¿QUIÉN ES JESÚS?

La vida de Jesús siempre ha suscitado preguntas a lo largo de los últimos dos mil años.

¿Cómo pudo un carpintero que fue ejecutado por los romanos convertirse en el hombre más famoso de la historia?
¿Fue Jesús alguien verdaderamente real?
¿Cómo puede Dios ser un hombre al mismo tiempo?
¿De qué manera podría esto tener algún sentido para mi vida?

Estas son algunas preguntas, pero aquí tienes un espacio para formular las tuyas.
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sábado, 16 de agosto de 2025

3ª CARTA DE JUAN: HOSPITALIDAD CON LOS MISIONEROS

La 3ª carta de Juan ocupa el vigésimo sexto de los libros del Nuevo Testamento, el sexto y último de las cartas católicas o universales.

Es una carta personal a un hombre llamado Gayo, pero no se sabe con exactitud si se trata de:
  • el macedonio, compañero de viaje de Pablo, junto con Aristarco (Hch 19,29) 
  • el corintio, anfitrión de Pablo (Rm 16,23) 
  • el que vivía en Derbe, uno de los siete compañeros de viaje de Pablo que le esperaban en Tróade (Hch 20,4)
Sin embargo, lo que sí es muy probable que fuera una persona eminente del lugar, aunque no el máximo responsable de la comunidad, a quien se le encomienda un grupo de hermanos cristianos liderados por Demetrio que, de acuerdo con el mandato de Jesús en Mc 6,8-9, se han puesto en camino sin dinero como misioneros itinerantes del evangelio (3 Jn 7) y a quienes Diótrefes, el máximo responsable del lugar, les había denegado la hospitalidad y quien tampoco reconocía la autoridad del autor de la carta.
 
Igual que la segunda, esta tercera carta pertenece al género epistolar por los mismos motivos y además, utilizan expresiones comunes ("andar en la verdad", "vivir en la verdad"), el mismo lenguaje religioso, estilo y vocabulario.

Autoría y fecha de composición
Las tres cartas de Juan han sido escritas casi con toda seguridad por el mismo autor, Juan el Presbítero, entre los años 95-110 d.C. 
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Contenido
En esta carta, no hay mensaje doctrinal porque es estrictamente una carta personal, pero su tema es la importancia de la hospitalidad, especialmente cuando se trata de hombres que trabajaban para difundir el evangelio. 

Es el único libro del Nuevo Testamento que no contiene los nombres "Jesús" o "Cristo".

Estructura
  • Saludos (1-2)
  • Elogio a Gayo (3-8)
  • Abusos de Diótrefes (9-10)
  • Recomendación de Demetrio (11-12)
  • Conclusión y despedida (13-15)[

viernes, 15 de agosto de 2025

2ª CARTA DE JUAN: AMOR Y VIGILANCIA


La 2ª carta de Juan ocupa el vigésimo quinto lugar de los libros del Nuevo Testamento, el quinto en las cartas católicas o universales y es el libro más corto de toda la Biblia pues consta únicamente de trece versículos (siete de ellos están contenidos en 1 Jn).

A diferencia de la primera carta de Juan, la segunda sí pertenece claramente al género epistolar: tiene remitente y destinatario, los saludos característicos de una carta, el contenido responde a las preocupaciones y problemas existentes en una comunidad concreta y la extensión es la habitual: equivalente a una hoja de papiro.

Esta segunda carta es una síntesis cristológica y apologética de la 1ª carta, que exhorta a seguir caminando en la verdad y en el amor, y a no dejarse seducir por los falsos cristianos, los gnósticos, a quien el autor llama "seductores".

Autoría, lugar y fecha de composición

La Tradición de la Iglesia siempre ha atribuido su autoría al apóstol san Juan: san Policarpo de Esmirna en su Carta a los Filipenses, san Ireneo, Tertuliano, Clemente de Alejandría, Dionisio de Alejandría, san Atanasio y san Agustín. 

Sin embargo, el hecho de que el autor se presenta, no como apóstol, sino como "el Presbítero" (que literalmente significa "el anciano") generó dudas sobre su autoría joánica (Orígenes y Eusebio de Cesarea) y sobre su canonicidad. En lo que sí hay unanimidad es que las tres cartas de Juan y el evangelio presentan muchas similitudes, por lo que, con seguridad, son obra del mismo autor.

En cuanto a su fecha de composición, la problemática planteada (docetismo) y las soluciones la sitúan en la última década del s. I o principios del s. II, pero no más tarde del 110 d.C., puesto que san Ignacio de Antioquía menciona en sus escritos dichas cartas. 

Además, en tiempos de san Ignacio en Asia ya se había impuesto la autoridad de Pedro en todas las comunidades cristiana, aspecto desconocido en las cartas de Juan, pues las comunidades joánicas estaban dirigidas por maestros-profetas o presbíteros.

Destinatarios
La carta está dirigida a "la Señora Elegida y a sus hijos", expresión figurada que probablemente designa a una iglesia local de Asia Menor, puesto que además, el escritor también incluye un saludo de otra iglesia en el versículo final: "Los hijos de tu hermana elegida te saludan". 
Algunos ven una metáfora para referirse a la Iglesia y sus miembros (todos los cristianos), o incluso a la virgen María, confiada por Jesús al "discípulo amado" en la cruz (Jn 19,26-27); los "hijos" serían los "hermanos de Jesús" (Santiago, José, Simón y Judas); además, María nunca es mencionada por su nombre en el evangelio de Juan. 
Estructura
Podemos estructurarla en dos partes, una exhortativa y otra apologética, con un prólogo y una conclusión:
  • Prólogo (1-3): saludo
  • Exhortativa (4-6): el mandamiento de la caridad
  • Apologética (7-11): Cuidado con los herejes
  • Conclusión (12-13): saludos y despedida

jueves, 14 de agosto de 2025

1ª CARTA DE JUAN: JESÚS, HIJO DE DIOS ENCARNADO

 

La 1ª carta de Juan ocupa el vigésimo cuarto lugar de los libros del Nuevo Testamento y el cuarto en las cartas católicas o universales, aunque está incluida en el corpus joánico junto al evangelio, 2 y 3 de Juan y Apocalipsis.

La comunidad joánica

La carta no habla ni trata del mundo judío ni menciona conflictos con los “judaizantes”. Sin embargo, hace alusión al "principio" (cf. 1 Jn 2, 7; 3, 11) lo que implicaría un estado de antigüedad en la evangelización y vivencia del mensaje cristiano. 

San Agustín en el año 415, escribe un comentario "Sobre la Epístola de Juan a los Partos" (en latín, ad Parthos), en el que identifica a los destinatarios de la 1ª carta de Juan como Partos (Partia, región al noroeste de Irán). También san Atanasio de Alejandría había creído que la 1 Jn estaba dirigida a los partos, aunque es probable que se escribiera para la iglesia de Éfeso.

Es un escrito polémico/apologético y cristológico que refuta la controversia gnóstica surgida en el seno de las comunidades joánicas de de Anatolia (Asia Menor) y que se dirige con dureza a estos "seductores y anticristos", a estos falsos profetas y herejes, docetistas y adopcionistas, que afirman una "apariencia" divina pero no real, o que niegan la divinidad, la encarnación y la muerte/resurrección del Hijo de Dios (4,2), y que se enorgullecen de:
  • poseer el conocimiento (=gnosis) pleno de Dios (2,4; 4,8)
  • amar a Dios pero no al hermano (4,20)
  • no tener pecado (1,8-10)
  • ser "iluminados" (2,9)
  • ser "divinos" y poseer el espíritu divino (4,2-6)
Dada la gravedad de esta doctrina herética, Juan formula las primeras normas de ortodoxia cristiana: "Jesús vino en carne" y "Jesús es el Hijo de Dios".

Las frases que comienzan por “Si alguno dice...” o “Si decimos...” van dirigidas a combatir las doctrinas de este grupo herético y se pueden resumir en que de alguna manera han dejado de lado la relación con Jesús o la necesidad de su obra salvífica para poder establecer una con Dios. De ahí que también la propuesta moral de este grupo separado sea criticada en la carta. 

Es evidente la orientación gnóstica de los errores que se combaten y que, por tanto, proviene de paganos conversos y no de judíos. 

Autoría, lugar y fecha de composición
La carta está escrita por el apóstol san Juan, hijo de Zebedeo y hermano del apóstol Santiago, el mismo autor del evangelio y "el discípulo amado" por Jesús, probablemente en Éfeso entre los años 95-110 d. C. 

Aunque la tradición de la Iglesia ha atribuido esta carta y el cuarto evangelio a san Juan, la mayoría de los biblistas actuales niegan su autoría partiendo del hecho de que no ofrece datos sobre la vida de Jesús y de que hace uso del plural ("Sabemos..." cf. Jn 21, 24), que indicaría más bien una escuela o comunidad joánica.

El propósito del escrito es aclarar conceptos dogmáticos, morales, cristológicos y éticos que fueron malinterpretados de su evangelio:
  • los testigos oculares de Jesús (Jn 15,27 / 1 Jn 1,2)
  • la alegría (Jn 15,11 / 1 Jn 1,4)
  • la encarnación (Jn 1,14 / 1 Jn 4,1-2)
  • el amor de Dios a los hombres (Jn 14,21 / 1 Jn 4,16)
  • la inhabitación mutua de Cristo y el creyente (Jn 14,20; 15,4 / 1 Jn 3,24)
  • el don del Espíritu Santo (Jn 14,16-17 / 1 Jn 4,13)
  • el perdón (Jn 15,3 / 1 Jn 1,9)
  • la vida eterna (Jn 17,2 / 1 Jn 2,29)
  • la justicia (Jn 16,10 / 1 Jn 2,29)
  • la luz, el amor y la verdad de Dios (1 Jn 1,5; 4,7-8; 5,6-10)
Estilo literario
La encíclica no es una “carta” en sentido estricto: no tiene destinatarios ni los saludos característicos. Sin embargo, el autor es conocedor de la problemática que afronta la comunidad a la que se dirige. Y lo hace con plena y legítima autoridad para dar testimonio sobre las cosas que ha visto y oído (cf. 1 Jn 1, 1-4; 1 Jn 4, 14).

Contenido
La encíclica tiene carácter exhortativo/dogmático, aunque un tanto desconcertante, pues no tiene una estructura lógica y clara (no parece tampoco un tratado ni una homilía), aunque se articula en un constante ir y venir entre dos grandes ejes: la verdadera fe en Cristo y la relación entre fe y conducta cristianas.

Los temas de fondo son:
  • el contenido y el alcance de la fe cristiana: la vida en el amor
  • la vida divina que se accede a través de la fe
  • la permanencia en Dios como verdad y luz
  • la venida de Cristo (parusía) y el juicio final (4,17; 3,2)
  • la venida del Anticristo: los gnósticos (2,18.23; 4,3)
  • la muerte expiatoria de Jesús (2,2; 4,10)
  • la purificación del pecado a través de la sangre de Jesús (1,7)
Estructura
Podemos estructurarla en tres partes, con un prólogo y una conclusión:
  • Prólogo (1,1-4)
  • 1ª Parte (1,5-2,27): Dios es luz 
  • 2ª Parte (2,28-4,6): Hijos de Dios 
  • 3ª Parte (4,7-5,12): fe y amor, pilares de la vida cristiana 
  • Conclusión (5,13-21): confianza en Dios