El libro de Miqueas (Mikayahu, que significa "¿Quién cómo el Señor?") es el sexto de los 12 profetas menores del Antiguo Testamento, que describe la situación de finales del s. VIII a. C. durante los reinados de Jotán (740-734 a.C.), Acaz (734-727) y Ezequías (716-687 a.C)..
Miqueas, campesino de profesión y oriundo de Moreset, una aldea a 35 kms al suroeste de Jerusalén, en la provincia costera de Sefelá, fue, por tanto, contemporáneo de Isaías y de Oseas, con quienes compartió el contexto histórico marcado por la amenaza del imperio asirio sobre Israel, Judá y las regiones del Levante.
Sus oráculos están dirigidos tanto al Reino del Norte (Samaria) como al Reino del Sur (Jerusalén), mostrando gran preocupación por las injusticias sociales (terratenientes y ricos), la corrupción política y religiosa (reyes, jueces y sacerdotes) y la idolatría (falsos profetas).
Contexto histórico
Miqueas vivió un tiempo de guerras: la guerra siro-efraimita en 735 a.C. entre el Reino del Norte, llamado Israel o Efraín, Damasco (Siria) y el Reino del Sur, llamado Judá (Is 7-12), con 120.000 muertos en el Reino del Sur (2 Cr 28,6) además de las víctimas del Reino del Norte.
La guerra con Asiria, una gran potencia militar de su época, que destruyó el Reino del Norte, asolando su capital, Samaria en el año 722 a.C., enviando a la población al destierro en Nínive (2 Re 17,1-41) y borrando a Israel de la historia.
Solo una intervención angélica evitó que el imperio asirio, con Senaquerib a la cabeza, entrara en Jerusalén en el año 701 a.C. (2 Cr 32,1-33).
Miqueas interpretó estos acontecimientos como el castigo de Dios sobre el Reino del Norte por sus pecados de idolatría, adoración de Baal, sacrificios rituales de niños, magia y adivinación (cf. 2 Re 17,15-17).
Pecados que también se fueron infiltrando en el sur, en Judá. Manasés sucede al rey Ezequías e instaura una política de terror y el culto pagano, de tal manera que Miqueas profetizó que el juicio condenatorio que cayó sobre el Reino del Norte caerá ahora sobre Judá por causa de su infidelidad y desobediencia a Dios.
Sin embargo, no todo en el libro de Miqueas es juicio y castigo. Miqueas ve una luz en las tinieblas, percibió un majestuoso Dios que gobierna sobre todo suceso, que castigó a su pueblo solo para purificarlo y restaurarlo.
También formuló algunas de las más francas predicciones de destrucción que hay en la Biblia, e hizo algunas de las más claras predicciones sobre el futuro Mesías, el Libertador que vendría a salvar a Israel.
Autoría y Composición
Miqueas no es obra de uno solo profeta, sino de, al menos, dos profetas principales, uno de Judá y otro de Israel, ambos con el mismo nombre:
- c. 1-3: en su mayoría, original de un Miqueas judío, con algunos añadidos posteriores: el libro se organizó y recopiló en el período postexílico posterior a la reconstrucción del Templo en el 515 a. C., por lo que parece que el libro se completó a principios del siglo V a. C. Describen la invasión asiria de Judá como un castigo de Yahvé a los gobernantes corruptos del reino, incluyendo una profecía sobre la destrucción del Templo que no se cumplirá hasta cien años más tarde, cuando Judá se enfrentaba a una crisis similar con el Imperio babilónico.
- c. 4-5: también algunos textos son auténticos del Miqueas judío (Ej: el anuncio del nacimiento del Mesías en Belén), junto con interpolaciones sapienciales y actualizaciones de época posterior, exílica y postexílica, paralelas a pasajes de Isaías.
- c. 6-7: se atribuyen esencialmente a un Miqueas israelí, aunque recopilados posteriormente, probablemente tras la caída de Jerusalén, momento en el que el libro fue revisado y ampliado aún más para reflejar las circunstancias de la comunidad del final del exilio y posterior al exilio.
Estructura
El libro contiene 7 capítulos dividido en 3 secciones que comienzan siempre con la palabra "Escucha", con la que alterna anuncios de condenación o de salvación.
- Juicio contra Israel y Judá y sus líderes (1-3). Oráculos de condena con los que reprende a los dirigentes político-religiosos injustos (jefes, magistrados, sacerdotes y falsos profetas) y defiende los derechos de los pobres frente a los ricos y poderosos corruptos
- Esperanza y restauración de Sión (4-5). Promesa de futuro esperanzador que anuncia un mundo en paz, con Sión como centro y bajo el liderazgo de un nuevo monarca davídico, el Mesías (Mi 5,1-4) que exterminará a los enemigos, que no son las naciones vecinas sino los propios ídolos: sus falsas seguridades, sus ejércitos, sus murallas, sus hechicerías y brujerías...
- Demanda de Dios contra Israel y Esperanza de Sión (6-7). Reprueba la ingratitud del pueblo ante todos los beneficios que les ha dado Dios, el culto puramente externo, carente de justicia y misericordia, la religiosidad vacía, sin obras que reflejen la rectitud y la corrupción moral del pueblo. Los últimos versículos (8-20) anuncian el castigo de Israel como consecuencia de su infidelidad, pero al mismo tiempo anuncia su futura restauración.
Dentro de esta estructura tripartita, Miqueas expone una serie de oráculos alternos de juicio de castigo/condenación (1.2–2.11; 3.1–12; 6.1–7.6) y promesas de liberación/restauración (2.12–13; 4.1–5.15; 7.7–20).
Clave de lectura
Miqueas expresa una honda preocupación por los pecados de Israel y Judá, causa del abandono y castigo temporal de Dios. Si Samaría cayó por su pecado, Judá está destinada al mismo destino si no se arrepiente, y Jerusalén será juzgada por sus múltiples culpas.
Con la fórmula "ira de Dios", el profeta expresa el modo en que la infidelidad del pueblo de la alianza afecta a Dios. Y esto se hace evidente en su enfrentamiento con los falsos profetas sobre el cuándo, el cómo y el de dónde vendrá la salvación de Dios:
- no será inmediata, como anuncian los falsos profetas, sino que tardará en llegar después del castigo (destierro a Babilonia) "en los últimos días"
- no procederá de Jerusalén, corrupta y orgullosa, sino de Belén, pequeña y humilde
- no será sólo para Israel sino universal y pacífica
Su mensaje alterna denuncias de injusticia, llamadas a la conversión y promesas de salvación, reflejando la tensión entre juicio y esperanza.
Denuncias
-la falsa confianza de Israel, convencidos de que Dios los protegerá pese a su corrupción
-el culto vacío sin justicia, sin humildad y sin misericordia
-la opresión de los débiles por parte de príncipes y comerciantes
-la corrupción política por la que jueces y príncipes se venden al mejor postor
-la manipulación de los falsos profetas que engañan al pueblo
-la corrupción social con la hipocresía general y falta de caridad del pueblo.
Promesas
-la glorificación del monte del Señor
-la peregrinación de las naciones a Sión
-el nacimiento del rey mesiánico en Belén
-la liberación del dominio asirio y la salvación del resto fiel de Jacob
-el mensaje de bienaventuranza y restauración
Miqueas guarda afinidad con Amós en la denuncia social de la injusticia, con Oseas en la exhortación a la misericordia y con Isaías en la visión del Mesías davídico.
Unidad de la Escritura
- En el Antiguo Testamento: sus temas están presentes en Isaías, Jeremías, Ezequiel, Amós y Oseas
- En el Nuevo Testamento:
- Mi 5,1, citado en Mt 2,6; Jn 7,42: nacimiento del Mesías en Belén
- Mi 6,8, evocado en Mt 23,23: la importancia de la justicia y la misericordia
- Mi 7,6, citado en Mt 10,35-36; Mc 13,12; Lc 12,53: división entre los miembros de una misma familia
- Mi 7,20, citado en Lc 1,55; Rom 15,8: la fidelidad de Dios con Israel
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