¿QUIÉN ES JESÚS?

La vida de Jesús siempre ha suscitado preguntas a lo largo de los últimos dos mil años.

¿Cómo pudo un carpintero que fue ejecutado por los romanos convertirse en el hombre más famoso de la historia?
¿Fue Jesús alguien verdaderamente real?
¿Cómo puede Dios ser un hombre al mismo tiempo?
¿De qué manera podría esto tener algún sentido para mi vida?

Estas son algunas preguntas, pero aquí tienes un espacio para formular las tuyas.

jueves, 18 de abril de 2019

NOTRE DAME: UNA ORACIÓN DE PIEDRAS VIVAS

"Todo el daño nos viene de no tener puestos los ojos en Vos, 
que si no mirásemos otra cosa que el camino, pronto llegaríamos..."
(Santa Teresa de Jesús)

Arde Notre Dame. El mayor símbolo católico de la ciudad de la luz se consume por las llamas en plena Pascua. 

El fuego ha derribado la aguja, ha destruido dos tercios de las bóvedas y tejados, ha calcinado numerosas y valiosas obras de arte y ha provocado cuantiosos daños económicos. 

El humo negro cubre el cielo parisino. Siglos de historia, francesa, europea y cristiana, han ardido en pocas horas en París, provocando una conmoción mundial. 

La catedral de Notre Dame, construida entre los años 1163 y 1345, testimonia casi dos siglos de fe y ofrenda elevadas al cielo, además de haber sido testigo durante 855 años de coronaciones, funerales de estado y del paso de millones de creyentes y no creyentes; protagonista de novelas, libros y películas; y respetada por guerras y revoluciones.

Resultado de imagen de notre dame de parisNo puedo dejar de ver este terrible suceso con un intenso dolor y reconozco que he llegado a pensar que terminaría completamente calcinada. He sentido una gran consternación no sólo por su valor artístico, cultural o histórico sino principalmente, por su valor espiritual. 
Resultado de imagen de Catedral de Notre Dame

He sentido una profunda pena al contemplar esta tragedía como alegoría de la decadencia de nuestra Europa católica, cuya identidad y fe cristianas caminan en una lenta agonía entre las llamas del materialismo y el humo del relativismo.

La descristianización de Francia, originada durante la Revolución francesa en 1789, hoy parece dar un nuevo y negro paso, ante el incendio del grandioso templo mariano católico. Tras Francia, Europa ha incendiado sus valores y ha perdido su fe.
Resultado de imagen de incendio notre dame
"Nuestra Señora de piedra", con sus alzadas góticas y gárgolas vigilantes, sus bóvedas de crucería, sus contrafuertes, arbotantes, vitrales y rosetones ha sido, durante casi un milenio, una "oración de piedra" que ha expresado la fe del pueblo católico, que ha elevado sus súplicas al cielo y constatado el anhelo de acercarse a Dios a través de la consagración de este majestuoso templo a la Santísima Virgen María, el medio más perfecto para llegar a Él.

Su monumentalidad y simbolismo me sugieren una visión teocéntrica del mundo. 
Cada uno de sus singulares detalles, incluso aquellos que no son visibles, o que son inaccesibles o que no tienen un aparente propósito definido, me interpelan ante la certeza de que no fueron diseñados para deleitar el ojo humano, sino construidos como una ofrenda a Dios, como una mirada confiada al cielo. 

Quizás muchos alejados de Dios disfruten con este desastre anclados en el odio y en el resentimiento, o incluso, proclamen soflamas con reminiscencias de épocas pasadas nefastas
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Sin embargo, las respuestas solidarias no se han hecho esperar y muchas personas han donado grandes cantidades de dinero para su reconstrucción (más de 900 millones de euros hasta el momento).

Imagen relacionadaMuchos franceses, en una reacción espontánea, han acudido a la  Île de la Cité para rezar con "Ave Marías" a la Virgen y "Padrenuestros" a Dios, en un resurgir inmediato de la fe católica. Y otros muchos católicos, les hemos secundado en oración, desde nuestros países.

Este trágico suceso se ha convertido en una "oración de piedras vivas", un resurgir de nuestra esperanza y un resucitar de nuestra fe, y que nos recuerdan las palabras de Jesús: "Os digo que si éstos se callaran gritarían las piedras" (Lucas 19, 40). 

Pero, aunque la catedral colapsara, la fe la mantendrá de pie. Aunque nuestros pecados nos hayan hecho caer, nuestra fe nos levantará.

Por eso, le pido a Nuestra Señora que convierta esta desgracia en gracia, para que aumente nuestra fe y fortalezca nuestra confianza en Dios, para que nos ayude a no dejar de mirar el rostro de Cristo.

Y hoy, más que nunca, quiero recordar lo que la Virgen nos dijo en Fátima: "Por fin, mi Inmaculado corazón triunfará". Esa promesa es Palabra del cielo. Es confianza, es esperanza, es fe. Es Resurrección.

Una mirada exterior

notre dameCamino hacia "Nuestra Señora" para admirar su fachada principal con sus dos torres, la galería de  los reyes y la de las quimeras (gárgolas), su rosetón occidental y sus tres pórticos: el de Santa Ana, el del Juicio Final y el de Nuestra Señora.

El pórtico sur me señala la ejemplaridad de vida de Santa Ana y San Joaquin, los padres de la Virgen. 

El central me muestra la escena del Juicio Final, con Cristo como juez, a San Juan y a la Virgen, a los patriarcas, a los apóstoles y a los santos, flanqueados por legiones de ángeles, con San Gabriel a la cabeza, además de numerosas alegorías al cielo y al infierno. Allí veo a los elegidos y a los condenados y, por fin, la resurrección al final de los tiempos. 

El pórtico norte me revela la Coronación, Dormición y Ascensión de la Virgen María.

Imagen relacionadaResultado de imagen de notre dame de parisA continuación, giro a la derecha para admirar su fachada sur, que me recibe con su gran rosetón.

Resultado de imagen de arbotante goticoUn círculo infinito encerrado en un cuadrado finito, que simboliza la Encarnación de Dios y que, milagrosamente salvado del incendio, presagia la salvación del mundo.

Me detengo en sus sólidos arbotantes que derivan las presiones de las bóvedas hacia los contrafuertes adosados al exterior de los muros, y sustentan toda la construcción sobre un área más amplia, suscitándome la comprensión de la fortaleza y la fe firme con la que los padres de la Iglesia asientan y sustentan el cuerpo místico de Cristo.

Una mirada interior


Me acerco al interior de la "Dama de Piedra" a través de las imágenes desoladoras que muestran los trágicos efectos de las devastadoras llamas.
Vista del interior de la catedral de Notre Dame después del incendio registrado este lunes en París.
Resultado de imagen de incendio notre dameProvidencialmente, se han librado de las llamas el altar principal, los rosetones que representan a la Virgen, al Niño Jesús y al Cristo Majestad. 

Ver imagen en TwitterEl tesoro de la catedral , a salvo en el ayuntamiento de París.La campana más grande y pesada de Notre Dame (13 toneladas), llamada Bourdon y bautizada Emmanuel por Luis XIV continúa en la torre sur, a la espera de un diagnóstico sobre su estado. 

También, el órgano principal con sus 5 teclados y 8.000 tubos, setenta pinturas de los siglos XII y XVIII que se encontraban en los arcos de la nave, el coro y las capillasasí como las estatuas de cobre de los doce apóstoles y los cuatro evangelistas, que habían sido retiradas hacía unos días de la aguja.
El tesoro de la catedral guardaba algunas valiosas reliquias que, milagrosamente, se han salvado del incendio y que permanecen ahora en el Ayuntamiento: la túnica de lino del rey San Luis, del siglo XIII, la Corona de espinas, un clavo y un fragmento de la Cruz de Cristo.
Termino mi artículo con una canción de Alison Moyet, titulada "Love Resurection", que habla de la necesidad de la resurrección del amor y de una intervención divina:

What can I do to make light of this dull dull day
What switch can I pull to illuminate the way

Show me one direction
I will not question again
For a warm injection
Is all I need to calm the pain

We all need a love resurrection
Just a little divine intervention

What seed must I sow to replenish this barren land
Teach me to harvest I want you to grow in my hand
Lets be optimistic, lets say that we won't toil in vain
If we pull together we'll never fall apart again

We all need a love resurrection
Just a little divine intervention

Show me one direction
I will not question again
For a warm injection
Is all I need to calm the pain

We all need a love resurrection
Just a little divine intervention

domingo, 7 de abril de 2019

PREPARADOS PARA LA PERSECUCIÓN

"Es seguro que todos los que quieren vivir como buenos cristianos 
sufrirán persecuciones." 
(2 Timoteo 3, 12)

Los cristianos son perseguidos en muchas partes del mundo. El año pasado, más de 280 millones de cristianos se enfrentaron a la intimidación, prisión o incluso muerte por su fe en Jesús, 1.847 Iglesias fueron atacadas y 4.305 cristianos fueron asesinados en el mundo por causa de su fe. 

Asia y África destacan por su crueldad hacia el cristianismo. En Asia, 1 de cada 3 cristianos sufre persecución a nivel alto, muy alto o extremo, mientras que en África, la cifra es 1 de cada 6. 

Corea del Norte, Afganistán, Somalia, China e India ocupan los primeros puestos de la lista mundial de persecución, mientras que Nigeria es el país donde se producen más asesinatos de cristianos.

Una persecución silenciosa

En la Europa católica nos hemos acostumbrado a ver la persecución de los cristianos desde la lejanía y pensamos: "Esto no ocurre aquí". Nos hemos vacunado e inmunizado cuando oímos las escalofriantes noticias de este mal y creemos que eso nunca nos pasará a nosotros.

Resultado de imagen de persecucion cristianaSin embargo, existe una persecución silenciosa que no siempre mata, necesariamente. Es la persecución a la libertad de conciencia, por la que nuestra sociedad occidental se ha propuesto arrinconar la fe cristiana y en especial, la católica.

Y lo hace, primero, a través de las tendencias y de las ideas que van generando una mentalidad social y un pensamiento único que anida en la conciencia general.

Este pensamiento único hace surgir brotes de odio e intolerancia hacia la fe cristiana, que finalmente, se materializan en leyes de obligado cumplimiento: Ley del aborto, eutanasia, divorcio, uniones homosexuales, ideología de género, etc. 

No debemos asustarnos porque está escrito que nuestros enemigos estarán también en nuestra propia casa:
"No penséis que he venido a traer la paz al mundo; no he venido a traer paz, sino espada. Porque he venido a poner al hijo en contra de su padre, a la hija en contra de su madre, a la nuera en contra de su suegra. De suerte que los enemigos del hombre son los de su propia casa" (Mateo 10, 34-36).

"El hermano entregará a la muerte a su hermano, y el padre al hijo, y los hijos se alzarán contra los padres y los matarán. Todos os odiarán por causa mía; pero el que persevere hasta el fin se salvará"(Marcos 13, 12-13).

Alegres en la persecución


En contra de la mentalidad del mundo, Jesús nos dice que estemos alegres por ser perseguidos, insultados y calumniados y nos exhorta a perseverar:

"Dichosos los perseguidos por ser justos, porque de ellos es el reino de Dios. Dichosos seréis cuando os injurien, os persigan y digan contra vosotros toda suerte de calumnias por causa mía. Alegraos y regocijaos, porque vuestra recompensa será grande en los cielos. Pues también persiguieron a los profetas antes que a vosotros"
(Mateo 5, 10-12).


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El mundo trata de seducirnos con diversas doctrinas que llenan los corazones de falsas promesas y derechos de todo tipo. Cristo, sin embargo, no nos habla de derechos sino de obligaciones. Nos no nos habla de facilidades y confort sino de dificultades y problemas. No nos engaña, ni llena nuestro corazón de falsas promesas... y nos insta a estar alegres.

Seguir a Jesús implica incomprensión y rechazo; ir en pos de Él, conlleva envidia y odio; ponerle en el primer lugar, nos conduce a la intolerancia y la difamación; aceptarle y amarle, nos traerá sufrimiento y persecución.

Jesús declara dichosos y bienaventurados a aquellos, que por su fe y seguimiento a Él son oprimidos, maltratados y perseguidos. Pero para el mundo, los cristianos somos gente "rara", impopular, extraña, radical y retrógrada, porque Dios también lo es para ellos.

A Cristo lo persiguieron,
 lo insultaron, lo crucificaron y lo mataron. Y harán lo mismo con sus seguidores. No nos engañemos. El mundo no está a gusto con Dios ni con nada ni nadie que se lo recuerde. No nos va a adular, no van a hablar bien de nosotros, no vamos a ser bien vistos. Todo lo contrario.

Es posible que el grado de pers
ecución, de rechazo o de insulto sea distinto en un lugar o en otro, en una persona o en otra, en un momento o en otro, pero todos los cristianos la sufriremos de un modo u otro. De una manera u otra, todos los cristianos "beberéis del vaso que yo bebo" (Marcos 10,39), y "seréis odiados por causa de mi nombre" (Mateo 10,22).

El E
vangelio es tan contrario a la mentalidad que impera en el mundo que despierta su rechazo y provoca su enemistad. Ante esta enemistad, los cristianos debemos luchar contra la poderosa tentación de adaptarnos al mundo, porque hacerlo, supone negar a Cristo.

Preparados para la persecución

No obstante, los cristianos que no somos super-héroes, sino gente normal y sencilla, debemos prepararnos para sufrir esta persecución porque, tarde o temprano, llegará.

Por ello, debemos tener en cuenta que:

1.- Es una gracia. La capacidad p
ara aguantar la persecución, soportar la difamación y el martirio es una gracia de Dios. Esto significa que en los momentos de persecución, no debemos poner la mirada en nosotros mismos, sino en Cristo

Cuando los cristianos de Jerusalén tuvieron que hacer frente a la primera persecución, no sopesaron sus posibilidad de resistencia ni su propia capacidad, sino que nos dice ejemplarmente dijeron: "Y ellos... alzaron unánimes la voz a Dios, y dijeron: ... Señor, mira ahora sus amenazas, y concede a tus siervos que con todo denuedo hablen tu palabra." (Hechos 4, 24).

Debemos rezar y pedirle a Dios el valor para proclamar el nombre de Jesús en una sociedad hostil al Evangelio y la capacidad para enfrentarnos la persecución. 

2.- Es un ataque. La persecución no atentará siempre contra nuestra integridad física. En la mayoría de los casos, la persecución se mantendrá en el terreno de la difamación y la calumnia. Por ahí comienza. Es un ataque que nos desacredita con mentiras, se inventan sobre nosotros falsas historias y se nos critica injusta y alevosamente. De la calumnia se pasa a la violencia física y al despojo de nuestros bienes.

3.- Es una prueba. E
l desprecio, la calumnia y la persecución del mundo son una prueba evidente de virtud y obediencia de los cristianos a su Señor. Por el contrario, cuando la Iglesia es ignorada o está bien vista por la sociedad, debería preguntarse a sí misma si de verdad es una Iglesia que sigue a Jesucristo. La reacción condescendiente o amistosa del mundo hacia la Iglesia significa que está dormida y que no está dando testimonio de Jesucristo, o que se ha adaptado al mundo, adulterando el mensaje que le fue confiado por Cristo y traicionando su fidelidad a Él. 


Del sufrimiento a la felicidad 


A priori, resulta extraño que Jesús nos diga que nos alegremos cuando seamos perseguidos y difamados e incluso podría parecer que el cristiano que se alegra en su sufrimiento por causa de Cristo es un masoquista o un sádico.


Sin embargo, no hay nada de masoquismo en las palabras del apóstol Pablo cuando nos habla de alegría en los sufrimientos por Cristo: "También nos alegramos en los sufrimientos" (Romanos 5,3) o cuando afirma rotundo su consuelo en las penalidades"estoy lleno de consuelo y de alegría en medio de todas mis penalidades." (2 Corintios 7,4).

No hay nada de sadismo cuando el apóstol Pedro habla de la prueba que todos los cristianos hemos de pasar""Queridos hermanos, no os extrañéis, como si fuera algo raro, de veros sometidos al fuego de la prueba; al contrario, alegraos de participar en los sufrimientos de Cristo, para que, asimismo, os podáis alegrar gozosos el día en que se manifieste su gloria. Dichosos vosotros, si sois ultrajados en nombre de Cristo, pues el Espíritu de la gloria, que es el Espíritu de Dios alienta en vosotros.(1 Pedro 4, 12-14). 


Resultado de imagen de alegria en el sufrimientoNo hay nada de perversión cuando el apóstol Santiago nos exhorta a alegrarnos por la persecución porque, gracias a ella, seremos perfeccionados en la fe: "Hermanos míos, tened por sumo gozo cuando os halléis en diversas pruebas, sabiendo que la prueba de vuestra fe produce paciencia, mas tenga la paciencia su obra completa, para que seáis perfectos y cabales, sin que os falte cosa alguna" (Santiago 1, 2.3). 

Los cristianos sabemos que el rechazo que provoca nuestra fe en el mundo es esa cruz que debemos cargar como seguidores de Cristo"El que quiera venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz y sígame. Porque el que quiera salvar su vida la perderá, pero el que pierda su vida por mí la encontrará. ¿Qué le vale al hombre ganar el mundo entero si pierde su vida? ¿Y qué dará el hombre a cambio de su vida?" (Mateo 16, 24-26).

La alegría y la felicidad de los cristianos en medio de la tribulación no proceden de nuestra humanidad, sino de la acción del Espíritu Santo en nosotros.

La persecución, la difamación y el maltrato por causa de nuestra fe son una prueba de que nos encontramos en el camino correcto. Los perseguidos no estamos solos: contamos con Jesús. La fuerza para resistir la persecución no es una virtud ni mérito humanos, es gracia y don celestiales; es la fuerza del Espíritu Santo en el cristiano. 

sábado, 6 de abril de 2019

TRAICIÓN EN VIERNES SANTO

"Jesús le dijo: Judas, ¿con un beso entregas al hijo del hombre?" 
(Lucas 22, 48)


Con ocasión de la publicación del nuevo libro de entrevistas del cardenal Robert Sarah con Nicolas Diatme"Le soir approche et déjà le jour baisse (Ya está cayendo la tarde y se termina el día), me hago eco de algunas de sus brillantes, iluminadoras y acertadas reflexiones.
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Sin duda, el prefecto de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, es siempre claro, directo y contundente en su mensaje. Habla de "Traición en Viernes Santo".

Para muchos católicos y no católicos, decir con claridad la verdad significa ser un radical y un extremista, en los conceptos peyorativos de las palabras.

Sin embargo, yo me identifico completamente con todo lo que dice, pues no expresa otra cosa que fidelidad al mensaje de Cristo y a la fe católica, aunque pueda resultar duro en su examen de conciencia sobre la Iglesia.

Traición 

Es evidente que la Iglesia atraviesa una gran crisis y los escándalos, reales o imaginarios, se producen continuamente.


Los fieles nos preguntamos y nos cuestionamos muchas de las cosas que ocurren dentro de la Iglesia. Mientras muchos la abandonan, otros permanecemos atónitos ante los acontecimientos, y nos sentimos como "ovejas sin pastores".

Imagen relacionadaPara el cardenal Sarah, la situación de la Iglesia es similar a la del Viernes Santo, cuando los apóstoles abandonaron a Cristo, cuando Judas le traicionó, porque el traidor quería un Mesías preocupado por los asuntos políticos.

Resultado de imagen de soldados en getsemani mel gibsonDe igual manera y por desgracia, hoy en día, "numerosos sacerdotes y obispos están literalmente hechizados y preocupados más por los asuntos políticos o sociales que por buscar respuestas en Cristo".

Abandonan al Maestro y le dan la espalda, cayendo en la oscuridad. Huyendo de Él no encontraran respuestas que iluminen sus caminos, porque Cristo es la única luz: 'Yo soy la luz del mundo. El que me siga no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida' (Juan 8, 12)

"¿Cómo puede su Iglesia darle la espalda a esta Luz?", se pregunta el cardenal Sarah.

Abandono

El cardenal denuncia a “los pastores que abandonan a su rebaño", algo que no es propio sólo de nuestro tiempo sino que ya en el Antiguo Testamento ocurría, según habla el profeta Isaías: pastores malos, hombres a los que les gusta aprovecharse de la carne y la lana de sus rebaños ¡sin ocuparse de ellos! .

Siempre ha habido traiciones en la Iglesia. Hoy en día, también. Afirma el cardenal: "hay sacerdotes, obispos e incluso cardenales que tienen miedo de proclamar lo que Dios enseña y de transmitir la doctrina de la Iglesia". 

Imagen relacionadaTienen miedo de no ser aceptados, de ser considerados unos radicales. Y así, afirman y enseñan cosas confusas, vagas, imprecisas con el fin de no ser criticados, y se alían con la evolución estúpida del mundo, que no es otra cosa que "el humo de Satanás".

Es una traición a Dio
s y a su pueblo: si el pastor no guía a su rebaño a aguas mansas, hacia los pastos de yerba fresca de los que habla el salmo, si no lo protege contra los lobos, es un pastor criminal que está abandonando a su grey. Jesús dice: “Heriré al pastor y se dispersarán las ovejas del rebaño” (Mateo 26, 31). 

Es lo que pasa desgraciadamente hoy. Aunque la mayoría de los sacerdotes son fieles a su misión, existen otros también, que ceden a la tentación enfermiza y perversa de "amoldar" la Iglesia a los valores e ideologías del mundo actual.  

Corrección política

El cardenal señala que "Existe una tentación que se ha instalado en el interior de la Iglesia: Amar lo políticamente correcto". 

En efecto, algunos se afanan por quedar bien a ojos de los demás como si fuera posible, tratando de ser políticamente correctos para no contradecir a quienes atacan impunemente a la Iglesia, olvidándose de Dios e incluso al Diablo, y tratando de 'adecuarse' al mundo, lo que indefectiblemente les llevará hacia su perdición"

Resultado de imagen de "Le soir approche et déjà le jour baissePriorizan una fe del sentimiento, del "cómo se sentirán", es decir, quieren adecuar el mensaje de Cristo al sentimentalismo, al "buenismo". Se afanan en obviar la verdad y contar la mentira, en ocultar el pecado. Y eso ya sabemos de quien viene...

Jesucristo nunca se adecuó al mundo en el que vivió ni fue nunca políticamente correcto ni pretendió dar beneplácito a todos, por "el qué dirán". Más bien al contrario, su mensaje provocó escándalo y fue signo de contradicción y de conflictos que lo llevaron a la cruz: "la piedra que los constructores desecharon [es decir, Jesucristo], en piedra angular se ha convertido, en piedra de tropiezo y roca de escándalo (1 Pedro 2,7-8).

Jesús, símbolo de la paz y de la humildad nos advirtió que no había venido a traer paz a la tierra. Por tanto, debemos ser conscientes como católicos que la verdad siempre tiene un precio. "Bienaventurado el que no se escandalice de mí" (Mateo 11,6). 

Estamos llamados a ejercer una verdadera resistencia espiritual a poner de nuevo en el centro a Cristo", porque sólo Cristo es el Camino y la Esperanza del mundo.  

Jesús logró una unidad perfecta con el Padre al someterse a la voluntad del Padre, incluso hasta la muerte. Refiriéndose a Su Padre, Jesús dijo: "El que me ha enviado está conmigo y no me deja solo, porque yo hago siempre lo que le agrada a él" (Juan 8,29). 

Nuestra mirada ha de estar puesta en Cristo, que nos acompaña para que también cumplamos la voluntad de Dios y llegar a "ser perfectos con nuestro Padre es perfecto". 

Debemos llenarnos de la misma alegría que Cristo impregnó a los dos de Emaús cuando le invitaron a quedarse: “Quédate con nosotros, porque es tarde y el día va de caída" (Lucas 24, 29).

Falseamiento 

Continúa, el cardenal, diciendo que existe una tendencia perversa consistente en falsear la pastoral, oponerla a la doctrina y presentar a un Dios misericordioso que no exige nada. "¡Pero no existe un padre que no exija nada a sus hijos! Dios, como todo buen padre, es exigente, porque ambiciona grandes cosas para nosotros. Quiere lo mejor para nosotros".

"Algunos quieren, ante todo, que se diga de la Iglesia que es abierta, acogedora, atenta y moderna". 
No nos engañemos. El mundo quiere una Iglesia que no es la Iglesia de Cristo, quiere una Iglesia a su "medida":

- amaestrada, dócil y sumisa, que acepte sus consignas y sus modas.

- "democrática" y "abierta", en la que se vote y decida lo que es pecado y lo que no. 

- simplona y cómoda, que hable mucho del amor y nada del pecado; mucho de ir todos al cielo y nada de castigos ni de infiernos. 

- "ornamental" y estética, que celebre bodas, bautizos, comuniones y funerales "civiles", sin "rollos" ni misas.

- "buenista" y relativista, que no tenga mandamientos ni moral ni complicaciones, que acepte el divorcio, que promueva  el aborto y justifique la eutanasia.

"progre", moderna y nada "carca", que bendiga los matrimonios entre homosexuales, que acepte la ideología de género, la fecundación artificial o la experimentación con embriones humanos.

"La Iglesia no está hecha para escuchar, está hecha para enseñar: ella es mater et magistra, madre y educadora. Aunque ciertamente, una madre escucha a su hijo, su papel, primero, es el de enseñar, orientar y dirigir, porque conoce mejor que sus hijos la dirección que hay que tomar". 

El cardenal deja en evidencia a "algunos que han adoptado las ideologías del mundo actual con el pretexto falaz de abrirse al mundo; sería necesario, más bien, hacer que el mundo se abriera a Dios, fuente de nuestra existencia".

Afirma con rotundidad que "no podemos sacrificar la doctrina por una pastoral reducida a una porción mínima de la misericordia: Dios es misericordioso, pero sólo en la medida en que reconozcamos que somos pecadores. Para que Dios pueda ejercer su misericordia, hay que volver a Él, como el hijo pródigo".

Hay hombres en la Iglesia, algunos en altos niveles de la jerarquía, que han empañado la Iglesia, han desfigurado el rostro de Cristo, pero la traición de Judas no debe llevarnos a rechazar a todos los apóstoles. 

Estos graves fallos no condenan a la Iglesia; al contrario, demuestran que Dios confía incluso en personas débiles para demostrar el poder de su amor por nosotros. No confía su Iglesia a héroes excepcionales, sino a hombres sencillos, para demostrar que es Él el que actúa por medio de ellos.


miércoles, 27 de marzo de 2019

VOLVER A EVANGELIZAR A "LOS NUESTROS"

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"Id, pues, y haced discípulos míos en todos los pueblos, 
bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, 
y enseñándoles a guardar todo lo que yo os he mandado. 
Y sabed que yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo" 
(Mateo 28, 19-20)


A lo largo de su historia, la Iglesia se ha ocupado de cumplir el mandato de Jesús de ir, hacer discípulos, bautizar y enseñar la fe cristiana hasta los confines de la tierra. 

Sin embargo, en los últimos tiempos nos hemos "olvidado" (o nos hemos despreocupado) de hacer discípulos dentro de nuestras parroquias, llevados por la inercia de pensar que "todo estaba hecho", que "todos estaban evangelizados", "que "todos estaban convertidos". 

Poco a poco, la Iglesia Católica ha ido convirtiéndose (en el sentido equivocado del término) en una "Iglesia de llegada", que acogía a los cristianos de conversión o a los cristianos de nacimiento. Hemos hecho "cristianos" pero no discípulos, hemos nacido católicos pero no nos hemos convertido, y muchas personas que estábamos dentro de la Iglesia, nos hemos ido.

Ahora, tenemos que "volver a ser una Iglesia en salida", como dice el Papa Francisco, para recuperar su esencia evangelizadora, para volver a su origenNo para romper ni cambiar la Iglesia sino para redescubrirla, para reiniciarla

Así pues, nos encontramos de vuelta a 'la Iglesia primitiva' del siglo I, para que reiniciemos la misión que Cristo nos encomendó. Tenemos que "volver a evangelizar a los nuestros". Pero ¿cómo hacerlo? ¿a qué problemas nos enfrentamos? ¿cuáles son nuestras debilidades y fortalezas?
Resultado de imagen de un mundo sin esperanza

Debilidades

1-Falta de discipulado
Nos hemos dejado la fe por el camino porque la hemos dado "por supuesta" y ahora no sabemos qué hacer. No sabemos cómo evangelizar. No sabemos como "convertir". No sabemos cómo hacer discípulos. Nos hemos olvidado de cómo hacerlo.

2- Falta de enfoque.
La evangelización comienza siempre con cercanía, empatía e interés genuino hacia las personas a las que nos dirigimos y esto se hace a través de la acogida, la escucha y la construcción de relaciones auténticas. 

3-Falta de comunidad real
Es triste admitirlo, pero en nuestras parroquias casi nadie nos conocemos, casi nadie nos saludamos, casi nadie nos interesamos por el que se sienta delante o detrás nuestro y casi nadie comparte su fe. 

Vamos a la iglesia, "consumimos" sacramentos y nos vamos a casa.

4-Falta de "herramientas".
Necesitamos herramientas para que todos podamos compartir la fe, es decir, evangelizar. 

Obviamente, la formación es una parte importante de equipar a las personas para el apostolado. 

Dios ya ha provisto a su Iglesia todo lo que necesita para hacerlo. Él ha dado dones y talentos para evangelizar a laicos, hombres y mujeres, y les ha dotado con celosos sacerdotes para que proclamen y enseñen la fe. 

5-Falta de motivación
Tendemos a pensar que la evangelización es sólo labor de unos pocos. Pero no es cierto. 

Los dones del Espíritu Santo son repartidos por Dios con un propósito: la edificación del cuerpo místico (Efesios 4, 11-16).  

Por lo tanto, es labor de todos descubrir y liberar los dones inherentes al apostolado en nuestras comunidades para formar, motivar y dirigir a todos en el servicio misionero y la evangelización. 

Fortalezas

1-Visión. 
Ante todo, tenemos que saber lo que debemos hacer y, a continuación, hacerlo. Se trata de fomentar el modelo de vida cristiana para motivar a todos los católicos y a los que no lo son: "enseñamos lo que sabemos, pero expresamos lo que somos".

Tenemos que cambiar la inercia y darnos cuenta que el problema no está fuera, sino dentro de la misma Iglesia. Reconstruir una Iglesia de "primer momento", de "primer anuncio" para que nuestras las parroquias vuelvan a ser verdaderas comunidades cristianas del siglo XXI. 

2- Mensaje que señale a la Fuente.
Toda la vida parroquial ha de estar enfocada en y hacia Jesús. Nuestras parroquias deben ser, ante todo, "cristocéntricas.

No se trata de enseñar o imponer una moral, una doctrina o una religión, sino de favorecer un encuentro íntimo y personal con Jesús. Porque sólo puede amarse lo que se conoce. Y conocer a Jesús nos lleva a amarle. 

Nuestro testimonio, nuestro mensaje no trata sobre nosotros ni de normas, sino de una persona: Dios. Se trata de mostrar que somos gente de Jesús, que camina junto a Jesús y que transforma su vida por medio de Jesús. Jesús es atractivo incluso para las personas que han sido heridas por los pecados de la Iglesia o que rechazan la religión. 

Cristo cierra todas las cicatrices que nadie más puede. Señalamos a las personas a Jesús y nos damos cuenta de que la Iglesia es una herramienta, pero no la fuente. Jesucristo es la fuente de "agua viva" que hace todo nuevo, incluso en esta sociedad post-cristiana.

3-Celebrar vidas transformadas
Cuando las personas tienen un encuentro real con Jesucristo vivo y resucitado, sus vidas cambian y eso crea y aumenta el interés hacia lo que Jesús ha hecho por cada uno de nosotros. 

Nuestra Iglesia debe ser un espacio donde está bien "no estar bien", donde está bien no ser "perfectos", donde acoger personas que combaten luchas reales, que tienen grandes heridas abiertas y testimonios demoledores, que buscan una esperanza real que solo pueden encontrar en Jesús. 

Se trata de testimoniar cómo Dios actúa en nuestras vidas y celebrarlo con una fiesta, la Eucaristía, como hace el Padre cuando regresa el hijo pródigo.

4-Comunidades celulares. Nuestras parroquias deben estar formadas por grupos celulares y estructuradas en pequeñas comunidades de fe.

Al igual que los primeros cristianos se reunían en las casas y eran comunidades vivas que compartían todo, hoy tenemos que volver al lugar donde la gente se conoce y reza junta, donde comparte y testimonia su fe.

Necesitamos crear espacios de intimidad donde nuestra fe crezca, se desarrolle y se multiplique.

5-Al servicio a los demás
Nuestros principios evangelizadores deben estar orientados al servicio a los demás. 

Se trata de encontrar a personas que sufren y brindarles nuestra ayuda; personas desesperadas y darles el regalo de la esperanza; hombres y mujeres, adolescentes y niños para presentarles al Salvador, para que luego, ellos también puedan encontrar personas y hacer discípulos.

6-Crear un ambiente de autenticidad. 
La Iglesia debe ser también un espacio comunitario donde tomar conciencia de que todos corremos el riesgo de tropezar y caer una y otra vez en nuestro caminar hacia Dios. 

Una Iglesia donde todos somos pecadores y donde todos tenemos heridas. Una Iglesia donde Dios nos quiere a su lado para perdonarnos y sanarnos. 

Se trata de ser auténticos en un mundo de máscaras y estereotipos.

7- Una misión de todos y para todos
Buscar el Reino es tarea de todos. Dios nos llama a todos a contribuir en la instauración del Reino, no sólo a unos pocos. 

Necesitamos una "Iglesia de adultos", corresponsales en la misión, donde hace falta que todo el mundo reme y elimine las excusas para no evangelizar a amigos, familiares y vecinos. 

El apostolado parece haberse convertido en algo impersonal, etéreo. Algo que no va con todos. Algunos católicos no saben con qué ojos mirar a las personas que no creen.  No saben cómo ayudarles ni cómo escucharles. 

Hemos creado católicos "socialmente torpes" que viven una fe sin relación con los demás, sin preocupación por los demás, sin atención a los demás.

8- Nuevos métodos y lenguajes
Muchos de los problemas de la nueva evangelización vienen motivados porque "hablamos idiomas distintos" de los que habla la gente alejada de Dios, porque utilizamos métodos y catequesis que "no funcionan". 

Por tanto, es preciso ser audaces, valientes y creativos para replantear objetivos, estructuras, estilos y métodos para reconfigurar hacia donde ir y cómo hacerlo. 

Necesitamos cambiar el estilo, cambiar lo accesorio sin cambiar lo esencial. No se trata de cambiar las cosas, sino la manera de comunicarlas. 

Nuestra tarea es demostrar que nosotros somos tan "normales" como ellos. No somos "mejores" que ellos. Somos iguales pero con una diferencia: conocemos a Dios y queremos mostrarles cuánto nos ama.

9-Transformar el mundo
Evangelizar es algo más que una palabra "extraña". La Buena Nueva del Evangelio es un cometido que reúne recursos espirituales, humanos y materiales para cubrir necesidades y que trasciende la salvación y la santidad individuales. 

Incluye ambas, sin duda, pero también implica la transformación de comunidades fragmentadas, de sociedades perdidas y ciegas, de instituciones injustas, de sistemas opresivos y de medio-ambientes destruidos. 

El Evangelio es una buena noticia para toda la creación, para todo el mundo.

10-La única esperanza
El mundo, que camina en oscuridad, no puede darnos ninguna  luz de verdadera esperanza para una vida plena y eterna. 

Las personas anhelan una trascendencia que colme sus necesidades más profundas y que el mundo no puede ofrecer, aunque lo intente con espiritualidades que sólo conducen hacia un túnel existencial que genera personas solitarias, rotas y vacías. 

Sólo Dios puede cubrir ese espacio en lo más hondo del corazón humano y para ello, nos da más tiempo y una segunda oportunidad.  

En definitiva, sólo hacen falta tres cosas: rezar con esperanza, creer en el poder del Espíritu Santo y poner nuestra confianza plena en Dios.
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