¿QUIÉN ES JESÚS?

La vida de Jesús siempre ha suscitado preguntas a lo largo de los últimos dos mil años.

¿Cómo pudo un carpintero que fue ejecutado por los romanos convertirse en el hombre más famoso de la historia?
¿Fue Jesús alguien verdaderamente real?
¿Cómo puede Dios ser un hombre al mismo tiempo?
¿De qué manera podría esto tener algún sentido para mi vida?

Estas son algunas pero queremos que nos cuentes las tuyas.
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lunes, 21 de mayo de 2018

LO QUE NOS DEFINE SON NUESTRAS ACCIONES


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"Por sus frutos los conoceréis."
(Mateo 7,20)

Nuestros frutos son nuestras acciones, lo que hacemos, lo que decimos. Son, en definitiva, lo que somos porque son el resultado de nuestras decisiones. 

Sin embargo, parece que los cristianos somos más conocidos (y criticados) por lo que estamos en contra que por los que somos o hacemos. Y a pesar de que hay mandamientos en los que Dios nos dice "No", creo firmemente que la identidad de un católico debería ser conocida por lo que es y por cómo lo aplica a su vida, es decir, por sus obras.

Podemos tener muy buenas intenciones de llevar una vida cristiana mejor, pero si nunca pasamos de las intenciones, si nunca damos un paso más a la acción, nos quedamos en la teoría y de nada nos sirve: "Hermanos, ¿de qué le sirve a uno decir que tiene fe si no tiene obras? Si la fe no tiene obras, está muerta en sí misma." (Santiago 2, 14 y 17).

Una fe sin obras es una fe sin vida. La fe se vive, no se cree. Es como cuando nos plateamos el uno de enero la intención de ponernos a dieta, ir al gimnasio o dejar de fumar, y llega el día y no lo cumplimos. Todas esas buenas intenciones...no sirven de nada si no las llevamos a cabo, no dan ningún fruto, ningún bien.

Como dice el apóstol Santiago, ¿Crees en Dios? Bien! Los demonios también creen en Dios y eso no les define. Lo que les define son sus malas obras. ¿Vemos la diferencia? 

Con nosotros los cristianos pasa lo mismo: creemos en Dios, sabemos la diferencia entre el Bien y el Mal, conocemos los Mandamientos, el catecismo, el Credo, etc. pero si no actuamos, si no vivimos todo eso con acciones, no sirve. Repito: no sirve. Eso no es cristianismo, es "buenismo".

Entonces ¿Cuales son los frutos de un cristiano?

Amor

"El que no ama no ha conocido a Dios, porque Dios es amor."
(1 Juan 4, 8)

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El amor es un valor intrínseco para cualquier católico seguidor de Cristo. En realidad, no creo que nadie pueda realmente llamarse cristiano y no mostrar amor. Dios es amor y si nosotros somos sus hijos, debemos entregarnos al amor. Primero hacia Él y, luego hacia todos los demás.

No importan las circunstancias, ofrecer una mano amiga, un abrazo, una escucha es lo que nos diferencia del resto del mundo. Dios nos ama, incluso cuando no reflejamos su misma imagen. Debemos ofrecer esta misma realidad a otros, amar a pesar de todo.

Bondad


"Sed bondadosos y compasivos; 
perdonaos unos a otros, 
como Dios os ha perdonado por medio de Cristo" 
(Efesios 4,32)

La Bondad de Dios se nos ha mostrado al enviar a su Hijo Jesucristo para perdonarnos nuestros pecados. Aunque no merecemos Su misericordia, que tan generosamente nos ha dado, Jesús nos continúa extendiendo sus brazos, con independencia de nuestra situación. 

De la misma manera, nosotros como cristianos debemos ser conocidos por la bondad, la misericordia y el perdón que mostramos a los demás. Puede que no siempre sean merecidos, pero siempre debemos recordar que ninguno de nosotros, tampoco somos merecedores de la misericordia de Dios.

Pureza 


"Hermanos, considerad lo que hay de verdadero, 
de noble, de justo, de puro, de amable, de buena fama, 
de virtuoso, de laudable" 
(Filipenses 4, 8)

Cuando los cristianos hablamos de "pureza", no debemos entender que nos referimos exclusivamente a la "carne". No solo debemos ser conocidos por nuestra pureza en las relaciones, sino también en nuestras palabras, acciones y motivaciones.

Paciencia 


"El amor es paciente, es servicial; 
el amor no tiene envidia, no es presumido ni orgulloso"
(1 Corintios 13, 4) 


En el acelerado mundo de hoy en día, la paciencia es la clave. Y aunque al resto del mundo le gusten las soluciones rápidas y el "aquí y ahora", la Palabra de Dios nos llama a ser pacientes en todas las cosas. No siempre es la tarea más fácil, pero siempre es el camino correcto a elegir.


Servicio 


"Nadie tiene mayor amor que el que da la vida por sus amigos." 
(Juan 15,13)

Imagen relacionadaEl sacrificio hecho en la cruz muestra la misericordia inconmensurable que Dios ofreció a su pueblo. Y si bien nunca podremos igualar el infinito sacrificio que tuvo lugar hace casi 2.000 años, esto no quiere decir que no debemos continuar con el legado que tenemos ante nosotros. 

Los cristianos debemos ser conocidos por nuestro altruismo y servicio. Dar la vida por los amigos significa negarse a si mismo para afirmar a los demás. Una cualidad que reflejará el rostro de nuestro Señor en el cielo.




Abnegación


"preocupándoos no sólo de vuestras cosas, 
sino también de las cosas de los demás."

(Filipenses 2, 4)



¿Damos sólo para recibir? ¿Damos lo justo o damos en abundancia? La imagen total de la abnegación: "Lo que necesites, estoy aquí para dártelo"



La abnegación es un atributo que pone a los demás delante de nosotros y Dios delante de todos los demás. Aunque puede no ser siempre la tarea más fácil, mostrar abnegación dice más acerca de nuestro corazón que cualquier otra cosa.

Pensemos que todo lo que tenemos nunca fue realmente nuestro. Todo es prestado, nada nos pertenece.




Compromiso 

"Decid sencillamente sí o no"
(Mateo 5,37)



Cuando nosotros, como cristianos, decimos que haremos algo, debemos asegurarnos de cumplir con ese compromiso. Aunque todos cometemos errores y nos quedamos cortos, reflejar una imagen del compromiso de Jesús con los demás muestra uno de sus mayores atributos de un católico.

En los caminos de Cristo, debemos mostrarle al mundo que pueden confiar en nosotros, y que nuestra palabra no se romperá.




Respeto 

"Respetad a todos, amad a los hermanos, reverenciad a Dios, honrad al rey."
(1 Pedro 2,17) 


Podemos encontrar personas con diferentes puntos de vista a los nuestros, pero esto no significa que no debamos ser respetuosos, aún estando en desacuerdo.

Debemos ser conocidos como una comunidad de personas respetuosas, que incluso en desacuerdo, podemos mostrar amor y gracia.




sábado, 20 de enero de 2018

FE, DOS LETRAS CON UN GRAN SIGNIFICADO


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"Dichosos los que creen sin haber visto" 
(Juan 20,29)


El apóstol Pablo en su carta a los Hebreos dice: "La fe es la garantía de las cosas que se esperan, la prueba de aquellas que no se ven" (Hebreos 11, 1).

El catecismo de la Iglesia católica nos dice que la fe es "la adhesión personal de la inteligencia y voluntad a la revelación divina" (176). 

Es “una virtud teologal infundida por Dios en el entendimiento, por la cual asentimos firmemente a las verdades divinas reveladas por la autoridad o testimonio del mismo Dios que revela".

Dicho de otra manera, es una luz y un conocimiento sobrenaturales por medio de los cuales, sin ver, podemos creer lo que Dios nos dice y la Iglesia nos enseña. Dios nos hace ver las cosas desde su punto de vista divino, con sus ojos, tal como las ve Él.

En cambio, no es fe cuando decimos “creo que va a llover” o “creo que María vendrá" o "creo que tienes razón.." expresamos simplemente una suposición, una opinión o una impresión: suponemos que lloverá; tenemos la impresión de que vendrá, pensamos que tiene razón...pero no tenemos certeza de ello.


Es un don gratuito

Resultado de imagen de don de diosLa fe no es un don innato ni propio de nuestra naturaleza sino que es un regalo de Dios que nos concede en el bautismo y que implica certeza, significa admitir a Dios como Verdad, dar por segura Su existencia y asumir Su voluntad.

Tampoco es fe cuando vemos y comprendemos claramente algo: "dos más dos son cuatro", tenemos la certeza de que es así porque podemos comprenderlo y comprobarlo... pero no toda certeza es fe: es comprensión.


Es siempre firme

Cuando aceptamos sin dudar una verdad revelada por Dios, tenemos fe. Por eso, no podemos decir:"Yo creo en el cielo, pero no en el infierno” o “creo en Dios pero no en la Iglesia", porque estaremos diciendo que Dios se equivoca y nosotros no…por eso le corregimos.

La fe se construye sobre certezas y verdades inamovibles reveladas por Dios. La fe nunca cambia ni se amolda a los tiempos. La fe es eterna porque viene de nuestro Padre Eterno.

Es un acto de responsabilidad

Fuimos creados libres y responsables de nuestros actos. Somos libres para decir "sí" o "no" a Dios, pero ambas respuestas conllevan una responsabilidad
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La fe, nuestro "sí", es un acto libre de nuestra voluntad que acepta a Dios, trata de conocerlo, de amarlo, de cumplir siempre su voluntad que nos responsabiliza a alcanzar el objetivo por el cual fuimos creados: ser santos y estar en presencia de Dios.

La falta de fe, nuestro "no" o nuestro "sí, pero..." es un acto libre de nuestra voluntad que no acepta a Dios, que lo acepta a medias, que no trata de amarlo por encima de todas las cosas ni de hacer siempre su voluntad, que relativiza las verdades esenciales y que nos responsabiliza a no estar en presencia de Dios, lo que significa el infierno: vivir al margen de Dios.

Es un acto de compromiso 

La fe no es simple teoría ni simple moral. No es algo que está bien o que es bueno. 

Es un acto de compromiso de poner a Dios en el primer lugar de nuestro corazón, una decisión que nos mueve a la acción, una actitud de poner en obras aquello en lo que creemos, una disposición firme a aplicarlo en nuestras vidas.

La FE se fortalece dándola. Dar la fe es vivirla, es compartirla con los demás, es servir a los demás y por supuesto, es tener un deseo de servir a Dios sobre todas las cosas, de ponerle en primer lugar.

Es un acto de amor

Resultado de imagen de abrir el corazon a diosEn primer lugar, la fe es un acto de amor de Dios hacia nosotros. Un amor desinteresado, infinito y eterno. Todo es por causa del amor de Dios: "Porque tanto amó Dios al mundo que dio a su hijo único, para que quien crea en él no perezca, sino que tenga vida eterna" (Juan 3, 16).

En segundo lugar es un acto de amor nuestro hacia Dios, por todo lo que somos, por todo lo que nos da, que es siempre beneficioso para nosotros, incluso lo que definimos como malo.

En tercer lugar, es un acto de amor hacia nuestro prójimo, hermano e hijo de Dios, por el que debemos "dar la vida", tal y como Jesús hizo: "Nadie tiene mayor amor que el que da la vida por sus amigos" (Juan 15, 13).


"FE"...dos letras con un gran significado 

F de Fraternidad. " Amarás a tu prójimo como a ti mismo" (Mateo 22,39).
de Felicidad. "Partiréis con alegría y en paz seréis llevados" (Isaías 55, 12).
de Fidelidad. "Obraréis en todo en el temor de Yahveh, con fidelidad y con corazón perfecto" (2 Crónicas 19,9).
de Fecundidad."La fe sin obras está muerta" (Santiago 2, 17).
de Fortaleza. "Dios es nuestro refugio y fortaleza, un socorro seguro en momentos de angustia" (Salmo 46,2).

de Esperanza. "Que el Dios de la esperanza llene de alegría y paz vuestra fe, y que la fuerza del Espíritu Santo os colme de esperanza" (Romanos 15,13).
E de Espíritu. "Y nosotros no hemos recibido el espíritu del mundo, sino el Espíritu que viene de Dios, y por él entendemos lo que Dios nos ha regalado" (1 Corintios 2, 12).
E de Eclesial"Yo te digo que tú eres Pedro y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y las puertas del infierno no prevalecerán contra ella" (Mateo 16,18).
E de Experiencia."Sólo te conocía de oídas; pero ahora, en cambio, te han visto mis ojos" (Job 42, 5).E de Elección. "Él nos ha elegido en Cristo antes de crear el mundo, para que fuésemos santos e irreprochables a sus ojos" (Efesios 1,4).


Para la reflexión personal:


¿Ocupa la fe el primer lugar en mi vida? ¿Ocupa algún lugar?

¿Soy consciente del gran regalo que Dios me ha hecho con la fe? ¿Se lo agradezco?

¿Es mi fe rica en obras? ¿Está viva o muerta?

¿Creo y vivo una fe en acción? o ¿Creo en una fe como en idea teórica, personal y carente de significado?

¿Creo y soy consciente que el Espíritu Santo actúa en mi alma y en mi vida? 

¿Hago silencio interior para oír las inspiraciones del Espíritu Santo? ¿Las obedezco?

¿Pido a Dios su ayuda para vivir mi santificación o me fío y me basto solo con mis fuerzas?

¿Vivo los acontecimientos más ordinarios de la vida con sentido sobrenatural? 

¿Descubro la la acción de Dios en cada momento de mi vida?

¿Amo a Dios y al prójimo con hechos y no sólo con palabras?

¿Vivo mi fe con esperanza y caridad?









martes, 7 de febrero de 2017

¿QUÉ SIGNIFICA MADURAR ESPIRITUALMENTE?

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Como cristianos, estamos llamados a crecer, a madurar. Comenzamos nuestro camino espiritual como niños en la fe pero necesitamos crecer y desarrollarnos como adultos. 

La Palabra de Dios, en el Nuevo Testamento, insiste en que todos debemos hacer esta transición de la leche a la carne, de la mesa de los niños al banquete de los adultos. Y sin embargo, aunque somos conscientes de que debemos pasar por este proceso de maduración, muchos de nosotros somos propensos a medir la madurez equivocadamente. 

Cuando Pablo escribe a Timoteo, le habla de la naturaleza y el propósito de la Palabra de Dios diciéndole: "Toda la Escritura divinamente inspirada es útil para enseñar, para reprender, para corregir, para educar en la justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, dispuesto a hacer siempre el bien."(2 Timoteo 3, 16-17). 

Pablo insinúa que Timoteo (y por extensión, todos nosotros) está incompleto, inacabado e inmaduro, y que necesita la Escritura para alcanzar la madurez espiritual. 

La Biblia es el medio que Dios usa para completarnos, para terminarnos, para llevarnos a la madurez.

¿Qué significa ser un cristiano maduro? 

Tendemos a pensar que los cristianos maduros son los que conocen muchos hechos acerca de la Biblia, o los que se saben de memoria la teología y la liturgia, la historia de los Santos, etc.

Pero fijémonos en lo que Pablo dice: "a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, dispuesto a hacer siempre el bien". Pablo no dice: "Para que el hombre de Dios sea perfecto, debe conocer todos los libros de la Biblia", o "memorizar y explicar cada una de las epístolas de Pablo". Ese no es el énfasis de Pablo, puesto que conocer la Biblia puede ser un signo de madurez, pero también puede ser una máscara que cubra la inmadurez.

Resultado de imagen de buenas obrasCuando Pablo habla acerca de la perfección y la madurez, señala acciones, hechos, "buenas obras". La Palabra de Dios crea y, por sí sola, tiene el poder de hacernos madurar, y cuando la leemos, la entendemos y la aplicamos en nuestra vida, de forma natural, crecemos en la fe.

Esa madurez se muestra en las buenas obras que hacemos más que en el conocimiento que proclamamos. Y esto es exactamente lo que Dios quiere para nosotros, que seamos maduros y hacedores de bien a los demás, deleitándonos en ello. Este énfasis en las buenas acciones es un tema significativo en el Nuevo Testamento (ver Efesios 2,10, Tito 2,14) y es la misma razón por la que Dios vino a la humanidad.

Esto significa que la madurez espiritual se muestra mejor en los actos que en las palabras. Significa que sólo con conocimiento no basta: podemos conocer la teología, la liturgia, el catecismo, la vida de los Santos y de la Iglesia entera, y seguir siendo desesperadamente inmaduros. 

Resultado de imagen de madurez espiritual cristianaPermaneceremos inmaduros si el conocimiento acumulado no nos motiva a hacer el bien a los demás. Los cristianos maduros son los que glorifican a Dios haciendo el bien para y a los demás, exteriorizando su conocimiento en buenas obras.

Por supuesto, que cuanto más conocimiento teológico y bíblico adquirimos, más nos enseña, reprueba, corrige y entrena, y de esa manera damos forma a nuestros actos. Por eso, un mayor conocimiento de Dios debe conducirnos a un mayor y mejor servicio a los demás.

El conocimiento de Dios y de su Propósito es bueno. Pero el conocimiento de Dios y de su Propósito que nos mueve a hacer lo que beneficia a otros, y a hacerlo con amor, es lo que glorifica a Dios.