¿QUIÉN ES JESÚS?

La vida de Jesús siempre ha suscitado preguntas a lo largo de los últimos dos mil años.

¿Cómo pudo un carpintero que fue ejecutado por los romanos convertirse en el hombre más famoso de la historia?
¿Fue Jesús alguien verdaderamente real?
¿Cómo puede Dios ser un hombre al mismo tiempo?
¿De qué manera podría esto tener algún sentido para mi vida?

Estas son algunas preguntas, pero aquí tienes un espacio para formular las tuyas.
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jueves, 30 de diciembre de 2021

LA CUESTIÓN SINÓPTICA

Hoy nos sumergimos en los apasionantes evangelios sinópticos. El término "sinóptico" (del griego, syn-opsis, "mirada de conjunto") hace referencia a la semejanza en el orden, la redacción, el contenido, los términos y dichos (con una sola mirada) de los evangelios de Mateo, Marcos y Lucas, de forma que podrían leerse a la vez si los pusieramos en una lista paralela. 

Encontramos algunos ejemplos de estas semejanzas en la redacción: en la súplica por Jerusalén de Mt 23,37-39 y Lc 13,34-35 o en la accion de gracias de Jesús en Mt 11,25-27 y Lc 10,21-22.  Sin embargo, también encontramos dentro del mismo mensaje notables diferencias: en los pasajes de Mt 7,24-27 y Lc 6,47-49 o en la oracion del Padrenuestro de Mt 6,9-13 y Lc 11,2-4. 

En cuanto a las semejanzas en el orden, excluyendo los dos evangelios de la infancia, los evangelios sinópticos muestran coincidencias significativas en varios pasajes en cuanto al marco geográfico en el que se desarrollan: en la preparación del ministerio público de Jesús narrado en Mt 3,11-411, Mc 1,1-13 y Lc 3,1-4 y 13; en el ministerio en Galilea de Mt 4,12-18,35, Mc1,14-9,50 y Lc 4,14-9,50; en la subida a Jerusalén de Mt 19,1-20,34, Mc 10,1-52 y Lc 9,51-14,83; o en la Pasión y Resurrección de Mt 21-28, Mc 11-16 y Lc 19-24.

Además, los tres sinópticos narran muchas semejanzas en el contenido de los milagros, parábolas, discursos y sucesos de Jesús: la elección y misión de los apóstoles, la transfiguracion de Jesús, el discurso apocalíptico o la institución de la Eucaristía en la última cena. 
También, notamos diferencias:  Lc 4,31-9,6 sigue el mismo orden que Mt 1,21-6,13, aunque Mateo introduce tres grandes discursos: el sermón de la montaña, el de la misión y el de las parábolas. Mateo distribuye la misma enseñanza de Marcos en sus grandes discursos, mientras que Lucas lo hace a lo largo de todo su evangelio. Lucas omite hechos que relata Marcos e introduce narraciones propias (Lc 6,12-7,50 y 9,51-18,14), coloca en lugares distintos la visita a Nazaret (Lc 4,16-30/Mc 6,1-6) y la llamada de los discípulos (Lc 5,1-11/Mc 1,16-20), expone cambios en la narración de la Pasión (Lc 22,14-23-23,31.36.38...). Mateo cambia el orden de las secuencias en Mt 4,23-13,58/Mc 1,21-6,13).

El evangelio más breve es el de Marcos con 667 versículos, de los que sólo 68 versículos no aparecen en los otros dos (7%). Mateo tiene 1070 versículos de los que sólo 330 aparecen en Marcos. Lucas tiene 1151 versículos de los que 612 no aparecen ni en Marcos ni en Mateo (59%).

En cuanto a la secuencia del contenido:

Marcos
1,14-3,6: Comienza presentando a los personajes: Jesús, los discípulos, los adversarios.
3,7-6,6: Jesús enseña con parábolas y milagros y muestra su identidad.
6,7-8,30: Los Doce con Jesús en la predicación, la curación de enfermos y la llamada a las personas. Jesús les lleva a territorio pagano y les pregunta sobre su identidad.
8,31-10,52: Camino a Jerusalén y anuncio de la pasión.
11,1-13,37: Confrontación con las autoridades judías y anuncio de la destrucción del templo.
14,1-15,39: Pasión de Cristo.
15,40-16,8: Epílogo sobre la pasión.

Mateo
1-2: Comienza relatando la infancia de Jesús.
3,1-4,16: Preparación de Jesús para su vida pública.
4,17-7,29: Sermón de la montaña.
8,1-9,34: Milagros.
9,36-10,42: Discurso misionero.
11-12: Anuncio de la pasión.
13,1-52: Parábolas.
13,53-17,27: Comprensión de los discipulos y oposición de los fariseos.
18,1-35: Discurso eclesial.
19-23: Moral, parábolas y otros relatos.
24-25: Discurso escatológico.
26-28: Pasión y Resurrección.

Lucas
1,4-2,52: Comienza narrando la infancia de Jesús.
3,1-4,13: Preparación al ministerio.
4,14-9,50: Predicación en Galilea.
9,51-19,27: Camino a Jerusalén.
19,29-24,53: Últimos dias en Jerusalén, pasión y resurrección.

En cuanto al uso de términos, expresiones y dichos semejantes, notamos la misma explicación en Mt 9,6/Mc 2,10/Lc 5,24; en Mt 4,18/Mc 1,6; y en Mt 24,15/Mc 13,14... la misma palabra en Mt 9,16/Mc 2,21/ Lc 5,36; en Mt 9,2-5/Mc 2,5.9/Lc 5,20.23...la misma cita de Isaías 40 en Mt 3,3/Mc 1,3/ Lc 3,4; la de Ml 3,1 en Mt 11,10/Mc 1,2/Lc 7,27... Así como diferencias en el uso de estilos, misma palabra con significado distinto, diferentes contenidos y temas... 

Toda esta problemática es lo que en teología se llama cuestión sinóptica.

La “cuestión sinóptica” o “concordia discors” es la reflexión teológica que trata de explicar las semejanzas y diferencias (de contenido, disposición, formulación, contexto geográfico, orden y organización del contenido, de lenguas, vocablos, palabras, términos y estilos) que existen entre los tres primeros evangelios: Mateo, Marcos y Lucas.

Los Padres de la Iglesia (San Agustín, 430) sostienen la originalidad de Mateo y fuente de Lucas

Algunos teólogos (Farrer, Goulder, 1955) afirman la originalidad de Marcos y Mateo como fuente de Lucas.

Otros (F. Scheiermacher, 1817) se decantan por la teoría de las dos fuentes: una, con el contenido de Marcos (fuente del proto evangelio de Marcos) y otra, con una colección de dichos de Jesús escrita en hebreo (fuente de los dichos).

Se trata, en definitiva, de un problema muy antiguo que dura dos mil años y que ya los Santos Padres trataron de explicarla, y aún hoy sigue siendo de difícil solución, porque algunas semejanzas sólo pueden explicarse por una dependencia literaria mutua, pero a la vez, esa vinculación debe ser capaz de explicar las diferencias y las omisiones en ellos.

El Magisterio de la Iglesia nos enseña que, en cualquier caso, para interpretar correctamente  los evangelios es necesario identificar el género literario, la intención del hagiógrafo y leerlos con el mismo Espíritu con que fue escrito.  Y esto se consigue prestando atención a la unidad de la Escritura, leyéndola  dentro de la tradición de la Iglesia y  comprobando la analogía de la fe (DV 12).

martes, 7 de diciembre de 2021

EL "SECRETO MESIÁNICO" ¿QUÉ SIGNIFICA?



Al sumergirnos en los evangelios sinópticos, encontramos varios pasajes sorprendentes en los que Jesús manifiesta el deseo o la intención, incluso reacciona con una enérgica "orden de silencio" de no divulgar sus milagros. Este hecho es lo que los exegetas llaman el "secreto mesiánico". 

El secreto mesiánico es típico del evangelio de Marcos. Estas “órdenes de silencio” de Jesús van dirigidas:
  • personas beneficiarias de algún milagro suyo 
    • Mc 1,44: Cuando cura a un leproso
    • Mc 3,10: Cuando cura a enfermos
    • Mc 5,43: Cuando resucita a la hija de Jairo
    • Mc 7, 24:Cuando se aloja en una casa en Tiro
    • Mc 7,36: Cuando cura a un sordomudo
    • Mc 8,26: Cuando cura al ciego de Betsaida
  • a sus discípulos cuando le confiesan como Mesías 
    • Mc 8,30: Cuando Pedro confiesa su fe en Cesarea de Filipo
    • Mc 9,9: Cuando se transfigura en el Tabor
  • a los demonios que le declaran públicamente enviado de Dios
    • Mc 1,25.34: Cuando sana al endemoniado de Cafarnaúm
    • Mc 3,12: Cuando habla a unos espíritus impuros 
¿Por qué Jesús ordena no divulgar sus milagros? ¿Cuál es su intención? ¿Acaso este "silencio" no entra en contradicción con la misión que encargará a sus apóstoles después de su resurrección en Mc 16,15 de "Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda la creación"?

El secreto mesiánico ha sido objeto de muchos estudios e interpretaciones que, mayoritariamente apuntan a las expectativas que los contemporáneos de Jesús tenían depositadas en el Mesías, a quien esperaban como jefe político y militar que les liberara del yugo romano. Expectativas que no coincidían con la conciencia mesiánica que el propio Jesús tenía. 

Marcos, especialmente, aunque Mateo y Lucas también, quiere manifestar la contradicción  entre el concepto de Mesías de los judíos y el de Jesús. La muchedumbre (incluso los mismos discípulos) veían a Jesús como un mesías político que Él rechaza con severidad y contundencia. Cuando Pedro se opone a que Jesús sea apresado castigado y condenado (antes de entrar en Jerusalén y en el huerto de Getsemaní), Jesús reacciona con severidad y le reprende.

Por otra parte, es curioso comprobar como esas órdenes de silencio de Jesús eran prácticamente imposibles de ser cumplidas por un pueblo judío (tampoco por los discípulos) que esperaba un Mesías, un "Libertador" desde hacía siglos.  Jesús dice que no se lo digan a nadie pero ellos no le hacen caso.

Jesús no quiere ser reconocido como el Mesías. No aún. No antes de tiempo. No antes de que se cumpla la voluntad del Padre. Recordemos incluso, como en su primer milagro, en las bodas de Caná, se muestra un tanto brusco con su Madre la Virgen María, cuando le dice "Aún no ha llegado mi hora".
La conciencia mesiánica de Jesús también forma parte de la pedagogía divina en el hecho de que Dios se revela al hombre progresivamente, de tal forma que pueda atisbar (desde la lejanía física y material) la Revelación, es decir, la autodonación amorosa de Dios a los hombres. 

Por eso, esas órdenes de silencio sólo pòdrían ser comprendidas una vez cumplida la voluntad de Dios, es decir, después de la muerte y resurrección de Jesucristo.