¿QUIÉN ES JESÚS?

La vida de Jesús siempre ha suscitado preguntas a lo largo de los últimos dos mil años.

¿Cómo pudo un carpintero que fue ejecutado por los romanos convertirse en el hombre más famoso de la historia?
¿Fue Jesús alguien verdaderamente real?
¿Cómo puede Dios ser un hombre al mismo tiempo?
¿De qué manera podría esto tener algún sentido para mi vida?

Estas son algunas preguntas, pero aquí tienes un espacio para formular las tuyas.
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lunes, 20 de octubre de 2025

ECLESIÁTICO O SIRÁCIDA: SABIDURÍA DE ISRAEL

 

Eclesiástico es un libro sapiencial deuterocanónico del Antiguo Testamento, el más antiguo que se conserva, escrito para mostrar el patrimonio religioso sapiencial de Israel y preparar a los jóvenes de Jerusalén para vivir fieles a la Alianza y la Ley de Dios.

También conocido por:
  • Sirácida Libro de la Sabiduría de Yeshua ben Sira ben Eleazar (s. III a.C.)
  • Ecclesiae o Libro de la Iglesia (san Cipriano de Cartago-s. III d.C.)
  • Ecclesiasticus o Eclesiástico (san Jerónimo-s. V d.C.)
Autoría y Datación
Descubierto en Qumrán, escrito en hebreo entre los años 196 y 175 a. C. (s. III a.C.) por Ben Sira, un judío piadoso y ortodoxo, escriba helenista (530 a.C.-70 d.C.), y traducido al griego koiné por su nieto en Alejandría alrededor del año 117 a. C., quien añadió el prólogo.
Estructura
Eclesiástico puede estructurarse en base a los 4 himnos que contiene:
  • c. 1-23: Himno-Prólogo. Misterio y origen divino de la Sabiduría:
    • Normas de comportamiento y pruebas para el justo
    • Temas clásicos: respeto a los padres, humildad y docilidad, justicia, vergüenza y timidez, falsas seguridades, dominio de la lengua y las pasiones, amistad
    • Normas de trato social: familia, sacerdotes, pobres, mujeres peligrosas, gobernantes, desconocidos, amigos y enemigos, rico y poderosos
    • Advertencias: orgullo e insolencia, honor, trabajo, tacañería, riqueza, libertad, impiedad, generosidad, cautela, autodominio, corrección fraterna, sabiduría verdadera y falsa, hablar inoportuno, pecado, hijos desvergonzados, palabrotas, lujuria, adulterio.
  • c.24-42: Elogio de la Sabiduría. La sabiduría personificada:
    • Profecía mesiánica (24,34-35)
    • Normas de comportamiento conforme al temor de Dios
    • Elogios a la buena esposa por su saber, silencio, honestidad, educación, belleza
    • Advertencias: malas lenguas, secretos, hipocresía, rencor, disputas
    • Normas sociales y económicas: préstamos, fianzas, hospitalidad, educación, salud, riquezas
    • Temas prácticos: testamento, esclavos, sueños vanos, viajes, sacrificios, discernimiento, elección de esposa, falsos amigos, consejeros, templanza, médico,duelos, oficios artesanos, escribas
    • Oración por Israel y alabanza a Dios: la miseria del hombre, el fin del malvado, el destino de los impíos y la realidad de la muerte
  • c. 42-43: Himno a la creación, al Señor creador. Elogio a los antepasados:
    • Relectura de la historia de Israel en clave sapiencial: Henoc y Noé; Abrahán, Isaac y Jacob; Moisés y Aarón; Pinjás; Josué y Caleb; Jueces y Samuel; Natán y David; Salomón; Roboán y Jeroboán; Elías y Eliseo; Ezequiel e Isaías; Josías; reyes impíos de Judá y Jeremías; Ezequiel y los 12 profetas; Zorobabel, Josué y Nehemías; José, hijo de Jacob; Simón, sumo sacerdote e hijo de Onías
  • c. 51: Himno-Epílogo:
    • Exhortación a bendecir al Dios del universo

Contenido
Consejos, proverbios, máximas, aforismos, poemas, reflexiones, meditaciones y observaciones sapienciales:
  • Consejos: positivos (4,20-6,4; 7,1-21) y negativos (8,1-9,16)
  • Proverbios numéricos: semejantes a los del libro de Proverbios
  • Poemas didácticos: sobre la amistad (6,5-17), el hablar (23,7-15), los sueños (34,1-8), el médico (38,1-15), las hijas (42,9-14)
  • Recursos didácticos y literarios: repeticiones, preguntas, comparaciones, descripciones, himnos, poemas, oraciones, lamentaciones o acciones de gracias
El libro del Sirácida combina el esfuerzo intelectual humano con la apertura a la sabiduría que procede de Dios, estableciendo un equilibrio entre la razón y la fe, preludio de la síntesis que más tarde desarrollará la teología cristiana.

El libro del Eclesiástico concibe la sabiduría no sólo como un ejercicio intelectual, sino como un don de Dios que encuentra su plenitud en la Torah: sabio es quien conoce la Ley y la aplica con discernimiento en la vida concreta.

domingo, 19 de octubre de 2025

SABIDURÍA: NEXO TEOLÓGICO ENTRE AT Y NT

 

El libro deuterocanónico de la Sabiduría o "Sabiduría de Salomón" es el último escrito del Antiguo Testamento y el nexo teológico con el Nuevo Testamento. 

Es un texto único por la profundidad y amplitud de su exposición doctrinal. Con él se llega al culmen de la literatura sapiencial del pueblo judío anterior a Jesucristo. Todas las cuestiones planteadas a lo largo de los siglos anteriores reciben ahora respuesta, mostrando una visión más amplia del designio escatológico de Dios.

A la cuestión sobre el sentido de la vida de Qohélet, el libro de la Sabiduría responde: buscar la sabiduría de Dios, rendirle culto y hacer su voluntad. Quien cumple todo esto es un hombre justo, hijo y amigo de Dios, incorruptible e inmortal (Sab 2,23), mientras que quien se aparta de ella es malvado e impío y se encamina a la perdición. 

Sabiduría perfecciona, en cierto modo, la doctrina escatológica de Daniel y II Macabeos (Sb 3, 1-6), que esbozan y prefiguran la vida eterna y que son la primera concepción intelectual del más allá, antes inexistente en la mentalidad judía. 

Autoría y Datación 
Su autor es un judío de la diáspora, posiblemente de Alejandría, profundamente religioso, versado en la cultura helenista y conocedor de la filosofía platónica, estoica y epicúrea, de los usos propios de los cultos paganos egipcios  y de los textos sagrados, la historia y las costumbres propios de Israel. 

Por tanto, su datación tiene que ser posterior a la fecha de la fundación de la ciudad por Alejandro Magno en el 333 d.C.: entre la segunda mitad del siglo I a. C. (80-50 a.C.) y el reinado de Octavio Augusto (30 a.C.-14 d.C.).

Destinatarios

Está dirigido a los gobernantes de la tierra, a los poderosos del mundo (Sab 1,1), exhortándoles a amar la justicia y buscar la sabiduría de Dios, y a sus compatriotas judíos, especialmente a los jóvenes, exhortándoles a no dejarse seducir por los cultos paganos, por la conducta moral relajada y hedonista, por el ateísmo o por la falta de fe en el Dios de sus padres. 

Estructura
El libro de la Sabiduría consta de 19 capítulos que se pueden agrupar en tres secciones:
  1. Escatológica (1-5): "Sabiduría y destino del hombre". 
    • Exhortación a vivir conforme a la sabiduría y la justicia/santidad. 
    • Discurso escatológico: el castigo a los impíos y el premio los justos (resurrección)  
    • Explicación del porqué de la muerte, tanto física como espiritual (juicio final)
  2. Sapiencial (6-9): "Elogio a la Sabiduría". 
    • Reflexión sobre el don precioso de la sabiduría: definición, elogio y cómo alcanzarla
  3. Histórica (10-19): "La Sabiduría en la historia de Israel". 
    • Exposición de la acción de la sabiduría divina en la historia del pueblo judío, especialmente durante el éxodo de Egipto (7 beneficios)
    • Discurso contra la idolatría
    • 7 Contrastes entre Egipto e Israel
Clave de lectura
El libro de la sabiduría es la luz que ilumina:
  • la correspondencia entre el inicio y el final de la historia salvífica (creación/encarnación)
  • la transición del Antiguo al Nuevo Testamento 
  • el desarrollo progresivo de la Revelación 
Su tema central, como su título indica, es la "sabiduría" bajo dos aspectos principales:
  • en su relación con el hombre, la sabiduría es la perfección del conocimiento de los justos como un don de Dios que se manifiesta en la acción
  • en su relación con Dios, la sabiduría es la característica eterna de Dios manifestada en la creación (revelación natural) y la encarnación (revelación sobrenatural)

A diferencia de Proverbios, que ofrece una serie de sentencias sueltas, Sabiduría presenta un rico, ordenado y profundo desarrollo literario y teológico en el que convergen la tradición sapiencial de Israel, la lectura de la historia como acción providente de Dios y la influencia de la filosofía helenista. 

El libro de la Sabiduría integra y armoniza fe y razón, mostrando que ambas no se excluyen, sino que se enriquecen mutuamente. 

Contenido 
Aborda todos los temas fundamentales de la fe y de la reflexión humana: el misterio de Dios, la providencia, la revelación natural y sobrenatural, el sentido de la vida y la muerte, la retribución en el presente y en el más allá, así como el valor de las virtudes morales.

Muestra que la Palabra de Dios no queda limitada a la cultura hebrea, sino que se encarna en diferentes modos de pensamiento, abriendo el horizonte de la fe judía hacia el ámbito grecorromano, anticipando la universalidad del mensaje cristiano.

Frente a la concepción semita, que entendía al hombre de manera unitaria aunque con poca precisión filosófica, y frente al dualismo griego que veía el cuerpo como prisión del alma, Sabiduría distingue entre cuerpo y alma, pero sin negar la unidad de la persona, y afirma con firmeza la inmortalidad del espíritu, anticipando la antropología cristiana, en la que el misterio de la encarnación de Cristo revela plenamente la dignidad y destino del hombre.
Previene sobre los peligros de la idolatría y del ateísmo, propone la sabiduría divina como regidora del universo, orienta la conducta moral y abre al hombre la esperanza de la vida eterna. 

Sabiduría y Nuevo Testamento
Como último libro del AT, cuya finalidad es "preparar, anunciar y prefigurar la venida de Cristo y su reino mesiánico" (DV 15), Sabiduría establece un puente con el NT, completando desarrollos teológicos iniciados en el AT y que serán despejados en la cristología neotestamentaria con la revelación definitiva manifestada en Cristo:

  • el valor de la vida y el sentido de la muerte
  • la subsistencia del alma después de la muerte
  • la justicia de Dios, el juicio final y la salvación escatológica
  • la llamada a la santidad y la filiación divina del justo
  • el amor, la paciencia, la misericordia y la sabiduría de Dios
  • el conocimiento de Dios a través de la contemplación de la creación
  • la enseñanza sobre la corrupción moral del hombre y sus consecuencias 
  • la preexistencia de la Sabiduría divina y su acción creadora
  • la identificación de la Sabiduría con el Hijo, imagen del Dios invisible y reflejo de su gloria 
Sabiduría y Liturgia
La liturgia también lo ha incorporado en celebraciones eucarísticas, en fiestas marianas y en el culto a los apóstoles, evangelistas, doctores, vírgenes y confesores:
  • Sab 16,20, aplicado al misterio de la Eucaristía
  • Sab 3,1-8, empleado en la conmemoración de los difuntos




    sábado, 18 de octubre de 2025

    ECLESIASTÉS O QOHÉLET: TODO ES VANO

    "¡Vanidad de vanidades! —dice Qohélet—. 
    ¡Vanidad de vanidades; todo es vanidad!" 
    (Ecl. 1,2)

    Tras un pequeño paréntesis de varios artículos, retomamos nuestra profundización en los libros sapienciales del Antiguo Testamento. Hoy reflexionaremos sobre el libro protocanónico de Eclesiastés.

    Eclesiastés o Qohélet (del hebreo qahal, "congregar", "convocar", "reunir"), datado hacia el s. III a.C. en Jerusalén, de autor desconocido aunque atribuido "artificialmente" a Salomón (ficción literaria frecuente de la época), es uno de los más enigmáticos y sorprendentes de la literatura sapiencial bíblica. 

    Estamos ante uno de los cinco "megillot" o "rollos" bíblicos que se leen durante las cinco grandes fiestas judías: Eclesiastés (Tabernáculos o Sukkot), Rut (Semanas o Shavuot), Lamentaciones (Aniversario de la destrucción del templo o Tisha b'Av), Cantar de los Cantares (Pascua o Pesaj) y Ester (Suerte o Purim).
    Autoría
    Qohélet no se refiere a un nombre propio ni al autor del libro sino que designa al que desempeña una función: la de convocar una asamblea para hablarle. Así, Eclesiastés (del griego ehhale.o, "convocar", "reunir") sería un "hombre sabio que convoca y enseña a la Iglesia" (1,1.12; 7,27; 12,8-10). 

    Parece tratarse de un anciano que ha vivido y estudiado mucho y sin descanso; un aristócrata, un intelectual y filósofo, escéptico y pesimista, irónico y paradójico. Sin embargo, Qohélet es sustancialmente un optimista como lo muestran 7 pasajes positivos del libro (2,24-25; 3,12-13; 3,22; 5,17; 8,15; 9,7-9; 11,9-12,1), aunque enquistados en contextos negativos y sellados por el sinsentido de la vida (9,9).

    Eclesiastés es, sin duda, un sabio que ha estudiado (12,9) y que tiene una gran experiencia. Pero se trata de un sabio peculiar pues su mirada es más profunda que sus antecesores ya que plantea interrogantes más incisivos y cuya reflexión gravita entre:

    - la fe: es un hombre de fe, un creyente sincero que reconoce los dones de Dios y confía en su justicia según la sabiduría tradicional proverbial ("mashal"). Sin embargo, podría decirse que es un "ateo práctico", ya que ve a un Dios lejano, arbitrario y algo tirano.

    -la experiencia: es un hombre de experiencia, un sabio que percibe todo como transitorio y que deduce que nada tiene sentido porque la muerte iguala al justo y al malvado, al sabio y al ignorante. Y lo expresa en primera persona ("he visto", "he probado"...).

    En cualquier caso y aunque no ofrece respuesta alguna al tema del absurdo, se trata de un inconformista que quiere romper con una teología rígida y tradicional que tiene respuestas para todo (8,11-14). 

    Quiere hacernos pensar, ponernos a trabajar y que experimentemos la inútil fatiga del esfuerzo, igual que él la ha experimentado, pero no nos ofrece una solución. Se encuentra encerrado en una "prisión circular", en una rueda sin futuro, sin esperanza...atenazado y desesperado por el "vacío" o "vanidad" (Qo 2,1.17-18.20; 6,3-4).

    Clave de lectura
    Eclesiastés va un paso más allá de Job en la crisis de la sabiduría retributiva poniendo en cuestión y criticando sus valores tradicionales mediante el uso de preguntas, paradojas, repeticiones, contradicciones e incoherencias: ¿qué sentido tiene una vida donde la muerte es el final"? 

    La respuesta es trágica: ¡Ninguno!. "Vanidad de vanidades. Todo es vanidad" (el vocablo "hehel" aparece 37 veces en el libro para expresar la vanidad en grado supremo (en cuanto "vacía" o "sin sentido"), dada la inexistencia del superlativo en la lengua hebrea, y de ahí, su repetición).
    Para  "el que convoca" o "el que predica" todo es incongruente y efímero, aparente y estéril, vacío e insustancial,...todo es vano: las riquezas, los placeres, la sabiduría humana, la retribución...A todos nos espera la misma suerte, a sabios y necios, justos e injustos, ricos y pobres, hombres y mujeres: la muerte.

    Pero además afirma Qohélet que la muerte es definitiva. No hay nada después de ella (9,5-6). Deducción lógica teniendo en cuenta que Dios aún no ha revelado que hay vida después de la muerte, y por tanto, es el primer libro sapiencial que aborda el tema de la muerte como el final de todo.

    Desde un punto de vista sapiencial, el libro del Eclesiastés (que es inspirado y que tiene a Dios por autor y forma parte de la pedagogía progresiva divina) muestra una cierta tensión que exige dar un paso más ante las limitaciones y las incapacidades del hombre para dar respuestas que sólo Dios tiene. Qohélet es el último eslabón del camino sapiencial hacia la plena revelación de Dios al hombre.

    Y así, será el libro de la Sabiduría el que afronte el tema de la vida eterna y dé paso a la sabiduría escatológica, poniendo el foco en la promesa de la Encarnación de la Palabra de Dios, en la revelación de la Sabiduría eterna, en la venida del Dios hecho hombre, puesto que sería completamente absurdo y vano que Dios haya creado a sus criaturas para nada, sin otra finalidad que la de morir y desaparecer.

    Otros conceptos clave del libro
    -Bajo el sol: aparece 27 veces. Qohélet observa todo lo que sucede "bajo el sol", "bajo el cielo" (3 veces), y ve que todo es vano, inútil. Todo gira en torno a un movimiento cíclico (1,9-10) y a una ausencia de novedad que amarga al sabio autor pues aún no ha conocido la eterna novedad de la Encarnación, el tiempo de Aquel que hace nuevas todas las cosas.

    -Fatiga: aparece 35 veces. El sabio trabaja, busca, indaga y acaba fatigado y agotado (5,14-16). Es la constatación de la maldición por el pecado original (Gn 3,19).

    -Recompensa: aparece 10 veces. No parece haber recompensa para las fatigas salvo el fugaz disfrute de los bienes de la tierra o la sabiduría frente a la insensatez, la luz frente a la tiniebla (5,17).

    Por ello podemos concluir nuestra meditación afirmando que ¡Todo es absurdo sin Cristo! o mejor dicho, que ¡Todo tiene sentido con Cristo!

    domingo, 28 de septiembre de 2025

    JOB: EL DRAMA DEL JUSTO

    "No podemos llegar hasta el Todopoderoso, 
    sublime en poder y en equidad, 
    justo, no viola el derecho" 
    (Job 37,23)

    El libro de Job es uno de los cinco libros sapienciales del Antiguo Testamento que aborda la cuestión del mal (teodicea) a través de las experiencias de un protagonista epónimo, es decir, representativo del hombre. Se trata de un drama épico que se desarrolla en cuatro tandas de diálogos paralelos y enfrentados, y un monólogo de Dios y de Job.

    Estructura
    • c. 1-2: Prólogo con dos escenas, la primera en la tierra, la segunda en el cielo. ​Job es un hombre justo, honrado, temeroso de Dios y apartado del mal, con una vida acomodada, posesiones y una gran familia. S​atanás discute la fe de Job con Dios, afirmando que se alejaría de Dios si perdiera todo lo que posee. Dios permite que el "Acusador" ponga a prueba a Job, infringiéndole dolor y sufrimiento. Su mujer insta a maldecir a Dios pero Job no lo hace. 
    • c. 3-31: Monólogo inicial de Job y tres ciclos de diálogos entre Job y sus tres amigos, Elifaz, Bildad y Zofar (que evocan las tres tentaciones de Jesús en el desierto), quienes defienden la justicia de la retribución, por la que Dios, juez imparcial, premia a los buenos y castiga a los malos. En base a esta "sabiduría tradicional" de Israel, lo acusan de haber pecado y por ello, merecedor de su sufrimiento. El diálogo con Zofar ha sido sustituido por el poema de sabiduría (c. 28) acerca de la incapacidad humana de acceder a la sabiduría. Job protesta por su inocencia, muestra su desacuerdo con esta doctrina, desmentida por su experiencia, y apela un pleito con Dios.
    • c. 32-37​: Diálogo entre Job y un cuarto amigo enigmático llamado Elihú a quien podríamos identificar con el Espíritu Santo, y que anticipa y prepara la intervención redentora de Cristo. Afirma que el sufrimiento de Job no es necesariamente una consecuencia directa de un pecado cometido sino una prueba para su purificación. La justicia y la misericordia de Dios no se reducen a un simple sistema de recompensa/castigo, sino que abarcan una sabiduría y un propósito que escapan a la comprensión humana.
    • c. 38-41: Tres monólogos de Dios "desde el seno de la tempestad" que no explican el sufrimiento de Job, ni entran en confrontación con él ni defienden la justicia divina. Tampoco responden a su declaración de inocencia. Dios se centra en la fragilidad humana, contrastándola con inaccesibilidad a la sabiduría, el orden y la omnipotencia divinas. En el 2º monólogo, a pesar de que Dios permite la acción del mal, de "Behemoth" y "Leviatán", la limita y la pone coto. Job responde brevemente, pero el monólogo de Dios continúa, sin dirigirse nunca directamente a Job.​
    • c.42: Epílogo en el que Job confiesa el poder de Dios y su propia falta de conocimiento porque antes solo había oído a Dios, pero ahora sus ojos han visto a Dios. Dios reprueba a los tres amigos y aprueba a Job. Les ordena hacer una ofrenda con Job como intercesor, a quien le muestra su favor y le restaura la salud, la prosperidad y la familia.

    Job representa a los justos que asumen los sufrimientos en su propia carne y los ofrecen para que otros comprendamos. Es el "grito del justo que brota desde lo hondo" (Sal 129,1). Es la fragilidad humana que suplica y busca denodadamente a Dios, mostrando que la debilidad es la fuerza del justo (2 Cor 12,9).

    El justo (representado por Job) no sabe por qué ni para qué sufre; todo el mal que experimenta es un sinsentido... y todo eso es parte de la prueba. Dios parece ausente, lejano y misterioso ante el sufrimiento, y el hombre, como Jacob en su visión nocturna (Gn 32), lucha contra Dios y va a ser gloriosamente vencido por una sabiduría divina que supera todo saber humano.

    Job es un libro provocativo, no apto para conformistas. No puede comprenderse sin sentirse interpelado o sin sentirse comprometido. Es un libro que nos transporta más allá, a la sabiduría y justicia divinas que nos corrigen y que transforman nuestro "modo humano" de pensar.

    Dios gobierna el universo a través de su Providencia y todo tiene su momento y su sentido aunque el hombre no llegue a comprenderlo. Las pruebas y los sufrimientos son oportunidades para vencer al mal y para hacer que los afligidos sean más receptivos a la revelación, literalmente, "abrir sus oídos" (36,15) a la sabiduría divina.
    La tradición cristiana ve a Job como figura profética que anuncia la pasión y la esperanza de la resurrección. Así, el clamor de Job en medio de la oscuridad se enlaza con la luz del Evangelio, mostrando que la verdadera respuesta al misterio del sufrimiento se encuentra en el amor de Dios revelado en la cruz de Jesucristo y en la promesa de vida eterna.

    La entrega del Hijo en la cruz permite descubrir que el dolor puede ser fecundo, del mismo modo que el grano de trigo que muere produce fruto abundante. En Cristo se revela que el sufrimiento no encuentra su explicación definitiva en el orden de la justicia retributiva, sino en en la manifestación suprema del amor de Dios

    La figura de Job es por tanto un tipo de Cristo aunque no es como el "siervo sufriente" de Isaías 53 que "aguantaba y no abría la boca", sino que se queja e inquiere. Sin embargo, como Cristo, al principio del libro, ofrece sacrificios de expiación por sus hijos, y al final, intercede por sus amigos y se reconcilia con ellos (cf. Hb 7,25). Como Cristo, no padece "sin motivo" porque "el Señor estuvo con él en la tribulación" (Sal 91,14-16).

    De ambos podemos decir que "de sus cicatrices hemos aprendido". Job, como Cristo, "tenía que padecer y así entrar en la gloria(cf. Lc 24,26) representando a la humanidad sufriente que se pregunta por el sentido de su existencia.

    El libro de Job nos enseña que la actitud ante el dolor y el sufrimiento debe ir unida al reconocimiento de la grandeza de Dios, pues la vida humana, con sus penas y alegrías, está en manos de Dios y nada escapa a su poder. 

    Por ello, los cristianos ofrecemos nuestros sufrimientos, nuestra debilidad y nuestra falta de conocimiento para poder reconciliarnos, primero con nuestra propia condición humana caída por el pecado, y con nuestras ideas mezquinas y planteamientos estrechos, y finalmente, con Dios, con quien podemos dialogar en medio de nuestras dudas, como lo hace un hijo con su padre, sabiendo que tiene un plan superior que no alcanzamos a comprender.

    Solo en el cielo, en presencia de "Dios, nuestro Salvador, que quiere que todos los hombres se salven, llegaremos al conocimiento de la verdad" (1 Tim 2,3-4). Entonces, estaremos cara a cara con la Sabiduría.

    sábado, 27 de septiembre de 2025

    PROVERBIOS: UNA OFERTA DE SENSATEZ Y CORDURA

    "Si alguno de vosotros carece de sabiduría, 
    pídasela a Dios, 
    que da a todos generosamente y sin reproche alguno, 
    y él se la concederá" 
    (Stg 1,5)

    Iniciamos hoy un recorrido por los cinco libros sapienciales del Antiguo Testamento que forman una especie de "pentateuco sapiencial": Proverbios ("mashal"= parábolas de Salomón), Job, Eclesiastés (o Qohelet), Eclesiástico (o Sirácida, o Ben Sira) y Sabiduría. Si en el Pentateuco, el protagonista es Moisés, en los libros sapienciales, es Salomón.

    Los libros sapienciales son un "corpus aparte" dentro del Antiguo Testamento: no narran sucesos (como los libros históricos Samuel o Reyes) ni se presentan como Ley (como el Pentateuco) ni se expresan en términos particulares ni denuncian o acusan (como los libros proféticos) ni son oración o poesía (como los Salmos o el Cantar de los Cantares). Son libros destinados a la enseñanza, que reflejan la esencia de la sabiduría del pueblo de Israel, tanto la popular como la de escuela.

    La puerta de entrada a este "corpus sapiencial" es, sin duda, el libro de Proverbios, atribuido a Salomón (aunque no en exclusiva) y que proporciona una oferta de "sensatez", en el sentido de percepción, conocimiento, saber, orden o razón, y de "cordura", en el sentido transformación del corazón, sede de la vida consciente. 

    Los 151 proverbios (50 sobre sabiduría, 28 sobre la familia, 29 sobre el corazón, 16 sobre el orgullo y la humildad, 28 sobre el dinero) no son un conjunto de leyes o mandatos sino una propuesta de sabiduría, no en el sentido intelectual de "adquirir conocimiento", sino en el sentido bíblico de "saber vivir".
    Este "saber vivir" implica un "saber obrar" del hombre para ir "haciéndose", "formándose" y "modelándose" a través de tentativas, errores y enmiendas, de manera que vaya "responsabilizándose de sí mismo" y volviéndose "sensato". 

    Se trata de usar la razón para razonar y hacerse razonable, es decir, ser sensato y cuerdo: la sensatez ofrece al hombre lucidez y cautela para descubrir, discernir y aconsejar; la cordura le capacita para percibir y observar, entender y comprender, juzgar y prevenir. 

    Ambas capacidades llevan al hombre a ser racional, sabio y prudente con el propósito de hallar el sentido de su vida: ser bueno y feliz.

    La enseñanza proverbial incluye avisos, consejos, reprensiones y correcciones para que el hombre "aprenda" a: rodearse de sabios y evitar a los necios (13,20), tener prudencia (17,18), humildad (11,2), deseo de aprender (18,19), no tenerse por sabio (26,12), ni fiarse de sí mismo (28,26), ni estar satisfecho de sí mismo (12,15), dejarse aconsejar (19,20; 22,17; 23,12.19.26), dejarse corregir (10,17; 12,1; 13,1).

    La mayoría de los autores clasifican el libro en varias colecciones o partes, según sus epígrafes y sus temas:
    • 1-9: Epígrafe"Proverbios de Salomón, hijo de David, rey de Israel". Tema: la sabiduría
    • 10,1-22,16Epígrafe"Proverbios de Salomón". Temael buen comportamiento
    • 22,17-24,34Epígrafe"Dichos de los sabios". Temala templanza y la pereza
    • 25-29: Epígrafe"Otros proverbios de Salomón que copiaron los funcionarios del rey Ezequías de Judá". Tema: proverbios diversos
    • 30,1-14Epígrafe"Otros proverbios de Salomón que copiaron los funcionarios del rey Ezequías de Judá". TemaSabiduría de Dios
    • 30,15-33: Epígrafe"Las palabras de Agur". Tema: proverbios numéricos
    • 31,1-9Epígrafe"Las palabras del rey Lemuel de Massa. Temaconsejos a los reyes
    • 31,10-31Epígrafe"La mujer sabia". Tema: alabanzas a la mujer
    En el capítulo 8 de Proverbios, la Sabiduría aparece descrita con rasgos personales, preexistente, nacida desde la eternidad y asociada al acto creador de Dios. Por ello:
    • Los Apóstoles y los autores neotestamentarios identificaron esta Sabiduría con Jesucristo, el Verbo de Dios hecho carne. Cristo aparece como la Sabiduría eterna del Padre (Jn 1,9; 1 Cor 1,24.30; 2,6; Col 2,3; Stg 3,17; cf. Ef 1,17; Ap 5,12), sabiduría trascendente (personificada) y a la vez humana (encarnada), que habla con profecías y con parábolas.
    • El propio Jesús se confirma como una "Sabiduría más alta que Salomón" (Mt 12,42) y utiliza fórmulas breves y concisas, comparaciones y parábolas, es decir, "proverbios" que corrigen la denominada "teología deuteronomista" o "sabiduría retribucionista" de Israel (véase Jn 1,46; 3,8; 7,24; 8,32; 15,13; 20,29), provocando la reflexión antes de mostrar una verdad nueva y superior (Mt 13,12; 16,25; 19,6; Mc 2,27; Lc 4,23;14,27; 16,10).
    • Los Padres de la Iglesia entendieron el libro de los Proverbios como una etapa previa de la Revelación, es decir, a la manifestación del misterio de la Trinidad.
    El término "parábola" es la traducción del hebreo "mashal" (proverbio o parábola). Si los Proverbios son las "parábolas de Salomón", los Evangelios son las "parábolas de Jesús", puesto que las enseñanzas o dichos de Cristo, sobre todo, los del Sermón de la Montaña, son auténticos "proverbios" de sensatez (véase Mt 5,13. 14.25.29.45; 6,3.7.21.24; 7,1.3.6.8.13).

    Jesucristo, con su Cruz y Resurrección, pone límite a la sensatez y a la cordura humanas, invalidando las pretensiones terrenales de Israel e instaurando una nueva sensatez, divina, universal, paradójica y salvadora: "Los judíos exigen signos, los griegos buscan sabiduría; pero nosotros predicamos a Cristo crucificado: escándalo para los judíos, necedad para los gentiles; pero para los llamados —judíos o griegos—, un Cristo que es fuerza de Dios y sabiduría de Dios" (1 Cor 1,22-24).

    De esta forma, podemos entender mejor la frase "Jesús iba creciendo en sabiduría" (Lc 2,52) con la que la Palabra de Dios nos exhorta a los cristianos a crecer en sabiduría, a crecer en Cristo.