¿QUIÉN ES JESÚS?

La vida de Jesús siempre ha suscitado preguntas a lo largo de los últimos dos mil años.

¿Cómo pudo un carpintero que fue ejecutado por los romanos convertirse en el hombre más famoso de la historia?
¿Fue Jesús alguien verdaderamente real?
¿Cómo puede Dios ser un hombre al mismo tiempo?
¿De qué manera podría esto tener algún sentido para mi vida?

Estas son algunas preguntas, pero aquí tienes un espacio para formular las tuyas.
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lunes, 30 de junio de 2025

"PARROQUIAS QUE VAN BIEN"...PERO ¿HACIA DÓNDE ?

"Medita estas cosas y permanece en ellas,
para que todos vean cómo progresas.
Sé constante en estas cosas,
pues haciendo esto te salvarás a ti mismo
y a los que te escuchan.
Si alguno no cuida de los suyos
y, sobre todo, de los de su casa,
ha renegado de la fe
y es peor que uno que no cree"
(1Tim 4,15-16; 5,8)

Sin duda, hoy, en la Iglesia se da una gran paradoja: mientras existen parroquias cerradas, vacías o en clara decadencia, con pocas eucaristías y menos confesiones, con algunos "ascendentes" y con pocos "descendientes", sin alegría, sin celo evangelizador, sin "alma"... existen otras que "van bien", que tienen muchos fieles, muchos grupos, mucha actividad, "mucha vida", pero....¿hacia dónde van? ¿pecamos por defecto o por exceso?

A menudo me planteo si estas parroquias "en ebullición" no se habrán convertido en un conglomerado de grupos o de clubes sociales donde se consume tiempo y espacio espiritual pero donde existe escasa coherencia, interrelación o empatía entre unos y otros.

Más que comunidades cristianas que caminan en unidad y hacia el mismo destino, parecen comportarse como células aisladas o tribus independientes que "hacen la guerra por su cuenta", pero... ¿qué "guerra"?

Estas parroquias ofrecen distintas estrategias y caminos en los que los "conversos" se "reconvierten" (valga la redundancia) en meros consumidores espirituales que suponen resultados cuantitativos para el grupo, que no cualitativos.
La parroquia no puede ser una empresa que subcontrate servicios, ni que franquicie experiencias "a la carta", ni tampoco que alquile "espacios" ni que esté formada por sedes parlamentarios (otrora, consejos parroquiales) donde cada grupo "habla de su libro", pero no escucha al otro ni se relaciona con él.

La parroquia, o es una comunidad de "perdidos y hallados", de "hijos pródigos que regresan a la casa del Padre" y celebran juntos un banquete, o no es Iglesia; o es un espacio transversal que acompañe, escuche, forme, anime y envíe a sus integrantes, o no es Iglesia.

La parroquia, o es una casa familiar donde se recibe y acoge a todo el que llega, donde se establecen lazos de verdadera amistad y fraternidad, o se convierte en un apartamento turístico donde todos entran y salen, pero donde nadie se conoce, ni se saluda (si no es "de los suyos").

La parroquia, o es un "parador del Reino", un "área de servicio espiritual" donde retomar fuerzas de Dios para volver a salir "a la lucha", o se convierte en un piso de "inqui-okupas" donde todos entran y nadie sale, donde todos se "reúnen" pero nadie se "encuentra", donde todos "consumen" pero nadie "reparte".
Siempre digo que en la Iglesia "hacemos muchas cosas para Dios pero con frecuencia nos olvidamos del Dios de las cosas", porque no somos dóciles a la guía del Espíritu Santo, porque tenemos corazones que continuamente se endurecen y se olvidan de latir, porque somos "duros de cerviz e incircuncisos de corazón y de oídos" (Hch 7,51).

Por eso, creo que
  • no se trata de "hacer" cosas, sino de "ser" cristos
  • no se trata de "ser" grupo, sino de "hacer" comunidad
  • no se trata de que la parroquia "vaya bien," sino de saber hacia "dónde" va 
  • no se trata de que la parroquia "esté llena" sino de que "todos se comprometan"
Y para ello, es necesario que todos los bautizados, sacerdotes y laicos, rememos al unísono y en la misma dirección, teniendo claro lo que hacemos y por qué lo hacemos.

miércoles, 13 de noviembre de 2019

CÓMO FORMAR GRUPOS EN LA PARROQUIA


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Cuando visito algunas parroquias, veo a sus sacerdotes sobrepasados de trabajo y sin ayuda. Están solos y no pueden con todo. Y nadie hace nada...nadie les ayuda...

Veo que existen pocos grupos que sustenten la vida parroquial, que "tiren del carro". Me da la sensación de que muchos vamos, "cumplimos" y nos marchamos.

Por eso, es vital para nuestra Iglesia que los laicos asumamos el papel que nos corresponde y ayudemos a nuestros sacerdotes. Y también, que ellos se dejen ayudar.

Orar

Resultado de imagen de orarLo primero que hay que hacer es orar. La oración es el inicio de toda actividad en el Reino de Dios pero sobre todo, nos comunicamos con Dios y escuchamos lo que nos tiene que decir.

Una vez escuchemos a Dios, lo primordial es formar comunidad a través de grupos o equipos de trabajo dentro de la parroquia. 

Pero ¿cómo hacerlo?

Identificar

Lo primero es identificar quién tiene el potencial y el compromiso de formar parte de grupos que se conviertan en catalizadores para la parroquia.

Resultado de imagen de identificarPara identificar quién puede formar parte de un grupo, debemos pensar de qué se va a encargar: ¿Es este un equipo de ayuda en general o comprometido con una pastoral específica?

Independientemente de para qué cometido sea el grupo, necesitaremos personas que puedan trabajar para la parroquia y avanzar hacia un objetivo. Identifiquemos a esas personas.

Reclutar

Una vez que hayamos identificado al grupo potencial, debemos reclutar a las personas que lo van a formar, y para ello, debemos preguntarles personalmente, demostrarles la importancia de la labor, el significado del objetivo e ir por ello.

Resultado de imagen de reclutarLa mayoría de las personas querrán unirse al grupo si hacemos un buen trabajo transmitiendo la importancia, es decir, la visión. 

Puede que haya personas que lo rechacen. No pasa nada. Sigamos reclutando a los posibles miembros hasta que el grupo esté listo para comenzar a trabajar.

Equipar

Una vez que hayamos formado el grupo, es posible que su miembros o algunos de ellos, no estén preparados para alcanzar el objetivo de momento. 
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Ahora necesitamos equipar y formar al equipo.

En esta etapa, debemos formar y equipar, es decir, discipular a los miembros mediante reuniones de grupo, reuniones individuales, recomendando libros, etc. 

No pasemos a la siguiente etapa hasta que veamos que nuestro grupo está preparado para soltarse.

Delegar

Una vez que el grupo esté equipado y formado, debemos darle autoridad y autonomía para que realice su trabajo. 
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Asegurémonos de que haya al menos un objetivo declarado a alcanzar y dejemos que cada miembro del grupo piense en las mejores maneras de lograrlo. 

Participemos y animemos al grupo, pero no tratemos de gestionarlo nosotros. Deleguemos en sus miembros.

Evaluar

Resultado de imagen de evaluarMientras nuestro grupo está funcionando, evaluemos continuamente el progreso

Ver hacia dónde va el grupo y también rastrear formalmente el progreso que hace. 

Es posible que debamos proporcionar más ayuda al grupo o buscar nuevos asientos en el autobús para nuevos miembros.

Se trata de nutrir al grupo con una evaluación continua para no estancarnos.