¿QUIÉN ES JESÚS?

La vida de Jesús siempre ha suscitado preguntas a lo largo de los últimos dos mil años.

¿Cómo pudo un carpintero que fue ejecutado por los romanos convertirse en el hombre más famoso de la historia?
¿Fue Jesús alguien verdaderamente real?
¿Cómo puede Dios ser un hombre al mismo tiempo?
¿De qué manera podría esto tener algún sentido para mi vida?

Estas son algunas preguntas, pero aquí tienes un espacio para formular las tuyas.
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sábado, 25 de abril de 2020

LOS CATÓLICOS NO PODEMOS CALLAR


"Y seréis odiados por todos a causa de mi nombre; 
pero el que persevere hasta el final, se salvará... 
No les tengáis miedo, 
porque nada hay encubierto, que no llegue a descubrirse; 
ni nada hay escondido, que no llegue a saberse. 
Lo que os digo en la oscuridad, decidlo a la luz, 
y lo que os digo al oído, pregonadlo desde la azotea. 
No tengáis miedo a los que matan el cuerpo, 
pero no pueden matar el alma. 
No; temed al que puede llevar a la perdición
alma y cuerpo en la gehenna."
(Mateo 10,22 y 26-29)

En España, creíamos vivir en un país católico, por historia y por tradición. Pero como ya veíamos venir y lo anticipamos, la persecución no era cosa de países tercermundistas, islámicos, comunistas o lejanos. En España, a diario se suceden continuos ataques a la Iglesia que hacen peligrar esa percepción de tierra cristiana. 

Es verdad que ataques al cristianismo, siempre ha habido, desde su inicio. También en España, sobre todo durante la guerra civil. Pero ahora, en esta desconocida democracia española y con este gobierno ateo y anticristiano, los ataques se han tornado mucho más virulentos y se producen con mayor asiduidad y sin ningún pudor.

Comenzaron profanando iglesias, a la vez que aleccionaban su ateísmo laicista en los medios, en los colegios y en las instituciones. Más tarde, fueron las leyes (de género, aborto, etc.) y las prohibiciones de signos religiosos en espacios públicos (aulas, juramentos de gobierno, etc.). 

Hace poco, el pasado año, sin ir más lejos, el gobierno enmascaró vilmente su intención real y anticatólica con respecto al Valle de los Caídos, queriendo convertirlo en un asunto de justicia política y social: la exhumación de los restos de Francisco Franco, cuando el objetivo final no era otro que el ataque a la fe cristiana. 

Como católicos sabemos que el mal nunca descansa, y menos, ante el espanto que le produce la Cruz de Cristo. Este episodio del Valle sólo fue el comienzo de otra nueva batalla espiritual del Enemigo contra Dios. 

Prueba de ello, es la última andanada de su odio endémico y de su actitud intolerante a todo lo cristiano. Su actual y malévolo propósito se encamina a elaborar una proposición de ley para llevar a cabo la "demolición" de todo el conjunto arquitectónico del Valle de los Caídos, incluidas la Abadía benedictina, la Basílica y la Santa Cruz. 

Es la guerra del Dragón Rojo, que lucha denodada e implacablemente contra la descendencia de la Mujer y que trata de imponer su "verdad".

Al mismo tiempo y durante el confinamiento forzoso, este gobierno, ideologizado por su maligno pensamiento único y por su enfermizo odio anti católico, aprovecha la oportunidad, con nocturnidad, alevosía y sin resistencia, para maquinar una voraz persecución de nuestra fe católica española: allanamientos de catedrales y parroquias en plena Eucaristía, prohibiciones de misas, vetos a sacerdotes y fieles, injurias a obispos y priores opositores a la dictadura atea...Algo que no ocurre, por ejemplo, hacia los musulmanes.

Se veía venir. Era cuestión de tiempo. Reconozco que, como católico y español, me duele profundamente decir lo que voy a decir. Estoy seguro que me llamarán radical o riguroso. Pero si no es cierto lo que creo, le pido a Dios me perdone. 
Callar de los pícaros es encubrimiento

Sin duda, la causa principal de estas nuevas y continuas agresiones no es otra que la actitud pasiva, el silencio complaciente y la omisión traicionera de la Conferencia Episcopal Española y de la alguna parte del clero español, ante los numerosos ataques que la Iglesia recibe y ante los que jamás defiende con la valentía de la Verdad. Quizás, amparados en la falta de opinión (o de decisión) del Santo Padre al respecto.

Es ese mutismo cobarde de quienes, en palabras del cardenal Sarah, se han convertido en Judas, han vuelto la espalda a Dios y han traicionado al Señor por treinta monedas. Los mismos que le niegan antes de que cante el gallo: "Y si uno me niega ante los hombres, yo también lo negaré ante mi Padre que está en los cielos" (Mateo 10,33)

Los mismos adúlteros que pretenden salvar su vida y se avergüenzan de Cristo ante los ojos del mundo. "Quien se avergüence de mí y de mis palabras en esta generación adúltera y pecadora, también el Hijo del hombre se avergonzará de él cuando venga con la gloria de su Padre entre sus santos ángeles" (Marcos 8,38).

Los mismos que se creen justos, pero callan y miran hacia otro lado, desatienden al rebaño que administran, cuidan y alimentan para Dios, para compartir mesa con los lobos. "Vosotros os las dais de justos delante de los hombres, pero Dios conoce vuestros corazones, pues lo que es sublime entre los hombres es abominable ante Dios" (Lucas 16,15).

Los mismos asalariados a quienes no les importan las ovejas, los malos pastores que abandonan a sus ovejas a merced de los lobos. 
"El buen pastor da su vida por las ovejas; el asalariado, que no es pastor ni dueño de las ovejas, ve venir al lobo, abandona las ovejas y huye; y el lobo las roba y las dispersa; y es que a un asalariado no le importan las ovejas (Juan 10,11-13).

Lo
s mismos falsos profetas, lobos con piel de oveja que permiten, consienten y transigen el adoctrinamiento social de la ideología de género, la imposición del pensamiento único y ateo, la islamización de España y el fin de todo vestigio católico en España. "Cuidado con los profetas falsos; se acercan con piel de oveja, pero por dentro son lobos rapaces. Por sus frutos los conoceréis" (Mateo 7,15-16).

No podemos callar. No debemos callar. "Nosotros no podemos menos de contar lo que hemos visto y oído" (Hechos 4,20). 

Obedecemos a nuestro Señor. Defendemos a nuestro Maestro. Los discípulos no somos más que el maestro. 

Es Jesucristo quien sustenta la Iglesia y quien nos manda decirlo a la luz, pregonarlo desde la azotea. Incluso hasta la muerte.  

Es el mismísimo Dios quien nos anima a no tener miedo porque nadie puede quitarnos la vida a quienes se la hemos entregado a Cristo. Y porque "la Verdad no puede ser nunca encadenada" (2 Timoteo 2,9).

Cristo debe ser proclamado. Si nuestros pastores no lo hacen, tendremos que ser nosotros, las ovejas, quienes lo hagamos. Y que Dios les perdone...


"¿Hasta cuándo, Dueño santo y veraz, 
vas a estar sin hacer justicia 
y sin vengar nuestra sangre 
de los habitantes de la tierra? "
(Apocalipsis 6,10)

viernes, 26 de julio de 2019

¿DISPUESTOS A LA LUCHA O A DESERTAR?

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"Todo es posible para el que cree"
(Marcos 9, 23)

Desde un punto de vista táctico, sea cual sea el ámbito (militar, deportivo, social, religioso, etc.), estar a la ofensiva es la manera de obrar de quien ataca y agrede a otro, y la defensiva es la actitud de quien se coloca para resistir y rechazar una agresión. 

Mientras que el que toma la ofensiva busca y persigue al adversario donde se encuentre para derrotarlo o aniquilarlo, el que se mantiene a la defensiva se esfuerza en impedir su propia destrucción o derrota.

La ofensiva ataca con empeño el punto en el que le interesa vencer, economizando fuerzas para emplearlas en el punto decisivo, donde necesita alcanzar la superioridad. Intenta desalojar al enemigo de las posiciones que ocupa, bien porque cuenta con superioridad numérica, o porque cree contar con superioridad moral.

La defensiva, por el contrario, renuncia a la iniciativa y espera el ataque para repelerlo, contentándose con hacer frente y resistir el choque. Es es una actitud aparentemente de auto-protección, de previsión o de alerta. 

Partiendo de la certeza de que los cristianos estamos inmersos en una batalla espiritual, ¿Qué actitud tenemos? ¿estamos a la ofensiva o a la defensiva?

Resultado de imagen de caballeros templariosDesde su inicio, la Iglesia tuvo que emplearse a fondo en las tácticas defensivas, es decir en la Apología. Al tiempo que se construía la Iglesia desde dentro, empleó a sus mejores efectivos para defenderse del acoso y rechazo desde fuera.

Hoy en día ocurre lo mismo. El rechazo hacia los cristianos, la Iglesia y la fe católica es total, incluso más visceral y frenético. Nuestros adversarios están a la ofensiva bajo la táctica de la tolerancia, pero en el fondo ni nos soportan, ni les gustamos. Nos odian.

Es un guerra aparentemente, incruenta, pero es mortal. El Enemigo parece mostrar que su principal objetivo es el desgaste continuo de "lo cristiano", atacando e invadiendo posicione
s una y otra vez. Una vez conseguida esta primera fase, su estrategia es la aniquilación total del pueblo de Dios. Ese es el objetivo del "Anticristo", oponerse y luchar contra Cristo.

Enfrente, la Iglesia ha  venido adoptando una pésima táctica pastoral defensiva, tratando de no oponer resistencia, incluso, de mimetizarse todo lo posible con el enemigo. Es una deserción en toda regla: "Os digo y os pido en nombre del Señor que no viváis como viven los paganos, con sus vanos pensamientos y su mente oscurecida, apartados de la vida de Dios por su ignorancia y la dureza de su corazón; han perdido todo sentido moral y se han entregado al vicio, realizando desenfrenadamente toda clase de inmoralidades" (Efesios 4, 17-18).

Sin duda, es una nefasta táctica puesto que, mientras que las persecuciones a la fe de los primeros siglos, la hicieron crecer y robustecerse, sobre todo, por la valiente y audaz respuesta de los cristianos, hoy estamos a la defensiva pero no damos respuesta, y así, retrocedemos y menguamos.

En el campo de batalla espiritual, los cristianos somos odiados, despreciados, vilipendiado o incluso asesinados pero no actuamos. 

En este entorno hostil, la reacción de muchos cristianos es procurar que no se note que somos cristianos, es vivir nuestra fe en la clandestinidad de nuestros templos o casas, es esconder nuestras cruces, medallas y rosarios, es ocultar nuestras sotanas e incluso nuestros clerimans para que no se note que somos "gente de Iglesia". 

En el fondo, es una táctica derrotista, porque pensamos que no tenemos armas para defendernos. Nos falta el elemento apologético. Tenemos el deber y el derecho de defender nuestra fe ante los que la atacan y ante los que la ridiculizan, como nos muestran las Escrituras en Efesios 6, 11-18. 

La Armadura de Dios descrita en la carta a los Efesios es una llamada a la lucha, constituida por un conjunto de elementos defensivos y ofensivos, que requiere adiestramiento específico y destreza en su uso. 

Nos hallamos en una batalla a muerte, incesante, donde no existe tregua ni paz, ni compromiso o apaños mutuos, ni lugar donde esconderse, y donde es necesario posicionarse en uno de los dos bandos, porque no hay neutralidad posible.

La armadura de Dios provee a su ejercito equipación, adiestramiento y estrategia adecuada que nos garantiza la victoria en la guerra. Nuestra armadura nos protege de los ataques frontales; no se puede usar por partes, debe usarse completa siempre; nos arma defensiva y ofensivamente para recuperar posiciones que el maligno nos ha robado:

Armas Defensivas

Escudo de la Fe. Nos protege de las flechas de la venganzael odio, la envidia, la mentira, la ira, la vanidad y el orgullo.

Coraza de Justicia. Cubre el cuello, pecho y muslos. Actúa como protección para el cristiano. 

Yelmo de la SabiduríaNos cubre y protege la cabeza, y nos ayuda a pensar de la manera que Dios quiere que luchemos, incluso cuando estamos tentados a desertar.

Calzado de la Paz. Anclados al suelo para no resbalar, nos asegura un caminar estable, seguro y firme en medio del barro y las sacudidas de la batalla.

Cinto de la Verdad. Nos da firmeza, equilibrio y agilidad en los movimientos al conocer la Verdad y proclamarla.

Armas Ofensivas 

Espada del Espíritu. Sacramentos y Evangelización: armas cortantes y letales contra el Enemigo que nos mantiene afilados.

Arco y Flecha de la Oración. Moviliza el poder de Dios. Hace a la armadura relucir y brillar al permanecer conectados a Jesucristo. En ocasiones, también es un arma defensiva.

Estrategia y Adiestramiento

Palabra de Dios. Adiestramiento y formación en la lucha espiritual y estrategia de defensa contra el desánimo, el cansancio, la desilusión, la desesperanza.
No parece pues acertado seguir con la misma estrategia y con la misma pastoral que años atrás, cuando la fe católica era universal, y no era puesta en duda por nadie. 

Hoy, la Iglesia ha dejado de ser católica y universal, para convertirse en íntima y personal. Ha dejado de ser una, para convertirse en muchas opiniones mundanizadas. Ha dejado de ser apostólica, para convertirse en inactiva...

Resultado de imagen de armadura defensiva u ofensivaEl mundo nos ataca con la máxima virulencia para imponernos su pensamiento único. Desde todos los flancos, nos dicta cómo debemos pensar y actuar. 

Por eso, hoy, los cristianos bien formados y armados, no podemos tratar de pasar inadvertidos, no podemos dejar de hacernos notar, no podemos callar ni disimular. No podemos avergonzarnos de la cruz, ni esconderla.

Los cristianos tenemos que ser audaces y valientes para defender con coherencia y firmeza nuestra posición a favor de la vida y contra el aborto y la eutanasia, la defensa del matrimonio cristiano indisoluble, nuestra posición contra la ideología de género, etc.

Los cristianos tenemos que ser capaces de proclamar con claridad y solidez, la eficacia de nuestra fe, como uno de los grandes dones que nos ha dado Dios no sólo a los católicos, sino a toda la humanidad. 

Los cristianos debemos tener la certeza de que estamos en el ejercito victorioso, capitaneado por nuestro Señor Jesucristo, a quien "Se le ha dado todo poder en el cielo y en la tierra" (Mateo 28,18), quien "se ha manifestado para destruir las obras del diablo" (1 Juan 3,8) y quien nos transfiere, deposita y reviste de autoridad por el Espíritu Santo: "Ved que os he dado poder de pisar serpientes y escorpiones, y sobre todas las fuerzas del enemigo, sin que nada os dañe" (Lucas 10,19). "Si Dios está con nosotros, ¿quién estará contra nosotros?" (Romanos 8, 31).

Los cristianos debemos tener la plena confianza en que el poder para salir victorioso no está en nuestras manos, en nuestros actos o palabras, sino en la Palabra de Dios, que obra milagros y es cierta: “El cielo y la tierra pasarán pero mis palabras no pasarán” (Mateo 24,35).

Hoy, los cristianos debemos estar preparados y alerta para entablar batalla a nuestro Enemigo. E incluso, estar dispuestos a morir por nuestra fe. 

lunes, 21 de agosto de 2017

¡QUÉ DIFÍCIL ES SER CRISTIANO HOY!

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Estoy seguro de que ser cristiano ha sido difícil siempre, en cualquier época de la historia. Sin embargo, parece mucho más difícil serlo hoy de lo que era hace unos años o una generación. ¿Por qué?

A diferencia de los cristianos del siglo I, que vivieron en una sociedad "precristiana", los cristianos del siglo XXI, vivimos en una sociedad "postcristiana". La sociedad se ha "descristianizado", ha decidido prescindir de Dios. 

La principal razón es, sin duda, la acción diabólica del Enemigo de Dios que ahora, más que nunca, ha llegado a su máximo apogeo. La maldad y la perversión nos rodea, nos arrincona. 

La globalización ha contribuido a que tengamos acceso a todo lo que ocurre en el mundo. Y las buenas noticias, no son noticia. Internet hoy, domina nuestras vidas. La comunicación, la información y las noticias del otro lado del mundo nos llega al instante. 

La pornografía, la violencia, los asesinatos, las prácticas satánicas y todo tipos de maldades son ahora demasiado accesibles para cualquiera; los ataques a Dios y a su Iglesia son constantes y gratuitos. Todo está a nuestro alcance, lo bueno y lo malo. Nos hemos acostumbrado a la insensibilidad y se ha endurecido el corazón humano.

Imagen relacionadaNo hace tanto, acudir a la parroquia y escuchar misa formaba parte de nuestras vidas, de nuestra cultura y de nuestra tradición. Seguramente, muchos católicos asistíamos a misa los domingos porque era lo "que se hacía", porque era lo que se esperaba de nosotros, bien por cumplir o por tradición, pero al menos, íbamos.

Hoy, para muchos, Dios ya no "pinta" nada en un mundo donde nada tiene significado trascendental. Los valores y los principios han desaparecido. No hay verdades absolutas

Antes, pocas personas (o ninguna) cuestionaban abiertamente la autoridad de Dios o de su Iglesia, aunque no siempre le siguieran al pie de la letra. Ahora, a menudo tenemos que dar explicaciones de nuestra fe o de nuestras creencias. Como si fuéramos "bichos raros".En general, antes la sociedad respetaba la posición religiosa de la Iglesia. Hoy pocos lo hacen sin criticar, juzgar o atacar. 

Sin embargo, el corazón humano, creado par la búsqueda de "algo superior", hoy se pierde en la demanda de una mal entendida espiritualidad. 
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Una espiritualidad humana, que no divina, a través de prácticas y ejercicios esotéricos. Lo llaman "la nueva era". Una era sin Creador, sin Origen de todo, sin Sentido...

Lo que la sociedad acepta hoy, cambia rápidamente, día a día, segundo a segundo. Lo que hoy es válido, quizás mañana no lo sea. Hace más de tres décadas, la mayoría de nosotros jamás hubiera soñado que sufriríamos los problemas a los que nos que enfrentamos hoy. Pocos de nosotros habríamos pensado que nuestra sociedad algún día legalizaría situaciones que ahora se consideran "normales".

Estamos cosechando los resultados de décadas de creyentes anestesiados, que no discípulos de Cristo. Hemos ido, hemos enseñado y hemos bautizado pero no hemos hecho discípulos. 

La fe se vivía en la intimidad familiar, nada más. No trascendía. Todo se daba por supuesto. Y el resultado es que hoy "bebés espirituales" deben enfrentarse a "lobos maduros". Y muchos no saben cómo hacerlo.

¡Qué difícil es ser cristiano hoy!





jueves, 6 de julio de 2017

¿MISAS NO, MUSAS SI?

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El pasado mes de marzo, Izquierda Unida junto con su socio Podemos, presentaron una iniciativa parlamentaria para eliminar de La 2, el programa que emite la misa católica porque (decían) "incita al odio", según afirmó la portavoz parlamentaria, Irene Montero: "En las misas hemos podido ver cómo la jerarquía católica incitaba al odio a los homosexuales o hablaba de los derechos de las mujeres, como el del aborto, como algo abominable"

"Hemos visto a la jerarquía católica en España criticar a las mujeres por defender sus derechos, oponerse a que puedan casarse compañeros del mismo sexo, decir que los jóvenes no tienen que usar preservativo... Eso, desde la televisión pública, no", justificaba también el líder, Pablo Iglesias.

El año pasado se registraron 187 agresiones contra el derecho fundamental de libertad religiosa en España, frente a las 91 del año anterior. 

El programa electoral de Podemos anima el hostigamiento, así como el acoso y derribo contra la confesión mayoritariamente católica de nuestro país e incita claramente al odio. La lista es muy larga y por todos conocida.

Y yo me pregunto, Pablo Iglesias, "misas no" en la televisión pública pero ¿fiestas gays, si? En ellas, hemos escuchado expresiones y frases que incitan realmente al odio como "la iglesia que ilumina es la que arde" o "arderéis como en el 36". ¿Tolerancia? ¿Amor? ¿Diversidad?

Por otro lado, la alcaldesa de Madrid, la señora Carmena, en otro ataque a los católicos, impidió la instalación del tradicional Belén navideño en Madrid aludiendo "que no todos los madrileños son católicos". Intuyo entonces...¿que todos los madrileños somos gays?

Durante toda una semana, Telemadrid, con el lema "¡Qué orgullo!" se ha erigido como la televisión oficial del World Pride con más de 30 horas en directo y contenidos especiales, amén de una película diaria con temática LGTB, como Brokeback Mountain, Pride (Orgullo), Philadelphia o C.R.A.Z.Y.

José Pablo López, director general de Telemadrid, ha dicho: "Como televisión pública tenemos la obligación de contribuir a la normalización e integración del colectivo LGTB". 

Y yo me pregunto desde la ingenuidad, la televisión pública madrileña, ¿para eso sí?
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Con este tipo de programación se puede ver como la cadena pública madrileña discrimina a otros colectivos de mayor importancia, al menos, numérica. Por ejemplo, durante la Semana Santa tan sólo retransmitió 8 horas seguidas de procesiones. Y tan sólo emitió cuatro películas más que las que las emitidas en el World Pride, pese a que los cristianos en España son muchos más numerosos.

Incoherencia, Intransigencia e Intolerancia. Incitaciones, Indignidades, Injurias..."Ies" que incitan al odio. Al odio contra los que no piensan como ellos.

Misas, no. Pero "musas LGTB", sí.

En fin.....

lunes, 20 de marzo de 2017

DIOS NOS PIDE DAR RESPUESTA


"Mas, aunque sufrierais a causa de la justicia, dichosos de vosotros. 
No les tengáis ningún miedo ni os turbeis." 
Dad culto al Señor, Cristo, en vuestros corazones, 
siempre dispuestos a dar respuesta a todo el que os pida razón de vuestra esperanza. 
Pero hacedlo con dulzura y respeto. 
Mantened una buena conciencia, para que aquello mismo que os echen en cara, 
sirva de confusión a quienes critiquen vuestra buena conducta en Cristo." 
(1 Pedro 3, 14-16)



Hoy quiero dirigirme a quienes atacan y se mofan de mis creencias, y lo hago desde mi condición de español y de católico. Mi intención, desde "la dulzura y el respeto" es aclararles algunos asuntos que parecen no entender bien, debido a su enfermizo y obsesivo odio hacia nosotros, los que nos consideramos españoles y católicos:

1) Mi fe no me la puedo callar.a pesar de los continuos e intolerantes ataques contra mi fe, ya sea en las administraciones públicas, en los colegios, en los medios de comunicación o en las mismísimas iglesias, y sus empeños en relegar la religión a un hecho privado, de forma que no influya en el desarrollo y transformación de la vida social, política y cultural de nuestro país, no lo van a conseguir. 

2) Mi fe me hace libre. Y a pesar de su ocurrente e intensa labor política, deberían conocer que, tanto la Carta de Derechos Fundamentales de la Unión Europa (artículo 10) como la Convención Europea de Derechos Humanos (artículo 9) definen el derecho de libertad religiosa como “la libertad de manifestar su religión o sus convicciones individual o colectivamente, en público o en privado”

3) Mi fe me protege. Y a pesar de su obstinación por el laicismo, deberían saber que este derecho está recogido también en el artículo 16 de nuestra Constitución Española: "Se garantiza la libertad ideológica, religiosa y de culto de los individuos y las comunidades sin más limitación, en sus manifestaciones, que la necesaria para el mantenimiento del orden público protegido por la ley."

4) Mi fe es pública. Y a pesar de sus ideas radicales, deberían saber que no lograrán la imposición de su pensamiento único, ni de su dictadura atea, ni relegar la religión al ámbito privado de la conciencia personal, ni impedir cualquier manifestación pública de mis convicciones o creencias, ni su ansia vehemente de convertir la fe católica en una actividad clandestina y proscrita.

5) Mi fe es de muchos. Y a pesar de su pretendido control de los medios de comunicación y redes sociales, deberían saber que con su furibunda obsesión contra la Iglesia han producido un efecto mariposa, completamente contrario a sus deseos, propiciando que esta España Católica que tanto odian y señalan como si fuera la peste, haya despertado de su anestesia y se haya movilizado en favor de lo que, no sólo es un derecho fundamental, sino un mandato de nuestro propio Dios Jesucristo (1 Pedro 3, 15; Mateo 18, 19-20). 

6) Mi fe me define. Y a pesar de su invasión en el ámbito del Derecho, la cultura y  la educación, deberían saber que el artículo 16.3 de nuestra Constitución Española (1978) dice: Ninguna confesión tendrá carácter estatal. Los poderes públicos tendrán en cuenta las creencias religiosas de la sociedad española y mantendrán las consiguientes relaciones de cooperación con la Iglesia Católica y las demás confesiones". Deberían saber que Estado aconfensional significa "que no se adhiere y no reconoce como oficial ninguna religión en concreto, aunque pueda tener acuerdos (colaborativos o de ayuda económica principalmente) con ciertas instituciones religiosas." Es el Estado quien se define aconfesional, no la sociedad. Ellos pueden definirse como quieran pero que no me definan a mí, por favor. 

7) Mi fe es tolerante. Y a pesar de sus discursos populistas, deberían ser coherentes con una de sus palabras favoritas, "tolerancia", esa que tanto pregonan cuando se trata de grupos minoritarios pero que callan cuando se trata de mayorías no conformes a su ideología. Si la utilizan para unos, deberían hacerlo para todos.

8) Mi fe es libre. Y a pesar de sus gritos progresistas, deberían ser fieles a otra de sus palabras favoritas, "libertad", esa que tanto demandan para ustedes y los suyos pero que niegan a otros. Yo no les digo a ustedes como vivir sus ideas, y por tanto, no me digan a mi como debo vivir mi fe. 

9) Mi fe es transparente. Y a pesar de su conductas "intachables", deberían ser leales a otra de sus palabras favoritas, "transparencia", esa que tanto exigen a otros pero que ustedes ocultan cuando les interesa.

10) Mi fe viene "de lo alto". Y a pesar de sus contradicciones y sus postulados "anti-todo", sean lo que quieran ser, aconfesionales y laicos, de izquierdas y radicales, del género que se les ocurra, pero no me digan a mi lo que debo ser, cómo debo ser o lo que debo pensar. Para eso, tengo a mi Dios.







martes, 17 de enero de 2017

DIOS HA MUERTO Y NOSOTROS LE HEMOS MATADO

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"Dios ha muerto. Dios sigue muerto. Y nosotros le hemos matado.
¿Como podríamos reconfortarnos, los asesinos de todos los asesinos?
El más santo y el más poderoso que el mundo ha poseído
se ha desangrado bajo nuestros cuchillos:
¿quién limpiará esta sangre de nosotros?
¿Que agua nos limpiará?
¿Qué rito expiatorio, qué juegos sagrados deberíamos inventar?
¿No es la grandeza de este hecho demasiado grande para nosotros?
¿Debemos aparecer dignos de ella?"
(Nietzsche, La gaya ciencia, sección 125)

"Dios ha muerto" es la frase con la que Nietzsche auguró la crisis de la moralidad de los siglos XX y XXI, y la imposibilidad de conservar cualquier sistema de valores, en ausencia de un orden divino. 

La muerte de Dios se refiere no sólo al rechazo de la creencia en Dios, sino también al rechazo de los valores absolutos y universales

De esta manera, la pérdida de una base absoluta de moralidad conducirá, primero, al nihilismo (la vida carece de significado objetivo, propósito, o valor intrínseco) y más tarde al relativismo (los puntos de vista no tienen verdad ni validez universal, sino que sólo poseen una validez subjetiva y relativa). ¿Nos suena familiar?

¿Por qué se amotinan las naciones y los pueblos hacen proyectos vanos?
Se levantan los reyes de la tierra, 
los príncipes conspiran contra el Señor y su mesías:
"¡Rompamos sus cadenas, sacudamos su yugo!".
(Salmo 2, 1-3)

En los tres primeros versículos del Salmo 2, el rey David habla de las naciones que se levantan contra Dios, que conspiran contra Dios, que ven Su voluntad como "cadenas y yugo" que los esclaviza, que ven Su Palabra anticuada. El rey David incluso menciona que estos líderes de todas las naciones hacen proyectos (leyes) vanos, en oposición directa a los caminos de Dios. ¿Nos suena familiar?

A pesar de que muchos de estos líderes actuales vienen de herencias cristianas y viven en países tradicionalmente cristianos, afirman que Dios es irrelevante en el mundo de hoy. 

En 1966, la revista americana Time mostraba en su portada: "¿Dios está muerto?"Los lectores criticaron duramente a la revista por insinuar la muerte de Dios en una nación con fuertes raíces cristianas. 
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Sin embargo, el incremento de la hostilidad hacia Dios y hacia los cristianos que se han producido en los últimos años, donde la cultura popular ha pasado de objetar a Dios, para odiarle profundamente, deja en insignificante aquella portada. 

Nunca ha habido en la historia un cambio de mentalidad cultural tan rápido como el que se ha producido en los últimos 5 ó 10 años.

Fuego cruzado en el mundo

Como resultado de este cambio tan notable, los cristianos estamos atrapados en un fuego cruzado.

Lo que no hace mucho solía ser la excepción, cristianos calumniados por creer en Dios y vivir su fe, hoy es la norma. Lo que solía ser la excepción, personas maldiciendo y profanando el nombre de Dios y de su Iglesia, hoy es la regla.

En todo el mundo, en Europa Europa y en nuestro país el cristianismo está siendo atacado. De una forma evidente o solapada. La situación es claramente opositora debido a leyes aprobadas con el objetivo de asegurar unos supuestos derechos humanos (libertad de género, de culto, de condición, de unión, de aborto, de eutanasia, etc.) que de hecho, estigmatizan a los cristianos.
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Fuego amigo en la Iglesia

Estamos experimentando un cambio dramático en las sociedades de todo el mundo. La temperatura está aumentando, al igual que los polos de la fe se están derritiendo a marchas forzadas y se recrudecen las zonas de desierto. La temperatura del odio sube unos cuantos grados cada año contra los cristianos en particular.

Como cristianos, sería absurdo esperar la simpatía del mundo secular. Jesús nos dijo: "Seréis odiados por todas las naciones por causa de mi nombre" (Mateo 24, 9). Sin embargo, el fuego ha llegado hasta la misma Iglesia. 
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Es triste comprobar que tenemos una débil fe cristiana. La Iglesia no está trabajando bien, ha perdido su identidad y los seminarios están vacíos. Las parroquias son lo único que se mantiene de pie. Necesitamos una verdadera vida cristiana para luchar contra nuestra sociedad que ha matado a Dios.

De hecho, muchas naciones "post-cristianas" tienen un largo camino por recorrer antes de que su nivel de persecución cristiana pueda compararse a lugares como Corea del Norte, Somalia, Irak o Siria. Aunque rezamos para que el nivel nunca aumente, el riesgo permanece latente.

Los casos de persecución contra los cristianos son recordatorios de que nuestro mundo está cambiando rápidamente más allá de sus raíces cristianas. Y en la última década, la aceleración de la actividad decididamente anticristiana es sorprendente.

Un mundo sin Dios es un infierno

Si los cristianos no nos despertamos para ver lo que está sucediendo, terminaremos acelerando nuestra propia persecución. Un mundo sin Dios es un infierno. El infierno es, en definitiva, eso: no tener a Dios.  Ese no es el deseo de Dios para aquellos que lo seguimos. Él nos ha dado Su Espíritu para llegar a ser santos y alcanzar el cielo. El Espíritu Santo, que vive dentro de nosotros nos puede ayudar a luchar en estos tiempos contra la decadencia moral y religiosa. 

Sin embargo, el empeño de esta sociedad relativista es en vano. Movidos por el Diablo, desean unirse a los judíos del primer siglo y volver a matar a Dios. Una cosa es evidente: ellos mismos creen en la Resurrección de Cristo pues para volver a matarlo tiene que haber resucitado. 

Lo cierto es que Él ha triunfado sobre la muerte y ahora ¡vive! "¿Por qué buscan al vivo entre los muertos? No está aquí, ha resucitado" (Lucas 24,5 ).

La resurrección de Cristo es lo que marca la diferencia para nosotros, los cristianos. "Él no es Dios de muertos, sino de vivos" (Marcos 12,27). "Así también ustedes, considérense como muertos al pecado y vivos para Dios en Cristo Jesús" (Romanos 6,11). 

Por tanto, vivamos Su resurrección como la mayor señal de que Dios está vivo en nuestro mundo, de que nosotros somos sus testigos y su fiel reflejo. Así, daremos la mejor respuesta a este mundo corrompido por el deseo del Enemigo de vivir sin Dios.

lunes, 2 de enero de 2017

ORGULLOSO DE SER CRISTIANO

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Estoy orgulloso de ser cristiano, de seguir a Cristo. Él es real, es el Camino, la Verdad y la Vida. Nada me va a apartar de Él, pero la intolerancia con la que algunos actúan me rompe el corazón.  Esta es mi lucha.

A veces me pregunto, "Dios, ¿por qué dejas que estas personas te ataquen? o incluso peor, ¿por qué dejas que ataquen a tus hijos?"

Todos tenemos derecho a una opinión y por supuesto, una creencia, pero eso no significa que nuestras opiniones tengan que ser censuradas con impiedad y crueldad. Todo lo que hago lo intento hacer con amor y decirlo con respeto. Pero te censuran o te atacan. Es desalentador. 

Sin embargo, Dios ya me ha respondido a mis preguntas. Me llama a ser misericordioso, a devolver bien por mal, a perdonar a mis enemigos. Y eso cuesta, sobre todo, para alguien como yo, que dista mucho de ser santo.

En la Palabra de Dios, el concepto de amor y de misericordia son constantes. Pero mientras creo que estas verdades son tan reales como que el sol sale cada mañana, supongo que algunos opinan lo contrario. 

Lo repito, estoy orgulloso de ser cristiano, pero no puedo decir que me guste la forma en que otras personas actúan. Yo sería el primero en dar mi vida por Aquel que dio la suya por mí, pero eso no significa que sea capaz de hacerlo por aquellos que me atacan. Esta es mi asignatura pendiente. Sé que tengo que trabajar en ello. Y mucho...

El segundo mandamiento que Jesús nos dio es: "Ama a tu prójimo como a ti mismo". Marcos 12,31. Además, en Lucas 6, 35-36, el apóstol nos exhorta: "Pero vosotros amad a vuestros enemigos, haced el bien y prestad sin esperar remuneración; así será grande vuestra recompensa y seréis hijos del altísimo, porque él es bueno con los desagradecidos y con los malvados. Sed misericordiosos, como vuestro Padre es misericordioso" 

Sé que no puedo ignorarlo, sé que debo obedecer aunque me cueste. Sé que el amor es algo que no puedo ignorar como seguidor de Jesús. No es que quiera justificar mis palabras, mis acciones o mis malos pensamientos, pero no lo llevo bien. No siempre soy capaz de amar a mi enemigo.

Sé que mi misión como seguidor de Cristo consiste en reflejar amor, el mismo amor que Jesús mostró sobre la cruz. No soy tan iluso como para creer que por ser cristiano voy a ser amado o respetado por todas las personas. De hecho, Jesús me advirtió sobre ello: "Seréis odiados por todos por causa mía, pero el que se mantenga firme hasta el fin, ése se salvará" (Mateo 10,26).

Sé que sin amor, sin compasión y sin misericordia, ser cristiano no tiene sentido. Sin amor estoy sin Jesús. El fue odiado, perseguido y asesinado, y por tanto, Jesús mismo es la imagen que debo reflejar, y mi misión es amar porque él me amó primero. A todos, incluso a los siguen queriendo verle crucificado.

Como cristiano debo aprender a mostrar al mundo una imagen consecuente del amor de Dios a través de cada faceta de mi vida, incluso en las redes sociales. Sé que el AMOR tiene el poder de cambiar el mundo.

Por eso, le pido a Dios ayuda. Le pido que me envíe su Espíritu, y a María, su Gracia, porque sin ellos, no puedo.