¿QUIÉN ES JESÚS?

La vida de Jesús siempre ha suscitado preguntas a lo largo de los últimos dos mil años.

¿Cómo pudo un carpintero que fue ejecutado por los romanos convertirse en el hombre más famoso de la historia?
¿Fue Jesús alguien verdaderamente real?
¿Cómo puede Dios ser un hombre al mismo tiempo?
¿De qué manera podría esto tener algún sentido para mi vida?

Estas son algunas preguntas, pero aquí tienes un espacio para formular las tuyas.
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miércoles, 22 de octubre de 2025

SALMOS: ESCUELA DE ORACIÓN

 

El libro proto canónico de los Salmos aparece en la Biblia, junto al Cantar de los Cantares, dentro de los libros sapienciales, aunque en realidad se trata de libros líricos o poéticos que evocan y dan unidad a la Sagrada Escritura con poemas y cánticos que han acompañado al pueblo de Israel a lo largo de toda su historia:
  • Pentateuco
    • Cántico de Moisés (Ex 15) tras pasar el Mar Rojo
    • Canción del Pozo (Nm 21,17-18) cuando Dios sació la sed del pueblo en el desierto
    • Cántico de victoria (Nm 21,27-30) sobre los reyes de Transjordania
    • Oráculos de Balaán (Nm 23 y 24) bendiciendo a Israel
    • Cántico final y Bendición de Moisés (Dt 32 y 33) en el monte Nebo, antes de morir
  • Libros históricos:
    • Cántico de Débora (Jue 5) tras la victoria contra Sísara
    • Cánticos de júbilo (1 S 18,6) tras la victoria de David sobre Goliat
    • Elegía de David (2 S 1,19-27) ante la muerte de Saúl y Jonatán
    • Cánticos de acción de gracias (Neh 12, 8.27) por la reconstrucción del templo
    • Elogio a Judas Macabeo (1 M 3,3-9)
  • Libros proféticos:
    • Cánticos del siervo sufriente (Is  42, 1-4; 49, 1-6;​ 50, 4-9; 52,13-53,12)
Los judíos llaman a los Salmos Tehillim (himnos) y también Tefillot (oraciones). La Septuaginta (LXX) los tradujo al griego como Psalmoi (Salmos) para referirse a poemas que eran cantados y acompañados de instrumentos musicales. 

Autoría
Si el autor del "Pentateuco histórico" de las acciones salvíficas de Dios es Moisés, David es el autor principal del "Pentateuco orante" del Salterio donde el hombre responde a Dios alabándole. 

De los 150 salmos que forman el Salterio:
  • 73 son atribuidos a David
  • 12 a los hijos de Asaf
  • 11 a los hijos de Coré
  • 2 a Salomón
  • 1 a Moisés
  • 51 a otros autores anónimos
Origen, Datación y Composición
La poesía de estilo sálmico es muy abundante en las tradiciones literarias sumeria, egipcia, asiria y babilónica desde la antigüedad y eran utilizadas en forma de himnos de alabanza o lamentaciones elegíacas. 

Cuando el pueblo de Israel se instaló en la tierra prometida adoptó este estilo salmódico de los cananeos. La mayoría se originó en el sur del reino de Judá y se asociaban con el Templo de Jerusalén, donde se utilizaban como libretos durante el culto. 

El Salterio, tal y como lo conocemos hoy y tras varias ediciones, debió existir ya en el s. III a.C. porque es citado por el libro de Eclesiástico (Sirácida) y porque estaba ampliamente difundido en Qumrán. 

Su composición abarcaría unos diez siglos, desde el período pre monárquico (s. XII a.C.) hasta el período post exilio y griego (s. IV-II a.C.).
Características 
La poesía bíblica de los Salmos utiliza el paralelismo como principal recurso poético:
  • paralelismo sinónimo: dos versos que expresan esencialmente la misma idea. Ej.: "El Señor es mi luz y mi salvación, ¿a quién temeré? El Señor es la defensa de mi vida, ¿quién me hará temblar?" (Sal 27,1)
  • paralelismo antitético: dos versos que expresan ideas opuestas. Ej.:  "los guiaba de día con una nube, | de noche con el resplandor del fuego" (Sal 78,14)
  • paralelismo expansivo: dos versos que expresan la idea de ampliar la primera afirmación. Ej.: "Llena estaba mi boca de tu alabanza | y de tu gloria todo el día" (Sal 71,8)
  • paralelismo semántico: dos versos o más que repiten la misma idea con distintas palabras. Ej.: "Dios lo olvida, se tapa la cara, no se entera" (Sal 10,11)
Utiliza también la concisión en las ideas con pocas palabras, mostrando implícitas muchas relaciones, y la elipsis entre las ideas, para que las palabras encuentren en el oyente lo que el poeta no consignó en el texto.

Numeración

La numeración de la Biblia hebrea sólo se corresponde con la cristiana en los 8 primeros salmos y en los 3 últimos. La Biblia griega fusiona el 9 y el 10, y el 113 y el 114, en uno solo, respectivamente, y de manera inversa, divide en dos el 116 (114 y 115) y el 147 (146 y 147).

Como regla mnemotécnica, puede decirse que, entre el salmo 10 y el 148existe una doble numeración en las traducciones cristianas que indica la numeración hebrea (sin paréntesis) y la cristiana, la hebrea menos 1 (entre paréntesis). No obstante, los textos litúrgicos oficiales católicos, como el Misal Romano, utilizan la numeración griega.[

Estructura
El libro de los Salmos se puede estructurar en 5 libros o "pentateuco davídico", cada uno de los cuales concluye siempre con una doxología o alabanza:
  • Libro I: 1-41
  • Libro II: 42-72
  • Libro III: 73-89
  • Libro IV: 90-106
  • Libro V: 107-150
en 3 familias "sálmicas", con diferentes tipos de salmos en cada una:
  • Hímnica. El himno permite al hombre expresar la alabanza y la admiración, el gozo y la adoración que siente por Dios y sus obras. Ej. Sal 8,19,29,104,135,136,150. Dentro de esta familia se diferencian tres géneros característicos:
    • Himnos a Yahvé rey: "Dios reina eternamente" 
    • Salmos reales: de entronización que proclaman al nuevo rey, y mesiánicos que ensalzan al futuro rey-mesías (Sal 2; 20; 21; 72; 89; 110)
    • Cánticos de Sión: celebran la presencia de Dios en la ciudad santa de Jerusalén y su templo (Sal 48; 7684; 87; 122)
  • Suplicante: situaciones de dolor, lamento y sufrimiento expresadas con sobriedad y compostura. Varios tipos:
    • Personales: petición de ayuda por enfermedad, muerte, calumnias, persecución, acusaciones, etc. (la mayor parte de los salmos)
    • Comunitarios/Nacionales: petición de ayuda por situaciones dramáticas o trágicas en el país (Sal 12; 44; 60; 74; 79; 80; 83; 85; 106; 123; 129; 137)
    • de confianza: exposiciones de confianza en Dios como definición perfecta de la relación del creyente con Dios (Sal 16; 22; 23; 27; 131)
    • de acción de gracias: reconocimiento de la bondad divina y agradecimiento por los dones recibidos de Dios tanto personales (Sal 30; 41; 52; 115; 138) como comunitarios (Sal 124; 129)
    • de felicidad: bienaventuranzas (Sal 1,1; 32,1-2; 41,2-4; 84,5-8,12-13; 112; 119,1-3; 127,5, 128; 144,12-15) )
  • Didáctica: su propósito es instruir en los diversos aspectos (sociales, éticos, religiosos, teológicos, filosóficos, existenciales, litúrgicos, proféticos o sapienciales). Tres tipos:
    • Históricos: catequesis para reconocer, profesar y meditar las acciones salvíficas de Dios (Sal 78; 105; 106; 111; 135; 136)
    • Litúrgicos: fundamentos para la liturgia y el culto a Dios (Sal 15; 24; 91; 95; 134) y "libro de las subidas" o peregrinaciones al templo (Sal 120-134)
    • Proféticos: oráculos, promesas o acusaciones de los profetas (Sal 14; 50; 52; 53; 75; 81)
    • Penitenciales: respuestas de conversión (Sal 32; 38; 51; 102; 143)
    • Sapienciales: temas propios de la sabiduría bíblica (Sal 14=53; 36,2-5,13; 37; 49; 73; 119; 127; 133)
Clave de lectura
El Salterio constituye una de las expresiones más ricas de la fe de Israel, pues en él confluyen la oración, la alabanza y la meditación sobre la acción de Dios en la vida del hombre y en la historia del pueblo elegido.

Cada salmo es una obra completa, una voz que se dirige a Dios o habla de Él, revelando al mismo tiempo cómo el orante se entiende a sí mismo y al mundo que lo rodea en relación con su Creador.

Los salmos condensan siglos de experiencia religiosa, desde la monarquía hasta los últimos momentos del Antiguo Testamento, y lo hacen en perfecta sintonía con la Ley y los Profetas, lo cual explica su incorporación al canon.

Son palabra de Dios que, a la vez, se convierten en oración humana, en una escuela permanente de oración, especialmente a la luz de Cristo, quien los asumió, los vinculó a su persona y misión, y los recitó, iluminando su obra redentora:
  • Sal 8,3: para justificar las alabanzas de los niños en su entrada en Jerusalén
  • Sal 22,2 y Sal 31,6: para dirigirse al Padre desde la cruz
  • Sal 35,19: para explicar el rechazo de las autoridades judías
  • Sal 48,3 y Sal 82,6: para confirmar sus enseñanzas
  • Sal 110,1: para mostrar la trascendencia del Mesías frente al rey David
  • Sal 118,22-23.26: como clave para comprender el misterio de su muerte
Tras la Pascua, los Apóstoles comprendieron que los salmos se habían cumplido en la vida de Jesús y en la misión de la Iglesia naciente:
  • Sal 78,2: el anuncio de las parábolas 
  • Sal 2,1-2; 34,22; 22,19; 69,22: la predicción de sus sufrimientos, la confirmación de su filiación divina y su resurrección
  • Sal 16,8-11; 110,1: el anuncio de su gloriosa resurrección
  • Sal 5,10; 10,7; 14,1-3; 36,2; 140,4): la condición pecadora de la humanidad y la necesidad de redención (cartas paulinas)
  • Sal 2,7; 8,5-7; 40,7-9; 45,7-8; 102,26-28; 104,4; 110,1.4): la superioridad de Jesús sobre los ángeles, la eternidad de su sacerdocio y la definitividad de su sacrificio
  • Sal 95,7-11: la esperanza cristiana de alcanzar la patria celestial
Además, los cánticos evangélicos del Benedictus de Zacarías y el Magnificat de María están profundamente inspirados en expresiones salmódicas, aplicadas a la irrupción gozosa de la salvación en Cristo.

Los Padres de la Iglesia, como san Ambrosio, vieron en este libro un compendio de todo el Antiguo Testamento, que instruye, corrige, consuela y ofrece al creyente un remedio espiritual.

El Salterio refleja tanto la revelación de Dios como la respuesta de Israel, constituyendo un diálogo ininterrumpido entre el Creador y su pueblo. En cada poema se expresan situaciones humanas concretas, pero al mismo tiempo resuenan verdades permanentes que iluminan la fe de todas las generaciones.[
Curiosidades
  • el salmo 14 se repite en el salmo 53
  • 116 salmos tienen títulos individuales, comentarios o indicaciones sobre:
    • la forma de ser recitado o acompañado: "con instrumentos de cuerda", "con voces de soprano",  "según los lirios»
    • el tipo de composición musical: "Salmo" (57), "Cántico" (30), "Poema sapiencial" (13), "Poema para inscripción" (6), "Oración" (3), "Himno de alabanza" (1), "Lamentación" (1)
    • el motivo de su composiciónla huida de David ante Saúl, el arrepentimiento tras la muerte de Urías, la guerra con Absalón, la dedicación del templo, etc.
    • el momento de su utilización: en peregrinaciones, en el sábado, en la enseñanza,  en la dedicación del templo, en la ofrenda conmemorativa
    • las personas a las que se les atribuyenlas más comunes son los "de David" (73 salmos), trece de los cuales se refieren explícitamente a momentos de su vida. Algunos se asocian a profetas: Ageo (111), Zacarías (145), Ezequiel (112), Jeremías (135)

martes, 21 de octubre de 2025

EL CANTAR DE LOS CANTARES: COMUNIÓN ETERNA

El libro protocanónico del Cantar de los Cantares (en hebreo, Shir Hashirim), conocido también como Cantar de los Cantares de Salomón, es uno de los dos libros poéticos del Antiguo Testamento, junto a los Salmos.

Es uno de los cinco rollos o megillot utilizados por el pueblo judío el sábado de Pascua, que marca tanto el comienzo de la cosecha de cereales como la conmemoración de liberación de Israel de Egipto.

Es un libro desconcertante y enigmático pues es el único del Antiguo Testamento que no menciona de manera explícita a Dios y cuyo tema central es el amor conyugal, una alegoría de la relación entre Dios e Israel, entre Cristo y su novia, la Iglesia.

La expresión "Cantar de los Cantares" es similar a otras como "Rey de reyes" (Ez 26,7; Dn 2, 37), "Libro de los libros", "Vanidad de vanidades", "Santo de los santos" o "Sábado de sábados" (Yom Kippur o Día de la Expiación) y su uso repetido indica su sentido más alto (en hebreo no existe el superlativo). 

Es por tanto, "El Cantar por excelencia", la "canción" singular, excelsa y superior a todas los demás: "la canción de las canciones".

Autoría y datación
El poema no ofrece ninguna pista sobre su autor o sobre la fecha, lugar o circunstancias de su composición. Tan sólo indica que es "de Salomón", pero no indica que sea su autor.

En cuanto a su datación, la evidencia más fiable es su idioma: el arameo reemplazó gradualmente al hebreo después del exilio babilónico a fines del siglo VI a. C. Además, el uso de neologismos apuntan a una fecha más tardía, siglos después del rey Salomón, hacia el s. III a. C.
Contenido
Trata de dos amantes, un joven pastor y una sulamita (que significa "mansa", "pacífica"), que han sido obligados a separarse, que se buscan con desesperación, que claman su amor en una forma poética altamente sofisticada, se reúnen y vuelven a separarse, siempre con la profunda esperanza de volver a estar juntos para siempre. 

Literalmente describe el amor entre un hombre y una mujer y sus movimientos propios: nace, crece, busca, encuentra, se separa y se reencuentra. Hay deseo, intimidad, ilusión, entrega, pruebas y fidelidad. 

Su estilo es descriptivo, sensual e inspirador: todas las situaciones se desarrollan utilizando:
  • imágenes típicamente orientales: tiendas de Quedar, pabellones de Salomón, bronceado, yeguas de la carroza del faraón, collares de perlas, narcisos de Sarón, perfume de nardo, de mirra, de ciprés...
  • poesía semítica: los labios son cintas de escarlata, las mejillas son mitades de granadas, el cuello es firme y esbelto como torre hacia el cielo, los pechos son como dos gacelas...
  • metáforas del mundo natural (creación): los frutos, las flores, los capullos, los árboles y la miel, para relacionarlo con los enamorados, el deseo de verse y el amor profundo entre ambos (encarnación). 
Estructura
El Cantar está formado por 5 poemas, prólogo, epílogo y unos apéndices:
  • Título y prólogo (1,1-4). Enunciado de los temas y los actores: la amada, el amado y el cortejo nupcial
  • 1º poema: Encuentro (1,5-2,7). La amada busca al amado, se encuentran y se cantan su amor recíprocamente
  • 2º poema: Celebración del amor (2,8-3,5). El invierno, símbolo de separación. En primavera, símbolo de cercanía, los amantes celebran su amor. Búsqueda nocturna de la amada al amado
  • 3º poema: Cortejo nupcial (3,6-5,1). Es el poema central y describe el día de la boda del rey Salomón
  • 4º poema: Celebración del amado (5,2-6,3). Un nuevo comienzo. Habla la amada: himno de amor al amado en la intimidad (no en público9 porque aún no se ha celebrado el matrimonio
  • 5º poema: Celebración de la amada (6,4-8,4). Habla el amado: despierta a la amada y la lleva a la celebración oficial de la boda 
  • Epílogo: Canto al amor 
    (8,5-7). Son quizás los versos más densos del poema en los que la esposa pronuncia su amor indestructible
  • Apéndices (8,8-14). De tono distinto al resto del poema, estos versos parecen ser añadidos: aparecen los hermanos de la esposa que tratan de retrasar la boda
Clave de lectura
Los 5 poemas no se limitan a describir sentimientos íntimos, sino que los elevan al rango de Palabra revelada. Allí radica su grandeza: lo que parece un canto nupcial trasciende y adquiere la categoría de Escritura inspirada, porque en el misterio del amor humano se deja entrever el amor eterno de Dios. 

El Cantar es el paradigma para el conocimiento de Dios, que es el Amor (cf. 1 Jn 4,8.16). El que ama, conoce a Dios.

El Cantar evoca el amor original del paraíso y deja entrever que la fidelidad puede redimir de la herida del pecado.

El Cantar es una escuela de amor conyugal: amar es contemplar la belleza del otro, entregarse con exclusividad, superar pruebas y dejarse transformar.

El Cantar es la búsqueda del alma hacia DiosLa figura de la amada, que busca con insistencia al amado hasta alcanzarlo, y la del amado fiel que finalmente se deja conquistar, dan unidad al relato. Es el reflejo del querer de Dios inscrito en el corazón del hombre. 

Las metáforas que utiliza —viña, esposo, esposa, pastor, rey— evocan el lenguaje profético que describe la relación entre Dios e Israel

También, en una lectura teológica, la Tradición de la Iglesia (Orígenes, san Gregorio de Nisa, san Ambrosio de Milán, san Agustín de Hipona) ha identificado al amado con Dios o con Cristo, y a la amada con Israel, con la Iglesia o con el alma creyente.

San Juan Pablo II afirmó que el Cantar revela el lenguaje del cuerpo: la fascinación mutua entre varón y mujer no se queda en lo físico, sino que expresa la atracción hacia la persona entera.

Unidad de la Escritura
Aunque no se menciona explícitamente en el Nuevo Testamento, el simbolismo del Cantar de los Cantares está, de forma transversal, muy presente:

-En Mt 24,1-14; Lc 14,7-14 (parábola de los invitados a la boda) y en Mt 25,1-13 (parábola de las vírgenes prudentes y necias), Jesús habla del banquete de bodas y se identifica como el esposo, cuya presencia es motivo de alegría pues con Él comienza el tiempo nuevo de la salvación, mientras que la esposa representa al pueblo llamado a la comunión con Él.

-En Rom 8, 35, Pablo alude a Cant 8,7, porque nada ni nadie apagará ni nos separará del amor de Cristo

-En Ef 5, 21-33, se expresa el amor de Cristo y su Iglesia como el modelo del amor conyugal

-En el Ap 17, 7-8, Cristo aparece como el esposo que llama a la puerta para cenar con la esposa y la Iglesia como la esposa engalanada que se prepara para el banquete final.

El Cantar de los Cantares celebra el misterio del amor humano y del amor divino que se buscan y anhelan la comunión eterna.

lunes, 20 de octubre de 2025

ECLESIÁTICO O SIRÁCIDA: SABIDURÍA DE ISRAEL

 

Eclesiástico es un libro sapiencial deuterocanónico del Antiguo Testamento, el más antiguo que se conserva, escrito para mostrar el patrimonio religioso sapiencial de Israel y preparar a los jóvenes de Jerusalén para vivir fieles a la Alianza y la Ley de Dios.

También conocido por:
  • Sirácida Libro de la Sabiduría de Yeshua ben Sira ben Eleazar (s. III a.C.)
  • Ecclesiae o Libro de la Iglesia (san Cipriano de Cartago-s. III d.C.)
  • Ecclesiasticus o Eclesiástico (san Jerónimo-s. V d.C.)
Autoría y Datación
Descubierto en Qumrán, escrito en hebreo entre los años 196 y 175 a. C. (s. III a.C.) por Ben Sira, un judío piadoso y ortodoxo, escriba helenista (530 a.C.-70 d.C.), y traducido al griego koiné por su nieto en Alejandría alrededor del año 117 a. C., quien añadió el prólogo.
Estructura
Eclesiástico puede estructurarse en base a los 4 himnos que contiene:
  • c. 1-23: Himno-Prólogo. Misterio y origen divino de la Sabiduría:
    • Normas de comportamiento y pruebas para el justo
    • Temas clásicos: respeto a los padres, humildad y docilidad, justicia, vergüenza y timidez, falsas seguridades, dominio de la lengua y las pasiones, amistad
    • Normas de trato social: familia, sacerdotes, pobres, mujeres peligrosas, gobernantes, desconocidos, amigos y enemigos, rico y poderosos
    • Advertencias: orgullo e insolencia, honor, trabajo, tacañería, riqueza, libertad, impiedad, generosidad, cautela, autodominio, corrección fraterna, sabiduría verdadera y falsa, hablar inoportuno, pecado, hijos desvergonzados, palabrotas, lujuria, adulterio.
  • c.24-42: Elogio de la Sabiduría. La sabiduría personificada:
    • Profecía mesiánica (24,34-35)
    • Normas de comportamiento conforme al temor de Dios
    • Elogios a la buena esposa por su saber, silencio, honestidad, educación, belleza
    • Advertencias: malas lenguas, secretos, hipocresía, rencor, disputas
    • Normas sociales y económicas: préstamos, fianzas, hospitalidad, educación, salud, riquezas
    • Temas prácticos: testamento, esclavos, sueños vanos, viajes, sacrificios, discernimiento, elección de esposa, falsos amigos, consejeros, templanza, médico,duelos, oficios artesanos, escribas
    • Oración por Israel y alabanza a Dios: la miseria del hombre, el fin del malvado, el destino de los impíos y la realidad de la muerte
  • c. 42-43: Himno a la creación, al Señor creador. Elogio a los antepasados:
    • Relectura de la historia de Israel en clave sapiencial: Henoc y Noé; Abrahán, Isaac y Jacob; Moisés y Aarón; Pinjás; Josué y Caleb; Jueces y Samuel; Natán y David; Salomón; Roboán y Jeroboán; Elías y Eliseo; Ezequiel e Isaías; Josías; reyes impíos de Judá y Jeremías; Ezequiel y los 12 profetas; Zorobabel, Josué y Nehemías; José, hijo de Jacob; Simón, sumo sacerdote e hijo de Onías
  • c. 51: Himno-Epílogo:
    • Exhortación a bendecir al Dios del universo

Contenido
Consejos, proverbios, máximas, aforismos, poemas, reflexiones, meditaciones y observaciones sapienciales:
  • Consejos: positivos (4,20-6,4; 7,1-21) y negativos (8,1-9,16)
  • Proverbios numéricos: semejantes a los del libro de Proverbios
  • Poemas didácticos: sobre la amistad (6,5-17), el hablar (23,7-15), los sueños (34,1-8), el médico (38,1-15), las hijas (42,9-14)
  • Recursos didácticos y literarios: repeticiones, preguntas, comparaciones, descripciones, himnos, poemas, oraciones, lamentaciones o acciones de gracias
El libro del Sirácida combina el esfuerzo intelectual humano con la apertura a la sabiduría que procede de Dios, estableciendo un equilibrio entre la razón y la fe, preludio de la síntesis que más tarde desarrollará la teología cristiana.

El libro del Eclesiástico concibe la sabiduría no sólo como un ejercicio intelectual, sino como un don de Dios que encuentra su plenitud en la Torah: sabio es quien conoce la Ley y la aplica con discernimiento en la vida concreta.

domingo, 19 de octubre de 2025

SABIDURÍA: NEXO TEOLÓGICO ENTRE AT Y NT

 

El libro deuterocanónico de la Sabiduría o "Sabiduría de Salomón" es el último escrito del Antiguo Testamento y el nexo teológico con el Nuevo Testamento. 

Es un texto único por la profundidad y amplitud de su exposición doctrinal. Con él se llega al culmen de la literatura sapiencial del pueblo judío anterior a Jesucristo. Todas las cuestiones planteadas a lo largo de los siglos anteriores reciben ahora respuesta, mostrando una visión más amplia del designio escatológico de Dios.

A la cuestión sobre el sentido de la vida de Qohélet, el libro de la Sabiduría responde: buscar la sabiduría de Dios, rendirle culto y hacer su voluntad. Quien cumple todo esto es un hombre justo, hijo y amigo de Dios, incorruptible e inmortal (Sab 2,23), mientras que quien se aparta de ella es malvado e impío y se encamina a la perdición. 

Sabiduría perfecciona, en cierto modo, la doctrina escatológica de Daniel y II Macabeos (Sb 3, 1-6), que esbozan y prefiguran la vida eterna y que son la primera concepción intelectual del más allá, antes inexistente en la mentalidad judía. 

Autoría y Datación 
Su autor es un judío de la diáspora, posiblemente de Alejandría, profundamente religioso, versado en la cultura helenista y conocedor de la filosofía platónica, estoica y epicúrea, de los usos propios de los cultos paganos egipcios  y de los textos sagrados, la historia y las costumbres propios de Israel. 

Por tanto, su datación tiene que ser posterior a la fecha de la fundación de la ciudad por Alejandro Magno en el 333 d.C.: entre la segunda mitad del siglo I a. C. (80-50 a.C.) y el reinado de Octavio Augusto (30 a.C.-14 d.C.).

Destinatarios

Está dirigido a los gobernantes de la tierra, a los poderosos del mundo (Sab 1,1), exhortándoles a amar la justicia y buscar la sabiduría de Dios, y a sus compatriotas judíos, especialmente a los jóvenes, exhortándoles a no dejarse seducir por los cultos paganos, por la conducta moral relajada y hedonista, por el ateísmo o por la falta de fe en el Dios de sus padres. 

Estructura
El libro de la Sabiduría consta de 19 capítulos que se pueden agrupar en tres secciones:
  1. Escatológica (1-5): "Sabiduría y destino del hombre". 
    • Exhortación a vivir conforme a la sabiduría y la justicia/santidad. 
    • Discurso escatológico: el castigo a los impíos y el premio los justos (resurrección)  
    • Explicación del porqué de la muerte, tanto física como espiritual (juicio final)
  2. Sapiencial (6-9): "Elogio a la Sabiduría". 
    • Reflexión sobre el don precioso de la sabiduría: definición, elogio y cómo alcanzarla
  3. Histórica (10-19): "La Sabiduría en la historia de Israel". 
    • Exposición de la acción de la sabiduría divina en la historia del pueblo judío, especialmente durante el éxodo de Egipto (7 beneficios)
    • Discurso contra la idolatría
    • 7 Contrastes entre Egipto e Israel
Clave de lectura
El libro de la sabiduría es la luz que ilumina:
  • la correspondencia entre el inicio y el final de la historia salvífica (creación/encarnación)
  • la transición del Antiguo al Nuevo Testamento 
  • el desarrollo progresivo de la Revelación 
Su tema central, como su título indica, es la "sabiduría" bajo dos aspectos principales:
  • en su relación con el hombre, la sabiduría es la perfección del conocimiento de los justos como un don de Dios que se manifiesta en la acción
  • en su relación con Dios, la sabiduría es la característica eterna de Dios manifestada en la creación (revelación natural) y la encarnación (revelación sobrenatural)

A diferencia de Proverbios, que ofrece una serie de sentencias sueltas, Sabiduría presenta un rico, ordenado y profundo desarrollo literario y teológico en el que convergen la tradición sapiencial de Israel, la lectura de la historia como acción providente de Dios y la influencia de la filosofía helenista. 

El libro de la Sabiduría integra y armoniza fe y razón, mostrando que ambas no se excluyen, sino que se enriquecen mutuamente. 

Contenido 
Aborda todos los temas fundamentales de la fe y de la reflexión humana: el misterio de Dios, la providencia, la revelación natural y sobrenatural, el sentido de la vida y la muerte, la retribución en el presente y en el más allá, así como el valor de las virtudes morales.

Muestra que la Palabra de Dios no queda limitada a la cultura hebrea, sino que se encarna en diferentes modos de pensamiento, abriendo el horizonte de la fe judía hacia el ámbito grecorromano, anticipando la universalidad del mensaje cristiano.

Frente a la concepción semita, que entendía al hombre de manera unitaria aunque con poca precisión filosófica, y frente al dualismo griego que veía el cuerpo como prisión del alma, Sabiduría distingue entre cuerpo y alma, pero sin negar la unidad de la persona, y afirma con firmeza la inmortalidad del espíritu, anticipando la antropología cristiana, en la que el misterio de la encarnación de Cristo revela plenamente la dignidad y destino del hombre.
Previene sobre los peligros de la idolatría y del ateísmo, propone la sabiduría divina como regidora del universo, orienta la conducta moral y abre al hombre la esperanza de la vida eterna. 

Sabiduría y Nuevo Testamento
Como último libro del AT, cuya finalidad es "preparar, anunciar y prefigurar la venida de Cristo y su reino mesiánico" (DV 15), Sabiduría establece un puente con el NT, completando desarrollos teológicos iniciados en el AT y que serán despejados en la cristología neotestamentaria con la revelación definitiva manifestada en Cristo:

  • el valor de la vida y el sentido de la muerte
  • la subsistencia del alma después de la muerte
  • la justicia de Dios, el juicio final y la salvación escatológica
  • la llamada a la santidad y la filiación divina del justo
  • el amor, la paciencia, la misericordia y la sabiduría de Dios
  • el conocimiento de Dios a través de la contemplación de la creación
  • la enseñanza sobre la corrupción moral del hombre y sus consecuencias 
  • la preexistencia de la Sabiduría divina y su acción creadora
  • la identificación de la Sabiduría con el Hijo, imagen del Dios invisible y reflejo de su gloria 
Sabiduría y Liturgia
La liturgia también lo ha incorporado en celebraciones eucarísticas, en fiestas marianas y en el culto a los apóstoles, evangelistas, doctores, vírgenes y confesores:
  • Sab 16,20, aplicado al misterio de la Eucaristía
  • Sab 3,1-8, empleado en la conmemoración de los difuntos




    sábado, 18 de octubre de 2025

    ECLESIASTÉS O QOHÉLET: TODO ES VANO

    "¡Vanidad de vanidades! —dice Qohélet—. 
    ¡Vanidad de vanidades; todo es vanidad!" 
    (Ecl. 1,2)

    Tras un pequeño paréntesis de varios artículos, retomamos nuestra profundización en los libros sapienciales del Antiguo Testamento. Hoy reflexionaremos sobre el libro protocanónico de Eclesiastés.

    Eclesiastés o Qohélet (del hebreo qahal, "congregar", "convocar", "reunir"), datado hacia el s. III a.C. en Jerusalén, de autor desconocido aunque atribuido "artificialmente" a Salomón (ficción literaria frecuente de la época), es uno de los más enigmáticos y sorprendentes de la literatura sapiencial bíblica. 

    Estamos ante uno de los cinco "megillot" o "rollos" bíblicos que se leen durante las cinco grandes fiestas judías: Eclesiastés (Tabernáculos o Sukkot), Rut (Semanas o Shavuot), Lamentaciones (Aniversario de la destrucción del templo o Tisha b'Av), Cantar de los Cantares (Pascua o Pesaj) y Ester (Suerte o Purim).
    Autoría
    Qohélet no se refiere a un nombre propio ni al autor del libro sino que designa al que desempeña una función: la de convocar una asamblea para hablarle. Así, Eclesiastés (del griego ehhale.o, "convocar", "reunir") sería un "hombre sabio que convoca y enseña a la Iglesia" (1,1.12; 7,27; 12,8-10). 

    Parece tratarse de un anciano que ha vivido y estudiado mucho y sin descanso; un aristócrata, un intelectual y filósofo, escéptico y pesimista, irónico y paradójico. Sin embargo, Qohélet es sustancialmente un optimista como lo muestran 7 pasajes positivos del libro (2,24-25; 3,12-13; 3,22; 5,17; 8,15; 9,7-9; 11,9-12,1), aunque enquistados en contextos negativos y sellados por el sinsentido de la vida (9,9).

    Eclesiastés es, sin duda, un sabio que ha estudiado (12,9) y que tiene una gran experiencia. Pero se trata de un sabio peculiar pues su mirada es más profunda que sus antecesores ya que plantea interrogantes más incisivos y cuya reflexión gravita entre:

    - la fe: es un hombre de fe, un creyente sincero que reconoce los dones de Dios y confía en su justicia según la sabiduría tradicional proverbial ("mashal"). Sin embargo, podría decirse que es un "ateo práctico", ya que ve a un Dios lejano, arbitrario y algo tirano.

    -la experiencia: es un hombre de experiencia, un sabio que percibe todo como transitorio y que deduce que nada tiene sentido porque la muerte iguala al justo y al malvado, al sabio y al ignorante. Y lo expresa en primera persona ("he visto", "he probado"...).

    En cualquier caso y aunque no ofrece respuesta alguna al tema del absurdo, se trata de un inconformista que quiere romper con una teología rígida y tradicional que tiene respuestas para todo (8,11-14). 

    Quiere hacernos pensar, ponernos a trabajar y que experimentemos la inútil fatiga del esfuerzo, igual que él la ha experimentado, pero no nos ofrece una solución. Se encuentra encerrado en una "prisión circular", en una rueda sin futuro, sin esperanza...atenazado y desesperado por el "vacío" o "vanidad" (Qo 2,1.17-18.20; 6,3-4).

    Clave de lectura
    Eclesiastés va un paso más allá de Job en la crisis de la sabiduría retributiva poniendo en cuestión y criticando sus valores tradicionales mediante el uso de preguntas, paradojas, repeticiones, contradicciones e incoherencias: ¿qué sentido tiene una vida donde la muerte es el final"? 

    La respuesta es trágica: ¡Ninguno!. "Vanidad de vanidades. Todo es vanidad" (el vocablo "hehel" aparece 37 veces en el libro para expresar la vanidad en grado supremo (en cuanto "vacía" o "sin sentido"), dada la inexistencia del superlativo en la lengua hebrea, y de ahí, su repetición).
    Para  "el que convoca" o "el que predica" todo es incongruente y efímero, aparente y estéril, vacío e insustancial,...todo es vano: las riquezas, los placeres, la sabiduría humana, la retribución...A todos nos espera la misma suerte, a sabios y necios, justos e injustos, ricos y pobres, hombres y mujeres: la muerte.

    Pero además afirma Qohélet que la muerte es definitiva. No hay nada después de ella (9,5-6). Deducción lógica teniendo en cuenta que Dios aún no ha revelado que hay vida después de la muerte, y por tanto, es el primer libro sapiencial que aborda el tema de la muerte como el final de todo.

    Desde un punto de vista sapiencial, el libro del Eclesiastés (que es inspirado y que tiene a Dios por autor y forma parte de la pedagogía progresiva divina) muestra una cierta tensión que exige dar un paso más ante las limitaciones y las incapacidades del hombre para dar respuestas que sólo Dios tiene. Qohélet es el último eslabón del camino sapiencial hacia la plena revelación de Dios al hombre.

    Y así, será el libro de la Sabiduría el que afronte el tema de la vida eterna y dé paso a la sabiduría escatológica, poniendo el foco en la promesa de la Encarnación de la Palabra de Dios, en la revelación de la Sabiduría eterna, en la venida del Dios hecho hombre, puesto que sería completamente absurdo y vano que Dios haya creado a sus criaturas para nada, sin otra finalidad que la de morir y desaparecer.

    Otros conceptos clave del libro
    -Bajo el sol: aparece 27 veces. Qohélet observa todo lo que sucede "bajo el sol", "bajo el cielo" (3 veces), y ve que todo es vano, inútil. Todo gira en torno a un movimiento cíclico (1,9-10) y a una ausencia de novedad que amarga al sabio autor pues aún no ha conocido la eterna novedad de la Encarnación, el tiempo de Aquel que hace nuevas todas las cosas.

    -Fatiga: aparece 35 veces. El sabio trabaja, busca, indaga y acaba fatigado y agotado (5,14-16). Es la constatación de la maldición por el pecado original (Gn 3,19).

    -Recompensa: aparece 10 veces. No parece haber recompensa para las fatigas salvo el fugaz disfrute de los bienes de la tierra o la sabiduría frente a la insensatez, la luz frente a la tiniebla (5,17).

    Por ello podemos concluir nuestra meditación afirmando que ¡Todo es absurdo sin Cristo! o mejor dicho, que ¡Todo tiene sentido con Cristo!

    domingo, 28 de septiembre de 2025

    JOB: EL DRAMA DEL JUSTO

    "No podemos llegar hasta el Todopoderoso, 
    sublime en poder y en equidad, 
    justo, no viola el derecho" 
    (Job 37,23)

    El libro de Job es uno de los cinco libros sapienciales del Antiguo Testamento que aborda la cuestión del mal (teodicea) a través de las experiencias de un protagonista epónimo, es decir, representativo del hombre. Se trata de un drama épico que se desarrolla en cuatro tandas de diálogos paralelos y enfrentados, y un monólogo de Dios y de Job.

    Estructura
    • c. 1-2: Prólogo con dos escenas, la primera en la tierra, la segunda en el cielo. ​Job es un hombre justo, honrado, temeroso de Dios y apartado del mal, con una vida acomodada, posesiones y una gran familia. S​atanás discute la fe de Job con Dios, afirmando que se alejaría de Dios si perdiera todo lo que posee. Dios permite que el "Acusador" ponga a prueba a Job, infringiéndole dolor y sufrimiento. Su mujer insta a maldecir a Dios pero Job no lo hace. 
    • c. 3-31: Monólogo inicial de Job y tres ciclos de diálogos entre Job y sus tres amigos, Elifaz, Bildad y Zofar (que evocan las tres tentaciones de Jesús en el desierto), quienes defienden la justicia de la retribución, por la que Dios, juez imparcial, premia a los buenos y castiga a los malos. En base a esta "sabiduría tradicional" de Israel, lo acusan de haber pecado y por ello, merecedor de su sufrimiento. El diálogo con Zofar ha sido sustituido por el poema de sabiduría (c. 28) acerca de la incapacidad humana de acceder a la sabiduría. Job protesta por su inocencia, muestra su desacuerdo con esta doctrina, desmentida por su experiencia, y apela un pleito con Dios.
    • c. 32-37​: Diálogo entre Job y un cuarto amigo enigmático llamado Elihú a quien podríamos identificar con el Espíritu Santo, y que anticipa y prepara la intervención redentora de Cristo. Afirma que el sufrimiento de Job no es necesariamente una consecuencia directa de un pecado cometido sino una prueba para su purificación. La justicia y la misericordia de Dios no se reducen a un simple sistema de recompensa/castigo, sino que abarcan una sabiduría y un propósito que escapan a la comprensión humana.
    • c. 38-41: Tres monólogos de Dios "desde el seno de la tempestad" que no explican el sufrimiento de Job, ni entran en confrontación con él ni defienden la justicia divina. Tampoco responden a su declaración de inocencia. Dios se centra en la fragilidad humana, contrastándola con inaccesibilidad a la sabiduría, el orden y la omnipotencia divinas. En el 2º monólogo, a pesar de que Dios permite la acción del mal, de "Behemoth" y "Leviatán", la limita y la pone coto. Job responde brevemente, pero el monólogo de Dios continúa, sin dirigirse nunca directamente a Job.​
    • c.42: Epílogo en el que Job confiesa el poder de Dios y su propia falta de conocimiento porque antes solo había oído a Dios, pero ahora sus ojos han visto a Dios. Dios reprueba a los tres amigos y aprueba a Job. Les ordena hacer una ofrenda con Job como intercesor, a quien le muestra su favor y le restaura la salud, la prosperidad y la familia.

    Job representa a los justos que asumen los sufrimientos en su propia carne y los ofrecen para que otros comprendamos. Es el "grito del justo que brota desde lo hondo" (Sal 129,1). Es la fragilidad humana que suplica y busca denodadamente a Dios, mostrando que la debilidad es la fuerza del justo (2 Cor 12,9).

    El justo (representado por Job) no sabe por qué ni para qué sufre; todo el mal que experimenta es un sinsentido... y todo eso es parte de la prueba. Dios parece ausente, lejano y misterioso ante el sufrimiento, y el hombre, como Jacob en su visión nocturna (Gn 32), lucha contra Dios y va a ser gloriosamente vencido por una sabiduría divina que supera todo saber humano.

    Job es un libro provocativo, no apto para conformistas. No puede comprenderse sin sentirse interpelado o sin sentirse comprometido. Es un libro que nos transporta más allá, a la sabiduría y justicia divinas que nos corrigen y que transforman nuestro "modo humano" de pensar.

    Dios gobierna el universo a través de su Providencia y todo tiene su momento y su sentido aunque el hombre no llegue a comprenderlo. Las pruebas y los sufrimientos son oportunidades para vencer al mal y para hacer que los afligidos sean más receptivos a la revelación, literalmente, "abrir sus oídos" (36,15) a la sabiduría divina.
    La tradición cristiana ve a Job como figura profética que anuncia la pasión y la esperanza de la resurrección. Así, el clamor de Job en medio de la oscuridad se enlaza con la luz del Evangelio, mostrando que la verdadera respuesta al misterio del sufrimiento se encuentra en el amor de Dios revelado en la cruz de Jesucristo y en la promesa de vida eterna.

    La entrega del Hijo en la cruz permite descubrir que el dolor puede ser fecundo, del mismo modo que el grano de trigo que muere produce fruto abundante. En Cristo se revela que el sufrimiento no encuentra su explicación definitiva en el orden de la justicia retributiva, sino en en la manifestación suprema del amor de Dios

    La figura de Job es por tanto un tipo de Cristo aunque no es como el "siervo sufriente" de Isaías 53 que "aguantaba y no abría la boca", sino que se queja e inquiere. Sin embargo, como Cristo, al principio del libro, ofrece sacrificios de expiación por sus hijos, y al final, intercede por sus amigos y se reconcilia con ellos (cf. Hb 7,25). Como Cristo, no padece "sin motivo" porque "el Señor estuvo con él en la tribulación" (Sal 91,14-16).

    De ambos podemos decir que "de sus cicatrices hemos aprendido". Job, como Cristo, "tenía que padecer y así entrar en la gloria(cf. Lc 24,26) representando a la humanidad sufriente que se pregunta por el sentido de su existencia.

    El libro de Job nos enseña que la actitud ante el dolor y el sufrimiento debe ir unida al reconocimiento de la grandeza de Dios, pues la vida humana, con sus penas y alegrías, está en manos de Dios y nada escapa a su poder. 

    Por ello, los cristianos ofrecemos nuestros sufrimientos, nuestra debilidad y nuestra falta de conocimiento para poder reconciliarnos, primero con nuestra propia condición humana caída por el pecado, y con nuestras ideas mezquinas y planteamientos estrechos, y finalmente, con Dios, con quien podemos dialogar en medio de nuestras dudas, como lo hace un hijo con su padre, sabiendo que tiene un plan superior que no alcanzamos a comprender.

    Solo en el cielo, en presencia de "Dios, nuestro Salvador, que quiere que todos los hombres se salven, llegaremos al conocimiento de la verdad" (1 Tim 2,3-4). Entonces, estaremos cara a cara con la Sabiduría.

    sábado, 27 de septiembre de 2025

    PROVERBIOS: UNA OFERTA DE SENSATEZ Y CORDURA

    "Si alguno de vosotros carece de sabiduría, 
    pídasela a Dios, 
    que da a todos generosamente y sin reproche alguno, 
    y él se la concederá" 
    (Stg 1,5)

    Iniciamos hoy un recorrido por los cinco libros sapienciales del Antiguo Testamento que forman una especie de "pentateuco sapiencial": Proverbios ("mashal"= parábolas de Salomón), Job, Eclesiastés (o Qohelet), Eclesiástico (o Sirácida, o Ben Sira) y Sabiduría. Si en el Pentateuco, el protagonista es Moisés, en los libros sapienciales, es Salomón.

    Los libros sapienciales son un "corpus aparte" dentro del Antiguo Testamento: no narran sucesos (como los libros históricos Samuel o Reyes) ni se presentan como Ley (como el Pentateuco) ni se expresan en términos particulares ni denuncian o acusan (como los libros proféticos) ni son oración o poesía (como los Salmos o el Cantar de los Cantares). Son libros destinados a la enseñanza, que reflejan la esencia de la sabiduría del pueblo de Israel, tanto la popular como la de escuela.

    La puerta de entrada a este "corpus sapiencial" es, sin duda, el libro de Proverbios, atribuido a Salomón (aunque no en exclusiva) y que proporciona una oferta de "sensatez", en el sentido de percepción, conocimiento, saber, orden o razón, y de "cordura", en el sentido transformación del corazón, sede de la vida consciente. 

    Los 151 proverbios (50 sobre sabiduría, 28 sobre la familia, 29 sobre el corazón, 16 sobre el orgullo y la humildad, 28 sobre el dinero) no son un conjunto de leyes o mandatos sino una propuesta de sabiduría, no en el sentido intelectual de "adquirir conocimiento", sino en el sentido bíblico de "saber vivir".
    Este "saber vivir" implica un "saber obrar" del hombre para ir "haciéndose", "formándose" y "modelándose" a través de tentativas, errores y enmiendas, de manera que vaya "responsabilizándose de sí mismo" y volviéndose "sensato". 

    Se trata de usar la razón para razonar y hacerse razonable, es decir, ser sensato y cuerdo: la sensatez ofrece al hombre lucidez y cautela para descubrir, discernir y aconsejar; la cordura le capacita para percibir y observar, entender y comprender, juzgar y prevenir. 

    Ambas capacidades llevan al hombre a ser racional, sabio y prudente con el propósito de hallar el sentido de su vida: ser bueno y feliz.

    La enseñanza proverbial incluye avisos, consejos, reprensiones y correcciones para que el hombre "aprenda" a: rodearse de sabios y evitar a los necios (13,20), tener prudencia (17,18), humildad (11,2), deseo de aprender (18,19), no tenerse por sabio (26,12), ni fiarse de sí mismo (28,26), ni estar satisfecho de sí mismo (12,15), dejarse aconsejar (19,20; 22,17; 23,12.19.26), dejarse corregir (10,17; 12,1; 13,1).

    La mayoría de los autores clasifican el libro en varias colecciones o partes, según sus epígrafes y sus temas:
    • 1-9: Epígrafe"Proverbios de Salomón, hijo de David, rey de Israel". Tema: la sabiduría
    • 10,1-22,16Epígrafe"Proverbios de Salomón". Temael buen comportamiento
    • 22,17-24,34Epígrafe"Dichos de los sabios". Temala templanza y la pereza
    • 25-29: Epígrafe"Otros proverbios de Salomón que copiaron los funcionarios del rey Ezequías de Judá". Tema: proverbios diversos
    • 30,1-14Epígrafe"Otros proverbios de Salomón que copiaron los funcionarios del rey Ezequías de Judá". TemaSabiduría de Dios
    • 30,15-33: Epígrafe"Las palabras de Agur". Tema: proverbios numéricos
    • 31,1-9Epígrafe"Las palabras del rey Lemuel de Massa. Temaconsejos a los reyes
    • 31,10-31Epígrafe"La mujer sabia". Tema: alabanzas a la mujer
    En el capítulo 8 de Proverbios, la Sabiduría aparece descrita con rasgos personales, preexistente, nacida desde la eternidad y asociada al acto creador de Dios. Por ello:
    • Los Apóstoles y los autores neotestamentarios identificaron esta Sabiduría con Jesucristo, el Verbo de Dios hecho carne. Cristo aparece como la Sabiduría eterna del Padre (Jn 1,9; 1 Cor 1,24.30; 2,6; Col 2,3; Stg 3,17; cf. Ef 1,17; Ap 5,12), sabiduría trascendente (personificada) y a la vez humana (encarnada), que habla con profecías y con parábolas.
    • El propio Jesús se confirma como una "Sabiduría más alta que Salomón" (Mt 12,42) y utiliza fórmulas breves y concisas, comparaciones y parábolas, es decir, "proverbios" que corrigen la denominada "teología deuteronomista" o "sabiduría retribucionista" de Israel (véase Jn 1,46; 3,8; 7,24; 8,32; 15,13; 20,29), provocando la reflexión antes de mostrar una verdad nueva y superior (Mt 13,12; 16,25; 19,6; Mc 2,27; Lc 4,23;14,27; 16,10).
    • Los Padres de la Iglesia entendieron el libro de los Proverbios como una etapa previa de la Revelación, es decir, a la manifestación del misterio de la Trinidad.
    El término "parábola" es la traducción del hebreo "mashal" (proverbio o parábola). Si los Proverbios son las "parábolas de Salomón", los Evangelios son las "parábolas de Jesús", puesto que las enseñanzas o dichos de Cristo, sobre todo, los del Sermón de la Montaña, son auténticos "proverbios" de sensatez (véase Mt 5,13. 14.25.29.45; 6,3.7.21.24; 7,1.3.6.8.13).

    Jesucristo, con su Cruz y Resurrección, pone límite a la sensatez y a la cordura humanas, invalidando las pretensiones terrenales de Israel e instaurando una nueva sensatez, divina, universal, paradójica y salvadora: "Los judíos exigen signos, los griegos buscan sabiduría; pero nosotros predicamos a Cristo crucificado: escándalo para los judíos, necedad para los gentiles; pero para los llamados —judíos o griegos—, un Cristo que es fuerza de Dios y sabiduría de Dios" (1 Cor 1,22-24).

    De esta forma, podemos entender mejor la frase "Jesús iba creciendo en sabiduría" (Lc 2,52) con la que la Palabra de Dios nos exhorta a los cristianos a crecer en sabiduría, a crecer en Cristo.