¿QUIÉN ES JESÚS?
sábado, 1 de junio de 2024
¿A DÓNDE VOY CUANDO VOY A MISA?
martes, 27 de junio de 2023
QUÉ Y CÓMO "CELEBRO" EN MISA
- Velas/Cirios: preferiblemente de cera blanca y de abeja (luminaria cerea). Simbolizan la carne pura de Cristo recibida de su Madre Virgen, la mecha significa el alma de Cristo y la llama representa su divinidad. Se encienden antes de la celebración y se apagan después de ésta. La Instrucción General del Misal Romano dispone que sobre el altar, o cerca de él, deben colocarse en todas las celebraciones por lo menos dos (ferias o memorias), cuatro (fiestas), seis (domingos y solemnidades) o incluso siete (misa pontifical - nº 7= perfección, y plenitud del sacerdocio episcopal-). Simbolizan también la fe, la esperanza y la caridad que iluminan a la vez que se consumen.
- Crucifijo: situado en el centro del altar, simboliza el sacrificio redentor de Cristo.
- Misal Romano: guía de la celebración que contiene los textos litúrgicos y las oraciones que proclama el sacerdote. Se coloca sobre un atril
- Vasos sagrados:
- Cáliz: vaso donde se vierte el vino, que representa a Jesús y unas gotas de agua que nos representan a nosotros. Símbolo de la paz entre los pueblos.
- Píxide/Copón: recipiente con tapa que contiene las sagradas formas.
- Patena: platillo de metal donde se coloca la sagrada hostia (forma grande)
- Purificador: lienzo utilizado por el sacerdote para enjugar y purificar el cáliz, la patena y el copón, así como sus dedos después de la comunión.
- Corporal: lienzo que se extiende sobre el altar, donde se coloca la patena, el copón y el cáliz durante la misa. Simboliza la pureza.
- Palia: lienzo cuadrado reforzado de cartón o almidón con el que se cubre el cáliz
- Vinajeras: dos jarras o recipientes con tapa que contienen el vino y el agua para la consagración
- Lavabo: jarra que contiene el agua para purificar las manos del sacerdote. Tomado del Salmo 26,6: "Lavo en la inocencia mis manos".
- Manutergio: lienzo o toalla con las que el sacerdote se seca las manos, una vez purificadas
- Turibulo/Incensario: Brasero pequeño con cadenillas y tapa con incienso que porta el acólito o monaguillo (turiferario o navetero) y con el que el sacerdote inciensa los dones con tres movimientos dobles, antes de incensar la cruz y el altar (sólo en determinadas celebraciones litúrgicas).
- Entrada (P): El canto de entrada fomenta la unión de los reunidos y nos eleva a la contemplación del misterio litúrgico. La entrada del sacerdote da comienzo a la misa.
- Saludo inicial (P): El sacerdote hace la venia al altar y lo besa. Desde la sede, hace la señal de la cruz y saluda a la asamblea.
- Acto penitencial (P): El sacerdote y la asamblea piden humildemente perdón al Señor por sus faltas.
- Señor, ten piedad (P): Preferiblemente cantado, o al menos, recitado por todos ("Kyrie eleison"). Con esta súplica, le pedimos a Dios su misericordia.
- Gloria (P): Himno preferiblemente cantado, o al menos, recitado por todos con el que alabamos y glorificamos a Dios, reconocemos su santidad y nuestra necesidad de Él.
- Oración colecta (P): El sacerdote eleva a Dios todas las intenciones de la comunidad y la asamblea, que la hace suya diciendo: "Amen".
- 1ª Lectura (S): Tomada del Antiguo Testamento: Dios nos habla a través del pueblo de Israel y de sus profetas. El lector no lee lo escrito en rojo ni dice: "primera lectura".
- Salmo Responsorial (S): Preferiblemente cantado, o al menos, recitado. El salmista proclama las estrofas del salmo, mientras toda asamblea escucha y responde. No se lee lo escrito en rojo ni se dice: "salmo responsorial"
- 2ª Lectura (S): Tomada del Nuevo Testamento: Dios nos habla a través de los apóstoles. El lector no lee lo escrito en rojo ni dice: "segunda lectura". Tras la lectura se canta (preferiblemente) el Aleluya, en recuerdo de la Resurrección.
- Evangelio (P): Tomado de los cuatro Evangelios y lo proclama el sacerdote o el diácono: Dios nos habla a través de Jesús. Al finalizar, la asamblea aclama: "Gloria a ti, Señor Jesús".
- Homilía (S): Explicación que realiza el sacerdote de las Lecturas o del Propio texto de la Misa del día.
- Profesión de fe (P): Con el Credo, toda la asamblea profesamos nuestra fe.
- Oración de los fieles (P): Con las "preces", el Pueblo intercede por todos los hombres con una invocación común (te rogamos, óyenos), pronunciada tras cada intención.
- Preparación de los dones/ofrendas (S): Se presenta el pan y el vino que se transformarán en el cuerpo y la sangre de Cristo (el agua que se vierte en el cáliz nos representa a todos nosotros). Realizamos el canto del ofertorio y la colecta en favor de toda la Iglesia. Oramos sobre las ofrendas.
- Plegaria eucarística (P): Este el centro y el culmen de toda la celebración. Es una plegaria de acción de gracias y de consagración que consta de:
- Prefacio (P): Oración de acción de gracias.
- Santo (P): Aclamación cantada preferiblemente o al menos, recitada, con la que toda la asamblea alaba a Dios, al tres veces santo.
- Epíclesis (R): El sacerdote extiende sus manos sobre el pan y el vino e invoca al Espíritu Santo, para que los transforme en el cuerpo y la sangre de Jesús.
- Consagración (R): Con las palabras y gestos de Cristo, el sacerdote "hace memoria" de la última cena. Es el momento más solemne de la Misa; en él ocurre el misterio de la transubstanciación o transformación real del pan y el vino en el Cuerpo y Sangre de Cristo: Dios se hace presente y nos acerca a Él.
- Anámnesis (R): Aclamación con la que la Iglesia realiza el memorial del mismo Cristo, recordando su pasión, resurrección y ascensión al cielo.
- Oblación/Intercesión (P): Ofrecemos este sacrificio de Jesús en comunión con toda la Iglesia, celeste y terrena. Pedimos por el Papa, por los obispos, por todos los difuntos y por todos nosotros.
- Doxología final (P): El sacerdote ofrece a Dios el cuerpo y la sangre de Jesús, por Cristo, con él y en él, en la unidad del Espíritu Santo. La asamblea responde: "Amén".
- Comunión: la celebración eucarística es un convite pascual en el que recibimos el Cuerpo y la Sangre como alimento espiritual. Significa "común unión". Recibimos y abrazamos a Jesús y nos unimos a toda la Iglesia en alegría y amor.
- Padrenuestro (P) se pide el pan de cada día (también el pan eucarístico), y se implora el perdón de los pecados. Consta de una invocación y siete peticiones.
- El gesto de la paz (P): los fieles imploran la paz y la unidad para la iglesia y para toda la humanidad, expresándose mutuamente la caridad antes de participar de un mismo pan.
- El gesto de la fracción del pan (P): realizado por Cristo en la última Cena, significa que nosotros, que somos muchos, en la comunión de un solo pan de vida, que es Cristo, nos hacemos un solo cuerpo (1 Co 10,17).
- Inmixión o mezcla (P): el sacerdote deja caer una parte del pan consagrado en el cáliz como signo de comunión entre las diversas comunidades cristianas.
- Cordero de Dios (P): el sacerdote y la asamblea cantan el "Cordero de Dios".
- Preparación (R) privada del sacerdote, tras la cual, muestra el pan eucarístico.
- Comulgar (R/P): al recibir el Cuerpo de Cristo, participamos en el sacrificio que celebramos.
- Durante la comunión, se canta el canto de comunión (P), que expresa la unión espiritual y la alegría del corazón de los que avanzan para recibir el Cuerpo de Cristo.
- Terminada la comunión, con recogimiento y en silencio, el sacerdote y los fieles pueden orar un rato.
- Oración después de la comunión (P): el sacerdote ruega para que se obtengan los frutos del misterio celebrado. El pueblo hace suya esta oración con la aclamación “Amén.”
- mantener una actitud de respeto y silencio durante la celebración
- poner atención durante las lecturas y la homilía
- expresar devoción y adoración durante la consagración
- tener disposición a cumplir la voluntad de Dios durante el ofertorio y la comunión
- Mi corazón se enardece al escuchar y entender la palabra de Dios
- Mi fe crece y reconozco al Señor al partir el pan
- Mi alma se llena de alegría y de paz interior
- Mi voluntad se compromete a cumplir la misión que Cristo me encomienda
miércoles, 31 de agosto de 2022
¿QUÉ OCURRE EN MISA?
Comprometerse
Pero además, el Señor nos llama a todos a participar con Él. No dice: "Tú sí y tú no", sino "Todos", colectivamente, en comunión. Tampoco nos pregunta, sino que dice: "Tomad, comed y bebed" (Mt 26,26-27). Nos invita a participar, a comprometernos con Él. No podemos ignorar la llamada de Dios, no podemos excusarnos ante su invitación, no podemos "dimitir".
¡Cuántas veces me dejo llevar por la "dimisión" para no aceptar la "misión"! ¡Cuántas veces me refugio en mi comodidad en lugar de salir corriendo a anunciar que Jesucristo está vivo! ¡Cuántas veces temo participar y evito comprometerme! ¡Cuántas veces pienso: "conmigo no cuentes"!
La Misa es mucho más que un evento al que asistimos los cristianos. Es mucho más que un acto social al que vamos o al que acudimos por costumbre o tradición. La Misa es un motivo de agradecimiento y recuerdo, de actualización y compromiso, de reconocimiento y apasionamiento, de celebración y comunión.
domingo, 22 de agosto de 2021
¿TAMBIÉN VOSOTROS QUERÉIS MARCHAROS?
Aunque halla visto Sus milagros o incluso reconozca Su divinidad, ocurre que, en ocasiones, no quiero profundizar, no quiero moverme más allá de mis deseos, de mis comodidades o de mis necesidades materiales... y por eso, muchos le abandonamos.
En su estilo directo e impetuoso, Pedro responde por todos nosotros diciendo que no hay otro camino: “¿A quién iremos? ¡Tú sólo tienes palabras de vida eterna!” Aun sin entenderlo todo, Pedro acepta a Jesús y cree en Él. A pesar de todas sus limitaciones, Pedro "cree sin entender", como la Virgen María. Y yo...¿creo aún sin entender?
En la homilía de hoy, escuchaba al sacerdote decir: "Si os ofrecieran una pastilla que os diera la posibilidad de ser inmortales y de ser siempre jóvenes, ¿la rechazaríais?". En efecto, eso es lo que Dios nos ofrece en la Eucaristía, la vida eterna a través de la donación de su propio Hijo. Y yo... ¿me lo creo o lo rechazo?
Jesús me enseña a asimilar a Dios como asimilo la comida que ingiero para crecer y desarrollarme. Se trata de que Dios viva en mí y yo en Dios. Lo que da vida no es celebrar el maná del pasado, sino comer este nuevo pan que es Jesús, su carne y su sangre, participando en la Eucaristía, asimilando su vida, su entrega, su donación. Y yo...¿cargo mi cruz y le sigo?
Jesús me pide creer en Él como Hijo de Dios y enviado por el Padre para rescatarme y liberarme del pecado, para salvarme y darme vida eterna. Pero no basta con creer. Es necesario que asimile e interiorice a Cristo: comer su carne es alimentarme, crecer y desarrollarme en la voluntad de Dios, y beber su sangre es aprender a cargar la cruz y seguirlo.
domingo, 8 de agosto de 2021
MEDITANDO EN CHANCLAS (8): EL CUERPO DE CRISTO
lunes, 2 de agosto de 2021
MEDITANDO EN CHANCLAS (2): "TRAEDMELOS"
Mi cuerpo necesita alimento pero mi espíritu también. ¿Cómo satisfago el hambre de mi espíritu? ¿Busco a Cristo en la Eucaristía? ¿Me doy cuenta de su generosidad, que colma cualquier expectativa? ¿Soy consciente que se me da a sí mismo hasta el extremo?
Mis hermanos necesitan de mí pero, sobre todo, necesitan de Dios ¿Soy generoso y compasivo con los demás o me desentiendo de ellos? ¿Se los llevo a Jesús o trato de monopolizarlo?