¿QUIÉN ES JESÚS?

La vida de Jesús siempre ha suscitado preguntas a lo largo de los últimos dos mil años.

¿Cómo pudo un carpintero que fue ejecutado por los romanos convertirse en el hombre más famoso de la historia?
¿Fue Jesús alguien verdaderamente real?
¿Cómo puede Dios ser un hombre al mismo tiempo?
¿De qué manera podría esto tener algún sentido para mi vida?

Estas son algunas preguntas, pero aquí tienes un espacio para formular las tuyas.

lunes, 12 de abril de 2021

DANIEL 7: VISIÓN DE LAS CUATRO BESTIAS DEL MAR


"Vi que los cuatro vientos del cielo agitaban el océano. 
Cuatro bestias gigantescas salieron del mar, 
distintas una de otra. 
La primera era como un león con alas de águila (...) 
Había una segunda bestia semejante a un oso (...)
Después yo seguía mirando 
y vi otra bestia como un leopardo (...) 
Después seguí mirando 
y en mi visión nocturna contemplé una cuarta bestia, 
terrible, espantosa y extraordinariamente fuerte (...)
Era distinta de las bestias anteriores, 
porque tenía diez cuernos (...)
y vi que de entre ellos salía otro cuerno pequeño; 
y arrancaron ante él tres de los cuernos precedentes. 
Aquel cuerno tenía ojos humanos, 
y una boca que profería insolencias" 
(Daniel 7, 2-8)

Continuamos profundizando en el libro profético de Daniel y que podríamos llamar el "Apocalipsis del Antiguo Testamento", pues contiene una interpretación espiritual de la historia universal y un mensaje de esperanza para el Pueblo de Dios perseguido a causa de su fe.

Los capítulos 1 al 6 contienen la parte narrativa en la que se muestra cómo Dios se revela en visiones a los reyes de la tierra para demostrarles que nada de lo que sucede en el mundo es fruto del azar, sino la realización de su designio oculto, revelado a sus elegidos. 
Los Imperios aparecen, luchan entre sí y se suceden unos a otros.  Cada nuevo Imperio supera en crueldad al precedente. Los reyes se atribuyen características divinas pretendiendo usurpar el lugar de Dios. Pero es Él quien dirige misteriosamente el curso de los acontecimientos de la Historia hastaa el establecimiento definitivo de su Reino. Dios es quien pone y quita gobiernos, quien humilla a los soberbios, quien reina eternamente.

Los capítulos 7 al 12 contienen la parte apocalíptica del libro que tiene sus antecedentes en las profecías de Ezequiel y Zacarías. Ahora  es Daniel quien recibe las revelaciones y visiones a través de sueños (Daniel 7 y 8) con la visión de las cuatro bestias, del hijo del hombre, del carnero y del macho cabrío; de la Palabra (Daniel 9) con la visión de las setenta semanas; de anuncios angélicos (Daniel 10-12) con la visión del hombre vestido de lino, el anuncio del fin del Imperio Medo-persa y el surgimiento del Imperio Griego-macedonio. 

La visión de Daniel relatada en el capítulo 7 comienza conla aparición de cuatro gigantescas bestias que surgen del mar (Daniel 7,1-8), a continuación, ve a un anciano sentado en un trono y la venida entre las nubes del cielo de un "hijo de hombre" (Daniel 7,9-18), para finalmente, detenerse ante la cuarta bestia, sus diez cuernos y el cuerno pequeño (Daniel 7,19-28). Esta visión guarda una perfecta sincronía escatológica con la visión del cielo de San Juan en Apocalipsis 4 al 6 y con la visión de la bestia surgida del mar del vidente de Patmos en Apocalipsis 13 y 17.
Las cuatro bestias
El sueño de Daniel comienza así: Vi que los cuatro vientos del cielo agitaban=Dios permite al hombre que "agite" sus pasiones, luchas y revoluciones. Es Dios quien pone y quita reyes (Jeremías 51,1-2; Daniel 2,20-21; Romanos 13,1-6; Apocalipsis 7,1), el océano=caos y también pueblos, muchedumbres, naciones y lenguas (Apocalipsis 17,1, 15). Cuatro bestias gigantescas salieron del mar, distintas una de otra=fuerzas físicas/terrenales, reyes, gobiernos o imperios humanos "carnívoros" por naturaleza, es decir, asesinos, destructores y depredadores. Diferentes al Cordero del Reino de Dios. No suben del mar al mismo tiempo, sino que siguen un orden cronológico, una tras otra.

León
Daniel 7,4
"La primera era como un león con alas de águila; 
la estaba mirando y de pronto vi que le arrancaban las alas, 
la alzaron del suelo, la pusieron de pie como un hombre 
y le dieron un corazón humano".
 
El leónsímbolo de Ishtar (diosa babilónica del amor y de la guerra), representa al Imperio Babilónico-caldeo, a Babilonia (Jeremías 50,44). Simboliza el poder político, el orgullo, la fuerza, la agresividad que desgarra y devoraLa visión del león coincide con la "cabeza de oro" de la gran imagen de Daniel 2,32. 

Tiene alas de águila=capaz de desplegar ejércitos rápidamente, de cubrir grandes distancias y de elevarse por encima de toda nación. También hace referencia a sus dos reyes principales: Nabucodonosor y Baltasar.

Que le arrancan=Nabucodonosor es humillado, pierde la razón y el esplendor (Daniel 3 y 4). Baltasar muere la misma noche que Daniel interpreta su sueño.  Significa el fin del Imperio de Babilonia y el comienzo del imperio medo-persa con Ciro, rey de Persia (Daniel 5). Concuerda con “Derribad el árbol y cortad sus ramas, arrancad sus hojas y desparramar sus frutos” (Daniel 4,14). 

La levantan del suelo=es restaurado y el reino restituido, la ponen de pie como un hombre=se le devuelve su dignidad y su gloria, le dan un corazón humano=deja de ser una bestia orgullosa para convertirse en un ser humano. Nabucodonosor se convierte a Dios (Daniel 4,16-36).

Oso
Daniel 7,5
"Había una segunda bestia semejante a un oso; 
estaba medio erguida, con tres costillas en la boca, entre los dientes. 
Le dijeron: «Levántate. Come carne en abundancia".
 
El oso, símbolo de ferocidad, violencia y fuerza, representa al Imperio Medo-persa y coincide con el "pecho y los brazos de plata" de Daniel 2,32 y con el carnero de Daniel 8,1-4. Simboliza el poder social, lo terrenal y los bienes materiales (sus zarpas son como de "plata").

Está medio erguido=disparidad existente en la alianza entre los medos y los persas, y tiene tres costillas en la boca, entre los dientes=tres reinos conquistados: Asiria, Babilonia y Egipto.

Le dicen que se levante y que coma carne en abundancia=se alza sobre los pueblos y las naciones del medio oriente, pisoteándolos y devorándolos, extendiendo sus fronteras hasta la India (en el este), el Danubio (en el norte), Arabia y Egipto (en el sur) durante 300 años.

Leopardo
Daniel 7,6
"Después yo seguía mirando y vi otra bestia como un leopardo, 
con cuatro alas de ave en el lomo, 
y esta bestia tenía cuatro cabezas. Y le dieron el poder".
 
El leopardo, símbolo de rapidez y agilidad, representa al Imperio Griego-Macedonio y coincide con los "muslos de broncede la gran imagen de Daniel 2,32. Simboliza el poder económico, la avaricia, la codicia y la acumulación de riquezas (el leopardo tiene la piel dorada y como llena de "monedas").

Tiene alas de ave en el lomo=velocidad potenciada personificada en Alejando Magno, quien en poco tiempo construye un gran imperio: rey de Macedonia (336 a. C.), sojugza a los griegos (335 a. C.), vence a los persas (334 a. C.), conquista Egipto (331 a.C.), conquista Partia, Media y Bactria e invade la India (330-324 a. C.). 

Tiene  cuatro cabezas=Tras su muerte (323 a. C.), cuatro de sus generales (Antígono, Tolomeo, Lisímaco y Seleuco) se dividieron el imperio y formaron cuatro reinos: Grecia/Macedonia, Tracia/Asia Menor, Egipto/Palestina y Siria/Mesopotamia, y se le da el poder=dominio y autoridad sobre el mundo conocido (Daniel 2,39).

Cuarta bestia
Daniel 7,7-8
"Después seguí mirando y en mi visión nocturna 
contemplé una cuarta bestia, 
terrible, espantosa y extraordinariamente fuerte;
 tenía grandes dientes de hierro, con los que comía y descuartizaba; 
y las sobras las pateaba con las pezuñas. 
Era distinta de las bestias anteriores, porque tenía diez cuernos. 
Miré atentamente los cuernos, 
y vi que de entre ellos salía otro cuerno pequeño; 
y arrancaron ante él tres de los cuernos precedentes. 
Aquel cuerno tenía ojos humanos, 
y una boca que profería insolencias".

   
La cuarta bestia  representa al Imperio Romano. Equivale a las "piernas de hierro” de Daniel 2,40 y tiene muchas similitudes con la bestia de Apocalipsis 13: "sale del mar, tiene poder y autoridad, diez cuernos y siete cabezas, mata a espada".

Terrible, espantosa, fuerte=su poder violento y destructor conquista tres continentes: sur y oeste de Europa, el oeste de Asia y el norte de África, y distinta a las anteriores=varias formas de gobierno: monarquía, república, triunvirato, césares, emperadores y reyes. 

Tiene grandes dientes de hierro=fuerza y poder de las legiones del ejército romano con las que tritura, somete y esclaviza a los enemigos, y con los que come y descuartiza=martirio, las sobras las patea con las pezuñas=controla algunas regiones lejanas mediante gobernadores.
  
Tiene diez cuernos=equivalen a los diez dedos de hierro y barro de Daniel 2,41-43 y representa que son fuertes y débiles a la vez. Diez no es un número literal sino una sucesión o serie indefinida. Algunos interpretan que son los reyes seleúcidas: Seleuco I Nicator (305-281 a.C.), Antíoco I Soter (281-261 a.C.), Antioco II Theos (261-246 a.C.), Seleuco II Calinico (265-226 a.C.), Seleuco III Sóter Cerauno (226-223 a.C), Antíoco III Megas (223-187 a.C.), Seleuco IV Filopátor (187-175 a.C.), Antíoco IV Epifanes (175-164 a.C.), Antíoco V Eupátor (164-162 a.C.), 12 reyes menores(164-69 a.C.) y Antíoco XII Asiatico (69-64 a. C.)

Otros afirman que son las tribus bárbaras que invaden el Imperio Romano: los hunos/mongoles, los francos/normandos, los anglos/sajones/jutos, los godos/visigodos, los lombardos, los alanos/suevos y los escitas/iraniosY arrancaron ante él tres de los cuernos precedentes=desaparecen los hérulos (493 d. C.), los vándalos (533 d. C.) y los  ostrogodos (554 d. C.).

Tiene un cuerno pequeño con ojos humanos=poder, liderazgo o sistema religioso antidivino. Algunos afirman que se trata del rey seleúcida Antioco IV, Epifanes, quien persiguió al pueblo de Dios y profanó el Templo,
Y una boca insolente=idolatrías y herejías/Anticristo. Hace falsas promesas y engaños. Equivale a la bestia de Apocalipsis 13 de boca grandilocuente y blasfemaLucha contra los santos y los derrota=fuerza antidivina que persigue y martiriza al pueblo de Dios.

El Trono, el "Hijo de hombre" y el cuerno
A pesar del surgimiento y creciente auge del mal de las bestias y de las blasfemias del cuerno pequeño, aparece un trono con un anciano sentado, Dios, se abren los libros y se destruye a las bestias. Entonces aparece un "Hijo de hombre" entre las nubes, Jesucristo, a quien se le da "el poder, el honor y el reino eterno" y todos le servirán.

Mientras llega el "Hijo de hombre", el cuerno lucha, por un tiempo corto y limitado, contra los santos a quienes intenta aniquilar, hasta que Dios intervenga, haga justicia, éstos tomen posesión del reino y el mundo se transfigure por el poder divino.

sábado, 10 de abril de 2021

DANIEL 2: EL SUEÑO DE NABUCODONOSOR

"Apareció una gran estatua. 
Era una estatua enorme 
y su brillo extraordinario resplandecía ante ti, 
y su aspecto era terrible. 
Aquella estatua tenía la cabeza de oro fino, 
el pecho y los brazos de plata, 
el vientre y los muslos de bronce, 
las piernas de hierro, 
y los pies de hierro mezclado con barro.
Mientras estabas mirando, 
una piedra se desprendió sin intervención humana, 
chocó con los pies de hierro y barro de la estatua, 
y los hizo pedazos. 
Se hicieron pedazos a la vez el hierro y el barro, 
el bronce, la plata y el oro, 
triturados como tamo de una era en verano; 
el viento los arrebató 
y desaparecieron sin dejar rastro. 
Y la piedra que había deshecho la estatua 
creció hasta hacerse una montaña enorme 
que ocupaba toda la tierra"
(Daniel 2,31-35)

El libro de Daniel pertenece a los libros proféticos del Antiguo Testamento y se enmarca dentro del género apocalíptico que relata acontecimientos presentes y futuros mediante visiones simbólicas y eventos cósmicos

Daniel relata hechos ocurridos durante el exilio del pueblo judío en Babilonia en el siglo VI a.C., y anuncia el cumplimiento de la profecía mesiánica con la venida de Jesucristo.

Gran interprete de sueños, se gana el favor del rey Nabucodonosor al explicarle el sueño que tiene y que nadie sabe interpretar, acerca de una enorme estatua hecha pedazos por una gran piedra que se convierte en montaña y llena toda la tierra. 
 
La interpretación de Daniel del sueño de la gran estatua que se narra en el capítulo 2, se refiere a los imperios que se sucederían hasta la llegada del reino de Dios: 

Cabeza de oro
Daniel 2,37-38
              

Representa a Nabucodonosor y al Imperio Babilónico (605-539 a. C.)El oro refleja el esplendor, la importancia y uso que el Imperio babilónico daba a este metal precioso: los tributos se cobraban en oro, el trono de Nabucodonosor era de oro y su pretensión era que Babilonia fuera una ciudad de oro.

Pecho y brazos de plata
Daniel 2,39
             

Simboliza a Dario y Artajerjes y al Imperio Medo-Persa (539-331 a. C.). La plata representa los tributos del imperio persa, que se cobraban en en este metal..

Vientre y muslos de bronce
Daniel 2,39
               

Representa a Alejandro Magno y al Imperio Griego-Macedonio (331-168 a. C.). El bronce refleja el uso de este material tan utilizado por los griegos para fabricar todo tipo de objetos: estatuas, cascos, corazas, escudos, espadas, herramientas, instrumentos musicales, vasijas, muebles, utensilios, etc.

Piernas de hierro 
Daniel 2,40
                    
Simboliza a César Augusto y al Imperio Romano (168-476 a. C.). El hierro representa el carácter estricto, duro, rudo, frío, bélicoso, duradero y férreo imperial romano. 

Las dos piernas simbolizan las vias romanas por las que se podía caminar a lo largo y ancho del Imperio, y también la división del Imperio cuando, en el 395 d. C., el emperador Teodosio lo repartió entre sus dos hijos: 

-para Arcadio, el Imperio Romano de Oriente formado por los Balcanes, Anatolia, Oriente Próximo y Egipto, y que se convertiría en el Imperio Bizantino, con capital en Bizancio, denominación griega de Constantinopla.

-para Honorio, el Imperio Romano de Occidente formado por la península Itálica, la península Ibérica, las Galias, Britania, el Magreb y las costas de Libia.
Pies de hierro con barro o arcilla
Daniel 2,41-43
Representan diez reinos, pueblos, naciones o gobiernos:

-para los  preteristas, a los reyes seléucidas, sucesores del Imperio de Alejandro Magno.

-para los historicistasa la "Europa de los diez", que se convertiría después en la Unión Europea, a quien se denomina escatológicamente como "La Roma revivida" o "La nueva Roma".

-para la mayoría de los exegetas, a los diez pueblos germánicos bárbaros (diez dedos) que invadieron el Imperio romano. 

La mezcla de hierro y barro representa la romanización de algunos de estos pueblos germánicos, la desaparición de tres: hérulos o vikingos (439 d. C.), vándalos (533 d. C.) y ostrogodos (538 d. C.) al rehúsar su conversión al cristianismo, y la continuación de siete que formarán Europa que, aunque unidos, cada uno será un país independiente (no se mezclarán como no puede mezclarse el hierro y el barro): 

-hunos/mongoles: Europa central
-francos/normandos: Francia
-anglos/sajones/jutos: Gran Bretaña
-godos/visigodos: España y Portugal
-lombardos: Italia
-alanos/suevos: Grecia y Asia Menor
-escitas/iranios: Oriente Próximo y norte de África

Estos "siete reinos" restantes, coinciden con la visión de los "siete cuernos" de la bestia que surge del mar de Juan en Apocalipsis 13,1.

La gran piedra que hace añicos la estatua 
Daniel 2,44-45
Simboliza el reinado de Jesucristo, quien con su Encarnación, Muerte y Resurrección se convierte en la piedra angular, en el fundamento sólido del reino de Dios en la tierra:

"La piedra que desecharon los arquitectos es ahora la piedra angular. 
Es el Señor quien lo ha hecho, ha sido un milagro patente. 
Este es el día que hizo el Señor: sea nuestra alegría y nuestro gozo" 
(Salmo 118,22-24; Hechos 4,11)

"He puesto en Sión como fundamento una piedra,
una piedra probada,
una piedra angular preciosa,
un fundamento sólido"
(Isaías 28,16; Romanos 9,33; 1 Pedro 2,6)

"La roca era Cristo" 
(1 Corintios 10,4)


En un próximo artículo, veremos como esta visión de la estatua de Nabucodonosor está asociada y relacionada, en el capítulo 7, con otra posterior que tiene su hijo y sucesor, Baltasar sobre cuatro bestias gigantescas y distintas que surgen del mar, y que también tiene relación con la visión de Juan en Apocalipsis 13 y 17.

EZEQUIEL 37: UN VALLE REPLETO DE HUESOS SECOS

"Y cuando abra vuestros sepulcros 
y os saque de ellos, pueblo mío,
 comprenderéis que soy el Señor. 
Pondré mi espíritu en vosotros y viviréis; 
os estableceré en vuestra tierra 
y comprenderéis que yo, el Señor, 
lo digo y lo hago" 
(Ezequiel 37,13-14)

El libro profético de Ezequiel nos ofrece un lenguaje directo y duro, pero también rico en símbolos, imágenes y visiones. Una de estas visiones se encuentra en el capítulo 37 en la que el profeta Ezequiel, "llevado por el espíritu" (como Juan en el Apocalipsis), ve un inmenso valle repleto de huesos secos.

Sólo "en espíritu" somos capaces de ver y entender las cosas espirituales, el propósito del Dios Vivo, la voluntad del Creador. Ezequiel observa un gran osario lleno de huesos sin carne, sin tendones, sin piel, sin nervios. Es decir, se encuentra con una multitud de seres sin esperanza, sin vida, sin actividad. Todos los que allí se encuentran se han alejado de Dios, están "muertos". 

Esta visión de una inmensidad de huesos secos de Ezequiel 37 tiene una secuencia sincronizada en Apocalipsis 3,14-22, en la que Juan escucha lo que dice el ángel de la Iglesia de Laodicea. Esos huesos secos son los mismos cristianos que no necesitan nada, los que no son ni fríos ni calientes... los tibios. 
Esos huesos secos son "muertos espirituales" que necesitan "comprar oro acrisolado" al fuego, es decir, necesitan purificarse y enriquecerse. 

Necesitan vestir su desnudez con las "vestiduras blancas", es decir, necesitan carne, tendones y piel, o lo que es lo mismo, ser santos. 

Necesitan el "colirio" del Señor para que puedan ver, es decir, necesitan la guía del Espíritu Santo. Y eso es lo que hace Dios: nos reprende y nos corrige. Nos llama a la conversión. Y lo hace porque nos ama.

Volviendo a Ezequiel, Dios le pregunta: "Hijo de hombre: ¿podrán revivir estos huesos?" Y él contesta: Señor, Dios mío, tú lo sabes". En efecto, sólo Dios puede devolver la vida, sólo Él puede hacer que algo reviva.

Aunque para los judíos esta visión simboliza la restauración del pueblo y la reconstrucción del Templo, es decir, la resurrección espiritual de Israel, para los cristianos simboliza la resurrección de Jesucristo y la reconstrucción del Templo vivo. Y con ella, nuestra resurrección a una nueva vida, a un nuevo Espíritu, a un nuevo Cuerpo: la Iglesia de Cristo.

Cristo me llama y me dice: "Hueso seco, levántate y anda". Pero ¡cuántas veces la sequedad de mi alma me hace oponer resistencia al movimiento! ¡cuántas veces la pereza, la falta de carne, de tendones y de piel, me impide levantarme y andar! ¡cuántas veces mi falta de valentía, de perseverancia y de espíritu me lleva a dejar a Dios de lado!
Sólo el Espíritu de Dios es capaz de suscitar en mí los dones necesarios para vencer mi tibieza, mi aspereza y mi dureza de corazón en los momentos de sequía espiritual. 

Sólo la Palabra de Dios puede fortalecer mis huesos, suavizarlos y recubrirlos de carne, de tendones y de piel para que pueda levantarme y andar. 

Sólo la santidad que el Señor me ofrece puede revestir mi desnudez para presentarme ante su poderosa presencia.

Para Dios no hay causas perdidas. El Señor nos quiere a todos a pesar de nosotros. Quiere que todos nos salvemos. Quiere salir a nuestro encuentro, recibirnos, abrazarnos y llenarnos de su aliento para que todos lleguemos a ser santos y perfectos como lo es Él. 

Y para conseguirlo, necesito ser dócil a su Espíritu, obediente a su Palabra y estar dispuesto a ser todo aquello a lo que me llama. Necesito dejar que mis huesos sean recubiertos por su gracia: necesito resucitar.



JHR

viernes, 9 de abril de 2021

EZEQUIEL 38 Y 39: GOG Y MAGOG

"Y cuando se cumplan los mil años,
Satanás será soltado de la prisión.
Y saldrá para engañar a las naciones
de los cuatro lados de la tierra,
a Gog y Magog,
y congregarlos para la batalla;
serán innumerables como las arenas del mar"
(Apocalipsis 20,7-8)

Hoy reflexionamos sobre las profecías escatológicas acerca de "Gog y Magog" que se mencionan en Ezequiel 38 y 39, en Jeremías 25 y 51 (en este caso, con el nombre de Sesac o Shish-kã, criptograma de Babel o Babilonia) y en Apocalipsis 20.

Gog y Magog es una devastadora coalición de enorme magnitud integrada por pueblos hostiles, tribus bárbaras o naciones enemigas, y congregada por Satanás para la gran batalla final contra "el campamento de los santos y la ciudad predilecta", después de los mil años del reinado de Cristo.

Sin embargo es una batalla que no tendrá lugar gracias a la intervención de Dios, que hará caer fuego del cielo y arrojará al Diablo y a sus seguidores al lago de fuego, dando paso al Juicio Final y a la Nueva Jerusalén celeste.
Pero para contextualizar y profundizar en el significado de esta expresión, es preciso que nos dirijamos al capítulo 10 del Génesis, donde se detalla la denominada "Tabla de las Naciones" (lista de setenta pueblos) o descendencia de los hijos de Noé (Sem, Cam y Jafet), y en particular, nos fijaremos en los hijos de Jafet (Gomer, Magog, Madai, Yaván, Tubal, Mesec y Tirás) de la que surgirán estas "naciones, tribus o pueblos" que engloban a "Gog y Magog"

Gomer
Representa a los "habitantes de una tierra de niebla y oscuridad al borde del mundo" (La Odisea, de Homero), formada por tribus nómadas ecuestres (cimerios, iranios) indoeuropeas o urálicas proveniente del norte del Cáucaso y del mar Negro, en la actual Rusia, Ucrania y Azerbaiyán, surgidas entre el siglo VIII a. C. y el VII a. C. 

Magog/Gog
Magog es un criptograma de Babilonia, un nombre encubierto de la ciudad enemiga de Dios, en contraposición a Jerusalén מגג (mgg) escrito a la inversa; גגמ (ggm) y sustituyendo cada letra por su precedente en el alefato hebreo (serie ordenada de las consonantes) da como resultado: בבל (bbl), es decir Babel. 

Gog es un nombre derivado de Magog y de "Gug", que significa en sumerio "oscuridad, tiniebla, mancha negra". 
Ambos configuran las tribus o pueblos del norte (acadios, sumerios, etíopes, dacios, babilonios...), las tierras, regiones o reinos provenientes de los confines del mundo conocido de entonces: Turquestán, Tayikistán, Turkmenistán, Etiopía o incluso India.

Madai
Conforma a los medos, persas y turcos que se establecieron en Irán, al sur del mar Caspio y al este de Asiria.

Yaván/ Tirás
Constituye las tribus jónicas o pueblos piratas de la costa occidental de Asia Menor en el mar Egeo, conocidos como los "Pueblos del Mar" a los que pertenecen los tirsenios o tirrenos, tracios, etruscos, chipriotas, cartagineses y griegos.

Tubal 
Engloba a las tribus sudorientales de los tibarenos que poblaron Georgia y Cilicia (Asia Menor), a los ítalos que vivieron en Italia y a los íberos que se asentaron en España y Portugal.

Mesec 
Abarca una gran variedad de tribus guerreras nómadas euroasiáticas dedicadas al pastoreo nómada y a la cría de caballos de montaescitas, sármatas, hititas, alanos, arcadios, frigios, mongoles, hunos... surgidas entre el siglo XII y el IV a. C. y provenientes de las regiones esteparias de Rusia, Ucrania, Asia Central, los Cárpatos, China, Siberia, Mesopotamia, Frigia, el Caúcaso, el Mar Negro, Crimea, Anatolia y las actuales Afganistán y Pakistán, 

Todos ellos, conformados bajo la denominación de Gog y Magogtipifican a las hordas hostiles, agresivas y enemigas contra el pueblo de Dios al final de los tiempos, "en número como la arena del mar". En definitiva, habla de la gran Babilonia idólatra del Apocalipsis.

Interpretación
La escuela de interpretación preterista identifica a Gog y Magog con el Imperio de Roma y considera esta profecía cumplida en el pasado.

La historicista interpreta a Gog y Magog como naciones o líderes gobernantes y los personaliza en figuras como Napoleón, Hitler, el comunismo, etc..

La futurista afirma que Gog y Magog es un conglomerado de naciones que invadirán Israel: Rusia, China, India, Japón y numerosos pueblos islámicos.
Ezequiel 38,6, 15 y 39,2 indica la procedencia cardinal de Gog y Magog: desde el norte. En ese punto cardinal se encontraba la ruta por donde transitaban los invasores que llegaban a las tierras de Israel; y, en este sentido, cuando un hebreo se refería a un enemigo del norte, se refería a Babilonia. 

Por eso, entendemos con claridad que así como San Juan no podía hablar abiertamente de Roma como el enemigo del pueblo de Dios al vivir sometido y encarcelado por el Imperio Romano, tampoco Ezequiel, cautivo del Imperio Babilónico, pudiera declarar abiertamente esta profecía utilizando el nombre de Babilonia.

La exégesis católica, y en particular, San Agustín, afirma que Gog y Magog deben ser considerados más como símbolos proféticos y escatológicos que como figuras históricamente identificables y, por tanto, la resurrección de Apocalipsis 20,4-5 es espiritual, el tiempo de los mil años del reinado de Cristo ya empezó con la evangelización de la Iglesia en toda la tierra, desde Pentecostés hasta el fin de los tiempos (ver 2 Timoteo 2,17-19) y la convocatoria de Gog y Magog es un hecho que ya se está desarrollando, representado por las herejías que se han levantado contra la Iglesia Católica y que alcanzará un mayor auge al fin de los tiempos. 
Según la gematría, Gog y Magog tienen un valor numérico (70) que simboliza a las naciones enemigas (Deuteronomio 32, 8; Éxodo 1, 5) en concordancia con el estilo literario apocalíptico (por ejemplo, el 666 de Apocalipsis 13,18) que las identifica como "Imperios antidivinos" o "Imperio del Mal". 

En Apocalipsis 20,8 "Gog y Magog" simboliza a una multitud innumerable de naciones: los goyim o "pueblos" fuera de la Alianza del Dios de Israel que no proceden de un reino o lugar geográfico específico, sino de los “cuatro ángulos de la tierra y que son enemigos frontales del pueblo de Dios.

La disposición de los eventos narrados en Apocalipsis, particularmente en los capítulos 20-22, siguen un orden cronológico y sincrónico de los capítulos 38 y 39 de Ezequiel, en los que Gog y Magog se ubica entre dos momentos de intervención divina, de forma que se puede deducir que los "mil años" (un período largo de tiempo) en el que se produce la restauración espiritual de Israel es un intervalo de una misma batalla en “dos tiempos”: Armagedón / Gog y Magog.

Gog y Magog es un hiperónimo (un término general utilizado para referirse a una realidad nombrada por un término más específico) de los diferentes nombres que conforman la magnitud del mal de todos los tiempos, reunidos para la batalla final. Con él, nos referimos al "Imperio del mal" en su conjunto.
Pero, como toda profecía en la Palabra de Dios, nos ofrece un mensaje de esperanza: el final de Gog y Magog y sus seguidores cuando son convocados por el Dragón para asolar y destruir al pueblo de Dios en:

- Ezequiel 39,4-8: "Enviaré fuego contra Magog y sobre los que viven confiados en naciones lejanas, y sabrán que yo soy el Señor. Daré a conocer mi santo nombre en medio de mi pueblo Israel, no permitiré que mi santo nombre vuelva a ser profanado, y las naciones sabrán que yo soy el Señor, el Santo de Israel. Todo eso se acerca, está a punto de ocurrir. Este es el día que he anunciado" 

-Apocalipsis 20,9-10"Avanzaron sobre la anchura de la tierra y cercaron el campamento de los santos y la ciudad predilecta, pero bajó fuego del cielo y los devoró. El diablo que los había engañado fue arrojado al lago de fuego y azufre con la bestia y el falso profeta, y serán atormentados día y noche por los siglos de los siglos.
Y, de forma inmediata, promete la protección divina y el destino final para el pueblo fiel de Dios en:

-Ezequiel 39,29: "Y comprenderán que yo soy el Señor, su Dios, que los envié al destierro entre las naciones y los reuní de nuevo en su tierra, sin abandonar allí a ninguno. No volveré a ocultarles mi rostro, pues he derramado mi espíritu sobre la casa de Israel”.

-Apocalipsis 21,2-3: "Y vi la ciudad santa, la nueva Jerusalén que descendía del cielo, de parte de Dios, preparada como una esposa que se ha adornado para su esposo. Y oí una gran voz desde el trono que decía: He aquí la morada de Dios entre los hombres, y morará entre ellos, y ellos serán su pueblo, y el 'Dios con ellos' será su Dios".

miércoles, 7 de abril de 2021

ANDRÉS, EL PATRIARCA ORTODOXO

 
"Andrés, el hermano de Simón Pedro,
era uno de los dos que había oído a Juan,
y se había ido con Jesús.
Andrés encontró a su hermano Simón y le dijo:
'Hemos encontrado al mesías' (que significa el Cristo).
Y se lo presentó a Jesús"
(Juan 1,40-42)

Del griego Ἀνδρέας Andréas es discípulo de Juan el Bautista (Marcos 1,16-18) y es "el primer llamado" (en griego "Protocleto") por Jesús al ministerio apostólico.

Hijo de Jonás, hermano de Pedro y pescador como él (Juan 1, 37-40) lleva a su hermano a Jesús, quien les hace "pescadores de hombres". Nacido en Betsaida, cerca del mar de Galilea, vive también en Capernaúm. Según el Evangelio de San Juan, es quien le presenta a Jesús a un muchacho en la multiplicación de los panes y los peces (Juan 6,8-9).
Predicó en Escitia, Tracia, Acaya, en los alrededores del mar Negro y llegó hasta Kiev. Fundó una Iglesia en Bizancio (posteriormente Constantinopla y luego Estambul) en el año 38 d. C.

Egeas, procónsul de Patras, al ver que Andrés había convertido a su esposa Maximila y a miles de personas al cristianismo, y que tanto él como sus seguidores se negaban a rendir culto a los dioses paganos, ordena que sea azotado por siete hombres y crucificado. Egeas especifica a los verdugos que no perforen sus piernas, sino que las aten, para que así tarde más tiempo en morir. 

Andrés, sintiéndose indigno de ser crucificado en una cruz en la misma forma que su Maestro, suplica que la suya sea diferente, siendo crucificado en una cruz con forma de aspa ("X") en Acaya (Grecia).
Sus restos se veneran en Constantinopla desde el siglo IV y fueron llevados a Amalfien en el siglo XIII. Su cabeza, llevada a Roma en 1462, fue colocada en la Basílica de San Pedro, pero el papa Pablo VI, como gesto ecuménico, la devolvió a la iglesia greco-ortodoxa en 1964.

Predica en Sitia, Grecia y Asia Menor. Es considerado el Patriarca de la Iglesia Ortodoxa.

Nacimiento: Principios del siglo I Betsaida, Galilea

Muerte: Crucificado en Acaya, Grecia (60 d.C.)

Festividad: 30 noviembre.

PatronoRusia, Rumanía, Ucrania, Escocia, Sicilia y Grecia.

Patrón: pescadores, pescaderos y fabricantes de cuerda.

Símbolo apostólico: una cruz en forma de X / dos peces cruzados.

martes, 6 de abril de 2021

RECONOCIENDO EN LAS APARICIONES AL RESUCITADO

"Así está escrito: el Mesías padecerá, 
resucitará de entre los muertos al tercer día"
(Lucas 24,46)

A partir del tercer día, es decir, del domingo de resurrección, Cristo Resucitado se aparece en diez ocasiones a los discípulos, durante cuarenta días, antes de su ascensión a los cielos. Hoy meditamos y reflexionamos sobre su significado, sus características y su propósito.

Las diez cristofanías tienen tres características esenciales:

-IniciativaEl Resucitado toma la iniciativa. San Pablo lo explica en 2 Timoteo 1,9-10: "Él nos salvó y nos llamó con una vocación santa, no por nuestras obras, sino según su designio y según la gracia que nos dio en Cristo Jesús desde antes de los siglos, la cual se ha manifestado ahora por la aparición de nuestro Salvador, Cristo Jesús, que destruyó la muerte e hizo brillar la vida y la inmortalidad por medio del Evangelio.

La fe es la consecuencia del encuentro y no el origen de la experiencia. Jesús siempre se anticipa y nos interpela con preguntas y, como si no supiera las respuestas, quiere escucharlas de nuestros labios. Así ocurre cuando le pregunta a María Magdalena qué busca o cuando les pregunta a los dos de Emaús qué ha ocurrido con Jesús el nazareno.

-Reconocimiento: Los discípulos lo buscan donde no pueden encontrarlo. Lo buscan muerto pero está vivo. San Pablo en 1 Corintios 15,42-45 explica la resurrección de los muertos como la semilla que se siembra y que florece de otra forma"Se siembra un cuerpo corruptible, resucita incorruptible; se siembra un cuerpo sin gloria, resucita glorioso; se siembra un cuerpo débil, resucita lleno de fortaleza; se siembra un cuerpo animal, resucita espiritual. Si hay un cuerpo animal, lo hay también espiritual (...) el primer hombre, Adán, se convirtió en ser viviente. El último Adán, en espíritu vivificante. 

Por eso, al Resucitado se le reconoce progresivamente como consecuencia de la gracia divina y no de nuestra razón humana. Se le distingue y se le contempla en la medida que maduramos espiritualmente y nos formamos en la fe.

-Sentido: Jesús envía a sus discípulos a la misión. San Mateo la expone así: "Id, pues, y haced discípulos a todos los pueblos, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo; enseñándoles a guardar todo lo que os he mandado. Y sabed que yo estoy con vosotros todos los días, hasta el final de los tiempos" (Mateo 28,19-20).

De la misma forma que Cristo vino a cumplir la voluntad del Padre, a servirle y a dar testimonio de Él, nosotros, su Iglesia, los cristianos, tenemos la obligación de testimoniar y servir a Dios en medio del mundo. Nuestra tarea es ser testigos de que Cristo ha resucitado y proclamar la salvación eterna a todos los hombres, hasta los confines de la tierra.
Además de estas tres características, encontramos en las apariciones del Resucitado unas providenciales analogías con las Bienaventuranzas descritas en Mateo 5,3-12. 

En Dios no existe la casualidad ni el azar. Todo tiene un propósito eterno. Y así, estas diez cristofanías no sólo están dirigidas a los discípulos cristianos del primer siglo, sino que también, con ellas, el Resucitado nos llama a ser santos:

Bienaventurados los mansos y los que lloran 
El Resucitado se aparece a los mansos, a los pecadores, a los humildes, a los que lloran. Se aparece (de madrugadaMaría Magdalena, Juana, Salomé y María, la de Santiago, que van al sepulcro y lo encuentran vacío. Allí encuentran a dos ángeles que les dicen que ha resucitado. 
Al salir del sepulcro, María Magdalena, volviéndose, se encuentra a Jesús pero no le reconoce, y piensa que es el jardinero (en realidad, en clara alusión al que cuida del Edén). Hasta que el "Rabunní" (que significa espiritualmente, maestro, y a la vez, marido) la llama por su nombre, entonces le "ve" y le reconoce. Es la Palabra de Dios la que convierte la mente y el corazón, la que nos consuela y la que nos conduce a las bodas del Cordero.
         
Después, las "envía" a todas, diciéndoles que vayan a contárselo a los discípulos para que le busquen en Galilea, es decir, en "tierra de misión" (Mateo 28,1-10; Lucas 24,1-11; Marcos 16,1-10; Juan 20,10-18). 

Por eso, es importante que nosotros no permanezcamos inmóviles y atenazados en el misterio de la Cruz, llorando la pasión y muerte del Señor. Allí no encontraremos las principales respuestas a la certeza de nuestra fe. Es necesario que nos acerquemos al misterio del sepulcro para ser capaces de ver al Resucitado. Sólo aproximándonos a la certeza de nuestra fe con pureza de intención, arrepentimiento y humildad, seremos capaces de ver y reconocer al Resucitado, y entender cuál es nuestra vocación, nuestro propósito: amar y servir.

Bienaventurados los limpios de corazón y los misericordiosos
Jesús se aparece (por la mañana del mismo día) a los puros de corazón, a los obedientes, a los agobiados. Se aparece Pedro cuando, después de ver el sepulcro vacío, se vuelve a casa solo, aunque esta escena no se narra en los evangelios sino en la carta de Pablo a los Corintios (1 Corintios 15,5). 
El Señor confirma a Cefas en la fe tras la negación del apóstol días atrás, y le calma el agobio que se había instalado en el corazón de "Piedra", es decir, de "Pedro", aunque limpio y lleno de amor al Maestro.

De igual manera, nosotros somos confirmados en la fe y aliviados por el Señor cuando, a pesar de nuestras negaciones y traiciones, acudimos rápidamente a Él, con una actitud de obediencia, sinceridad y deseo de santidad. Entonces, Jesús nos reconforta y nos resucita para que, de la misma forma, seamos misericordiosos con los demás.

Bienaventurados los pobres de espíritu y los que buscan la paz
El Señor se aparece a quien reconoce su pobreza y su debilidad, a quien se ha alejado de Dios pero le busca por el camino de la vida. Se aparece a Cleofás y el otro discípulo de Emaús (al atardecer) de camino a su aldea (Lucas 24,15-35).
Los dos de Emaús buscaban la paz de sus almas tras la pérdida de Jesús, y aunque la buscaban en un sentido contrario, la encuentran cuando abren su corazón a la Paz de Cristo.

Análogamente, también nosotros somos capaces de reconocer al "inesperado Caminante" cuando, a pesar de nuestras desilusiones y decepciones, de nuestros resentimientos y quejas, abrimos el corazón a la Palabra de Dios para que el propio Jesucristo, autor y protagonista de ella, lo inflame mientras nos habla de Él.

Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia
El Resucitado se aparece a los que buscan la justicia, la rectitud y la honradez, a quienes permanecen reunidos en torno al Maestro. Y se aparece en torno a la mesa, en el cenáculo, en la Eucaristía:

- a los Diez apóstoles (sin Tomás) en el cenáculo en Jerusalén (al anochecer) mientras están con Cleofás y el otro discípulo de Emaús en Jerusalén (Lucas 24,36-48; Marcos 16,14; Juan 20,19-24). 

- a los Once apóstoles (con Tomás) en el cenáculo en Jerusalén (a los ocho días) cuando Jesús deja que Tomás introduzca su mano en sus llagas (Juan 20,26-30).
Jesús también se aparece a nosotros, quienes, aunque justos y rectos de intención, dudamos y titubeamos. El Señor busca a quienes tenemos sed y hambre de Él para que perseveremos y seamos fieles. Y nos busca sólo si permanecemos en comunidad, en comunión, en fraternidad.

Bienaventurados los perseguidos y los injuriados
Cristo se aparece a los que van a ser perseguidos, injuriados y martirizados por Su nombre y en cumplimiento de la misión encomendada. Se aparece:

a los Siete apóstoles en el mar de Tiberíades (al amanecercuando Pedro, Tomás, Natanael, Juan y Santiago (los Zebedeos) y otros dos discípulos están pescando. Jesús realiza el milagro de la pesca, símbolo de la Eucaristía donde encontramos fortaleza ante las dificultades (Mateo 28,16-20; Juan 21,1-14).

- a los Once en un monte de Galilea cuando les envía a la misión de evangelizar (Mateo 28,19-20; 1 Corintios 15,5-6). Además de los Once, había otros quinientos discípulos cuando se aparece Jesús.

- a Santiago el menor en un lugar indeterminado (1 Corintios 15,7)

- a los Once en Betania, cuando Jesús asciende al cielo (Marcos 16,19-20; Lucas 24,50-53; Hechos 1,9-12).

- a Pablo, camino a Damasco (1 Corintios 15,8; Hechos 9,3-9; 22,6-11; 26,12-18).
El Señor se manifiesta en nuestra vida de misión, en nuestro servicio a Dios y a los hombres: cuando todo parece oscuro; cuando estamos dispersos; cuando, aún sabiendo lo que debemos hacer, no obtenemos resultados; cuando, aún llenos de celo, no somos capaces de ver; y también cuando somos perseguidos, señalados o insultados.

Jesús quiere hacernos ver lo transitorio de la economía de sus apariciones. Primero, diciéndonos a través de María Magdalena, que su nueva presencia es en el Espíritu“Suéltame”, No te apegues a ellas", "No me busques donde no puedes hallarme"

Segundo, diciéndonos a través de los dos de Emaús y de Tomás, que su nueva presencia es la certeza de la fe: "¡Qué necios y torpes sois para creer lo que dijeron los profetas!", "¿Por qué os alarmáis?, "¿Por qué surgen dudas en vuestro corazón?", "Bienaventurados los que creáis sin haber visto".

Y tercero, diciéndonos a través de los Once en Galilea, en Betania, de Pablo en Damasco o en cualquier tierra de misión, que su nueva presencia se hace plena en el servicio por medio del Espíritu Santo: "Paz a vosotros", "Recibid el Espíritu Santo", "Id, pues, y haced discípulos a todos los pueblos". 

En definitiva, con sus apariciones, el Resucitado nos llama a ser santos, a ser bienaventurados y a proclamar con fe y alegría que:

¡¡Jesucristo ha resucitado!!!