¿QUIÉN ES JESÚS?

La vida de Jesús siempre ha suscitado preguntas a lo largo de los últimos dos mil años.

¿Cómo pudo un carpintero que fue ejecutado por los romanos convertirse en el hombre más famoso de la historia?
¿Fue Jesús alguien verdaderamente real?
¿Cómo puede Dios ser un hombre al mismo tiempo?
¿De qué manera podría esto tener algún sentido para mi vida?

Estas son algunas pero queremos que nos cuentes las tuyas.
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lunes, 19 de octubre de 2020

MARÍA, EL NUEVO ARCA

“María es el camino más seguro, 
el más corto 
y el más perfecto 
para ir a Jesús” 
(San Luis María Grignon de Monfort)

Cuando leo en el libro del Génesis: "Al ver el Señor que la maldad del hombre crecía sobre la tierra y que todos los pensamientos de su corazón tienden siempre y únicamente al mal, el Señor se arrepintió de haber creado al hombre en la tierra y le pesó de corazón" (Génesis 6, 5-6), me parece estar leyendo el períodico de hoy.

Desgraciadamente, desde el inicio de la creación, existe una lista interminable de ejemplos, desde Caín a la torre de Babel, pasando por las plagas de Egipto, los días de Noé, Sodoma y Gomorra, hasta nuestros días, que muestran la maldad del hombre, la violencia y la corrupción en el mundo.

Si bien Dios ha creado todo cuanto ha querido por bondad y por amor, desde el principio de la historia, se "humaniza" y "se encarna", cuando el Espíritu Santo dice en el Génesis que "se arrepintió y le pesó de corazón" haber creado al hombre. Son sentimientos humanos que Dios asume para que entendamos como sufre un Padre viendo a sus hijos "perderse". 

Dios siempre se "abaja", se "vuelve hombre" para que, por su infinita compasión y misericordia, comprendamos que somos capaces de destruirlo todo por maldad y por odio, por todo lo que llevamos en el corazón a causa del pecado, consecuencia de una libertad que nos regala, pero que usamos mal: "Porque de dentro, del corazón del hombre, salen los pensamientos perversos, las fornicaciones, robos, homicidios, adulterios, codicias, malicias, fraudes, desenfreno, envidia, difamación, orgullo, frivolidad. Todas esas maldades salen de dentro y hacen al hombre impuro" (Marcos 7, 20-23).

La capacidad de destrucción del hombre (en términos matemáticos) es exponencial e inversamente proporcional a la capacidad creativa de Dios y, también a su paciencia: "La tierra estaba corrompida ante Dios y llena de violencia. Dios dijo a Noé: Por lo que a mí respecta, ha llegado el fin de toda criatura, pues por su culpa la tierra está llena de violencia; así que he pensado exterminarlos junto con la tierra." (Génesis 6, 7-13).

Los hombres somos auténticas "armas de destrucción masiva "porque todos los pensamientos de nuestro corazón tienden siempre y únicamente al mal". Como en los tiempos de Noé (Génesis 6,5-18; 7,11-12) o en los de Sodoma y Gomorra (Génesis 18, 1-29), hoy, la perversidad del mundo sube hasta el cielo" y "el clamor contra ellos ante el Señor es enorme". 
¡Menos mal que "El Señor es compasivo y misericordioso, lento a la ira y rico en clemencia"! (Salmo 103,8) y por ello, Dios nos llama a entrar en el arca, a ponernos a salvo en el monte, es decir, en la Casa de Dios, en la Iglesia, prefigurada por María, porque "nadie podía entrar en el santuario hasta que se consumen las siete plagas de los siete ángeles" (Apocalipsis 15,8) . 

El Arca de la Alianza, el Santuario de Dios es María, la Santísima Virgen, quien no ha parado de aparecerse a la humanidad en los últimos siglos, para avisarnos de lo que está por venir y para pedirnos con urgencia rectificar, arrepentirnos, convertirnos; para suplicarnos orar, hacer penitencia y vivir los sacramentos; para anunciarnos la posibilidad de un castigo, precedido de un aviso y de un milagro; para que enmendemos y purifiquemos nuestros corazones.
La Santísima Virgen María nos llama a purificar nuestros corazones, nos urge a consagrarnos a su Inmaculado Corazón, nos invita a configurarnos a Cristo en Ella, porque el hombre muere de cáncer, una enfermedad mortal: el pecado.

María es un camino fácil, corto, perfecto y seguro para llegar a la unión con Dios que es la perfección cristiana. La Consagración a su Inmaculado Corazón es una llamada a entrar en el "Arca" ante la inminencia de un "diluvio" que no será de agua sino de fuego, un fuego purificador, la justicia de Dios.

María, con su ejemplo y con su palabra, nos recuerda en sus apariciones que tenemos esa capacidad de rectificar, y para ello, necesitamos, como Ella hacía, guardar y meditar todo en el corazón y así, huir de la maldad que todo lo corrompe y de la violencia que todo lo destruye.

El cielo clama y el mundo sigue sin escuchar, como en los días del diluvio, o como en los días de Sodoma y Gomorra, o como en la noche de la Pascua en Egipto, en la última plaga. Pero pronto "reventarán las fuentes del gran abismo, se abrirán las compuertas del cielo, se derramarán las siete copas de la ira del Señor", que contienen el incienso de las plegarias de los justos a las que Dios responderá sin dilación (Apocalipsis 16,1).

Todas las apariciones de la Virgen tienen siempre el mismo formato: Aviso/Milagro/Castigo. Y por ello, podemos interpretar que posiblemente, las cuatro primeras copas del Apocalipsis correspondan al Aviso; la 5ª y la 6ª al Milagro; y la 7ª al Castigo. 

De ahí la urgencia de entrar en el "Arca", de ampararnos y protegernos bajo el manto de María, porque la Justicia del Señor viene sin concretar el día y la hora, pero nuestra Madre, que tanto vela, intercede y suplica por nosotros, que tanto nos ama y sufre por nosotros, como lo hizo en la Cruz, nos avisa de la inminencia de la Venida de Su Hijo.

Cuando, nosotros, también hijos de María y hermanos de Cristo, rezamos "líbranos del mal" (del Dragón, de la serpiente), unimos nuestra súplica a la voz de los justos, los que tienen el sello del Cordero y han permanecido en oración en el monte Sion, y pedimos que nuestra plegaria sea escuchada. Es entonces cuando la justicia de Dios es impartida y la purificación concluye, con la séptima copa.

Nuestra Arca es María y nuestro Sello, la consagración a su Inmaculado corazón. No perdamos ni un instante en entrar en Ella y ser marcados con la Alianza que Dios hace con todos nosotros, a través de su Madre, la Virgen, para llegar a Él.

Dios nos proporciona un Refugio, nos ha construido un Arca y nos dice: "Entrarás en el arca con tu mujer, tus hijos y sus mujeres". 

María nos anuncia la Alianza de Dios, la Promesa que nos dejó en Fátima: “Al final, mi Inmaculado Corazón triunfará”.


lunes, 18 de noviembre de 2019

¿QUÉ ES EL ANTICRISTO?

Hijos míos, estamos en la última hora, 
y, como habéis oído, el anticristo viene; 
y ahora ya han surgido muchos anticristos; 
por eso conocemos que es la última hora. 
Han surgido de entre nosotros, 
pero no eran de los nuestros; 
porque si hubieran sido de los nuestros, 
hubieran permanecido con nosotros; 
pero ha sucedido esto para que se manifieste 
que todos éstos no eran de los nuestros. 
¿Quién es el mentiroso sino el que niega que Jesús es el Cristo? 
Ese es el Anticristo, el que niega al Padre y al Hijo.
(1 Juan 2, 18-19, 22)

La palabra "Anticristo" procede del griego αντὶ- (antì-, sustituto, opuesto) y χριστός (khristós, ungido, mesías, Cristo), es decir, "aquel que sustituye o se opone a Cristo".

El Anticristo representa lo contrario a Cristo, niega a Cristo y encarna el Mal en el mundo.

Las Escrituras, los Padres de la Iglesia, algunos teólogos y cardenales hablan claramente de la llegada del Anticristo al final de los tiempos, antes de la venida gloriosa de Cristo. 


La Biblia

"Anticristo" aparece cuatro veces en la Biblia, todas ellas en dos de las cartas del apóstol Juan:

"Hijos míos, estamos en la última hora, y, como habéis oído, el anticristo viene; y ahora ya han surgido muchos anticristos; por eso conocemos que es la última hora"  (1 Juan 2, 18).

"Y ¿quién es el mentiroso sino el que dice que Jesús no es el Cristo? Éste es el anticristo, el que niega al Padre y al Hijo" (1 Juan 2, 22).

"Y el que no confiesa a Jesús no es de Dios, sino del anticristo, del cual habéis oído decir que estaba para venir y ya está en el mundo" (1 Juan 4, 3).

"Porque han irrumpido en el mundo muchos seductores, que no confiesan a Jesús como el mesías hecho hombre. Ése es el seductor, el Anticristo" (2 Juan 1, 7).


Los Padres de la Iglesia 

Los padres de la Iglesia han hablado del Anticristo en numerosas ocasiones:

Hipólito de Roma en su Tratado de Cristo y el Anticristo, habla de que "El impostor procura compararse a sí mismo en todas las cosas al Hijo de Dios."

San Agustín escribe en sus Comentarios a San Juan"Son anticristos todos los que salen de la Iglesia y se separan de su unidad." 

San Vicente Ferrer en el siglo XV habla sobre la inminente llegada del anticristo y las señales para reconocerlo: “Anticristo se llamará precisamente 'quod est contra Christo' y su doctrina, pero también se opondrá al verdadero vicario de Cristo.” 

León XIII, en su encíclica Humanum Genus de fines del siglo XIX, condena a la Masonería que,  por su moral "naturalista", niega "el fin último del hombre" y la acusa de: "Querer destruir la religión y la Iglesia, y resucitar el paganismo".

Benedicto XVI en su libro Jesús de Nazareth: "La violencia es un instrumento preferido por el anticristo que sirve a la inhumanidad."

Francisco ha dicho que “Hoy estamos delante de una manifestación del mal, descarada, agresiva y destructiva. Detrás y dentro de esto está el espíritu del mal que se siente el señor del mundo y piensa que ha vencido.”

Teólogos 

También teólogos, cardenales, sacerdotes y personas de fe 

Hildegarda de Bingen en su obra Scivias, afirma que "El "Corruptor" surge del seno mismo de la Iglesia y afirmará que el incesto, la fornicación, el adulterio y otros tales no son pecado."

Joaquín de Fiore en el siglo XII, afirmaba que "Cinco tiempos ya se concluyeron, y cinco de los siete sellos (Apocalipsis 6) han sido ya abiertos. El sexto tiempo debería acabarse con un período oscuro en el que nadie busca la fe o la verdad, en el que la violencia y los conflictos dividen el pueblo cristiano, en el que todo parece perdido, tiempo del Anticristo."

El sacerdote y teólogo jesuita Manuel Lacunza descarta que el Anticristo es "un cuerpo moral anticristiano, compuesto de muchos individuos, cuya característica principal es el odio formal a Jesús, el oponerse a Jesús, perseguir a Jesús, procurar destruirlo, o desterrarlo del mundo, borrando del todo su nombre y su memoria."

Mélanie Calvat afirmó haber recibido un secreto de la Virgen María en la Montagne de la Salette, Francia, el 19 de septiembre de 1846: "Un gran rey ascenderá al trono, y reinará por algunos años. La religión florecerá y se difundirá por toda la tierra y la fertilidad será grande, el mundo feliz de no perderse nada comenzará sus desórdenes, abandonará a Dios y se entregará a sus pasiones criminales. Finalmente, el infierno reinará en la tierra. Será entonces cuando el anticristo nacerá de una monja."

El Cardenal Henry Edward Manning afirma: "La primera gran Revolución Francesa fue la inauguración del reino del Anticristo, de la negación de la fe cristiana y desde ese día hasta hoy, los principios de la turbulencia y la apostasía han azotado y atormentado a los reinos."

El Cardenal jesuita Louis Billot afirma en su análisis sobre el Liberalismo: “Sólo en la primera mitad del siglo XVIII fué cuando la impiedad se convirtió realmente en una potencia. La libertad es un pretexto, un ídolo para seducir a los pueblos.”

El Anticristo

El apóstol Juan nos dice que, en vísperas de la venida de Cristo, se presentaría un anticristo, que negaría al Padre y al Hijo: "¿Quién es el mentiroso sino el que niega que Jesús es el Cristo? Ese es el Anticristo, el que niega al Padre y al Hijo. (1 Juan 2, 18-19, 22 y 2 Juan 1,7).
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En Mateo 24, 24 Jesús habla también en este sentido: "Se presentarán falsos cristos y falsos profetas que harán maravillas y prodigios, capaces de engañar, si fuera posible, aun a los mismos elegidos de Dios".

En Apocalipsis 13, 18, Juan nos dice: "El que tenga inteligencia, que calcule la cifra de la bestia, una cifra de hombre. Su cifra es 666."

No se puede definir al Anticristo como una figura individual o personal.  
Más bien, es el deseo de un mundo sin Dios (Rebelión de Satanás) y que conforma ideologías como el ateísmo, el relativismo o el laicismo; anticristos son todos los que reniegan de Cristo y con ello, también a Dios Padre.


El Anticristo:
  • se hará pasar por Cristo, luchando contra Él. 
  • tergiversará las enseñanzas de Cristo, a través de su nueva doctrina (ideología).
  • negará la divinidad de Cristo, es decir, que Jesús es hijo de Dios.

La Apostasía

El apóstol Pablo nos advierte: "Que nadie os engañe de ninguna manera. Primero tiene que venir la apostasía y manifestarse el Hombre impío, el Hijo de perdición, el Adversario que se eleva sobre todo lo que que lleva el nombre de Dios o es objeto de culto, hasta el extremo de sentarse él mismo en el Santuario de Dios y proclamar que él mismo es Dios (2 Tesalonicenses 2, 3-4)



Antes de la segunda venida de Cristo tiene que producirse la gran apostasía, es decir, una crisis religiosa/espiritual a escala mundial. Nos advierte que aparecerá "el hombre del pecado", instrumento de perdición, "el rebelde", instrumento de Satanás que se levantará contra Dios, suplantando la Iglesia de Cristo y haciéndose pasar por Dios



Habla en el mismo sentido que Juan habla del anticristo. Es la misma figura misteriosa que representa la maldad en el mundo.



Al presentarse este "sin-ley", y con el poder de Satanás, hará milagrosas señales y prodigios al servicio de la mentira. Y usará todos los engaños y artimañas de la maldad en perjuicio de aquellos hombres que han de perderse (2 Tesalonicenses 2, 9-10).

Interpretaciones del Anticristo

Actualmente hay como tres posiciones frente a estos textos bíblicos que hablan acerca del anticristo:

1.- Interpretación literal. Defendida por grupos religiosos fanáticos o fundamentalistas que tratan de hallar en una determinada persona al anticristo actual, o por polemistas anti-católicos que quieren hacer ver que el Papa es el anticristo, como si el sucesor legítimo de Pedro debiera confundirse con la encarnación del mal. 

2.- Interpretación fantástica. Toman el Apocalipsis como una película de ciencia ficción, como pura fantasía o leyendas antiguas, siendo incapaces de descubrir el profundo mensaje que Dios quiere comunicarnos.

3.- Interpretación católica. Nosotros, los católicos, creemos que el anticristo es el mal y lo contrario al cristianismo. 

Es la realidad del pecado y de la maldad que se ha manifestado y sigue manifestándose en personajes históricos, en grupos de personas, en tendencias o ideologías anticristianas, en sistemas políticos y económicos que quieren aplastar los grandes valores del Reino de Dios: el amor entre los hombres, la justicia en el mundo, la verdadera paz, la fraternidad y la solidaridad...

El Anticristo y los anticristos se encarnan en instituciones humanas, en intereses mundiales que proclaman sutil o abiertamente la guerra a la Iglesia de Cristo, el atropello a los derechos humanos, la idolatría del dinero, del sexo y del poder. 

Es la corriente del mal que invade toda la humanidad. Es fácil ver la acción del Anticristo en el mundo de hoy, por ejemplo en los cultos satánicos, en los suicidios colectivos, en la ideología de género, en la proliferación del aborto, el ataque exclusivo a la Iglesia católica, etc.

Según los textos bíblicos, al final de los tiempos se levantará una figura escatalógica con todo el poder diabólico que provocará una gran mal a escala mundial. "Es el malvado que al fin el Señor lo barrerá con el soplo de su boca y lo destruirá con el resplandor de su venida" (2 Tesalonicenses 2, 8).

Frente a esta realidad del mal, los cristianos no debemos vivir aterrorizados, sino vivir la gran esperanza de Cristo resucitado y dar testimonio suyo en este mundo, tal y como Jesús nos dice: "Os he dicho estas cosas para que tengáis paz en mí. En el mundo tendréis tribulaciones; pero tened ánimo, que yo he vencido al mundo" (Juan 16, 33).

Lo que dice el Catecismo

¿Cuándo será la segunda venida de Cristo?
La segunda venida de Cristo en gloria y majestad es inminente aunque nadie sabe el día ni la hora.

¿Qué sucederá antes del advenimiento de Cristo?
Antes del día final, la Iglesia deberá pasar una prueba que sacudirá la fe de muchos creyentes. 

Se revelará el "Misterio de iniquidad" bajo la forma de una impostura religiosa que será la del Anticristo, es decir, habrá un pseudo-mesianismo en que el hombre se glorificará a sí mismo colocándose en el lugar de Dios.

¿Cómo entrará la Iglesia en la gloria del Reino?
La Iglesia entrará en la gloria del Reino a través de esta última Pascua en la que seguirá a su Señor en su Muerte y su Resurrección.

¿Cómo llegaremos a la plenitud del Reino?
Llegaremos a la plenitud del Reino no necesariamente mediante un triunfo histórico de la Iglesia ante el mundo, sino por una victoria de Dios sobre el mal.

¿Qué sucederá cuando llegue el juicio final?
Jesucristo vendrá con gloria y majestad para llevar a cabo el triunfo del bien sobre el mal que, como el trigo y la paja, habrán crecido juntos en el curso de la historia. Cristo vendrá a juzgar a los vivos y a los muertos.

miércoles, 22 de agosto de 2018

LA PRUEBA FINAL: LA PASIÓN DE LA IGLESIA

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"¿Quién es el mentiroso sino el que niega que Jesús es el Cristo?
Ése es el anticristo, el que niega al Padre y al Hijo."
 (1 Juan 2,22)

Antes de la Segunda Venida de Nuestro Señor, del advenimiento de Cristo, la Iglesia deberá pasar por una prueba final, una purificación que sacudirá la fe de muchos creyentes.
La prueba final de la Iglesia de Cristo debe pasar por lo mismo que pasó Nuestro Señor: por la Pasión. La Iglesia tiene que abrazar su cruz y seguir a Jesús hasta el calvario. Sólo a través de ella, se purificará.

Tanto la Sagrada Escritura, Jesucristo, la Virgen María y el Catecismo nos hablan de la  esa prueba, de esa Pasión con llegada del Anticristo y de la Apostasía en el seno de la Iglesia.

La Sagrada Escritura

La Biblia expresa en varias ocasiones la iniquidad y apostasía que reinarán antes de la 2ª venida de Cristo:

"Y al crecer cada vez más la iniquidad, la caridad de la mayoría se enfriará". (Mateo 24, 12).


"No os dejéis tan fácilmente impresionar ni os alarméis por supuestas revelaciones, palabras o cartas que os induzcan a pensar que el día del Señor es inminente, por más que se os diga que son nuestras. Que nadie os engañe en modo alguno, porque antes ha de venir la apostasía y ha de aparecer el hombre de la iniquidad, el destinado a la perdición, el adversario, que se levantará contra todo lo divino y todo lo que tenga carácter religioso, hasta llegar a sentarse en el santuario de Dios, haciéndose pasar a sí mismo por Dios." (2 Tesalonicenses 2, 2-4).

"El Espíritu claramente dice que en los últimos tiempos algunos renegarán de la fe, dando oídos a espíritus seductores y enseñanzas diabólicas, 2.inducidos por la hipocresía de impostores"  (1 Timoteo 4, 1-2).

Los apóstoles Juan y Pedro advierten de la llegada del Anticristo y del fin de todas las cosas: "Hijos míos, estamos en la última hora, y como habéis oído, el anticristo viene; y ahora ya han surgido muchos anticristos; por eso conocemos que es la última hora" (1 Juan 2,18). "Se acerca el fin de todas las cosas. Sed sobrios y dedicaos a la oración" (1 Pedro 4,7).

Jesucristo

Jesús mismo nos advierte de la persecución de la Iglesia como signo de los últimos días: “Si fuerais del mundo, el mundo amaría lo suyo pero, como no sois del mundo, porque yo al elegiros os he sacado del mundo, por eso os odia el mundo. Acordaos de la palabra que os he dicho: El siervo no es más que su señor. Si a mí me han perseguido, también os perseguirán a vosotros.” (Juan 15, 19-20). 

Nombrando a los profetas (Daniel 7,10; Joel 3,4; Malaquías 3,19) y a Juan el Bautista (Mateo 3, 7-12), Jesús anuncia el Juicio del último Día

"Entonces, se pondrán a la luz la conducta de cada uno (Marcos 12, 38-40) y el secreto de los corazones" (Lucas 12, 1-3; Juan 3,20-21; Romanos 2,16; 1 Corintios 4,5). 

"Entonces será condenada la incredulidad culpable que ha tenido en nada la gracia ofrecida por Dios" (Mateo 11, 20-24; 12, 41-42). "

La actitud con respecto al prójimo revelará la acogida o el rechazo de la gracia y del amor divino "(Mateo 5, 22; 7, 1-5). 

"Porque habrá una gran tribulación, cual no la hubo desde el principio del mundo hasta el presente ni volverá a haberla. Y si aquellos días se abreviasen, no se salvaría nadie; pero en atención a los elegidos se abreviarán aquellos días". (Mateo 24, 6-14. 21-22).


El Catecismo 


Según el Catecismo, "Desde la Ascensión, el designio de Dios ha entrado en su consumación". (CIC 670). El advenimiento de Cristo es inminente (Apocalipsis 22, 20).

El Reino
 de Cristo, presente ya en su Iglesia, sin embargo, no está todavía acabado sino que aún es objeto de los ataques de los poderes del mal (2 Tesalonicenses 2, 7). (CIC 671).

El tiempo presente es el tiempo del Espíritu y del testimonio (Hechos 1, 8), pero es también un tiempo de "tribulación" (1 Corintios 7, 26) y la prueba del mal (Efesios 5, 16) que afecta también a la Iglesia (1 Pedro 4, 17) e inaugura los combates de los últimos días (1 Juan 2, 18; 4, 3; 1 Timoteo 4, 1). Es un tiempo de espera y de vigilia (Mateo 25, 1-13;Marcos 13, 33-37). (CIC 672).

Pero a n
osotros no nos "toca conocer el tiempo y el momento que ha fijado el Padre con su autoridad" (Hechos 1, 7; Marcos 13, 32). Se puede cumplir en cualquier momento (Mateo 24, 44; 1 Tesalonicenses 5, 2). (CIC 673).

La imagen puede contener: 4 personas, personas sonriendo, personas de pieLa venida del Mesías glorioso, en un momento determinado de la historia (Romanos 11, 31), se vincula al reconocimiento del Mesías por "todo Israel" (Romanos 11, 26; Mateo 23, 39) y que vendrá después de la plenitud de los judíos (Romanos 11, 12), de la plenitud de los gentiles (Romanos 11, 25; Lucas 21, 24). Es entonces, cuando hará al pueblo de Dios "llegar a la plenitud de Cristo" (Efesios 4, 13). (CIC 674).

Antes del advenimiento de Cristo, la Iglesia deberá pasar por una prueba final que sacudirá la fe de muchos creyentes (Lucas 18, 8; Mateo 24, 12). 

La persecución de la Iglesia (Lucas 21, 12; Juan 15, 19-20) mostrará una impostura religiosa que proporcionará a los hombres una solución aparente a sus problemas mediante el precio de la apostasía de la verdad. Esta impostura religiosa suprema...es el Anticristo, "un seudo-mesianismo en que el hombre se glorifica a sí mismo colocándose en el lugar de Dios y de su Mesías venido en la carne" (CIC 675).


La Virgen María

María, la Virgen Santísima, en sus mensajes transmitidos a lo largo de sus apariciones de los últimos siglos, nos advierte de los peligros y de las consecuencias de la Apostasía, para que rectifiquemos, nos convirtamos y nos salvemos.

Pero no sólo nos advierte como Madre que ama profundamente a sus hijos, sino que nos ofrece los medios para superar y vencer la apostasía, el rechazo de Dios que estamos viviendo: la oración, especialmente el Santo Rosario, el ayuno o el sacrificio por los demás y frecuentar los sacramentos, especialmente la Eucaristía y la Confesión.

La Apostasía es un fenómeno presente en la sociedad pero también en la Iglesia. Especialmente en la Iglesia. La Virgen pide por todos sus hijos, pero muy especialmente por los sacerdotes cuya vida dista mucho del mensaje de su Hijo, arrastrando a muchas almas al pecado. El escándalo es muy grave. 

El 13 de octubre de 1917 en Fátima se produjo el milagro del sol, con el que la Virgen nos alertaba contra la apostasía silenciosa y la autodemolición de la Iglesia, por la destrucción de la fe del pueblo.

¿Qué es la Apostasía?

La Apostasía es el abandono y rechazo consciente e intencionado a Dios, aferrándose a ídolos mundanos. 


Dice el apóstol san Pablo en la 2ª Carta a los Tesalonicenses: "No os dejéis mover fácilmente de vuestro modo de pensar, ni os conturbéis, ni por espíritu, ni por palabra, ni por carta como si fuera nuestra, en el sentido de que el día del Señor está cerca. Nadie os engañe en ninguna manera; porque no vendrá sin que antes venga la apostasía, y se manifieste el hombre de pecado, el hijo de perdición, el cual se opone y se levanta contra todo lo que se llama Dios o es objeto de culto; tanto que se sienta en el templo de Dios como Dios, haciéndose pasar por Dios".

La apostasía está refrendada por las "ideologías del orgullo" que niegan la Verdad y pretenden cambiar la voluntad del Creador con su llamada "Nueva Teología de la Creación", que rompen los lazos familiares, predican el amor libre e instan a vivir según las pasiones, negando el pecado.

La
 maldad existente en el mundo es la consecuencia de una humanidad que vive de espaldas a Dios, que pretende crear un nuevo orden mundial, una religión universal, que aseguran alcanzar la felicidad aquí en la Tierra con la llegada de un falso mesías.


¿Qué es el Anticristo?

Podemos ver en la Reforma Protestante, en la Revolución Francesa, en la Revolución Comunista y en la Revolución Sexual, la imagen del Anticristo por las promesas de felicidad terrenal que ofrecen al hombre.

Resultado de imagen de anticristoHablamos de Anticristo cada vez que la Apostasía trata de proporcionar al hombre una solución aparente a sus problemas: drogas, sexo, alcohol, ideología de género, política, dinero, posesiones materiales, éxito, consumismo, hedonismo, individualismo, liberalismo, relativismo, igualitarismo... 

La beata Ana Catalina Emmerick, en sus revelaciones particulares, habló de la aparición de una religión falsa y de la multiplicación de la oscuridad en la tierra: 

"Cuando el tiempo del reinado del anticristo esté cerca, aparecerá una religión falsa que se opondrá a la unidad de Dios y Su Iglesia. Esto causará el mayor cisma que el mundo haya conocido. Cuanto más cerca del tiempo del fin, más se extenderá la oscuridad de Satanás en la tierra, mayor será el número de hijos de la corrupción, y el número de los justos disminuirá correspondientemente…"

Santa Hildegarda de Bingen habló de falsos profetas  y sus doctrinas hostiles a los mandamientos de Dios y hacia todo lo sagrado, basadas en las "ideologías del orgullo" :

"Después del nacimiento del anticristo, los herejes predicarán sus falsas doctrinas sin ser molestados, lo que dará lugar a que los cristianos tengan dudas sobre su santa fe católica. Y habrá falsos profetas a su alrededor, aparecerán falsos maestros y falsas doctrinas, seguidos de guerras, hambres y pestilencia. Su madre rara vez dejará que nadie lo vea, y sin embargo, por arte de magia, ella logrará ganarse el amor de la gente por él. Su actuación será nefasta para la iglesia. Cuando haya alcanzado la plena madurez, anunciará públicamente una doctrina hostil sobre religión. Atraerá a las personas hacia sí mismo al otorgarles una completa exención de la observancia de todos los mandamientos divinos y eclesiásticos, perdonándoles sus pecados y exigiéndoles solo su creencia en su divinidad. Él rechazará el bautismo y el evangelio. El abrirá su boca para predicar la contradicción. Él dirá: ‘Jesús de Nazaret no es el hijo de Dios, solo un engañador que se dio a sí mismo como Dios; y la Iglesia instituida por él es solo superstición’. El verdadero Cristo ha venido en su persona. Él dirá: ‘Yo soy el Salvador del mundo’. Él concederá total libertad de los mandamientos de Dios y de la Iglesia y permitirá que todos vivan según lo dicten sus pasiones. Al hacerlo, espera ser reconocido por la gente como libertador del yugo y como la causa de la prosperidad en el mundo. Él dirá que no necesitas ayunar y amargar tu vida mediante la renuncia… Bastará amar a Dios… Predicará el amor libre y romperá los lazos familiares. Despreciará todo lo sagrado y ridiculizará todas las gracias de la Iglesia con burlas diabólicas. Condenará la humildad y fomentará dogmas orgullosos y horripilantes. Derribará lo que Dios ha enseñado en el Antiguo y Nuevo Testamento y mantendrá que el pecado y el vicio no son pecado y vicio. Y desde el punto de vista político generará una gran alianza para gobernar el mundo, Él se aliará con los reyes, los príncipes y los poderosos de la tierra. Condenará la humildad y ensalzará todas las doctrinas del orgullo. Su arte mágico fingirá los prodigios más sorprendentes". El Anticristo incita al hombre a buscar su gloria en lugar de la gloria a Cristo, a ponerse en el lugar de Dios.

¿Quienes lucharán contra el Anticristo?

En la lucha contra el Anticristo, la Santísima Virgen tendrá un papel muy importante. Dios quiere que las victorias de la Iglesia estén vinculadas a Ella.

Resultado de imagen de virgen de fatima portugalSan Luis María Grignon de Montfort escribe que la devoción al Inmaculado Corazón de María es especialmente necesaria en los últimos tiempos, porque desde el Génesis, Ella es el enemigo más terrible contra el Diablo y es el medio más corto, seguro y perfecto para llegar a su Hijo Jesucristo.

Por eso, la Santísima Virgen está formando un ejército de "Hijos de la luz" para que despierten y luchen contra Satanás y "El poder de María sobre los espíritus malignos brillará especialmente en los últimos tiempos, cuando Satanás estará acechando su talón, es decir, a sus humildes sirvientes y sus pobres hijos a quienes despertará para luchar contra él. 

Finalmente, "Mi Inmaculado Corazón triunfará", como Ella mismo dijo en Fátima. Tan grande será su victoria que le aplastará la cabeza.

Sa
nta Hildegarda de Bingen dijo que Dios también revelará en su momento a dos testigos, Enoc y Elías, enviándolos a la Tierra para oponerse al Anticristo y traer de regreso a aquellos que se han desviado del camino de la salvación. "Y por el poder del Espíritu Santo realizarán maravillosos milagros para que todas las naciones se maravillen."

¿Qué es el Apocalipsis?

A menudo, muchos confunden la palabra y el libro "Apocalipsis" con caos, desolación y destrucción. Sin embargo, Apocalipsis, único libro profético del Nuevo Testamento, proviene del griego apokalyptein, que significa "quitar el velo", desvelar, descubrir el misterio que se esconde tras una persona o acontecimiento.

Resultado de imagen de apocalipsisLiteralmente puede traducirse por "Revelación".  Por lo tanto, no tiene nada que ver con destrucción ni devastación.

De la misma forma que un meteorólogo no trata de causar pánico por las advertencias y los consejos que da con el objetivo de estar preparados ante la inminente llegada de un huracán u otro suceso climático, la "Revelación" o Apocalipsis es un mensaje de advertencia y consejos pero también de esperanza para quienes vuelven la mirada a Dios y ponen en práctica sus consejos. Sería de necios obviar esas advertencias y consejos por estas preocupados en otras cosas.

Todas estas profecías, revelaciones y mensajes no deben infundirnos miedo o temorsino motivarnos a un cambio profundo en nuestras vidas. La promesa de triunfo final contra el mal, que es la promesa de nuestra fe, está basada en el mismo Jesucristo, a través de su Pascua, Muerte y, finalmente, su Resurrección. 

Así pues, está escrito y por ello, debemos esperar esta prueba, esta purificación de la Iglesia. Es cierto que no resultará fácil, pero tras esta dolorosa cruz, la misma que sufrió Nuestro Señor, Jesús mismo nos promete: "Yo te digo que tú eres Pedro y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y las puertas del infierno no prevalecerán contra ella." (Mateo 16, 18). 


Jesucristo a través de su Madre, la Virgen Santísima, Reina de cielos y tierra, nos ofrece los medios para soportarla y superarla: oración, sacrificio y sacramentos. 

¡No estamos solos!
 ¡Gracias a Dios!


viernes, 18 de agosto de 2017

EL ODIO EN NOMBRE DE DIOS: CONVERTIRSE O MORIR

El terrorismo yihadista ha vuelto a golpear el corazón de Europa. El odio en nombre de Alá y la violencia justificada por el Corán han dejado Barcelona con trece muertos y un centenar de heridos. Se trata de un "suma y sigue".

Y qué poco hemos tardado en empezar con los lazos y crespones negros, con los minutos de silencio, con las flores y velas, con las oraciones por las víctimas y los asesinos, con los actos de condena y repulsa. 

Como si, con el simple "buenismo" de siempre, instaurado en Occidente, se fuera a solucionar esta guerra declarada a todos. Todas las buenas intenciones son bienvenidas pero no es suficiente, porque si todo lo que vamos a hacer es poner en nuestras redes sociales un lazo negro o decir que "no podrán con la democracia", el mal triunfa.

IslamSymbol.PNGEl Islam, desde sus inicios, ha basado su expansión en la conquista violenta en contra de la comprensión de una religión de paz y de un Dios de amor.

La Yihad (sexto pilar del Islam), esto es, la sumisión a Alá, el sometimiento de los "infieles", la muerte a los "enemigos"... es el integrismo radical que pervierte la religión y desprecia sistemáticamente la vida humana, sembrando la tierra de maldad y de muertos.

Es la anti-democracia de un extremismo maléfico, es el anti-amor de una visión distorsionada de Dios, que pone al mundo en la tesitura de "convertirse" o morir. Así la define el Corán: 



"Entonces, cuando los meses sagrados hayan pasado, matad a los idólatras dondequiera que los encontréis, y llevadlos (cautivos), y asediadlos, y preparar para ellos toda emboscada. Pero si se arrepienten y establecen adoración y se humillan, dejadlos libres. ¡Mirad! Alá perdona, es misericordioso." 
(Sura 9:5).

Di a los infieles que si cesan de enfrentarse se les perdonará lo pasado, 
pero si reinciden, combatid contra ellos hasta que dejen de induciros a apostatar 
y se rinda todo el culto a Alá 
(Sura 8:38-39)​

Combatid contra quienes, habiendo recibido la escritura [es decir, los judíos y los cristianos] no creen en Alá ni en el último día, ni prohíben lo que Alá y su enviado han prohibido, ni practican la religión verdadera. 
Luchad hasta que, humillados, paguen el tributo.
(Sura 9:29).

Imagen relacionadaPor desgracia, existe en Occidente una total indolencia que o no es consciente o no quiere darse cuenta de lo que ocurre: el objetivo último del yihadismo es islamizar el mundo. Eso, o la muerte...

Erróneamente se piensa que el propósito de estos actos malvados, sin escrúpulos y sin sentido es desestabilizar la libertad y la democracia pero en realidad, lo que ansían es la destrucción de todo lo que no sea musulmán, lo que anhelan es la instauración de un califato que gobierne el mundo

No se trata de una cuestión política ni social, es una cuestión religiosa: su profeta les insta a luchar contra el infiel e incluso matarlo. 

El yihadismo no desaparecerá jamás si no se les ofrece una opción igual de interesante o aún mejor. Desprogramarlos de su ideología patógena adquirida, desradicalizar a los captados o impedir que se sumen a ella es una labor de largo alcance que implica a todos.

Los terroristas han convertido en "leiv motif" las consecuencias de sus acciones. A mayor xenofobia, mayor justificación de su acción violenta; a mayor islamofobia, más deber sagrado de atacar y matar a los infieles. Hemos entrado en el bucle, diseñado por ellos, del que es difícil salir si no somos capaces de romper esa inercia.

En la 1 carta de Pedro 3, 8-9, 11-12 se nos dice: "Finalmente, vivid todos unidos en armonía. Sed compasivos, fraternales, misericordiosos, humildes, no devolváis mal por mal ni injuria, por injuria sino todo lo contrario bendecid siempre pues para esto habéis sido llamados para ser herederos de la bendición... Apártese del mal y haga el bien busque la paz y corra en pos de ella. Pues el Señor mira por los que practican la justicia y tiene los oídos atentos a sus súplicas; pero el Señor se enfrenta con los criminales".

El apóstol San Pablo en su carta a los Romanos 12, 17-21 nos exhorta: "No devolváis a n
adie mal por mal. Procurad hacer el bien ante todos los hombres. En cuanto de vosotros depende, haced todo lo posible para vivir en paz con todo el mundo. Queridos míos, no os toméis la justicia por vuestra mano; dejad que sea Dios el que castigue, como dice la Escritura: Yo haré justicia, yo daré a cada cual su merecido. También dice: Si tu enemigo tiene hambre, dale de comer; si tiene sed, dale de beber; que si haces esto, harás que se sonroje. No te dejes vencer por el mal; al contrario, vence el mal con el bien." 

El tratamiento del terrorismo yihadista por parte de los políticos y los medios de comunicación es, con frecuencia, torpe, ignorante y simplista. Demasiadas etiquetas, falsos "buenismos", eslóganes políticamente correctos y de "postureo" que se disipan con el paso de los días. Es difícil leer, ver o escuchar informaciones sobre el Islam que traten de explicar y hacer razonar, en vez de impresionar, emocionar o adoctrinar. Los medios sensacionalistas, los militantes y los inconscientes, se convierten en propagandistas de los yihadistas, porque amplifican sus acciones y sus propósitos, porque les sonríen, porque les defienden en aras de una errónea hermandad.

Me hago eco de las palabras de Arturo Pérez-Reverte en las que nos anima a tomar conciencia del problema al que nos enfrentamos: 

"Es una guerra, y estamos metidos en ella. Es la tercera guerra mundial, y no nos damos cuenta. Es la Guerra Santa, la Yihad. Y la estamos perdiendo por nuestra estupidez. Sonriendo al enemigo. 

A Occidente, a Europa, le costó siglos de sufrimiento alcanzar la libertad de la que hoy goza. Poder ser adúltera sin que te lapiden, o blasfemar sin que te quemen o que te cuelguen de una grúa. Gozamos las ventajas de esa lucha, ganada tras muchos combates contra nuestros propios fanatismos, en la que demasiada gente buena perdió la vida: combates que Occidente libró cuando era joven y aún tenía fe. Pero ahora los jóvenes son otros: el niño de la pancarta, el cortador de cabezas, el fanático dispuesto a llevarse por delante a treinta infieles e ir al Paraíso. 

En términos históricos, ellos son los nuevos bárbaros. Europa, donde nació la libertad, es vieja, demagoga y cobarde; mientras que el Islam radical es joven, valiente, y tiene hambre, desesperación... Trabajan con su dios en una mano y el terror en la otra, para su propia clientela. Creer que eso se soluciona negociando o mirando a otra parte, es mucho más que una inmensa estupidez. Es un suicidio... qué diablos vamos a negociar. Y con quién. Es una guerra, y no hay otra que afrontarla. Asumirla sin complejos. Porque el frente de combate no está sólo allí, al otro lado del televisor, sino también aquí. En el corazón mismo de Occidente."

¡Ay Occidente! ¡Qué futuro te espera!
Descansen en paz las víctimas. Recemos por ellas, por los asesinos y para que nuestra cultura recupere la identidad cristiana perdida y reaccione. 

¡Señor, escucha nuestro clamor y nuestra súplica! ¡Sé tu quién hagas justicia!