¿QUIÉN ES JESÚS?

La vida de Jesús siempre ha suscitado preguntas a lo largo de los últimos dos mil años.

¿Cómo pudo un carpintero que fue ejecutado por los romanos convertirse en el hombre más famoso de la historia?
¿Fue Jesús alguien verdaderamente real?
¿Cómo puede Dios ser un hombre al mismo tiempo?
¿De qué manera podría esto tener algún sentido para mi vida?

Estas son algunas pero queremos que nos cuentes las tuyas.
Mostrando entradas con la etiqueta guerra espiritual. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta guerra espiritual. Mostrar todas las entradas

domingo, 25 de marzo de 2018

REVOLUCIÓN Y CONTRA-REVOLUCIÓN VISTA POR TOLKIEN

Imagen relacionada
"Os digo que en esta hora terrible
en que el espíritu
 del mal busca 
todos los medios para destruir el Reino de Dios, 
debéis poner en acción todas las energías para defenderlo 
de las falsas ideologías de nuestro tiempo” 
(Papa Juan XXIII)

En otro artículo hablabamos sobre la alegoría cristiana y el simbolismo católico de "El Señor de los Anillos" (J.R.R. Tolkien), que narra la lucha entre el bien y el malla batalla por liberar a la Tiera Media de la tiranía del Señor Oscuro Sauron.  

Hoy volvemos a ello con el propósito de establecer un paralelismo con la Revolución y Contra-Revolución.

La Palabra de Dios (en la que Tolkien se inspiró para escribir su obra) nos habla de esta lucha encabezada por el Arcángel San
Miguel contra las huestes de Lucifer: "Y fue lanzado fuera el dragón, la serpiente antigua, que se llama Diablo y Satanás, el cual engaña al mundo entero, fue arrojado a la tierra y sus ángeles fueron arrojados con él" (Apocalipsis 12,9 ).

Satanás fue vencido, privado de cuerpo físico y arrojado a la tierra, la cual dirige y gobierna (1 Juan 5,19), con el propósito de tentar a la humanidad y hacer la guerra a los escogidos. (Isaías 14,12-15). 
      
Esta lucha continúa hoy, trasladada del cielo a la tierra. Sauron es la representación de Satanás en el mundo y su símbolo es el "El Ojo que todo lo ve".  Curiosamente, el ojo de la Masonería y de los Illuminati (también impresa en el billete de un dólar), es uno de los principales agentes de la Revolución.

La Revolución

Satanás, valiéndose de su "Revolucionario Anillo Único" (Igualitarismo y Liberalismo), trata de esclavizar al ser humano con el gran poder maligno que corrompe completamente al que intenta usarlo.
Es la búsqueda del Nuevo Orden Mundial, bajo el que ya no habrá diferencias, bajo el cual habrá una falsa libertad que oculta su verdadero objetivo: la total obediencia a Satanás (Sauron). 
La fuerza de atracción del "Anillo Único" (las falsas ideologías y las pasiones desordenadas) es total y no hay forma de escapar a ella. Otorgando invisibilidad a su portador, le hace prisionero del anillo y de su influjo demoníaco, haciéndole pagar una alto precio: la entrega de la misma alma. 

Su característica principal es la subyugar a todos sus portadores, atraerlos, para así, atarlos a todos bajo un poder único: "Un Anillo para gobernarlos a todos, un Anillo para encontrarlos, un Anillo para atraerlos a todos y atarlos en las tinieblas" (El Señor de los Anillos, JRR Tolkien).

El anillo del mal es seductor, tienta a quién lo posee hacia el egoísmo, la codicia, el odio, etc...es el símbolo del pecado.


El anillo domina a aquel que lo posee; conoce las debilidades de cada portador y así, logra esclavizarlo... manteniendo prisionero a aquel que lo utiliza: "Jesús les respondió: Os aseguro que quien comete pecado es un esclavo." ( Juan 8,34).

Cuando una persona usa el Anillo, éste se convierte en una adicción, en un "círculo" vicioso, en un "tesoro" (como le ocurrió a Smeágol), que lleva a una obsesión enfermiza.

Al principio, como con el alcohol, las drogas, la pornografía o cualquier otro vicio, todo Sméagol cree tener el control del Anillo y cree saber cuando parar. 

Sin embargo, poco a poco con el paso del tiempo, despreocupa otros aspectos de su vida por la obsesión de su vicio, de su "tesoro": "Olvidó el sabor del pan y el canto de las aves", y se convierte en Gollum, un ser miserable, esclavo de su anillo, de su "tesoro". 

Los revolucionarios

Los revolucionarios son las huestes de Lucifer, los Hijos de las Tinieblas y que responden a dos tipos:

Orcos y Goblins
Seres poco inteligentes pero muy astutos, corrompidos por el Señor Oscuro Sauron y usados como soldados y secuaces suyos.
Criaturas miserables, deformes y de apariencia bestial que odian todo lo existente, incluso a ellos mismos y a sus amos, a quienes sirven por temor.

Aunque no hacen nada bueno ni artístico, tienen una cierta tecnología, que emplean fundamentalmente para la destrucción. 

Aborrecen la luz del Sol, y no soportan estar bajo ella. Prefieren la oscuridad.

Simbolizan las innumerables legiones de ángeles corruptos que siguieron a Satanás, que corresponden a la tercera parte de todos los espíritus creados por Dios antes de formar la tierra (Apocalipsis 12, 4) y que, al deformar su voluntad, se convirtieron en demonios y espíritus inmundos que luchan contra el hombre, con el único fin de aniquilarlo.

Huruk-hai
Especie mejorada de orcos híbridos creados por Saruman, el "mago blanco" (Anticristo) resultado del cruce de orcos y elfos.
Poseedores de un carácter despiadado y cruel para la lucha que los convierte en brutales máquinas de matar, disciplinadas y obedientes, resueltos y persistentes, capaces de recorrer grandes distancias sin apenas descansos.

Simbolizan a los seguidores y defensores de la Revolución y que son el resultado de la unión apóstata de espíritus puros y espíritus malignos reclutados en el mismo corazón de la Iglesia (Isengard), que viven en cuevas subterráneas y cuyas intenciones son malignas. 

Al haber formado parte de la Iglesia, sus conocimientos les ayudan a luchar contra los Hijos de la Luz sin ningún ápice de misericordia o compasión.

La Contra-Revolución 

Ante esta acción revolucionaria y malvada es necesaria una reacción. Una re-acción que se oponga a la Revolución, que luche contra ella y que la derrote destruyendo el "Anillo", allí donde fue forjado.
La Contra-Revolución es la “re-acción” frente a la Revolución que no es, ni puede ser, un movimiento "teórico", ni una actitud "estática" que combata fantasmas. 

Más bien, es una lucha contra las pasiones revolucionarias que hoy se desbordan, contra las ideas revolucionarias que continuamente se formulan, contra los ambientes revolucionarios que nos rodean.

La Contra-Revolución no consiste en cerrar los ojos ante esta situación, ni en pactar con los revolucionarios y mucho menos, convivir con sus postulados. Al contrario, consiste en conocer su esencia, sus metamorfosis y sus agentes para combatirla de forma inteligente, sagaz y astuta con todos los medios lícitos, y con el concurso de todos los hijos de la luz.

Si la Revolución es el desorden, la Contra-Revolución es la restauración del Orden. Es decir, la paz de Cristo en el Reino de Cristo. O sea, la civilización cristiana, jerárquica, sacra, anti-igualitaria y anti-liberal.

La Contra-Revolución es la defensora de las tradiciones cristianas, promotora del desarrollo de todas las potencias del alma y la búsqueda de la perfección moral, protectora de la prevalencia de los aspectos espirituales sobre los aspectos materiales y promotora del aprecio a la Belleza, la Bondad y la Verdad en lo relacionado a la verdadera Religión, a la verdadera doctrina, al verdadero arte y a la verdadera literatura, al bien del cuerpo y el a
provechamiento de la materia.

El Orden nacido de
 la Contra-Revolución debe asentarse en los tres objetivos fundamentales en que éste fue vulnerado por la Revolución:
  • Un profundo respeto a la Iglesia y el Papado y una sacralización de los valores de la vida temporal, en oposición al laicismo, al inter-confesionalismo, al ateísmo, al panteísmo y sus secuelas.
  • Un espíritu de jerarquía en todos los aspectos de la sociedad y del Estado, de la cultura y de la vida, en oposición a la concepcion igualitaria de la Revolución.
  • Una gran diligencia en detectar, combatir y reprimir el mal en todas sus manifestaciones, embrionarias o veladas, en oposición al liberalismo revolucionario.
La única manera de destruir el Anillo es llevándolo al monte del destino en Mordor y arrojarlo al fuego. 

Asimismo, la única manera de vencer la Revolución es luchar contra ella con un ejército de contra-revolucionarios que imite y siga a Cristo, a la vez Rey (Aragorn) y Hombre (Frodo), hasta el Monte del Calvario.

Los contra-revolucionarios

Los contra-revolucionarios son los ejércitos de Cristo y de María, los Hijos de la Luz y continuando con el paralelismo del Señor de los Anillos, contrarrevolucionarios serían:

Elfos 
Los Elfos tienen una visión muy superior a la de los Hombres pudiendo ver en la lejanía y en la oscuridad si ésta no es absoluta. Son más hábiles que las demás razas, y más resistentes en cuerpo y mente que Hombres y Enanos. 
   
Se recuperan más rápido de las heridas y no están sujetos a las enfermedades. Son criaturas bellas que aman la naturaleza, la vida y la música. 

Todos los elfos son prácticamente inmortales: envejecen junto con el mundo y existen mientras el mundo exista. Son inmunes a las enfermedades; sólo pueden perder la vida en batalla o fallecer de pena. 

El Señor de los Anillos relata que los Elfos y los Hombres fueron compañeros de batalla desde tiempos remotos.

Los Elfos simbolizan a las legiones de ángeles lideradas por el Arcangel San Miguel y asociadas a los espíritus de todos los hombres justos, pelean contra Lucifer y sus seguidores: 

"Entonces hubo una batalla en el cielo: Miguel y sus ángeles lucharon contra el dragón. El dragón y sus ángeles combatieron, pero no pudieron vencer, y ya no hubo lugar para ellos en el cielo. Y fue precipitado a la tierra el gran dragón, la serpiente antigua, que se llama "Diablo" y "Satanás", el seductor del mundo entero, y sus ángeles fueron precipitados con él." (Apocalipsis 12,7-9).

Istari
Los Istari de Tolkien simbolizan a los obispos y sacerdotes (pastores) que guían y dirigen a los hombres:


- "Gandalf el gris" 
símboliza a Cristo, a Pedro, a Pablo, al Vicario de Cristo, al Papa: guía de hombres, enanos y hobbits, cayó en las profundidades de Moria junto con el Balrog, y murió y resucitó aún más sabio, vestido de blanco en vez de gris. El blanco es la sabiduría: 
“Solo tú puedes decidir qué hacer con el tiempo que se te ha dado. En efecto, muchos que viven merecen la muerte. Y algunos que mueren merecerían la vida. ¿Puedes devolversela tú? No te apresures, pues, en adjudicar muerte o juicio, pues ni aún los más sabios pueden discernir esos extremos." (Gandalf a Frodo, El Retorno del Rey).

"¿Final? No, el viaje no concluye aquí. La muerte es sólo otro sendero, que recorreremos todos. El velo gris de este mundo se levanta y todo se convierte en plateado cristal. Es entonces, cuando se ve... la blanca orilla. Y mas allá, la inmensa campiña verde, tendida ante un fugaz amanecer." (Gandalf a Pippin, el Retorno del Rey).

- "Saruman, el blanco", simboliza la apostasía dentro de la Iglesia Católica: Señor de Isengard, sucumbe a las tinieblas y se une a la Orden Negra de Mordor: 
"El mundo cambia. ¿Quién tendrá ahora la fuerza de hacer frente a los ejércitos de Isengard y Mordor? ¿De rebelarse al poder de Sauron y Saruman y la unión entre las dos torres? Unidos, mi señor Sauron, seremos reyes de la Tierra Media. El viejo mundo se consumirá en los fuegos de la industria. Los bosques morirán. Un nuevo orden surgirá, seremos adalides de una máquina de guerra a espada, lanza y puño de hierro de orco. Tan sólo hay que aniquilar a aquéllos que se nos oponen."(Saruman, Las Dos Torres).

Hombres 
En la obra de Tolkien, los Hombres simbolizan el Pueblo de Dios, las "ovejas" guiadas por los "pastores" y al frente de ellos, Aragorn, el trigesimonoveno (39º) descendiente directo por línea paterna de Isildur, hombre de Númenor y jefe de los Dunedain de los montaraces del norte, y por tanto, legítimo heredero al trono.
Aragorn utiliza su legitima autoridad como Rey de los Hombres para unificar a los pueblos libres de la Tierra Media: Hombres de Rohan y Hombres de Gondor. También, desciende al mundo de los espíritus, bajo la montaña, para reclutarlos para la guerra y así salvarlos y liberarlos. 
Así, lidera a un ejército de muertos y de vivos contra las fuerzas malignas de Sauron:

"¡Seguid en posición, hacedles frente! Hijos de Gondorn, y de Rohan, mis hermanos... Veo en vuestros ojos el mismo miedo que encogería mi propio corazón. Pudiera llegar el día en el que valor de los hombres decayera, en que olvidáramos a nuestros compañeros y se rompieran los lazos de nuestra comunidad, pero hoy no es ese día! ¡En que una hora de lobos y escudos rotos rubricaran la consumación de la edad de los hombres, pero hoy no es ese día. En este día lucharemos. Por todo aquello que vuestro corazón ama, de esta buena tierra, os llamo a luchar. ¡Hombres del Oeste!"(Aragorn, El Retorno del Rey).

Aragorn simboliza a Cristo, que encabeza su Iglesia con los santos y los hombres, cuando dice: "Yo Soy el camino" (Juan 14,6).

Hobbits
La vida de la Comarca de los Hobbits es el reflejo de la vida cristiana, antaño tranquila y sin mucha aventura. Sus principales ideales son el amor por la vida sencilla y las virtudes de antaño. 
Normalmente, eluden las "grandes aventuras" e involucrarse en los temas de los Hombres, ni siquiera a querer saber lo que sucede en la Tierra Media, refugiándose en su "Comarca" (Iglesia). 

Los Hobbits simbolizan también al pueblo de Dios (posiblemente a los grandes santos), a los  cristianos pequeños, humildes y sencillos, pero  llamados a los "grandes propósitos".

Enanos
Los enanos son seres que viven ocultos bajo las montañas. Son tenaces, indomables y persistentes. son el esfuerzo y el trabajo, y, de hecho, es la raza más trabajadora de la obra de Tolkien. 

Son valientes en el combate y su voluntad y orgullo son indoblegables, por lo que rara vez son engañados y pocas veces han sido corrompidos por el mal.
Existen al menos 7 reinos enanos, entre los que destacan: Khazad-dûm o Moria es el hogar de los nobles enanos bajo las Montañas Nubladas y Erebor el Reino bajo la Montaña el hogar de Thràin bajo la Montaña Solitaria, tomada por el dragón Smaug y recuperada por Thorin "Escudo de Roble".

Los Enanos simbolizan a los hombres y mujeres de vida consagrada, a los distintos carismas y órdenes religiosas de la Iglesia Católica, que a través de su trabajo "oculto" de contemplación y oración sirven a la causa de la Contra-revolución.


La Dama Galadriel
Galadriel, traducido del sindarin como "doncella enguirnaldada de un brillante resplandor"​ es una elfa del casada con Celebor, madre de Celebrían y abuela de Arwen.
Reina de los Altos Elfos de Lothlórien, simboliza a la Virgen María por su gran belleza, nobleza y por su resistencia contra los designios del Señor Oscuro, en una lucha que recuerda la de la Santísima Virgen aplastando la cabeza de Satanás.


Galadriel les enseña a Frodo y a Sam el "santuario", el jardín que figura ser el del Edén; les invita a mirar en el Espejo de Galadriel para descubrir "el fondo de su propio corazón"; les entrega "gracias" en el frasco con la Estrella de Ëarendil, "para que acudan a ella para pedir su intercesión" en caso de necesidad:

"Y ahora al fin llega. ¡Me darás libremente el Anillo! En el sitio del Señor Oscuro instalarás una Reina. ¡Y yo no seré oscura sino hermosa y terrible como la Mañana y la Noche! ¡Hermosa como el Mar y el Sol y la Nieve en la Montaña! ¡Terrible como la Tempestad y el Relámpago! Más fuerte que los cimientos de la tierra. ¡Todos me amarán y desesperarán!"
(Galadriel a Frodo, en la Comunidad del Anillo).

En esta lucha entre Revolución y Contra-Revolución no hay posibilidad de ser neutrales, ni se puede servir a ambos bandos (Mateo 6,24). Por ello, el contra-revolucionario debe tener:
  • una clara visión de la Revolución y la Contra-Revolución
  • un amor fundamental a Dios
  • un ánimo fuerte para luchar
  • Una coherencia para actuar
  • una noción lúcida de los desórdenes del mundo y lo que suponen
  • una sana indignación ante cualquier aspecto revolucionario 
La estrategia del contra-revolucionario consiste en mostrar la Revolución por enterosu espíritu, sus líneas de acción, cada una de sus manifestaciones o maniobras aparentemente inocentes e insignificantes.

Debe procurar, en lo posible, conquistar a las multitudes. Sin embargo, no debe hacer de eso su objetivo principal ni desanimarse ante las dificultades sino utilizar todos los medios a su alcance y vencer el espíritu derrotista de algunos que sólo ven el poder malvado de los hijos de las tinieblas. 

Debe enseñar el amor a la desigualdad en el plano metafísicoal principio de autoridad, y también a la Ley Moral y a la pureza.

"Por todo aquello que vuestro corazón ama, de esta buena tierra, os llamo a luchar. ¡Hombres del Oeste!"

viernes, 18 de agosto de 2017

EL ODIO EN NOMBRE DE DIOS: CONVERTIRSE O MORIR

El terrorismo yihadista ha vuelto a golpear el corazón de Europa. El odio en nombre de Alá y la violencia justificada por el Corán han dejado Barcelona con trece muertos y un centenar de heridos. Se trata de un "suma y sigue".

Y qué poco hemos tardado en empezar con los lazos y crespones negros, con los minutos de silencio, con las flores y velas, con las oraciones por las víctimas y los asesinos, con los actos de condena y repulsa. 

Como si, con el simple "buenismo" de siempre, instaurado en Occidente, se fuera a solucionar esta guerra declarada a todos. Todas las buenas intenciones son bienvenidas pero no es suficiente, porque si todo lo que vamos a hacer es poner en nuestras redes sociales un lazo negro o decir que "no podrán con la democracia", el mal triunfa.

IslamSymbol.PNGEl Islam, desde sus inicios, ha basado su expansión en la conquista violenta en contra de la comprensión de una religión de paz y de un Dios de amor.

La Yihad (sexto pilar del Islam), esto es, la sumisión a Alá, el sometimiento de los "infieles", la muerte a los "enemigos"... es el integrismo radical que pervierte la religión y desprecia sistemáticamente la vida humana, sembrando la tierra de maldad y de muertos.

Es la anti-democracia de un extremismo maléfico, es el anti-amor de una visión distorsionada de Dios, que pone al mundo en la tesitura de "convertirse" o morir. Así la define el Corán: 



"Entonces, cuando los meses sagrados hayan pasado, matad a los idólatras dondequiera que los encontréis, y llevadlos (cautivos), y asediadlos, y preparar para ellos toda emboscada. Pero si se arrepienten y establecen adoración y se humillan, dejadlos libres. ¡Mirad! Alá perdona, es misericordioso." 
(Sura 9:5).

Di a los infieles que si cesan de enfrentarse se les perdonará lo pasado, 
pero si reinciden, combatid contra ellos hasta que dejen de induciros a apostatar 
y se rinda todo el culto a Alá 
(Sura 8:38-39)​

Combatid contra quienes, habiendo recibido la escritura [es decir, los judíos y los cristianos] no creen en Alá ni en el último día, ni prohíben lo que Alá y su enviado han prohibido, ni practican la religión verdadera. 
Luchad hasta que, humillados, paguen el tributo.
(Sura 9:29).

Imagen relacionadaPor desgracia, existe en Occidente una total indolencia que o no es consciente o no quiere darse cuenta de lo que ocurre: el objetivo último del yihadismo es islamizar el mundo. Eso, o la muerte...

Erróneamente se piensa que el propósito de estos actos malvados, sin escrúpulos y sin sentido es desestabilizar la libertad y la democracia pero en realidad, lo que ansían es la destrucción de todo lo que no sea musulmán, lo que anhelan es la instauración de un califato que gobierne el mundo

No se trata de una cuestión política ni social, es una cuestión religiosa: su profeta les insta a luchar contra el infiel e incluso matarlo. 

El yihadismo no desaparecerá jamás si no se les ofrece una opción igual de interesante o aún mejor. Desprogramarlos de su ideología patógena adquirida, desradicalizar a los captados o impedir que se sumen a ella es una labor de largo alcance que implica a todos.

Los terroristas han convertido en "leiv motif" las consecuencias de sus acciones. A mayor xenofobia, mayor justificación de su acción violenta; a mayor islamofobia, más deber sagrado de atacar y matar a los infieles. Hemos entrado en el bucle, diseñado por ellos, del que es difícil salir si no somos capaces de romper esa inercia.

En la 1 carta de Pedro 3, 8-9, 11-12 se nos dice: "Finalmente, vivid todos unidos en armonía. Sed compasivos, fraternales, misericordiosos, humildes, no devolváis mal por mal ni injuria, por injuria sino todo lo contrario bendecid siempre pues para esto habéis sido llamados para ser herederos de la bendición... Apártese del mal y haga el bien busque la paz y corra en pos de ella. Pues el Señor mira por los que practican la justicia y tiene los oídos atentos a sus súplicas; pero el Señor se enfrenta con los criminales".

El apóstol San Pablo en su carta a los Romanos 12, 17-21 nos exhorta: "No devolváis a n
adie mal por mal. Procurad hacer el bien ante todos los hombres. En cuanto de vosotros depende, haced todo lo posible para vivir en paz con todo el mundo. Queridos míos, no os toméis la justicia por vuestra mano; dejad que sea Dios el que castigue, como dice la Escritura: Yo haré justicia, yo daré a cada cual su merecido. También dice: Si tu enemigo tiene hambre, dale de comer; si tiene sed, dale de beber; que si haces esto, harás que se sonroje. No te dejes vencer por el mal; al contrario, vence el mal con el bien." 

El tratamiento del terrorismo yihadista por parte de los políticos y los medios de comunicación es, con frecuencia, torpe, ignorante y simplista. Demasiadas etiquetas, falsos "buenismos", eslóganes políticamente correctos y de "postureo" que se disipan con el paso de los días. Es difícil leer, ver o escuchar informaciones sobre el Islam que traten de explicar y hacer razonar, en vez de impresionar, emocionar o adoctrinar. Los medios sensacionalistas, los militantes y los inconscientes, se convierten en propagandistas de los yihadistas, porque amplifican sus acciones y sus propósitos, porque les sonríen, porque les defienden en aras de una errónea hermandad.

Me hago eco de las palabras de Arturo Pérez-Reverte en las que nos anima a tomar conciencia del problema al que nos enfrentamos: 

"Es una guerra, y estamos metidos en ella. Es la tercera guerra mundial, y no nos damos cuenta. Es la Guerra Santa, la Yihad. Y la estamos perdiendo por nuestra estupidez. Sonriendo al enemigo. 

A Occidente, a Europa, le costó siglos de sufrimiento alcanzar la libertad de la que hoy goza. Poder ser adúltera sin que te lapiden, o blasfemar sin que te quemen o que te cuelguen de una grúa. Gozamos las ventajas de esa lucha, ganada tras muchos combates contra nuestros propios fanatismos, en la que demasiada gente buena perdió la vida: combates que Occidente libró cuando era joven y aún tenía fe. Pero ahora los jóvenes son otros: el niño de la pancarta, el cortador de cabezas, el fanático dispuesto a llevarse por delante a treinta infieles e ir al Paraíso. 

En términos históricos, ellos son los nuevos bárbaros. Europa, donde nació la libertad, es vieja, demagoga y cobarde; mientras que el Islam radical es joven, valiente, y tiene hambre, desesperación... Trabajan con su dios en una mano y el terror en la otra, para su propia clientela. Creer que eso se soluciona negociando o mirando a otra parte, es mucho más que una inmensa estupidez. Es un suicidio... qué diablos vamos a negociar. Y con quién. Es una guerra, y no hay otra que afrontarla. Asumirla sin complejos. Porque el frente de combate no está sólo allí, al otro lado del televisor, sino también aquí. En el corazón mismo de Occidente."

¡Ay Occidente! ¡Qué futuro te espera!
Descansen en paz las víctimas. Recemos por ellas, por los asesinos y para que nuestra cultura recupere la identidad cristiana perdida y reaccione. 

¡Señor, escucha nuestro clamor y nuestra súplica! ¡Sé tu quién hagas justicia!

domingo, 25 de junio de 2017

¿QUIÉN CONTRA NOSOTROS?


Resultado de imagen de dos bandos espirituales

"Si Dios está por nosotros ¿quién estará contra nosotros?" 
(Romanos 8, 31)

Hoy quiero reflexionar sobre la carta del apóstol Pablo a los Romanos capítulo 8, donde narra unas circunstancias muy parecidas a las de hoy día. Pero antes, pongámonos en antecedentes.

Como todos sabemos, Satanás engañó al primer hombre y su mujer para que se rebelaran y no acataran las instrucciones de Dios. Y ellos aceptaron la mentira en su corazón, relativizando lo que Dios les había dicho.

Como resultado de esta trágica decisión, el hombre se separó del Creador y se unió al Enemigo. Desde ese momento, Dios establece dos bandos en enemistad: el de la serpiente y el de la mujer, y el de sus respectivas descendencias. Y ya entonces, nos da la clave de quién vencerá (Génesis 3,15).

Miles de años después, continúa la misma situación. Dos bandos enemigos. No se puede pertenecer a ambos. Hay que elegir. Entonces, ¿de qué lado estamos? ¿estamos con los ganadores o con los perdedores? ¿con la luz o con la oscuridad? ¿con lo correcto o de lo incorrecto? ¿con Dios o con Satanás?

En el pasaje que hoy reflexionamos, los seguidores de Cristo estaban siendo perseguidos y oprimidos en RomaPor ello, el apóstol Pablo lanza un mensaje de consuelo, confianza y esperanza para los que asumieron el compromiso de seguir a Jesucristo.

Hoy, en nuestro mundo, lleno de maldad y gobernado por el padre de la mentira, ocurre lo mismo: somos perseguidos y denostados. Por eso, es un gran consuelo saber que Dios está de nuestro lado y que, por medio de Jesucristo, ya ha vencido. Entonces, ¿y a mi qué...quien esté contra mí? Sé quién está conmigo. Eso es lo que importa.

La pregunta de Pablo es: “Si Dios está por nosotros” ¿qué importa quién este contra nosotros?, y sigue preguntando en los siguientes versículos: "¿Quién podrá acusar a los hijos de Dios? ¿Quién será el que condene?"¿Quién podrá separarnos del amor de Cristo?" ¿La tribulación, la angustia, la persecución, el hambre, la desnudez, el peligro, la espada? (Romanos 8, 32-35),

La respuesta está en Dios y
 en sus obras, especialmente en el sacrificio de Jesucristo en la cruz. "Dice la Escritura: Por tu causa estamos expuestos a la muerte todo el día, somos como ovejas destinadas al matadero. Pero en todas estas cosas salimos triunfadores por medio de aquel que nos amó. Porque estoy persuadido de que ni la muerte, ni la vida, ni los ángeles, ni los principados, ni las cosas presentes ni las futuras, ni las potestades, ni la altura ni la profundidad, ni otra criatura alguna podrá separarnos del amor que Dios nos ha manifestado en Cristo Jesús, nuestro Señor."(Romanos 8, 36-39)

Jesús es Emanuel "Dios con nosotros" ¡Que tranquilidad! Nada en el mundo puede separarnos de Cristo. Sí, ¡estamos en el bando ganador! Somos más que vencedores porque nada puede separarnos del amor de Dios, que es lo único importante en nuestras vidas. 

Imagen relacionadaNuestra mirada debe estar puesta en nuestro Dios, no en el enemigo. El enemigo (Satanás) quiere llamar nuestra atención pero solamente quiere distraernos y hacernos mal. Con nuestra alma y espíritu fijados en Dios, los ataques del enemigo no tienen efecto. 

Cristo es quien habilita nuestra confianza en Dios. "Cristo es el que murió . . . resucitó . . . e intercede por nosotros." El punto central de nuestra fe es el sacrificio de Cristo. Jesús, al derramar su sangre, venció y condenó al príncipe de este mundo. Por medio de Cristo permanecemos firmes en Dios. Por medio de Cristo nos enfocamos en la justicia de Dios. Por medio de Cristo somos más que vencedores. 

Por causa de nuestra fe sufrimos los ataques del enemigo, pero la buena noticia es que Dios está siempre presente y de nuestro lado. Él dispone todas las cosas para el bien de quienes lo aman (v. 28). ¿Y quienes son los que lo aman?: aquellos que, por la fe, hemos asumido el compromiso de seguir a Jesucristo. 

Ante toda oposición que pretenda quitarnos lo que Dios nos ha dado, Cristo es nuestra garantíaEl Señor está en el lado de su pueblo. Nuestra confianza debe estar solo en Dios, sin importarnos quien sea el enemigo.

Nada podrá apartarnos del amor que Dios nos ha manifestado en Cristo Jesús nuestro Señor, sino que por encima de todos los sufrimientos, los cristianos somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó, manifestado a través del sacrificio de su hijo Jesucristo.



domingo, 21 de agosto de 2016

LA KRIPTONITA DE UN CRISTIANO



Todos queremos ser como Superman. Es un héroe con superpoderes: vuela, tiene una fuerza sobrehumana, visión de rayos X y es prácticamente invulnerable. Digo prácticamente, porque tiene una debilidad: La Kriptonita. Este cristal verde lo debilita, e incluso puede llegar a destruirle. Lex Luthor lo sabe muy bien.

Un cristiano también es un héroe con superpoderes, gracias al Espíritu Santo. Con Él, somos capaces de volar (Fe), adquirimos una fuerza sobrenatural (Oración), nos permite ver allí donde otros no alcanzan (Palabra) y nos mueve a ayudar a los desvalidos (Amor).

Nada en la tierra es más poderoso que el Espíritu Santo que fluye a través de la fe de un discípulo nacido de nuevo de Jesús (1 Juan 5, 4). Nada. Es el mayor poder a disposición de cualquier persona. Con la fe nada es imposible (Mateo 17,20). Cuando un cristiano está lleno de fe, el poder del Espíritu no se puede parar y no podemos dejar de hablar de lo que hemos visto y oído (Hechos 4,20). Ni siquiera la muerte puede silenciarlo (Hebreos 11, 4).

A través del Espíritu Santo, Jesús destruye las obras del diablo (1 Juan 3, 8). Lo único que las fuerzas de Satanás temen más que la fe vibrante de un cristiano es la unión en la fe de una comunidad cristiana.

Pero los cristianos tenemos una vulnerabilidad: la falta de fe. 

"La falta de fe es la kriptonita del cristiano". 

Nos debilita y nos puede destruir. Y Satanás (Lex Luthor) lo sabe muy bien.

El objetivo principal de Satanás en los miles de sus diversos ataques contra nosotros es acabar con nuestra fe.

Su objetivo principal contra la iglesia es fragmentar la fuerza poderosa de la fe en unidad y aislar a los creyentes. 

Esto debilita la iglesia y hace que las personas sean más vulnerables (Hebreos 3, 12-13, 10,25). Sus fuerzas están empeñados en estos objetivos estratégicos (Efesios 6, 11-12).

La fe de un cristiano es el medio elegido por Dios para traer nuestra salvación, fortaleza, curación, y la entrega de su gracia para el mundo. Si Satanás debilita nuestra fe, nos puede inmovilizar. Si es capaz de anular nuestra fe, puede destruirnos. 

Es por esto que nos encontramos en un guerra espiritual tan dura (1 Timoteo 6,12; Efesios 4,13). Satanás está haciendo todo lo posible para emplear el poder de la incredulidad (Kryptonita) contra nosotros. Esto es lo que está ocurriendo en todas nuestras tentaciones: la desobediencia, el desánimo, las dudas, las distracciones, y las divisiones. Satanás está tratando de debilitar y destruir nuestra fe y, a través de nosotros, la fe de otros.

Luchamos en esta batalla todos los días. Y tenemos ciertas vulnerabilidades en la fe que nos llevan al desaliento y a la desesperación, y nos damos por vencidos. Necesitamos ayuda para escapar del poder de la Kryptonita cristiana.

Superman no puede luchar contra la Kryptonita por su cuenta. Él necesita que alguien le ayude a escapar de su poder. Este ayudante es el Espíritu Santo. A través de la palabra de Dios, el Espíritu Santo enfoca nuestra fe en la verdad de Jesús y lejos de las mentiras de Satanás. Cuando esto sucede la fe se fortalece y la duda se evapora.

Puesto que la duda (kriptonita) es tan peligrosa para nosotros, cuando sufrimos sus efectos, debemos tomar medidas urgentes para recibir la ayuda del Espíritu. El Espíritu utiliza los cuatro siguientes medios para ayudarnos:

Mirar a la fuente de nuestro poder

El relato de Jesús exhortando a Pedro a caminar hacia Él sobre el agua nos es muy útil (Mateo 14, 28-31). Mientras la fe de Pedro se centra en Jesús, es capaz de hacer lo humanamente imposible, caminar sobre el agua. Pero cuando su atención se centra en el viento y las olas, se hunde. 

Fijando la mirada en Jesús, cualquier cosa es posible, incluido caminar sobre las aguas. Cuando nos hundimos, siempre es evidencia de nuestra falta de fe.

Huir de las distracciones

Dejemos a un lado las distracciones, no nos dejemos atrapar por ellas, apartemos de nuestra mente las dudas, confiemos en las promesas que Dios nos ha hecho y experimentemos el poder consolador del Espíritu Santo.

Constantes en la oración

En Colosenses 4, 2, Jesús dice que cuando estamos reunidos en su nombre  y su palabra permanece en nosotros, Él está ahí. Entonces, podemos pedir lo que queramos y lo recibiremos (Juan 15, 7). 

Dios responderá. Pero debemos confiar en él. Permanecer firmes en la oración hasta que llegue la respuesta.

Nuestras debilidades muestran el poder de Cristo

En esta batalla particular, junto a nuestras dudas están presentes nuestras debilidades. 

Pero el Espíritu nos ayuda a recordar que en nuestras debilidades es donde Jesús nos muestra su poder (2 Corintios 12, 9-10). 

No importa lo que la incredulidad (kriptonita) utiliza en contra de nosotros, incluso cuando cedemos al pecado, si llevamos a Cristo en nuestro corazón, Él promete enviarnos el Espíritu Santo para darnos la fuerza y el poder necesarios para ayudarnos a escapar del poder de la kriptonita (1 Corintios 10,13).


Las feroces batallas a causa de la incredulidad demoníaca son parte habitual de la vida cristiana. Es la guerra!!!

Satanás está luchando con la kryptonita de la incredulidad, pero no debemos desanimarnos ni arrojar la toalla. 

A través de las promesas de Jesús, el Espíritu de Dios nos socorrerá, nos ayudará a superar el  arma más letal de nuestro enemigo (Juan 16,33).






miércoles, 25 de mayo de 2016

IDEOLOGÍA DE GÉNERO: SERES HUMANOS O PARECERES HUMANOS



"Creó, pues, Dios al ser humano a imagen suya, 
a imagen de Dios le creó, macho y hembra los creó". 
Génesis 1, 27


La ideología de género es una de las grandes ocurrencias del ateísmo, relativismo e individualismo del siglo XXI. Básicamente, un plan concienzudamente ideado que tiene como finalidad la destrucción del matrimonio, la familia y la vida, bases necesarias para la continuidad de la especie humana, tal y como fueron designadas por Dios desde que ésta fue creada.

La ideología de género defiende la libertad individual de cada persona, que puede optar por el tipo de "género" al que quiera pertenecer.

Hombres y mujeres, heterosexuales, homosexuales, bisexuales o transexuales son simplemente modos de comportamiento sexual producto de la elección de cada persona, libertad que todos los demás deben respetar. 

Es la imposición de conceptos "contra-natura", es ir contra la naturaleza¿No nos suena quien está detrás de ello?

Niega la naturaleza humana escrita implícitamente en su propio código genético y le atribuye la elección al individuo, por lo que cada uno puede "inventarse" a sí mismo

En lugar de "seres humanos", somos "pareceres humanos"Es la rebelión contra Dios, es negar a Dios y creerse Dios. ¿No nos suena quien está detrás de ello?

Desaparece la diferencia entre lo permitido y lo prohibido. 

A partir de ahí, cada persona se puede unir con la que quiera, y si están imposibilitados para procrear de modo natural, tienen derecho a adoptar hijos cuyo futuro estará condicionado por la ausencia de uno de los géneros biológicos necesarios para la supervivencia de la especie humana. 

Es el fin de la existencia, la destrucción de la vida y del ser humano. ¿No nos suena quién está detrás de ello?


Es una auténtica "locura" que convierte el sexo biológico de cada cual, de una realidad social y pública, en una opinión, capricho o fantasía privados

El nuevo activismo implica dar pábulo a la fantasía, que por definición es el poder de procesar o crear imágenes mentales irreales o improbables en respuesta a los caprichos psicológicos.

Hoy, se nos exige que consintamos y se nos obliga a ser cómplices de las fantasías antinaturales de unos pocos. Sí, la ideología de género no va de género, va sobre todo de guerra.  De una guerra espiritual que se entabla desde el principio de la creación y que nos sumerge en la desunión, la confusión y la rebelión a Dios. 

Si pensábamos que la guerra había terminado rindiéndose al "matrimonio" entre personas del mismo sexo pronto veremos que eso es sólo el principio. 

Se trata de extender y radicalizar la destrucción de las estructuras externas (tradición, costumbre o comunidad) que dificultaban la auto-satisfacción y el placer. Una vez destruidas las externas, el siguiente paso es destruir las estructuras internas (la razón, la identidad y el sentido del ser) que impiden el "derecho" a una recompensa instantánea.