¿QUIÉN ES JESÚS?

La vida de Jesús siempre ha suscitado preguntas a lo largo de los últimos dos mil años.

¿Cómo pudo un carpintero que fue ejecutado por los romanos convertirse en el hombre más famoso de la historia?
¿Fue Jesús alguien verdaderamente real?
¿Cómo puede Dios ser un hombre al mismo tiempo?
¿De qué manera podría esto tener algún sentido para mi vida?

Estas son algunas preguntas, pero aquí tienes un espacio para formular las tuyas.
Mostrando entradas con la etiqueta diluvio. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta diluvio. Mostrar todas las entradas

sábado, 15 de noviembre de 2025

APÓCRIFOS: I ENOC o ENOC ETÍOPE

El libro de Enoc (I Enoc o Enoc etíope) es un libro intertestamentario que forma parte del canon de la Biblia de las Iglesias ortodoxas de Etiopía y de Eritrea, pero no de las Biblias cristianas o judías, que no lo reconocen como canónico sino como apócrifo

Escrito en etíope (ge’ez), originalmente fue redactado en hebreo o arameo, y aunque atribuido a Enoc, el bisabuelo de Noé, se trata de una obra pseudográfica compuesta por textos apocalípticos judíos escritos en el s. III a.C. y algunas secciones en el  s. I d.C. y recopilados por las escuelas ortodoxas hasídica o farisea

Contenido
Se trata de un libro perteneciente a la apocalíptica judía y contiene material único sobre:
  • los orígenes de los ángeles caídos o Vigilantes, que engendraron a los gigantes o Nefilim
  • las causas de la caída/corrupción de los ángeles 
  • las causas morales del diluvio 
  • las visitas de Enoc al cielo en forma de viajes, visiones, sueños y revelaciones 
  • el reinado mesiánico de mil años 
 
Acusa a los ángeles guardianes por haberse desviado de su misión y haber encarnado la explotación y la opresión de los hombres, la destrucción de los ecosistemas, la guerra, la vanidad, la brujería, la fornicación y el engaño (8,1-3). 

Dios envía a los arcángeles Miguel, Sariel, Uriel, Rafael y Gabriel a encadenar a los Vigilantes y a destruir a los gigantes. Los ángeles caídos ruegan a Enoc que interceda por ellos y por los gigantes ante Dios.

El libro también describe la visita de Enoc al cielo y sus revelaciones, en forma de visiones: los movimientos de los cuerpos celestes con el objetivo de detallar el calendario de las fiestas de la Ley.

Denuncia a los reyes inicuos y opresores de la tierra, y anuncia su desgracia y su derrota final (67,12) y la victoria de los justos (50,1-2).
Estructura
Consta de cinco secciones de 4  libros y 1 carta con fragmentos de dos libros perdidos: 

-Libro de los Vigilantes (He 1-36). Escrito antes del 160 a. C., de carácter angélico, narra la caída de los 200 Vigilantes o Grigori (los que "abren los ojos", "despiertan", "observan", "vigilan", Hijos de Elohim, ángeles de Dios) que siguiendo a Sêmîazâz (en hebreo, "Adversario", otro nombre de Satanás), bajaron a la tierra, tuvieron relaciones sexuales con mujeres y engendraron una raza híbrida: los gigantes o Nephilim ("derribados", "caídos"), seres famosos que desataron la violencia sobre la tierra y pervirtieron a los hombres, enseñándoles magia, astrología, metalurgia y artes prohibidas (Gn 6,1-7). 

Une y complementa las historias de los Vigilantes con la historia del diluvio universal: 
  • Dios envía a Uriel a contarle a Noé el cataclismo que se avecina y lo que debe hacer
  • Dios ordena a Miguel encarcelar a los Vigilantes hasta el juicio final
  • Dios encarga a Rafael la purificación de la tierra con el diluvio
-Libro de las parábolas (He 37-71). Escrito después del 63 a. C., a finales/mediados del siglo I a. C., de carácter mesiánico, profetiza la venida del Hijo del Hombre, la caída de los reyes y poderosos, y el "día del Elegido" con tres parábolas:
  • 1ª parábola: el juicio de los venideros
  • 2ª parábola: el Mesías, el juicio de los reyes y poderosos, la resurrección de los muertos y la glorificación de los justos
  • 3ªparábola: los santos, el juicio final, los ángeles custodios y la predicción de Noé del Diluvio
-Libro de las Luminarias celestiales (He 72-82). Escrito entre 250-190 a. C.:, llamado también Libro Astronómico: de carácter astrológico: guiado por Uriel expone el antiguo calendario solar hebreo de 364 días, citado en el Libro de los Jubileos 4,17. 

Explica cómo los astros obedecen las leyes divinas, mientras los ángeles caídos las transgreden y refleja el interés de los antiguos judíos por la cosmología y la regularidad del orden celestial.

-Libro de los sueños o de las visiones (He 83-90). Escrito entre 161-125 a. C., de carácter onírico/apocalíptico, expone dos visiones que tiene Enoc en sueños:
  • 1ª visión: anuncia la destrucción de la Tierra. Habla sobre el diluvio y la muerte de Noé, la caída de los ángeles y su castigo por los arcángeles, el éxodo, la construcción del templo de Salomón, los dos reinos de Israel y Judá, la época de Alejandro Magno y la revolución macabea
  • 2ª visión: relata la historia de la humanidad y de Israel hasta el fin de los tiempos en la que se usan símbolos: animales para representar lo terrestre y seres humanos para representar lo celeste: el toro blanco es Adán, la novilla es Eva, el becerro rojo es Abel, el ternero negro es Caín, el becerro blanco es Set, el señor de las ovejas es Dios, el Toro es Noé, la estrella caída es Azâzêl, los elefantes son los gigantes, los camellos son Nefilim, las ovejas son los fieles, los carneros son los líderes, los rebaños son las tribus de Israel, los osos, hienas o lobos son los egipcios, los perros son los filisteos, los tigres son Arimatea, los cuervos los seléucidas, los milanos los Ptolomeos
-Carta de Enoc o Apocalipsis de las semanas (He 91-105). Escrito entre 110-60 a. C., de carácter histórico, divide la historia en diez "semanas", interpretando el pasado y proyectándose escatológicamente al futuro, hacia la instauración del Reino de Dios. Consta de 5 secciones:
  • Apocalipsisnarra la historia del mundo en diez períodos, siete del pasado y tres del futuro.
  • Exhortación: expone una breve lista de pasos a seguir hacia la justicia, dicha por Enoc a su hijo Matusalén.
  • Epístoladivida en dos partes:
    1. Describe la sabiduría de Dios, la recompensa final del justo y el castigo del mal, y los dos caminos separados de justicia e injusticia. 
    2. Contiene 6 predicciones contra los pecadores, el testimonio de toda la creación contra ellos y la seguridad del destino después de la muerte.
  • Nacimiento de Noé y el diluvio: relata que Noé nació con la apariencia de un ángel
  • Conclusión: apéndice obra del redactor final, donde destaca la luz de los justos en oposición a las tinieblas de los pecadores 
-Fragmentos 
  • (He 106-107): parecen ser una parte del Libro de Noé, perdida pero presente en los manuscritos del Mar Muerto. Predice los crímenes de la humanidad y el advenimiento de tiempos mesiánicos con el triunfo de los justos. 
  • (He 108): dice explícitamente que es otro Libro de Enoc y falta en varios manuscritos.
La mayoría de los estudiosos creen que estas secciones fueron originalmente obras independientes con diferentes fechas de composición y solo más tarde se compilaron en lo que hoy se conoce como I Enoc.​

Además, se conocen otros tres libros de Enoc: 
  • 2º Libro de Enoc o II Enoc (mediados/finales del siglo I d.C., escrito en eslavo)
  • 3º Libro de Enoc o III Enoc (entre el s. II d.C. y s. V d.C., escrito en hebreo)
  • 4º Libro de Enoc o IV Enoc (s. V d.C., escrito en copto)
La Sagrada Escritura y el libro apócrifo de Enoc
Antiguo Testamento
Gn 5,18-23 relata que Enoc era hijo de Yared; que nació cuando su padre tenía 62 años, y fue el 7º hombre en la línea genealógica desde Adán; que a los 65 fue padre de Matusalén, y después tuvo otros hijos e hojas; que a la 365 años, desapareció porque Dios se lo llevó.

Nuevo Testamento
También, existen referencias a Enoc en muchos versículos del Nuevo Testamento, pero no relacionadas con el escrito apócrifo:
  • 1 Cor 6,3: sobre el juicio a los ángeles
  • 2Pe 2,4: sobre el castigo a los ángeles y el diluvio
  • Jud 1,6.14-16 (He 1, 9): sobre los ángeles encadenados hasta el juicio del Gran Días
  • Ap 12,7-9; 16,14; 20,1-3: sobre la caída y castigo de los ángeles
Este libro fue apreciado por los primeros cristianos como san Justino (100-165), Atenágoras (170), Taciano (110-172), Ireneo (130-208), Orígenes, Clemente de Alejandría (150-220), Tertuliano (160-230), Lactancio (260-325), Metodio de Filipo, Minucio Félix, Comodiano y Cipriano de Cartago,  y la Carta del Pseudo Bernabé 4,3; 16,4 (He 89, 56 y 80,2), que lo referencian o lo citan en sus obras.

El libro de Enoc fue declarado no canónico en el Concilio de Laodicea (364 d.C.). A pesar de contar con una relevante antigüedad (incluso mayor a la de los cuatro evangelios canónicos), no es considerado "inspirado", aunque no pierde su validez histórica o como referencia. 

lunes, 19 de octubre de 2020

MARÍA, EL NUEVO ARCA

“María es el camino más seguro, 
el más corto 
y el más perfecto 
para ir a Jesús” 
(San Luis María Grignon de Monfort)

Cuando leo en el libro del Génesis: "Al ver el Señor que la maldad del hombre crecía sobre la tierra y que todos los pensamientos de su corazón tienden siempre y únicamente al mal, el Señor se arrepintió de haber creado al hombre en la tierra y le pesó de corazón" (Génesis 6, 5-6), me parece estar leyendo el períodico de hoy.

Desgraciadamente, desde el inicio de la creación, existe una lista interminable de ejemplos, desde Caín a la torre de Babel, pasando por las plagas de Egipto, los días de Noé, Sodoma y Gomorra, hasta nuestros días, que muestran la maldad del hombre, la violencia y la corrupción en el mundo.

Si bien Dios ha creado todo cuanto ha querido por bondad y por amor, desde el principio de la historia, se "humaniza" y "se encarna", cuando el Espíritu Santo dice en el Génesis que "se arrepintió y le pesó de corazón" haber creado al hombre. Son sentimientos humanos que Dios asume para que entendamos como sufre un Padre viendo a sus hijos "perderse". 

Dios siempre se "abaja", se "vuelve hombre" para que, por su infinita compasión y misericordia, comprendamos que somos capaces de destruirlo todo por maldad y por odio, por todo lo que llevamos en el corazón a causa del pecado, consecuencia de una libertad que nos regala, pero que usamos mal: "Porque de dentro, del corazón del hombre, salen los pensamientos perversos, las fornicaciones, robos, homicidios, adulterios, codicias, malicias, fraudes, desenfreno, envidia, difamación, orgullo, frivolidad. Todas esas maldades salen de dentro y hacen al hombre impuro" (Marcos 7, 20-23).

La capacidad de destrucción del hombre (en términos matemáticos) es exponencial e inversamente proporcional a la capacidad creativa de Dios y, también a su paciencia: "La tierra estaba corrompida ante Dios y llena de violencia. Dios dijo a Noé: Por lo que a mí respecta, ha llegado el fin de toda criatura, pues por su culpa la tierra está llena de violencia; así que he pensado exterminarlos junto con la tierra." (Génesis 6, 7-13).

Los hombres somos auténticas "armas de destrucción masiva "porque todos los pensamientos de nuestro corazón tienden siempre y únicamente al mal". Como en los tiempos de Noé (Génesis 6,5-18; 7,11-12) o en los de Sodoma y Gomorra (Génesis 18, 1-29), hoy, la perversidad del mundo sube hasta el cielo" y "el clamor contra ellos ante el Señor es enorme". 
¡Menos mal que "El Señor es compasivo y misericordioso, lento a la ira y rico en clemencia"! (Salmo 103,8) y por ello, Dios nos llama a entrar en el arca, a ponernos a salvo en el monte, es decir, en la Casa de Dios, en la Iglesia, prefigurada por María, porque "nadie podía entrar en el santuario hasta que se consumen las siete plagas de los siete ángeles" (Apocalipsis 15,8) . 

El Arca de la Alianza, el Santuario de Dios es María, la Santísima Virgen, quien no ha parado de aparecerse a la humanidad en los últimos siglos, para avisarnos de lo que está por venir y para pedirnos con urgencia rectificar, arrepentirnos, convertirnos; para suplicarnos orar, hacer penitencia y vivir los sacramentos; para anunciarnos la posibilidad de un castigo, precedido de un aviso y de un milagro; para que enmendemos y purifiquemos nuestros corazones.
La Santísima Virgen María nos llama a purificar nuestros corazones, nos urge a consagrarnos a su Inmaculado Corazón, nos invita a configurarnos a Cristo en Ella, porque el hombre muere de cáncer, una enfermedad mortal: el pecado.

María es un camino fácil, corto, perfecto y seguro para llegar a la unión con Dios que es la perfección cristiana. La Consagración a su Inmaculado Corazón es una llamada a entrar en el "Arca" ante la inminencia de un "diluvio" que no será de agua sino de fuego, un fuego purificador, la justicia de Dios.

María, con su ejemplo y con su palabra, nos recuerda en sus apariciones que tenemos esa capacidad de rectificar, y para ello, necesitamos, como Ella hacía, guardar y meditar todo en el corazón y así, huir de la maldad que todo lo corrompe y de la violencia que todo lo destruye.

El cielo clama y el mundo sigue sin escuchar, como en los días del diluvio, o como en los días de Sodoma y Gomorra, o como en la noche de la Pascua en Egipto, en la última plaga. Pero pronto "reventarán las fuentes del gran abismo, se abrirán las compuertas del cielo, se derramarán las siete copas de la ira del Señor", que contienen el incienso de las plegarias de los justos a las que Dios responderá sin dilación (Apocalipsis 16,1).

Todas las apariciones de la Virgen tienen siempre el mismo formato: Aviso/Milagro/Castigo. Y por ello, podemos interpretar que posiblemente, las cuatro primeras copas del Apocalipsis correspondan al Aviso; la 5ª y la 6ª al Milagro; y la 7ª al Castigo. 

De ahí la urgencia de entrar en el "Arca", de ampararnos y protegernos bajo el manto de María, porque la Justicia del Señor viene sin concretar el día y la hora, pero nuestra Madre, que tanto vela, intercede y suplica por nosotros, que tanto nos ama y sufre por nosotros, como lo hizo en la Cruz, nos avisa de la inminencia de la Venida de Su Hijo.

Cuando, nosotros, también hijos de María y hermanos de Cristo, rezamos "líbranos del mal" (del Dragón, de la serpiente), unimos nuestra súplica a la voz de los justos, los que tienen el sello del Cordero y han permanecido en oración en el monte Sion, y pedimos que nuestra plegaria sea escuchada. Es entonces cuando la justicia de Dios es impartida y la purificación concluye, con la séptima copa.

Nuestra Arca es María y nuestro Sello, la consagración a su Inmaculado corazón. No perdamos ni un instante en entrar en Ella y ser marcados con la Alianza que Dios hace con todos nosotros, a través de su Madre, la Virgen, para llegar a Él.

Dios nos proporciona un Refugio, nos ha construido un Arca y nos dice: "Entrarás en el arca con tu mujer, tus hijos y sus mujeres". 

María nos anuncia la Alianza de Dios, la Promesa que nos dejó en Fátima: “Al final, mi Inmaculado Corazón triunfará”.