¿QUIÉN ES JESÚS?

La vida de Jesús siempre ha suscitado preguntas a lo largo de los últimos dos mil años.

¿Cómo pudo un carpintero que fue ejecutado por los romanos convertirse en el hombre más famoso de la historia?
¿Fue Jesús alguien verdaderamente real?
¿Cómo puede Dios ser un hombre al mismo tiempo?
¿De qué manera podría esto tener algún sentido para mi vida?

Estas son algunas preguntas, pero aquí tienes un espacio para formular las tuyas.
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lunes, 5 de febrero de 2018

MI PANDA ES...



"Eran constantes en escuchar la enseñanza de los apóstoles, 
en la unión fraterna, en partir el pan y en las oraciones...
Todos los creyentes vivían unidos y lo tenían todo en común...
Todos los días acudían juntos al templo, 
partían el pan en las casas, 
comían juntos con alegría y sencillez de corazón, 
alabando a Dios y gozando del favor de todo el pueblo. 
El Señor añadía cada día al grupo 
a todos los que entraban por el camino de la salvación."  
(Hechos 2, 42-47)

Mi panda es un grupo de fe que debe su nombre a la Virgen María, quien unió a unos cristianos comprometidos, fruto de una propuesta evangelizadora.

Mi panda es un grupo de esperanza en las promesas de Jesucristo y de compromiso incondicional con Dios y con el prójimo.

Mi panda es un grupo de amor abnegado y desinteresado, donde se comparten alegrías y tristezas, risas y lloros, enfados y reconciliaciones, sueños y anhelos.

Mi panda
 es un grupo de libertad donde no existen liderazgos ni jerarquías, donde no hay estatutos ni normas, más allá del cumplimiento de la voluntad y los mandamientos de Dios.

Mi panda es un grupo de intimidad, de amistad y de fraternidad abierto a todos, que camina a la Luz de Dios y abierto a su Gracia.

Mi panda es un grupo de esclavitud y de vidas consagradas a María, en María, por María y para María hacia la madurez espiritual y la santidad.

Mi panda es un grupo de oración y adoración, de acogida y acompañamiento, de servicio y entrega, de viajes y peregrinajes, de visión y misión.

Mi panda es un grupo de alegría a la luz del Evangelio unido por el vínculo perfecto del amor de Cristo y de María.

Mi panda es un grupo de soldados inasequibles al desaliento, de valientes y audaces, de apóstoles y discípulos misioneros que sirven a Dios y a su Iglesia. 


Mi panda es...  la panda la Virgen












domingo, 12 de junio de 2016

CRISTIANOS MADUROS Y COMPROMETIDOS


La voluntad de Dios al crear el universo es que todo crezca, se desarrolle, madure y llegue a la plenitud.

Su propósito (y el nuestro) es que todos alcancemos la madurez espiritual y llegar a la santidad, a la perfección. Nuestra meta es parecernos a Jesucristo.  

Pero ser un miembro estable de una parroquia no significa ser un miembro maduro: el crecimiento espiritual no se adquiere sólo con asistir a misa regularmente ni tampoco de forma automática. Es un proceso lento que se desarrolla "poco a poco", en el que no existen atajos y que dura toda la vida

Requiere compromiso, tiempo y esfuerzo: comprometerse con Dios y trabajar para Él, comprometerse con algo que realmente dé significado a nuestras vidas y que nos apasione. "Sin pasión no hay compromiso".

La madurez espiritual no está reservada a los "super-santos". Cualquiera cristiano puede madurar si desarrolla los hábitos necesarios: mantenerse en forma y ejercitarse espiritualmente. Hábitos que requieren disciplina pero que debemos saber disfrutar más que sufrir.

La madurez espiritual se demuestra más por el comportamiento que por las creencias. Debemos tener la convicción y el carácter para poner en práctica lo que sabemos. El discipulado comienza por una decisión sincera de seguir los pasos de Cristo entregándose por completo a Dios (Rom 6,13). 

Es el fruto y no el conocimiento lo que demuestra la madurez de una persona, y ello sólo se consigue en comunidad. Las relaciones fraternas unen, conectan y vinculan a través del amor de Dios hacia nosotros y del amor entre nosotros.

La madurez espiritual implica: tener un corazón que ame, adore, alabe y agradezca a Dios; construir y disfrutar relaciones de amor; usar nuestros dones y talentos al servicio de Dios y de los demás; y compartir nuestra fe con el mundo.

La madurez espiritual se alcanza a través de cinco niveles de aprendizaje: 
  • FORMACIÓN (qué). Conocer lo que Dios ha dicho y ha hecho. Saber qué debemos hacer.
  • PERSPECTIVA (por qué). Comprender y discernir por qué lo ha dicho o lo ha hecho. Saber por qué debemos hacerlo.
  • CAPACIDAD (cómo). Practicar las habilidades, dones y talentos que Dios nos ha dado. Saber cómo ponerlo en práctica.
  • CONVICCIÓN (para qué). Desarrollar las razones por las cuales hacemos lo que hacemos. Saber el propósito.
  • CARÁCTER (por quién). Alcanzar el carácter de Cristo. Transformar nuestras vidas y el mundo con los dones del Espíritu.

El propósito de un cristiano maduro es que lo sabe, lo comprende, lo cree y lo hace.

lunes, 23 de mayo de 2016

EL CARÁCTER CRISTIANO: TOMA TU CRUZ



"Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, 
tome su cruz y sígame. 
Porque quien quiera salvar su vida, la perderá, 
pero quien pierda su vida por mí, la encontrará. 
Pues ¿de qué le servirá al hombre ganar el mundo entero, si arruina su vida? 
O ¿qué puede dar el hombre a cambio de su vida?" 
Mateo 16, 25-26



El apóstol nos muestra cuál es el verdadero "estilo cristiano", la manera en que Jesús ya ha recorrido antes el camino hacia la plenitud. El "carácter cristiano" es el propio de Jesús, quien nos ha dado ejemplo negándose a sí mismo, tomando su Cruz y dando su vida por el mundo entero. 



El jueves pasado, durante la Adoración del Santísimo, puse ante el Señor mi preocupación ante la disyuntiva de acudir a verle en mi retiro de silencio anual o quedarme en casa a ver la final de la Champions League. 

Ambas opciones me apasionan pero sentía que debía optar entre ambas por una sola. 

Mientras escuchaba las meditaciones en silencio, mi corazón me decía: ¿de qué te sirve ganar la Champions si me pierdes a mí? ¿y tu que ganas con ella? ¿quieres disfrutar de un placer temporal o de uno eterno? ¿quién te dará la vida? ¿tu equipo o Yo?

En un instante lo tuve claro: "si le quiero, si he sentido su amor, si estoy implicado en seguir sus pasos y su ejemplo, si busco la plenitud, no puedo hacerlo a tiempo parcial, cuando me venga bien o cuando no entorpezca mis placeres". 

El texto me susurraba tres cosas que Jesucristo mismo ya hizo POR MÍ:
  1. “Negarme a mí mismo”. Me llama a no anteponer nada a Él, a ponerle en primer lugar. Mi humanidad pecaminosa y mi orgullo me piden anteponer el partido, negarle como Pedro, olvidarme de Él por una noche, hasta que cante el gallo. Sin embargo, Él, teniéndolo todo, se lo negó POR MÍ.
  2. “Tomar mi (propia) cruz”. Está en mi libre decisión implicarme en no buscar mi comodidad o mi placer. Significa estar dispuesto a ir hasta las últimas consecuencias por sostener mi "sí" a Jesús. Él lo hizo: se sacrificó y dio su vida "hasta el extremo" para transformar el sufrimiento en una fuente inagotable de vida; y lo hizo POR MÍ.
  3. “Seguirlo”. Tengo claro que mi objetivo y mi prioridad son seguir sus pasos para alcanzar su promesa de vida plena. Él dejó todo, su divinidad, su inmortalidad y su trono POR MÍ.
Esa imagen de "felicidad" no puede convertirse en sí misma en un fin para mí. Debo moldear mi vida entera, en toda ocasión hacia la Cruz para recibir allí la vida resucitada. 

La Cruz (mi compromiso con Él) no sólo es simplemente para que la contemple sino para hacerla realidad en cada momento de mi vida. De esa manera, soy partícipe con Jesús tanto en la muerte a la "vida terrenal" (las cosas materiales y de este mundo) como en la resurrección a la plenitud que hay tras la Cruz.

Aún así, le pido, que si es su voluntad, mi equipo gane la Champions.

¿Testarudo como Pedro?


jueves, 30 de julio de 2015

EN VACACIONES, SIGO SIENDO CRISTIANO





Hoy comenzamos nuestras merecidas vacaciones en familia y en la playa. 

Las vacaciones son un momento idóneo para reponer fuerzas físicas, psíquicas y espirituales; nos devuelven la libertad interior que el ajetreo de la rutina diaria nos quita a lo largo del año; nos devuelven, por unas semanas, la tranquilidad que nos es arrebatada por las esclavitudes y deberes mundanos. 

Y...la idea de no hacer nada nos tienta.

Pero qué mejor ocasión de tranquilidad y sosiego, donde la familia está reunida como primera célula de comunidad cristiana, para poder reflexionar y buscar juntos al Señor. 

Estrechar mucho más los lazos familiares, crecer en comunicación entre sus miembros y ayudar a aquel que más lo necesite; para "orar en bañador", para "broncearnos de Dios", para mirar a Jesús con las gafas de la fe, recibirle en chanclas y celebrar con Él en el "chiringuito". 

Las vacaciones no son un tiempo fuerte de meditación y arrepentimiento, como lo son el adviento y la cuaresma. Sin embargo, nos podemos acercar a Dios en la tranquilidad de nuestro descanso. Todo descanso viene de Dios.

Hagamos que nuestras vacaciones sean un espacio “de regeneración para el cuerpo y el espíritu; una oportunidad para descansar en el Señor y regresar pletóricos.

viernes, 17 de julio de 2015

CRISTIANOS "FULL-TIME"





“Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia,
y todas estas cosas os serán añadidas.”

Mateo 6:33

Algunos católicos vivimos una vida cristiana común y corriente. Creemos en Dios, vamos a la iglesia, educamos a nuestros hijos en la fe, etc. Dios forma “una parte” de nuestra vida, junto con el resto de las otras actividades importantes (el trabajo, los estudios, actividades familiares y el entretenimiento, etc.). Somos cristianos "part-time" (a tiempo parcial).

Cuando conocemos realmente a Cristo y tenemos un encuentro personal con Él, nos transformamos y nos convertimos en discípulos misioneros, nos involucramos y nos comprometemos de lleno en las cosas del Señor. 

Dios comienza a tomar prioridad en nuestras vidas. Nos reunimos regularmente, oramos y buscamos cualquier oportunidad para servir al Señor con nuestro tiempo, dones y talentos. Somos cristianos "full-time" (a tiempo completo).

¿Cuántas horas dedicamos al día a respirar? ¿Acaso no nos da la vida para hacer que nuestro cuerpo viva? ¿Cuántas horas al día dedicamos a ser cristianos? ¿Acaso no nos da la vida para las cosas de Dios? 

De la misma forma que no podemos estar medio vivos, tampoco podemos ser medio cristianos, no vale el término medio: vivos del todo, vivos en todos los momentos del día.

En Juan 14,6 Cristo nos dice que "Él es la Vida". Cristo nos llena el día entero. Vivimos de Jesucristo como el cuerpo vive del pan, del agua y del aire. Sin Jesucristo, ni sabríamos vivir...

No podemos hacer trampa a Jesucristo. Por tanto no podemos ser cristianos (estar vivos) sólo parte del día. No podemos demandar un Dios a tiempo completo y nosotros estar a tiempo parcial. Dios está siempre en casa o en el despacho, en la sacristía o en el templo, en nuestra ciudad o en nuestras vacaciones... Tenemos que estar vivos a tiempo completo, tenemos que ser cristianos "full-time".


"En cualquiera cosa que hagas, tenlo presente: 
él aplanará tus caminos."

Proverbios 3, 6