¿QUIÉN ES JESÚS?

La vida de Jesús siempre ha suscitado preguntas a lo largo de los últimos dos mil años.

¿Cómo pudo un carpintero que fue ejecutado por los romanos convertirse en el hombre más famoso de la historia?
¿Fue Jesús alguien verdaderamente real?
¿Cómo puede Dios ser un hombre al mismo tiempo?
¿De qué manera podría esto tener algún sentido para mi vida?

Estas son algunas pero queremos que nos cuentes las tuyas.

miércoles, 8 de julio de 2015

“ID Y HACED DISCÍPULOS”




Evangelizar hoy en nuestra España, tradicional y culturalmente católica, significa, más bien, el "regreso a casa" de muchos bautizados que han salido huyendo de la Iglesia y a quienes llamamos: "tibios", "alejados", "enfriados".

La mayoría de ellos son católicos "sacramentales", que conforman la significativa cifra estadística del 80% de la población española, como miembros bautizados de la Iglesia, pero que sólo acuden a la Iglesia en los momentos clave de su vida: BAUTISMO, 1ª COMUNIÓN, MATRIMONIO y FUNERAL.

¿Se trata pues, de una forma de entender el cristianismo de forma superficial e individual, una fe hecha a la medida de cada uno? 

¿Ha sabido la Iglesia trasmitir el mensaje de Jesús, de una manera actual, a las nuevas generaciones?

Muchos de estos cristianos se han aburrido de ver que la Iglesia no ha sabido transmitir el kerigma con los modos, maneras y lenguaje del siglo XXI sino utilizando formas caducas, estilos obsoletos y estructuras de otras épocas.

Entonces ¿qué ha fallado? ¿la metodología o la teología?

Durante gran parte de la historia reciente, la Iglesia ha dado por supuesto que los fieles debían ser quienes acudieran a los templos, sin más; olvidando el mensaje que Jesús dio a sus discípulos: "Id y haced discípulos" (Mateo 28,19). Él no esperó sentado en un templo a que vinieran sus discípulos o que la muchedumbre se acercara. Tampoco se sentó con los que conocían a la perfección la LEY. Cristo cambió el método: salió al encuentro de los más necesitados y llevó el mensaje del Padre "a las periferias".

Por eso, hoy, en una sociedad postmoderna, es ineludible y necesario un cambio de metodología: un "salir a su re-encuentro", para abrazarles, para atenderles, para interesarnos por sus problemas, para que recuperen la dignidad de hijos de Dios y descubran su amor, su misericordia, de forma natural, no artificial, no forzada.

“Pero convenía celebrar una fiesta y alegrarse, 
porque este hermano tuyo estaba muerto, y ha vuelto a la vida; 
estaba perdido, y ha sido hallado". 

(Lucas 15,32)



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