¿QUIÉN ES JESÚS?

La vida de Jesús siempre ha suscitado preguntas a lo largo de los últimos dos mil años.

¿Cómo pudo un carpintero que fue ejecutado por los romanos convertirse en el hombre más famoso de la historia?
¿Fue Jesús alguien verdaderamente real?
¿Cómo puede Dios ser un hombre al mismo tiempo?
¿De qué manera podría esto tener algún sentido para mi vida?

Estas son algunas pero queremos que nos cuentes las tuyas.
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sábado, 25 de abril de 2020

LOS CATÓLICOS NO PODEMOS CALLAR


"Y seréis odiados por todos a causa de mi nombre; 
pero el que persevere hasta el final, se salvará... 
No les tengáis miedo, 
porque nada hay encubierto, que no llegue a descubrirse; 
ni nada hay escondido, que no llegue a saberse. 
Lo que os digo en la oscuridad, decidlo a la luz, 
y lo que os digo al oído, pregonadlo desde la azotea. 
No tengáis miedo a los que matan el cuerpo, 
pero no pueden matar el alma. 
No; temed al que puede llevar a la perdición
alma y cuerpo en la gehenna."
(Mateo 10,22 y 26-29)

En España, creíamos vivir en un país católico, por historia y por tradición. Pero como ya veíamos venir y lo anticipamos, la persecución no era cosa de países tercermundistas, islámicos, comunistas o lejanos. En España, a diario se suceden continuos ataques a la Iglesia que hacen peligrar esa percepción de tierra cristiana. 

Es verdad que ataques al cristianismo, siempre ha habido, desde su inicio. También en España, sobre todo durante la guerra civil. Pero ahora, en esta desconocida democracia española y con este gobierno ateo y anticristiano, los ataques se han tornado mucho más virulentos y se producen con mayor asiduidad y sin ningún pudor.

Comenzaron profanando iglesias, a la vez que aleccionaban su ateísmo laicista en los medios, en los colegios y en las instituciones. Más tarde, fueron las leyes (de género, aborto, etc.) y las prohibiciones de signos religiosos en espacios públicos (aulas, juramentos de gobierno, etc.). 

Hace poco, el pasado año, sin ir más lejos, el gobierno enmascaró vilmente su intención real y anticatólica con respecto al Valle de los Caídos, queriendo convertirlo en un asunto de justicia política y social: la exhumación de los restos de Francisco Franco, cuando el objetivo final no era otro que el ataque a la fe cristiana. 

Como católicos sabemos que el mal nunca descansa, y menos, ante el espanto que le produce la Cruz de Cristo. Este episodio del Valle sólo fue el comienzo de otra nueva batalla espiritual del Enemigo contra Dios. 

Prueba de ello, es la última andanada de su odio endémico y de su actitud intolerante a todo lo cristiano. Su actual y malévolo propósito se encamina a elaborar una proposición de ley para llevar a cabo la "demolición" de todo el conjunto arquitectónico del Valle de los Caídos, incluidas la Abadía benedictina, la Basílica y la Santa Cruz. 

Es la guerra del Dragón Rojo, que lucha denodada e implacablemente contra la descendencia de la Mujer y que trata de imponer su "verdad".

Al mismo tiempo y durante el confinamiento forzoso, este gobierno, ideologizado por su maligno pensamiento único y por su enfermizo odio anti católico, aprovecha la oportunidad, con nocturnidad, alevosía y sin resistencia, para maquinar una voraz persecución de nuestra fe católica española: allanamientos de catedrales y parroquias en plena Eucaristía, prohibiciones de misas, vetos a sacerdotes y fieles, injurias a obispos y priores opositores a la dictadura atea...Algo que no ocurre, por ejemplo, hacia los musulmanes.

Se veía venir. Era cuestión de tiempo. Reconozco que, como católico y español, me duele profundamente decir lo que voy a decir. Estoy seguro que me llamarán radical o riguroso. Pero si no es cierto lo que creo, le pido a Dios me perdone. 
Callar de los pícaros es encubrimiento

Sin duda, la causa principal de estas nuevas y continuas agresiones no es otra que la actitud pasiva, el silencio complaciente y la omisión traicionera de la Conferencia Episcopal Española y de la alguna parte del clero español, ante los numerosos ataques que la Iglesia recibe y ante los que jamás defiende con la valentía de la Verdad. Quizás, amparados en la falta de opinión (o de decisión) del Santo Padre al respecto.

Es ese mutismo cobarde de quienes, en palabras del cardenal Sarah, se han convertido en Judas, han vuelto la espalda a Dios y han traicionado al Señor por treinta monedas. Los mismos que le niegan antes de que cante el gallo: "Y si uno me niega ante los hombres, yo también lo negaré ante mi Padre que está en los cielos" (Mateo 10,33)

Los mismos adúlteros que pretenden salvar su vida y se avergüenzan de Cristo ante los ojos del mundo. "Quien se avergüence de mí y de mis palabras en esta generación adúltera y pecadora, también el Hijo del hombre se avergonzará de él cuando venga con la gloria de su Padre entre sus santos ángeles" (Marcos 8,38).

Los mismos que se creen justos, pero callan y miran hacia otro lado, desatienden al rebaño que administran, cuidan y alimentan para Dios, para compartir mesa con los lobos. "Vosotros os las dais de justos delante de los hombres, pero Dios conoce vuestros corazones, pues lo que es sublime entre los hombres es abominable ante Dios" (Lucas 16,15).

Los mismos asalariados a quienes no les importan las ovejas, los malos pastores que abandonan a sus ovejas a merced de los lobos. 
"El buen pastor da su vida por las ovejas; el asalariado, que no es pastor ni dueño de las ovejas, ve venir al lobo, abandona las ovejas y huye; y el lobo las roba y las dispersa; y es que a un asalariado no le importan las ovejas (Juan 10,11-13).

Lo
s mismos falsos profetas, lobos con piel de oveja que permiten, consienten y transigen el adoctrinamiento social de la ideología de género, la imposición del pensamiento único y ateo, la islamización de España y el fin de todo vestigio católico en España. "Cuidado con los profetas falsos; se acercan con piel de oveja, pero por dentro son lobos rapaces. Por sus frutos los conoceréis" (Mateo 7,15-16).

No podemos callar. No debemos callar. "Nosotros no podemos menos de contar lo que hemos visto y oído" (Hechos 4,20). 

Obedecemos a nuestro Señor. Defendemos a nuestro Maestro. Los discípulos no somos más que el maestro. 

Es Jesucristo quien sustenta la Iglesia y quien nos manda decirlo a la luz, pregonarlo desde la azotea. Incluso hasta la muerte.  

Es el mismísimo Dios quien nos anima a no tener miedo porque nadie puede quitarnos la vida a quienes se la hemos entregado a Cristo. Y porque "la Verdad no puede ser nunca encadenada" (2 Timoteo 2,9).

Cristo debe ser proclamado. Si nuestros pastores no lo hacen, tendremos que ser nosotros, las ovejas, quienes lo hagamos. Y que Dios les perdone...


"¿Hasta cuándo, Dueño santo y veraz, 
vas a estar sin hacer justicia 
y sin vengar nuestra sangre 
de los habitantes de la tierra? "
(Apocalipsis 6,10)

domingo, 17 de noviembre de 2019

LA CATEDRAL DE LOS MÁRTIRES

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Hoy, hemos sido convocados a una Eucaristía en acción de gracias por los 143 beatos enterrados en el cementerio de Paracuellos del Jarama y por todos los que dieron su vida en testimonio de la fe. 

Resultado de imagen de paracuellosPara mí, era la primera vez. No conocía el Campo Santo. No había estado antes. 

Había visto muchas veces la gran Cruz Blanca pintada en la colina pero no había contemplado la multitud de cruces blancas que, en palabras del celebrante y obispo Juan Antonio Reig Plá, se elevan como saetas al cielo, configurando lo que se ha llamado la "Catedral de los Mártires".

La Catedral de los Mártires es un recinto sagrado donde miles de "luces" iluminan el mundo, invitándonos a rezar como miembros de la familia de Dios y a aprender a dirigir nuestras vidas por el sendero del amor, la comunión fraterna y la reconciliación.  

La Catedral de lo Mártires es un espacio santo donde miles "almas" de compatriotas y hermanos nos marcan el camino de todo cristiano, dando testimonio visible de Cristo: aquellos que, como el Maestro, entregaron su vida por amor a Dios y amor a su pueblo, España. 

La Catedral de lo Mártires es un lugar de peregrinación donde miles de "cruces" nos animan a aprender del ejemplo radical de aquellos que nos precedieron en el combate de la fe: sacerdotes, religiosos y laicos, cuyas vidas fueron arrebatadas por el único delito de ser católicos. 

La Catedral de lo Mártires es una universidad de amor que nos anuncia el amor a Dios, a España y al prójimo, e incluso a los enemigos, cuando estos ejemplares cristianos, conducidos ante el pelotón de fusilamiento, gritaron: ¡Viva Cristo Rey! ¡Viva España! ¡Os perdonamos!

La Catedral de lo Mártires es un púlpito de testimonio que nos enseña a ser testigos fieles de Cristo: "la persecución os dará la oportunidad de dar testimonio de mí y, aunque maten vuestros cuerpos, por vuestra perseverancia, salvaréis vuestras almas" (Lucas 21,19).

La Catedral de lo Mártires es una academia de valentía que nos muestra el coraje, la perseverancia, la fortaleza y la seguridad en la victoria definitiva sobre la muerte, para poner toda nuestra esperanza en Cristo, que ha vencido a la muerte.

Resultado de imagen de HERMANDAD DE nUESTRA SEÑORA DE LOS CAIDOS DE PARACUELLOSLa Catedral de lo Mártires es un escuela de patriotismo donde sus héroes nos enseñan el amor a la tierra de nuestros padres, la honra debida a nuestros padres del cuarto mandamiento, el valor de una herencia forjada con esfuerzo y tenacidad, y la defensa de unos valores y principios identitarios. 

La Catedral de lo Mártires es una señal de advertencia que nos recuerda las palabras de Jesús: "Os perseguirán, entregandoos a las cárceles por causa de mi nombre" (Lucas 21, 12) y "seréis odiados por todos a causa de mi nombre" (Mateo 13).

La Catedral de lo Mártires es un emplazamiento de redención y reconciliación que, por la gracia redentora y el amor incondicional de Jesucristo, nos enseña a morir, como Él, perdonando y reconciliando a toda la familia de Dios.

Hoy, he aprendido lo que es el amor a Dios, a la Patria y al prójimo. 

Hoy he aprendido lo que es perdonar, incluso a los enemigos.

Hoy, he aprendido el verdadero camino del cristiano: el martirio.



HOMENAJE A VUESTRA GALLARDÍA Y SUBLIME SACRIFICIO

Señor, Dios de los Ejércitos, 
cuya mano da a los hombres la vida o la muerte, 
en la victoria o en la derrota, 
acuérdate, Señor, de los que defendiendo tu Fe, 
cayeron envueltos con tu nombre en los campos del honor.

Señor, Dios de los cielos, Esencia de amor y paz, 
acuérdate de quienes en la lucha por el triunfo de Tu amor entre los humanos, 
dejaron sus cuerpos rotos en el camio del martirio, 
ofrendando sus vidas con serenidad y resignación.

Señor, Dios de Justicia, principio y fin de todas las cosas, 
acuérdate de quienes imitaron el sacrificio de Tu Hijo, 
muerto en la Cruz por la redención del mundo, 
ofrendando el sagrado tributo de su juventud generosa, 
para hacer mejores a los que quedamos.

Señor, Tú que sabes lo efímero de esta vida, 
bendice los sueños de los que cayeron. 

Ten en tu divina presencia a los que tanto te amaron, 
amando tanto a la humanidad.

Guíalos por Tu Reino para que, desde los luceros,
inspiren nuestros actos 
y Tu nombre sea bendecido 
y alabado por los siglos de los siglos.
Amén.

(Oración de la Hermandad de Nuestra Señora de los Caídos de Paracuellos del Jarama)



lunes, 4 de septiembre de 2017

¿TE SIENTES PERSEGUIDO?

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"Por mi causa os odiarán todos los pueblos". 
(Mateo 24,9)

En otros artículos ya hemos hablado sobre la persecución a los cristianos en general pero hoy quiero centrarme en otra forma de persecución más sutil y silenciosa. Es la persecución de los cristianos en Occidente, en Europa, en España.

Me desconciertan aunque no me sorprenden (porque está escrito), las distintas posiciones de nuestra sociedad occidental ante las distintas religiones en el mundo. Lo que sí me sorprende es escuchar a cristianos decir que, ante la persecución, no debemos hacer nada, salvo rezar. 

Claro que debemos rezar. Siempre. Pero también hemos de estar alerta según hemos estado leyendo en los Evangelios de los días pasados: Velad y estar alerta... y actuar!!!

Y es que el mundo (en el que vivimos como si nada nos afectara directamente) por un lado, persigue la fe del amor (cristianismo) mientras que por otro, es condescendiente con la fe del odio (islamismo) o con la fe del yo (budismo). ¡Qué curioso! ¡Sólo los cristianos son perseguidos!

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Mientras se justifican navidades sin belenes, aulas sin crucifijos, multas por hacer sonar las campanas, ofensas y profanaciones de capillas, ataques a los sentimientos cristianos… se alienta la hermandad con los musulmanes, apertura de mezquitas, felicitaciones por Ramadán, apoyo económico y acogida a familias musulmanas, etc. a la par que se promueve el yoga, la autorrealización y las espiritualidades orientales centradas en el individuo... 

La persecución religiosa no surge de la nada sino que nace, crece y se desarrolla de forma continuada y por niveles hasta que, en un momento dado, ocurren hechos terribles en los que los perseguidores se sienten justificados a obrar de cualquier manera. 

Es la "enemistad entre el linaje de la serpiente y el de la mujer" (Génesis 3, 15). Dos estirpes: la de Satanás y el mundo, y la de la Virgen y el Reino. O eres perseguido o perseguirás. No hay cabida a la tibieza. 

Esta persecución o enemistad está maquinada por el Enemigo de Dios y consta de cinco niveles ideados por la sociología y la teoría política, y que se aprecian muy comúnmente en nuestro entorno y que deberíamos ser capaces de identificar:

Estereotipación 

Estereotipar significa repetir continuamente, tomar una cualidad observada en una parte determinada del grupo y generalizarla para describir al grupo entero. 

Esto implica la simplificación y estandarización de una idea del grupo en el que se basa en la observación de solo una parte del grupo

Imagen relacionadaPor eso, desde los años 60, 70 y 80, los católicos empezamos a ser caricaturizados como enemigos de la ciencia, hipócritas, santurrones y pasados de moda…

Los católicos hemos sido acusados de odiar la sexualidad y denunciados  como una institución sexista, llena de clérigos sexualmente reprimidos, homosexuales y pedófilos.

Imagen relacionadaHemos sido etiquetados como una organización autoritaria, estancada en el pasado y con muchas reglas restrictivas.

Este estereotipo trata de definirnos a los cristianos como gente triste, enfadada, aburrida, antigua y muy reprimidaPara ellos, somos un grupo ridículo, atrapado en la superstición y en el pasado e incapaces de ver más allá de la fe.

Aunque no todos encajamos con el estereotipo, estas son básicamente las quejas y afirmaciones que preparan el ambiente general para pasar al segundo nivel.

Difamación 

Como el estereotipo ha ido creciendo, los cristianos no encajamos con la nueva revolución cultural ni con la sociedad actual.

Imagen relacionadaPor ello, hemos sido descritos como gente de mente cerrada, dañinos para la dignidad humana y la libertad, intolerantes, odiosos, racistas, homófobos, reaccionarios… lo cual significa gente mala.

La historia de la Iglesia se describe de manera torticera como una letanía de cosas malas y represivas: las cruzadas, la inquisición, el odio hacia la ciencia, etc. 

Imagen relacionadaNada importa que la Iglesia haya fundado universidades y hospitales, que haya habido grandes científicos que fueron sacerdotes, que la Iglesia haya sido mecenas y promotora del arte y que haya predicado un evangelio que ha traído orden y civilización a la dividida y bárbara época que siguió al imperio romano. 

Los perseguidores no han oído jamás nada de esto. Y si lo han hecho, darán crédito o justificación a cualquier otra causa, menos a la Iglesia y a la fe.

Como grupo grande y heterogéneo, en la Iglesia, desde luego, hay católicos individuales que pueden manifestar características negativas, pero estereotipar, cruelmente e indiscriminadamente, a todos por unos pocos es injusto. 

El efecto que produce este segundo nivel es una indignación personal y general contra los creyentes que genera actitudes anticristianas y que permite su discriminación hoy en día.


Marginación

Habiendo establecido la falsa premisa de que la Iglesia y la fe son malas e, incluso, dañinas para la dignidad humana y la libertad, los perseguidores proceden al siguiente nivel, que es relevar a la Iglesia de los roles comunitarios, confinándola a los márgenes de la sociedad.

Resultado de imagen de marginarPara esta cultura secularizada, la religión es algo que debe desaparecer. Desde luego, debe ser despojada de su carácter general para ser marginada al ámbito de lo particular. Nos dejan tener nuestras creencias, nuestras celebraciones, pero siempre dentro de las cuatro paredes del templo. La fe debe desaparecer de las plazas públicas o guardada en un cajón.

En este nivel, se vuelve más inaceptable e intolerable mencionar a Dios, rezar en público y cualquier cosa que lleve la fe cristiana a los asuntos públicos. Los belenes deben desaparecer de las calles, los crucifijos de los colegios y de los organismos públicos, las procesiones son limitadas en el tiempo y el espacio, las cabalgatas de Reyes se convierten en un carnaval publicitario, las fiestas religiosas salen de los calendarios laborales, las capillas ultrajadas, etc.

Resultado de imagen de criminalizar a la iglesiaNi se te ocurra mencionar a Jesús o exteriorizar tu fe públicamente en procesiones porque serás vilipendiado, serás el centro de burlas, críticas y juicios injustos.

En público puedes hablar de la cantante Madonna, pero de la Madonna (la Virgen María), puedes llevar una bandera arco iris pero no una cruz o un estandarte de la Virgen, puedes hacer apología de tu condición sexual pero no de tu fe.

A los lobbies LGTB se les da la bienvenida en todos los ámbitos, se les permite exhibirse en sus carrozas, colocar banderas en sus balcones y repartir condones de colores en las escuelas de secundaria, pero en la vida pública no pueden existir Biblias, ni crucifijos ni signos cristianos. Su tolerancia. Ya sabes…

Criminalización 

Y llegados a este punto, nos adentramos en el cuarto nivel. Los cristianos, cada vez más, acudimos al juzgado muchas veces a luchar por nuestro derecho amparado por la ley a vivir nuestra fe abiertamente. 
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Proliferan cada vez más los litigios dirigidos contra la Iglesia, contra sacerdotes o contra creyentes por cualquier motivo.

Se obliga a los hospitales católicos y clínicas provida a informar sobre temas referentes al aborto; a las farmacias a proporcionar "anticoncepción de emergencia"; a los profesores de secundaria a informar a los alumnos sobre la ideología de género como verdad absoluta. 

En definitiva, el estado pretende regular la organización, estructura y temario de los colegios católicos. Pretende decirnos cómo debemos ser y en qué pensar. Pretende desbancar a los padres de la educación moral de sus hijos.

Imagen relacionadaAlgunos de estos intentos de criminalizar la fe han sido rechazados con éxito en los tribunales, pero el número y la frecuencia de las demandas, el tiempo y el costo que se requiere para luchar contra ellos, suponen una carga enorme. 

Está claro que los intentos de criminalizar el comportamiento cristiano están creciendo en este "nuevo orden mundial" y son signo de una constante erosión de la libertad religiosa. 

Y así, entramos en el quinto y último nivel.

Persecución abierta

Si la actual corriente de pensamiento relativista continua, ninguno estamos libres de ser acosados y perseguidos pero especialment,e los líderes religiosos no están muy lejos de sufrir multas o ser encarcelados. De hecho en algunos países, sacerdotes católicos han sido arrestados y acusados de crímenes de odio, por predicar la doctrina católica en temas como la homosexualidad.

Imagen relacionadaLa persecución crece y se intensifica. Y mientras nosotros, amparados en una mal entendida caridad, transformada en un "buenismo" que nos lleva a la relativización de los ataques. Y ésta, nos conduce (a aquellos que no nos amoldemos al pensamiento único) irremediablemente al martirio.

¿Es exagerado lo que digo? ¿Es alarmista? ¿Es tremendista? Bueno, los niveles del 1 al 4 están bien asentados. Cualquiera puede comprobarlos en cualquier localidad de España. Quizás desearíamos que no pasara nada, pero está ocurriendo. Tú decides, mirar para otro lado o prepararte.

Para aquellos que piensan que Dios no permitirá que eso ocurra, quiero recordarles que los cristianos han sido, son y serán victimas de la persecución y del martirio. Ni siquiera Jesús estuvo exento de ello. 

Él ya nos avisó: “Si a mí me han perseguido, también os perseguirán a vosotros” (Juan 15, 18-25). 

El Señor permite que algunos sufran y sean mártires por amor a Dios. Nos pide resistir ante la persecución. Ninguno de nosotros la buscamos, pero la persecución vendrá inexorablemente. Es profecía que tiene que cumplirse. Posiblemente, está aquí ya. 

"Os echarán mano, os perseguirán, os llevarán a las sinagogas y a las cárceles y os harán comparecer ante los reyes y los gobernadores por causa mía. Esto os servirá para dar testimonio." (Lucas 21, 12-13).

¿Te sientes perseguido? Entonces, dichoso tú...


"Dichosos los perseguidos por ser justos, porque de ellos es el reino de Dios. Dichosos seréis cuando os injurien, os persigan y digan contra vosotros toda suerte de calumnias por causa mía. Alegraos y regocijaos, porque vuestra recompensa será grande en los cielos. Pues también persiguieron a los profetas antes que a vosotros". (Mateo 5, 10-12).




lunes, 21 de agosto de 2017

¡QUÉ DIFÍCIL ES SER CRISTIANO HOY!

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Estoy seguro de que ser cristiano ha sido difícil siempre, en cualquier época de la historia. Sin embargo, parece mucho más difícil serlo hoy de lo que era hace unos años o una generación. ¿Por qué?

A diferencia de los cristianos del siglo I, que vivieron en una sociedad "precristiana", los cristianos del siglo XXI, vivimos en una sociedad "postcristiana". La sociedad se ha "descristianizado", ha decidido prescindir de Dios. 

La principal razón es, sin duda, la acción diabólica del Enemigo de Dios que ahora, más que nunca, ha llegado a su máximo apogeo. La maldad y la perversión nos rodea, nos arrincona. 

La globalización ha contribuido a que tengamos acceso a todo lo que ocurre en el mundo. Y las buenas noticias, no son noticia. Internet hoy, domina nuestras vidas. La comunicación, la información y las noticias del otro lado del mundo nos llega al instante. 

La pornografía, la violencia, los asesinatos, las prácticas satánicas y todo tipos de maldades son ahora demasiado accesibles para cualquiera; los ataques a Dios y a su Iglesia son constantes y gratuitos. Todo está a nuestro alcance, lo bueno y lo malo. Nos hemos acostumbrado a la insensibilidad y se ha endurecido el corazón humano.

Imagen relacionadaNo hace tanto, acudir a la parroquia y escuchar misa formaba parte de nuestras vidas, de nuestra cultura y de nuestra tradición. Seguramente, muchos católicos asistíamos a misa los domingos porque era lo "que se hacía", porque era lo que se esperaba de nosotros, bien por cumplir o por tradición, pero al menos, íbamos.

Hoy, para muchos, Dios ya no "pinta" nada en un mundo donde nada tiene significado trascendental. Los valores y los principios han desaparecido. No hay verdades absolutas

Antes, pocas personas (o ninguna) cuestionaban abiertamente la autoridad de Dios o de su Iglesia, aunque no siempre le siguieran al pie de la letra. Ahora, a menudo tenemos que dar explicaciones de nuestra fe o de nuestras creencias. Como si fuéramos "bichos raros".En general, antes la sociedad respetaba la posición religiosa de la Iglesia. Hoy pocos lo hacen sin criticar, juzgar o atacar. 

Sin embargo, el corazón humano, creado par la búsqueda de "algo superior", hoy se pierde en la demanda de una mal entendida espiritualidad. 
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Una espiritualidad humana, que no divina, a través de prácticas y ejercicios esotéricos. Lo llaman "la nueva era". Una era sin Creador, sin Origen de todo, sin Sentido...

Lo que la sociedad acepta hoy, cambia rápidamente, día a día, segundo a segundo. Lo que hoy es válido, quizás mañana no lo sea. Hace más de tres décadas, la mayoría de nosotros jamás hubiera soñado que sufriríamos los problemas a los que nos que enfrentamos hoy. Pocos de nosotros habríamos pensado que nuestra sociedad algún día legalizaría situaciones que ahora se consideran "normales".

Estamos cosechando los resultados de décadas de creyentes anestesiados, que no discípulos de Cristo. Hemos ido, hemos enseñado y hemos bautizado pero no hemos hecho discípulos. 

La fe se vivía en la intimidad familiar, nada más. No trascendía. Todo se daba por supuesto. Y el resultado es que hoy "bebés espirituales" deben enfrentarse a "lobos maduros". Y muchos no saben cómo hacerlo.

¡Qué difícil es ser cristiano hoy!





viernes, 18 de agosto de 2017

EL ODIO EN NOMBRE DE DIOS: CONVERTIRSE O MORIR

El terrorismo yihadista ha vuelto a golpear el corazón de Europa. El odio en nombre de Alá y la violencia justificada por el Corán han dejado Barcelona con trece muertos y un centenar de heridos. Se trata de un "suma y sigue".

Y qué poco hemos tardado en empezar con los lazos y crespones negros, con los minutos de silencio, con las flores y velas, con las oraciones por las víctimas y los asesinos, con los actos de condena y repulsa. 

Como si, con el simple "buenismo" de siempre, instaurado en Occidente, se fuera a solucionar esta guerra declarada a todos. Todas las buenas intenciones son bienvenidas pero no es suficiente, porque si todo lo que vamos a hacer es poner en nuestras redes sociales un lazo negro o decir que "no podrán con la democracia", el mal triunfa.

IslamSymbol.PNGEl Islam, desde sus inicios, ha basado su expansión en la conquista violenta en contra de la comprensión de una religión de paz y de un Dios de amor.

La Yihad (sexto pilar del Islam), esto es, la sumisión a Alá, el sometimiento de los "infieles", la muerte a los "enemigos"... es el integrismo radical que pervierte la religión y desprecia sistemáticamente la vida humana, sembrando la tierra de maldad y de muertos.

Es la anti-democracia de un extremismo maléfico, es el anti-amor de una visión distorsionada de Dios, que pone al mundo en la tesitura de "convertirse" o morir. Así la define el Corán: 



"Entonces, cuando los meses sagrados hayan pasado, matad a los idólatras dondequiera que los encontréis, y llevadlos (cautivos), y asediadlos, y preparar para ellos toda emboscada. Pero si se arrepienten y establecen adoración y se humillan, dejadlos libres. ¡Mirad! Alá perdona, es misericordioso." 
(Sura 9:5).

Di a los infieles que si cesan de enfrentarse se les perdonará lo pasado, 
pero si reinciden, combatid contra ellos hasta que dejen de induciros a apostatar 
y se rinda todo el culto a Alá 
(Sura 8:38-39)​

Combatid contra quienes, habiendo recibido la escritura [es decir, los judíos y los cristianos] no creen en Alá ni en el último día, ni prohíben lo que Alá y su enviado han prohibido, ni practican la religión verdadera. 
Luchad hasta que, humillados, paguen el tributo.
(Sura 9:29).

Imagen relacionadaPor desgracia, existe en Occidente una total indolencia que o no es consciente o no quiere darse cuenta de lo que ocurre: el objetivo último del yihadismo es islamizar el mundo. Eso, o la muerte...

Erróneamente se piensa que el propósito de estos actos malvados, sin escrúpulos y sin sentido es desestabilizar la libertad y la democracia pero en realidad, lo que ansían es la destrucción de todo lo que no sea musulmán, lo que anhelan es la instauración de un califato que gobierne el mundo

No se trata de una cuestión política ni social, es una cuestión religiosa: su profeta les insta a luchar contra el infiel e incluso matarlo. 

El yihadismo no desaparecerá jamás si no se les ofrece una opción igual de interesante o aún mejor. Desprogramarlos de su ideología patógena adquirida, desradicalizar a los captados o impedir que se sumen a ella es una labor de largo alcance que implica a todos.

Los terroristas han convertido en "leiv motif" las consecuencias de sus acciones. A mayor xenofobia, mayor justificación de su acción violenta; a mayor islamofobia, más deber sagrado de atacar y matar a los infieles. Hemos entrado en el bucle, diseñado por ellos, del que es difícil salir si no somos capaces de romper esa inercia.

En la 1 carta de Pedro 3, 8-9, 11-12 se nos dice: "Finalmente, vivid todos unidos en armonía. Sed compasivos, fraternales, misericordiosos, humildes, no devolváis mal por mal ni injuria, por injuria sino todo lo contrario bendecid siempre pues para esto habéis sido llamados para ser herederos de la bendición... Apártese del mal y haga el bien busque la paz y corra en pos de ella. Pues el Señor mira por los que practican la justicia y tiene los oídos atentos a sus súplicas; pero el Señor se enfrenta con los criminales".

El apóstol San Pablo en su carta a los Romanos 12, 17-21 nos exhorta: "No devolváis a n
adie mal por mal. Procurad hacer el bien ante todos los hombres. En cuanto de vosotros depende, haced todo lo posible para vivir en paz con todo el mundo. Queridos míos, no os toméis la justicia por vuestra mano; dejad que sea Dios el que castigue, como dice la Escritura: Yo haré justicia, yo daré a cada cual su merecido. También dice: Si tu enemigo tiene hambre, dale de comer; si tiene sed, dale de beber; que si haces esto, harás que se sonroje. No te dejes vencer por el mal; al contrario, vence el mal con el bien." 

El tratamiento del terrorismo yihadista por parte de los políticos y los medios de comunicación es, con frecuencia, torpe, ignorante y simplista. Demasiadas etiquetas, falsos "buenismos", eslóganes políticamente correctos y de "postureo" que se disipan con el paso de los días. Es difícil leer, ver o escuchar informaciones sobre el Islam que traten de explicar y hacer razonar, en vez de impresionar, emocionar o adoctrinar. Los medios sensacionalistas, los militantes y los inconscientes, se convierten en propagandistas de los yihadistas, porque amplifican sus acciones y sus propósitos, porque les sonríen, porque les defienden en aras de una errónea hermandad.

Me hago eco de las palabras de Arturo Pérez-Reverte en las que nos anima a tomar conciencia del problema al que nos enfrentamos: 

"Es una guerra, y estamos metidos en ella. Es la tercera guerra mundial, y no nos damos cuenta. Es la Guerra Santa, la Yihad. Y la estamos perdiendo por nuestra estupidez. Sonriendo al enemigo. 

A Occidente, a Europa, le costó siglos de sufrimiento alcanzar la libertad de la que hoy goza. Poder ser adúltera sin que te lapiden, o blasfemar sin que te quemen o que te cuelguen de una grúa. Gozamos las ventajas de esa lucha, ganada tras muchos combates contra nuestros propios fanatismos, en la que demasiada gente buena perdió la vida: combates que Occidente libró cuando era joven y aún tenía fe. Pero ahora los jóvenes son otros: el niño de la pancarta, el cortador de cabezas, el fanático dispuesto a llevarse por delante a treinta infieles e ir al Paraíso. 

En términos históricos, ellos son los nuevos bárbaros. Europa, donde nació la libertad, es vieja, demagoga y cobarde; mientras que el Islam radical es joven, valiente, y tiene hambre, desesperación... Trabajan con su dios en una mano y el terror en la otra, para su propia clientela. Creer que eso se soluciona negociando o mirando a otra parte, es mucho más que una inmensa estupidez. Es un suicidio... qué diablos vamos a negociar. Y con quién. Es una guerra, y no hay otra que afrontarla. Asumirla sin complejos. Porque el frente de combate no está sólo allí, al otro lado del televisor, sino también aquí. En el corazón mismo de Occidente."

¡Ay Occidente! ¡Qué futuro te espera!
Descansen en paz las víctimas. Recemos por ellas, por los asesinos y para que nuestra cultura recupere la identidad cristiana perdida y reaccione. 

¡Señor, escucha nuestro clamor y nuestra súplica! ¡Sé tu quién hagas justicia!