¿QUIÉN ES JESÚS?

La vida de Jesús siempre ha suscitado preguntas a lo largo de los últimos dos mil años.

¿Cómo pudo un carpintero que fue ejecutado por los romanos convertirse en el hombre más famoso de la historia?
¿Fue Jesús alguien verdaderamente real?
¿Cómo puede Dios ser un hombre al mismo tiempo?
¿De qué manera podría esto tener algún sentido para mi vida?

Estas son algunas preguntas, pero aquí tienes un espacio para formular las tuyas.
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viernes, 10 de marzo de 2017

LOS SACERDOTES SON...

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"Cuidad de vosotros y de todo el rebaño 
del que el Espíritu Santo os ha constituido como guardianes 
para apacentar la Iglesia de Dios, 
que ha adquirido con su propia sangre...
 se introducirán entre vosotros lobos crueles, 
que no perdonarán al rebaño;
 y que de entre vosotros mismos surgirán hombres 
que enseñarán doctrinas perversas 
con el fin de arrastrar a los discípulos en pos de sí. 
Por lo cual, estad alerta..."
(Hechos 20,28-31)

La Palabra de Dios nos enseña claramente el papel de los sacerdotes como pastores de su Iglesia: deben cuidar de ellos mismos y también de su rebaño; deben guardar, apacentar y estar alerta de los lobos, que se tratarán de introducirse en la comunidad.

Los sacerdotes son: 

Llamados por Dios

Los sacerdotes no son voluntarios ni son contratados: son llamados por Dios. Llamados a un trabajo arduo para toda la vida, lleno de sacrificio y a merced de múltiples demandas y expectativas.

"Pedid al dueño de la mies que mande obreros a su mies" (Mateo 9,38).

"Pero levántate y ponte en pie; que me he aparecido a ti para hacerte ministro y testigo de lo que has visto de mí y de lo que te voy a mostrar. "(Hechos 26,16).

"Mientras celebraban el culto del Señor y ayunaban, el Espíritu Santo dijo: "Separadme a Bernabé y a Saulo para la obra a la que los he llamado" (Hechos 13, 2).

Supervisores que vigilan

"Cuidad de vosotros y de todo el rebaño del que el Espíritu Santo os ha constituido como guardianes." (Hechos 20,28). 

La palabra griega utilizada en el libro de los Hechos para "guardianes" es episkopos (Epi = sobre; Skopos = ver. Es el equivalente de "supervisores" (Supra = más, Visión = ver).

"El asalariado, que no es el pastor ni el propietario de las ovejas, viendo venir al lobo, deja las ovejas y huye, y el lobo ataca y las dispersa, porque es un asalariado y no le importan las ovejas." (Juan 10, 12-13).

Los pastores de la Iglesia son supervisores, no trabajadores asalariados. Deben vigilar, ver más allá y no huir, o mirar para otro lado como si no le importaran sus feligreses. Tienen que salir en su defensa ante los lobos.

Responsables ante Dios 

"Obedeced a vuestros jefes y sedles sumisos, porque ellos cuidan de vuestras vidas, de las cuales deberán dar cuenta, para que lo hagan con alegría y no con lágrimas, lo que no os beneficiaría nada."(Hebreos 13,17).

Este versículo del libro de Hechos es un tanto duro, tanto para los feligreses como para los sacerdotes. A los primeros, les insta a someterse a sus líderes, mientras que advierte a los segundos que rendirán cuenta ante Dios. 

Esta es una de las razones por las que los sacerdotes son llamados a ser supervisores por Dios. Nadie en su sano juicio se ofrecería voluntario para tal rendición de cuentas.

Dejemos que el sacerdote sea consciente de ello y ore diariamente por su rebaño y que busque cumplir la voluntad de Dios. Es su responsabilidad

Servidores generosos

Los sacerdotes guían al pueblo de Dios sirviendo, no siendo servidos ni tampoco actuando como dictadores.

Jesús dijo: "¿quién es más grande, el que se sienta a la mesa o el que sirve? ¿No es el que se sienta a la mesa? Pues bien, yo estoy en medio de vosotros como el que sirve." (Lucas 22,27).

En el versículo 26 dice: "
Entre vosotros no ha de ser así, sino que el mayor entre vosotros será como el más joven, y el que mande como el que sirve."

"Apacentad el rebaño que Dios os ha confiado y cuidad de él no a la fuerza, sino de buena gana, como Dios quiere; no por una vil ganancia, sino con generosidad; no como dictadores, sino como modelos para el rebaño."(1 Pedro 5, 2-3).

De la misma manera que la Escritura enseña que una esposa debe someterse a su esposo, pero él mismo debe servirla y "darse por ella" (Efesios 5, 22-29) en lugar de dominarla, nos enseña que los presbíteros son supervisores de la comunidad, y ésta debe someterse a ellos, pero ellos mismos deben servir al pueblo, no como si fueran sus amos.

El esposo o el sacerdote que juega el papel de "jefe" ("¡Dios me puso a cargo!") está pecando seriamente y está maltratando a aquellos a quienes debe servir.

Pablo dijo: "Porque no nos predicamos a nosotros mismos, sino a Jesucristo, el Señor; nosotros somos vuestros siervos por amor de Jesús."(2 Corintios 4, 5). El sacerdote no es enviado a proclamar su filosofía, sus opiniones o sus teorías. Él debe proclamar a Jesús. Es enviado para servir al pueblo del Señor, pero es "por el amor de Jesús". Eso significa que el sacerdote no recibe órdenes del pueblo de Dios sobre cómo servirle sino que recibe órdenes del Señor sobre cómo servir al pueblo de Dios.

domingo, 18 de septiembre de 2016

¿QUÉ Y CÓMO ES UN BUEN SACERDOTE?



"Yo soy el buen pastor. El buen pastor da su vida por las ovejas "
(Juan 10,11)

El mejor ejemplo para comprender qué es un buen sacerdote es nuestro Señor, Jesucristo: Él es el buen pastor.

El apóstol Juan describe a la perfección lo que es un buen pastor: un buen sacerdote es aquel que actúa como un pastor que cuida a las "ovejas" que tiene a su cargo y aquel que da la vida por ellas.

Cuando Jesús se refiere a nosotros como "ovejas", no está hablando en términos afectuosos. En realidad, el rango de ovejas, en medio de los animales, es de los más tontos en la creación. 

Una oveja perdida se desorienta, se confunde, se asusta. Es incapaz de encontrar su camino de regreso al rebaño ni de defenderse de los depredadores hambrientos. Perderse es quizás el punto más débil de las ovejas. Nos guste o no, cuando Jesús nos llama “sus ovejas”, se refiere a que si no tenemos pastor, no somos capaces de hacer nada.

Un buen pastor, un buen sacerdote es aquel que tiene varias funciones en lo que respecta a sus ovejas: conduce, alimenta y nutre, consuela, corrige y protege. 

“Conduce”

Un buen pastor conduce el rebaño mediante el ejemplo de bondad y justicia en su propia vida y anima a otros a seguir su ejemplo

Nuestro gran ejemplo, y Aquel a quien debemos seguir es Cristo mismo. El apóstol Pablo lo entendió así: "Sigue mi ejemplo, como yo sigo el ejemplo de Cristo" (1 Corintios 11, 1). 

El buen sacerdote es aquel que sigue a Cristo e inspira a otros a seguirlo también.

“Alimenta y nutre”

El buen pastor es también quien alimenta, nutre y sustenta a las ovejas a través de la Palabra de Dios y de las enseñanzas de la tradición de la Iglesia

Así como el pastor lleva a su rebaño a los pastos más ricos y extensos para que crezcan y desarrollen, el buen sacerdote nutre a su rebaño con un alimento que producirá fuertes y sanos cristianos, y que a su vez, se desarrollarán, crecerán y se multiplicarán. 

La sabiduría de Dios en su Palabra y no de la del mundo es la única dieta que puede producir cristianos sanos. "No sólo de pan vive el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios" (Deuteronomio 8, 3).

“Consuela”

El buen pastor consuela a las ovejas, venda sus heridas y aplica el bálsamo de la compasión y el amor. Como el gran Pastor de Israel, el Señor mismo se comprometió a "vendar a los heridos y fortalecer a los débiles" (Ezequiel 34,16). 

Como cristianos en el mundo de hoy, sufrimos muchas heridas espirituales y necesitamos sentirnos amados.

Por ellos, un buen sacerdote escucha y comparte nuestras cargas, se compadece de nuestras circunstancias y nos ayuda, muestra paciencia con nosotros, nos anima a través de la Palabra, nos ama con ternura, eleva nuestras preocupaciones al Padre, nos sana y nos perdona, en su nombre.

“Corrige” 

Al igual que el pastor usa su silbido o su cayado para llevar de nuevo a una oveja errante de vuelta al redil, el sacerdote corrige fraternalmente y desde el amor a las ovejas a su cargo, cuando van por mal camino. 

Sin rencor, ni espíritu dominante, ni soberbia, sino con un "espíritu de mansedumbre" (Gálatas 6, 2). 

Un sacerdote debe corregir y, aunque nunca es una experiencia agradable para cualquiera de las partes, si no corrige, no está mostrando amor por aquellos a su cuidado. "El Señor disciplina a los que ama" (Proverbios 3,12), y el líder cristiano debe seguir su ejemplo.

“Protege”

Un pastor debe proteger a su rebaño o perderá ovejas, de manera periódica y regular, por causa de los depredadores que merodean. A veces, incluso dentro de su propio rebaño. 
Los depredadores de hoy son los que tratan de atraer a las ovejas lejos con doctrinas falsas, descartando el Evangelio por pintoresco y pasado de moda, insuficiente, poco claro, falso o insignificante. 

Estas mentiras las propagan aquellos contra los que Jesús nos advirtió: "Guardaos de los falsos profetas. Ellos vienen a vosotros con vestidos de ovejas, pero por dentro son lobos rapaces"(Mateo 7,15). 

Un sacerdote debe protegernos de las falsas enseñanzas de aquellos que nos llevan por mal camino de la verdad de la Escritura y del hecho de que Cristo es el único camino de salvación: "Yo soy el camino, la verdad y la vida. Nadie viene al Padre, sino por mí "(Juan 14: 6).

Un buen pastor "huele" a oveja porque siempre está junto a ellas, comparte su tiempo y su amor con ellas, nunca las abandona ni se separa de ellas. Se "impregna de su olor". Es cercano.