¿QUIÉN ES JESÚS?

La vida de Jesús siempre ha suscitado preguntas a lo largo de los últimos dos mil años.

¿Cómo pudo un carpintero que fue ejecutado por los romanos convertirse en el hombre más famoso de la historia?
¿Fue Jesús alguien verdaderamente real?
¿Cómo puede Dios ser un hombre al mismo tiempo?
¿De qué manera podría esto tener algún sentido para mi vida?

Estas son algunas preguntas, pero aquí tienes un espacio para formular las tuyas.

domingo, 4 de marzo de 2018

REVOLUCIÓN Y CONTRA-REVOLUCIÓN

Lucifer, el ángel caído
“Él (Enemigo) se encuentra en todo lugar y en medio de todos:
sabe ser violento y astuto.
Busca la disgregación intelectual, moral y social
de la unidad en el organismo misterioso de Cristo.
Quiere la naturaleza sin la gracia, la razón sin la fe;
la libertad sin la autoridad; a veces, la autoridad sin la libertad.
Es un ‘enemigo’ que se volvió cada vez más concreto:
Primero, ¡Cristo sí, la Iglesia no! 
Después, ¡Dios sí, Cristo no! 
Finalmente, el grito impío, ¡Dios está muerto!
y hasta… ¡Dios jamás existió! 
Y he aquí la tentativa de edificar la estructura del mundo 
sobre las bases que no dudamos en señalar como las principales responsables 
por la amenaza que pesa sobre la humanidad: 
una economía sin Dios, un derecho sin Dios, una política sin Dios”.
(Papa Pio XII)

Nuestra sociedad occidental atraviesa una crisis terrible y desoladora que acapara todos los ámbitos de la humanidad: económico, político, social, cultural, familiar, religioso, etc. 

Todos estos hechos tienen su raíz en los problemas más profundos del alma, en la pérdida y destrucción de los principios y valores morales, y como campo de acción principal al hombre contemporáneo, occidental y cristiano.  

Según datos oficiales estadísticos, casi 3.000 millones de personas en el mundo son católicos. Sin embargo, la fe católica no está bien vista en el mundo. En España, los católicos constituyen el 78% de la población. Sin embargo, nuestro país ha dejado de ser la potencia católica que fue en los veinte siglos de vida de la Iglesia.

Resultado de imagen de revolucion y contrarrevolucion¿Por qué España y el mundo han dejado de ser católicos? ¿Cuáles son las causas? ¿Cuál es su origen?

El profesor D. Plinio Correa de Oliveira, en su libro "Revolución y Contrarrevolución" (Ediciones Cristiandad, Barcelona, 1959), desarrolla y explica cómo nuestro gran Enemigo, Satanás, impone al mundo una estrategia muy sutil e invisible a la par que poderosa y temible, cuyos efectos y magnitud se hacen sensibles en todos los países católicos y a la que casi nadie pone nombre, reconoce o combate. 

Hablamos de la Revolución.

La Revolución

Definición

La Revolución es un proceso estratégico que ha inspirado una serie de ideologías, aceptadas por la mayoría de los países, que pretende la transformación total y completa de la sociedad, de sus valores, de la historia, y que han derivado en las tres grandes revoluciones de la Historia de Occidente: 


1- La Reforma Protestante, que implantó el liberalismo religioso y el igualitarismo eclesiástico:

    El orgullo dio origen al espíritu de la duda, al libre examen y a la interpretación naturalista de la Escritura. 


    Resultado de imagen de la reforma protestanteProdujo la insurrección contra la autoridad eclesiástica, expresada por la negación y rebelión contra el Papado

    Negó la autoridad de los Obispos de la Iglesia Universal e incluso el propio sacerdocio jerárquico, reduciéndolo a una mera delegación del pueblo, único poseedor verdadero del poder sacerdotal. 

    La sensualidad en el protestantismo se afirmó por la supresión del celibato eclesiástico y por la introducción del divorcio.


    2- La Revolución Francesa, que impuso el igualitarismo religioso y el liberalismo político:
      Resultado de imagen de la revolucion françesa
    El odio dio lugar al jansenismo, al ateismo y al laicismo.

    La sensualidad a las falsas máximas de que toda desigualdad es una injusticia, toda autoridad un peligro, y la libertad el bien supremo.

    R
    ebelión contra el Rey, simétrica a la rebelión contra el Papa; Rebelión de la plebe contra los nobles, simétrica a la rebelión de la “plebe” eclesiástica (los fieles) contra la “aristocracia” de la Iglesia (el clero); Afirmación de la soberanía popular, simétrica al gobierno de ciertas sectas, por los fieles.

    3- El Comunismo, que llevó estas máximas al igualitarismo social y al liberalismo económico.



    De la Revolución Francesa nació el movimiento comunista de Babeuf, las escuelas del comunismo utópico del siglo XIX y el comunismo científico de Marx. 

    Implantó el espíritu republicano y la producción en serie de república.

    Al contrario de lo que pudiera parecer, el enemigo de esta revolución no es el capitalismo sino el cristianismo.

    A estas tres, añadiremos otra cuarta, en la que nos hayamos inmersos en la actualidad: 

    4- La Revolución sexual, que trata de imponer el igualitarismo de género y el liberalismo sexual.


    Desafió la concepción de la moral sexual, el comportamiento sexual humano, y las relaciones sexuales. Su origen fue en la década de los 50 y su máximo desarrollo entre 1960 y 1980, aunque sus consecuencias y extensión siguen vigentes y en pleno desarrollo.


    Resultado de imagen de orgullo gayLa revolución sexual impuso la igualdad entre los sexos, el feminismo, los métodos anticonceptivos, así como la contestación social y política, conviertiéndose en la actualidad en normas aceptadas, legítimas y legales en el comportamiento sexual.

    La revolución sexual ha propiciado la generalización de todo tipo de relaciones sexuales y la aceptación general de las relaciones sexuales prematrimoniales, el reconocimiento y normalización de la homosexualidad y otras formas de sexualidad (Transexuales, asexuales, etc.).

    Asimismo se ha producido un aumento de las parejas de hecho -uniones sin matrimonio-, el retraso en la edad de contraer matrimonio, la aparición de hijos fuera del matrimonio, uniones civiles entre personas del mismo sexo, así como la aparición de nuevos tipos de familias (monoparentales, homoparentales).​

    Estas cuatro revoluciones son fases de un mismo proceso revolucionario que surgen drásticamente y parecen extinguirse o incluso morir, pero que resurgen con mayor virulencia a través de nuevas y sucesivas metamorfosis o revoluciones.

    La Revolución es un Nuevo Orden Mundial, es decir, el gobierno de la “República Universal”, esencialmente atea, contraria al orden natural y cristiano

    La Revolución es un sistema político, económico, social y religioso supra-nacional y totalitario que excluye a Cristo

    La Revolución es una República Global donde los países son denominaciones geográficas, un mundo sin desigualdades sociales ni económicas, dirigido por la ciencia y por la técnica, por la propaganda y por la psicología, para realizar, sin lo sobrenatural, la felicidad definitiva del hombre.

    La Revolución es la religión y el gobierno de Satanás en el mundo contemporáneo. Es el Anticristo.

    Orígenes y Causas

    Los orígenes y causas de la Revolución son el orgullo y las pasiones desordenadas, concretadas en sus propuestas metafísicas de igualitarismo y liberalismo. 

    El orgullo conduce hacia un igualitarismo que odia toda superioridad o poder; las pasiones desordenadas, hacia un liberalismo que se rebela ante cualquier autoridad o ley, ya sea divina o humana, política o social, religiosa o civil.
    Características

    Las características de la Revolución se manifiestan de un modo universal, único, total, dominante y como resultado de un proceso prolongado y progresivo de desarrollo, exacerbamiento y virulencia.

    Objetivo 

    La utopía marxista de la Revolución es alcanzar un mundo anárquico, en el que una humanidad altamente evolucionada y “emancipada” de leyes o principios, divinos o humanos, viva en total orden, libertad, igualdad y sin autoridad política, religiosa, económica o moral de ningún tipo.

    Desde las distintas planos y esferas de acción, el igualitarismo revolucionario, como consecuencia del orgullo,  tiene como objetivos:

    Igualdad religiosa/espiritual
    • suprimir toda desigualdad de trato entre los hombres y Dios, a través del panteísmo, el inmanentismo, la New Age y todas las formas esotéricas de espiritualidad, cuyo propósito último es "saturar a los hombres de propiedad divina" o despojarlos de ella.
    • suprimir todo desigualdad de poder, jerarquía, orden, magisterio y gobierno dentro de la Iglesia y del sacerdocio.
    • suprimir toda desigualdad de tratamiento y legitimidad entre las diversas religiones.
    Igualdad política/social
    • suprimir toda desigualdad entre gobernantes y gobernados, desde la afirmación de que el poder no viene de Dios sino de la masa.
    • suprimir las clases sociales, en especial de las que se perpetúan por vía hereditaria (Monarquía y Aristocracia). 
    Igualdad económica/personal
    • suprimir la propiedad privada, el derecho de cada cual al fruto íntegro de su propio trabajo y  la elección de su profesión.
    • suprimir de toda variedad relativa a trajes, residencias, muebles, costumbres, etc.
    Igualdad psicológica/sexual
    • suprimir toda peculiaridad psicológica de las personas, toda desigualdad de sexo o género, entre jóvenes y viejos, entre jefes y empleados, profesores y alumnos, hombres y mujeres, esposo y esposa, padres e hijos, etc.
    Igualdad geopolítica
    • suprimir todos los Estados y unificarlos en un único y monstruoso Estado internacional.
    • suprimir toda manifestación patriota, nacionalista, regionalista dentro de cada país y con ellas, los ejércitos. 
    En el fondo del igualitarismo revolucionario subyace y se manifiesta un odio total a Dios, como ser Superior a los hombres.

    El liberalismo revolucionario está íntimamente unido al igualitarismo (aunque en apariencia, contradictorios) por  la sensualidad y las pasiones desordenadas cuyos objetivos son:
    • suprimir toda jerarquía en el alma, deseando la libertad para el mal y la esclavitud para el bien
    • suprimir y negar el pecado y la Redención, al concebir al individuo y a la sociedad como irreprochables e inmaculados.
    • suprimir las fuerzas armadas (a la espera de establecer otras a su conveniencia y semejanza) por ser expresión de toda clase de virtudes absolutamente contrarias al espíritu revolucionario. 
    Agentes y Medios


    La Revolución no se ha basado en el mero dinamismo de las pasiones y de los errores de los hombres para la consecución de un único fin, sino que ha necesitado, a lo largo de estos siglos, de medios y agentes conspiradores que la potenciaran y la manipularan para llevar a cabo el proceso revolucionario.

    Resultado de imagen de masoneriaEstos medios o agentes son todas las sectas creadas por ella para la difusión del pensamiento o la articulación de las tramas revolucionarias. 

    Sin embargo, la secta maestra, alrededor de la cual todas se articulan como simples fuerzas auxiliares —a veces conscientemente, y otras veces no— es la Masonería, cuyo éxito se debe a que posee:
    • una indiscutible capacidad para articularse y conspirar
    • un extraordinario conocimiento de la esencia de la Revolución
    • una gran destreza para utilizar las leyes naturales hacia la realización de sus planes.
    • una estrategia sutil para estudiar y poner en acción mecanismos revolucionarios.

    La Contra-Revolución

    El profesor D. Plinio Correa desarrolla las tácticas para luchar contra la Revolución y explica los métodos para superarla, a través de la eficacia de la doctrina católica y de los recursos espirituales con que cuenta la Iglesia para contrarrestar las fuerzas y desvelar los errores de la Revolución: la Contra-Revolución.

    Definición

    La Contra-Revolución no es una simple vuelta al pasado que la Revolución "tilda" de obsoleta,  sino nuestra participación en la lucha espiritual en la que estamos inmersos, queramos o no.

    Dado que se trata de una guerra espiritual, para luchar contra la Revolución, debemos hacerlo con armas espirituales y procedimientos estratégicos propios y peculiares de nuestros días.

    Objetivo

    Según D. Plinio, la Contra-Revolución debe restaurar la paz de Cristo en el Reino de Cristo a través de:
    • Respetar profundamente los derechos de la Iglesia y del Papado.
    • Oponerse al laicismo, al inter-confesionalismo, al ateísmo y al panteísmo.
    • Defender el orden jerárquico en todos los aspectos de la sociedad y del Estado, de la cultura y de la vida, por oposición al igualitarismo metafísico revolucionario.
    • Detectar, combatir y destruir el mal en todas sus formas (embrionarias o veladas)
    • Denunciar y castigar con firmeza todas las manifestaciones que atenten contra la ortodoxia y la pureza de las costumbres. 

    Características

    La Contra-Revolución es tradicionalista y conservadora pues defiende la radicalidad del mensaje cristiano. 

    La Contra-Revolución es también progresista pues pretende el aprovechamiento de los valores naturales según la Ley de Dios. Quien dice progreso, dice, ante todo y sobre todo, progreso en el orden de los valores espirituales.

    Estrategia


    Resultado de imagen de revolucion y contrarrevolucion plinio correaSegún D. Plinio, la acción contrarrevolucionaria debe ser realizada a nivel individual, de un joven universitario, de un oficial, de un profesor, de un sacerdote sobre todo, de un aristócrata o de un operario influyente en su medio. 

    La primera reacción que se obtendrá será a veces de indignación pero si se persevera durante un tiempo, poco a poco aparecerán compañeros. 

    Como podemos comprobar, la Contra-Revolución no discurre por el cómodo camino del silencio acomplejado, del cobarde disimulo, de la exasperante tolerancia o de la tibieza en la fe de Cristo, por las que muchos católicos contemporáneos caminan infectados de erróneo liberalismo y perverso relativismo filosófico. 

    Como no puede ser de otra manera, la fuerza propulsora de la Contra-Revolución es la vida sobrenatural. Al Anticristo se le vence con Cristo, al mensaje anticristiano, con el mensaje evángelico. 

    La fe cristiana no consiste en la simple conceptualización de los dogmas revelados ni en consumo de sacramentos o en la asistencia a la Iglesia sino en su vivencia adecuada. Es decir, en su vivencia sobrenatural: "Prius vita quam doctrina." ("La vida antes que la enseñanza"). Por tanto, la Contra-Revolución es la vivencia de nuestra fe cristiana y de nuestro seguimiento a Cristo.

    La Contra-Revolución debe
     estar siempre basada en las palabras del apóstol Pablo en su carta a las Filipenses: "Todo lo puedo en aquel que me conforta." (Filipenses 4, 13) y siempre fundada en la convicción de que no se debe ser nunca "anti" por finalidad sino por consecuencia. 



    Por todo ello, recomiendo la lectura de este libro a todos los católicos que, como yo, sufren los efectos y ataques de la Revolución y les animo a que, también como yo, combatamos la mentira con la Verdad, la maldad con la Bondad y fealdad con la Belleza.


    viernes, 2 de marzo de 2018

    LA VIRGEN NOS LLAMA

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    Mientras llega el mes de mayo, en el que como cada año, mi mujer yo peregrinamos a Medjugorje, estoy leyendo un libro que se titula "Hipótesis sobre María", en el que su autor, Vittorio Messori, investiga las apariciones marianas más recientes que han obtenido la aprobación de la Iglesia, recopilando sucesos, enigmas, indicios, milagros, mensajes… 

    Lo cierto es que la Virgen nos llama y se aparece a sus hijos. Nos llama a la oración y a la conversión. Nos llama para llevarnos hacia su Hijo. Ella, desde el cielo, sufre viendo en qué estado se encuentra el mundo. Sufre y sabe lo que Dios va a hacer.


    Las peregrinaciones a los santuarios nacidos como consecuencia de sus apariciones y de su llamada han florecido en plena crisis de secularización. No es casualidad. 

    Mientras que en la mayoría de las parroquias disminuye la asistencia de fieles, aumentan las peregrinaciones a Lourdes, Fátima, La Salette, Medjugorje, Garabandal y tantos otros santuarios, donde los peregrinos se cuentan por millones. No es casualidad.

    Imagen relacionadaTenemos que dar las gracias a Nuestra Madre, la Virgen María, por la cantidad de conversiones que se producen en estos santuarios marianos (empezando por la mía). No es casualidad.

    No podemos negar esta realidad y si lo hacemos, estaremos eludiendo la Gracia divina, pues es evidente que estamos ante uno de los mayores referentes pastorales de la Iglesia Católica, tal y como decía el Cardenal Ratzinger en otro libro de Vittorio Messori“Las apariciones que la Iglesia ha aprobado oficialmente (Lourdes y Fátima) ocupan un lugar preciso en el desarrollo de la vida de la Iglesia en el último siglo. Muestran, entre otras cosas, que la Revelación –aún siendo única, plena y, por consiguiente, insuperable- no es algo muerto; es viva y vital”. 

    Imagen relacionadaEs cierto que ninguna aparición es indispensable para la fe, ni tan siquiera las que han sido aprobadas por la Iglesia. Es cierto que la Revelación ha llegado a su plenitud con Jesucristo

    Pero, yo me pregunto, ¿quiénes somos nosotros para a negar a Dios la posibilidad de que nos hable a través de personas santas y sencillas, incluso a través de hechos milagrosos? ¿quienes somos nosotros para dictarle al cielo cómo deben ser las cosas? ¿Quiénes somos nosotros para decirle a Dios cómo tiene que hacer las cosas? 

    Imagen relacionadaEstoy convencido de que las apariciones marianas son una llamada de Cristo a través de su Madre, una sacudida a nuestra indiferencia, un grito desesperado a la conversión, una confirmación del Evangelio, un afianzamiento de nuestra fe, una advertencia y una esperanza… 

    Todo lo que la Iglesia ha dicho y dice sobre María está al servicio de Cristo. Los dogmas marianos no han sido promulgados sólo con el objeto de fomentar la devoción a María, sino porque nos ayudan a salvaguardar la auténtica fe en Cristo. 
    Imagen relacionada
    La Mariología es, en realidad, Cristología. De la misma manera en que la Maternidad de María remarca la verdadera humanidad de Jesucristo, así también su Concepción Virginal por obra del Espíritu Santo, nos descubre la divinidad de Jesucristo. 

    Imagen relacionadaEs un hecho evidente de que allí donde la devoción mariana ha sido olvidada, con el tiempo se ha terminado por desvanecer la fe en el propio Jesucristo. 

    Además de estos argumentos teológicos, la devoción mariana tiene la cualidad de conjugar dos dimensiones distintas pero no contrarias: la razón y el corazón. 

    Cuando María no está suficientemente presente, reducimos el mensaje cristiano a una abstracción racional, en la que se hace muy palpable la falta de “la Madre”. Para que la mente del cristiano reflexione con lucidez sin dejarse cegar por falsas ideologías, su corazón debe de estar caldeado por la devoción a María. 

    En estos santuarios marianos, la presencia maternal de la Virgen se siente de una manera poderosa y ha hecho de ellos, habituales lugares de oración y conversión. 

    Más allá de las sanaciones y de otros hechos milagrosos, el mayor don que allí recibimos de Nuestra Santísima Madre es la fe, la esperanza y la caridad. 

    Acudiremos a Ella con devoción, confianza y cariño, sabiendo que seguiremos aprendiendo de María a poner nuestra esperanza en el Señor y a servir a nuestro prójimo con su misma ternura maternal. 

    ¡¡¡Que venga pronto "su mes"!!!


    jueves, 1 de marzo de 2018

    ENFERMOS DE MUNDANALIDAD: ALZHEIMER ESPIRITUAL

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    "No améis al mundo ni lo que hay en el mundo. 
    Si alguien ama al mundo, el amor del Padre no está en él." 
    (1 Juan 2,15)


    El mundo intenta desesperadamente seducirnos porque su "dueño" es el "padre de la seducción", el Diablo. Y lo hace con la misma sutileza con la que ha venido haciéndolo desde que el hombre fue creado, desde Adán y Eva. 

    Actúa como un virus que nos "contagia" como a incautos, que nos "engatusa" como a insensatos, que nos enferma el cuerpo, el alma y el espíritu. Un virus con múltiples "cepas", que adopta muchas formas, según el tipo de personas u organismos en los que se instala. 


    Es una enfermedad que no vemos venir y que llega sin darnos cuenta. Un mal que entra suavemente, educadamente, sutilmenteUna afección no aparente, que no se exterioriza. Por fuera todo parece correcto, todo parece bien, todo parecen "sepulcros blanqueados" (Mateo 23,27).

    Un trastorno que toma posesión de nuestras actitudes, de nuestros principios y valores, de nuestras mentes, corazones y almas

    Es así como enfermamos de mundanalidad, como "tonteamos con el Diablo" y nos convertimos en cristianos con "alzheimer espiritual", en cristianos tibios, en cristianos mundanos que tratan de crear un "mix" entre el espíritu del mundo y el espíritu de Dios. Como si fuera posible servir a dos señores...(Mateo 6,24).

    Según el Papa Francisco, los dos principales síntomas de la mundanalidad en la Iglesia son:
    • Fe subjetiva y fascinada por el gnosticismo. Personalizada en aquellos que buscan una experiencia exclusivamente personal, a través de conocimientos o razonamientos que les iluminen, que les den seguridad y les reconforten, "encerrándoles en la inmanencia de su propia razón o de sus sentimientos”. Genera  una auto-complacencia subjetiva. 
    • Neopelagianismo autorreferencial y prometeico. Personalizada en aquellos que “solo confían en sus propias fuerzas y se sienten superiores a otros. Genera un elitismo narcisista y autoritario, que analiza, clasifica y margina a otros, además de un afán obsesivo por el control, dificultando el fluir del Espíritu Santo y la Gracia de Dios. 

    Desde nuestra enferma alma "mundanalizada", se desvirtúa la fe católica. Seguramente podemos rezar de vez en cuando, seguramente podemos ir a misa de vez en cuando, seguramente podemos hacer muchas cosas...Seguramente...De vez en cuando...

    El Papa Francisco afirma también que “la mundanalidad espiritual, que se esconde detrás de apariencias de religiosidad e incluso de amor a la Iglesia, es buscar, en lugar de la gloria del Señor, la gloria humana y el bienestar personal” (Evangelii Gaudium 93).

    Enfermos de mundanalidad, es cuando, con una cierta apariencia de espiritualidad, ponemos toda nuestra confianza en nosotros mismos, en las cosas, en las organizaciones, en los planes y proyectos, en el mundo...olvidándonos de ponerla en el Señor y en su Gloria. 

    Resultado de imagen de abuso de poderInfectados de mundanalidad, es entonces cuando buscamos nuestra propia vanagloria, nuestro propio reconocimiento, o alguna forma de poder o beneficio económico, material, cultural, intelectual, espiritual, religioso, etc. 

    Asfixiados de mundanalidad, es entonces cuando nos "damos de baja" de Dios. Es entonces cuando nuestra mente se hace la "remolona" con las cosas de Dios y es incapaz de distinguir la realidad; cuando se nos hace imposible distinguir lo bueno de lo malo, lo que es de Dios y lo que es del mundo.

    Es entonces cuand
    o perdemos la conciencia de la realidad, cuando caminamos en tinieblas y creamos un mundo artificial hecho por y para nosotros, una oscuridad hecha a nuestra medida que pretendemos llamar "fe cristiana".



    Resultado de imagen de mundanalidadEs entonces, cuando nuestra alma se halla postrada en un estado de pereza, cuando nuestra conciencia permanece anestesiada y nuestro espíritu, en estado de somnolencia

    Es entonces, cuando nuestro egoísmo se disfraza de languidez deseando hechos extraordinarios, buscando milagros espectaculares, anhelando "subidones espirituales" que se quedan en nada, o justificando nuestra fe a través de los sentidos

    Es entonces, cuando nos enemistamos con Dios (Santiago 4, 4), cuando apelando a nuestra debilidad, pretendemos dictarle a Dios cómo deben ser las cosas, decirle que está equivocado o, sencillamente, decirle que "no"

    Es entonces cuando nuestra voluntad se da por vencida y se abandona en manos de la soberbia, la vanidad y el orgullo. Y tras éstos, cae en picado hacia todo el abanico de los demás pecados. Precisamente aquí, es cuando el Adversario cree que ha vencido.

    Sin embargo, no todo está perdido. Hay solución!!!

    Imagen relacionadaEs tan fácil como volver la mirada al más poderoso antídoto contra la mundanalidad: Jesús. Nuestro Señor, con su excelso y abnegado amor, nos susurra: “Sin mí no podéis hacer nada” (Juan 15, 5), “El que me sigue no camina en tinieblas” (Juan 8, 12). 

    Por tanto, caminemos junto a Él, con su poderosa ayuda, iluminados por su luz, imitando su "despojamiento" de toda mundanalidad.

    Estemos alerta y vigilantes, junto a Él, en el mismísimo Getsemaní, orando sin cesar al Padre. Aunque sudemos sangre!!!

    Neguémonos a nosotros mismos, tomemos nuestra cruz y sigámosle porque...

    No hay Resurrección sin Cruz


    domingo, 25 de febrero de 2018

    EL SECRETO DE MARÍA PARA SER SANTOS

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    “Feliz, una y mil veces en esta vida, 
    aquel a quien el Espíritu Santo 
    descubre el secreto de María para que lo conozca”.

    Dios quiso que María tuviera un papel fundamental en la historia de la salvación: unió cielo y tierra por medio de María. 

    Resultado de imagen de la escalera de jacobMaría es la escalera de Jacob, que nos consuela cuando estamos tristes y cansados. Por Ella, los ángeles suben y bajan; por Ella nos alcanzan las gracias que necesitamos; por Ella, subimos al cielo. 

    María es el camino que va desde el Padre a la humanidad como Madre de Jesucristo (Gálatas 4,4) y al mismo tiempo, es el camino que tienen que recorrer los hombres para ir al Padre, por medio de su Hijo (Efesios 2,18).

    La Iglesia nos enseña que María está presente y al servicio de la única mediación de Cristo: "La misión maternal de María hacia los hombres, de ninguna manera obscurece ni disminuye esta única mediación de Cristo, sino más bien muestra su eficacia. Todo el influjo salvífico de la Bienaventurada Virgen en favor de los hombres (...) nace del Divino beneplácito y de la superabundancia de los méritos de Cristo, se apoya en su mediación, de ella depende totalmente y de la misma saca toda su virtud; y lejos de impedirla, fomenta la unión inmediata de los creyentes con Cristo (Lumen gentium, 60). 

    La colaboración de María en el plan salvífico de Dios está basada y orientada hacia un encuentro íntimo y profundo con su Hijo, Jesucristo. 

    María, en realidad, no quiere atraer la atención sobre su persona. Vivió en la tierra con la mirada puesta en Jesús y en el Padre celeste. Su deseo más fuerte fue (y es) que pongamos nuestra mirada de fe y de esperanza en el Salvador que el Padre nos envió. 


    María alienta a la Iglesia y a los creyentes a cumplir siempre la voluntad del Padre, igual que Ella misma hace. Y así, sus palabras en Caná: "Haced lo que él os diga" (Juan, 2, 5), coinciden con las del Padre en el monte Tabor: "Este es mi hijo predilecto... Escuchadlo" (Mateo 17, 5). 

    Resultado de imagen de san luis maria de montfortNuestra santidad pasa por hacer todo lo que Dios nos diga. Aquí está el valor de la vida de María: el cumplimiento de la voluntad divina. 

    San Luis María Grignion de Montfort, en su carta espiritual, El Secreto de María (1712) nos explica la importancia de María en el plan salvífico de Dios y porqué María es la solución definitiva para todos los cristianos

    María, el medio más sencillo, más seguro y más perfecto 

    Dios nos llama a la santidad a todos los cristianos; nos ha creado para ser perfectos (Mateo 5, 48). Por ello, todos nuestros pensamientos, palabras y acciones, sufrimientos y todas las aspiraciones de nuestra vida deben orientarse a alcanzar la santidad. 

    El Evangelio nos muestra los medios de salvación y santificación, la Iglesia nos los explica y los santos los llevan a la práctica: humildad de corazón, oración continua, mortificación universal, abandono a la Providencia y conformidad con la voluntad de Dios.


    Sin embargo, para ponerlos en práctica, necesitamos de la gracia y la ayuda divina. Y precisamente porque Dios nos creo para ser santos, nos concede a todos su Gracia, pero no lo hace en la misma medida ni a todos por igual: "Pero tenemos carismas diferentes, según lo que Dios ha querido dar a cada uno" (Romanos 12, 6), pero sí a cada uno lo suficiente.

    Resultado de imagen de LA VIRGEN MARIA
    Para obtener la Gracia, necesitamos encontrar a María, Madre de la divina gracia. 

    María es el medio más sencillo, el camino más seguro y el modo más perfecto para llegar a Dios y a la perfección. Y lo es porque:

    Encontró gracia ante Dios
    Sólo María encontró gracia delante de Dios (Lucas 1, 30), tanto para sí misma como para toda la humanidad. 

    Es Madre de la gracia
    María concibió y dio vida humana a Jesucristo, autor de toda gracia. Por esto se la llama la Madre de la gracia. 

    Es llena de gracia
    Dios Padre, fuente única de todo don perfecto (Santiago 1,17) y de toda gracia, al darle su propio Hijo, le entregó a María todas las gracias.

    Es la dispensadora de la gracia
    Dios la escogió como tesorera, administradora y distribuidora de todas sus gracias. Con la colaboración de María, Dios comunica su vida y sus dones a los hombres. Y, según el poder que Ella ha recibido de Dios, reparte a quien quiere, como quiere, cuando quiere y cuanto quiere de las gracias del Padre, de las virtudes del Hijo y de los dones del Espíritu Santo.

    Es Madre de los hijos de Dios
    De la misma forma que en el orden natural, todo niño debe tener un padre y una madre, en el orden de la gracia, todo verdadero hijo de la Iglesia debe tener a Dios por Padre y a María por Madre. 

    Es Madre de los miembros de Cristo

    María ha formado a Jesucristo, Cabeza de los predestinados y por tanto, debe formar también a los miembros de ésta, los verdaderos cristianos. 

    Porque una madre no da a luz a la cabeza sin los miembros, ni a los miembros sin la cabeza. Por eso, quien quiera ser miembro de Jesucristo, lleno de gracia y de verdad (Juan 1,14), debe dejarse formar en María por la gracia de Jesucristo. 

    Es colaboradora del Espíritu Santo
    El Espíritu Santo se desposó con María, y en Ella, por Ella y de Ella produjo su obra maestra que es Jesucristo. Y dado que no la ha repudiado jamás, continúa produciendo todos los días a los predestinados en Ella y por Ella, de manera real, aunque misteriosa.

    Nos lleva a la madurez en Jesucristo
    María ha recibido de Dios un dominio especial sobre los predestinados para alimentarlos y hacerlos crecer en Jesucristo. 

    De modo que, así como un niño recibe todo su alimento de la madre, que se lo da proporcionado a su debilidad, del mismo modo los predestinados sacan todo su alimento y fuerza espirituales de María.

    Habita en los verdaderos cristianos
    Dios Padre ha dicho a María: "Hija mía, pon tu tienda en Jacob", es decir, "pon tu morada en mis predestinados", prefigurados en Jacob. 

    Dios Hijo ha dicho a María: "Madre querida, entra en la heredad de Israel", es decir, "en mis elegidos." 

    Dios Espíritu Santo ha dicho a María: "Echa raíces, ¡fiel Esposa mía!, en el pueblo glorioso", es decir, "en mis escogidos." 

    Por tanto, María habita en todos los elegidos y está presente en sus corazones, y siempre que se lo permitan echará en ellos las raíces de una profunda humildad, de una caridad ardiente y de todas las virtudes.

    Es el molde viviente de Dios

    San Agustín llama a María "molde viviente de Dios". Y, en efecto, lo es, porque sólo en Ella se formó Dios como hombre perfecto, y sólo en Ella se transforma el hombre perfectamente en Dios por la gracia de Jesucristo, en cuanto lo permite la naturaleza humana. 

    Un escultor puede hacer una obra perfecta gracias a su habilidad, fuerza, conocimientos, la perfección de sus herramientas y trabajando sobre una materia dura y sin forma. O, utilizando un molde. 

    La primera manera es larga, difícil y expuesta a muchos riesgos: basta un golpe desafortunado del cincel para echarlo todo a perder. La segunda, en cambio, es rápida, sencilla, suave, más barata y menos fatigosa, siempre que el molde sea perfecto, represente con exactitud la figura a reproducir y que la materia utilizada sea maleable y no oponga resistencia a su manejo.

    María es el molde maravilloso de Dios, hecho por el Espíritu Santo para formar a la perfección a un Hombre-Dios por la encarnación y para hacer al hombre partícipe de la naturaleza divina, mediante la gracia. 

    María es el molde en el cual no falta ni un solo rasgo de la divinidad y quien se "amolde" a Ella y se deje esculpir, recibirá todos los rasgos de Jesucristo suavemente y proporcionado a nuestra debilidad, sin grandes trabajos ni angustias, de manera segura, sin peligro de ilusiones, puesto que el demonio no tuvo ni tendrá jamás entrada donde esté María; de manera santa e inmaculada, sin rastro alguno de pecado.

    Es el paraíso de Dios
    No existe criatura alguna (incluidos los ángeles y santos), en donde Dios manifiesta su gloria con tanta perfección como en María. Ella es el paraíso de Dios, su mundo inefable, donde el Hijo de Dios ha entrado para realizar obras portentosas, guardarlo y complacerse en él.

    Dios creó un paraíso:
    -para el hombre peregrino: la tierra.
    -para el hombre glorificado: el cielo.
    -para sí mismo: María.

    Sabemos que Dios está en todas partes, pero en ningún sitio se le puede encontrar tan cercano y al alcance de la debilidad humana como en María, pues para esto bajó a Ella. 

    Nos une a Dios
    María se halla totalmente orientada hacia Dios y cuanto más nos acercamos a Ella, más íntimamente nos une a El. 

    Cuando encontramos a María, encontramos a Jesús, y por Jesús al Padre. Entonces, encontramos todos los bienes, toda la gracia y amistad de Dios, la plena seguridad contra los enemigos de Dios, la verdad completa para combatir el error, la facilidad absoluta y la victoria definitiva en las dificultades, la dulzura y el gozo colmados en las amarguras de la vida.

    Es consuelo en el sufrimiento
    Encontrar a María no quiere decir, vivir exento de cruces y sufrimientos. ¡Al contrario! Sufriremos más que los demás porque María, hace partícipes a sus hijos, de la cruz de Jesucristo.

    Ella nos reparte grandes cruces y, a la vez, nos comunica también la gracia de cargarlas con paciencia y hasta con alegría. Endulza las cruces que da a los suyos y las convierte (por decirlo así) en golosinas o dulces cruces. Nos anima a cargar con más y mayores cruces, ayudándonos con más y mayores gracias.

    El secreto de la santidad pasa por la verdadera devoción a María


    El secreto consiste, pues, en encontrar de verdad a la excelsa y santísima María para hallar la abundancia de todas las gracias. 

    Dios, dueño absoluto de todo, puede comunicar directa y extraordinariamente lo que de ordinario, sólo concede por medio de María. Según Santo Tomás, en el orden de la gracia, Dios no se comunica de ordinario a los hombres sino por medio de María.

    Para llegar hasta Dios y unirse con Él, es indispensable acudir a la misma persona escogida por Él para descender hasta nosotros, para hacerse hombre y comunicarnos sus gracias. Esto se realiza mediante una auténtica devoción a la Santísima Virgen.

    El secreto es la sencillez, seguridad y eficacia de María como el camino más perfecto para llegar a Dios. 

    El secreto para llegar al conocimiento y al amor del Padre es seguir el camino de entrega total por María. Por María vino el Hijo de Dios al mundo, para que todos tengamos vida y la tengamos en plenitud, y por María, el Espíritu Santo nos forma, como formó a Jesús, hasta la madurez y perfección de hijos de Dios. 

    El secreto es la consagración total a Jesucristo por María, es decir, una "entrega incondicional", una "esclavitud de amor", una "servidumbre de voluntad", un "compromiso total", que nos lleva a hacerlo todo “con María, por María, en María y para María".

    Te animo a que hagas como yo: optar al privilegio de ser esclavo de amor, consagrándose a María y, así, llegar a Jesús y por Él a la santidad junto a Dios. Mientras, en el camino recibirás el amor de María junto con sus innumerables gracias. 

    ¿A qué esperas?





    martes, 20 de febrero de 2018

    ME PREOCUPAN...

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    "Todo el mal depende de los sacerdotes, 
    no por acción sino por omisión, 
    pues si fuesen santos y llenos de celo por sus ovejas, 
    la tierra entera sería ya católica y viviría como tal. 
    Dichosos aquellos que tienen pastores santos, 
    no contaminados de los errores modernistas, 
    fieles a la doctrina tradicional de la Iglesia Católica, 
    inflamados de un celo por la honra de Jesucristo 
    y por la salvación de las almas.
    (Papa San Pío X)

    No es un secreto que desde hace varias décadas, la Iglesia ha entrado en una espiral negativa de cierta decadencia. No sólo por el hecho de la falta de asistencia de fieles a los sacramentos de iniciación, de caída libre de las vocaciones sacerdotales, etc. sino también por descuido de las "formas" de comportamiento adecuadas en la Eucaristía. 

    La tibieza, la mediocridad, la apostasía y el relativismo que impregnan nuestra sociedad occidental han calado en muchas de nuestras parroquias católicas. 

    El mal entendido espíritu post-conciliar de querer adaptarse al mundo, de innovar, de "desformalizar" la fe ha sumergido a muchas parroquias en la celebración de "Eucaristías descafeinadas", de "misas light".      

    El Papa Juan Pablo II en su última Encíclica Ecclesia de Eucharistia decía: "Por desgracia, es de lamentar que, sobre todo a partir de los años de la reforma litúrgica postconciliar, por un malentendido sentido de creatividad y de adaptación, no hayan faltado abusos, que para muchos han sido causa de malestar. Una cierta reacción al 'formalismo' ha llevado a algunos, especialmente en ciertas regiones, a considerar como no obligatorias las 'formas' adoptadas por la gran tradición litúrgica de la Iglesia y su Magisterio, y a introducir innovaciones no autorizadas y con frecuencia del todo inconvenientes."

    Creo que debemos adentrarnos en un análisis cuidadoso de las formas en la liturgia que, señala directamente a nuestros sacerdotes. En otras palabras, me preocupa el descuidado papel que desempeñan los sacerdotes de Cristo durante la Eucaristía.

    Con esto, no quiero señalar, ni juzgar, ni mucho menos, cargar todas las culpas sobre las espaldas los sacerdotes. Líbreme Dios de juzgar para no ser juzgado. Tampoco trato de justificar ni alentar el odio enfermizo de algunos hacia la Iglesia. 

    Más bien, mi deseo es plantear para la reflexión algunas de esas actitudes y formas impropias que he observado en algunas parroquias, y todo ello, por supuesto, desde la humilde convicción de no ser un experto ni un teólogo, ni de pretender serlo.

    Me preocupan los sacerdotes que están más interesados por las actividades y los programas parroquiales que por hacer discípulos. No creo que una parroquia sea mejor porque tenga muchas actividades. Es más, muchos de esos proyectos pueden incluso obstaculizar la verdadera misión de la Iglesia de Cristo: evangelizar y hacer discípulos.

    Me preocupan los sacerdotes que tratan de "captar" a las personas con homilías "rimbombantes", "políticamente correctas", testimoniales, sociales, llenas de anécdotas o de auto-ayuda, en lugar de enseñarles lo que Dios quiere decirles
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    Me preocupan los sacerdotes que son más gerentes administrativos o incluso, funcionarios de la fe, que personas de oración y contemplación. Un sacerdote nunca es llamado por Dios para ser un gran comunicador de masas, un "rockstar" o un líder empresarial sino para cuidar, pastorear y apacentar Su rebaño (1 Pedro 5, 1-4; Hechos 20,28).

    Me preocupan los sacerdotes que tienen como meta el crecimiento cuantitativo de la parroquia en lugar de tener como principal objetivo la Gloria de Dios. Jesucristo nos conmina a ir, anunciar el Evangelio y hacer discípulos, pero el fin principal del hombre es glorificar a Dios, tal y como San Ignacio definió sabiamente en su Principio y Fundamento. 

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    Me preocupan los sacerdotes que utilizan los púlpitos para ensalzarse y vanagloriarse en lugar de servir a Dios y a su pueblo, tal y como hizo Jesucristo. (Mateo 20, 26-28; Marcos 10, 43-45).

    Me preocupan los sacerdotes que construyen una estructura de servicio a través de las personas en lugar de edificar personas a través de su servicio. Se trata de una peligrosa tentación que, a menudo, subyace en muchos de los abusos de algunos curas.

    Me preocupan los sacerdotes que cultivan una cultura de dependencia y sumisión a ellos mismos en lugar de sometida a la acción del Espíritu Santo. Por supuesto, no niego la importancia y necesidad de su dirección espiritual pero el cura no es el salvador del pueblo. Sólo Cristo. Dependemos de Jesús sacramentado como nuestro Salvador, de la Santa Iglesia como nuestra Madre santificadora, del Evangelio como expresión de la voluntad de Dios, de la oración como nuestro sustento cotidiano y del Espíritu como nuestro guía y apoyo.

    Me preocupan los sacerdotes que hablan de "sus cosas", dando rienda suelta a la "tentación del micrófono", en lugar hablar de las "cosas de Dios". El Evangelio necesita ser leído, explicado y entendid
    o como la palabra de Dios que actúa en nuestras vidas y nos revela a nuestro Señor. 

    Me preocupan los sacerdotes que están más pendientes de dar todo lo que se les pide en lugar de corregir fraternalmente. No son muy distintos a los padres que les dan a sus hijos todos los caprichos que desean para evitar que se enfaden o para hacer que les correspondan con amor. La fe católica no es una mezcla heterogénea donde las personas eligen lo que les gusta o no, lo que les apetece o no. Es un camino de misión que vivimos en comunidad fraterna para la gloria de Dios, la bendición de su pueblo y el avance de su reino.


    Me preocupan los sacerdotes que han perdido el sentido de guardar el silencio debido y se han imbuido en la cultura de la prisa al celebrar. 



    Me preocupan los sacerdotes que niegan la comunión a un feligrés que se arrodilla para recibir a Cristo porque "eso no se lleva en su parroquia", en lugar de discernir esa reverente actitud como un gran acto de humildad ante la majestuosidad de Su presencia.



    Me preocupan los sacerdotes que desposeen a la Eucaristía de su identidad esencial y sacra, en lugar de celebrar una liturgia solemne y esmerada en los gestos y en el cuidado al hacer las cosas, según lo establecido por la Iglesia. Si la Misa no arranca desde Dios, camina hacia Dios y culmina en Dios, no tiene sentido.

    Me preocupan los sacerdotes que manifiestan una deficiente comprensión de la dignidad que se ha de dar a la Palabra de Dios dejando a quienes, incluso con buena intención, carecen de las cualidades propias para ello: lectores poco preparados, que no se les entiende, que pronuncian mal, que comienzan diciendo: “Primera lectura”, o, “Salmo responsorial”, o, “segunda lectura”

    Me preocupan los sacerdotes que piden a los ministros extraordinarios que administren la comunión, no habiendo real necesidad para ello

    Me preocupan los sacerdotes que no observan unos minutos de sagrado silencio después de la comunión, que dedican excesivo tiempo a la homilía y, luego, le entren las prisas por acabar, y apenas dispongamos de un tiempo para dar gracias a Jesús que está en nosotros.

    Me preocupan los sacerdotes que permiten que los fieles no se arrodillen durante la consagración. Esta actitud muestra la ignorancia de lo que está sucediendo en el altar, y el desconocimiento de la forma correcta de comportarse ante Dios. Es un signo de falta de fe al no sentirse profundamente conmovidos en el instante en el que el Señor desciende y transforma el pan y el vino, de tal manera que se convierten en su Cuerpo y en su Sangre. (J. Ratzinger, El espíritu de la liturgia, Madrid 2001, p. 237.).

    En fin, son muchos los temas y puntos en los que sacerdotes y fieles debemos poner un mayor esmero y cuidado en la celebración de la Eucaristía, con la humildad de sabernos servidores y no dueños de ella, de modo que procuremos conocer y dar a conocer, cuanto debemos observar en las celebraciones litúrgicas. Y si se ha de corregir, se corrija.

    Los sacerdotes que celebran fielmente la Misa según las normas litúrgicas y la comunidad que se adecua a ellas, demuestran de manera silenciosa pero elocuente su amor por la Iglesia. 

    Los que no lo hacen, me preocupan...y mucho. Porque se confunden y nos confunden.

    Por eso, debemos rezar mucho por ellos.