¿QUIÉN ES JESÚS?

La vida de Jesús siempre ha suscitado preguntas a lo largo de los últimos dos mil años.

¿Cómo pudo un carpintero que fue ejecutado por los romanos convertirse en el hombre más famoso de la historia?
¿Fue Jesús alguien verdaderamente real?
¿Cómo puede Dios ser un hombre al mismo tiempo?
¿De qué manera podría esto tener algún sentido para mi vida?

Estas son algunas preguntas, pero aquí tienes un espacio para formular las tuyas.
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lunes, 20 de octubre de 2025

ECLESIÁTICO O SIRÁCIDA: SABIDURÍA DE ISRAEL

 

Eclesiástico es un libro sapiencial deuterocanónico del Antiguo Testamento, el más antiguo que se conserva, escrito para mostrar el patrimonio religioso sapiencial de Israel y preparar a los jóvenes de Jerusalén para vivir fieles a la Alianza y la Ley de Dios.

También conocido por:
  • Sirácida Libro de la Sabiduría de Yeshua ben Sira ben Eleazar (s. III a.C.)
  • Ecclesiae o Libro de la Iglesia (san Cipriano de Cartago-s. III d.C.)
  • Ecclesiasticus o Eclesiástico (san Jerónimo-s. V d.C.)
Autoría y Datación
Descubierto en Qumrán, escrito en hebreo entre los años 196 y 175 a. C. (s. III a.C.) por Ben Sira, un judío piadoso y ortodoxo, escriba helenista (530 a.C.-70 d.C.), y traducido al griego koiné por su nieto en Alejandría alrededor del año 117 a. C., quien añadió el prólogo.
Estructura
Eclesiástico puede estructurarse en base a los 4 himnos que contiene:
  • c. 1-23: Himno-Prólogo. Misterio y origen divino de la Sabiduría:
    • Normas de comportamiento y pruebas para el justo
    • Temas clásicos: respeto a los padres, humildad y docilidad, justicia, vergüenza y timidez, falsas seguridades, dominio de la lengua y las pasiones, amistad
    • Normas de trato social: familia, sacerdotes, pobres, mujeres peligrosas, gobernantes, desconocidos, amigos y enemigos, rico y poderosos
    • Advertencias: orgullo e insolencia, honor, trabajo, tacañería, riqueza, libertad, impiedad, generosidad, cautela, autodominio, corrección fraterna, sabiduría verdadera y falsa, hablar inoportuno, pecado, hijos desvergonzados, palabrotas, lujuria, adulterio.
  • c.24-42: Elogio de la Sabiduría. La sabiduría personificada:
    • Profecía mesiánica (24,34-35)
    • Normas de comportamiento conforme al temor de Dios
    • Elogios a la buena esposa por su saber, silencio, honestidad, educación, belleza
    • Advertencias: malas lenguas, secretos, hipocresía, rencor, disputas
    • Normas sociales y económicas: préstamos, fianzas, hospitalidad, educación, salud, riquezas
    • Temas prácticos: testamento, esclavos, sueños vanos, viajes, sacrificios, discernimiento, elección de esposa, falsos amigos, consejeros, templanza, médico,duelos, oficios artesanos, escribas
    • Oración por Israel y alabanza a Dios: la miseria del hombre, el fin del malvado, el destino de los impíos y la realidad de la muerte
  • c. 42-43: Himno a la creación, al Señor creador. Elogio a los antepasados:
    • Relectura de la historia de Israel en clave sapiencial: Henoc y Noé; Abrahán, Isaac y Jacob; Moisés y Aarón; Pinjás; Josué y Caleb; Jueces y Samuel; Natán y David; Salomón; Roboán y Jeroboán; Elías y Eliseo; Ezequiel e Isaías; Josías; reyes impíos de Judá y Jeremías; Ezequiel y los 12 profetas; Zorobabel, Josué y Nehemías; José, hijo de Jacob; Simón, sumo sacerdote e hijo de Onías
  • c. 51: Himno-Epílogo:
    • Exhortación a bendecir al Dios del universo

Contenido
Consejos, proverbios, máximas, aforismos, poemas, reflexiones, meditaciones y observaciones sapienciales:
  • Consejos: positivos (4,20-6,4; 7,1-21) y negativos (8,1-9,16)
  • Proverbios numéricos: semejantes a los del libro de Proverbios
  • Poemas didácticos: sobre la amistad (6,5-17), el hablar (23,7-15), los sueños (34,1-8), el médico (38,1-15), las hijas (42,9-14)
  • Recursos didácticos y literarios: repeticiones, preguntas, comparaciones, descripciones, himnos, poemas, oraciones, lamentaciones o acciones de gracias
El libro del Sirácida combina el esfuerzo intelectual humano con la apertura a la sabiduría que procede de Dios, estableciendo un equilibrio entre la razón y la fe, preludio de la síntesis que más tarde desarrollará la teología cristiana.

El libro del Eclesiástico concibe la sabiduría no sólo como un ejercicio intelectual, sino como un don de Dios que encuentra su plenitud en la Torah: sabio es quien conoce la Ley y la aplica con discernimiento en la vida concreta.

domingo, 19 de octubre de 2025

SABIDURÍA: NEXO TEOLÓGICO ENTRE AT Y NT

 

El libro deuterocanónico de la Sabiduría o "Sabiduría de Salomón" es el último escrito del Antiguo Testamento y el nexo teológico con el Nuevo Testamento. 

Es un texto único por la profundidad y amplitud de su exposición doctrinal. Con él se llega al culmen de la literatura sapiencial del pueblo judío anterior a Jesucristo. Todas las cuestiones planteadas a lo largo de los siglos anteriores reciben ahora respuesta, mostrando una visión más amplia del designio escatológico de Dios.

A la cuestión sobre el sentido de la vida de Qohélet, el libro de la Sabiduría responde: buscar la sabiduría de Dios, rendirle culto y hacer su voluntad. Quien cumple todo esto es un hombre justo, hijo y amigo de Dios, incorruptible e inmortal (Sab 2,23), mientras que quien se aparta de ella es malvado e impío y se encamina a la perdición. 

Sabiduría perfecciona, en cierto modo, la doctrina escatológica de Daniel y II Macabeos (Sb 3, 1-6), que esbozan y prefiguran la vida eterna y que son la primera concepción intelectual del más allá, antes inexistente en la mentalidad judía. 

Autoría y Datación 
Su autor es un judío de la diáspora, posiblemente de Alejandría, profundamente religioso, versado en la cultura helenista y conocedor de la filosofía platónica, estoica y epicúrea, de los usos propios de los cultos paganos egipcios  y de los textos sagrados, la historia y las costumbres propios de Israel. 

Por tanto, su datación tiene que ser posterior a la fecha de la fundación de la ciudad por Alejandro Magno en el 333 d.C.: entre la segunda mitad del siglo I a. C. (80-50 a.C.) y el reinado de Octavio Augusto (30 a.C.-14 d.C.).

Destinatarios

Está dirigido a los gobernantes de la tierra, a los poderosos del mundo (Sab 1,1), exhortándoles a amar la justicia y buscar la sabiduría de Dios, y a sus compatriotas judíos, especialmente a los jóvenes, exhortándoles a no dejarse seducir por los cultos paganos, por la conducta moral relajada y hedonista, por el ateísmo o por la falta de fe en el Dios de sus padres. 

Estructura
El libro de la Sabiduría consta de 19 capítulos que se pueden agrupar en tres secciones:
  1. Escatológica (1-5): "Sabiduría y destino del hombre". 
    • Exhortación a vivir conforme a la sabiduría y la justicia/santidad. 
    • Discurso escatológico: el castigo a los impíos y el premio los justos (resurrección)  
    • Explicación del porqué de la muerte, tanto física como espiritual (juicio final)
  2. Sapiencial (6-9): "Elogio a la Sabiduría". 
    • Reflexión sobre el don precioso de la sabiduría: definición, elogio y cómo alcanzarla
  3. Histórica (10-19): "La Sabiduría en la historia de Israel". 
    • Exposición de la acción de la sabiduría divina en la historia del pueblo judío, especialmente durante el éxodo de Egipto (7 beneficios)
    • Discurso contra la idolatría
    • 7 Contrastes entre Egipto e Israel
Clave de lectura
El libro de la sabiduría es la luz que ilumina:
  • la correspondencia entre el inicio y el final de la historia salvífica (creación/encarnación)
  • la transición del Antiguo al Nuevo Testamento 
  • el desarrollo progresivo de la Revelación 
Su tema central, como su título indica, es la "sabiduría" bajo dos aspectos principales:
  • en su relación con el hombre, la sabiduría es la perfección del conocimiento de los justos como un don de Dios que se manifiesta en la acción
  • en su relación con Dios, la sabiduría es la característica eterna de Dios manifestada en la creación (revelación natural) y la encarnación (revelación sobrenatural)

A diferencia de Proverbios, que ofrece una serie de sentencias sueltas, Sabiduría presenta un rico, ordenado y profundo desarrollo literario y teológico en el que convergen la tradición sapiencial de Israel, la lectura de la historia como acción providente de Dios y la influencia de la filosofía helenista. 

El libro de la Sabiduría integra y armoniza fe y razón, mostrando que ambas no se excluyen, sino que se enriquecen mutuamente. 

Contenido 
Aborda todos los temas fundamentales de la fe y de la reflexión humana: el misterio de Dios, la providencia, la revelación natural y sobrenatural, el sentido de la vida y la muerte, la retribución en el presente y en el más allá, así como el valor de las virtudes morales.

Muestra que la Palabra de Dios no queda limitada a la cultura hebrea, sino que se encarna en diferentes modos de pensamiento, abriendo el horizonte de la fe judía hacia el ámbito grecorromano, anticipando la universalidad del mensaje cristiano.

Frente a la concepción semita, que entendía al hombre de manera unitaria aunque con poca precisión filosófica, y frente al dualismo griego que veía el cuerpo como prisión del alma, Sabiduría distingue entre cuerpo y alma, pero sin negar la unidad de la persona, y afirma con firmeza la inmortalidad del espíritu, anticipando la antropología cristiana, en la que el misterio de la encarnación de Cristo revela plenamente la dignidad y destino del hombre.
Previene sobre los peligros de la idolatría y del ateísmo, propone la sabiduría divina como regidora del universo, orienta la conducta moral y abre al hombre la esperanza de la vida eterna. 

Sabiduría y Nuevo Testamento
Como último libro del AT, cuya finalidad es "preparar, anunciar y prefigurar la venida de Cristo y su reino mesiánico" (DV 15), Sabiduría establece un puente con el NT, completando desarrollos teológicos iniciados en el AT y que serán despejados en la cristología neotestamentaria con la revelación definitiva manifestada en Cristo:

  • el valor de la vida y el sentido de la muerte
  • la subsistencia del alma después de la muerte
  • la justicia de Dios, el juicio final y la salvación escatológica
  • la llamada a la santidad y la filiación divina del justo
  • el amor, la paciencia, la misericordia y la sabiduría de Dios
  • el conocimiento de Dios a través de la contemplación de la creación
  • la enseñanza sobre la corrupción moral del hombre y sus consecuencias 
  • la preexistencia de la Sabiduría divina y su acción creadora
  • la identificación de la Sabiduría con el Hijo, imagen del Dios invisible y reflejo de su gloria 
Sabiduría y Liturgia
La liturgia también lo ha incorporado en celebraciones eucarísticas, en fiestas marianas y en el culto a los apóstoles, evangelistas, doctores, vírgenes y confesores:
  • Sab 16,20, aplicado al misterio de la Eucaristía
  • Sab 3,1-8, empleado en la conmemoración de los difuntos




    sábado, 27 de septiembre de 2025

    PROVERBIOS: UNA OFERTA DE SENSATEZ Y CORDURA

    "Si alguno de vosotros carece de sabiduría, 
    pídasela a Dios, 
    que da a todos generosamente y sin reproche alguno, 
    y él se la concederá" 
    (Stg 1,5)

    Iniciamos hoy un recorrido por los cinco libros sapienciales del Antiguo Testamento que forman una especie de "pentateuco sapiencial": Proverbios ("mashal"= parábolas de Salomón), Job, Eclesiastés (o Qohelet), Eclesiástico (o Sirácida, o Ben Sira) y Sabiduría. Si en el Pentateuco, el protagonista es Moisés, en los libros sapienciales, es Salomón.

    Los libros sapienciales son un "corpus aparte" dentro del Antiguo Testamento: no narran sucesos (como los libros históricos Samuel o Reyes) ni se presentan como Ley (como el Pentateuco) ni se expresan en términos particulares ni denuncian o acusan (como los libros proféticos) ni son oración o poesía (como los Salmos o el Cantar de los Cantares). Son libros destinados a la enseñanza, que reflejan la esencia de la sabiduría del pueblo de Israel, tanto la popular como la de escuela.

    La puerta de entrada a este "corpus sapiencial" es, sin duda, el libro de Proverbios, atribuido a Salomón (aunque no en exclusiva) y que proporciona una oferta de "sensatez", en el sentido de percepción, conocimiento, saber, orden o razón, y de "cordura", en el sentido transformación del corazón, sede de la vida consciente. 

    Los 151 proverbios (50 sobre sabiduría, 28 sobre la familia, 29 sobre el corazón, 16 sobre el orgullo y la humildad, 28 sobre el dinero) no son un conjunto de leyes o mandatos sino una propuesta de sabiduría, no en el sentido intelectual de "adquirir conocimiento", sino en el sentido bíblico de "saber vivir".
    Este "saber vivir" implica un "saber obrar" del hombre para ir "haciéndose", "formándose" y "modelándose" a través de tentativas, errores y enmiendas, de manera que vaya "responsabilizándose de sí mismo" y volviéndose "sensato". 

    Se trata de usar la razón para razonar y hacerse razonable, es decir, ser sensato y cuerdo: la sensatez ofrece al hombre lucidez y cautela para descubrir, discernir y aconsejar; la cordura le capacita para percibir y observar, entender y comprender, juzgar y prevenir. 

    Ambas capacidades llevan al hombre a ser racional, sabio y prudente con el propósito de hallar el sentido de su vida: ser bueno y feliz.

    La enseñanza proverbial incluye avisos, consejos, reprensiones y correcciones para que el hombre "aprenda" a: rodearse de sabios y evitar a los necios (13,20), tener prudencia (17,18), humildad (11,2), deseo de aprender (18,19), no tenerse por sabio (26,12), ni fiarse de sí mismo (28,26), ni estar satisfecho de sí mismo (12,15), dejarse aconsejar (19,20; 22,17; 23,12.19.26), dejarse corregir (10,17; 12,1; 13,1).

    La mayoría de los autores clasifican el libro en varias colecciones o partes, según sus epígrafes y sus temas:
    • 1-9: Epígrafe"Proverbios de Salomón, hijo de David, rey de Israel". Tema: la sabiduría
    • 10,1-22,16Epígrafe"Proverbios de Salomón". Temael buen comportamiento
    • 22,17-24,34Epígrafe"Dichos de los sabios". Temala templanza y la pereza
    • 25-29: Epígrafe"Otros proverbios de Salomón que copiaron los funcionarios del rey Ezequías de Judá". Tema: proverbios diversos
    • 30,1-14Epígrafe"Otros proverbios de Salomón que copiaron los funcionarios del rey Ezequías de Judá". TemaSabiduría de Dios
    • 30,15-33: Epígrafe"Las palabras de Agur". Tema: proverbios numéricos
    • 31,1-9Epígrafe"Las palabras del rey Lemuel de Massa. Temaconsejos a los reyes
    • 31,10-31Epígrafe"La mujer sabia". Tema: alabanzas a la mujer
    En el capítulo 8 de Proverbios, la Sabiduría aparece descrita con rasgos personales, preexistente, nacida desde la eternidad y asociada al acto creador de Dios. Por ello:
    • Los Apóstoles y los autores neotestamentarios identificaron esta Sabiduría con Jesucristo, el Verbo de Dios hecho carne. Cristo aparece como la Sabiduría eterna del Padre (Jn 1,9; 1 Cor 1,24.30; 2,6; Col 2,3; Stg 3,17; cf. Ef 1,17; Ap 5,12), sabiduría trascendente (personificada) y a la vez humana (encarnada), que habla con profecías y con parábolas.
    • El propio Jesús se confirma como una "Sabiduría más alta que Salomón" (Mt 12,42) y utiliza fórmulas breves y concisas, comparaciones y parábolas, es decir, "proverbios" que corrigen la denominada "teología deuteronomista" o "sabiduría retribucionista" de Israel (véase Jn 1,46; 3,8; 7,24; 8,32; 15,13; 20,29), provocando la reflexión antes de mostrar una verdad nueva y superior (Mt 13,12; 16,25; 19,6; Mc 2,27; Lc 4,23;14,27; 16,10).
    • Los Padres de la Iglesia entendieron el libro de los Proverbios como una etapa previa de la Revelación, es decir, a la manifestación del misterio de la Trinidad.
    El término "parábola" es la traducción del hebreo "mashal" (proverbio o parábola). Si los Proverbios son las "parábolas de Salomón", los Evangelios son las "parábolas de Jesús", puesto que las enseñanzas o dichos de Cristo, sobre todo, los del Sermón de la Montaña, son auténticos "proverbios" de sensatez (véase Mt 5,13. 14.25.29.45; 6,3.7.21.24; 7,1.3.6.8.13).

    Jesucristo, con su Cruz y Resurrección, pone límite a la sensatez y a la cordura humanas, invalidando las pretensiones terrenales de Israel e instaurando una nueva sensatez, divina, universal, paradójica y salvadora: "Los judíos exigen signos, los griegos buscan sabiduría; pero nosotros predicamos a Cristo crucificado: escándalo para los judíos, necedad para los gentiles; pero para los llamados —judíos o griegos—, un Cristo que es fuerza de Dios y sabiduría de Dios" (1 Cor 1,22-24).

    De esta forma, podemos entender mejor la frase "Jesús iba creciendo en sabiduría" (Lc 2,52) con la que la Palabra de Dios nos exhorta a los cristianos a crecer en sabiduría, a crecer en Cristo.

    viernes, 4 de agosto de 2023

    MEDITANDO EN CHANCLAS (4): ¿DE DÓNDE SACA TODO ESO?

    En aquel tiempo, Jesús fue a su ciudad 
    y se puso a enseñar en su sinagoga.
    La gente decía admirada.
    «De dónde saca este esa sabiduría y esos milagros? 
    ¿No es el hijo del carpintero? 
    ¿No es su madre María, 
    y sus hermanos Santiago, José Simón y Judas? 
    ¿No viven aquí todas sus hermanas? 
    Entonces, ¿de dónde saca todo eso?».
    Y se escandalizaban a causa de él.
    Jesús les dijo:
    «Solo en su tierra y en su casa desprecian a un profeta».
    Y no hizo allí muchos milagros, por su falta de fe
    (Mt 13,54-58)

    Jesús visita su pueblo natal, Nazaret, y se pone a enseñar en la sinagoga. Podríamos decir que es "su presentación oficial" ante sus paisanos. Pero la gente que le oye, lejos de sentir orgullo y admiración por alguien de los suyos, se extrañan y se escandalizan de sus enseñanzas y de sus milagros, pues conocen su origen humano pero no creen en su origen divino, por eso no comprenden de dónde le viene esa sabiduría y tampoco conciben que uno de los suyos sea tan distinto a ellos. 

    Recelan, desconfían y envidian. Se muestran reticentes y escépticos a los milagros y signos que han oído de Jesús en Galilea y le rechazan. Piensan: "¡Imposible, el Mesías no puede ser éste, el hijo del carpintero!" No son capaces de creer la unión de la sabiduría divina, por una parte y al mismo tiempo, en la misma persona, la procedencia humana. Su pensamiento escéptico les sugiere: o lo divino o lo humano, pero no ambos.

    Jesús fue siempre incomprendido y despreciado (Is 50,6; Mt 27,27-31.39-44; Heb 12,2) por muchos, pero sobre todo, por los suyos: "Vino a su casa, y los suyos no lo recibieron" (Jn 1,11)

    Sin embargo, Jesús no trata de explicarse ni de dar razones. Tan sólo recurre a un dicho sobre lo mal que es visto un profeta en su tierra (Jn 4,44; Lc 4,24; Mt 13,57; Mc 6,4). Esa desconfianza de sus paisanos le impide hacer milagros en su propio pueblo. Sin fe, no puede obrar signos.

    Esta situación, por desgracia, sigue ocurriendo en nuestros días: ¡Cuántas veces me siento incomprendido por mis amigos, por mis hermanos de fe o incluso por mis hijos o mis padres!

    Incluso a mi me ocurre...¡Cuánto me cuesta reconocer la valía del prójimo, sobre todo si le conozco de toda la vida! ¡Qué difícil me resulta admitir todo lo bueno de los demás, y más aún cuando el hacerlo puede dejar en evidencia mi propia ignorancia! ¡Qué rápido aparecen en mí la envidia y el menosprecio, los prejuicios y los chismorreos! 

    Pero también me sucede con Dios. ¡Qué difícil me resulta confiar en Jesús y creer que realmente está vivo! ¡Cuánto me cuesta acoger su palabra y seguirlo! ¡Qué rápido me saca de mis casillas, de mi zona de confort! ¡Qué fácil me resulta "acostumbrarme" a una fe cómoda y a mi medida que me impide maravillarme continuamente de los milagros que hace Dios! ¡Qué fácil me resulta cerrar mis ojos y mis oídos para no ver ni escuchar lo que debo hacer! 
    Dios me invita siempre a la conversión...no una vez... sino constantemente, a ir encontrando su presencia que sale a mi encuentro, a través de todas las situaciones de mi vida y de todas las personas que me cruzo por el camino. Pero ¡qué incómodo y molesto me resulta reconocer los milagros en otros! ¡Yo que lo sé todo de ellos! ¡Yo que conozco los defectos de los demás!

    Pero ¡cuidado! Con esta actitud, muestro una profunda hostilidad contra Dios porque no dispongo mi corazón con la docilidad y disposición que el Señor me pide para acoger su voluntad. Y desde luego así, me cierro a la gracia. Con un corazón endurecido por los prejuicios y recelos es imposible que pueda ver los milagros que Dios puede obrar en mi vida.

    Sin fe verdadera, ensombrecida por el escepticismo, no soy capaz de reconocer a Cristo en mi vida, en mi hermano, en mi entorno cercano...no soy capaz de dejarme sorprender por Dios porque mi deseo es controlar lo que Dios puede hacer y creer sólo lo que me interesa creer.

    Por eso, como los discípulos, te digo: "¡Creo Señor, pero aumenta mi fe! (Mc 9,24: Lc 17,5).



    JHR

    jueves, 27 de mayo de 2021

    NECESITAMOS FORMACIÓN

    "¿Hasta cuándo, ignorantes, amaréis la ignorancia,
    y vosotros, insolentes, recaeréis en la insolencia,
    y vosotros, necios, rechazaréis el saber?
    Prestad atención a mis razones,
    derramaré mi espíritu sobre vosotros,
    quiero comunicaros mis palabras"
    (Pro 1,22-23)
    Hace algún tiempo, en un retiro de Emaús, me regalaron una pulserita verde que siempre llevo en mi muñeca y en la que está escrita una inscripción de San Alberto Hurtado que dice: "¿Qué haría Jesús en mi lugar?" 

    Reconozco que esta pregunta me ha sacado de mi ignorancia, de mi insolencia y de mi necedad anteriores. Sin duda, ha sido una gran ayuda colocarme en el lugar de Cristo para saber cómo obrar en cada momento, sobre todo, cuando le sirvo, en el ámbito de la evangelización

    Pero ¿Cómo responder a la pregunta si no conozco a fondo a Cristo? ¿Cómo discernir lo que Jesús haría en mi lugar si no tengo una relación lo suficientemente estrecha como para saberlo? ¿Cómo salir de mi ignorancia, de mi insolencia y de mi necedad?

    La fe cristiana es el encuentro y la relación íntima con Jesucristo. Una vez que nos hemos encontrado con Él y le hemos reconocido, necesitamos establecer una profunda e íntima relación con Él, seguir dejándonos amar y rociar por el Espíritu Santo, escuchar y alimentarnos de lo que nos dice a través de su Palabra, de la Tradición y el Magisterio de la Iglesia, entablar un diálogo personal con Él en la oración, para finalmente, servirle y amarle.  

    Porque lo que Jesús haría en mi lugar sería, sin duda, amar y servir. Pero para amar y servir tengo que conocer. Y no se puede servir y amar lo que no se conoce. Por tanto, necesito profundizar en el conocimiento de Cristo, es decir, necesito formación. Todos la necesitamos, y la necesitamos ya.
    Formarme no significa convertirme en teólogo o en un erudito en cristianismo, sino conocer cuánto me ha amado Dios en Jesús, saber cómo puedo agradarle siempre más y ofenderle menos, conocer su voluntad y saber qué tiene pensado para mí. 

    Como discípulo del Maestro, mi misión es estar constantemente aprendiendo de Él, entender su plan para mí, conocer la vocación a la que me llama, para así, ser sal de la tierra y luz del mundo.

    Sin conocer la Verdad, sin ser fiel a la doctrina de la Iglesia, a quien Cristo ha encomendado la misión de evangelizar, no sólo no puedo saber lo que Jesús haría en cada circunstancia de mi vida, tampoco puedo ser un apóstol eficaz.
    "El arte del apostolado es arriesgado. La solicitud por acercarse a los hermanos no debe traducirse en una disminución de la verdad.... Sólo el que es totalmente fiel a la doctrina de Cristo puede ser eficazmente apóstol. Y sólo el que vive con plenitud la vocación cristiana puede estar inmunizado de los errores con los que se pone en contacto(Pablo VI).
    Pero no necesito dejar de evangelizar hasta alcanzar una formación completa, un conocimiento total de Cristo. Si esperara a eso, nunca haría nada. Puedo ser discípulo junto a otros discípulos, aprender mientras enseño a otros, compartir mientras comparto con otros, formarme mientras formo a otros...como hacían los apóstoles. 
    "El imperativo de actuar hoy y con urgencia procede de las necesidades que son verdaderamente inmensas para quien sabe darse cuenta... He aquí la hora de los laicos. Es preciso empezar a trabajar hoy mismo, porque tal es la ley de la conciencia cristiana. Cuando se ha oído enunciar un deber no se dice: 'lo haré mañana'. Se debe actuar inmediatamente"  (Pablo VI).
    En el mundo actual, el Enemigo ha cambiado el terreno original de la batalla espiritual. La Serpiente antigua ha modificado sus tácticas y sus estrategias llevándolas al plano ideológico, cultural y educacional, donde consigue mejores resultados que en el físico. 
    Hoy, Satanás no busca una lucha frontal de sangre y destrucción como antaño, sino una guerra incruenta de confusión y corrupción; no quiere matar con actos sino envenenar con ideas; no quiere mártires sino apóstatas; no quiere víctimas sino desertores. 

    Para poder entrar en el combate ideológico de nuestro tiempo, tenemos muchas armas que Dios pone a nuestra disposición:

    Necesitamos estar alerta y vigilar a través de la oración para que nuestra fe, esperanza y caridad aumenten. 

    Necesitamos leer, estudiar, meditar a través de la formación en la Tradición y el Magisterio de la Iglesia. 

    Necesitamos obtener los dones de sabiduría, entendimiento, consejo, fortaleza, ciencia, piedad y temor de Dios a través del Espíritu Santo para que nuestra voluntad se ponga en marcha.

    Necesitamos recibir la gracia y la paz a través de los sacramentos para que nuestra perseverancia haga frente a las insidias y maldades con las que el Enemigo quiere hacernos caer.

    Necesitamos conocer la Luz y la Verdad de Cristo a través de la Palabra de Dios para que nuestra resistencia haga frente a las mentiras y falsedades con las que Satanás pretende desvirtuar nuestras conciencias.
    En definitiva, necesitamos formación y misión, oración y acción, verdad y justicia. Y en todo, amor.
    "Mi doctrina no es mía, sino del que me ha enviado; el que esté dispuesto a hacer la voluntad de Dios podrá apreciar si mi doctrina viene de Dios o si hablo en mi nombre. Quien habla en su propio nombre busca su propia gloria; en cambio, el que busca la gloria del que lo ha enviado, ese es veraz y en él no hay injusticia"(Jn 7,16-18).



     

    JHR

    domingo, 22 de enero de 2017

    MEDITANDO CON LOS PROVERBIOS



    "...para aprender sabiduría y doctrina, 
    disciplina y sensatez, 
    justicia y rectitud, 
    sagacidad y reflexión...
    para entender dichos, palabras sabias y enigmas"
    Proverbios 1, 1-6


    Proverbios (hebreo מִשְׁלֵי, Mishlei), que significa literalmente "representar", "ser como", es un libro bíblico del Antiguo Testamento y del Tanaj hebreo, que se clasifica entre los Libros Sapienciales del cristianismo, y entre los Ketuvim o "Escritos" del judaísmo. 

    Los Proverbios son atribuidos al Rey Salomón (más de 3.000), origen de la sabiduría, así como David es el origen del culto y Moisés, el origen de la legislaciónSalomón, el hombre más sabio de la Antigüedad (1 Reyes 1, 29-33), no sólo escribe un libro de palabras, frases y dichos inteligentes, sino un compendio de enseñanzas teológicas que instruyen al hombre a ser como los sabios y a vivir en consecuencia.

    Las enseñanzas del libro llevan al hombre a la felicidad y van desde lo individual a lo social de la vida humana. Se dirige al hombre joven, al maduro, a la mujer, al padre, al príncipe, etc. 

    Los temas no son propiamente religiosos sino, más bien, cotidianos y humanos, ya sea en su dimensión individual o colectiva: 
    • la educación (13,24)
    • la familia (12,4; 19,14; 21,9; 31,10–31)
    • el adulterio (6,24; 23,27)
    • la relación entre padres e hijos (10,1; 28,24; 30,17)
    • la relación entre el rey y sus súbditos (14,35; 22,29; 25,6; 16,12)
    • la honradez en los negocios (11,1; 20,10 y 23). 
    • la moral (12,17; 15,21)
    • la urbanidad y la conducta social (23,1–3; 25,17; 27,1). 
    Es el libro sapiencial más antiguo y pueden distinguirse cuatro partes:

    Capítulos 1-9 

    Elogio a la sabiduría

    Resultado de imagen de SABIDURIA DE DIOSLa Sabiduría proviene de Dios, creador del universo, y sabio es aquel que habla en Su nombre. Por tanto, el sabio (y nosotros, estamos llamados a serlo) comparte algunos de los atributos divinos.

    La Sabiduría de Dios expresada en el libro de Proverbios no es "Ley" (debes o no debes) ni "Profecía" (así dice el Señor), es "Visión" del pueblo de Dios, adquirida generación tras generación, centrada en los ámbitos de la vida no regulados por ordenanzas del culto ni por mandamientos expresos del Señor. 

    El concepto de Sabiduría expresado en los Libros Sapienciales es un principio esencialmente práctico, fundamentado en la observación, la experiencia y el sentido común, y orientado hacia los múltiples aspectos de la actividad humana. Es la virtud de aplicar inteligencia al conocimiento (1, 6). El conocimiento es la acumulación de hechos en bruto, pero la sabiduría es la habilidad de ver toda la creación como Dios la ve

    El temor del Señor es el principio de la sabiduría (1,7 y 9,10) y nos lleva a Cristo, encarnación de la sabiduría de Dios: “en quien están escondidos todos los tesoros de la sabiduría y del conocimiento” (Colosenses 2,3). Si unimos Temor de Dios y Sabiduría, las ventajas son innumerables: virtud, integridad, generosidad, plenitud y paz, y nos protegen de la locura, de la maldad, nos aleja del egoísmo y del orgullo, nos aparta de la ruina y de la vergüenza. 

    Capítulos 10-29

    Normas prácticas de comportamiento

    Los Proverbios son algo más que buenos consejos. Son una invitación de Dios para  que seamos sabios. Con Sabiduría y  con Temor de Dios seremos capaces de llevar a la plenitud nuestro matrimonio, nuestra familia, nuestra amistad, nuestro trabajo, etc. En definitiva, toda nuestra vida. 

    Rechazar a Dios es elegir la necedad en lugar de la sabiduría, y significa que nos separamos de Dios y de sus bendiciones. 

    Podemos meditar los Proverbios como:
    • Pro-babilidades"El que camina con integridad camina seguro, pero el que mal anda mal acaba" (10, 9), "Los sabios atesoran la ciencia, pero la boca del insensato es un peligro inminente" (10,14),"En el día de la ira las riquezas de nada sirven, pero la justicia libra de la muerte".
    • Pro-mesas: "Porque por mí tus días se multiplican, y los años de tu vida se aumentan. (9,11); "Ninguna adversidad vendrá sobre el justo"(12,21). 
    • Pro-cesos: "El temor del Señor alarga la vida" (10,27), "Hay caminos que parecen rectos, pero, en fin de cuentas, conducen a la muerte" (16,25).""Enseña al niño el buen camino, y aun cuando sea viejo no se apartará de él" (22,6).

    Capítulo 30

    Sabiduría de Dios

    Proverbios nos muestra la pequeñez de nuestra sabiduría humana frente a la sabiduría de Dios:  "¿Quién subió a los cielos y después bajó? ¿Quién ha encerrado el viento en sus puños? ¿Quién ató las aguas en su manto? ¿Quién estableció todos los límites de la tierra?

    La Sabiduría de Dios nos protege: "Toda palabra de Dios es acrisolada; él es un escudo para los que en él se refugian. "

    La sabiduría de Dios no necesita de la humana: "No añadas nada a sus palabras para que no te reprenda y te tenga por falsario."


    Capítulo 31

    La mujer virtuosa

    En el último capítulo, versículos 10 al 31, Dios nos pinta el cuadro de la mujer virtuosa: "Una mujer perfecta, ¿quién la encontrará? Vale mucho más que las perlas." Una preciosa oda a la mujer que echa por tierra las falsas insinuaciones de que Dios es machista. 

    Y yo me pregunto: ¿Acaso no está hablando también de la Esposa de Cristo, la Iglesia?