, sus metamorfosis y sus agentes para combatirla de forma inteligente, sagaz y astuta con todos los medios lícitos, y con el concurso de todos los hijos de la luz.

Si la Revolución es el desorden, la Contra-Revolución es la restauración del Orden. Es decir, la paz de Cristo en el Reino de Cristo. O sea, la civilización cristiana, jerárquica, sacra, anti-igualitaria y anti-liberal.

La Contra-Revolución es la defensora de las tradiciones cristianas, promotora del desarrollo de todas las potencias del alma y la búsqueda de la perfección moral, protectora de la prevalencia de los aspectos espirituales sobre los aspectos materiales y promotora del aprecio a la Belleza, la Bondad y la Verdad en lo relacionado a la verdadera Religión, a la verdadera doctrina, al verdadero arte y a la verdadera literatura, al bien del cuerpo y el a
provechamiento de la materia.

El Orden nacido de
 la Contra-Revolución debe asentarse en los tres objetivos fundamentales en que éste fue vulnerado por la Revolución:
  • Un profundo respeto a la Iglesia y el Papado y una sacralización de los valores de la vida temporal, en oposición al laicismo, al inter-confesionalismo, al ateísmo, al panteísmo y sus secuelas.
  • Un espíritu de jerarquía en todos los aspectos de la sociedad y del Estado, de la cultura y de la vida, en oposición a la concepcion igualitaria de la Revolución.
  • Una gran diligencia en detectar, combatir y reprimir el mal en todas sus manifestaciones, embrionarias o veladas, en oposición al liberalismo revolucionario.
La única manera de destruir el Anillo es llevándolo al monte del destino en Mordor y arrojarlo al fuego. 

Asimismo, la única manera de vencer la Revolución es luchar contra ella con un ejército de contra-revolucionarios que imite y siga a Cristo, a la vez Rey (Aragorn) y Hombre (Frodo), hasta el Monte del Calvario.

Los contra-revolucionarios

Los contra-revolucionarios son los ejércitos de Cristo y de María, los Hijos de la Luz y continuando con el paralelismo del Señor de los Anillos, contrarrevolucionarios serían:

Elfos 
Los Elfos tienen una visión muy superior a la de los Hombres pudiendo ver en la lejanía y en la oscuridad si ésta no es absoluta. Son más hábiles que las demás razas, y más resistentes en cuerpo y mente que Hombres y Enanos. 
   
Se recuperan más rápido de las heridas y no están sujetos a las enfermedades. Son criaturas bellas que aman la naturaleza, la vida y la música. 

Todos los elfos son prácticamente inmortales: envejecen junto con el mundo y existen mientras el mundo exista. Son inmunes a las enfermedades; sólo pueden perder la vida en batalla o fallecer de pena. 

El Señor de los Anillos relata que los Elfos y los Hombres fueron compañeros de batalla desde tiempos remotos.

Los Elfos simbolizan a las legiones de ángeles lideradas por el Arcangel San Miguel y asociadas a los espíritus de todos los hombres justos, pelean contra Lucifer y sus seguidores: 

"Entonces hubo una batalla en el cielo: Miguel y sus ángeles lucharon contra el dragón. El dragón y sus ángeles combatieron, pero no pudieron vencer, y ya no hubo lugar para ellos en el cielo. Y fue precipitado a la tierra el gran dragón, la serpiente antigua, que se llama "Diablo" y "Satanás", el seductor del mundo entero, y sus ángeles fueron precipitados con él." (Apocalipsis 12,7-9).

Istari
Los Istari de Tolkien simbolizan a los obispos y sacerdotes (pastores) que guían y dirigen a los hombres:


- "Gandalf el gris" 
símboliza a Cristo, a Pedro, a Pablo, al Vicario de Cristo, al Papa: guía de hombres, enanos y hobbits, cayó en las profundidades de Moria junto con el Balrog, y murió y resucitó aún más sabio, vestido de blanco en vez de gris. El blanco es la sabiduría: 
“Solo tú puedes decidir qué hacer con el tiempo que se te ha dado. En efecto, muchos que viven merecen la muerte. Y algunos que mueren merecerían la vida. ¿Puedes devolversela tú? No te apresures, pues, en adjudicar muerte o juicio, pues ni aún los más sabios pueden discernir esos extremos." (Gandalf a Frodo, El Retorno del Rey).

"¿Final? No, el viaje no concluye aquí. La muerte es sólo otro sendero, que recorreremos todos. El velo gris de este mundo se levanta y todo se convierte en plateado cristal. Es entonces, cuando se ve... la blanca orilla. Y mas allá, la inmensa campiña verde, tendida ante un fugaz amanecer." (Gandalf a Pippin, el Retorno del Rey).

- "Saruman, el blanco", simboliza la apostasía dentro de la Iglesia Católica: Señor de Isengard, sucumbe a las tinieblas y se une a la Orden Negra de Mordor: 
"El mundo cambia. ¿Quién tendrá ahora la fuerza de hacer frente a los ejércitos de Isengard y Mordor? ¿De rebelarse al poder de Sauron y Saruman y la unión entre las dos torres? Unidos, mi señor Sauron, seremos reyes de la Tierra Media. El viejo mundo se consumirá en los fuegos de la industria. Los bosques morirán. Un nuevo orden surgirá, seremos adalides de una máquina de guerra a espada, lanza y puño de hierro de orco. Tan sólo hay que aniquilar a aquéllos que se nos oponen."(Saruman, Las Dos Torres).

Hombres 
En la obra de Tolkien, los Hombres simbolizan el Pueblo de Dios, las "ovejas" guiadas por los "pastores" y al frente de ellos, Aragorn, el trigesimonoveno (39º) descendiente directo por línea paterna de Isildur, hombre de Númenor y jefe de los Dunedain de los montaraces del norte, y por tanto, legítimo heredero al trono.
Aragorn utiliza su legitima autoridad como Rey de los Hombres para unificar a los pueblos libres de la Tierra Media: Hombres de Rohan y Hombres de Gondor. También, desciende al mundo de los espíritus, bajo la montaña, para reclutarlos para la guerra y así salvarlos y liberarlos. 
Así, lidera a un ejército de muertos y de vivos contra las fuerzas malignas de Sauron:

"¡Seguid en posición, hacedles frente! Hijos de Gondorn, y de Rohan, mis hermanos... Veo en vuestros ojos el mismo miedo que encogería mi propio corazón. Pudiera llegar el día en el que valor de los hombres decayera, en que olvidáramos a nuestros compañeros y se rompieran los lazos de nuestra comunidad, pero hoy no es ese día! ¡En que una hora de lobos y escudos rotos rubricaran la consumación de la edad de los hombres, pero hoy no es ese día. En este día lucharemos. Por todo aquello que vuestro corazón ama, de esta buena tierra, os llamo a luchar. ¡Hombres del Oeste!"(Aragorn, El Retorno del Rey).

Aragorn simboliza a Cristo, que encabeza su Iglesia con los santos y los hombres, cuando dice: "Yo Soy el camino" (Juan 14,6).

Hobbits
La vida de la Comarca de los Hobbits es el reflejo de la vida cristiana, antaño tranquila y sin mucha aventura. Sus principales ideales son el amor por la vida sencilla y las virtudes de antaño. 
Normalmente, eluden las "grandes aventuras" e involucrarse en los temas de los Hombres, ni siquiera a querer saber lo que sucede en la Tierra Media, refugiándose en su "Comarca" (Iglesia). 

Los Hobbits simbolizan también al pueblo de Dios (posiblemente a los grandes santos), a los  cristianos pequeños, humildes y sencillos, pero  llamados a los "grandes propósitos".

Enanos
Los enanos son seres que viven ocultos bajo las montañas. Son tenaces, indomables y persistentes. son el esfuerzo y el trabajo, y, de hecho, es la raza más trabajadora de la obra de Tolkien. 

Son valientes en el combate y su voluntad y orgullo son indoblegables, por lo que rara vez son engañados y pocas veces han sido corrompidos por el mal.
Existen al menos 7 reinos enanos, entre los que destacan: Khazad-dûm o Moria es el hogar de los nobles enanos bajo las Montañas Nubladas y Erebor el Reino bajo la Montaña el hogar de Thràin bajo la Montaña Solitaria, tomada por el dragón Smaug y recuperada por Thorin "Escudo de Roble".

Los Enanos simbolizan a los hombres y mujeres de vida consagrada, a los distintos carismas y órdenes religiosas de la Iglesia Católica, que a través de su trabajo "oculto" de contemplación y oración sirven a la causa de la Contra-revolución.


La Dama Galadriel
Galadriel, traducido del sindarin como "doncella enguirnaldada de un brillante resplandor"​ es una elfa del casada con Celebor, madre de Celebrían y abuela de Arwen.
Reina de los Altos Elfos de Lothlórien, simboliza a la Virgen María por su gran belleza, nobleza y por su resistencia contra los designios del Señor Oscuro, en una lucha que recuerda la de la Santísima Virgen aplastando la cabeza de Satanás.


Galadriel les enseña a Frodo y a Sam el "santuario", el jardín que figura ser el del Edén; les invita a mirar en el Espejo de Galadriel para descubrir "el fondo de su propio corazón"; les entrega "gracias" en el frasco con la Estrella de Ëarendil, "para que acudan a ella para pedir su intercesión" en caso de necesidad:

"Y ahora al fin llega. ¡Me darás libremente el Anillo! En el sitio del Señor Oscuro instalarás una Reina. ¡Y yo no seré oscura sino hermosa y terrible como la Mañana y la Noche! ¡Hermosa como el Mar y el Sol y la Nieve en la Montaña! ¡Terrible como la Tempestad y el Relámpago! Más fuerte que los cimientos de la tierra. ¡Todos me amarán y desesperarán!"
(Galadriel a Frodo, en la Comunidad del Anillo).

En esta lucha entre Revolución y Contra-Revolución no hay posibilidad de ser neutrales, ni se puede servir a ambos bandos (Mateo 6,24). Por ello, el contra-revolucionario debe tener:
  • una clara visión de la Revolución y la Contra-Revolución
  • un amor fundamental a Dios
  • un ánimo fuerte para luchar
  • Una coherencia para actuar
  • una noción lúcida de los desórdenes del mundo y lo que suponen
  • una sana indignación ante cualquier aspecto revolucionario 
La estrategia del contra-revolucionario consiste en mostrar la Revolución por enterosu espíritu, sus líneas de acción, cada una de sus manifestaciones o maniobras aparentemente inocentes e insignificantes.

Debe procurar, en lo posible, conquistar a las multitudes. Sin embargo, no debe hacer de eso su objetivo principal ni desanimarse ante las dificultades sino utilizar todos los medios a su alcance y vencer el espíritu derrotista de algunos que sólo ven el poder malvado de los hijos de las tinieblas. 

Debe enseñar el amor a la desigualdad en el plano metafísicoal principio de autoridad, y también a la Ley Moral y a la pureza.

"Por todo aquello que vuestro corazón ama, de esta buena tierra, os llamo a luchar. ¡Hombres del Oeste!"

sábado, 24 de marzo de 2018

EL BUENISMO: LA MUNDANIZACIÓN DEL EVANGELIO

"La cosa no es para que os sintáis orgullosos.
¿No sabéis que un poco de levadura hace fermentar toda la masa? 
No tratéis con el que presume de cristiano y es lujurioso, 
avaro, idólatra, calumniador, borracho o ladrón; 
con éstos, ni comer."
(1 Corintios 5, 6 y 11)

Por desgracia, cada vez más, estamos acostumbrándonos a escuchar a muchos, también dentro de la Iglesia católica, decirnos que vivamos una versión superficial de los valores supremos, de la fe que nuestros padres nos enseñaron, del cristianismo.

Se trata de un discurso simplista y sensiblero cuyo propósito es la búsqueda del sentimiento que obnubila la razón, que abduce el pensamiento, que nos insta a evitar y desechar los aspectos desagradables y los problemas en nuestra vida cristiana, negando así la importancia del sufrimiento de nuestro Señor en la Cruz y dibujándola como una muestra errónea de la Misericordia divina.

En palabras del Papa Francisco, se trata de la tentación del 'buenismo destructivo', que deja las heridas sin antes curarlas y modificarlas” (Sínodo de la familia, 2014).

El Buenismo de muchos católicos es la súper-comprensión, la súper-compasión, la súper-tolerancia, la súper-permisidad, lo "súper-guay", lo "súper-progre", con todo y con todos,  menos con lo nuestro. 

Una "complejitis" que nos quiere hacer "comulgar" con una fe bobalicona, cobardona, timorata, intimista, sincretista y panteísta: Es la mundanización del Evangelio, en lugar de la Evangelización del mundo.

Es la súper-libertad, la súper-igualdad, la súper-apertura a todas las culturas, a todas las religiones, a las todas las creencias, a todas las actitudes y a todas las opiniones. A todas, menos a la propias de un cristiano.

El buenismo es, en el fond
o, una repulsa hacia lo propio, un complejo sobre la propia identidad, una manía hacia la propia idiosincrasia, en defensa de lo impropio, de lo ajeno. El buenismo desconfía de lo suyo, de lo conocido, de lo aprendido para fiarse de lo ajeno, de lo desconocido, de lo impuesto.

El buenismo es capaz de renunciar a sus propios valores y principios, los cuales fueron forjados a fuego y espada, a lo largo de la Historia a través de luchas, muertes y sacrificios, por miedo a ser tratado de racista, machista, fascista, xenófobo, islamófobo, homófobo etc.

"Buenitis"

El buenismo católico apela a que:

No es necesario estar en gracia para recibir a Jesucristo en la Santa Misa, pues Cristo, en su infinita misericordia, perdona a todos y así, se entrega en el pan eucarístico a todos los que lo piden, con independencia de su estado, pues no se le puede negar a nadie.

No es indispensable acudir al sacramento de la confesión, pues Dios perdona a todos sin excepción. Así, todos los delincuentes, los narcotraficantes, los asesinos, los secuestradores, los homosexuales practicantes, los divorciados… pueden comulgar en aras de la "súper-misericordia". Incluso, algunos hasta propugnan la "confesión general".

No es  preciso seguir la tradición ni el Magisterio de la Iglesia, pues todos los santos y los grandes doctores de la Iglesia se han equivocado y han sido incapaces de comprender estas situaciones, hasta que han llegado los "iluminados" a la Iglesia.

No es obligatorio cumplir la voluntad de Dios ni sus Mandamientos, pues están obsoletos, pasados de moda. Eran para otras épocas.

No es imperioso corregir las conductas desordenadas, pues permitiendo a los divorciados vivir en adulterio y comulgar, permitiendo la practica homosexual, el yoga, el reiki, etc. atraerán almas a Dios y conseguirán llenar las iglesias. 

En definitiva, el buenismo significa que todo vale, que todo es "igual", que todo es "libre". Estamos ante la eterna rebelión del Diablo, infiltrado en la Iglesia como "Ángel de luz" y que sólo busca la destrucción del ser humano.

"Misericorditis"

Muy lejos está de lo que Jesús nos dice a través del apóstol Pablo: "El salario del pecado es la muerte" (Romanos 6,23), y por tanto, a lo que el buenismo conduce, es a dañar a todas las almas, pues en lugar de buscar su santidad, las aboca a la tibieza y a la mediocridad, que las hace caer con más facilidad en cualquier pecado.

Se trata, en definitiva, de una concepción absolutamente equivocada de la voluntad divina y una distorsión completa de la misericordia de Dios, pues el perdón de los pecados es un don gratuito de Dios que requiere el sincero reconocimiento, arrepentimiento y dolor del propio pecado (contrición) por haberle ofendido.

Desde luego, esta concepción buenista de las cosas no es la Iglesia de Jesucristo, sino una iglesia disfrazada de "misericorditis" humana, bastante alejada de la verdadera misericordia divina. Por desgracia, esta falta de fe auténtica, incluso en los sacerdotes, motiva a los buenistas a proseguir con sus líneas de actuación, a pesar de los pésimos resultados que obtienen. 

Y es que no son capaces de ver la tempestad que conduce al naufragio de la Iglesia, pues estas prácticas, con falso olor a compasión y con falsa apariencia de misericordia, son del todo obras anti-cristianas y mundanas, que no divinas. 

La "misericorditis" invocada en favor de actos incorrectos, conduce al escándalo, pues invita a pecar gravemente; conduce a la herejía, pues divide a la Iglesia, permitiendo un punto no negociable de la doctrina de la Iglesia; conduce al relativismo, a  la tiranía del "todo vale".

Abrazar la Cruz

La misericordia auténtica es la expresión del amor de Dios y de la Iglesia por los más débiles, por los pobres, y la invitación al arrepentimiento de los que corren el riesgo de ser esclavizados por sus pecados, y de finalmente, morir.

La medida de un cristiano es siempre Jesucristo y no una falsa misericordia donde la compasión por el pecado permanente es mas importante que la voluntad de Dios.

Abracemos nuestra cruz y caminemos hacia nuestro objetivo: Dios. Salgamos de este buenismo pagano ... y sin rubor, expresemos nuestra auténtica fe en público y en todo lugar. 

El mundo necesita soldados comprometidos con el amor, orgullosos de la fe y animados por la esperanza. Guerreros como los apóstoles de Cristo que arriesgaron sus nombres, sus comodidades  y sus vidas.

Fuertes, audaces y santos

El declive que percibimos tanto en nuestra casa, la Iglesia, como en el mundo, nos convierte en una humanidad en peligro de extinción, en peligro de sucumbir tanto a nuestros excesos como a nuestros defectos.

Seamos fuertes, apoyándonos en la oración; audaces, meditando las Sagradas Escrituras y santos, visitando con regularidad el Santísimo. 

Apartémonos de esta generación corrupta y gritemos fuerte que la libertad existe para no hacer lo que nos gusta, sino para hacer lo que debemos, lo que Dios nos dice.

Unámonos al ejercito de San Miguel Arcángel, y luchemos con la Virgen María como escudo, el Espíritu Santo como guía y Cristo como espada.

Venzamos al demonio, al mundo y a la carne. ¡Guerra contra Lucifer!