¿QUIÉN ES JESÚS?

La vida de Jesús siempre ha suscitado preguntas a lo largo de los últimos dos mil años.

¿Cómo pudo un carpintero que fue ejecutado por los romanos convertirse en el hombre más famoso de la historia?
¿Fue Jesús alguien verdaderamente real?
¿Cómo puede Dios ser un hombre al mismo tiempo?
¿De qué manera podría esto tener algún sentido para mi vida?

Estas son algunas preguntas, pero aquí tienes un espacio para formular las tuyas.
Mostrando entradas con la etiqueta objetivos. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta objetivos. Mostrar todas las entradas

sábado, 25 de marzo de 2017

¿ES AMPLIA TU VISIÓN?


A lo largo de los años, he aprendido que -a diferencia de la opinión popular- cuanto más amplia es la visión, más fácil es alcanzarla y, en última instancia, el tamaño de tu visión debe estar determinado por el tamaño de Dios.

La cuestión no es quién te crees que eres, sino quién crees que es Dios. En tu sueño, no te preguntes: "¿Qué puedo hacer por mi comunidad?", sino: "¿Qué puede hacer Dios por mi comunidad?"

¿A cuántas personas podríamos alcanzar?

Para determinar el tamaño de nuestra visión, necesitamos tener en cuenta tres factores. El primer factor es la población final de nuestro área de servicio. Es decir, nuestro público objetivo; a cuántas personas podemos alcanzar.

Busquemos un plano del barrio, dibujemos un círculo que incluya aproximadamente 15 minutos de distancia en automóvil de nuestra parroquia y descubramos cuántas personas hay en ese área.

Tratemos de llegar a todos ellos. Aunque sabemos que no podremos llegar a todos, asumamos la responsabilidad de tratar de llegar a todos. 

¿De cuánto tiempo disponemos?

La mayoría de nosotros sobrestimamos lo que podemos hacer en un año y subestimamos lo que podemos hacer en 5 años o 10 años. El problema es que establecemos nuestros objetivos demasiado bajos y tratamos de lograrlos demasiado pronto.

Debemos establecer grandes metas, metas enormes, aunque lleve tiempo alcanzarlas. No esperemos un milagro de la noche a la mañana. Empecemos a construir por los cimientos. No estamos interesados ​​en el desarrollo de una seta, sino ​​en el de un roble. Una seta tarda 12 horas en crecer; un roble tarda 60 años. Pero un roble dura mucho más.

Para alcanzar grandes metas, tenemos que planificar el servicio en nuestra parroquia a largo plazo. Hay muchas que son flor de un día, crecen rápido pero no construyen cimientos. No echan raíces. Todo lo que sube rápido, baja rápido.

Debemos planificar el tiempo. La perseverancia es la clave para alcanzar una gran meta. O lo que es lo mismo, el tamaño de nuestra meta estará determinado por la cantidad de vida que planeemos utilizar en alcanzarla.

¿Con qué dones contamos?

El tercer factor para determinar el tamaño de tu visión es una evaluación franca de los dones que Dios nos ha dado. La Biblia enseña claramente que hay personas con un talento, cinco talentos y diez talentos.

Algunos sacerdotes nunca tendrán más de 150 personas en su parroquia, porque se empeñan en hacerlo todo ellos mismos. Realizan todas las actividades, incluso las que no están a su alcance o para las que no están preparados. 

Como buenos pastores, quieren conocer a todas sus ovejas por su nombre y anhelan en exceso el contacto personal.

No hay nada malo en tener el corazón de un pastor. Dios ama a la gente con corazón de pastor y con olor a oveja. Por eso llamó a tantos sacerdotes a su Iglesia. Pero si pretendemos que nuestra parroquia crezca, debemos estar dispuestos a formar a otros líderes. Es uno de los peajes del crecimiento.

Si tenemos una visión amplia y una meta ambiciosa para hacer crecer a nuestra parroquia y que llegue a gente de todo el espectro, tendremos que cambiar la forma en la que pensamos. 

Ésa es la razón por la que tenemos hacer una evaluación honesta de nuestros dones, de con qué y quiénes contamos. Y una de las claves de esta evaluación es fijarnos en qué gastamos el dinero de la parroquia. Ello nos dirá cómo es nuestra visión de amplia y si "evangelizamos" o "mantenemos"

En resumen, para establecer la visión y la misión de una comunidad parroquial, lo primero que necesitamos es saber nuestro "target" (a quién nos dirigimos), lo segundo es el "timming" (cuánto tiempo nos marcamos) y lo tercero, los "resources" (con qué recursos materiales y humanos contamos).


viernes, 17 de febrero de 2017

RIESGOS QUE MOTIVAN

Resultado de imagen de riesgos
"No temas, porque yo estoy contigo; no te asustes, pues yo soy tu Dios. 
Yo te doy fuerza, soy tu auxilio y te sostengo con mi diestra victoriosa. 
(Isaías 41, 10)


Albert Einstein dijo:"Si quieres resultados distintos, haz cosas distintas". A menudo, existe un abismo entre lo que queremos que suceda y lo que realmente hacemos para que ocurra. Soñamos con un futuro nuevo, pero luego, hacemos las mismas cosas de todos los días. 

Esto también ocurre en muchas de nuestras parroquias. A menudo, los planes pastorales trazan objetivos a corto plazo, fáciles de cumplir y que realmente no nos llevan a ningún sitio, salvo a una espiral que nos devuelve al mismo lugar, año tras año. Y vuelta a empezar...somos como hámsters corriendo en la rueda, pero sin movernos un milímetro.

Para lograr un futuro radicalmente nuevo, tenemos que hacer cosas radicalmente diferentes. Esto es, asumir riesgos. La visión implica riesgo; el riesgo, aventura; y la aventura nos hace sentirnos vivos.

No obstante, en muchas ocasiones, el riesgo nos asusta, nos bloquea y nos paraliza. La clave inicial es comenzar orando, abandonarse a Dios, para que el Espíritu de luz nos ilumine para saber qué quiere de nosotros, para que asumamos riesgos y combatamos el miedo inicial que nos atenaza. 

Confiando en Él e imitando su manera de pensar, seremos capaces de asumir cualquier riesgo, por muy grande que parezca: "Cuando estoy lleno de miedo, yo me refugio en ti. En Dios... confío y ya no tengo miedo; ¿qué podrá hacerme un hombre?" (Salmo 56,4-5).

Pero ¡Cuidado! porque el miedo y la pereza son primos hermanos. No estoy diciendo que debamos ser unos locos imprudentes, pero es probable que tengamos que ser algo más valientes de lo que somos. La tentación nos lleva a desear una vida (también parroquial) tranquila, sin temores, pero eso sólo ocurre en el cielo. Y tenemos que ganárnoslo.

En la tierra, Dios nos llama a ser valientes, a mirar hacia delante y no hacia atrás, sin anhelar las cosas del mundo: "No mires atrás ni te detengas" (Génesis 19,17) porque si nuestra mirada está puesta en este mundo, nuestro futuro nos lleva a la muerte. Además, los cristianos tenemos la absoluta seguridad de que si Dios cuida de toda la creación ¿cómo no va a cuidar de nosotros? 

Seamos realistas, si la mayoría de las parroquias están en declive o estancadas, es porque la iglesia no está asumiendo riesgos. Creo que el riesgo debe ser a la vez un hábito y un modo de pensar. Tomemos alguna iniciativa para adoptar retos, y alcanzar nuestra visión sobre lo que Dios quiere de nosotros.

Riesgos a asumir

1. Comienza algo que no sepas cómo terminará

Hacer frente a las cosas que sabemos como terminarán es sencillo hasta para un niño pero es un camino seguro al estancamiento y al aburrimiento. El riesgo, sin embargo, es avance y entretenimiento.

¿Cuál ese proyecto que te asusta? Pulsa "start". Hoy mismo. Y averigua a dónde te lleva.

En la Biblia se nos muestra como las personas que obedecieron a Dios y asumieron riesgos (Moisés, Abraham, los apóstoles, etc.) no tenían idea de lo que estaban haciendo, ni de como terminarían cuando comenzaron. 

¿Por qué habría de ser diferente para nosotros?

2. Haz lo que has pensando hacer, pero que aún no has hecho


Todos tenemos cosas que hemos estado pensando en hacer hace años y que nunca hemos empezado. Hazlo. En serio.

Los verdaderos líderes están llamados a las grandes acciones, no sólo a los grandes pensamientos.

Arriésgate y empieza a caminar. Si nunca te propones empezar, nunca llegarás a ningún sitio. Toda aventura comienza por el primer paso.

3. Sé generoso y espléndido

En un mundo donde hay mil razones para ser tacaños, para ser egoístas, la generosidad es un riesgo. Jesús se arriesgó: dejo su puesto de gloria en el cielo y bajó a la tierra para ofrecer su vida por nosotros con generosidad y amor absolutos.

Ser espléndido cuando no se tienen medios es un riesgo. Ser generoso con los elogios cuando no se tienen ganas de agradar a alguien es un riesgo. Entregar la vida por los que tenemos a nuestro alrededor es un riesgo que bien vale la pena asumir.

La generosidad es la clave para desarrollar una mentalidad de abundancia. Y las personas con una mentalidad de abundancia, a menudo, terminan asumiendo más y mayores riesgos. Y eso es lo que marca nuestro camino a la santidad.

4. Establece una meta que creas que es imposible de conseguir

La razón por la que uno no se fija una meta alta es porque piensa que es imposible y además no se puede hacer. Sin embargo los cristianos sabemos que "no hay nada imposible para Dios" (Lucas 1, 37).

Resultado de imagen de riesgos
Precisamente por eso, plantéatela. Establece una meta ambiciosa. Si te planteas un fácil, sencilla y pequeña, entonces, no llegarás muy lejos.

Si te marcas una difícil, complicada y grande, y empiezas a caminar y llegarás lejos. Las personas que se fijan metas altas logran más que las personas que no lo hacen.

5. Sé vulnerable

Sí, la vulnerabilidad es también un riesgo. No estar preparado para aceptar el fracaso, inevitablemente conlleva riesgo ... pero no debemos asustarnos.

Sin miedo al fracaso, nos haremos vulnerables pero también Dios utiliza eso para curtirnos y prepararnos hoy para un futuro de mayores logros.

La valía personal no se establece por lo vulnerable que uno es ni por las veces que uno cae, sino por las que se levanta y continúa.

6. Confía en otros

Sin duda, es un riesgo confiar en los demás algo que te importa, ¿verdad? Es por eso que normalmente lo terminamos haciendo nosotros.

Elige algo que pensabas hacer personalmente y que te parece importante e invita a alguien a que lo haga. 

Esto no sólo te ayudará a ser más generoso, sino que también te posicionará en un liderazgo para formar un equipo más fuerte y así llegar muy lejos. Jesús nos mostró el camino del liderazgo, delegando su misión en sus discípulos. Él podría haber hecho todo sin ayuda alguna y sin embargo, nos enseñó el camino para llegar al Padre.

"Si quieres ir rápido, ve solo. Si quieres ir más lejos, ve con un equipo. Si quieres alcanzar el cielo, ve con Dios".

7. No abandones

Cuando se tiene miedo, se piensa en abandonar, ¿verdad? Cuando se pierde la esperanza y llegan los problemas, lo fácil es huir. Cuando huimos, renegamos de Dios.

Pues, ¡de eso nada! 

Piensa que tu objetivo es a largo plazo, es para toda la eternidad y empieza a moverte. Después de la tormenta, siempre viene la calma. Después de este mundo nos espera el cielo. Pero hay que ganarlo.

Estos son algunos riesgos que podemos asumir hoy y que pondrán en marcha otros mayores riesgos el día de mañana y que, por cierto... acrecentarán nuestra fe. Tenemos que dejar de confiar en nosotros mismos y empezar a confiar en Dios. Ahora más que nunca.

Después de todo, ¿alguna vez Dios nos llama para hacer algo fácil? ¿Verdad que no? Él estará a nuestro lado "todos los días hasta el fin del mundo" (Mateo 28,20), para "echarnos una mano".


domingo, 20 de diciembre de 2015

PON A DIOS LO PRIMERO (Put God first!)


 


 “Sueña y hazlo a lo grande, porque solo soñando a lo grande podemos fracasar a lo grande…o triunfar a lo grande. Pero soñar sin objetivos se queda sólo en un sueño, nadie triunfa sólo soñando, sino trabajando duro.

Esfuérzate y planifica tus objetivos: objetivos anuales, mensuales, diarios. Objetivos simples. Nadie planifica fracasar, sino que se fracasa al planificar, intentando hacer muchas cosas.

No trates de hacer muchas cosas. Hacer muchas cosas no implica que estés consiguiendo muchas cosas. No confundas el movimiento con el progreso.

Planifica, trabaja duro y progresa.

Nunca verás un camión de mudanzas detrás de un coche fúnebre. Cuando mueras, no podrás llevarte nada de lo que hayas conseguido. Los egipcios lo intentaron y durante siglos, les robaron.

No es importante lo que tienes sino lo que haces con lo que tienes. Todos tenemos talentos y dones que Dios nos ha dado.

El mayor placer lo encontrarás sirviendo a otros, es una de las actitudes más egoístas que puede tener el ser humano: recibes tanto, recibes muchísimo más de lo que das, que se convierte en algo “egoísta”.

 El servicio fortalece, vincula y une, mientras que el poder desgasta, aísla y divide. El éxito está en servir a otros.

Hoy por la noche, deja tus zapatillas debajo de la cama para que cuando te despiertes tengas que arrodillarte a cogerlas.

Sí, todo lo que trates de hacer, todo lo que planifiques será en balde si no oras a Dios. Reza para agradecer la gracia, la misericordia, la comprensión, la sabiduría, la salud, la humildad, la paz, la prosperidad que ya te ha sido concedida. REZA POR TODO LO QUE SE TE HA DADO DE ANTEMANO. DIOS ES LO PRIMERO”.

DENZEL WASHINGTON,
 Graduación de los alumnos de la universidad de Dillard,
New Orleans, 2015