¿QUIÉN ES JESÚS?

La vida de Jesús siempre ha suscitado preguntas a lo largo de los últimos dos mil años.

¿Cómo pudo un carpintero que fue ejecutado por los romanos convertirse en el hombre más famoso de la historia?
¿Fue Jesús alguien verdaderamente real?
¿Cómo puede Dios ser un hombre al mismo tiempo?
¿De qué manera podría esto tener algún sentido para mi vida?

Estas son algunas preguntas, pero aquí tienes un espacio para formular las tuyas.

jueves, 18 de junio de 2020

ESTAMOS DE VUELTA

infoRC 2020 ¡Ya estamos de vuelta! | | infoRC.net
"Vuelve, Israel, al Señor tu Dios, 
porque tropezaste por tu falta."
(Oseas 14,1)

Atrás ha quedado el prolongado confinamiento en nuestras aldeas. Lejos han quedado los casi tres meses en los que nos hemos tenido tiempo para rezar y reflexionar sobre nuestras traiciones a Dios, para darnos cuenta que, una vez más, habíamos caído y le habíamos dado la espalda. 

Pero ahora, estamos de vuelta...

De vuelta a la realidad, arrepentidos de nuestra infidelidad y conscientes de nuestra debilidad, con nuestros corazones rasgados pero ardientes al haber reconocido, una vez más, a nuestro Señor mientras nos explicaba las Escrituras y partía el pan.

De vuelta a Jerusalén, desandando nuestros sesenta estadios de ida y adentrándonos por caminos peligrosos y oscuros, pero sin miedos ni vergüenzas, para comunicar sin pérdida de tiempo, la buena noticia de que ¡Cristo vive!

De vuelta a nuestra comunidad, sin dudas ni temores, para proclamar un ayuno santo, convocar a la asamblea y reunir a la gente en torno al Santísimo.

De vuelta al prójimo, sin recelos ni excusas, para dar la vida por los necesitados, por los que están heridos y solos, por los que no tienen, por los que están tristes y desesperados, por los que sufren y padecen.

De vuelta a la casa de Dios, corriendo hacia nuestro Señor para encontrarnos con su abrazo misericordioso, para recuperar la dignidad de hijos que se sienten plenamente amados y celebrar una fiesta.

De vuelta a la vida eucarística para encontrarnos con su presencia real, para cumplir y guardar sus mandamientos, para examinar y escudriñar nuestros caminos hacia la eternidad.

De vuelta al mundo, abandonados a la divina Providencia sin estar preocupados por qué comer o qué vestir, con valentía y firmeza para desenmascarar el mal, con confianza plena para servir a Dios y perseverar hasta el final.


Estamos de vuelta...

miércoles, 17 de junio de 2020

QUE NADIE NOS ENGAÑE: LA ENVIDIA NO ES CRISTIANA


"Algunos anuncian a Cristo por envidia y rivalidad; 
otros, en cambio, lo hacen con buena intención; 
éstos porque me quieren 
y saben que me han encargado de defender el Evangelio; 
aquellos proclaman a Cristo por rivalidad, 
con intenciones torcidas, 
pensando hacer más penosas mis cadenas.
(Filipenses 1, 15-17)

Existe un hecho en el que todos los cristianos estaremos de acuerdo: Somos hijos de Adán y de Caín, es decir, hijos del pecado. Y la principal consecuencia del pecado es la soberbia, la puerta por la que entran el resto de los pecados, empezando por la envidia. Y con ella, sus hijos, los celos.

Seguramente, nuestros primeros padres pecaron por soberbia y por envidia, queriendo "ser como Dios ". Y ese pecado no sólo les llevó a su propia muerte, sino a buscar con ahínco, la "muerte" del hermano.

Dice el Papa Francisco, refiriéndose a sacerdotes y a obispos, que los celos y las envidias crean enemistad entre las personas y destruyen los vínculos de hermandadDice también que el resentimiento o la amargura no son cristianos

Y yo añadiría: ¡qué pocos cristianos y cuántos enemigos veo en nuestras comunidades católicas! ¡qué poco agradecimiento y cuánto resentimiento veo en nuestras parroquias!

Parece ser que algunos obispos, sacerdotes y laicos escuchan poco o nada al santo padre, y menos, a Dios...¿quizás por orgullo? ¿quizás porque rezan poco o nada? Porque si escucharan, al menos, su conciencia les dictaría su mal proceder y les recordaría la escena entre Caín y Abel, que parecen haber olvidado.

Algunos sacerdotes, vicarios, obispos y también laicos están siempre irritados, "cristianos con cara de acelga" (como los llama el papa), siempre poniendo trabas, siempre poniendo "peros", siempre enfadados con sus hermanos de sacerdocio o con sus hermanos de fe. 

Que nadie nos engañe: existe envidia de obispos a sacerdotes, entre sacerdotes, de sacerdotes a laicos y entre laicos...y porque no hay nadie más....pero no es cristiana.
Marca Personal, éxito y gestión de la envidia
Quizás porque, como Caín o como el Rey David, intuyen o saben que su sacrificio, su servicio, su modo de actuar no es del agrado de Dios. La envidia no deja ver con claridad, y entonces se inicia el proceso del malLa envidia se convierte en celos, los celos en amargura, la amargura en resentimiento, el resentimiento en odio y el odio en muerte.

Al principio, con pequeñas envidias y con pequeños celos, se comienza a perder la caridad y la misericordia que nos enseñó el Señor de la Iglesia, Jesucristo. Poco a poco, uno se deja llevar por  bajos instintos y sentimientos poco cristianos. Esas "pequeñas cosas" se convierten en "grandes cosas", que van envenenando la mente, endureciendo el corazón y dañando la propias alma.

Y así, obsesionados por la soberbia, por un afán de protagonismo, por un deseo de poder, el mal de la envidia crece en el interior y conduce al rencor. El rencor, a la enemistad. La enemistad, al odio. Y cuando hay odio, la guerra es inevitable...  Y cuando hay guerra, la muerte es inexorable...No se puede parar y se acaba "asesinando" a los hermanos.

¿Dónde está la paz de Cristo? ¿Dónde está el amor de Cristo? ¿Dónde está la fidelidad a Cristo? ¿Dónde está el servicio al prójimo?... ¿Dónde está tu hermano?nos pregunta Dios.

La envidia es un mal que nos afecta a todos los seres humanos y, desgraciadamente, también a los cristianos. Los celos contienen de grandes dosis de soberbia, de avaricia, de codicia y de odio. Y nada de eso es cristiano. No puede serlo...

No nos engañemos: no hay envidias sanas. Toda envidia es insana y dañina. Y conduce a lo peor que hay en nosotros. ¿Por qué lo llaman "envidia sana" cuando deberían llamarlo "buen ejemplo"?

No nos engañemos: no hay celos saludables. El único celo sano es el apostólico, que nos impulsa a amar a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como a nosotros mismos. El amor...eso sí es cristiano.  Los celos llevan al odio. El celo lleva al amor.

El buen ejemplo de otros no puede ni debe generar en nosotros ningún instinto malvado ni ningún sentimiento de repulsa, condena, menosprecio o resentimiento. Más bien, al contrario, debería exhortarnos a la aprobación, a la felicitación, al aprecio y al agradecimiento. El agradecimiento, el reconocimiento, eso sí es cristiano.

El enemigo de la envidia no es nuestro hermano sino nuestra propia debilidad, nuestro propio pecado...nosotros mismos. El propio Jesús tuvo que reprender y corregir a sus apóstoles cuando aparecieron las envidias y los celos: Y la mayoría se dieron cuenta de su error y rectificaron. Todos menos uno.
Existen sacerdotes en la iglesia mormona?
Los cristianos, seamos obispos, sacerdotes o laicos, no podemos ni debemos apropiarnos, por envidia, de lo que nos corresponde a todos por igual. No podemos ni debemos apropiarnos, por soberbia, de Dios, de la gracia o de la fe. No podemos ni debemos, por avaricia, dividir la Iglesia de Cristo en cristianos superiores o inferiores. La envidia, la soberbia, la avaricia, la división...nada de eso es cristiano.

Los católicos, seamos sacerdotes o laicos, no podemos ni debemos, por soberbia, menospreciar a un sacerdote por su labor, por su carisma o por su parroquia; no podemos ni debemos, por ambición, despreciar a un laico por su compromiso, por su celo o por su fidelidad. La soberbia, el menosprecio, la ambición, el desprecio...nada de eso es cristiano.

¡Ayúdame, Señor, 
a no tener envidias, ni celos, 
a no menospreciar, ni a difamar, 
a no codiciar lo que otros tienen,  
ni a amargarme por el bien de los demás, 
ni odiar los dones de otros ! 
¡Ayúdame, Señor, 
a no matar al prójimo con mi resentimiento!

martes, 16 de junio de 2020

EL AGUIJÓN DE PABLO: TE BASTA MI GRACIA

"Por la grandeza de las revelaciones, 
y para que no me engría, 
se me ha dado una espina en la carne: 
un emisario de Satanás que me abofetea, 
para que no me engría. 
Por ello, tres veces le he pedido al Señor que lo apartase de mí 
y me ha respondido: 'Te basta mi gracia: 
la fuerza se realiza en la debilidad'. 
Así que muy a gusto me glorío de mis debilidades, 
para que resida en mí la fuerza de Cristo. 
Por eso vivo contento en medio de las debilidades, 
los insultos, las privaciones, 
las persecuciones y las dificultades sufridas por Cristo. 
Porque cuando soy débil, entonces soy fuerte.
(2 Corintios 12, 7-10)

Cuando leo a San Pablo hablar a la Iglesia de Corinto de su famoso aguijón o espina (del griego skólops, estaca) siento una gran curiosidad, no tanto por saber cuál es su mal, sino su manera de vencerlo. 

Él no lo explica ni lo aclara. Tan sólo habla de sí mismo como "un hombre en Cristo que hace catorce años fue arrebatado hasta el tercer cielo (al paraíso) y oyó palabras inefables, que un hombre no es capaz de repetir." Y que, por ello, se le ha dado una "espina en la carne."

La palabra Paraíso proviene del persa antiguo y se refiere a un jardín vallado, un jardín real amurallado en el que nadie podía entrar salvo el rey. Sin embargo, cuando un rey persa quería otorgar un honor muy especial a alguien muy apreciado, le concedía el privilegio de pasear con él por sus jardines reales. 

Pablo vivió esa experiencia: estuvo en íntima comunión con Dios, paseando con Él y escuchándole. Pero parece que después de experimentar ese honor glorioso, le sobrevino el dolor. Tras esa proximidad con Dios, nos dice que "se le ha dado" esa famosa espina clavada.

Algunas interpretaciones

Parece claro que Pablo está refiriéndose a una dolencia física, aunque algunos han interpretado el "aguijón de Pablo" como tentaciones espirituales: dudas, deseos de abandono, remordimientos... como la continua oposición y persecución, el continuo combate que tenía que librar contra todos los que le ponían obstáculos en su labor apostólica...o como tentaciones carnales...
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Sin embargo, y he ahí el misterio, esa "estaca" sugiere, en palabras del gran apóstol, un dolor y sufrimiento físicos terribles, pero de forma intermitente, lo que no impedía a Pablo abandonar su tarea evangelizadora.

Hay quien lo interpreta como su débil estado y su insignificante aspecto físico (2 Corintios 10,10), dando a entender que sufría alguna desfiguración o defecto pero que no explicaría el sufrimiento extremo que padecía. 

Otros, apuntan a que sufría epilepsia, que sí podría ocasionarle dolor aunque de forma intermitente, lo que le haría tener visiones y trances. En la Antigüedad, se atribuía la epilepsia a los demonios y se escupía para alejar al mal espíritu. Pablo, en su carta a los Gálatas 4,14, dice que cuando los gálatas se dieron cuenta de su enfermedad, no le rechazaron, literalmente "no me escupisteis". Pero esto querría decir que sus visiones eran trances epilépticos y no revelaciones divinas.

Otros, como Tertuliano y Jerónimo lo atribuyen a severas migrañas o terribles dolores de cabeza que le postraban a menudo. Otros, lo achacan a problemas de visión que le producirían esos insoportables dolores de cabeza y que estarían demostrados por su ceguera (Hechos 9,9) tras su caída del caballo ante la presencia de Jesús, cuando se dirigía a Damasco y que nunca llegó a curar del todo, como podrían demostrar sus propias palabras en Gálatas 4, 15 y 6,11.

Algunos piensan que lo más probable sería que sufriera ataques de fiebre crónicos, quizás malaria o cualquier otro virus, tan frecuentes en la época, y que muchas veces Pablo expresaba con frases como "consumido por el ardor", "atravesado en la frente por un yerro candente", "dolor demoledor que me perforaba las sienes como la fresa de un dentista, o como si me metieran una cuña entre las mandíbulas" o "llegar al colmo de la resistencia al dolor".

Te basta mi gracia

El propio San Pablo reconoce haberle pedido a Dios, hasta en tres ocasiones (en una maravillosa semejanza con la escena de nuestro Señor en Getsemaní), que apartara ese mal (cáliz) de él, y que el Señor le respondía siempre: "Te basta mi gracia". ¡Qué maravilla de escena que, además, nos hace entender el sufrimiento de Cristo en el huerto!

Con la gracia divina, Pablo soportó el cansancio y el dolor físico, el sufrimiento y la calamidad, la calumnia y el menosprecio, la oposición y la persecución, la prisión y el martirio. ¡Así es como actúa la gracia!
Dios no concede deseos ni caprichos, como el genio de la lámpara. No. Más bien, nos regala su gracia, nos capacita y nos da la fuerza para soportar todo aquello que Él sabe que podemos aguantar. 

Cuando reconocemos nuestra debilidad y fragilidad, nuestra pobreza e incapacidad y nos abandonamos a su providencia, Dios se compadece de nosotros, como hacemos cualquier padre por nuestros hijos indefensos, o como diría un sacerdote que conozco: "a Dios se le cae la baba" y nos da todo, se nos da a Él mismo.   

Dios nunca baja el listón, ni "descafeína" sus mandamientos, ni nos propone una fe "light", ni nos oferta una vida cómoda, como muchos pretenden. No. El Señor nos concede siempre algo mejor que lo que le pedimos: nos regala su gracia. Y... ¡Su gracia nos basta!

Así, el sufrimiento de Pablo le acerca y le asemeja al prototipo divino, a Jesús. Pablo, aceptando su sufrimiento, no como una carga (que lo era), sino como un privilegio para un cristiano, nos da un gran ejemplo de perseverancia (como muchos santos de la Iglesia) y nos muestra el camino de una victoriosa expresión de amor, que nos configura en Cristo. ¡Qué gran ejemplo de cristiano auténtico! 

Pablo con su humildad y coherencia ante la adversidad, nos da ejemplo de eficacia evangelizadora y de eficiencia en el servicio a Dios, y al final de sus días, alcanza su corona y puede decir bien alto: "He combatido el noble combate, he acabado la carrera, he conservado la fe." (2 Timoteo 4,7). ¡Así es como el cielo nos ayuda a combatir el buen combate! 
Mensajes y Estudios: El Aguijón en la Carne
Sólo ayudados de la divina gracia, conservaremos la fe, perseveraremos en la confianza divina y nos mantendremos firmes a Su voluntad. Sólo apoyados en la gracia, podremos alcanzar nuestra meta celeste y, entonces, poder decir: "He combatido el noble combate".


"Seamos amigos de la cruz y no huyamos nunca de ella, 
porque quien huye de la cruz, huye de Jesucristo, 
y quien huye de Cristo, nunca encontrará la felicidad." 
(San Pío de Pietrelcina)

lunes, 15 de junio de 2020

EL CRISTIANO APOCALÍPTICO

Las 5 formas en las que podría llegar el apocalipsis - ... en Taringa!
"Estos son los que no se contaminaron con mujeres, 
porque son vírgenes. 
Estos son los que siguen al Cordero adondequiera que vaya. 
Estos fueron rescatados como primicias de los hombres 
para Dios y el Cordero.
En su boca no se halló mentira: son intachables."
(Apocalipsis 14,4-5)

Cuando escuchamos la palabra "Apocalipsis", pensamos en calamidades y desastres. Pensamos en un fin catastrófico. Creemos que es un período de tiempo que nos toca vivir a nosotros, los hombres del siglo XXI .

Sin embargo, las Revelaciones o Apocalipsis de San Juan nos muestran algo muy distinto. Se trata de una gran exhortación a la conversión, a la perseverancia, a la firmeza en la fe. 

Jesucristo, por medio de San Juan, nos habla a cada uno de sus seguidores y nos revela la identidad del cristiano apocalíptico, es decir, el cristiano desde la Resurrección de Cristo hasta su segunda venida.

El cristiano apocalíptico es aquel que ha aceptado a Cristo y lleva el sello del Cordero en la frente. Tiene oídos y escucha lo que Jesucristo dice a su Iglesia.

El cristiano apocalíptico es un hombre de oración y de intensa vida interior. Se deja traspasar por la espada afilada de la Palabra de Dios y la mantiene viva. Ve y sabe distinguir los signos de los tiempos. Mira los acontecimientos de la tierra "desde arriba".
                  La Fe y el Arrepentimiento | Iglesia Cristiana Sion | Pittsburgh                    
El cristiano apocalíptico es aquel que mira con los ojos de Dios, habla con las palabras de Cristo, camina con los dones del Espíritu. Vive en el misterio de la Trinidad y es divinizado. Es hijo de la luz, vive íntegramente su esclavitud de amor a María Santísima y está consagrado a su Inmaculado Corazón.

El cristiano apocalíptico lleva una vida eucarística, se nutre de la liturgia como su pan de cada día. Ha sido purificado y busca con denuedo la santidad. Alaba a Dios continuamente con todo su ser, con palabras y con obras. 

El cristiano apocalíptico está dispuesto a seguir al Cordero allí donde vaya, hasta la cruz, hasta el martirio y a ofrecer su vida por los demás y si ha de morir, lo hace por amor. Es valiente y no teme nada porque Dios está con él.

El cristiano apocalíptico muestra alegría y gozo por haber sido rescatado de las fauces del Dragón. Ha reconocido su error y su pecado, y se siente salvado por Dios. Se mantiene firme en la doctrina y persevera hasta el final. 
El Apocalipsis segun varias religiones | Mundo Fleko
El cristiano apocalíptico ama y se mantiene fiel al amor primero. Distingue el bien y el mal. Desenmascara al Enemigo y su engaño, anunciando la verdad y obrando el bien. Se arma de la paciencia de los santos y guarda los mandamientos de Dios y la fe de Jesús.

El cristiano apocalíptico es consciente que su vida es una continua batalla espiritual contra el Mal, ya sea interior o exterior. Está pertrechado con firmeza y coraje para poder afrontar la última batalla. 

No lucha contra el Enemigo porque Cristo ya le ha vencido. Tan sólo se mantiene fiel y persevera sabiendo que no debe luchar con las armas del mundo, del Dragón y de la Bestia, que son el engaño y la mentira. 

Las armas del cristiano apocalíptico son espirituales: 

- la plegaria. Su oración es el eco de los ángeles, es la comunión con la liturgia celeste.
- la pureza. Sus ropas han sido lavadas con los méritos del Cordero y ya no está contaminado.
- la fidelidad. Su perseverancia le hace ser firme y fuerte para hacer frente a la Bestia. 
- la verdadSu refugio está bajo las alas del Espíritu Santo y ama la verdad, que le hace libre.
El cristiano apocalíptico es Simón Pedro y Pablo de Tarso, es Agustín de Hipona e Ignacio de Loyola, es Juan de la Cruz y Francisco Javier, es Luis María Grignion y Maximiliano Kolbe, es Domingo de Guzmán y Juan Bosco, es Francisco de Asis y Teresa de Jesús, es Juana de Arco y Teresa de Calcuta, es Isidro y María de la Cabeza, es Martín de Porres y Pio de Pietrelcina, es Alfonso María de Ligorio y Benito Abad, es Juan Pablo II y José María Escrivá, es Lucía y Jacinto...y los santos de la puerta de al lado...eres tú... soy yo...

domingo, 14 de junio de 2020

APOCALIPSIS 16-18: LAS COPAS DE LA IRA DE DIOS Y LA CAÍDA DE BABILONIA LA GRANDE

  
"Yo, Jesús, he enviado a mi ángel
para testificar estas cosas acerca de las Iglesias. 
Yo soy la raíz y la descendencia de David, 
la estrella radiante de la mañana.
El Espíritu y la esposa dicen: 'Ven'. 
El que escuche, diga: 'Ven'. 
El que tenga sed, que venga; 
y el que quiera, tome gratuitamente del agua de la vida. 
(Apocalipsis 22, 16-17)

Seguimos caminando hacia el desenlace final de la visión de San Juan, que no es otro que un mensaje de esperanza: unos nuevos cielos y una nueva tierra para los que son fieles a Dios, aquellos que no se han sometido al poder y a la influencia de las Bestias y el Dragón, es decir, los seguidores del Cordero.

San Juan, al describir a los compañeros del Cordero, nos muestra la identidad del cristiano apocalíptico, es decir, del cristiano desde la Resurrección de Cristo hasta su segunda venida

Tras los dos primeros signos (la mujer vestida del sol y el Dragón y las bestias), el capítulo 15 comienza con la aparición del tercer signo: Vi en el cielo otro signo, grande y maravilloso: Siete ángeles que llevaban siete plagas, las últimas, pues con ellas se consuma la ira de Dios, son los siete ángeles con las siete copas, con las que Dios va a purificar el mundo y a hacer caer a Babilonia la grande. 
Ahora regresamos al capítulo 4 con los veinticuatro ancianos y los cuatro vivientes en el mar transparente: Vi una especie de mar de vidrio, pureza absoluta, mezclado con fuegoira de Dios (justicia).
-Los vencedores de la bestia, de su imagen y del número de su nombre estaban de pie sobre el mar cristalino; tenían en la mano las cítaras de Dios y cantan el cántico de Moisés, el siervo de Dios, y el cántico del Cordero, oraciones con las que alaban a Dios, porque han sido liberados de la esclavitud del mundo y del pecado, están alegres porque han sido salvados, cantan (rezan) porque la oración es el arma más eficaz contra el mal y que, además, nos da luz y esperanza para entender el plan de Dios. Es un poderoso medio para que los hombres se conviertan y vuelvan sus corazones a Dios, aunque sea en el último momento, porque Dios no es insensible a nuestras oraciones ni a nuestras súplicas.

Después de esto miré y se abrió el santuario de la Tienda del Testimonio, se abre la morada de Dios (seguimos en la liturgia celeste) y salieron del santuario los siete ángeles que llevaban las siete plagas, los mismos que tenían las siete trompetas en el capítulo 8, y que van a ejecutar la sentencia de purificación del mundo, vestidos de lino puro resplandeciente y ceñidos alrededor del pecho con cinturones de oro, reyes y sacerdotes. 
Uno de los cuatro vivientes dio a los siete ángeles siete copas de oro llenas de la ira de Dios, que vive por los siglos de los siglos, son las mismas copas de oro llenas de incienso, las plegarias de los justos del capítulo ocho que ahora respondidas.
Y el santuario se llenó de humo procedente de la gloria de Dios y de su poder; y nadie podía entrar en el santuario hasta que se consumaran las siete plagas de los siete ángeles. Ahora comienza el juicio a los adoradores blasfemos de la Bestia que no pueden convertirse hasta que finalice el juicio.

El ira de Dios no es una venganza de Dios (como el temor de Dios no es miedo a Dios) sino una nueva oportunidad de la misericordia divina para la conversión. Las copas de la ira de Dios son las consecuencias de la libertad que Dios otorga al hombre y que, a pesar de haber puesto todos los medios posibles para que se conviertan, han seguido adorando a la Bestia y blasfemando contra Dios. Pero no son capaces de coger la mano que Dios les tiende como veremos al seguir leyendo...

Las siete copas

En el capítulo 16 comienza el juicio de DiosOí una voz potente que salía del santuario, la voz de Dios mismo y decía a los siete ángeles: Id a derramar sobre la tierra las siete copas de la ira de Dios, impartir la justicia de Dios. Cada ángel, cuando es su turno, "sale" (de la misericordia de Dios) para derramar la justicia de Dios. 

Observamos la reiteración de septenarios: siete trompetas, siete ángeles, siete copas. Sin embargo existe una diferencia entre las 7 trompetas y las 7 copas: las trompetas afectaban a una tercera parte de la tierra mientras que las copas afectan a la totalidad.

Las siete copas son una referencia a las 10 plagas de Egipto: el granizo, las tinieblas, las aguas convertidas en sangre, las úlceras, la llegada de las hordas más allá del Éufrates... y una constatación de cómo, a pesar de oportunidades que les da Dios para que recapaciten, los "egipcios" (los que no son el pueblo de Dios) no ceden en su orgullo, no se arrepienten de su actitud ni se convierten a Dios.

Las cuatro primeras copas son llamadas de atención de Dios sobre las consecuencias del pecado, y que Dios permite para nuestra purificación. Muchas conversiones son consecuencia de esta purificación. Sin embargo, muchos seguirán negando a Dios y blasfemando contra Él.
 
El 1º ángel vierte la 1ª copa y produce una úlcera maligna y perniciosa a los impíos, que ningún remedio puede curar, y por ello, les invade el odio, la rabia y la desesperación. Referencia a la 6ª plaga sobre Egipto (Éxodo 9,8-11), a las maldiciones acarreadas por la desobediencia a Dios (Deuteronomio 28,35) y a la pústula maligna de Job (Job 2,7).

El
2º ángel vierte la 2ª copa y convierte el mar en sangre como de muerto, que significa que la humanidad se corrompe y, como resultado, muere por causa del hambre (lejanía y falta de sed de Dios) y de las epidemias (maldades y perversiones) que surgen por todo el orbe. Referencia a la 1ª plaga sobre Egipto (Éxodo 7, 17-21) y a la advertencia del juicio que viene (Jeremías 14, 1-6). 

El 3º ángel vierte la 3ª copa y convierte los ríos y manantiales en sangre, una continuación de la 2ª copa que simboliza la sangre derramada de los mártires, es decir, la violencia y persecución contra los cristianos (Éxodo 7,21). Similar a la 3ª Trompeta. 

El 4º ángel vierte la 4ª copa sobre el sol y quema a los hombres con su fuego (purificación), que significa que la misericordia divina trata de limpiar a los hombres, pero sin llegar a convertirlos por causa de su orgullo. Dios desea el arrepentimiento de los hombres, pero en vez de eso, ellos blasfeman, incluso con más fuerza, contra su nombre. Referencia a la 7ª plaga sobre Egipto (Éxodo 9,13-35). También alusión a Deuteronomio 32,24; Isaías 24,6; Malaquías 4,1; Lucas 21,25.

Estas primeras cuatro copas son las consecuencia de la marca del Imperio: una plaga repugnante, corrupta y purulenta. Son las consecuencias de las acciones y engaños del Imperio, que se vuelven contra los hombres, y aún a pesar de tanta calamidad, no se convierten de sus maldades ni reconocen la grandeza de Dios, sino que, en el colmo de su iniquidad, le maldicen, le culpan.

E
5º ángel vierte la 5ª copa sobre el trono de la bestia y queda en tinieblas, se produce el caos y la anarquía, y los hombres se muerden la lengua de dolor, cuando el mal llega a su máxima expresión, los malvados se pelean entre sí. No hay límite a su sufrimiento. Esa oscuridad impide que los hombres reconozcan su pecado, siguen con el corazón más endurecido aún y blasfemando a Dios. Similar a la 4ª trompeta, hace referencia a la 9ª plaga sobre Egipto (Éxodo 10, 21,-22), y recuerda muchos pasajes de los libros proféticos, entre ellos a Isaías 60,2 y Joel 2,1-2, y al evangelio de Marcos 13,24. 

Estas blasfemias tras blasfemias indican que los hombres se ha colocado fuera de la salvación de Dios. Por voluntad propia y en base a su libertad, se arrojan a la condenación, al infierno. Es el pecado contra el Espíritu, del cual no existe posibilidad de perdón. No es Dios quien rechaza a los hombres sino éstos a Dios.

E
6º ángel vierte la 6ª copa sobre el Éufrates, secando sus aguas, es decir, se desvanecen las fuerzas del Anticristoel Imperio pierde su poder, y los reyes de oriente (los demonios) le combaten. Ahora, el Dragón utiliza otras estratagemas para su lucha (por ejemplo: el cambio de la lucha de clases por la de géneros). El Diablo utiliza a los hombres para después dejarlos "tirados". Es el odio de Satanás frente al amor de Dios.

En Génesis 2, el Éufrates es llamado "el gran río" (como también fue llamado el Mar Mediterráneo), y a lo largo de toda la Escritura en más de veinticinco ocasiones. Representaba la frontera entre el Oriente y el Occidente, entre los seguidores del Cordero y los adoradores de la Bestia. El Éufrates fue la cuna del hombre y también, será su sepultura.

Entre la 6ª copa y la 7ª copa se produce un intermedio, interludio o paréntesis (siempre lo hay en todos los septenarios antes del 7º suceso): 

La triada diabólica (Dragón, Bestia y Falso Profeta) escupe tres espíritus inmundos,  ideologías o doctrinas demoníacas (liberalismo/igualitarismo, comunismo/progresismo, feminismo/ideología de género), se dirigen a los reyes de la tierra entera con el fin de congregarlos para la batalla del gran Día de Dios todopoderosoque convencen a muchos a ir contra Diosen forma de ranas, en referencia a la 2ª plaga sobre Egipto, y a que salen de las ciénagas putrefactas del pecado.  Podrían simbolizar a los medios de comunicación y de propaganda del Imperio, que "croan" para convocar a los adoradores de la Bestia para luchar contra los seguidores del Cordero. 

El lugar de la gran batalla final entre el Bien y el Mal se llama Armagedón, que significa en hebreo "Monte de Megido", situado aproximadamente a 30 km al sur de Nazaret, en el valle de Esdraelón. Hace referencia a la batalla más trágica de Israel en la que murió Josías (prototipo de rey justo) y que perdió frente a los Asirios. Y también a otras muchas batallas que tuvieron lugar allí: los babilonios con Nabucodonosor, los sirios, los egipcios, los persas, los turcos, los árabes, los cruzados cristianos, Napoleón Bonaparte...es el lugar de la catástrofe de las fuerzas diabólicas.

Para esta batalla final, el Señor nos advierte que viene sin avisar, para que estemos alerta y vigilantes, conservemos la gracia y perseveremos en la fe, para que no nos encuentre desprevenidos o dormidos. Por ello, San Juan introduce la 3ª Bienaventuranza del Apocalipsis: "Bienaventurado el que está vigilante".

El 7º ángel vierte la 7ª copa  en el aire se producen relámpagos, voces y truenos, y el mayor terremoto de la historia, simboliza la destrucción de toda maldad, de toda obra humana y la restauración de la creación a su condición original. (Romanos 8, 19-22 y 2 Pedro 3, 13). Recuerda la imagen del Calvario y las últimas palabras de Jesús, cuando derrota, con su muerte, al pecado: "Todo está cumplido" (Juan 19,30). 

La purificación de Dios está concluida. La voz de los justos confirma que su plegaria ha sido escuchada: "líbranos del mal" (del Dragón, de la serpiente). El mundo del Dragón, el Imperio  colapsa por su propio pecado y por sus contradicciones internas e implosiona.

Los compañeros del Cordero y los secuaces de la Bestia han sido presentados como dos ejércitos antagónicos pero no ha habido ningún combate. Los seguidores del Cordero no tienen que utilizar las armas de la Bestia para combatir, porque su combate no es físico sino espiritual, y está amparado y protegido por la misericordia de Dios. 

Los que tienen el sello del Cordero han permanecido en oración en el monte Sion, lo que ha motivado la intervención de Dios. Han escogido vivir como corderos, resistiendo y perseverando, aceptando su propia inmolación como única estratégica para ser salvados por Dios.

Ahora, Dios fija su mirada en Babilonia la grande, para darle de beber de la copa del vino de su ardiente ira, es decir, para castigarla

Cae un gran pedrisco sobre los hombres, en referencia a la 7ª plaga sobre Egipto y similar a la 1ª trompeta, que simboliza la frialdad del hombre ante la Buena Noticia, que maldijeron a Dios, los hombres que siguen culpando a Dios y sin arrepentirse.

Con esta última teofanía, concluye la 7ª plaga, la 7ª trompeta y el 7ª sello queda definitivamente abierto, la presencia definitiva de Dios en el mundo es completa, el sentido de la historia del hombre está definitivamente revelado, la ira de Dios ha terminado, el mundo viejo ha sido purificado y se abre espacio a un mundo completamente nuevo en el que el Mal no tiene ya lugar. Es entonces cuando acontecerá  la 2ª venida de Jesucristo que implantará su Reino eucarístico definitivo en la tierra.

El juicio de Babilonia, la prostituta

El capítulo 17 es una visión tomada de Ezequiel y Daniel que detalla con mayor precisión el versículo 19 del capítulo 16, donde nos hablaba de la división del reino del Anticristo y la caída de todos los gobiernos que le apoyaron.
San Juan narra cómo uno de los ángeles de las siete copas le lleva a ver el juicio de la gran prostituta,arrebatado en espíritu a un desierto, lugar de purificación y penitencia, y a continuación, la describe:

-y vi a una mujer sentada sobre una bestia escarlata, una falsa doctrina dentro de la Iglesia pero sin vida interior ni gracia, una ideología surgida del mismo seno de Satanás y apoyada en 2ª bestia de la tierra, de la corrupción religiosa.

-llena de nombres blasfemos, con siete cabezas y diez cuernos, pecados, odio a lo sagrado y ateísmo anticristiano, con los gobiernos como cómplices.

-vestida de púrpura y de escarlata, de piedras preciosas y de perlas,como vestían los sacerdotes judíos de la antigüedad: con pompa y suntuosidad

-su nombre es Babilonia la Grande, Babilonia, porque es confusión espiritual; Grande, porque es soberbia y altivaborracha de la sangre de los mártires,  persigue y mata a los que no están de acuerdo con su ideología. 
-madre, es madre porque tiene hijas, es decir, adeptas y seguidoras, de las prostitutas, de otras ideologías y doctrinas y de las monstruosidades de la tierra, perversiones y corrupciones, porque así como, en la antigua Babilonia, hasta las mujeres más honradas se prostituían, al menos, una vez en la vida, porque creían que de este modo daban culto a Venus Astarté....de manera semejante, se consentirá la corrupción sexual con sus perversiones, inmundicias e impurezas, y la expondrán como ejemplo de "normalidad", para hacerse popular entre la gente.

Y el ángel describe a la bestia: La bestia era, pero ya no es, refiriéndose al Imperio Romano, y más concretamente, a Nerón. Podría referirse sistemas económicos y políticos como el comunismo o el capitalismo.

-sube del abismo, es un engendro del mismo Satanáscamina hacia su ruina, su influencia se acabará. 

-las siete cabezas son siete montañas, son también siete reyes, de los cuales cinco han caído, uno vive y el otro no ha venido aún, pero cuando venga durará poco tiempo. Y la bestia, que era y que ya no es, es el octavo, uno de los siete, que camina hacia su ruina. Los diez cuernos que has visto son diez reyes, que no han recibido el reino, pero que recibirán con la bestia el poder de reyes por una hora, cabezas, montañas, reyes y cuernos son gobiernos, de distinta categoría, sucesivos o simultáneos que conforman la totalidad de los gobiernos del mundo. Son cómplices de la prostituta, se someten a ella, pero también la utilizan.
 
Babilonia representa la opresión, la idolatría, la lujuria, la depravación, la perversión, la corrupción y el pecadoSimboliza la prostitución y el adulterio de la iglesia apóstata con los poderes seculares-políticos-mundanos, y su traición a Dios.

Se identifica a Babilonia con el Imperio Romano, que perseguía a los cristianos y que les exigía idolatrar al César como un dios, y cuya descripción con sus siete montes, reconocen a la ciudad de Roma como símbolo de perversión, idolatría y desenfreno característicos de la sociedad romana de la época. 

Otros, ven la caída de Babilonia la Grande como una analogía de la caída de Jerusalén en el año 70 d. C., e identifican a Babilonia con la Jerusalén judía (que también tiene siete montes), y que contrasta notablemente con la Nueva Jerusalén del final del libro. 

Falsa identificación con la Iglesia Católica

Los protestantes identifican a Babilonia la Grande con la Iglesia Católica de Roma, hecho que no deja de ser una falacia interesada. Su pobre argumentación se basa en una literalidad errónea:

-Una gran ciudad asentada sobre 7 colinas. El Vaticano ni es grande ni está asentado sobre siete colinas, a diferencia de la Roma pagana y la Jerusalén del primer siglo.

-Borracha de la sangre de los santos y profetas. La Iglesia nunca ha matado a santos ni a profetas. Es el mismo Cristo quien identifica a la ciudad de Jerusalén como la que mata a los profetas en Lucas 13,34. En Apocalipsis 11,8 define claramente qué ciudad es: donde el Señor fue crucificado.

-Comete abominaciones y fornica con los reyes de la tierra. Mantener relaciones institucionales con los gobiernos no es exclusivo de la Iglesia Católica. Lo hacen todas las confesiones importantes. El capítulo 16 de habla claramente de Jerusalén como la que comete abominaciones, la que se prostituye, la que derrama la sangre de los santos y la que será destruida por aquellos con los que se ha prostituido.

- Está vestida de púrpura y escarlata. Ya hemos dicho que es un error interpretar los colores literalmente porque, como ya vimos en otro post, los colores en el Apocalipsis tienen un sentido simbólico. Además, el color predominante del clero católico es el blanco y Dios mismo mandó a hacer las vestiduras de los sacerdotes levitas de color púrpura y escarlata. A la Iglesia judía no a la cristiana (Éxodo 28).

El resto del capítulo 17, asegura la victoria de Cristo y su Iglesia fiel. Explica que esta iglesia apóstata con su falsa doctrina, reaparecerá al final de la historia antes de la Parusía, y estará formada por gentes de todo tipo (razas, pueblos, lenguas) y por una amalgama de ideologías, creencias y ritos (Nueva Era, gnosticismo, ideología de género, satanismo, etc.) y que, cuando el Anticristo y sus secuaces se hayan servido de la falsa religión, la destruirán, para que todo la atención del mundo se concentre en ellos. 

La caída de Babilonia

En el capítulo 18 anuncia cómo el resplandor de Dios, representado en uno de los ángeles más poderosos, iluminará a su Iglesia y hará caer a Babilonia, la gran corrupción de los sistemas económico, religioso y político erigidos por Satanás.
Se anuncian los males que caerán sobre ella: plagas, muertes, hambre y fuego. Se lamentarán todos los poderosos de la tierra y entenderán el mal que habían cometido.

El ángel explica cómo se ha convertido en morada de demonios, en guarida de todo espíritu inmundo, en guarida de todo pájaro inmundo y abominable y otra voz, conmina al pueblo fiel a salir de ella y no ser cómplice de sus pecados, que han llegado hasta el cielo. Todos los poderes políticos y económicos la abandonan, ya nadie compra sus mercancías ya no creen en ella ni se dejan engañar. La han utilizado para sus fines y ahora "la dejan tirada".

La visión de San Juan nos muestra que la misión del cristiano no es llevar la conversión al mundo amenazándolo con castigos sino profetizar la iniquidad del Imperioser testigos de Cristo hasta las últimas consecuencias, hasta el martirio.

La misión del cristiano es proclamar el Evangelio.




Bibliografía:

-"El Apocalipsis" (de Adrienne Von Speyr, por Hans Urs Von Balthasar).
-"Para leer el Apocalipsis" (Jean-Pierre Prévost, Editorial Verbo Divino, 1991).
- "La Cena del Cordero" (Scott Hahnn, Editorial Patmos, 2001).
-"El Apocalipsis de San Juan" (Emilio Aliaga Girbés, Editorial Verbo Divino)