- Tomando la iniciativa: ser trata de "salir de nuestra zona de confort y liderar", aún estando "mal equipados", o sin tener experiencia, o incluso siendo "nuevos o inexpertos". No podemos esperar a que otros actúen por nosotros. Es necesario que alguien comience a formarse y a formar discípulos misioneros que edifiquen verdaderas comunidades cristianas.
- Rezando juntos: se trata de abrirnos "al poder de Dios" y lograr un impacto espiritual en la vida de los demás, de comprometernos a rezar con y por aquellos que deseamos tener en la comunidad, incluso por quienes aún no conocemos.
- Invitando con sentido: se trata no sólo de invitar a alguien a un grupo, a un retiro o a una parroquia, sino de demostrar que esa persona nos importa y que queremos que forme parte de nuestra vida, de nuestras amistades cristianas, de nuestra comunidad. No es algo que haya que pensar mucho, tan solo hay que hacerlo.
- Invirtiendo en otros: El "verdadero objetivo" está "en la inversión" de tiempo y de compromiso con otros y, por tanto, con la comunidad parroquial. Se trata de tener visión a largo plazo y una firme voluntad de servir en y a la comunidad.
- Mirando a Jesús y haciendo lo que Él hizo: Él tomó la iniciativa por los suyos, rezó por ellos, les invitó e invirtió en ellos. Pasó tiempo con la gente, hizo crecer las relaciones, desafió a otros, les dio responsabilidades, los dejó fracasar y los perdonó. Se trata de relacionarse con la comunidad y de no quedarse "en la superficie", de conocerse y generar confianza, de compartir experiencias, de apoyarnos en los problemas y alegrarnos en los éxitos.
¿QUIÉN ES JESÚS?
miércoles, 24 de septiembre de 2025
QUÉ HACER, QUÉ SER Y PARA QUÉ EVANGELIZAR
miércoles, 10 de julio de 2024
QUÉ HACER Y QUE NO HACER CUANDO EVANGELIZO

-Nosotros rompimos esa relación rechazando Su amor (Is 59,2)
-Nosotros no podíamos restaurar esa relación por nosotros mismos (Sal 51,12; 80,3:85,4)
-Dios Padre envió a Jesús para hacerlo en nuestro nombre (Jn 3,16)
-Es decisión nuestra aceptar este regalo de amor que Jesús nos ofrece (Mt 19,21)

martes, 15 de febrero de 2022
¿QUÉ TRATO TENGO CON DIOS?
Hace tiempo que apenas encuentro el momento para escribir mis reflexiones en esté blog. Lo cierto es que estoy muy ocupado conociendo más a Dios, estudiando más a Dios y con Dios. Y aunque sigo haciendo "cosas para Dios", lo importante es conocer al "Dios de las cosas".
Decía el cardenal Van Thuan que "los cristianos estamos muchas veces tan ocupados en las cosas de Dios que nos olvidamos del Dios de las cosas". Y es que, en ocasiones, estamos tan pendientes de las actividades eclesiales, de los métodos evangelizadores, de los procedimientos pastorales, de las costumbres y de las devociones que perdemos el norte.
Estamos tan centrados en los medios que olvidamos el fin. Estamos tan ensimismados en lo que debemos hacer que perdemos de vista el sentido, el por qué y el para qué de lo que hacemos. Y así, no podemos dar fruto...y nuestros esfuerzos son vanos.
Debemos cuestionarnos con sinceridad ¿estoy centrado en el hacer o en el ser? ¿trabajo para Dios o para mí? ¿busco la gloria de Dios o el reconocimiento de los demás? ¿quién es el verdadero protagonista de mis obras? ¿busco hacer presente a Dios en mi vida o le instrumentalizo para sentirme bien? ¿tengo la mirada fija en Dios o me distraigo con el "quehacer"? ¿trabajo para Dios y no veo resultados?
En el capitulo 15 del evangelio según san Juan, Jesús nos dice que sin Él no podemos hacer nada, sin la vid no podemos dar fruto. Sabedor de ello, nos exhorta a "permanecer en Él"... pero ¿qué significa?
viernes, 25 de junio de 2021
EVANGELIZAR "A LA MANERA DE CRISTO"


sábado, 28 de diciembre de 2019
¿CÓMO EVANGELIZAR?

Evangelizar es amar sinceramente a las personas.
Es un mandamiento directo de Jesús: "Amaos unos a otros como yo os he amado. Nadie tiene mayor amor que el que da la vida por sus amigos" (Juan 15, 12-13).
Es porque amamos a Dios y a los demás, que somos discípulos de Cristo, que queremos comunicar y compartir con los demás el Amor más grande.

La evangelización está sustentada por la gracia. Es el Espíritu santo quien nos otorga el don de la fe y nos lleva a caminar incluso cuando no sentimos ni vemos nada.
El apostolado nace del encuentro con Jesucristo, que incendia nuestro corazón, que no puede guardar para sí la noticia de que Está vivo, y que necesita comunicarla imperiosamente.
Con visión

También nosotros, debemos tener un objetivo, una visión, un sueño.
La visión exige de nosotros un compromiso y un deber para hacerlo realidad.

Un evangelizador necesita reavivar continuamente la gracia del celo apostólico, de la pasión evangelizadora, pidiéndosela a Dios.
La sociedad ha perdido de vista a Dios. Incluso, muchas parroquias también han perdido la visión. En ellas, tan sólo existe la repetición de una tradición, de una rutina, de lo de siempre. Pero no hay pasión evangelizadora.
Con cercanía
Un evangelizador ha de acoger, acompañar, escuchar... en un mundo individualista y egoísta.
Crear espacios de encuentro con las personas donde se sientan queridos.
Acompañar a otros con bondad, amabilidad y empatía.
Con humildad
La evangelización es una obra de Dios y no depende de nosotros. Somos siervos inútiles. Sin Cristo, nada podemos.
Con la comunidad

Un cristiano "vive lo que dice", como Jesús vivió lo que decía, hasta la muerte.
La evangelización debe ser nuestra propia experiencia de Jesucristo y de cómo Él actúa en nuestra vida.

El Espíritu Santo no elige a los capacitados sino que capacita a los elegidos.
Y, a la vez, suscita ese deseo de comunicar la nueva noticia y nos descubre los carismas propios de cada uno.
Con alegría

Un evangelizador es consciente de que no siempre tendrá respuestas satisfactorias. Aún así, debe ser irreprochable an su obrar, constante ante los retos y perseverante en las pruebas.

Evangelizamos con ánimo y con coraje, porque Dios está de nuestro lado.
sábado, 7 de diciembre de 2019
EVANGELIZAR: ALGO MÁS QUE UN MÉTODO


Evangelizar es dar a conocer a Jesús para que experimenten su amor y su misericordia. Pero a veces, damos por hecho que las personas conocen a Cristo.
La evangelización es, fundamentalmente, el anuncio (kerygma) del Evangelio, que por la gracia del Espíritu Santo, suscita la conversión de las personas a través del encuentro con Jesucristo Resucitado, quien nos conduce al Padre.
Quizás deberíamos cambiar efervescencia por perseverancia, pasatiempo por compromiso, activismo por discipulado. Cambiar "factor humano" por "gracia divina".
Discipulado
La primera clave de toda evangelización es el discipulado. No podemos evangelizar eficazmente, si no hemos pasado antes por un proceso de discipulado.

Nadie puede mostrar a Cristo si no le conoce a fondo, si no es su amigo, si no tiene intimidad con Él, si no conoce sus palabras y sus obras, si no comparte mesa con Él.
Primero hemos de alimentarnos y formarnos de y en Cristo, para luego darlo a conocer a los demás.
Mediante el discipulado, la gracia de Dios sigue obrando en nosotros, aumentando nuestra fe, alimentando nuestra esperanza y formándonos para servir a Dios y al prójimo.
Acogida
