¿QUIÉN ES JESÚS?

La vida de Jesús siempre ha suscitado preguntas a lo largo de los últimos dos mil años.

¿Cómo pudo un carpintero que fue ejecutado por los romanos convertirse en el hombre más famoso de la historia?
¿Fue Jesús alguien verdaderamente real?
¿Cómo puede Dios ser un hombre al mismo tiempo?
¿De qué manera podría esto tener algún sentido para mi vida?

Estas son algunas pero queremos que nos cuentes las tuyas.

domingo, 5 de abril de 2020

APOCALIPSIS: CLAVE DE INTERPRETACIÓN


"El que tenga oídos, oiga lo que el Espíritu dice"
(Apocalipsis 2,7)


La clave para interpretar los misterios, símbolos y figuras del Apocalipsis está en escuchar lo que Cristo quiere decirnos, como nos insiste a lo largo de sus cartas dirigidas a las siete iglesias, es decir, a todos nosotros.

En el capítulo 17, 9 nos dice también: "Se requiere inteligencia y sabiduría". Y ambas son dones del Espíritu, al que debemos escuchar y pedir para comprender.


Explicación de Benedicto XVI


Benedicto XVI nos dice que Cristo nos llama insistentemente, hasta siete veces, "El que tenga oídos que oiga", para que el que pueda entender, entienda lo que el Espíritu dice a la Iglesia (Apocalipsis 2,7.11.17.29, 3,6.13.22).

El Papa emérito nos dice que el Pueblo de Dios es invitado a subir al Cielo para mirar la realidad con los ojos de Dios, y aquí nos encontramos con tres símbolos, tres puntos de referencia desde los cuales leer la historia (Apocalipsis 4,1 – 5,14):

-El trono de Dios. "El trono, en el que está sentado un personaje, que Juan no describe, porque supera cualquier representación humana y sólo puede insinuar el sentido de belleza y de alegría, que se siente al encontrarse ante Él.

Este p
ersonaje misterioso es Dios, Dios Todopoderoso, que no se ha quedado encerrado en su cielo, sino que se ha acercado al hombre, estableciendo una alianza con él.Dios hace escuchar en la historia, de forma misteriosa pero real, su voz simbolizada por rayos y truenos. 

Hay varios elementos que aparecen alrededor del trono de Dios, como los veinticuatro ancianos y los cuatro seres vivientes, que constantemente dan alabanza al único Señor de la historia. El primer símbolo es, por lo tanto el trono. ” 

-El libro. "El libro que contiene el plan de Dios sobre los acontecimientos y los hombres, está cerrado herméticamente con siete sellos, y nadie es capaz de leerlo. Ante esta incapacidad del hombre de escrutar el proyecto de Dios, Juan siente una profunda tristeza que le hace llorar. 

Pero hay un remedio ante la confusión del hombre, que se siente perdido ante el misterio de la historia: alguien es capaz de abrir el libro y de iluminarlo. 

-El Cordero. Cristoel Cordero que fue inmolado en el Sacrificio de la Cruz, pero que está de pie, signo de su Resurrección. Y es precisamente el Cordero, Cristo muerto y Resucitado, que poco a poco abre los sellos y revela el plan de Dios, el sentido profundo de la historia.

Ante todos estos símbolos es normal que nos surjan numerosa
s dudas e incertidumbres, que sólo despejaremos elevando la mirada al cielo, abriendo nuestros corazones y nuestras mentes al Espíritu de Dios en oración y en la escucha atenta y esperanzada de la Palabra."

Lectura

La lectura del libro del Apocalipsis, para evitar interpretarlo desde una perspectiva errónea o interesada, debe hacerse, desde distintos planos: 

Una
 lectura literal y/o temática del libro puede dejarnos distintas impresiones y ofrecernos una idea de su estructura, pero es importante no quedarnos solamente en este nivel, sino profundizar más para una mejor comprensión. 

Resultado de imagen de description of jesus revelationUna lectura literaria nos llevará a comprender el género apocalíptico, aunque presenta algunas características que lo diferencian del resto de la literatura apocalíptica.

Una lectura histórica nos permitirá también ubicar la época del autor, el contexto en que fue escrito, junto con las crisis y sucesos que podrían haber influido en la escritura, tanto del libro en general, como de ciertos pasajes particulares.

Una lectura simbólica nos dará la posibilidad de entender también lo que para el autor representarían los numerosos simbolismos que aparecen en el libro: cósmico (sol que se torna negro), teriomórfico (el gran dragón), cromático (el blanco aplicado a Cristo), aritmético (el siete, sus fracciones y sus múltiplos), etc.

Una lectura cronológica o secuencial puede ayudarnos a dar sentido al libro y estructurarlo por partes.

Estructura

La complejidad del libro nos exhorta a poder estructurarlo según varios criterios: cristológico, secuencial y septenario.

Cristológica
Quizás sea ésta la configuración 
del texto más importante, puesto que el Apocalipsis es, ante todo, la Revelación de Jesucristo.

-Introducción. (1,1-8)
-Jesucristo resucitado es presentado. (1,9-20)
-Jesucristo habla a la Iglesia. (2 y 3)
-Jesucristo abre el libro. (4-22)

Secuencial
Atendiendo a u
na estructura secuencial, observamos secciones bien diferenciadas, en las que los símbolos cambian entre una y otra, aunque conservando un mensaje principal idéntico de esperanza:

-I
ntroducción y Presentación. (1) 
-El mensaje a las Iglesias. (2-3 )
-Las Teofanías de Dios.(4)
-El Cordero. (5)
-Los Siete Sellos. (6-8)
-Las Siete Trompetas. (8-11)
-El Dragón y las Bestias. (12-13)
-Los Vencedores. (14-15)
-Las Siete Copas. (16)
-La Prostituta y la caída de Babilonia. (17-19)
-La Derrota del Dragón. (20)
-La nueva Jerusalén. (21-22)

Septenaria
El Apocalipsis, a lo largo de todo su corpus, contiene series del número 7 o septenarios, por lo que su estructura se puede establecer también en base a los septenarios, dividida en 7 grupos, y cada grupo, a su vez, puede subdividirse en subgrupos de 7, junto con preludios e interludios.

- Los 7 espíritus que están ante el trono de Jesucristo. (1)

- Las 7 bienaventuranzas. (1, 14, 16, 19, 20 y 22)
- Las 7 aclamaciones litúrgicas a Cristo. (1, 5, 7, 11 y 19)
- Las 7 cartas a las Iglesias. (2-3)
- Los 7 sellos. (4-8 )
- Las 7 trompetas. (8-11)
- Las 7 visiones de la Mujer y el combate con el Dragón. (12 y 14)
- Las 7 copas. (15-22)
- Las 7 visiones sobre la caída de Babilonia. (17 y 19)
- Las 7 visiones del fin. (19 y 22
)

Simbología

Entre los numerosos símbolos presentes en todo el libro, propios de la literatura apocalíptica, destacan:

- los "números" (uno, un medio, tres y medio, cuatro, seis, siete, doce, mil) que tienen siempre un carácter simbólico, nunca literal. Su significado sería siempre en función del sentido que los judíos y después los cristianos del siglo I les daban.

- los "colores" (blanco, negro, rojo, verde o pálido, púrpura, escarlata) también juegan un papel importante y con un significado propio.

-
los "personajes o figuras" (el libro, el Arca de la Alianza, los septenarios, los Cuatro Jinetes del Apocalipsis, los 144 000, la primera Bestia y los Dos Testigos, la Mujer vestida de sol y el Niño, la Bestia y su número, Babilonia y la prostituta, la Nueva Jerusalén) nos descubren algunos de los misterios que Dios ha querido revelarnos.


En sucesivos artículos iremos detallando la estructura y la simbología de este libro del Apocalipsis. Primero, veremos el significado de los números y los colores, símbolos más sencillos, y después de las figuras y personajes.

viernes, 3 de abril de 2020

NICOLAITAS: LOS APÓSTATAS DE HOY

"Estos hombres...encuentran su felicidad en el placer de un día; 
hombres corrompidos e inmundos, 
se gozan en sus engaños mientras banquetean con vosotros; 
tienen sus ojos llenos de adulterio 
y no se hartan de pecar; 
seducen a los inestables; 
tienen el corazón habituado a la avaricia, son gente maldita. 
Abandonaron el buen camino, 
se extraviaron y siguieron el ejemplo de Balaam... 
les aguardan densas tinieblas. 
Con sus discursos pomposos y vacíos 
despiertan los deseos carnales y el desenfreno 
de aquellos que apenas habían logrado escapar 
de los que viven en el error. 
Les prometen la libertad, 
mientras ellos son esclavos de la corrupción, 
puesto que somos esclavos de aquel que nos ha dominado. 
En efecto, si después de haber escapado de la corrupción del mundo 
mediante el conocimiento del Señor y Salvador Jesucristo 
se dejan de nuevo envolver y vencer por ellas, 
su estado final viene a ser peor que el primero. 
Mejor les hubiera sido no haber conocido el camino de la justicia 
que, después de haberlo conocido, 
apartarse del mandamiento santo que se les había transmitido."
(2 Pedro 2, 12-22)

El término nicolaítas, mencionado en dos ocasiones en el libro del Apocalipsis, proviene del griego νικολαιτων y significa "seguidores de Nicolás". Tiene su raíz en dos palabras griegas, nico que significa "conquistar o estar sobre otros"laos que significa "pueblo, gente común". Ésta última es también la raíz de la palabra laico.

Los nicolaítas eran originarios de la ciudad d
e Éfeso y seguían a Nicolás, uno de los siete diáconos de la Iglesia primitiva de Antioquía junto con Esteban, Felipe, Prócoro, Nicanor, Timón y Parmenas (Hechos 6,5) que fueron elegidos por la Iglesia de Jerusalén. Es decir, estaban dentro de la Iglesia y formaban parte de ella.

Nicolás es la personalización griega de Balaam
, cuyo nombre significa "destructor o corruptor del pueblo" y con quien San Juan asocia en Apocalipsis 2, 14-15, y con Jezabel en Apocalipsis 2, 20

Est
os falsos profetas apostataron de la verdad de Cristo y desembocaron en la secta herética gnóstica del Antinomianismo (en contra de la Ley de Dios), una falsa doctrina que decía conocer los secretos de Satanás y que instigaba a los cristianos a no observar las prescripciones del Concilio de Jerusalén.
Estos herejes impulsaban la degradación espiritual y la perversión moral de los primeros cristianos: falta de valores morales, libre desahogo de las pasiones, desenfreno de la lujuria y la fornicación, poligamia, idolatría, espiritismo, etc.

Al
gunos padres de la Iglesia, los definen como "hombres falsos y turbadores que, ministrando bajo el nombre de Nicolás, crearon para ellos una herejía" (Victorino de Petovio). "Llevaban vidas de desenfrenada satisfacción de las pasiones" (San Ireneo).

El apóstol San Pedr
o los define como "hombres corrompidos e inmundos,  adúlteros y depravados, mentirosos y engañadores, avaros y malditos" (2 Pedro 2, 12-22). Estas mismas palabras son refrendadas en el libro de Judas.

Apostasía de hoy

No obstante, esta herejía ha perdurado durante los siglos, infiltrándose como humo de Satanás en la Iglesia de Cristo, hasta nuestros días. 

Así lo leemos en el libro de Apocalipsis, como demuestra su expulsión de la Iglesia de Éfeso (Apocalipsis 2,6), su acogida en la de Pérgamo, en la que dice San Juan que vivía el Diablo y tenía su trono (Apocalipsis 2,13-15) y su seguimiento en la de Tiatira (Apocalipsis 2, 20), hasta su fin en la Iglesia de Filadelfia, donde se derrotarán todas las herejías.
Hoy día, podemos advertir claramente la acción de estos nicolaitas en sus obras: ataques al celibato sacerdotal, connivencia con la pederastia, permisividad con las relaciones fuera del matrimonio, apoyo a las uniones homosexuales, etc.

Pero esta herejía va más allá de la d
epravación lujuriosa de la carne. Cae en la idolatría de las cosas materiales, el dinero, la fama o el poder.

Y así, se metamorfosea en un peligroso relativismo, una forma de tibieza en grado superlativo, que propugna la capacidad de un cristiano en convivir con los mandamientos de Dios y a la vez, con las inclinaciones del mundo, contradiciendo al propio Jesucristo, cuando dijo: "Nadie puede servir a dos amos, porque odiará a uno y amará al otro, o bien despreciará a uno y se apegará al otro" (Mateo 6, 24; Lucas 16,13).

Creyendo abolida la Justicia de Dios y amparándose en la eterna Misericordia divina, desoyen la rotundidad que San Juan nos muestra cuando nos habla del efecto que produce en Dios esta forma máxima de tibieza.

Son palabras muy duras: ¡A Dios le repugnan! ¡Aborrece y odia las obras de los nicolaitas!: "Conozco tus obras: no eres ni frío ni caliente. Ojalá fueses frío o caliente. Pero porque eres tibio, y no eres ni frío ni caliente, te voy a vomitar de mi boca."(Apocalipsis 3, 15-16).
Los nicolaitas son personas que han conocido a Dios, pero que, por rutina, comodidad, falta de fortaleza o de perseverancia, han abandonado el camino de la santidad y han deteriorado su alma.

También, por negligencia voluntaria y habitual ante todo lo espiritual, han perdido el amor a Dios, se han insensibilizado a la presencia de Dios y han dejado de cumplir sus mandamientos.

Esta indolente, descuidada y perezosa actitud, causant
e en gran medida de la crisis religiosa en la que vive la Iglesia hoy día, tiene sus origenes en la falta de formación, la falta de vigilancia y la falta de perseverancia, motivados por su flagrante pecado.

Esta falsa doctrina no surge en los cristianos de la noche a la ma
ñana, sino que va fraguándose a lo largo de distintas fases e impregnando, poco a poco y por completo, sus almas

1
.- Desaliento
La voluntad se debilita, el amor pierde su fuego y el espíritu cae en la indiferencia, lo que lleva irremediablemente al desaliento. 

El desaliento parte de un error de perspectiva que hace ser incapaz de ver el amor de Dios tal cual es, y que conduce al auto-convencimiento de que "eso de buscar la santidad" no es para uno, quizá para almas elegidas, pero no para cualquiera. 

2.- Conformismo
Tras el desaliento, el espíritu se relaja, se conforma y todo le da igual, nada le importaAntes le ilusionaban muchas cosas, ahora ya no. 

Su mirada se fija en los modelos mundanos, en las ideas novedosas, que invitan a tomar actitudes y comportamientos que no sean muy exigentes y que además, suelen estar alejados del ideal cristiano.
El conformismo se produce después de aceptar tendencias, ideas, costumbres, valores, actitudes y comportamientos del mundo. 

La oración y la vida interior, el apostolado y las buenas obras se vuelven aburridas, pesadas e inútiles. Consideradas una pérdida de tiempo, se posponen para dar prioridad a otras actividades aparentemente más “útiles”. 

Las prácticas de piedad quedan vacías de contenido, sin alma y sin amor. Quizás se hagan, pero más por rutina o costumbre, que por amor y temor a Dios. Se vuelve cómodo, amigo del mínimo esfuerzo y de la procrastinación.

3.- Superficialidad
La superficialidad es la actitud que desprecia toda regla o valor profundo, que procura la falta de fervor y siempre hace distinción entre lo libre y lo obligatorio. 

Cambia el esquema de valores anterior y se sustituye por otro menos valioso, pero más atractivo: llaman mucho más la atención las amistades superficiales, la diversión, la televisión, la práctica de un determinado deporte…. Ama al mundo y sus cosas, aunque afirme amar a Cristo.

4
.- Hedonismo
Se pierde la generosidad y se afronta la vida con una visión utilitaria y práctica. Sólo vale lo que reporta ganancia, comodidad, placer o satisfacción. 

El nicolaita es hiperactivo y, motivado más por la necesidad de sobresalir, que no por un deseo de hacer el bien, busca siempre el aplauso de los hombres por vanidad y no acepta la corrección.

Busca sólo su propio placer, su bienestar y su complacencia. No mira al prójimo. Su satisfación es el fin superior y fundamento de su vida. El placer es el único y supremo bien y debe ser satisfecho sin ninguna restricción.

5.- Disipación
La disipación es la vida espiritual reducida al mínimo esfuerzo, o también llamada pereza o acedía
Es la negación de la vida interior por la preocupación por las cosas exteriores, la postergación de la meditación por la crítica fácil, la falta de discernimiento por el desinterés en la formación. Sin actitud activa ni caritativa, acusa, critica y juzga a los demás. Murmura de todo y de todos. 

Es la huida de todo aquello que pueda suponer esfuerzo o sacrificio y la búsqueda de éxitos rápidos que además no exijan mucho trabajo, viviendo una fe de rutinas y  de cumplimientos

Es la negación del cielo: el cáncer de toda virtud, la destrucción de toda voluntad y el acercamiento a toda tentación. Conduce a la ociosidad, es decir, el descuido e incumplimiento de los deberes. 

6.- Aceptación del pecado venial
El alma de un nicolaita está ciega y es incapaz de ver los peligros o los pecados veniales, que acepta con toda tranquilidad.

Conoce su maldad, pero como no llega a ser pecado mortal, vive con una paz aparente, considerándose buen cristiano, sin darse cuenta de la peligrosidad de tal conducta, ya que es el detonante del pecado mortal. 

No tiene arrepentimiento ni propósito de enmienda y con esa oscuridad del espíritu, nacen muchos pecados veniales, de los que apenas se duele, pues poco a poco, se van extinguiendo la luz del juicio y la delicadeza de la conciencia. 

El examen de conciencia no se hace o se hace con ligereza y sin prestar atención. De ese modo se va amortiguando el horror al pecado mortal.

7.-Caída en el pecado mortal

Finalmente, sin ningún impedimento, su corazón se engríe, su creviz se endurece, su voluntad se deforma y su conciencia enmudece, permitiendo y aceptando toda pasión desordenada. 
Cae sin remedio en el pecado mortal, que es una trasgresión voluntaria de la Ley de Dios en materia grave, y que está resumida en los diez mandamientos.

Una rebeldía contra Dios y una aversión a Dios, del que se separan voluntariamente y buscan un goce ilícito, corrupto e ilícito de las cosas creadas.

San Pablo nos advierte contra esta falsa doctrina idólatra

"De la fornicación, la impureza, indecencia o afán de dinero, ni hablar; 
es impropio de los santos. 
Tampoco vulgaridades, estupideces o frases de doble sentido; 
todo eso está fuera de lugar. 
Lo vuestro es alabar a Dios. 
Tened entendido que nadie que se da a la fornicación, a la impureza, 
o al afán de dinero, que es una idolatría,
 tendrá herencia en el reino de Cristo y de Dios. 
Que nadie os engañe con argumentos falaces; 
estas cosas son las que atraen el castigo de Dios sobre los rebeldes. 
No tengáis parte con ellos." 
(Efesios 5, 3-7). 

"¿No sabéis que ningún malhechor heredará el reino de Dios? 
No os hagáis ilusiones: los inmorales, idólatras, adúlteros, lujuriosos,
 invertidos, ladrones, codiciosos, borrachos, 
difamadores o estafadores no heredarán el reino de Dios." 
(1 Corintios. 6,9-10).

miércoles, 1 de abril de 2020

NOS HEMOS QUEDADO HUÉRFANOS


"Hemos quedado huérfanos, sin padre
(Lamentaciones 5,3)

Hoy, una lanza nos ha atravesado el corazón y nos ha lacerado el alma. Nuestro padre espiritual y estimadísimo D. Pedro Pablo de Figueiredo, superior de los Heraldos del Evangelio en España ha fallecido, víctima del coronavirus.

Hacia el mediodía, habiendo recibido la extrema unción y la bendición in articulo mortis, su luz se ha ido apagando, como quien cede al sueño y se duerme.

Su alma se ha presentado ante Dios de las manos de María Santísima, quien con sus caricias maternales, a buen seguro le habrá ido dirigiendo hacia el Señor, con unas palabras de cariño y ternura, en su lengua materna, el portugués.

D. Pedro Pablo, no me cabe la menor duda, habrá exclamado: "¡Nossssaaaa!" como siempre decía, y con su angelical sonrisa habrá dejado escapar su habitual disposición: "¡Praesto Sum, Dominae meae!"

Con lágrimas en los ojos y con una gran tristeza, todos sus hijos espirituales y de vocación damos gracias a Dios por la vida de D. Pedro Pablo, y a la Virgen María por las gracias que le concedió en vida.

Gracias que jamás se guardó para él, sino que compartió con todos nosotros. Gracias que siempre pidió para todos sus hijos. Gracias que siempre regaló, incluso a quienes no conocía.

Nos hemos quedado huérfanos. Se nos ha ido un padre bueno. Un hombre fiel y santo. Un hombre entregado a Dios y al prójimo hasta el último suspiro de su vida. Un amigo. 

En sus últimos días, hacía suya la frase de nuestro Señor Jesús: "No he venido a ser servido sino a servir". Doy fe de que su vida ha sido un continuo servicio a Dios, a la Iglesia y al prójimo. 

Una excelsa entrega altruista y abnegada, sin buscar nunca nada para sí mismo. Una esclavitud de amor...del amor más grande: el que entrega la vida por sus amigos.

Y así se nos fue... como él mismo decía: "A Dios rogando y con el mazo dando".

El cielo gana un santo y nosotros, un preciado y valiosísimo intercesor.

Aún a pesar de nuestro inmenso dolor por esta gran pérdida, seguimos confiando plenamente en nuestro Señor y en la protección de nuestra Madre.

Descanse en paz esta bendita alma de Dios y este verdadero esclavo de María.

ME HE DADO CUENTA...

Cómo aplicar el Método de Jesús en el evangelismo | Recursos Bíblicos

Los métodos evangelizadores son medios que utiliza Dios, a través del Espíritu Santo, para hacernos copartícipes de su mensaje de amor, mostrando a otras personas a su hijo Jesucristo, por quien hace todo, y suscitando conversiones extraordinarias. 

Tras algunos años implicado en la evangelización, sirviendo a Dios y al prójimo a través de varios métodos (cenas Alpha, Emaús, Efettá, Proyecto Amor Conyugal, y otros...) creo que Dios, haciendo gala de sus renglones torcidos, nos ha parado de golpe en esto del apostolado. 

Bueno, nos ha parado en esto y en todo. Y creo que lo ha hecho para que meditemos, para que discernamos...sobre qué hacemos, interior y exteriormente. O mejor dicho qué somos. Creo que nos ha frenado en seco para hacernos ver que ahora nuestra evangelización está dirigida a nosotros mismos, y que quiere decírnoslo a través de la oración.

Meditando sobre los distintos métodos de evangelización que conozco, no dejo de cuestionarme ¿hacia dónde vamos? ¿tenemos claro el objetivo? ¿son eficaces? o ¿estaremos perdiendo el tiempo? ¿estaremos instrumentalizando a Dios? ¿estaremos desvirtuando su propósito?
Cristiane falando de...: Oscip Potiron
Tengo la seguridad de que son experiencias impactantes y novedosas, que se producen pequeños grandes milagros, que Dios actúa poderosamente. Pero, con el paso del tiempo, me he dado cuenta de que pierden eficacia...quizás ¿Por qué no hay un después?...o quizás ¿por qué no hay un antes? No lo sé...

Me he dado cuenta de que no se trata de ver milagros ni de hablar de lo maravilloso que es siempre un retiro, sino de comprender lo grandioso que es Dios, hablando con Él, dejándonos conducir y guiar por el Espíritu, para discernir hacia dónde y cómo quiere que evangelicemos.

Me he dado cuenta de que muchas veces "obligamos" a las personas a escuchar nuestra "fórmula secreta", les "imponemos" la "necesidad" que tienen de vivir un retiro "que les cambiará la vida" y les convencemos para que acudan...y después ¿qué?

Me he dado cuenta de que, aunque Dios derrama siempre sus gracias en estos retiros, quizás confundimos el medio con el fin, la visión con la misión, el hecho con el resultado, al no dejar espacio a Dios para ser Dios, y al Espíritu Santo para obrar.

Me he dado cuenta de que quizás no se trata de que busquemos en qué tipo de retiro especializado encajamos y donde estamos más cómodos, para así tener una ocupación espiritual que acalle nuestra mala conciencia.
El Arrepentido de Francisco Blanco en Amazon Music - Amazon.es
Me he dado cuenta de que quizás estamos poco dispuestos a acoger a las personas que se han encontrado con Jesús, y de que estamos aún menos disponibles para acompañarlos en su camino de fe.

Me he dado cuenta de que quizás estamos haciendo un uso ineficaz de los métodos, "vacunando" a la gente contra Cristo y su Iglesia, de que quizás estamos abusando de la dosis correcta y eficaz de medicamento, y que estamos creando resistencia, inmunidad y anticuerpos con tanto retiro.

Me he dado cuenta de que quizás estamos haciendo un "brindis al sol", o "vendiendo la idea" de una casa maravillosa en el "piso piloto" que es un retiro, pero que luego, no cumple las expectativas creadas.

Me he dado cuenta de que quizás estamos obligando a las personas, con nuestra reiterada invitación, a acudir a una casa en la que no les apetece estar, por mucho que nos empeñemos. O si les apetece estar, sea por un rato, para cumplir y por compromiso.

Me he dado cuenta de que es prioritario asentar y cuidar lo que ya tenemos. De que es necesario crear una sólida y atractiva comunidad, que "sin hacer", atraiga. O mejor dicho... que "siendo", contagie.

Me he dado cuenta de que el activismo nos descabeza y nos impide tener visión a largo plazo. Multiplicamos iniciativas, ideas y actividades que tienen un origen bienintencionado,  un camino articulado, pero un sentido cortoplacista y una meta errónea.

Me he dado cuenta de que quizás nos falta esa disposición a escuchar tan difícil para muchos de nosotros. De que necesitamos pararnos a pensar en que "si no vamos a mejorar el silencio, no lo rompamos", de que debemos callarnos un poco y escuchar. Porque la gente se da cuenta de cuándo escuchamos y cuándo sólo oímos. 

Quizás les escuchamos durante el retiro, pero y ¿luego? ¿escuchamos sus inquietudes? ¿atendemos sus necesidades? ¿procuramos resolver sus problemas?

En cualquier caso y como conclusión, lo que tengo muy claro es que el Espíritu Santo es el único capaz de transformar un corazón, no los métodos. Y que éstos no son una "varita mágica"... ni nosotros "magos".

Por eso, ahora que tenemos todo el tiempo del mundo para reflexionar, busquemos en nuestro confinamiento casero, resguardados del ruido exterior y en comunicación con Dios, su respuesta a nuestras preguntas. 

Y así, como los apóstoles encerrados en casa, dejarnos sorprender por un nuevo y particular Pentecostés.
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ALMA DE APÓSTOL

Amor y Perdón | Del Islam al Cristianismo | Testimonio Ex Musulmán
"Porque no nos predicamos a nosotros mismos, 
sino a Jesucristo, el Señor; 
nosotros somos vuestros siervos por amor de Jesús. 
Pues el mismo Dios iluminó nuestros corazones 
para que brille el conocimiento de la gloria de Dios, 
reflejada en el rostro de Cristo. 
Pero llevamos este tesoro en vasijas de barro, 
para que aparezca claro que esta pujanza extraordinaria 
viene de Dios y no de nosotros."
(2 Corintios 4,5-7)



Dios, en su bondad infinita, ha querido comunicarse con sus dones a toda su creacción y revelarse con sus bienes a sus hijos, los hombres, a través de su Hijo Jesucristo. 

En virtud de su Encarnación y Redención, Cristo es la única fuente de la participación en la vida divina. Nada hace Dios sino mediante su Hijo el amado, en quien se complace.

El Señor ha querido, a su vez, transmitir su amor por nosotros a través de la llama del apostolado, constituyendo su Iglesia y dotándola de una misión: que el hombre enseñe al hombre el camino de la salvación.

Podría haberlo hecho directamente, obrando en las almas, como lo hace en la Eucaristía. Pero ha querido precisamente que sea desde la herida del costado de Cristo en la cruz, desde donde surge la Eucaristía. 

Dios ha querido servirse de colaboradores para repartir su gracia a la humanidad. Ha "querido necesitarnos", como muestra de su gran ternura de padre hacia nosotros. Y por voluntad propia encargó este ministerio a su Iglesia, cuando le dijo al discípulo amado:"Ahí tienes a tu Madre" (Juan 19,27) 

Un Apostolado jerarquizado


Renuncia de Su Santidad el Papa – Diócesis de Ciudad RodrigoTodo apostolado está perfecta y gradualmente escalonado, y comienza por el clero, cuya jerarquía fue instaurada por el mismo Jesucristo con sus doce apóstoles a quienes envió hasta los confines de la tierra, y después, continuada por ellos, al nombrar obispos y sacerdotes, para que evangelizaran al pueblo de Dios. 

Junto al clero, están las órdenes contemplativas y las congregaciones de consagrados que difunden el bien espiritual y corporal a través de la oración, el servicio y la formación.

Y por último están los laicos, esos católicos fervientes, de corazones ardientes tras su encuentro con Jesús, y que aumentan exponencialmente la transmisión del mensaje apostólico del Evangelio, allí donde no llega el resto de la jerarquía.

Una Evangelización protagonizada



Teniendo siempre presente que Dios no hace nada sino mediante Jesús, también nosotros no podemos hacer nada sino mediante Jesús. Cristo, a través del Espíritu Santo, es el protagonista de toda evangelización.

No obstante, existe una tentación peligr
osa, la herejía de las obras, que consiste en adueñarnos de la evangelización, ocupándonos de las obras como si Cristo no contase, como si Él no fuera el protagonista de todo apostolado, o como si no fuera el autor de todas las gracias, que nos regala a través de su Espíritu Santo.

Esta herejía de las obras es el activismo febril d
el hombre, que trata de sustituir la acción de Dios, que ignora la gracia, que obvia la trascendencia, que omite la sobrenaturalidad y que olvidando la oración, aspira a destronar a Jesús por su orgullo vanidoso.

Yo no soy fan de Jesucristo – Blog del pastor Juan Carlos
Nuestro Señor, sabedor de nuestra debilidad y fragilidad pecaminosa, pone a nuestra disposición la solución para defendernos del orgullo, pecado por el que entran el resto de los pecados: la vida interior.

Sin la vida interior no es posible la existencia de un alma de apóstol, pues "en vano te entregarás a los demás, si te abandonas a ti mismo".

Una Misión interiorizada


La vida interior estructura y edifica toda alma de apóstol. Así nos lo enseñó nuestro Maestro: Treinta años de vida privada en recogimiento, y cuarenta días de desierto en penitencia, demuestran que sin oración no hay evangelización. 

Jesús Salva.: El cuerpo glorificado. Las transformación de los ...La vida exterior es más humana porque nos conecta con los hombres, mientras que la interior es más sublime porque nos conecta con Dios. 

La vida activa es agitada y convulsa, mientras que la interior es más segura porque es más reposada y serena.

La vida interior es más rica porque nos muestra la voluntad y nos da la gracia santificante necesaria para afrontar la vida exterior.

La vida interior, por la Eucaristía, atrae hacia el apóstol las gracias y bendiciones de Dios, y le santifica a través del buen ejemplo y del testimonio coherente.

La vida interior infunde en el alma del apóstol una trascendencia sobrenatural para irradiar con elocuencia la fe, la esperanza, la caridad, la bondad, la humildad, la firmeza, la mortificación y la conversión de las almas.

Alma de Apóstol

Toda alma de apóstol está inundada por la luz de Dios e inflamada por Su amor, y así, ilumina con sus reflejos y caldea con su fervor a los demás.

Toda alma de apóstol recibe antes de comunicar la misión que Dios le ha encomendado y está impregnada de su voluntad para establecer el propósito y los medios del apostolado con fe y piedad.

Toda alma de apóstol está libre de ruido y agitación (que hacen muy poco bien), y llena de silencio y escucha atenta (que hacen mucho ruido).

Toda alma de apóstol revela el amor de Dios, por los actos de su vida interior y manifiesta el amor al prójimo, por los actos de su vida exterior.

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Toda alma de apóstol tiene "corazón" (vida interior) que late continuamente, y "brazo" (vida exterior) que se mueve cuando se le requiere.

Toda alma de apóstol no separa nunca lo que Dios ha unido: la perfecta unión entre vida interior y exterior, entre vida contemplativa y activa.

Toda alma de apóstol atiende la salvación del prójimo sin menguar la suya, porque el Diablo nos llena de obras, mientras que Dios nos colma de gracias.

Toda alma de apóstol tiene siempre una elección que hacer: la santidad completa o la perversión absoluta, la humildad o la vanidad, la mansedumbre o el orgullo, el altruismo o el esgoísmo.

Toda alma de apóstol se equipa de pies a cabeza antes de lanzarse a la batalla de las obras (Efesios 6): 

La vida interior es la armadura del hombre de obras: resiste a las tentaciones y evita las asechanzas del demonio. 

Le ciñe de la pureza de intención: concentra en Dios sus pensamientos, deseos y afecciones, y le impide perderese en las comodidades, placeres y distracciones.

Le calza con la discrección y la modestia: armoniza sus obras con la sencillez de la paloma y la prudencia de la serpiente.

Le protege con el escudo de la fe: protege de las falsas doctrinas, del relativismo y de la mundanización.

Le refugia con el casco de la humildad y la oración: reconoce su debilidad y fragilidad, su incapacidad de salvación sin la gracia santificante y aumenta su confianza sobre la que se estrellan los golpes del orgullo y la rebeldía.  

Le arma con la espada del Evangelio: robustece su celo conla escucha y meditación de la Palabra, y aumenta su coraje con los Sacramentos, en especial, con la Eucaristía.


Bibliografía: 

"El alma de todo apostolado" (Dom. J.B. Chautard, Abad cisterciense)