¿QUIÉN ES JESÚS?

La vida de Jesús siempre ha suscitado preguntas a lo largo de los últimos dos mil años.

¿Cómo pudo un carpintero que fue ejecutado por los romanos convertirse en el hombre más famoso de la historia?
¿Fue Jesús alguien verdaderamente real?
¿Cómo puede Dios ser un hombre al mismo tiempo?
¿De qué manera podría esto tener algún sentido para mi vida?

Estas son algunas preguntas, pero aquí tienes un espacio para formular las tuyas.
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jueves, 21 de agosto de 2025

APOCALIPSIS, EL EVANGELIO DEL RESUCITADO

 

El Apocalipsis de san Juan o Revelación de Jesucristo es el último libro del Nuevo Testamento y, como tal, de la Biblia. Es el único de carácter profético, aunque podría definirse como el "Evangelio del Resucitado" o el libro de la esperanza y el consuelo cristiano.

Es el libro más rico en símbolos, el más misteriosocontrovertido, desconcertante y difícil de toda la Sagrada Escritura por la variedad de posibles interpretaciones y significados de nombres, eventos y símbolos.

Autoría y fecha de composición
El autor se identifica a sí mismo como Juan, siervo de Jesucristo (1,1), desterrado en la isla de Patmos por dar testimonio de Jesús (1,9).

La Tradición de la Iglesia atribuyó la autoría del Apocalipsis, del Evangelio de Juan y de las 3 cartas de Juan al "discípulo amado" de Jesús, es decir, al apóstol Juan, hijo de Zebedeo y hermano de Santiago:
  • En Asia: Papías de Hierápolis, san Justino, Melitón de Sardes (s. II)
  • En la Galia: Ireneo de Lyon (s. II-III)
  • En Cartago: Tertuliano (s. III)
  • En Roma: san Hipólito, san Dámaso (s. IV)
  • En Alejandría: Clemente (s. II)​, san Dionisio y Orígenes (s. III), san Atanasio y san Agustín de Hipona (s.IV), Rufino de Aquilea y el papa Inocencio I (s. V), y Juan de Damasco (s. VIII).
Fue el último libro en entrar en el canon bíblico ya que la polémica entre los Padres de la Iglesia respecto a su canonicidad duró varios siglos:
  • En Occidente: definitivamente aceptado por el papa Dámaso I (382), confirmado por el Sínodo de Hipona (393),​ el Concilio de Cartago (397), el Concilio de Cartago (419), el Concilio de Florencia (1442) y finalmente por el Concilio de Trento (1546) junto con todos los demás escritos del Nuevo Testamento.
  • En Oriente: incluido en el canon tras mucha polémica en el s. IX. Es el único libro del Nuevo Testamento que no es leído como parte de la liturgia en la Iglesia ortodoxa.

Hoy día, la mayoría de historiadores atribuyen estos escritos, no al apóstol Juan, sino a un discípulo judeocristiano de 2ª generación perteneciente a la comunidad joánica y su fecha de composición a finales del siglo I o principios del siglo IIen tiempos del emperador Domiciano, cuando las persecuciones romanas contra los cristianos se hicieron más cruentas.

Contexto histórico
El Apocalipsis se escribe en un contexto de profunda crisis, propio de la literatura apocalíptica, con el propósito de dar esperanza a las comunidades cristianas en medio de las tribulaciones, que es aplicable a todas las épocas de la Iglesia hasta hoy:

  • Crisis interna. En la Iglesia se han infiltrado las herejías, se relativiza la obra redentora de Cristo, se ridiculiza la forma de vida cristiana, se practica la indiferencia, el sincretismo religioso y el laxismo moral (ambigüedad y tibieza dentro de la comunidad)
  • Crisis externa. Los cristianos son cruelmente perseguidos por el Imperio, bajo el que se esconde y actúa toda la malvada fuerza demoníaca, todo el poder diabólico y anticristiano, y que pretende erigirse como absoluto
El Apocalipsis es un libro radical en el que nadie puede mantenerse neutral y en el que es preciso tomar partido: o se es fiel o infiel; o se es perseverante o se es tibio; o se es seguidor de Cristo, o se es esclavo del Anticristo; o se es mártir o se es perseguidor; o se acepta a Dios o se rechaza.

Género literario
La lectura del libro del Apocalipsis se puede hacer desde diversos planos, pero es necesario tener en cuenta todos para evitar interpretarlo erróneamente y entenderlo correctamente:[

  • La lectura literal puede dejar distintas impresiones, pero no hay que quedarse en este nivel, sino profundizar más para obtener una mejor comprensión.
  • El género literario es el apocalíptico, que permite ubicar al libro en el contexto de otros libros (bíblicos y no bíblicos, canónicos y apócrifos) con estructura o simbología similar.​
  • El contexto histórico permite ubicar la época del autor, junto con las crisis y sucesos que podrían haber influido en la escritura del libro.
  • El nivel simbólico permite conocer lo que para el autor representan los numerosos símbolos del libro.
  • El mensaje: es importante no olvidar que es un escrito cristiano, y que como tal, lleva implícito el mensaje evangélico, centrado en la figura de Jesucristo.]
Escuelas de interpretación
Existen existen cuatro escuelas interpretativas del contenido del Apocalipsis:
  • Preterista. Subraya el cumplimiento de las profecías del Apocalipsis durante el siglo I, e identifica los personajes del libro con personajes históricos de la época.
  • Idealista. Presenta una alegoría del combate espiritual entre el bien y el mal.
  • Futurista. Identifica los personajes del libro con distintos personajes que han surgido a lo largo de la historia humana (identificación de las Bestias con Napoleón, Hitler, Mao Tse-Tung o Stalin, etc.).
  • Historicista. Muestra el plan maestro de Dios para la historia, de principio a fin, incluyendo la historia particular de la Iglesia.

Sin embargo, el mensaje del Apocalipsis se actualiza en cada época de cualquier comunidad cristiana. Por ejemplo:

  • desde la perspectiva preterista, la Babilonia, que para Juan representa a Roma, una ciudad dominadora, consumista, pagana, podría representar hoy en día un sinnúmero de situaciones particulares similares, pero no hay que no llevar la interpretación al extremo de la identificación como si el Apocalipsis hubiera sido escrito explícitamente para "predecir" los hechos de alguna época. Por eso, el libro de los siete sellos no lo puede interpretar, ni siquiera abrir, cualquiera, solo el Cordero (5,1-8), como diciéndole a la comunidad que siempre el Cordero debe ser el criterio de discernimiento.]
  • desde la perspectiva historicista, el enfrentamiento doctrinal entre judíos cristianos y cristianos gentiles bien puede trasladarse a cualquier otra época con situaciones similares.]

Simbolismo
La peculiaridad del Apocalipsis es la presencia masiva de signos y visiones simbólicas que, como su nombre indica, manifiestan "algo oculto". El Apocalipsis de san Juan no es un tratado dogmático sino una revelación que habla a través de símbolos.

Se presenta como una "teología de la historia" en la que el autor se ve "coaccionado" a escribir de esta manera porque el mensaje que quiere transmitir así lo requiere: la victoria de Cristo ha cambiado el curso del tiempo y del espacio; su luz baña toda la realidad y llena de sentido los acontecimientos de la historia, que quedan transfigurados por la presencia del Resucitado.

Sólo el símbolo es capaz de superar el convencionalismo del lenguaje elevando lo concreto a una dimensión trascendente y abrirlo a una contemplación mística. Lo primero es dejarse impresionar por la fuerza del símbolo: no ofrecer resistencia, introducirse en su atmósfera envolvente y sobrecogedora, conmocionarse y dejarse "arrebatar por el espíritu" para contemplar el misterio.

El simbolismo del libro proviene del Antiguo Testamento, de la literatura apocalíptica judía y de la concepción original del autor, que incorpora elementos diversos:
  • Cósmico. Simboliza la dimensión trascendente, la presencia de Dios: sol negro, luna de sangre, terremotos y cataclismos...la naturaleza se conmociona y el hombre está invitado a reconocer a Dios...pero muchos le rechazan
  • Teriomórfico. Tomando como referencia el mundo animal, simboliza las descomunales fuerzas o poderes sobrehumanos, controladas siempre por Dios. Estas fuerzas actúan en la historia de un modo "bestial", "brutal", "deshumanizante": dragón, las bestias, los caballos, los cuernos...
  • Cromático. Tomando como referencia los colores, simboliza distintas cosas:
    • Rojo: violencia, crueldad, maldad
    • Blanco: mundo sobrenatural, resurrección, santidad
    • Dorado: liturgia, divinidad
    • Verde/amarillento: caducidad de la vida, muerte, enfermedad
  • Aritmético. Tomando como referencia la numerología, la gematría y la cabalística judías, expresan la calidad de algo que su cantidad indica:
    • 7: perfección, totalidad, plenitud
    • 12: historia de la salvación, al AT (doce tribus) o al NT (doce apóstoles)
    • fracciones y múltiplos de 7: parcialidad, poder o tiempo limitado o breve
Estructura
Existen muchas maneras de estructurar el Apocalipsis pero se trata de una obra unitaria, es un "todo" que hay que contemplar. Algunas formas de estructurarlo son:

Secuencial. El Apocalipsis es la revelación de Cristo a su Iglesia (plan salvífico) a través de visiones, símbolos e imágenes:
  • Prólogo (1,1-3)
  • Las 7 cartas a las Iglesias (1,4-3,22)
  • Interpretación profética de la Historia (4,1-22,5)
  • Epílogo (22,6-21)
Litúrgica. El Apocalipsis está inscrito en un marco litúrgico y oración: "el día del Señor fui arrebatado en espíritu" (1,10): 
  • Introducción (c. 1): Autor, motivo de la carta y destinatarios
  • Cartas a las Iglesias (c. 2-3). Comunicación oficial dirigida a una comunidad cristiana o jurisdicción eclesiástica. Su distribución es local pero, tras su inclusión en el canon, es universal, a toda la Iglesia.
  • El Cordero, los Siete Sellos y Trompetas (c. 4-11). Símbolos que hacen alusión a la liturgia cristiana primitiva, y también una forma de definirse frente al judaísmo.
  • El Dragón y el combate (c. 12-20). La historia se muestra como un combate cósmico (guerra en el cielo) para explicar el sentido de la historia, y a la vez también simboliza el enfrentamiento de los primeros cristianos con el imperio romano, y el de todos los cristianos de todas las épocas con los poderes mundanos (guerra en la tierra).
  • La Nueva Jerusalén (c. 21-22). Despedida con la esperanza que guía a todo el libro.
Simbólica. Los símbolos cambian entre una sección y otra, aunque conservando un mensaje principal e idéntico de esperanza:
  • Introducción y Presentación (c. 1). Muestra la visión de todo el libro e introduce la siguiente sección (el mensaje a las Iglesias) como venido de parte de un ...hombre de larga túnica, cuyos cabellos eran blancos. En su mano tenía siete estrellas y de su boca salía una espada de doble filo..., en referencia a Cristo resucitado.
  • El mensaje a las Iglesias (c. 2-3). Muestra una serie de evaluaciones, buenas y malas, a 7 comunidades, que terminan con un reto y la inspiración para vencer. Las comunidades/iglesias tienen una relación específica en la época del autor.​
  • Las Teofanías de Dios (c. 4). Muestra un conjunto de símbolos que representan la majestad de Dios, evocando las teofanías más importantes del Antiguo Testamento: la zarza ardiente, el monte Sinaí, la vocación de Isaías y la visión de Ezequiel en el río Quebar.
  • El Cordero (c. 5). Muestra la humildad y poder del Cordero (Cristo), como el único que es capaz de entender el designio de Dios y por lo tanto, de abrir el libro de los siete sellos.
  • Los 7 Sellos (c. 6-8). Abundan los símbolos numéricos y cromáticos. Comienza con la famosa descripción de los Cuatro Jinetes del Apocalipsis, que representan poderes que tienen influencia sobre la humanidad. Durante la apertura de cada sello, se desarrollan también las visiones de "cataclismos naturales", que concluyen con el Juicio Final.
  • Las 7 Trompetas (c. 8-11). Con la apertura del 7º sello, comienza el desarrollo de un nuevo simbolismo numérico de "catástrofes" anunciadas por 7 trompetas, y el surgimiento de una primera Bestia que hace la guerra a dos Testigos. 
  • El Dragón y las Bestias (12-13). Después, en un cambio en el curso de la historia, se narra el surgimiento del Dragón que combate con una Mujer que da a luz a un Niño. Después, el Dragón convoca a dos Bestias que lo sirven.
  • Los Vencedores (c. 14-15). Entran en escena los que serán vencedores del Dragón y las Bestias. Aunque en esta parte no se indica aún su victoria, sí se indica que están de parte del Cordero, y que de hecho este los dirige, dispuestos a vencer.
  • Las 7 Copas (c.16). De nuevo en un simbolismo numérico, se habla de "catástrofes", y de la "batalla final" que comienza con la reunión de los ejércitos en un lugar llamado Armagedón.
  • La Prostituta y la caída de Babilonia (c.17-19). Entra en escena la Prostituta (denominada la Gran Babilonia), que está sostenida por las Bestias y el Dragón. Entra entonces en escena Cristo montado en un caballo blanco: la Gran prostituta es vencida y las Bestias son capturadas y echadas al lago de fuego.
  • La Derrota (c. 20). El Dragón queda encadenado por mil años tras la victoria de Cristo pero al final volverá a salir, reuniendo a todas las naciones representadas por Gog y Magog para ser vencido de nuevo, esta vez de manera definitiva.
  • La nueva Jerusalén (c. 21-22). La visión concluye con un mensaje de esperanza: la tierra y el cielo son creados de nuevo; la Nueva Jerusalén como símbolo de la ciudad de Dios, es toda la Tierra donde ahora Dios habita en medio de todos los hombres. El libro, y por lo tanto la Biblia cristiana concluyen con una bendición/bienaventuranza y una petición que apremian a Jesús a volver pronto.
Septenaria. División en 7 grupos, cada grupo a su vez puede subdividirse en subgrupos de 7 junto con preludios, interludios y otros excursos:

  • Prólogo (1,1-8)
    • Título (1,1-3)
    • Saludo (1,4-8)
  • Las 7 cartas (1,9-3,22)
    • Visión preparatoria (1,9-20)
    • Carta a la Iglesia de Éfeso (2,1-7)
    • Carta a la Iglesia de Esmirna (2,8-11)
    • Carta a la Iglesia de Pérgamo (2,12-17)
    • Carta a la Iglesia de Tiatira (2,18-29)
    • Carta a la Iglesia de Sardis (3,1-6)
    • Carta a la Iglesia de Filadelfia (3,7-13)
    • Carta a la Iglesia de Laodicea (3,14-22)
  • Los 7 sellos (4,1-8,1)
    • Visión preparatoria: liturgia celestial (4,1-5,14)
    • Los cuatro primeros sellos (6,1-8)
    • El 5º sello (6,9-11)
    • El 6º sello (6,12-17)
    • Una multitud de salvados (7,1-8)
    • Liturgia celestial: Los mártires del Cordero (7,9-17)
    • El 7º sello (8,1)
  • Las 7 trompetas (8,2-14,5)
    • Visión preparatoria (8,2-5)
    • Las cuatro primeras trompetas (8,6-13)
    • La 5ª trompeta (9,1-12)
    • La 6ª trompeta (9,13-21)
      • El rollo profético (10,1-11)
      • Los dos testimonios (11,1-14)
    • La 7ª trompeta (11,15-19)
    • La mujer y el dragón (12,1-18)
    • Las dos bestias (13,1-13,18)
    • Liturgia celestial: El Cordero y su séquito (14,1-5)
  • Las 7 copas (14,6-19,8)
    • Visión preparatoria (14,6-13)
    • La tierra, segada y vendimiada (14,14-20)
    • Las últimas plagas. Cántico de triunfo (15,1-8)
    • Las siete copas (16,1-21)
    • La gran prostituta (17,1-18)
    • La caída de Babilonia (18,1-8)
    • Lamentaciones sobre Babilonia (18, 9-24)
    • Liturgia celestial: La boda del Cordero (19,1-8)
  • Las 7 visiones del fin (19,8-22,17)
    • Visión preparatoria (19,8-10)
    • Aparición del Mesías (19,11-16)
    • Llamamiento al juicio de Dios (19,17-18)
    • Primera derrota de las fuerzas del mal (19,19-21)
    • El reino de mil años (20,1-6)
    • Derrota definitiva de Satanás (20,7-10)
    • El juicio universal (20,11-15)
    • El cielo nuevo y la tierra nueva (21,1-8)
    • La nueva Jerusalén (21,9-22,6)
  • Epílogo (22,18-21) 
    • Conclusión (22,18-21)

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lunes, 17 de octubre de 2022

ENTENDER LA APOCALÍPTICA

"Revelación de Jesucristo,
que Dios le encargó mostrar a sus siervos
acerca de lo que tiene que suceder pronto.
La dio a conocer enviando su ángel a su siervo Juan,
el cual fue testigo de la palabra de Dios
y del testimonio de Jesucristo de todo cuanto vio"
(Ap 1,1-2)

Con frecuencia, tendemos a confundir conceptos como escatología, profecía y apocalíptica, y a mezclarlos como un mismo modo de entender los oráculos y las visiones de los autores bíblicos. Se suele atribuir a la apocalíptica profecías sobre calamidades, desastres y cataclismos referidos a tiempos futuros que nos impiden comprender e interpretarla de forma correcta la Sagrada Escritura.

La escatología (del griego ἔσχᾰτος =éschatos: último, y λόγος=logos: "estudio") es el estudio de las "realidades últimas",​ es decir, la muerte, la parusía o segunda venida de Cristo, el Anticristo, el Juicio final, la resurrección de los muertos y la vida eterna.

La profecía (del latín prophetīa, y este del griego προφητεία, o también φαινος= aparición) es la transmisión de la voluntad divina a los hombres a través de "videntes" (ro'eh), "visionarios (hozeh) o portavoces (nabí, profetés). La profecía va de la boca de Dios al corazón del hombre. Recibida, aceptada y acogida por el profeta, éste la expresa, la proclama y la transmite, primero de forma oral y luego, por escrito.

La apocalíptica (del griego apokálypsis =revelación y apokalyptein =quitar el velo, desvelar, retirar el velo, descubrir, desnudar) no predice sucesos futuros desconocidos sino más bien da a conocer aquello que a los ojos humanos resulta desconocido e impenetrable, no tanto porque se refiera a un futuro inaccesible, sino más bien porque pertenece a la profundidad, al misterio mismo de la creación querida por Dios y de la historia guiada por él.  Tampoco debe ser interpretada de forma literal.

Origen
La apocalíptica es un género de literatura teológica (bíblica y apócrifa) cuyo origen se remonta al ambiente histórico-espiritual del judaísmo tardío de la diáspora alrededor del s. II a.C., resultado de la combinación de la sabiduría bíblica y de la evolución de la profecía utilizada por algunos autores veterotestamentarios (Isaías 24-27; 33; 34-35; Ezequiel 2:8-3;3:38-39; Zacarías 12-14; Joel 2; Daniel 1-12) y apócrifos (Henoc; IV Esdras; II Baruc), y que alcanza su máxima expansión durante el período intertestamentario hasta su culmen con el Apocalipsis de San Juan, el último libro de la Sagrada Escritura.

Teología
La apocalíptica nace con una teología propia y siempre en un entorno hostil o de persecución hacia la fe y hacia el pueblo de Dios, que corre el riesgo de desaparecer, pero que espera con  confianza absoluta en el poder de Dios, y en su intervención directa y definitiva en la historia universal. No anhela una mejoría de la historia sino que ésta llegue a su fin: un mundo nuevo que traiga la salvación definitiva por parte de Dios.

En la apocalíptica, la verdad "sellada o escondida" es revelada a los hombres por la mediación de seres pertenecientes al mundo divino que la "abren" al mundo terreno y que muestran que la realidad va más allá de lo visible. La apocalíptica habla del pasado y del presente en futuro ante la inminente llegada del "día del Señor" anunciada a lo largo del profetismo veterotestamentario.

La apocalíptica no es tanto historia del pasado como revelación que acredita y testimonia cosas inmediatamente futuras, o mejor dicho, ya emergentes en el presente: el suceso futuro y el pasado están estrechamente vinculados entre sí pero no de forma cronológica o espaciotemporal sino teológica, espiritual, mística.

El interés del autor apocalíptico no se dirige al cosmos (foco de búsqueda en el mundo griego antiguo), sino a la historia en su globalidad, captada como un todo unitario. El apocalíptico sabe hacia dónde va la historia, cuál es su cumplimiento porque lee e interpreta el pasado en relación del futuro que viene ya determinado, desde la creación hasta el día de Yahvé, por el plan salvífico de Dios.
La apocalíptica se orienta de forma radical hacia la historia: los hechos y procesos cósmicos le interesan solo por lo que significan en orden a juzgar el curso de la historia. La revelación apocalíptica no se focaliza en el espacio celeste, sino en el tiempo de la historia terrena ofreciendo una visión total y global de ésta, pero no en la historia de un solo pueblo, sino en la de todos los pueblos, en la ‘de toda la humanidad', la apocalíptica piensa en términos de historia universal.


La apocalíptica afirma constantemente la realidad de dos "eones": el eón presente, el de los dolores, el mal, la injusticia, la impiedad, el pecado, al que le seguirá, mediante una ruptura victoriosa, el eón futuro, el de la alegría, la vida para siempre, la felicidad, el mundo de la comunión con Dios.

Presenta una lucha cósmica que marca la historia y que no es combatida por los hombres, sino que se da entre Cristo y Satanás, en la que Dios vence (ya ha vencido) y somete para siempre a la potencia satánica creando un mundo nuevo para los justos.  

El hombre no puede hacer nada en esta lucha. Tan sólo soportar, perseverar y esperar el fin de la tribulación y del mal. Pero no se trata de una actitud pasiva, porque la espera, los sufrimientos y el martirio del creyente constituyen una fuerza histórica que mueve el corazón misericordioso de Dios y le empuja a acelerar el final por amor a los elegidos.

Similitudes y diferencias con la profecía
A diferencia de la profecía que se recibe mediante oráculos y se expresa mediante la palabra, la apocalíptica lo hace a través de visiones extáticas, sueños, arrebatamientos y traslados a otros lugares. 

Son frecuentes las apariciones de seres celestiales, mediadores de la revelación y mensajeros de la voluntad de Dios: los ángeles.

También es característico el uso predominante de los símbolos como medios para expresar lo inexpresable y como portadores de una gran polivalencia de significados y de interpretaciones. Y dentro de la simbología cobran especial relevancia las cifras, los colores, los animales, los fenómenos cósmicos, las imágenes...
Aunque en la apocalíptica, la escatología prevalece sobre la predicación y el futuro predomina sobre el presente, profecía y apocalíptica son dos revelaciones que se entrecruzan. Toda profecía se halla reco­rrida transversalmente por la apocalíptica y toda apocalíptica hunde sus raíces en el interior de la profecía. 

La apocalíptica no es, por tanto, un lugar donde encontrar previsiones catastróficas del futuro. Como la profecía, nos habla de Dios, pero mientras que ésta nos cuenta la relación de Dios con un momento preciso de la historia, con los personajes, con un pueblo concreto, la apocalíptica muestra la relación de Dios con la creación en su totalidad y con la historia universal.

viernes, 9 de julio de 2021

¡ESTÁN SONANDO LAS TROMPETAS!

"Se ha cumplido el tiempo y está cerca el reino de Dios. 
Convertíos y creed en el Evangelio"
(Mc 1,15)

Quienes me conocen bien, saben de mi gran pasión por la lectura espiritual en general, por la de la Palabra de Dios en especial, y por la del Apocalipisis de San Juan en particular . Quizás por ello, suelen llamarme "apocalítico".

Sin embargo, como escribíamos en otro artículo (El cristiano apocalíptico), ser "apocalíptico" no significa ser ni trágico ni catastrofista. Tampoco implica ser dramático ni mucho menos pesimista. En realidad, todos los cristianos somos (o deberíamos ser) apocalípticos.

A propósito de ello, el pasado mes de noviembre escribíamos un artículo (La caída del Imperio) en el que reflexionábamos sobre las similitudes de los signos y señales existentes entre la caída del Imperio romano y la caída de la gran Babilonia mencionada en los capítulos 17 al 19 de Apocalipsis.

Sin duda, para el apóstol San Juan, Roma representaba a la gran Babilonia y prefiguraba al "Imperio de la iniquidad" del fin de los tiempos. La mayoría de los profetas mayores del Antiguo Testamento (Jeremías, Isaías, Ezequiel y Daniel), junto con San Juan, profeta del Nuevo Testamento, nos exhortan a discernir los signos de los tiempos"Bienaventurado el que lea y escuche esta profecía" y "el que tenga oídos, que oiga lo que el Espíritu le dice".

Los cristianos no deberíamos estar sordos ni ciegos ante las evidencias y los signos que se producen en nuestro mundo actual (crisis moral, política, social, ecológica, económica, financiera y, ahora, también sanitaria) y que nos conducen inexorablemente a la deducción y comprensión de que nos hallamos en el fin de los tiempos, de los que habla San Juan en el Apocalipsis. 

Por ello, es imperativo escuchar lo que el Espíritu Santo habla a la Iglesia a través de su Palabra y, también a través de  la Virgen María, en sus múltiples apariciones (La Salette, Lourdes, Fátima, Medugorje...): ¡Convertíos, orad y creed en el Evangelio! 

¡Están sonando las trompetas... el tiempo de Dios, ha llegado...El sonido de las trompetas del libro de Apocalipsis manifiestan el "Kairós" del evangelio de san Marcos 1,15, es decir, la inminente intervención de Dios, que clama ante la devastación provocada por el Mal en la creación...

¡Están sonando las trompetas!...y lo están haciendo hoy, aquí y ahora. Sólo hay que ver, oír y discernir los signos de nuestro tiempo: el enfriamiento de la fe, odio y persecución de los cristianos (1ª trompeta/2º jinete rojo/1ª y 3ª copa), la perversión y corrupción social, política, religiosa, económica y ecológica (2ª y 3ª trompetas/4º jinete amarillo pálido/2ª copa), la oscuridad ante la falta de esperanza por causa de la mentira (4ª trompeta/3º jinete negro/4ª copa), la inmoralidad sexual y el pecado contra el Espíritu (5ª trompeta/1º"ay"/5ª copa), los falsos profetas, la apostasía y la idolatría con las ideologías totalitarias del mundo (6ª trompeta/2º"ay"/6ª copa) y la nueva evangelización ante el enfriamiento del amor del mundo (antes de la 7ª trompeta/7ª copa).

En Apocalipsis 10,6, el ángel del Señor (el Espíritu Santo), jura "por el que vive por los siglos de los siglos, el que creó el cielo y cuanto contiene, la tierra y cuanto contiene, el mar y cuanto contiene: ¡se ha terminado el tiempo!"
 
Es la última y definitiva llamada de Dios a la purificación y a la conversión del mundo. Tras su sonido, el Señor desvelará todo su plan secreto de salvación. Con el Juicio final, dirá "¡Basta! "... "Todo está cumplido" (Jn 19,30).

Pero no se trata de que los cristianos alberguemos temor por los acontecimientos que suceden ni por los que han de suceder. Tampoco significa que debamos combatir físicamente a los seguidores del Enemigo.

Lo que Dios nos quiere decir con el sonido de las trompetas y con el derramamiento de las copas, es que nuestra liberación está cerca. El Apocalipsis no es un libro de tragedia sino de esperanza y de perseverancia.

Por eso, los cristianos tenemos que combatir el combate espiritual con las armas espirituales, la perseverancia en la fe y la constancia en la oración, para alcanzar nuestra liberación y conseguir la corona de la vida. El mismo combate que combatió San Pablo y el resto de los apóstoles. La misma corona que ostentan sus santas cabezas.



JHR

viernes, 27 de marzo de 2020

APOCALIPSIS 11: LOS DOS TESTIGOS Y LOS TRES GRANDES SIGNOS

"Y se me dio una caña en forma de vara, diciendo:
Levántate y mide el santuario de Dios y el altar, 
y a los que están adorando en él."
(Apocalipsis 11,1)

Antes del vertido de las siete copas
que desencadenan el Juicio Final, el capítulo 11 del Apocalipsis inicia la narración con la entrega al vidente de una especie de "vara de medir" para el templo de Dios, es decir, para la Iglesia:

-Mide el santuario y el altar, y los adoradores que hay en élel santuario es el espacio reservado donde no pueden entrar los paganos, es decir, son el pueblo fiel a Dios. El altar es el lugar del sacrificio, es decir, son los sacerdotes de Dios. Los adoradores son los templos vivos, es decir, los consagrados, las órdenes religiosas

Santuario, altar y adoradores componen la Iglesia, entendida como asamblea litúrgica. Medir a ambos significa protegerlosLa Iglesia prevalecerá, aunque la otrora civilización cristiana se hunda en la apostasía y la impiedad. El santo sacrificio de la misa seguirá ofreciéndose, aunque sea en la clandestinidad.

-Pero el atrio exterior del santuario, los "falsos cristianos" que viven como si estuvieran fuera de la Iglesia, que viven una fe a la medida.

-déjalo fuera, no lo midas, porque ha sido entregado a los paganos, aunque ellos se consideran fieles y dentro de la Iglesia, no lo son, y por eso, son abandonados a sus propias fuerzas, convirtiéndose en presas del Anticristo. Se afilian a sus organizaciones e ideologías, reniegan de la fe cristiana y son fácilmente engañados.

-que pisotearán la ciudad santa durante cuarenta y dos meses, causan perjuicio y daño moral a la Iglesia durante a 3 años y medio, es decir, por un tiempo limitado en el que el diálogo entre la Iglesia y el mundo va a ser imposible, fruto de una total radicalización y enfrentamiento. Desaparecerá el atrio del santuario.

Los Dos Testigos

-Haré que mis dos testigos profeticen durante 1260 días, predicarán por 3 años y medio, un tiempo limitado también. Evangelización por poco tiempo.

Estos dos Testigos de Dios han sido erróneamente reconocidos por algunos que interpretan esta visión literalmente, como los apóstoles Pedro y Pablo, y por extensión, con dos papas (quizás con Benedicto y Francisco).

Otros hacen referencia a
 Elías y a Moisés porque aparecen en el Monte Tabor de la Transfiguración (Mateo 17, 1-8), e interpretan que podrían representar un anticipo de la gloria que ha de venir

En Malaquías 4,5 se profetizó que Dios enviaría a Elías antes del día de la purificación. Jesús lo afirma también en Mateo 17, 11. 

Elías junto con Enoc son los dos únicos personajes de la Biblia que fueron al cielo sin morir (con la excepción de la Virgen María). 

Algunos interpretan que estas dos figuras simbólicas podrían representar a las órdenes contemplativas y a los consagrados, y que durante el reinado del Anticristo, con sus oraciones, fortalecerán y protegerán a los de dentro (creyentes), y convertirán a los de fuera del santuario (no creyentes).

-vestidos de sayal (saco), haciendo sacrificio y expiación (oración, penitencia y ayuno).

-son los dos olivos, tomado de Zacarías 4, 11-14, procedentes o representantes del pueblo de Israel (recordemos que los olivos eran un simbolo de la economía del Israel de la época), 

- y los dos candelabros, procedentes o representantes de la Iglesia de Cristo (recordemos que las 7 Iglesias están simbolizadas por 7 candeleros). 

-tienen poder para cerrar el cielo, autoridaden referencia a Elías, en Santiago 5,17-18, ...poder sobre las aguas...y poder para herir a la tierra, en referencia a Moisés, en Éxodo 7-10, cuyo cuerpo fue también preservado por Dios, en Judas 1,9. Ambos personificarían la Ley y los Profetas del Antiguo Testamento.

-Cuando hayan terminado su testimonio, trabajo meditativo y contemplativo, la Bestia, el Anticristo, les hará la guerra, los vencerá y los matará, anuncia el martirio, la persecución. Se reducirán las órdenes y algunos monasterios se cerrarán.  Se dejan matar sin resistencia porque se saben compañeros del Cordero y de donde salen los 144.000.

-Sus cadáveres serán expuestos, serán ridiculizados y humilladosen la plaza  de la gran ciudad, que se llama espiritualmente Sodomala ciudad de la perversión y Egipto, la ciudad de la esclavitud, ambas representan a las personas que han dado la espalda a Cristo, se han pervertido y son esclavas del pecado.

-por tres días y medio, por tiempo limitado, sin permitir que los entierren, no habrá gracia, para que la gente de todo el mundo los vea y les sirva de escarmiento, el mismo proceder que hicieron con Jesucristo en la Cruz.

-Los habitantes de la tierra, los impíos, se alegrarán y se felicitarán al verlos muertos, ridiculizados, humillados y limitados, pues su presencia y su intercesión, los cuestionaba y los atormentaba.

-Pasados los tres días y medio, tiempo limitado, el Espíritu Santo los resucitará, los ensalzará, como a Cristo y serán asuntos al cielo, resurgirán, y los que estaban mirándolos se quedaron aterrorizados, se darán cuenta de su error. La muerte de los testigos es la que provoca la caída del Imperio.

-Se produjo un gran terremoto, como cuando murió Jesús, la manifestación de Diosy se derrumbó la décima parte de la ciudad, algunos dejaron de humillarles, y en el cataclismo perecieron siete mil personas, aunque una gran cantidad siguieron pecandomuchos se convertirán pero otros, seguirán sin arrepentirse.

-Los supervivientes, llenos de terror, dieron gloria al Dios del cielo, se estremecerá el reino del Anticristo y algunos se darán cuenta de su error, y se convertirán.

"El segundo "ay" ha pasado, y el tercero viene en seguida.
(Apocalipsis 11,14)


Las seis primeras trompetas anuncian la permisión de Dios de las consecuencias de nuestro pecado para darnos tiempo a arrepentirnos.

Ahora, el 7º ángel hace sonar la 7ª trompeta: el cielo y los 24 ancianos comienzan a alabar y adorar a Dios por lo que va a hacer, que anuncia la instauración definitiva de su Reino de justicia, amor y verdad aquí en la tierra.

-Entonces se abrió el templo de Dios, el que está en el cielo, y se vio el arca de su alianza, que simbolizaría el poder de Dios.

Tomado del libro de los Macabeo
s: El Arca, "perdida" desde la conquista de Jerusalén por los babilonios, y escondida por el profeta Jeremías en una cueva del monte Sinaí, aparecerá cuando Dios intervenga de manera definitiva en favor de su pueblo (2 Macabeos 2,4-8).

Dice San Buenaventur
a que "el Arca, en un sentido alegórico, se refiere a Cristo y a la Iglesia; (...) en un sentido místico, representa a la Virgen gloriosa, Santa María, felicísima Madre de Dios y Señora nuestra" y que debemos considerarla en cuanto a su:
  • construcción: fue construida de material incorruptible, de proporciones precisas, de bella forma y de figura cuadrangular.
  • contenido: guardaba el maná (Eucaristía), la vara de Aarón ( Fe/Confianza)) y las dos tablas de la Ley (Palabra); y por encima, rematándolo, había dos Querubines haciendo sombra al propiciatorio (Sabiduría). 
  • eficacia: guía en el desierto, defensa en el combate, reconcilio de los arrepentidos, derrota de los enemigos.
-honor: grandes y pequeños la honran y reverencian, todos se humillan ante ella y la cantan alabanzas.

Pero antes del establecimiento del Reino de Dios pareciera como si Él mismo hiciera una retrospectiva, una especie de "feeback" desde el principio hasta el fin, a modo de resumen y de conclusión:

-en medio de rayos, voces, truenos, terremotos y fuerte granizada, que significaría, de nuevo, la manifestación de Dios. Está a punto de revelarse un misterio...

Aparecen tres signos: la Mujer vestida de sol, el Dragón y las Bestias, con las que se derraman las siete copas de la ira de Dios.

continuará...


Bibliografía:

-"El Apocalipsis" (de Adrienne Von Speyr, por Hans Urs Von Balthasar).
-"Para leer el Apocalipsis" (Jean-Pierre Prévost, Editorial Verbo Divino, 1991).
- "La Cena del Cordero" (Scott Hahnn, Editorial Patmos, 2001).
-"El Apocalipsis de San Juan" (Emilio Aliaga Girbés, Editorial Verbo Divino)