¿QUIÉN ES JESÚS?

La vida de Jesús siempre ha suscitado preguntas a lo largo de los últimos dos mil años.

¿Cómo pudo un carpintero que fue ejecutado por los romanos convertirse en el hombre más famoso de la historia?
¿Fue Jesús alguien verdaderamente real?
¿Cómo puede Dios ser un hombre al mismo tiempo?
¿De qué manera podría esto tener algún sentido para mi vida?

Estas son algunas preguntas, pero aquí tienes un espacio para formular las tuyas.
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martes, 15 de julio de 2025

EVANGELIO SEGÚN SAN MATEO

Comenzamos hoy una serie que nos llevará a explorar la importancia para el cristianismo de los cuatro evangelios bíblicos: Mateo, Marcos, Lucas y Juan. Y ¿por qué no? a sumergirnos y profundizar en su lectura...

El evangelio según san Mateo es el primero de los cuatro evangelios canónicos y el más citado y comentado por los padres de la Iglesia:

  • San Ignacio de Antioquía, en sus cartas a las Iglesias de Asia, toma prestadas alguna de sus expresiones y sentencias (Mt 10,16; 12,33)
  • San Policarpo cita literalmente varios pasajes (Mt 5,44; Mt 26,41)
  • La Didajé contiene 66 pasajes de Mateo (Mt 6,7-13; 28,19; 12,31)
  • La Epístola de Bernabé cita un pasaje (Mt 22,14)
  • El “Pastor de Hermas” hace referencias a varios pasajes aunque no de forma literal.
  • San Justino (“DiálogoXCIX, 8) cita casi literalmente la oración de Cristo en el Huerto de los Olivos (Mt 26,39-40)
  • Atenágoras (“Legatio pro christianis”, XII, 11) cita casi literalmente sentencias del Sermón de la Montaña (Mt 5,44)
  • Teófilo de Antioquía (Ad Autol., III, XIII-XIV) cita un pasaje (Mt 28,32)
  • San Jerónimo (In Matt. Prol.) comenta el Evangelio de san Mateo
  • San Clemente (Homilías XVIII) cita literalmente algunos pasajes (Mt 15,13;13,35)
  • Taciano (Diatasseron) incorpora en su disertación el Evangelio de Mateo
  • San Ireneo cita numerosos pasajes y afirma que fue uno de los cuatro que constituyeron el Evangelio cuadriforme dominado por un solo Espíritu
  • Papías de Hierápolis (Eusebio, h.e. 3.39.16) afirma la autoría evangélica de Mateo
  • Tertuliano menciona a Mateo como el autor de un Evangelio (De carne Christi, XII)
  • Clemente de Alejandría (Strom., III, XIII) cita más de 300 pasajes de Mateo
Todas estas menciones de Mateo lo convierten en un evangelio profundamente enraizado en la vida de la Iglesia, es decir, es un evangelio preminentemente eclesial, catequético y pastoral que se dirige a una comunidad cristiana, de 2ª generación, constituida por judíos y gentiles, para dar respuesta a los problemas a los que se enfrentaba la Iglesia primitiva.

Autoría
Papías de Hierápolis, Padre Apostólico y discípulo de san Juan, afirma que su autor es Mateo el publicano, hijo de Alfeo y Cleofás, también llamado Leví, el apóstol de Jesús (Mt 9,9). Probablemente, Mateo no fuera quien escribiese el evangelio de su puño y letra, sino más bien, un discípulo suyo, cristiano de 2ª generación, conocedor del griego y del Antiguo Testamento (Tanaj).

Datación
La fecha de composición del evangelio se puede situar entre el 70 y el 110 d.C., aunque muy probablemente se escribe entre el 80 y el 90 d.C. por varias razones:
  • el evangelio alude implícitamente a la ya ocurrida destrucción de Jerusalén en el 70 d.C. (Mt 22,7; 23,28; 24,15)
  • san Ignacio de Antioquía es el primero que lo cita en sus cartas, hacia el 110 d.C., lo que significa que ya circulaba con anterioridad por las distintas comunidades cristianas
  • la distinción que hace entre los judíos y cristianos, entre las sinagogas y las domus ecclesiae (iglesias domésticas) no pudo darse antes del 80 d.C.
Lugar
Probablemente, Antioquía, capital de Siria, tercera ciudad más grande del Imperio Romano y cuna del cristianismo primitivo y de la evangelización a los gentiles. Allí:
  • residió Pedro, tras el martirio de Esteban, y fundó una de las primeras comunidades cristianas, siendo su primer obispo (Gal 2,11-14)
  • fueron enviados Pablo y Bernabé para iniciar sus viajes misioneros (Hch 11,19-30)
  • fue donde los seguidores de Jesús fueron llamados cristianos por primera vez (Hch 11,26)

Lenguaje
Aunque el evangelio de Mateo utiliza muchos semitismos, contiene muchas peculiaridades lingüísticas que indican que el texto original fue escrito en griego koiné y no que se trate de una traducción del arameo al griego:
  • utiliza 137 palabras propias y expresiones exclusivas en todo el Nuevo Testamento: 34 veces la expresión “Reino de los cielos", que no se encuentra ni en Marcos ni en Lucas, quienes la sustituyen por“Reino de Dios” (4 veces en Mateo). 
  • emplea repeticiones de palabras, frases, expresiones o construcciones especiales varias veces dentro de un intervalo bastante corto (cf. 2,1, 13 y 19; 4,12, 18, y 5,2; 8,2-3 y 28; 9,26 y 31; 13,44, 45, y 47, etc.)
  • utiliza la paronomasia, es decir, el uso de palabras con pronunciaciones semejantes pero con significados distintos, sobre todo, en los discursos de Jesús.
Destinatarios y Contexto histórico
Sus destinatarios son fundamentalmente judíos cristianos pero también gentiles procedentes del paganismo.

Situación externa: enfrentamiento y ruptura de la Iglesia con el judaísmo (Mt 23,1-36). Mateo marca una clara distancia entre los cristianos y los fariseos, sacerdotes y maestros de la ley, entre la Iglesia Cristiana y la Sinagoga judía (Mt 4,23; 9,35; 10,17; 12,9; 13,54), y subraya el rechazo del pueblo judío y sus líderes hacia Jesús (Mt 27,15-26; 27,62-66; 28,11-15).

Jerusalén y el templo han sido destruidos y el judaísmo ha quedado reducido al grupo de los escribas y fariseos que se vuelven intransigentes con los demás grupos religiosos judíos (saduceos, esenios, etc.) y, sobre todo, con los cristianos, que son calumniados, perseguidos y martirizados.

Situación interna: choque de posturas con respecto a:
  • la interpretación de la Ley mosaica (Mt 5,17-48; 15,1-20)
  • los destinatarios de la evangelización (Mt 10,5-6; 15,24; 28,18-20)
  • la diversidad de observancia de los preceptos (Mt 15,1-20; 7,21-23) 
  • los diferentes carismas existentes (Mt 18,1-35)
  • la organización y estructura jerárquicas de la Iglesia, distintas a las de la Sinagoga (Mt 23,1-7), no piramidal en cuanto a poder y privilegios, sino de solidaridad recíproca como en las relaciones familiares (Mt 23,8-12)
  • la pérdida del entusiasmo inicial ante el retraso de la venida del Señor y la adopción de criterios mundanos (poder, riquezas, etc.) ante los que hay que estar vigilantes (Mt 6,19-24; 19,23-26; 24,42-44; 25,1-13;26,41)
Ante esta situación, Mateo trata de hallar un punto de encuentro, trata de conciliar las distintas realidades:
  • presentando a Pedro como el cabeza y maestro de la Iglesia (Mt 16,16-19; 17,24-27)
  • mencionando siempre a los paganos de manera positiva (Mt 8,5-13; 15,21-28)
  • mostrando a Jesús con diversos títulos cristológicos: Mesías (Mt 11,2), Hijo de David (Mt 22,21-46), el Siervo sufriente anunciado por Isaías (Mt 8,17; 12,15-21; 17,51), Hijo de Dios (Mt 1,18-25; 2,15; 3,17; 14,33; 16,16; 17,5 ; 27,54), Hijo del hombre y Señor de la historia (Mt 24,29-31; 25,31-46; 28,18)
  • presentando a la Iglesia como el nuevo pueblo congregado por Jesús, la verdadera descendencia de Abrahán, heredada de Israel (Mt 21,43)
  • proponiendo las actitudes principales del cristiano: la fe, la relación con Jesús y la comprensión de su mensaje (Mt 13,51; 14,33; 16,12; 17,13)
  • exponiendo en sus cinco grandes discursos (Mt 5-7; 10; 13; 18; 24-25), la nueva halaká (normas de comportamiento) para hacer la voluntad de Dios (Mt 7,15-27; 21,28-32; 24,45-25,46)
  • animando a vivir al servicio de los demás (Mt 20,26-28; 23,11-12), a la atención y solidaridad con los necesitados (Mt 18,1-14) y al perdón (Mt 5,21-26; 6,12.14-15; 18,21-35)
  • recordando el mandamiento del amor de Jesús (Mt 25,31-46)
Fuentes
Los evangelistas, para componer sus obras, contaron con una tradición que se había transmitido, primero, de forma oral y por escrito, después. Mateo utiliza:
  • materia propia. Ocupa la cuarta parte de su evangelio: parábolas (Mt 13,1-52), mandato misionero (Mt 10,5-6; 28,19), etc.
  • el evangelio apócrifo de Tomás del que obtuvo datos de la infancia de Jesús (Mt 13,1-52)
  • el evangelio de Marcos del que recoge relatos de los milagros (Mt 8-9) 
  • la Fuente Q o fuente de los dichos, del que recoge el Sermón de la Montaña, las bienaventuranzas o el Padrenuestro
Estilo literario
El estilo literario de Mateo es:
  • típicamente judío al utilizar recursos como los paralelismos, las inclusiones, las disposiciones concéntricas, las agrupaciones numéricas y temáticas, etc.
  • breve y claro al evitar lo accesorio y marginal, agrupando y ordenando los relatos y enseñanzas, subrayando los rasgos característicos de los personajes, etc.
  • respetuoso con las Escrituras con constantes y numerosas citas del Antiguo Testamento, que interpreta con las mismas técnicas de los fariseos: utilizando el midrash haggádico o narrativo (Mt 1-2) y el midrash halakico o normativo (Mt 5,17-48) pero no con la Ley de Moisés como clave sino Jesús.
  • peculiar en el uso de citas de reflexión para subrayar aspectos importantes: "todo esto sucedió para que se cumpliera..." (Mt 1,22; 2,15.17.23; 4,14; 8,17; 12,17; 13,35; 21,4; 27,9)
Contenido

Jesús (1-4)
Mientras en Marcos Jesús es el Hijo de Dios-hombre que actúa, en Mateo es el Dios-Hombre que enseña y habla del Padre y de su plan salvífico:
  • Jesús es el nuevo Moisés. Sus vidas tienen numerosos paralelismos: nacimientos anunciados en un sueño; Faraón trata de impedir el nacimiento de Moisés, Herodes, nuevo Faraón, trata de hacer desaparecer a Jesús (Ex 1, 15-16); Faraón consulta a sus astrólogos, Herodes a los escribas; en ambos casos, los reyes deciden matar a todos los niños (Ex 3, 14-15), pero tanto Moisés como Jesús logran escapar de la matanza; ambos ofrecen la ley de Dios al pueblo; la orden dada a José es muy semejante a la que recibe Moisés (Ex 4, 19-23); los cinco grandes discursos de Mateo evocan los cinco libros de la Ley de Moisés (Pentateuco); la transfiguración presenta claramente a Jesús como el nuevo Moisés (Mt 17, 1-4)
  • Jesús es el Hijo de Dios al que debemos recurrir en las dificultades (Mt 14, 33) y proclamarlo con firmeza (Mt 16, 16) y reconocerlo en el crucificado (27, 54).
  • Jesús es el Hijo del hombre que se identifica con todos los perseguidos, con los pequeños, los pobres (Mt 25, 36-46).
  • Jesús es el Hijo de David que da cumplimiento a lo prometido a David. 
  • Jesús es el Mesías, Salvador de la humanidad. 
  • Jesús es el Siervo que toma nuestras enfermedades y sufrimientos
  • Jesús es el Señor de la nueva comunidad: funda y construye la Iglesia apostólica.
El Reino (5-13)
Jesús predica el Reino de Dios, su cercanía y su llegada. Es el tema que ocupa mayor extensión en Mateo con una doble dimensión: histórica y escatológica, presente y futuro. 

El Reino de Dios es una comunidad de salvación cuya carta programática es desarrollada por Jesús en el Sermón de la montaña (Mt 5-7) sobre cómo deben ser sus miembros (valores) y a qué se parece (13 parábolas).

Iglesia (14-17)
La Iglesia es el inicio del Reino visible en la tierra. Jesús le confía a Pedro la misión de ser cimiento del Reino de Dios, de la nueva comunidad, de la Iglesia. Una Iglesia abierta, plural y universal, desligada de los esquemas rigurosos del judaísmo, que va adquiriendo cohesión interna y que se lanza a evangelizar a otros pueblos en cumplimiento del mandato de Jesús (Mt 28,19.

Características: la presencia de Cristo en la comunidad, la proclamación de la palabra, su carácter esencialmente espiritual y su índole universal, anunciada ya por los profetas.

Exigencias: la conversión, es decir, la aceptación de la persona de Jesús y su mensaje; la fe como entrega personal a Cristo, que ha de manifestarse en el seguimiento e imitación personal de Cristo; la nueva justicia, superior a la del Antiguo Testamento, y mejor que la de los escribas y fariseos, que habían reducido la religión a mero formalismo sin verdadero espíritu interior; nueva justicia que viene a resumirse en el amor a Dios y el amor al prójimo.

Misterio Pascual (24-28)
El Misterio Pascual inaugura el Reino: para dar vida a este nuevo Reino, a esta Iglesia, Jesús tiene que dar su vida, según la voluntad del Padre. Mateo quiere insistir en que Jesús es el justo perseguido, el Siervo de Yahvé de Isaías y los que le condenan no hacen más que cumplir con “lo que estaba escrito”.

Hay un detalle importante que Mateo no pasa por alto: “El velo del Santuario se rasgó en dos, de arriba abajo” (Mt 27, 51). con lo que quiere significar que con la muerte de Jesús, el antiguo culto mosaico se ha acabado y que ha comenzado la Nueva Alianza, sellada con la sangre del Hijo de Dios y con la que se abre al hombre la posibilidad de renacer a una nueva vida, la muerte había sido vencida por la Vida.

Estructura
Mateo organiza su evangelio de varias maneras: 
  • agrupación de unidades literarias: tres series de tres relatos de milagros (Mt 8-9), tres grupos de parábolas (Mt 13,1-52), tres signos de Jesús (Mt 21,1-27), tres parábolas (Mt 21,28-22), tres controversias (Mt 22,15-40)
  • marcas de división: tres variantes de los mismos hechos realizado por Jesús (Mt 4,23; 9,35; 11,1), tres anuncios de la pasión (Mt 16,21; 17,22-23; 20,17-19)
  • cinco discursos que terminan siempre con una fórmula fija: "Cuando Jesús terminó..." (Mt 7,28; 11,1; 13,53; 19,1; 26,1)
  • repetición de una misma fórmula para señalar un nuevo comienzo: "Desde entonces, comenzó Jesús a..." (Mt 4,17; 16,2)
El evangelio de Mateo puede estructurarse en tres grandes secciones:
  1. PRESENTACIÓN DEL MESÍAS (Mt 1,1-4,16)
    • Genealogía e infancia de Jesús (Mt 1,1-2,23)
    • Preparación para la misión (Mt 3,1-4,16)
  2. ANUNCIO DEL REINO DE LOS CIELOS (Mt 4,17-16,20)
    • Anuncio del reino con obras y palabras (Mt 4,17-11,1): 
      • anuncio (Mt 4,17)
      • enseñanzas (Mt 5-7)
      • curaciones (Mt 8-9)
      • envío de los discípulos (Mt 9-11)
    • Rechazo de Jesús (Mt 11,2-16,20): 
      • controversias con las autoridades judías (Mt 11,2-12,50)
      • instrucción de los discípulos mediante parábolas (Mt 13,1-52)
      • el Reino y la Iglesia (Mt13,53-16,20)
  3. ANUNCIO DEL DESTINO SUFRIENTE DEL MESÍAS (Mt 16,21-28,20)
    • Anuncio a los discípulos el destino de Jesús (Mt 16,21-20,34): 
      • Transfiguración en el Tabor (Mt 17,1-13)
      • tres anuncios de la pasión (Mt 16,21; 17,22-23; 20,17-19)
      • sentido de la pasión y exigencias del discipulado (Mt 16,21-20,28)
    • Consumación del rechazo de Jesús (Mt 21,1-28,20):
      • en Jerusalén (Mt 21-23)
      • acontecimientos del fin y venida del Hijo del hombre (Mt 24-25)
      • relato de la Pascua: pasión-resurrección (Mt 26,1-28,20):
        • Complot para matar a Jesús (Mt 26,1-16)
        • Última Cena (Mt 26,17-29)
        • Monte de los Olivos (Mt 26,30-56)
        • Proceso judío (Mt 26,57-75)
        • Proceso romano (Mt 27,1-31)
        • Crucifixión, muerte y sepultura (Mt 27,32-61)
        • Resurrección (Mt 27,62-28,20)
      • rechazo del pueblo y convocatoria del Nuevo Israel (Mt 28,26-20)

martes, 6 de noviembre de 2018

INVITADOS A UNA BODA

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"Al oír esto, uno de los comensales le dijo: 
¡Dichoso el que pueda comer en el Reino de Dios!
Él le respondió: Un hombre dio una gran cena y convidó a muchos; 
a la hora de la cena envió a su siervo a decir a los invitados: 
'Venid, que ya está todo preparado'
Pero todos a una empezaron a excusarse. 
El primero le dijo: 'He comprado un campo y tengo que ir a verlo; te ruego me dispenses'. 
Y otro dijo: 'He comprado cinco yuntas de bueyes y voy a probarlas; 
te ruego me dispenses'.
'Otro dijo: 'Me acabo de casar, y por eso no puedo ir'.
Regresó el siervo y se lo contó a su señor. 
Entonces, el dueño de la casa, airado, dijo a su siervo: '
Sal en seguida a las plazas y calles de la ciudad, 
y haz entrar aquí a los pobres y lisiados, a ciegos y cojos'.
 Dijo el siervo: 'Señor, se ha hecho lo que mandaste, y todavía hay sitio'.
 Dijo el señor al siervo: 'Sal a los caminos y cercas, 
y obliga a entrar hasta que se llene mi casa'. 
Porque os digo que ninguno de aquellos invitados probará mi cena."
(Lc 14,15-24)

¡Cuántas veces hemos visto en la vida esta misma escena! ¡Cuántas veces nos han invitado a una boda o a una celebración y nos hemos excusado! ¡Cuántas veces dejamos de ir a algún sitio cuando no somos protagonistas o cuando nos crea un compromiso!

En el Evangelio de hoy, Jesús nos invita a su fiesta pero muchos no acudimos... nos excusamos con mil pretextos, con mil justificaciones, con mil argumentos, con mil coartadas...

Y el Anfitrión se decepciona, se enfada cuando nos invita gratuitamente y le damos la espalda...cuando nos invita a sentarnos junto a personas que (quizás) no soportamos, o no consideramos dignas y ponemos cualquier pretexto...cuando nos invita a ser comunidad y lo consideramos un "compromiso"...cuando nos invita a servir a otros y pensamos que allí no tenemos nada que hacer, que no somos protagonistas, que nosotros "valemos más"...

La fiesta está preparada, la comida está lista y sin embargo, nosotros no estamos dispuestos. Y no lo estamos porque nuestro egoísmo busca notoriedad, favores y reconocimiento. ¡Si no es nuestra fiesta, es un compromiso!

¿Cuándo fue la última vez que te excusaste ante una invitación de Jesús? 

¿Recuerdas todas las veces que has estado tan ocupado para ir a ver a ese amigo tuyo enfermo? 

¿Recuerdas todas las veces que has estado tan preocupado por tu trabajo, tus clientes, tus cifras que no has tenido tiempo de estar un rato con tus hijos y tu mujer?

¿Recuerdas todas las veces que alguien ha necesitado de tu ayuda y tú les has negado tu mano? 

¿Recuerdas todas las veces que has dicho "a ver si nos vemos" y nunca lo has hecho? 

¿Recuerdas cuantas veces Dios te ha pedido algo y has puesto el pretexto de "no puedo" o te has disculpado diciendo "ahora no"?

Meditemos seriamente: Dios, con su gran amor y generosidad, nos invita gratuitamente a formar parte de su banquete 

¿Vamos a responderle con excusas y justificaciones? 

¿Vamos a decepcionarle y enojarle?

No perdamos el tiempo y ocupemos las sillas que nos ofrece. Hay muchas libres. No lo dejemos para el último momento o quizás puede que cuando queramos entrar a la fiesta, ya no haya sitio.

Seamos generosos, serviciales y solidarios. Respondamos a su llamada. Aceptemos con alegría su invitación. Vayamos y sentémonos junto a los que están solos, junto a los que están tristes o desconsolados, junto a los heridos y necesitados, junto a los que necesitan de nosotros y de nuestro amor.

lunes, 3 de abril de 2017

¿CÓMO VIVO MI VIDA?

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"Las obras de la carne son bien claras: 
lujuria, impureza, desenfreno, idolatría, supersticiones, 
enemistades, disputas, celos, iras, litigios, divisiones, 
partidismos, envidias, homicidios, borracheras, 
comilonas y cosas semejantes a éstas.
Os advierto, como ya antes os advertí, 
que los que se entregan a estas cosas no heredarán el reino de Dios. 

Por el contrario, los frutos del Espíritu son: 
amor, alegría, paz, generosidad, benignidad, bondad, 
fe, mansedumbre, continencia; contra estas cosas no hay ley. 
Los que son de Cristo Jesús han crucificado la carne con sus pasiones y concupiscencias. 
Si vivimos por el Espíritu, dejémonos conducir por el Espíritu." 

(Gálatas 5, 19-25)

Existe una notable diferencia entre vivir una "buena vida" según el mundo (que nos influye de afuera hacia adentro) y vivir una "vida transformada" por el Espíritu de Dios (que nos transforma de adentro hacia afuera).

Resultado de imagen de obras de la carneComo sugiere el apóstol Pablo en su carta a los Gálatas, la diferencia entre una vida llena de frutos del espíritu y una vida llena de las obras de la carne es diametralmente opuesta. 

Mientras que el Diablo nos incita a dejarnos tentar desde el exterior y confundirnos en el anhelo de una falsa felicidad, los que somos de Cristo, los cristianos, nos dejamos transformar y guiar por el Espíritu Santo, que nos renueva y nos da plenitud.

Pero ¿cómo podemos estar seguros de el Espíritu Santo guía nuestras vidas? Existen cinco razones que lo prueban:

Pasión por la Eucaristía y la Oración

Descubrir a Cristo en la Eucaristía sucede sólo cuando la pasión me lleva a desear buscarlo de todo corazón, en la certeza de que Él está presente; y cuando ocurre, ya no quiero estar en otro sitio ni con nadie más. 

Resultado de imagen de eucaristiaNo se trata tan sólo de "un sentimiento ni un deslumbramiento pasajero ni un te quiero vaciado de contenido". Es un amor puro, perfecto y real que me llena el alma, que inunda todo mi ser, una presencia real capaz de mover el mundo entero.  

Experimentar a Dios en la oración sucede "cuando rezo en lo secreto", y lo hago con pasión y con todo mi corazón (Mateo 6,6). Entonces, soy plenamente consciente de que estoy teniendo una verdadera conversación con un Dios verdadero, que me ama y me escucha, y cuanto más permito que el Espíritu gobierne mi vida, más satisfactoria es esa experiencia.

Cuando nos acercamos a Él, bien sea en la Eucaristía o en la Oración, Su Espíritu comienza a fluir a través de nosotros.

Pasión por la Palabra de Dios

La Biblia no es un libro histórico como muchos pretender hacerme creer. La Sagrada Escritura es viva y activa. Es un libro sobrenatural, inspirado por el Espíritu de Dios y que realmente me habla, me guía y me interpela.

Resultado de imagen de bibliaApasionarme por la Palabra de Dios no es una costumbre por leer o simplemente por aprender. Se trata de conocer a Dios porque la Escritura es el mismo Dios.

El apóstol Juan describe a Jesús como la Palabra viva: "Y aquel que es la Palabra se hizo carne, y habitó entre nosotros, y nosotros vimos su gloria, gloria cual de unigénito venido del Padre, lleno de gracia y de verdad. "A Dios nadie lo ha visto jamás; el Hijo único, que está en el Padre, nos lo ha dado a conocer."  (Juan 1, 14 y 18). 

Al leer la Biblia, las palabras salen del contexto en el que fueron escritas, salen de la página y se funden en mi realidad, en mi propia vida. Entonces, sé que Dios me está hablando directamente, a mi, aquí y ahora.

Pasión por los demás

Si me considero cristiano, seguidor de Jesús y lleno de su Espíritu, entonces debería ser capaz de verlo en cada una de las personas que Dios pone en mi camino. Si realmente le pertenezco a Él, entonces amaré a los demás con un amor profundo y sincero: el mismísimo amor de Dios.

Resultado de imagen de servir a dios"Queridos míos, amémonos los unos a los otros, porque el amor es de Dios; y todo el que ama ha nacido de Dios y conoce a Dios. El que no ama no ha conocido a Dios, porque Dios es amor. En esto se ha manifestado el amor de Dios por nosotros: en que ha mandado a su Hijo único al mundo para que nosotros vivamos por él. En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que Dios nos ha amado a nosotros y ha enviado a su Hijo como víctima expiatoria por nuestros pecados. Queridos míos, si Dios nos ha amado de este modo, también nosotros debemos amarnos los unos a los otros."  (1 Juan 4, 7-11).

¿Me despierto cada mañana pensando en lo que otros deberían hacer por mí? Ese pensamiento no es sino una obra de la carne. Cuando el Espíritu motiva y alienta mis pensamientos, lo que hago es preguntarme: ¿Qué puedo hacer por los demás? ¿Cómo puedo servir a otros? ¿Cómo puedo ayudar? ¿Qué puedo ofrecer?

Pasión por dar testimonio de Jesús

Hace unas semanas, una persona un tanto alejada de la fe se fijó en las pulseras y en los rosarios que llevo en mi mano derecha. Me preguntó si lo llevaba por moda o porque realmente creía en Dios. Le parecía bastante raro e inusual.

Resultado de imagen de dar testimonioHablamos durante bastante tiempo, de lo vacía que estaba su vida que giraba en torno al dinero, el trabajo, la salud y las cosas materiales. Sentí la necesidad de rezar por él, porque realmente lo necesitaba; le pedí permiso y lo hice. 

Cuando terminé, levantó la vista, respiró hondo y  de sus ojos salieron unas lágrimas. Lagrimas de serenidad y calma.

No lo cuento por presunción, sino como demostración evidente de que cuando estás dispuesto a entregarte a la dirección en la que sopla el Espíritu Santo, compartir tu fe se convierte no sólo en una práctica habitual sino en una experiencia sobrenatural de felicidad y gozo plenos.

Pasión por servir a Dios

Mi pasión en mi servicio a Dios surge al poner mi confianza en Él, como creador mío, a abandonarme a Su Espíritu como dador de todo cuanto necesito. Entonces, es cuando me someto a mi Rey por amor y le sirvo, sabiendo que él va a cuidar de mi y del resto de mis necesidades.

"No os inquietéis, diciendo: "¿Qué comeremos?" o "¿qué beberemos?" o "¿cómo vestiremos?". Por todas esas cosas se afanan los paganos. Vuestro Padre celestial ya sabe que las necesitáis. Buscad primero el reino de Dios y su justicia, y todo eso se os dará por añadidura." (Mateo 6, 31-33).

Cuando busco el Reino de Dios y me abandono plenamente a Su Espíritu, soy capaz de servirle mejor, porque Él sabe mejor que yo lo que necesito. 

Es entonces cuando mi pasión me lleva a dar la vida por los demás, preocupándome y entregándome generosamente a sus necesidades o preocupaciones, tal y como mi Señor hace siempre conmigo.

sábado, 16 de enero de 2016

CONSTRUIR EL REINO DE DIOS, ¿CUESTA?





"Honra al Señor con tus riquezas, 
con las primicias de todos tus frutos;
entonces tus graneros estarán llenos en abundancia 

y tus bodegas rebosarán de vino..”  
(Proverbios 3, 9-10)


Una de las principales razones por las que muy pocas iglesias se involucran en actividades de evangelización se debe a que nos hacemos las preguntas equivocadas. Demasiado a menudo, las primeras preguntas que nos hacemos son: "¿Cuánto va a costar?" “¿Quién lo va a pagar? en lugar de: "¿A quienes vamos a llegar?". 


Todos nos irritamos cuando nos piden dinero. Y yo tengo comprobado que es por desconocimiento o falta de información. Es preciso que entendamos qué se nos pide y el por qué.

Si tenemos clara la visión de que estamos comprometidos para formar una Iglesia misionera y evangelizadora, hemos de saber que nos va a costar esfuerzo y dinero! 

¿Qué se pide y por qué?

En primer lugar, el dinero gastado en la evangelización no es un "gasto”, sino una inversión. El dinero utilizado en atraer a Dios a las personas que invitamos, más temprano que tarde, repercutirá directamente en la parroquia. No es nuestra labor hacer milagros ni ejercer de Dios. Él sabe quién debe venir y por qué. Y muchas veces nos sorprendemos por contribuciones espontáneas y muy generosas. Dios siempre provee.

En segundo lugar, damos porque compartimos la visión, damos por altruismo, no por necesidad y mucho menos por obligación. Si todos diéramos sólo por "necesidad", todas las parroquias serían millonarias porque siempre hay mucha necesidad. El dinero fluye por la gracia de Dios y las ideas las inspira el Espíritu Santo para que todo resulte bien.

En tercer lugar, “quien da poco, recibe poco”. Recordad el pasaje de Mateo 17,27, cuando Jesús le dice a Pedro que eche el anzuelo y de la boca del primer pez saldrá una moneda suficiente para pagar todo lo necesario. Lo que aprendemos de esta historia es que el dinero está en la boca del pez pero requiere que nos pongamos en movimiento. Si nos centramos en la pesca (evangelización), Dios pagará la cuenta.

En cuarto lugar, tengamos muy presente que "a la obra de Dios realizada según la voluntad de Dios, nunca le faltará el apoyo de Dios." El aporte voluntario de todos los implicados e involucrados es una forma de devolverle al Señor una pequeña parte de lo muchísimo que Él nos da (empleo, dinero, salud, amor, protección…). 


En quinto lugar, y con independencia de que sea un precepto de la Iglesia y sin entrar en esa cierta obligatoriedad institucional, debemos reflexionar sobre el hecho de que nuestro deber y compromiso viene de más arriba; Dios nos pide compromiso y nos exhorta a tener un corazón generoso que aporte talento, tiempo y dinero, para que la Iglesia de Jesucristo pueda crecer y desarrollarse.

En sexto lugar, Jesús es el modelo de entrega total y radical: Se entregó hasta la muerte en el Calvario, hasta la última gota de Su Preciosa Sangre. Nos enseñó que, para ser como Él, debemos hacer lo mismo: darnos del todo, por amor. No debemos preocuparnos: Jesús nos da Su gracia para saber dar y darnos como El se dio. Todo le pertenece a Dios y nosotros sólo somos administradores de nuestros recursos, según el Espíritu Santo ilumina la conciencia.

Los miembros de Su Iglesia somos hijos y no súbditos. A los hijos no se nos requiere una cuota porque somos de la casa. Pero eso no significa que los hijos no contribuyamos nada. Al contrario, en Su casa, todos damos de corazón según la necesidad y las posibilidades de cada uno. Es la medida de Jesús: el amor. 

La Iglesia, QUE SOMOS TODOS, tiene necesidades materiales que deben ser cubiertas por alguien. Y ese alguien somos todos nosotros, quienes a la vez, vemos cumplidas y satisfechas nuestras necesidades espirituales, a través de lo mucho que recibimos.

La Iglesia de Cristo nunca obliga a los fieles a contribuir con las necesidades del Reino, sino que, libre y generosamente, según las posibilidades de cada uno y en conciencia, les insta a hacerlo. 
Que cada uno dé como propuso en su corazón, 
no de mala gana ni por obligación, 
porque Dios ama al que da con alegría” 
(2 Cor 9, 7)

La medida es el amor y no siempre el que más cantidad entrega, es el que más da. (Marcos 12,42-44).

¿Qué es más exigente, dar un donativo o dar de corazón?

Sin duda, depende de la pureza de nuestro corazón. El corazón puro de Cristo se dio por entero y nos llama a tener el mismo corazón puro. Por tanto, el "dar" debemos entenderlo, según el espíritu evangélico, como una entrega total de corazón por amor.

Debe quedar claro que nuestros queridos curas NO exigen un pago específico, pero nos enseñan que para el cristiano dar es una obligación y también un privilegio, un gozo, porque es parte integral de nuestra vocación de hacer todo para propagar el Reino de Dios.

Nosotros, como cristianos y seguidores de Cristo, damos de corazón porque somos miembros de la familia de Dios. No es obligatorio. 

Sin embargo, "dar" es aconsejable por tres razones:
  • porque con nuestro dinero, ayudamos a extender la obra de Dios y su Reino en la tierra. 
  • porque, si damos con alegría, el Señor nos recompensa y aumenta nuestras riquezas. 
  • porque hemos de aprender a depositar toda nuestra fe en el Creador y no en nada ni nadie más, ni siquiera en nosotros mismos (y eso significa otorgarle el control de todas las áreas de nuestra vida, finanzas incluidas). 
En mi opinión, contribuir en la medida de nuestro corazón es bueno, positivo y agradable a los ojos de Dios.
“Nada tengo, nada me pertenece, pues todo me ha sido dado como regalo y nada me llevaré de este mundo, salvo el amor del Padre”.

Obremos todos pues, en conciencia, en libertad y en comunión con Cristo. Nadie estará nunca pendiente de lo que ofrecemos cada uno, sólo Dios que mira en nuestros corazones.

Dios nos compensará. Estoy completamente seguro
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