¿QUIÉN ES JESÚS?

La vida de Jesús siempre ha suscitado preguntas a lo largo de los últimos dos mil años.

¿Cómo pudo un carpintero que fue ejecutado por los romanos convertirse en el hombre más famoso de la historia?
¿Fue Jesús alguien verdaderamente real?
¿Cómo puede Dios ser un hombre al mismo tiempo?
¿De qué manera podría esto tener algún sentido para mi vida?

Estas son algunas pero queremos que nos cuentes las tuyas.
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jueves, 4 de marzo de 2021

¿SOMOS OVEJAS O LOBOS? ¿SERPIENTES O PALOMAS?

"Mirad que yo os envío 
como ovejas entre lobos; 
por eso, sed sagaces como serpientes 
y sencillos como palomas"
(Mateo 10,16)

Cuando leo y releo el pasaje del evangelio de Mateo 10, siempre me recuerda un cuadro que mi padre tenía colgado en su despacho y que yo cada mañana leía, aunque lo conocía de sobra:

"Cada mañana en la selva, una gacela se despierta sabiendo que deberá correr 
más rápido que el león o éste la matará. 
Cada mañana en la selva, un león despierta sabiendo que debe correr mas rápido 
que la gacela o morirá de hambre. 
Cada mañana, cuando sale el sol, seas león o gacela, 
será mejor que te pongas a correr".

No voy yo a descubrir, ni hoy ni ahora, a Cristo (o, tal vez, sí...), pero sí subrayar una vez más la magistral pedagogía con la que Jesús nos enseña y nos instruye para saber qué debemos ser, a qué nos enfrentamos y cómo actuar

Su maravillosa habilidad para hablarnos con ternura y cercanía, su extraordinaria capacidad para empatizar con nosotros, me recuerdan que, por algo, su nombre es Emmanuel "Dios con nosotros" (Mateo 1,23); me traen a la cabeza que, por algo, "hasta los cabellos de la cabeza tenemos contados" (Mateo 10, 30; Lucas 12,7); y me viene a mano, que por algo, "nos lleva tatuados en sus palmas" (Isaías 49,16).

El Maestro llama nuestra atención y nos enseña. Siempre con un lenguaje directo y veraz a la par que sencillo y natural: mediante parábolas, comparaciones, metáforas y circunstancias de la vida común, del mundo mineral, vegetal, animal o humano... para que entendamos. 

Jesucristo hoy me habla de ovejas, lobos, serpientes y palomas. Y es que en toda palabra y enseñanza suya, brilla siempre un reflejo de la creación y de la voluntad del Padre: "Pregunta a las bestias y te instruirán; a las aves del cielo, y te informarán; habla con la tierra y te enseñará; te lo contarán los peces del mar" (Job 12,7-8).

Me envía, como cada mañana, a ser su testigo en el mundo. Y yo, tengo que "ponerme en marcha"en un mundo hostil y adverso, a correr por una jungla de sendas de asfalto y árboles de metal, a subsistir en un habitat lleno de amenazas y de depredadores, a transitar por un entorno donde rige "la ley de la selva" que me obliga inexorablemente a saber lo que soy, a qué me  enfrento y lo que tengo que hacer o decir, para no morir. 

¿Qué somos
Jesús, por si somos duros de oído o si andamos despistados, nos lo dice y nos avisa: "Os envío como ovejas entre lobos". El Cordero de Dios nos envía, como ovejas, aparentemente débiles e indefensas, para enfrentarnos a un mundo lleno de lobos, feroces y hambrientos. La primera respuesta, clarita y en la frente: ¡somos ovejas y no lobos¿las ovejas muerden para defenderse?
¿A qué nos enfrentamos?
Cristo, por si somos duros de cerviz o difíciles de mollera, nos contesta y nos advierte: "¡Cuidado con la gente! porque os odiarán, os juzgarán, os harán daño, os insultarán, os perseguirán y os matarán". El Crucificado nos dice que tomemos su yugo y aprendamos de Él, que es manso y humilde de corazón. ¡Vaya! ¡Menudo panorama más alentador! ¡Nos enfrentamos a odio y persecuciónEntonces, Señor...¿las ovejas pueden pensar y reaccionar?

¿Qué debemos hacer
Inmediatamente, el Señor, que siempre toma la iniciativa y se adelanta a nuestras dudas, miedos y necesidades, nos dice qué debemos hacer y cómo debemos actuar: "Sed sagaces como serpientes y sencillos como palomas." Jesús nos enseña a ser sagaces y astutos, hábiles y cautelosos, a ser sutiles y a escondernos...pero también, a ser sencillos e inocentes, sinceros y naturales, a ser ágiles y a volar...¡Vaya! ¡Hemos dejado de ser ovejas para ser serpientes y palomas! ¡Maestro, por favor, explícate! ¡No te entendemos! ¿Somos ovejas, lobos, serpientes o palomas?
¿Qué tenemos que decir? 
Cargado de santa paciencia y sabiendo que, habitualmente malinterpretamos sus palabras, el Maestro hace una pausa, deja escapar un suspiro y nos dice que no nos preocupemos por nada: "En aquel momento se os sugerirá lo que tenéis que decir, porque no seréis vosotros los que habléis, sino que el Espíritu de vuestro Padre hablará por vosotros." Los cristianos no estamos solos, tenemos al Espíritu Santo que nos guía, nos protege y nos ayuda. ¡Menos mal! ¡Tenemos al Espíritu Santo como auxilio!

Cristo me invita a aceptar mi vulnerabilidad pero sin que me desanime, a asumir mi fragilidad pero sin que me sienta desamparado, a esconderme entre las piedras cuando tenga que evitar el mal y a volar con las alas del Espíritu Santo cuando tenga que discernir.

Me enseña que la sagacidad no está reñida con la sencillez, que la astucia no está peleada con la inocencia, que la habilidad no está enfrentada a la sinceridad, que la cautela no está contrapuesta a la naturalidad, que la sutileza no está enemistada con la agilidad. 

Dios quiere que su rebaño corra los menos riesgos posibles pero si tiene que enfrentarse cara a cara con los lobos, quiere que se deje guiar y ayudar por Su Espíritu. La docilidad es un claro signo de pertenencia a Dios, de semejanza al Cordero de Dios, quien también evitó circunstancias innecesarias pero quien, llegada Su hora, se entregó con mansedumbre y aceptó con obediencia la voluntad el Padre.

Por tanto, somos siempre ovejas en medio de lobos, pero también serpientes y palomas, cuando tengamos que serlo. Dios nos dice que confiemos en Él. Tenemos permiso para "huir" y evitar las situaciones de peligro, para "volar" y discernir lo que el Espíritu nos suscita, y para "luchar" y enfrentarnos cara a cara con el Enemigo, pero siempre debe ser una lucha de resistencia activa ante el mal, de perseverancia y abandono en Dios. 
La Escritura nos muestra que patriarcas, reyes, profetas, apóstoles y hasta el mismo Jesús fueron ovejas, serpientes y palomas: Moisés huyó (Éxodo 2,15) y se enfrentó al faraón dejando hablar a Dios por su boca (Éxodo 4,15). David huyó (1 Samuel 19,12) y actuó contra el mal (1 Samuel 24,8). Jeremías huyó (Jeremías 37,11-12) y dejó que Dios hablara por su boca (Jeremías 38,17). Cristo se retiró (Lucas 9,10; Juan 8,59) y se dejó apresar en Getsemaní (Juan 18, 1-8). Pablo huyó (2 Corintios 11,33) y hablaba con franqueza y valentía porque el Espíritu daba testimonio por él (Hechos 13,46-47; 20,22-23).

Los cristianos debemos huir cuando debamos salvaguardar nuestra integridad, y enfrentarnos y dar testimonio cuando debamos glorificar a Dios. No somos "borregos bobalicones", como tampoco somos "lobos voraces". No somos cobardes, como tampoco somos temerarios. Al menos, Jesucristo no quiere que seamos así. 

Por eso nos instruye con sus palabras y sus hechos para que, sobre todo, nunca tratemos de luchar con las mismas armas del Enemigo. Eso es lo que nos diferencia a los cristianos de los que no lo son.

Y nos envía, delante de Él, de dos en dos, y nos insta a rezar: "Rogad al dueño de la mies"  (Lucas 10, 2). Nos da instrucciones para que salgamos sin preocuparnos por nuestras necesidades, Él se encargará: "No llevéis bolsa, ni alforja, ni sandalias; y no saludéis a nadie por el camino" (Lucas 10,4); para que vayamos en paz y que llevemos la paz por donde vayamos: "Paz a esta casa" (Lucas 1,5). Y para que, si no nos escuchan, salgamos y nos sacudamos el polvo de las sandalias: "Hasta el polvo de vuestra ciudad, que se nos ha pegado a los pies, nos lo sacudimos sobre vosotros. De todos modos, sabed que el reino de Dios ha llegado" (Lucas 1, 11). 

"Después de esto, ¿qué diremos? 
Si Dios está con nosotros, 
¿quién estará contra nosotros? "
(Romanos 8,31)

martes, 20 de noviembre de 2018

LOBOS HERIDOS

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"Guardaos de los falsos profetas, 
que vienen a vosotros con vestido de oveja 
y por dentro son lobos rapaces. 
(...) Por sus frutos los conoceréis." 
(Mateo 7, 15-16)

En la Palabra de Dios, el pueblo de Dios, a menudo es representado como un rebaño de ovejas y Jesús como el Buen Pastor. Y el enemigo natural de las ovejas, el lobo, que "las ataca y las dispersa" (Juan 10, 12). 

Por eso, Dios nos advierte que tengamos cuidado con los falsos profetas, que "se presentan ante nosotros con piel de oveja pero en realidad, por dentro, son lobos voraces" (Mateo 7,15). 

También nos avisa para que estemos alerta porque "se introducirán entre vosotros lobos crueles, que no perdonarán al rebaño; y que de entre vosotros mismos surgirán hombres que enseñarán doctrinas perversas con el fin de arrastrar a los discípulos en pos de sí. Por lo cual, estad alerta" (Hechos 20, 29-31).

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¿Cómo tener cuidado y estar alerta? 

Lo primero es conocer cómo actúa el lobo. Un lobo puede parecerse a una oveja, puede moverse como una oveja o hablar como una oveja, pero con el tiempo, si observamos sus actos y sus comportamientos, le veremos aún más lobo, incluso más agresivo.

¿Qué debemos tener en cuenta?

Los lobos se acercan al rebaño para desarrollar su astucia a través del victimismo y así, parecer menos agresivos, pero si se les desafía, se erizan y te atacan, echándote la culpa como si tú fueras lobo.

Los lobos se acercan al rebaño por amor al poder, en lugar por el poder del amor. Buscan utilizar, explotar y controlar a las ovejas, en lugar de amarlas.

Los lobos se acercan al rebaño para encumbrarse y tomar el control. Utilizan su carisma y su encanto para “hacerse” con las ovejas, pero evitan relacionarse en exceso con ellas. 

Los lobos se acercan al rebaño para rechazar la responsabilidad y resistirse a la autoridad. Parecen sumisos pero no lo son. Suelen criticar a sus superiores y a sus iguales.

Los lobos se parecen a las ovejas y hablan como las ovejas, pero muerden como lobos, especialmente cuando las ovejas están en desacuerdo con ellos. 

Los lobos se acercan al rebaño para salirse con la suya y suelen decir que hacen siempre lo correcto, porque necesitan mantenerse como lo que son, "jefes de la manada". 

Los lobos se acercan al rebaño con el único propósito de engañar. Pero quienes han sido mordidos alguna vez por ellos, los reconocen perfectamente. 
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El lobo tiene una gran capacidad para mantenerse "a cubierto", para hacerse pasar por oveja. Por eso es tan difícil para el rebaño verle como lo que es, e incluso, asumir que un enfrentamiento de una oveja con un lobo, en realidad es "entre dos ovejas" que se muerden entre sí.

Por eso, hay que vigilar con mucho cuidado: porque los lobos tienen los dientes mucho más afilados y las mandíbulas más fuertes que las ovejas: "Del fruto de su boca llena el hombre su vientre, del producto de sus labios se sacia" (Proverbios 18, 20). Esto suele concretarse en abuso espiritual.

Una oveja no puede hacerle daño a un lobo, incluso aunque éste finja estar herido, pero un lobo sí puede matar a la oveja. No cerremos los ojos ingenuamente, pensando que no hay lobos en nuestras parroquias. Estemos alerta. Están en todos lados, merodeando...: "¡Sed sobrios y estad en guardia!. Vuestro enemigo el diablo como león rugiente da vueltas y busca a quién devorar." (1 Pedro 5,8).

¿Cómo identificarlos?

En la Iglesia existe una amplia variedad de especies de lobos:

- Lobos que venden una fe de frontera.
- Lobos que venden una fe de prosperidad.
- Lobos que venden una fe de justicia social.
- Lobos que venden una fe de cambio.
- Lobos que venden una fe de victimismo.

Esto
s últimos son muy peligrosos, son "lobos heridos", "lobos marginales", "lobos con adicciones", "lobos con pasiones desordenadas". Son lobos que utilizan sus heridas, sus dolores y sus sufrimientos para atraer a las ovejas que también sufren o están heridas

Us
an este sufrimiento para guiar a las ovejas por un camino muy distinto al de Dios, negando o justificando el pecado. Se mezclan con el rebaño y ganándose su confianza, haciéndoles ver que, como sufren como ellas, no son sospechosos. 
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Buscan ser "protegidos" dentro del rebaño frente a los supuestos "ataques" de otras ovejas y tratan de hacer ver a éstas como lobos. 

Utiliza
n su dolor y sufrimiento para hacer ver al rebaño que necesitan ser consolados, apoyados y protegidos, que necesitan amor y comprensión. De esa forma, conducen al rebaño por derroteros gnósticos y de falsa espiritualidad, muy distintos a los enseñados por el Buen Pastor.

Ellos están por encima de la autoridad y de la doctrina porque son incomprendidos, discriminados y, por ello, tienen "derechos especiales". Tergiversan la Verdad para crear su propio rebaño, su propio camino, su propia realidad. Y así, "devoran" a las ovejas.

Imagen relacionadaTienen un atractivo especial porque se presentan ante el rebaño como ovejas con una "lana limpia, con un "balido suave", "una mirada tierna". 

Mostrándose heridos y vulnerables dicen: "Sé tu mismo", "Dios te quiere como eres, con tu pecado", "Dios es tu amigo y te lo perdona todo, hagas lo que hagas"...Para ellos, no existe necesidad de arrepentimiento porque no existe el pecado

Ofrecen palabras motivadoras sin esperanza, tratan de hacer ver que curan cuando lo que quieren en realidad es devora, tratan de hacer ver que traen la paz cuando lo que traen es la división y la verguenza

"Intentan ellos curar la herida de mi pueblo insensatamente diciendo: ¡Paz, paz!, siendo así que no hay paz. Tendrían que avergonzarse de sus acciones execrables, pero han perdido la vergüenza; no saben ya ni sonrojarse. Por eso han de caer entre los que perecen; se desplomarán cuando yo los visite. Voy a arrancarlos de raíz , pues no hay racimos en la vid, no hay higos en la higuera, y hasta el follaje está marchito. Les mandaré un pueblo que los aventará." (Jeremías 8, 11-13)

Los lobos heridos ofrecen un Evangelio nuevo, una fe alternativa, acorde con los nuevos tiempos y a la medida de cada oveja, pero sin poder salvífico, sin Gracia, sin Dios.

Si encontramos en nuestra parroquia un lobo ¿qué haremos? ¿sufriremos el desprecio y la difamación por "atacar a estos "pobres vulnerables" y proteger al rebaño? ¿o nos quedaremos en silencio porque nos da miedo gritar: "el lobo"? ¿Miraremos hacia otro lado mientras los lobos devoran y matan al rebaño? ¿Nos apiadaremos de los "devoradores"?

jueves, 19 de julio de 2018

DISTINGUIR DENTRO DEL REBAÑO

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"Porque sois torpes para comprender. 
Pues debiendo ser ya maestros por razón del tiempo, 
todavía tenéis necesidad de que se os enseñe (...),
 y habéis llegado a tener necesidad de leche, no de alimento sólido. 
Ahora bien, aquel que se alimenta de leche 
no puede gustar la doctrina de la justicia, porque es niño todavía. 
El alimento sólido es para los perfectos, 
que por razón de la costumbre tienen el sentido moral desarrollado 
para distinguir entre el bien y el mal."
(Hebreos 5,11-14)


La Palabra de Dios emplea, a menudo, las metáforas en las parábolas del pastor y del rebaño para describir las relaciones que unen a Dios con su pueblo.

Jesucristo es el Buen Pastor, que guía a su rebaño y lo conduce “hacia fuentes de aguas vivas” y que protege al rebaño acosado por los lobos de fuera y por los de dentro, disfrazados de ovejas.

Él es la puerta de las ovejas, el único Pastor digno de confianza, el... “Buen Pastor” y hace distinción entre los pastores: el que es dueño de sus ovejas y da la vida por ellas (Juan 10,15), y el asalariado, que jamás pone en peligro su vida y huye cuando ve al lobo.

El Buen Pastor (Cristo) ha creado un redil en un verde prado (el Reino de Dios) para que su rebaño (el pueblo de Dios) pueda no sólo "hacer" sino "ser". Sin embargo, el rebaño dista mucho de ser homogéneo: existen ovejas, cabras, lobos y perros guardianes. Debemos saber diferenciar cada grupo dentro de la Iglesia pues "no es oro todo lo que reluce".

Ovejas

Las ovejas representan a los católicos fieles.

El pastor conoce a sus ov
ejas y ellas le conocen: "Yo soy el buen pastor; y conozco mis ovejas, y las mías me conocen" (Juan 10,14). El pastor "huele a oveja" porque está en medio de ellas, cuidándolas.

Resultado de imagen de ovejasLas ovejas son humildes; al oír la voz del pastor, le siguen: "Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco, y me siguen" (Juan 10,27).

Las ovejas son débiles y lo reconocen: "y yo les doy vida eterna; y no perecerán jamás, ni nadie las arrebatará de mi mano" (Juan 10,28).

Las ovejas tienen un “manto” de lana que les cubre el cuerpo pero es un manto sensible, algo que puede perder si las trasquilan. El manto es la presencia invisible de Dios en nosotros.

Las ovejas tienen una apariencia fuerte, pero trasquiladas, son flacas y feas. Es cuando se ve su verdadera naturaleza pecaminosa.

Las ovejas necesitan defensa permanente porque el enemigo, con frecuencia, las ataca. 

Las ovejas necesitan protección porque no tienen conciencia de los peligros del camino. Por ello, el pastor que debe estar siempre vigilando: "… aunque anden en valle sombra de muerte, no temeré mal alguno” (Salmo 23).

Las ovejas necesitan cuidados y curas: las enfermedades son una alta causa de mortalidad, por lo que el pastor debe sanarlas y prevenir que los parásitos o infecciones no les afecten.


Cabras

Las cabras simbolizan a los católicos tibios y pendencieros.

El pastor separa las ovejas de las cabras: "Pondrá las ovejas a su derecha, y las cabras a su izquierda" (Mateo 25, 33).

Imagen relacionadaLas cabras son parientes lejanos de las ovejas, tienen algo en común: son herbívoras rumiantes, o sea, comen lo mismo. Y en el Reino de Dios es así de la misma manera, todos escuchan la misma palabra… nos alimentamos de la misma Palabra.

Las cabras tienen cuernos, son peleadoras, son discutidoras y pueden herirse entre sí. 

Las cabras carecen de fosa lagrimal, símbolo de insensibilidadcuriosas e inquisitivas, y aunque comen lo mismo que las ovejas y son parecidas, se comportan de manera muy diferente. Parecen más inteligentes, pero solo tienen hábitos distintos de comportamiento biológico-natural que las caracterizan y les permiten mejor supervivencia, en el medio silvestre. 

Las cabras son más independientes que las ovejas, que usualmente tienen mayor acercamiento con el humano. Y en este sentido, las personas a menudo consideran tontas a las ovejas por su fuerte instinto gregario (mentalidad de grupo), ya que una oveja separada del resto de su manada se vuelve agitada y nerviosa. Eeste fuerte instinto gregario o de grupo, su mejor defensa contra los depredadores.


Lobos

El lobo es un animal usado para simbolizar al maligno, es decir, al Diabloque viene a robar, matar y destruir (Juan 10,10). Aunque hay otros lobos que le siguen y obedecen, que pueden ser laicos o sacerdotes.
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El lobo nunca actúa directamente, sino que usa a las ovejas (personas): “Id; he aquí yo os envío como corderos en medio de lobos” (Lucas 10,3; Mateo 10,16); “Porque yo sé que después de mi partida entrarán en medio de vosotros lobos rapaces, que no perdonarán al rebaño” (Hechos 20,29).

El lobo es un animal nocturno, actúa de noche, o sea, encubiertamente. Sabe que las ovejas están dormidas o no son capaces de ver en la oscuridad. Actúa siempre por detrás, por eso las personas más nocivas no son las de mal carácter (cabras), porque son así y sabemos cómo son… sino los que actúan encubiertamente, los que murmuran, los que tienen doble cara, doble personalidad, es decir los lobos; esos pueden ser muy peligrosos."Cuidaos de los falsos profetas. Vienen a vosotros disfrazados de ovejas, pero por dentro son lobos feroces"(Mateo 7,15); "Por sus frutos los conoceréis" (Mateo 7,16). 

El lobo es rapaz, o sea destructivo, no tiene compasión. Dejará siempre un rastro de angustia, dolor y quebranto de corazón dondequiera que vaya.

El lobo es carnívoro, es insaciable, nunca dice que no, donde puede, devora, y devora sin parar!! Y en las parroquias es donde tienen presas disponibles, "carnaza" para darse un "festín".

El lobo es siempre lobo. No importa lo bueno, dulce y agradable que parezca. No importa si parece manso o tiene piel de oveja. No importa si es laico, sacerdote u obispo. Puede tener muchos dones y atractivos pero, el lobo es siempre lobo. 
Un rebaño no puede ser pastoreado si hay lobos dentro de él porque:

-la voz del lobo y de las ovejas son incompatibles El lobo aúlla elevando su hocico al cielo (se enmascara de espiritualidad, de bondad y habla alto), la oveja "bala" y dirige su cabeza hacia el suelo como símbolo de sumisión (acata y obedece).
-la mirada de ambos, también: la mirada del lobo es penetrante y desafiante. Si una oveja le mira a los ojos, seguro que la ataca.
-la dieta de ambos es también distinta: el lobo es carnívoro mientras que la oveja es herbívora, por lo que al final, el lobo devorará a las ovejas. Sí o sí.
Por desgracia, en toda parroquia siempre hay algún lobo, y muchas veces, más de uno porque suelen vivir en manada siempre peleando entre sí, pero sólo el "lobo Alfa" es el que manda y procura luchar por tener la máxima autoridad. El resto de los lobos, le siguen y obedecen.
El lobo siempre está "hambriento" y "codicia" las ovejas.  Se adapta bien a su entorno, pareciendo no ser peligroso a sus potenciales víctimas y haciendo amistades entre las inocentes ovejas.

Para distinguirlo en el rebaño existen claros signos: cuando surgen las críticas, las murmuraciones, las opiniones, las divisiones, el descontento, el desánimo o la falta de compromiso. El lobo tiene un gran poder para destruir y dividir una parroquia.

Aprovechando toda esta "oscuridad" de problemas, los lobos aparecen como las víctimas propiciatorias y en ella, saben ocultarse y actuar; callan y se esconden para no ser descubiertos; buscan un lugar elevado, una roca grande, para desde ese anonimato, observar a sus presas y convertirse en juez de lo bueno y lo malo.

El resto de la manada, sean lobos o lobeznos, suelen "gruñir" para demostrar su desaprobación sobre lo que no le gusta, sobre “los errores en la iglesia”, y sobre lo que debería cambiar. Suelen "merodear" alrededor de las ovejas más débiles del rebaño o las más jóvenes del grupo, y haciéndoles caer en engaños y falsas doctrinas, las "hieren", "derraman sangre", escandalizan y producen mucho dolor.

Los lobos odian el agua. El agua simboliza la Palabra de Dios y el Espíritu Santo. El lobo rechaza ambos y tiene serios problemas para “nadar en aguas profundas”, por eso es la mejor forma de refugiarse de él.

Perros guardianes

Una de las mayores defensas que tiene un pastor es un perro guardián. Por supuesto, el perro guardián,  debe tener mucho coraje y valentía para defender al rebaño (Iglesia) del lobo sin miedo, con decisión y dispuesto a defender el territorio (Fe católica) con pasión. 

Resultado de imagen de perros guardianes rebañoAma y obedece a Dios, a su pastor y a la Iglesia en general. Firme en la verdad y correcto en el trato. A veces, es suficiente con enseñar los dientes o ladrar para silenciar y ahuyentar al lobo. 

No busca popularidad sino que cumple con su misión: defender al rebaño y al redil. Sabe que “los lobos” no vienen a integrarse, sino a adueñarse del rebaño para devorarlo.

El “perro guardián” es un católico comprometido, puede ser un diácono, un vicario parroquial, un consagrado o un laico.

¿Cómo impedir que los lobos entren en el rebaño?

Como nos advierte el apóstol Pablo, impedirlo... es imposible: “Porque yo sé que después de mi partida entrarán en medio de vosotros lobos rapaces, que no perdonarán al rebaño” (Hechos 20, 29-30).

No dice: "tal vez, ni probablemente", sino: "Yo sé que entrarán". Entrarán e intentarán adueñarse del rebaño. Van a las parroquias y "devoran" a: 

-las ovejas de otros rediles, recién convertidos y todavía sin demasiada experiencia, formación y fe.

-los corderos, jóvenes que desean una parroquia “divertida”.

-las cabras, cuya ilusión siempre fue convertirse en lobos. Buscan una "iglesia a su medida" y quieren cambiar incluso la doctrina, aparentando ser muy espirituales. Para ellas, los lobos son algo así como los "purificadores" del rebaño y del redil.

-las ovejas que no quieren madurar y prefieren ser corderos, como los describe el apóstol en Hebreos 5,11-14. 


Aprender a distinguir a quienes están dentro del rebaño es vital para su supervivencia.

jueves, 23 de marzo de 2017

PELAGIANISMO: EL ENEMIGO EN CASA

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La Palabra de Dios nos avisa continuamente de que el enemigo está muy cerca de nosotros, en la propia casa de Dios: 

"Mirad que os envío como corderos en medio de lobos" (Lucas 10,3).

"Yo sé que después de mi partida introducirán entre vosotros lobos crueles, que no perdonarán al rebaño, y que de entre vosotros mismos surgirán hombres que enseñarán doctrinas perversas con el fin de arrastrar a los discípulos en pos de sí" (Hechos 20, 29-30).

"Guardaos de los falsos profetas, que vienen a vosotros con vestido de oveja y por dentro son lobos rapaces" (Mateo 7, 15).

"Sus sacerdotes han violado mi ley y profanado mis cosas sagradas; no han hecho diferencia entre lo sagrado y lo profano, ni han enseñado a distinguir entre lo puro y lo impuro; se han tapado los ojos para no ver mis sábados, y yo he sido deshonrado en medio de ellos" (Ezequiel 22, 23).

También el Papa Francisco continuamente nos alerta sobre el peligro en la Iglesia y le pone nombre: pelagianismo. Una herejía condenada por el Vaticano hace siglos y que, sin embargo, está enraizada sutil y sibilinamente en muchas de nuestras parroquias, afectando tanto a sacerdotes como a laicos.

Básicamente, un pelagiano:
    -piensa que el amor de Dios, el cielo y la santidad se ganan por méritos propios, más que por la Gracia divina. 
    -"hace", en lugar de "dejarse hacer", se envuelve en actividades acordes a sus gustos y a sus dones, en lugar de confiar en el "poder de lo alto", en la acción del Espíritu Santo.

    -"quiere", en lugar de "dejarse querer" por Dios. Pone su confianza en sí mismo, en sus talentos y en sus méritos.

    -llega a convencerse de que Dios le da las gracias por sus obras, como si Dios dependiera de nosotros, nos necesitara o nos tuviera que agradecer algo.

    -se envuelve en una falsa espiritualidad que no hace sino esconder una verdadera idolatría: la del "yo". 

    -siempre habla en primera persona del singular y en mayúsculas (YO) y nunca en tercera persona  (DIOS).

    -trata de comprar su santidad, de "ganar" su salvación por sí mismo, en lugar de aceptar que es Cristo quien nos las regala.

    -piensa que Adán y el pecado original son una fábula y por ello, no se necesita la misericordia divina.

    -asegura que la Gracia se merece y se gana, y que los frutos resultantes son consecuencia de los méritos adquiridos.

    -sólo piensa en su ego: "YO le pido a Dios la Gracia para hacer YO lo que YO tengo que hacer, con lo cual soy YO el que me salvo, ayudado por la Gracias, pero soy YO el protagonista, el que me gano mi salvación".

    -está muy lejos de vivir la plenitud de la Gracia tal como la experimentó la criatura más perfecta de la creación, la Virgen María: "Hágase en mí". Ella vivió la Gracia trabajando en ella.

    -"oye", pero "no escucha"Es incapaz de entrar en esa dimensión en la que el protagonista es el Espíritu Santo. 

    -"razona" pero "no experimenta el amor de Dios". Tiene el corazón tan endurecido por el racionalismo que es incapaz de dejarle entrar en él al Señor. 

    -tiene la osadía de poner condiciones a Diosincapacitándose para recibir al Espíritu Santo y para comprender que nada es obra nuestra, sino de Dios.

    -se coloca la mochila pesada de la salvación sobre sus espaldas en lugar de ponerla a los pies de Jesús en la cruz.

    -coloca su "yo" en el centro de su vida espiritual, poniendo el énfasis en sus sacrificios, en sus esfuerzos, en sus quejas y agotamientos por todo lo que hace .

    -está tan ocupado en sí mismo y su vida no gira en torno a Dios porque la tensión y la exigencia con la que vive su "fe de ganancias" le sumergen en una espiral de cumplimiento e hiperactividad.

    -es incapaz de saborear la alegría porque la pesada carga que se impone le angustia, la vida le agota, el trabajo le estresa, la fe le cansa; ni vivir la paz que supone descansar en los brazos de un Padre misericordioso. 

    -es incapaz de vivir la alabanza, de compartir la fe con otros, de tener una experiencia real y personal de Cristo Resucitado. 

    -cae con frecuencia en la acedia, en la pereza y en la desgana. "Vive quemado", o peor, es "un muerto en vida", un "zombie espiritual".

    -ve la Oración, la Eucaristía, la Adoración, los Sacramentos, el Servicio y todas las prácticas cristianas habituales como una obligación, como algo que debe hacer para ganar su medalla, su pódium, su derecho al cielo.

    -se cree un buen cristiano y se sobre-valora, como un ejemplo de fe a seguir.

    -hace seguidores suyos en lugar de discípulos de Cristo.

    ¡CUIDADO CON EL PELAGIANISMO!

    martes, 4 de octubre de 2016

    ¿DEBE UN CRISTIANO TOMARSE LA JUSTICIA POR SU CUENTA?



    "No devolver a nadie mal por mal...
    no tomando la justicia por cuenta vuestra, queridos míos,
     antes bien, vence al mal con el bien"
    (Romanos 12, 17-21)

    La cuestión no es si un cristiano puede o debe usar la fuerza en legítima defensa, en la defensa de su familia, de sus amigos o de sus hermanos en la fe. 

    La cuestión es que adopte su enfoque, su conducta y su actitud desde el corazón de la vida cristiana: la Palabra de Dios.

    A través San Pablo

    Cristo nos llama a sus seguidores a no vengarnos, a no dejar lugar a la ira y devolver bien por mal

    Nuestro Creador nos revela el valor supremo de su Hijo y su salvación, en la gracia especial de un pueblo cristiano que se confía a su cuidado, aunque sufra injustamente. 

    "No devolver a nadie mal por mal; procurando el bien ante todos los hombres: en lo posible, y en cuanto de vosotros dependa, en paz con todos los hombres;no tomando la justicia por cuenta vuestra, queridos míos, dejad lugar a la Cólera, pues dice la Escritura: Mía es la venganza: yo daré el pago merecido, dice el Señor. Antes al contrario: si tu enemigo tiene hambre, dale de comer; y si tiene sed, dale de beber; haciéndolo así, amontonarás ascuas sobre su cabeza. No te dejes vencer por el mal; antes bien, vence al mal con el bien". (Romanos 12, 17-21)
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    Nos enseña a soportar como Él la persecución sin resistencia armada, sino más bien con el sufrimiento gozoso, la oración y la palabra de Dios.

    "Señor, mira sus amenazas, y concede a tus siervos que hablen tu palabra con toda confianza, mientras extiendes tu mano para curaciones, señales y prodigios mediante el nombre de tu Jesús santo siervo. Y cuando había orado, el lugar en el que estaban reunidos fue sacudido, y todos fueron llenos del Espíritu Santo y continuó a hablar la palabra de Dios con confianza". (Hechos 4, 27-31)

    A los apóstoles, los golpearon y les intimaron para que no hablasen en el nombre de Jesús, les encarcelaron y luego, los pusieron en libertad. Entonces salieron gozosos de haber sido arrestados por ser dignos de padecer por el nombre de Jesús. (Hechos 5, 40-41)


    A través de San Pedro

    Nos advierte que los cristianos nos encontraremos a menudo en situaciones en las que deberemos esperar y aceptar el maltrato injusto sin represalia.

    Antes de devolver mal por mal, con nuestras objeciones y réplicas, debemos hacer un esfuerzo, en consideración a Dios, por tolerar, por escuchar, por devolver bien por mal

    "Porque bella cosa es tolerar penas, por consideración a Dios, cuando se sufre injustamente." (1 Pedro 2,19)

    "No devolváis mal por mal, ni insulto por insulto; por el contrario, bendecid, pues habéis sido llamados a heredar la bendición."(1 Pedro 3,9)

    Debemos contestar desde nuestros corazones, a través de la oración, si nos preguntan por nuestra fepero debemos hacerlo con dulzura y respeto

    "Al contrario, dad culto al Señor, Cristo, en vuestros corazones, siempre dispuestos a dar respuesta a todo el que os pida razón de vuestra esperanza. Pero hacedlo con dulzura y respeto. Mantened una buena conciencia, para que aquello mismo que os echen en cara, sirva de confusión a quienes critiquen vuestra buena conducta en Cristo." (1 Pedro 3, 15-16)
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    "Es mejor sufrir por hacer el bien, si tal es la voluntad de Dios, que haciendo el mal." (1 Pedro 3,17).

    "Alegraos en la medida en que participáis en los padecimientos de Cristo, que es posible que también sea alegría y júbilo, cuando se manifieste su gloria."(1 Pedro 4,13)

    Si sufrimos persecución o mofa, no debemos avergonzarnos sino alegrarnos por participar con Cristo en la cruz. Y todo para dar gloria a Dios por ser cristianos y encomendarnos a Él.

    "Queridos, no os extrañéis del fuego que ha prendido en medio de vosotros para probaros, como si os sucediera algo extraño, sino alegraos en la medida en que participáis en los sufrimientos de Cristo, para que también os alegréis alborozados en la revelación de su gloria." (1 Pedro 4,12-13)

    "Si sois vituperados por el nombre de Cristo, sois bienaventurados...Si alguno padece como cristiano, no se avergüence, sino glorifique a Dios en este nombre...Que los que padecen según la voluntad de Dios, encomienden sus almas al fiel Creador, y hagan el bien." (1 Pedro 4,14-19)

    El objetivo que Pedro trata de exhortarnos a los cristianos como "extranjeros y peregrinos" en esta tierra, no es que pongamos nuestra esperanza en nuestra propia justicia, sino que sepamos sufrir como Cristo y mostremos que nuestro tesoro está en el cielo, no en la defensa propia.

    A través de San Lucas 
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    Nos asegura que seremos perseguidos y que tendremos hostilidad y violencia por causa de su nombre, pero todo su consejo se basa en cómo manejar la situación a través del sufrimiento y del testimonio, no con la defensa armada.


    "Os echarán mano y os perseguirán, entregándoos a las sinagogas y cárceles y llevándoos ante reyes y gobernadores por mi nombre; esto os sucederá para que deis testimonio. Proponed, pues, en vuestro corazón no preparar la defensa, porque yo os daré una elocuencia y una sabiduría a la que no podrán resistir ni contradecir todos vuestros adversarios. Seréis entregados por padres, hermanos, parientes y amigos, y matarán a algunos de vosotros, y seréis odiados de todos por causa de mi nombre. Pero no perecerá ni un cabello de vuestra cabeza. Con vuestra perseverancia salvaréis vuestras almas. (Lucas 21, 12-19)

    A través de San Mateo

    Nos asegura que su rebaño está entre lobos y dice que seamos prudentes y sencillos.
    "Mirad que yo os envío como ovejas en medio de lobos. Sed, pues, prudentes como las serpientes, y sencillos como las palomas. Guardaos de los hombres, porque os entregarán a los tribunales y os azotarán en sus sinagogas; y por mi causa seréis llevados ante gobernadores y reyes, para que deis testimonio ante ellos y ante los gentiles. Mas cuando os entreguen, no os preocupéis de cómo o qué vais a hablar. Lo que tengáis que hablar se os comunicará en aquel momento.Porque no seréis vosotros los que hablaréis, sino el Espíritu de vuestro Padre el que hablará en vosotros. Entregará a la muerte hermano a hermano y padre a hijo; se levantarán hijos contra padres y los matarán. Y seréis odiados de todos por causa de mi nombre; pero el que persevere hasta el fin, ése se salvará." (Mateo 10, 16-22).


    Jesús dijo a [Pedro], "Vuelve tu espada a su lugar. Para todos los que toman la espada perecerán por la espada"(Mateo 26,52).

    Resultado de imagen de esperanza en el cieloEl apóstol nos dice que los cristianos se regocijan en la persecución porque tenemos puesta nuestra esperanza en el cielo en lugar de en la tierra, intentando defendernos.

    Esta es la raíz de poner la otra mejilla y amar al enemigo.

    "Habéis oído que se dijo: Ojo por ojo y diente por diente. Pues yo os digo: no resistáis al mal; antes bien, al que te abofetee en la mejilla derecha ofrécele también la otra (Mateo 5, 38-39)

    "Habéis oído que se dijo: Amarás a tu prójimo y odiarás a tu enemigo. Pues yo os digo: Amad a vuestros enemigos y rogad por los que os persigan, para que seáis hijos de vuestro Padre celestial, que hace salir su sol sobre malos y buenos, y llover sobre justos e injustos."
     (Mateo 5, 44-45).

    "Bienaventurados seréis cuando os insulten y os persigan y digan con mentira toda clase de mal contra vosotros por mi cuenta. Alegraos y regocijaos, porque vuestra recompensa será grande en los cielos, porque así persiguieron a los profetas que fueron antes de vosotros". (Mateo 5, 11-12)

    A través de San Juan

    Nos prepara el escenario para una vida de peregrinación en esta tierra en la que damos testimonio de que este mundo no es nuestro hogar, y no es nuestro reino, renunciemos a la imposición de nuestra causa cristiana con la espada.

    "Mi reino no es de este mundo. Si mi reino fuera de este mundo, mis servidores pelearían para que yo no fuera entregado a los judíos. Pero mi reino no es de este mundo" (Juan 18,36).


    Entonces, ¿debemos tomarnos la justicia por nuestra cuenta?

    NO, absolutamente NO.

    La Palabra nos dice que Dios suplirá todo lo que nos falte conforme a la gloria en Cristo Jesús. (Filipenses 4,19) y que Dios permite el uso de la espada por parte del Estado en la defensa de la justicia (1 Pedro 2,13-17; Romanos 13, 1-4). 

    Dios se dirige a las personas a las que la Biblia llama "los refugiados y exiliados" en la tierra, a saber, los cristianos y nos dice claramente que nuestras armas no son materiales, sino espirituales (2 Corintios 10, 4).