¿QUIÉN ES JESÚS?

La vida de Jesús siempre ha suscitado preguntas a lo largo de los últimos dos mil años.

¿Cómo pudo un carpintero que fue ejecutado por los romanos convertirse en el hombre más famoso de la historia?
¿Fue Jesús alguien verdaderamente real?
¿Cómo puede Dios ser un hombre al mismo tiempo?
¿De qué manera podría esto tener algún sentido para mi vida?

Estas son algunas preguntas, pero aquí tienes un espacio para formular las tuyas.
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miércoles, 16 de julio de 2025

EVANGELIO SEGÚN SAN MARCOS

 
El evangelio según san Marcos es el segundo libro del Nuevo Testamento y el más breve de los cuatro evangelios canónicos, aunque es el más antiguo. Junto con Mateo y Lucas forma los llamados evangelios sinópticos, porque pueden leerse en paraleloDe los 678 versículos que componen el evangelio de Marcos:
    • 406 tienen paralelo en Mateo y en Lucas
    • 145 en Mateo 
    • 60 en Lucas
    • 51 no tienen ningún paralelo
Se trata de un evangelio cristológico que presenta de forma progresiva la identidad de Jesús, verdadero hombre y verdadero Dios, y que certifica con dos confesiones que cierran cada una de las dos partes del evangelio: la de san Pedro al proclamar "Tú eres el Mesías" (Mc 8,29) y la del centurión al decir "Verdaderamente, este hombre era Hijo de Dios" (Mc 15,39). 

Pero también, es un evangelio pastoral que presenta la identidad del discípulo como un seguidor comprometido escogido por Jesús (Mc 1,16-20; 2,13-14; 10,17-22), que forma un grupo más amplio que el de los "Doce" (Mc 4,10) y que está llamado a: 
    • seguir y permanecer junto a Jesús para estar en comunión con Él (discipulado)
    • ser pescadores de hombres (apostolado)
    • tener una actitud de servicio (entrega)
    • vivir una vida de renuncia y abandono total (martirio)
Autoría
Los Padres de la Iglesia (Eusebio de Cesarea, Papías de Hierápolis, san Ireneo de Lyon, san Justino) consideran a Juan (nombre judío) Marcos (nombre helenizado), sobrino de Bernabé, discípulo ("intérprete", "traductor", "secretario") de san Pedro y acompañante misionero de san Pablo, como su autor. 

Estrechamente vinculado a las dos máximas figuras del cristianismo naciente, es citado y presentado como "compañero de Pablo"​ (Col 4,10, en Flm 24, en 1 Tim 4,11, en Hch 12,12-25;13,15;15,37,) y como "hijo de Pedro" (1 P 5,13). 

Sin embargo, existen controversias sobre la autoría de Marcos y algunos autores niegan su origen apostólico, su exactitud y su unidad porque:
  • la teología presente en este evangelio parece más "paulina" que "petrina"
  • su maestro, Pedro, es presentado de manera desfavorable en algunos pasajes (Mc 8,33)
  • incurre en errores geográficos sobre Palestina, ilógicos en un judío como Marcos
  • el final del evangelio (a partir de Mc 16, 9), en el que se narran las apariciones de Jesús resucitado, es un añadido posterior por parte de un autor diferente al del texto principal
Fecha de composición
Según Clemente de Alejandría, el evangelio de Marcos se escribió al final de la vida de Pedro y según Ireneo de Lyon, tras su muerte, lo que sitúa su fecha de composición entre el 60 y el 70 d.C., un tiempo de crisis y persecución, según el propio evangelio (Mc 8,34-38; 10,30-45; 13,7-10):
    • 62 d.C.: martirio del apóstol Santiago, en Jerusalén
    • 64-67 d. C.: martirio de Pedro y Pablo, en Roma 
    • 70 d.C.: destrucción de Jerusalén
Algunos exégetas afirman que Marcos pudo haber escrito un proto evangelio en arameo a principios de los años 40 d.C., destinado a la comunidad de Judea, pues el autor parece dar por hecho que su público conoce a ciertos personajes jerosolimitanos de la época (los hijos de Simón el Cireneo) y ciertos hechos cercanos en el tiempo a la muerte de Jesús (la revuelta en la que participó Barrabás). Esto además explicaría la existencia del Papiro 7Q5.

Por otro lado, al partir Marcos junto con Pablo y Bernabé en su primer viaje misionero (46 d.C.), pudo haber traducido al griego su primera versión y haber añadido algunas explicaciones sobre las costumbres judías para que fuesen comprendidas por una comunidad que no estaba familiarizada con ellas.

Lugar de composición
Desde finales del siglo II, la tradición de la Iglesia sostiene que fue escrito en Roma (Papías, Ireneo, Clemente de Alejandría, Pastor de Hermas), basándose en:
  • las explicaciones de costumbres judías (Mc 7,3-4; 14,12; 15,42)
  • las traducciones de expresiones arameas (Mc 3,17; 5,41; 7,11)
  • las apariciones de latinismos como legión, centurión, denario, pretorio, cuadrante (Mc 6,27; 7,4; 15, 39.44-45) 
  • las alusiones al derecho y horario romanos (Mc 10,12; 13,35)
  • las explicaciones de la equivalencia entre monedas hebreas y romanas (Mc 12,42)
  • las presentación de un romano como el primero en reconocer la identidad de Jesús (Mc 15,39)
En todo caso, Marcos se dirige a una comunidad:
  • doméstica, por la presentación  que se hace de  "la casa", lugar donde Jesús instruye a sus discípulos (domus ecclesiae)
  • evangelizadora, por el vocabulario misionero (Mc 13,10; 14,9) 
  • organizada y jerarquizada, por la relevancia dada al grupo de "los Doce"
  • perseguida, por la situación de persecución (Mc 8,34-38; 10,30.35-45; 13,8-10) 
Lenguaje
Aunque Marcos recurre a la Septuaginta para escribir su evangelio en griego, presenta algunos giros y expresiones de origen semítico que sugieren que el texto podría haberse basado, al menos en parte, en fuentes arameas orales o escritas (Mc 1,11; 2,6; 3,4.16; 4,12; 5,41; 6,38; 7,2.11.34; 9,1; 14,36) y que podrían explicarse por tres razones principales:
  • fidelidad a las fuentes originales: el autor pudo haber mantenido ciertas expresiones arameas y semíticas para preservar la autenticidad y la integridad de las tradiciones orales y escritas que utilizó.  
  • traducción y explicación: el autor a menudo las traduce y explica en el propio texto para que sean comprensibles, ya que se dirige a una audiencia griega que desconoce el arameo o el hebreo: "Talitha kum" (Mc 5,41), "Abba" (Mc 14,36) o Corban (Mc 7,11).
  • enriquecimiento literario y teológico: el autor pudo haber tenido la intención de enriquecer el texto literaria y teológicamente, proporcionando un sentido de autenticidad y conexión con las raíces judías del cristianismo.
Estilo literario
Su estilo es vivo, popular y espontáneo, aunque su lenguaje es pobre y rudimentario.

Contiene pocos discursos de Jesús porque está más interesado por sus acciones que por sus palabras. En cambio, los relatos se desarrollan con abundancia de detalles, y en ellos Jesús aparece con las reacciones propias de un ser humano. 

Destinatarios y Contexto histórico
Redactado para una comunidad helenística radicada en algún lugar del Imperio Romano (en Italia) y formada por cristianos no judíos, griegos de origen gentil, que no conocían las costumbres judías (razón por la que el evangelista, en ocasiones, las explica).

Situación interna: actitud crítica y negativa (como en Mateo) hacia los fariseos y las autoridades judías del Sanedrín, culpándolos de la muerte de Jesús (más que a las romanas).

Situación externa: los cristianos son calumniados, perseguidos y martirizados a imitación del Maestro. Es el comienzo de las grandes persecuciones romanas iniciadas por Nerón.

Contenido
Ante esta situación de crisis y persecución, Marcos trata de fortalecer la fe en Cristo y el compromiso misionero y de servicio de la comunidad a imitación del Maestro presentando la identidad verdadera de Jesúsmostrando la identidad verdadera del discípulo.

La respuesta a la gran pregunta latente a lo largo de todo este Evangelio: "¿Quién es Jesús de Nazaret?" está en la cruz. Jesús no es el Mesías glorioso que esperaban sus contemporáneos, sino el Mesías crucificado. La cruz era el camino obligado para llegar a la Resurrección (no hay luz sin cruz). Por ello, el discípulo de Cristo está llamado a seguirlo por el camino del martirio.

Marcos destaca especialmente la humanidad de Jesús como Hijo de hombre y, a partir de ella, nos lleva progresivamente a descubrir en él su divinidad como Hijo de Dios. Porque detrás de su Persona se esconde un gran "secreto", el "secreto mesiánico", que sólo se revela en su Muerte y su Resurrección. 

De ahí las continuas órdenes de silencio de Jesús a sus discípulos con las que trataba de evitar equívocos y conclusiones precipitadas antes de que llegara "su hora", y con las que Marcos concluye muchos episodios que "desvelan" anticipadamente el misterio de su Persona (Mc 1,25.34.43-45; 3,12; 5,43; 7,36; 8,26.30; 9,9)

El evangelio de Marcos puede estructurarse en dos grandes secciones, además de un prólogo y un apéndice:

PRÓLOGO (1,1-13)

1.-JESÚS, MESÍAS
    • REVELACIÓN DE JESÚS A LOS DIRIGENTES JUDÍOS (1,14-3,6)
      • Predicación de Jesús (1, 14-15)
      • Llamada de los primeros discípulos (1,16-20)
      • Autoridad que asombra (1,21-45)
      • Autoridad que exaspera (2,1-3.6)
    • REVELACIÓN DE JESÚS A SUS PARIENTES Y PAISANOS (3,7-6,6)
      • Actividad de Jesús (3,7-12)
      • Elección de los Doce (3,13-19) 
      • Incomprensión y calumnias (3,20-25)
      • Parábolas (4,1-34)
      • Milagros (4,35-5,43)
      • Asombro e incomprensión de sus paisanos (6,1-6)
    • REVELACIÓN DE JESÚS A SUS DISCÍPULOS (6,6-8,30)
      • Actividad de Jesús (6,6)
      • Misión de los Doce (6,7-13)
      • Herodes y el martirio de Juan (6,14-29)
      • Los panes (6,30-8,26)
      • Opiniones de la gente y confesión mesiánica de Pedro (8,27-30)
2.MESÍAS SUFRIENTE E HIJO DE DIOS
    • HACIA JERUSALÉN: REVELACIÓN DEL CAMINO DOLOROSO (8,31-10,52)
      • 1º Anuncio de la pasión y resurrección (8,31-33)
      • Instrucción catequética (8,34-9,29)
      • 2ºAnuncio de la pasión y resurrección (9,30-32)
      • Instrucción catequética (9,33-10,31)
      • 3ºAnuncio de la pasión y resurrección (10,32-34)
      • Instrucción catequética (10,35-52)
    • EN JERUSALÉN: REVELACIÓN COMO JUEZ Y SEÑOR DEL TEMPLO (11,1-13,37)
      • Acciones simbólicas mesiánicas (11,1-25)
      • Controversias con los dirigentes judíos (11,27-12,44)
      • Discurso escatológico (13,1-37)
    • PASIÓN Y RESURRECCIÓN: REVELACION PLENA (14,1-16,8)
      • Unción entre conspiración y traición (14,1-11)
        • en el cenáculo (14,12-25)
        • en Getsemaní (14,26-52)
      • Juicio
        • ante el Sanedrín (14,53-72)
        • ante Pilato (15,1-20)
        • en el Gólgota (15,21-41)
      • Sepultura y resurrección (15,42-16,8)
APÉNDICE (Mc 16,9-20)

martes, 15 de julio de 2025

EVANGELIO SEGÚN SAN MATEO

Comenzamos hoy una serie que nos llevará a explorar la importancia para el cristianismo de los cuatro evangelios bíblicos: Mateo, Marcos, Lucas y Juan. Y ¿por qué no? a sumergirnos y profundizar en su lectura...

El evangelio según san Mateo es el primero de los cuatro evangelios canónicos y el más citado y comentado por los padres de la Iglesia:

  • San Ignacio de Antioquía, en sus cartas a las Iglesias de Asia, toma prestadas alguna de sus expresiones y sentencias (Mt 10,16; 12,33)
  • San Policarpo cita literalmente varios pasajes (Mt 5,44; Mt 26,41)
  • La Didajé contiene 66 pasajes de Mateo (Mt 6,7-13; 28,19; 12,31)
  • La Epístola de Bernabé cita un pasaje (Mt 22,14)
  • El “Pastor de Hermas” hace referencias a varios pasajes aunque no de forma literal.
  • San Justino (“DiálogoXCIX, 8) cita casi literalmente la oración de Cristo en el Huerto de los Olivos (Mt 26,39-40)
  • Atenágoras (“Legatio pro christianis”, XII, 11) cita casi literalmente sentencias del Sermón de la Montaña (Mt 5,44)
  • Teófilo de Antioquía (Ad Autol., III, XIII-XIV) cita un pasaje (Mt 28,32)
  • San Jerónimo (In Matt. Prol.) comenta el Evangelio de san Mateo
  • San Clemente (Homilías XVIII) cita literalmente algunos pasajes (Mt 15,13;13,35)
  • Taciano (Diatasseron) incorpora en su disertación el Evangelio de Mateo
  • San Ireneo cita numerosos pasajes y afirma que fue uno de los cuatro que constituyeron el Evangelio cuadriforme dominado por un solo Espíritu
  • Papías de Hierápolis (Eusebio, h.e. 3.39.16) afirma la autoría evangélica de Mateo
  • Tertuliano menciona a Mateo como el autor de un Evangelio (De carne Christi, XII)
  • Clemente de Alejandría (Strom., III, XIII) cita más de 300 pasajes de Mateo
Todas estas menciones de Mateo lo convierten en un evangelio profundamente enraizado en la vida de la Iglesia, es decir, es un evangelio preminentemente eclesial, catequético y pastoral que se dirige a una comunidad cristiana, de 2ª generación, constituida por judíos y gentiles, para dar respuesta a los problemas a los que se enfrentaba la Iglesia primitiva.

Autoría
Papías de Hierápolis, Padre Apostólico y discípulo de san Juan, afirma que su autor es Mateo el publicano, hijo de Alfeo y Cleofás, también llamado Leví, el apóstol de Jesús (Mt 9,9). Probablemente, Mateo no fuera quien escribiese el evangelio de su puño y letra, sino más bien, un discípulo suyo, cristiano de 2ª generación, conocedor del griego y del Antiguo Testamento (Tanaj).

Datación
La fecha de composición del evangelio se puede situar entre el 70 y el 110 d.C., aunque muy probablemente se escribe entre el 80 y el 90 d.C. por varias razones:
  • el evangelio alude implícitamente a la ya ocurrida destrucción de Jerusalén en el 70 d.C. (Mt 22,7; 23,28; 24,15)
  • san Ignacio de Antioquía es el primero que lo cita en sus cartas, hacia el 110 d.C., lo que significa que ya circulaba con anterioridad por las distintas comunidades cristianas
  • la distinción que hace entre los judíos y cristianos, entre las sinagogas y las domus ecclesiae (iglesias domésticas) no pudo darse antes del 80 d.C.
Lugar
Probablemente, Antioquía, capital de Siria, tercera ciudad más grande del Imperio Romano y cuna del cristianismo primitivo y de la evangelización a los gentiles. Allí:
  • residió Pedro, tras el martirio de Esteban, y fundó una de las primeras comunidades cristianas, siendo su primer obispo (Gal 2,11-14)
  • fueron enviados Pablo y Bernabé para iniciar sus viajes misioneros (Hch 11,19-30)
  • fue donde los seguidores de Jesús fueron llamados cristianos por primera vez (Hch 11,26)

Lenguaje
Aunque el evangelio de Mateo utiliza muchos semitismos, contiene muchas peculiaridades lingüísticas que indican que el texto original fue escrito en griego koiné y no que se trate de una traducción del arameo al griego:
  • utiliza 137 palabras propias y expresiones exclusivas en todo el Nuevo Testamento: 34 veces la expresión “Reino de los cielos", que no se encuentra ni en Marcos ni en Lucas, quienes la sustituyen por“Reino de Dios” (4 veces en Mateo). 
  • emplea repeticiones de palabras, frases, expresiones o construcciones especiales varias veces dentro de un intervalo bastante corto (cf. 2,1, 13 y 19; 4,12, 18, y 5,2; 8,2-3 y 28; 9,26 y 31; 13,44, 45, y 47, etc.)
  • utiliza la paronomasia, es decir, el uso de palabras con pronunciaciones semejantes pero con significados distintos, sobre todo, en los discursos de Jesús.
Destinatarios y Contexto histórico
Sus destinatarios son fundamentalmente judíos cristianos pero también gentiles procedentes del paganismo.

Situación externa: enfrentamiento y ruptura de la Iglesia con el judaísmo (Mt 23,1-36). Mateo marca una clara distancia entre los cristianos y los fariseos, sacerdotes y maestros de la ley, entre la Iglesia Cristiana y la Sinagoga judía (Mt 4,23; 9,35; 10,17; 12,9; 13,54), y subraya el rechazo del pueblo judío y sus líderes hacia Jesús (Mt 27,15-26; 27,62-66; 28,11-15).

Jerusalén y el templo han sido destruidos y el judaísmo ha quedado reducido al grupo de los escribas y fariseos que se vuelven intransigentes con los demás grupos religiosos judíos (saduceos, esenios, etc.) y, sobre todo, con los cristianos, que son calumniados, perseguidos y martirizados.

Situación interna: choque de posturas con respecto a:
  • la interpretación de la Ley mosaica (Mt 5,17-48; 15,1-20)
  • los destinatarios de la evangelización (Mt 10,5-6; 15,24; 28,18-20)
  • la diversidad de observancia de los preceptos (Mt 15,1-20; 7,21-23) 
  • los diferentes carismas existentes (Mt 18,1-35)
  • la organización y estructura jerárquicas de la Iglesia, distintas a las de la Sinagoga (Mt 23,1-7), no piramidal en cuanto a poder y privilegios, sino de solidaridad recíproca como en las relaciones familiares (Mt 23,8-12)
  • la pérdida del entusiasmo inicial ante el retraso de la venida del Señor y la adopción de criterios mundanos (poder, riquezas, etc.) ante los que hay que estar vigilantes (Mt 6,19-24; 19,23-26; 24,42-44; 25,1-13;26,41)
Ante esta situación, Mateo trata de hallar un punto de encuentro, trata de conciliar las distintas realidades:
  • presentando a Pedro como el cabeza y maestro de la Iglesia (Mt 16,16-19; 17,24-27)
  • mencionando siempre a los paganos de manera positiva (Mt 8,5-13; 15,21-28)
  • mostrando a Jesús con diversos títulos cristológicos: Mesías (Mt 11,2), Hijo de David (Mt 22,21-46), el Siervo sufriente anunciado por Isaías (Mt 8,17; 12,15-21; 17,51), Hijo de Dios (Mt 1,18-25; 2,15; 3,17; 14,33; 16,16; 17,5 ; 27,54), Hijo del hombre y Señor de la historia (Mt 24,29-31; 25,31-46; 28,18)
  • presentando a la Iglesia como el nuevo pueblo congregado por Jesús, la verdadera descendencia de Abrahán, heredada de Israel (Mt 21,43)
  • proponiendo las actitudes principales del cristiano: la fe, la relación con Jesús y la comprensión de su mensaje (Mt 13,51; 14,33; 16,12; 17,13)
  • exponiendo en sus cinco grandes discursos (Mt 5-7; 10; 13; 18; 24-25), la nueva halaká (normas de comportamiento) para hacer la voluntad de Dios (Mt 7,15-27; 21,28-32; 24,45-25,46)
  • animando a vivir al servicio de los demás (Mt 20,26-28; 23,11-12), a la atención y solidaridad con los necesitados (Mt 18,1-14) y al perdón (Mt 5,21-26; 6,12.14-15; 18,21-35)
  • recordando el mandamiento del amor de Jesús (Mt 25,31-46)
Fuentes
Los evangelistas, para componer sus obras, contaron con una tradición que se había transmitido, primero, de forma oral y por escrito, después. Mateo utiliza:
  • materia propia. Ocupa la cuarta parte de su evangelio: parábolas (Mt 13,1-52), mandato misionero (Mt 10,5-6; 28,19), etc.
  • el evangelio apócrifo de Tomás del que obtuvo datos de la infancia de Jesús (Mt 13,1-52)
  • el evangelio de Marcos del que recoge relatos de los milagros (Mt 8-9) 
  • la Fuente Q o fuente de los dichos, del que recoge el Sermón de la Montaña, las bienaventuranzas o el Padrenuestro
Estilo literario
El estilo literario de Mateo es:
  • típicamente judío al utilizar recursos como los paralelismos, las inclusiones, las disposiciones concéntricas, las agrupaciones numéricas y temáticas, etc.
  • breve y claro al evitar lo accesorio y marginal, agrupando y ordenando los relatos y enseñanzas, subrayando los rasgos característicos de los personajes, etc.
  • respetuoso con las Escrituras con constantes y numerosas citas del Antiguo Testamento, que interpreta con las mismas técnicas de los fariseos: utilizando el midrash haggádico o narrativo (Mt 1-2) y el midrash halakico o normativo (Mt 5,17-48) pero no con la Ley de Moisés como clave sino Jesús.
  • peculiar en el uso de citas de reflexión para subrayar aspectos importantes: "todo esto sucedió para que se cumpliera..." (Mt 1,22; 2,15.17.23; 4,14; 8,17; 12,17; 13,35; 21,4; 27,9)
Contenido

Jesús (1-4)
Mientras en Marcos Jesús es el Hijo de Dios-hombre que actúa, en Mateo es el Dios-Hombre que enseña y habla del Padre y de su plan salvífico:
  • Jesús es el nuevo Moisés. Sus vidas tienen numerosos paralelismos: nacimientos anunciados en un sueño; Faraón trata de impedir el nacimiento de Moisés, Herodes, nuevo Faraón, trata de hacer desaparecer a Jesús (Ex 1, 15-16); Faraón consulta a sus astrólogos, Herodes a los escribas; en ambos casos, los reyes deciden matar a todos los niños (Ex 3, 14-15), pero tanto Moisés como Jesús logran escapar de la matanza; ambos ofrecen la ley de Dios al pueblo; la orden dada a José es muy semejante a la que recibe Moisés (Ex 4, 19-23); los cinco grandes discursos de Mateo evocan los cinco libros de la Ley de Moisés (Pentateuco); la transfiguración presenta claramente a Jesús como el nuevo Moisés (Mt 17, 1-4)
  • Jesús es el Hijo de Dios al que debemos recurrir en las dificultades (Mt 14, 33) y proclamarlo con firmeza (Mt 16, 16) y reconocerlo en el crucificado (27, 54).
  • Jesús es el Hijo del hombre que se identifica con todos los perseguidos, con los pequeños, los pobres (Mt 25, 36-46).
  • Jesús es el Hijo de David que da cumplimiento a lo prometido a David. 
  • Jesús es el Mesías, Salvador de la humanidad. 
  • Jesús es el Siervo que toma nuestras enfermedades y sufrimientos
  • Jesús es el Señor de la nueva comunidad: funda y construye la Iglesia apostólica.
El Reino (5-13)
Jesús predica el Reino de Dios, su cercanía y su llegada. Es el tema que ocupa mayor extensión en Mateo con una doble dimensión: histórica y escatológica, presente y futuro. 

El Reino de Dios es una comunidad de salvación cuya carta programática es desarrollada por Jesús en el Sermón de la montaña (Mt 5-7) sobre cómo deben ser sus miembros (valores) y a qué se parece (13 parábolas).

Iglesia (14-17)
La Iglesia es el inicio del Reino visible en la tierra. Jesús le confía a Pedro la misión de ser cimiento del Reino de Dios, de la nueva comunidad, de la Iglesia. Una Iglesia abierta, plural y universal, desligada de los esquemas rigurosos del judaísmo, que va adquiriendo cohesión interna y que se lanza a evangelizar a otros pueblos en cumplimiento del mandato de Jesús (Mt 28,19.

Características: la presencia de Cristo en la comunidad, la proclamación de la palabra, su carácter esencialmente espiritual y su índole universal, anunciada ya por los profetas.

Exigencias: la conversión, es decir, la aceptación de la persona de Jesús y su mensaje; la fe como entrega personal a Cristo, que ha de manifestarse en el seguimiento e imitación personal de Cristo; la nueva justicia, superior a la del Antiguo Testamento, y mejor que la de los escribas y fariseos, que habían reducido la religión a mero formalismo sin verdadero espíritu interior; nueva justicia que viene a resumirse en el amor a Dios y el amor al prójimo.

Misterio Pascual (24-28)
El Misterio Pascual inaugura el Reino: para dar vida a este nuevo Reino, a esta Iglesia, Jesús tiene que dar su vida, según la voluntad del Padre. Mateo quiere insistir en que Jesús es el justo perseguido, el Siervo de Yahvé de Isaías y los que le condenan no hacen más que cumplir con “lo que estaba escrito”.

Hay un detalle importante que Mateo no pasa por alto: “El velo del Santuario se rasgó en dos, de arriba abajo” (Mt 27, 51). con lo que quiere significar que con la muerte de Jesús, el antiguo culto mosaico se ha acabado y que ha comenzado la Nueva Alianza, sellada con la sangre del Hijo de Dios y con la que se abre al hombre la posibilidad de renacer a una nueva vida, la muerte había sido vencida por la Vida.

Estructura
Mateo organiza su evangelio de varias maneras: 
  • agrupación de unidades literarias: tres series de tres relatos de milagros (Mt 8-9), tres grupos de parábolas (Mt 13,1-52), tres signos de Jesús (Mt 21,1-27), tres parábolas (Mt 21,28-22), tres controversias (Mt 22,15-40)
  • marcas de división: tres variantes de los mismos hechos realizado por Jesús (Mt 4,23; 9,35; 11,1), tres anuncios de la pasión (Mt 16,21; 17,22-23; 20,17-19)
  • cinco discursos que terminan siempre con una fórmula fija: "Cuando Jesús terminó..." (Mt 7,28; 11,1; 13,53; 19,1; 26,1)
  • repetición de una misma fórmula para señalar un nuevo comienzo: "Desde entonces, comenzó Jesús a..." (Mt 4,17; 16,2)
El evangelio de Mateo puede estructurarse en tres grandes secciones:
  1. PRESENTACIÓN DEL MESÍAS (Mt 1,1-4,16)
    • Genealogía e infancia de Jesús (Mt 1,1-2,23)
    • Preparación para la misión (Mt 3,1-4,16)
  2. ANUNCIO DEL REINO DE LOS CIELOS (Mt 4,17-16,20)
    • Anuncio del reino con obras y palabras (Mt 4,17-11,1): 
      • anuncio (Mt 4,17)
      • enseñanzas (Mt 5-7)
      • curaciones (Mt 8-9)
      • envío de los discípulos (Mt 9-11)
    • Rechazo de Jesús (Mt 11,2-16,20): 
      • controversias con las autoridades judías (Mt 11,2-12,50)
      • instrucción de los discípulos mediante parábolas (Mt 13,1-52)
      • el Reino y la Iglesia (Mt13,53-16,20)
  3. ANUNCIO DEL DESTINO SUFRIENTE DEL MESÍAS (Mt 16,21-28,20)
    • Anuncio a los discípulos el destino de Jesús (Mt 16,21-20,34): 
      • Transfiguración en el Tabor (Mt 17,1-13)
      • tres anuncios de la pasión (Mt 16,21; 17,22-23; 20,17-19)
      • sentido de la pasión y exigencias del discipulado (Mt 16,21-20,28)
    • Consumación del rechazo de Jesús (Mt 21,1-28,20):
      • en Jerusalén (Mt 21-23)
      • acontecimientos del fin y venida del Hijo del hombre (Mt 24-25)
      • relato de la Pascua: pasión-resurrección (Mt 26,1-28,20):
        • Complot para matar a Jesús (Mt 26,1-16)
        • Última Cena (Mt 26,17-29)
        • Monte de los Olivos (Mt 26,30-56)
        • Proceso judío (Mt 26,57-75)
        • Proceso romano (Mt 27,1-31)
        • Crucifixión, muerte y sepultura (Mt 27,32-61)
        • Resurrección (Mt 27,62-28,20)
      • rechazo del pueblo y convocatoria del Nuevo Israel (Mt 28,26-20)

domingo, 13 de julio de 2025

ISLAS QUE FORMAN UN ARCHIPIÉLAGO

"Sobrellevaos mutuamente con amor, 
esforzándoos en mantener la unidad del Espíritu 
con el vínculo de la paz. 
Un solo cuerpo y un solo Espíritu, 
como una sola es la esperanza de la vocación 
a la que habéis sido convocados. 
Un Señor, una fe, un bautismo. 
Un Dios, Padre de todos, que está sobre todos, 
actúa por medio de todos y está en todos. 
A cada uno de nosotros se le ha dado la gracia 
según la medida del don de Cristo" 
(Ef 4,2-7)

Existe una gran diferencia entre ser un grupo y ser una comunidad: los grupos son un conjunto de personas que comparten intereses, actitudes y creencias comunes; las comunidades, además, implican una relación entre las personas y entre los grupos.

Muchas parroquias que están formadas por un cúmulo de personas, de grupos, de realidades diferentes que hacen cosas distintas con buena intención pero, por desgracia, no son comunidad porque no están intercomunicadas ni interconectadas. Establecen instancias autónomas que no buscan "abrirse" a otras, sino permanecer como "islas separadas" en medio de un océano, que viven de la "pesca" individual pero sin compartirla con el resto de las islas, que trabajan con autosuficiencia, siempre dentro de los límites de su "zona costera". En definitiva: "son islotes aislados que no se relacionan".

Sin embargo, todas estas "islas" forman parte de un archipiélago, que es la comunidad cristiana. Tienen un mismo objetivo, forman un "todo" unitario y mantienen una dependencia unas de otras. 
Los primeros cristianos vivían en comunidad, se reunían regularmente, rezaban juntos, se servían unos a otros, se responsabilizaban los unos de los otros y se conocían entre ellos.  Se relacionaban entre ellos y con otras comunidades. Eran "islas" que formaban un "archipiélago" unido e interdependiente en medio de un hostil "océano": el imperio romano.

Soy un firme defensor de los grupos pequeños dentro de las parroquias, de catequesis, de oración, de formación bíblica, de matrimonios, de jóvenes, de evangelización...pero no existe cristianismo sin comunidad ni caridad sin relación, no existe evangelización sin unión ni encuentro con Cristo sin relación con el resto de nuestros prójimos. 

Podemos tener parroquias con muchos grupos y con muchas actividades pero, sin interrelación, sin vínculos entre ellos, no existe una verdadera comunidad de fe.
Por eso, para crear una verdadera y sólida comunidad cristiana que vincule y relacione a los distintos grupos parroquiales se requiere una "CEPA" mediante personas que actúen transversalmente a modo de vínculos entre ellos, a modo de "puentes" entre unas islas y otras. Una "CEPA" formada por:

Celebraciones conjuntas
Es necesario animar a celebrar todos juntos los sacramentos y, sobre todo, asistir a los momentos cumbres del año litúrgico (Adviento, Navidad, Cuaresma, Pascua, etc.) para que todos fortalezcan su sentido de pertenencia a la comunidad. 

Espacios de encuentro y diálogo
Es preciso organizar retiros, convivencias, conferencias, peregrinaciones, eventos, etc. que permitan a los diferentes miembros de la parroquia conocerse y construir relaciones sólidas de amistad y fraternidad.

Participación activa y comprometida
Es vital que invitemos a los todos los miembros de la parroquia a involucrarse y a comprometerse en las distintas actividades: grupos de liturgia, de catequesis, de voluntariado, de música, de oración/adoración, de matrimonios, de jóvenes, de mayores, etc. 

Acogida y cercanía
Es importante acoger a todos los que forman la parroquia con independencia de cuál sea su grupo, edad, situación o realidad personal. En la parroquia todos son "de los nuestros", todos somos hermanos de la misma familia. No podemos ser "hijos mayores" que no se alegran por la llegada de otros "hijos pródigos".

Crear comunidad es el único modo de edificar una parroquia (el archipiélago) formada por grupos unidos y sólidos (las islas) que cumplan con la misión de la Iglesia (el continente) de hacer presente el Reino de Dios en la tierra (la pesca) y cuyo objetivo es caminar juntos al cielo (el destino final).


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lunes, 30 de junio de 2025

"PARROQUIAS QUE VAN BIEN"...PERO ¿HACIA DÓNDE ?

"Medita estas cosas y permanece en ellas,
para que todos vean cómo progresas.
Sé constante en estas cosas,
pues haciendo esto te salvarás a ti mismo
y a los que te escuchan.
Si alguno no cuida de los suyos
y, sobre todo, de los de su casa,
ha renegado de la fe
y es peor que uno que no cree"
(1Tim 4,15-16; 5,8)

Sin duda, hoy, en la Iglesia se da una gran paradoja: mientras existen parroquias cerradas, vacías o en clara decadencia, con pocas eucaristías y menos confesiones, con algunos "ascendentes" y con pocos "descendientes", sin alegría, sin celo evangelizador, sin "alma"... existen otras que "van bien", que tienen muchos fieles, muchos grupos, mucha actividad, "mucha vida", pero....¿hacia dónde van? ¿pecamos por defecto o por exceso?

A menudo me planteo si estas parroquias "en ebullición" no se habrán convertido en un conglomerado de grupos o de clubes sociales donde se consume tiempo y espacio espiritual pero donde existe escasa coherencia, interrelación o empatía entre unos y otros.

Más que comunidades cristianas que caminan en unidad y hacia el mismo destino, parecen comportarse como células aisladas o tribus independientes que "hacen la guerra por su cuenta", pero... ¿qué "guerra"?

Estas parroquias ofrecen distintas estrategias y caminos en los que los "conversos" se "reconvierten" (valga la redundancia) en meros consumidores espirituales que suponen resultados cuantitativos para el grupo, que no cualitativos.
La parroquia no puede ser una empresa que subcontrate servicios, ni que franquicie experiencias "a la carta", ni tampoco que alquile "espacios" ni que esté formada por sedes parlamentarios (otrora, consejos parroquiales) donde cada grupo "habla de su libro", pero no escucha al otro ni se relaciona con él.

La parroquia, o es una comunidad de "perdidos y hallados", de "hijos pródigos que regresan a la casa del Padre" y celebran juntos un banquete, o no es Iglesia; o es un espacio transversal que acompañe, escuche, forme, anime y envíe a sus integrantes, o no es Iglesia.

La parroquia, o es una casa familiar donde se recibe y acoge a todo el que llega, donde se establecen lazos de verdadera amistad y fraternidad, o se convierte en un apartamento turístico donde todos entran y salen, pero donde nadie se conoce, ni se saluda (si no es "de los suyos").

La parroquia, o es un "parador del Reino", un "área de servicio espiritual" donde retomar fuerzas de Dios para volver a salir "a la lucha", o se convierte en un piso de "inqui-okupas" donde todos entran y nadie sale, donde todos se "reúnen" pero nadie se "encuentra", donde todos "consumen" pero nadie "reparte".
Siempre digo que en la Iglesia "hacemos muchas cosas para Dios pero con frecuencia nos olvidamos del Dios de las cosas", porque no somos dóciles a la guía del Espíritu Santo, porque tenemos corazones que continuamente se endurecen y se olvidan de latir, porque somos "duros de cerviz e incircuncisos de corazón y de oídos" (Hch 7,51).

Por eso, creo que
  • no se trata de "hacer" cosas, sino de "ser" cristos
  • no se trata de "ser" grupo, sino de "hacer" comunidad
  • no se trata de que la parroquia "vaya bien," sino de saber hacia "dónde" va 
  • no se trata de que la parroquia "esté llena" sino de que "todos se comprometan"
Y para ello, es necesario que todos los bautizados, sacerdotes y laicos, rememos al unísono y en la misma dirección, teniendo claro lo que hacemos y por qué lo hacemos.

viernes, 23 de mayo de 2025

GRUPOS ECLESIALES ENDOGÁMICOS

"Y vi la ciudad santa, 
la nueva Jerusalén 
que descendía del cielo, de parte de Dios, 
preparada como una esposa
 que se ha adornado para su esposo...
Y los cimientos de la muralla de la ciudad 
están adornados con toda clase de piedras preciosas: 
jaspe, zafiro, calcedonia, esmeralda, sardónica, cornalina, 
crisólito, berilo, topacio, ágata, jacinto,  amatista
(Ap 21,2.19-20)

Hoy meditamos sobre una peligrosa tentación que prolifera y penetra dentro de la Iglesia: los grupos endogámicos de diversa índole: asociaciones de Derecho Pontificio y movimientos eclesiales, hermandades y cofradías, grupos de evangelización, etc..

Endogamia se refiere a una relación cerrada y estanca entre individuos o grupos de individuos que se unen por temor a lo extraño, a lo distinto, a lo desconocido... que se crean como mecanismo de defensa y protección ante lo "externo" y que suelen generar pensamientos autógenos.

Aunque estos grupos cerrados pueden tener beneficios para el cristiano como son la formación, el conocimiento litúrgico-sacramental, el acompañamiento espiritual, etc., generalmente, y a largo plazo, son perjudiciales y hasta letales, tanto para el individuo como para el grupo, ya que terminan dividiendo y causando rechazo, dentro y fuera de ellos.

Los grupos endogámicos parten de un error de base: la convicción de que detentan la verdad de la Iglesia y de que todo lo que hay fuera de ellos es menos válido o menos importante y, por tanto, el dialogo se torna imposible. No aceptan que haya cisnes blancos si ellos se han teñido de negro: es imposible convencer a un "convencido".

Estos grupos cerrados, también llamados "estufa", suelen autoproclamarse fiscales y jueces universales que dictan sentencias sobre lo que la Iglesia debe ser o hacer, desde su pensamiento propio, que termina muchas veces por convertirse en sectario.

La realidad de que existan grupos dentro de la Iglesia no es que a ésta le falte algo y haya que buscarlo en esos grupos o movimientos. Es exactamente lo contrario. Es la expresión de la sobreabundancia del amor de Dios que, por medio de su Espíritu, suscita constantemente nuevos carismas, nuevas formas de vivir la única fe en Cristo. 

Los grupos y movimientos eclesiales no son algo paralelo a la Iglesia, ni una "iglesia dentro de la Iglesia", sino expresión misma de su vida sobrenatural suscitada por el Espíritu Santo. Pertenecen a todos los católicos y no sólo a sus miembros

No es necesario ser agustino para estar de acuerdo con el nuevo Papa, ni jesuita para tomar como ejemplo de vida a san Ignacio, ni franciscano para entregarse a los pobres, ni servidor de Emaús para dar testimonio de la fe, ni carismático para alabar a Dios, ni cofrade para proclamar la devoción a la Virgen.

Los grupos de la Iglesia no son ladrillos de la Torre de Babel sino piedras preciosas de la Nueva Jerusalén (Ap 21,2.10.19-20). Cada piedra es totalmente diferente, pero todas ellas contribuyen a adornar a la Iglesia, como una esposa que se engalana para su Esposo
No son estrictamente necesarias para cimentar la Iglesia, pero el Señor ha querido regalárselas a su Esposa como un detalle de su amor, de la misma manera que un marido regala flores a su mujer y no solo provee lo necesario, como una plancha o una lavadora.

Es completamente absurdo que la amatista se crea más brillante que el zafiro o que el jade piense que su color es más intenso que el de la esmeralda. Todas conforman la Jerusalén celeste y deben estar abiertas a las demás como partes integrantes de un "todo".

Por ello, los grupos forman los cimientos de las murallas de la Iglesia, están colocados por el Espíritu Santo para dar belleza a la consistencia y solidez de la ciudad de Dios, pero no pueden convertirse en trincheras de emotivismo subjetivo, ni en círculos cerrados e impenetrables.

Los grupos y/o movimientos, o forman parte de la “comunidad parroquial”, y de manera general, de la "comunidad cristiana" que es la Iglesia, o de lo contrario, ni son eclesiales ni católicos.  Por eso, cabe preguntarse: ¿Están integrados y viven la unidad en la comunidad parroquial? o ¿son una alternativa a la misma?, o peor aún, ¿actúan “al margen” como una iglesia paralela?

El propósito y la misión de los grupos movimientos eclesiales es vivir su carisma para la construcción de la comunidad parroquial. Ningún carisma tiene un valor absoluto, sino relativo “a la comunidad”, como los miembros respecto de la totalidad del cuerpo. Son tan necesarios los ojos como las manos, los órganos externos como los internos. Ninguno es más importante que otro. Todos forman parte de la Iglesia y la enriquecen.

El papa León XIV nos exhorta a la auténtica unidad en la Iglesia sin caer en la uniformidad, y nos regala, en su divisa papal, un mensaje profundamente espiritual : “In Illo uno unum” (“En el Único, todos somos uno”), en referencia a un sermón de San Agustín sobre el salmo 127.


Ver también el artículo: cuidado-con-los-grupos-estufa

miércoles, 19 de marzo de 2025

LO QUE NOS DEFINE SON NUESTROS ACTOS

"Este pueblo me honra con los labios, 
pero su corazón está lejos de mí. 
El culto que me dan está vacío, 
porque la doctrina que enseñan son preceptos humanos” 
(Mt 15,8-9)

Es muy triste constatar a diario la falta de compromiso de católicos que se conforman con una vida espiritual tibia, superficial, mediocre, infantil. 

Desgraciadamente, ocurre en muchos grupos cristianos y en muchas actividades pastorales y/o evangelizadoras de la Iglesia, en las que muchos interiorizan y hacen suya la mentalidad mundana de la "corrección política": dicen muchas cosas y muy bonitas (buenismo), hablan elevadamente (espiritualismo) y se autodefinen como buenos cristianos (fariseísmo) pero todo eso se contradice con lo que luego hacen. 

No son nuestras palabras las que nos definen...son nuestros actos los que, muchas veces, nos delatan...

Existen muchos ejemplos bíblicos que nos advierten de ello:
  • Ap 3,14-22: la Iglesia de Laodicea muestra su tibieza y su mediocridad espiritual: no es fría ni caliente. Su fe es una mera rutina sin profundidad.
  • Mt 25,24-30: el siervo negligente ilustra su falta de compromiso y de responsabilidad, su inacción cristiana y su escasa iniciativa.
  • Mc 10,17-22: el joven rico es cumplidor pero se aferra a las cosas materiales, incapaz de renunciar a ellas para seguir a Jesús y establecer prioridades espirituales. 
  • Lc 15,11-32: el hermano mayor es obediente al Padre, se declara "buen hijo" pero lo hace por interés y egoísmo. En realidad está más alejado del Padre que su hermano menor, como demuestra su envidia y su falta de caridad hacia él.
Así que no es nada nuevo creerse buenos cristianos y estrictos cumplidores de la ley de Dios de "cara a la galería" ...el Pueblo de Israel lo hacía con demasiada frecuencia y por ello, Jesús les increpó: Este pueblo me honra con los labios, pero su corazón está lejos de mí. El culto que me dan está vacío, porque la doctrina que enseñan son preceptos humanos” (Mt 15,8-9; Mc 7,6-7; Is 29,13).
Por eso es preciso preguntarse, ¿es mi vida coherente con lo que digo ser? o ¿digo una cosa y hago la contraria? ¿soy un cristiano comprometido o soy un creyente mediocre? 

Para saberlo, es necesario conocer si tengo alguna de los rasgos característicos que definen a un mediocre:
  • Falta de compromiso: ¿me entrego plenamente a Dios o mantengo una equidistancia emocional y práctica con la fe?
  • Indiferencia: ¿tengo un deseo genuino de crecer espiritualmente y de buscar la voluntad de Dios en mi vida cotidiana o simplemente me da igual?
  • Superficialidad: ¿mi  vida espiritual se reduce a prácticas rutinarias sin profundidad y carentes de significado o realmente busco sorprenderme con la novedad de Cristo?
  • Falta de sacrificio: ¿tengo una clara disposición a renunciar a mis comodidades o deseos personales por el servicio a los demás?
  • Conformismo: ¿acepto mi situación actual sin buscar una mejora espiritual o soy cristiano en ámbitos favorables?
Es importante reflexionar sobre las consecuencias negativas, tanto para uno como individuo como para la comunidad, que resulta de la mediocridad:
  • Estancamiento espiritual: ¿se produce en mí crecimiento en la fe o mantengo distancias prudenciales en mi desarrollo cristiano?
  • Debilidad ante la tentación: ¿mi falta de compromiso espiritual facilita mi caída en el pecado y  mi alejamiento de Dios?
  • Falta de testimonio: ¿irradio la luz de Cristo a mi entorno, refleja mi vida aquello que creo y digo?
  • Disminución del fervor en la comunidad: ¿contagio mi mediocridad a otros creyentes, afectando negativamente a su entusiasmo y a su crecimiento?
  • Falta de impacto en el entorno: ¿cumplo con mi misión y mi vocación cristianas de evangelizar y transformar la sociedad o eso es competencia de otros?
La lucha contra la mediocridad espiritual es un proceso continuo que requiere esfuerzo y compromiso. 

Se trata de cultivar una relación personal con Dios a través de la oración personal, no solo como un ritual, sino como una conversación profunda con Dios; de profundizar en la Palabra de Dios para conocer su voluntad y aplicar sus enseñanzas a mi vida diaria; de participar activamente en los cultos y celebraciones sacramentales de la comunidad cristiana.

Un cristiano coherente busca la santidad con un anhelo genuino de asemejarse más como Cristo, de crecer espiritualmente y de vivir una vida de santidad; con un deseo auténtico de reconocer sus propios errores y pedir perdón a Dios, buscando una transformación personal; de tener una disciplina espiritual y practicar todo aquello que Dios ha establecido para fortalecer su fe.

Un cristiano auténtico sirve a Dios y a los demás a través de un compromiso con su comunidad, participando activamente en la vida parroquial, sirviendo a los demás y compartiendo la fe; buscando la voluntad de Dios para su propia vida y servirle en el ámbito donde Él le ha llamado; manifestando su amor de Cristo a través de actos de caridad, de servicio, de generosidad, de compasión, de acogida...pero siempre coherentes y auténticos, y no forzados.

Ser cristiano no es lo que decimos ser sino lo que realmente somos. 

martes, 11 de febrero de 2025

CUANDO MORIMOS ¿VAMOS INMEDIATAMENTE AL CIELO?

"Para que todos sean uno, como tú, Padre, en mí, y yo en ti,
que ellos también sean uno en nosotros"
(Jn 17,21)

Existe una falsa creencia popular por la cual, inmediatamente después de la muerte, los cristianos vamos directamente al cielo. Al menos, muchos, cuando quieren decir que algún ser querido ha muerto, dicen que ha partido al encuentro del Padre, a la presencia del Padre, a la casa del Padre... seguramente porque en nuestra "sociedad del bienestar" no queremos hablar de la muerte, ya que su sola mención, nos angustia.

Pero...¿vamos inmediatamente todos al cielo?

La Escritura, la Tradición y el Magisterio de la Iglesia no aseguran que cuando morimos vamos directa e inmediatamente al encuentro de Dios ni a Su casa. Los justos tienen la promesa del cielo (Mt 25, 34; cf. 22, 14; 24, 22. 24; Ap 1, 5-6) pero antes de eso, existe un último paso del que depende la inmediatez o no de alcanzarlo.

El Antiguo Testamento, leído a la luz del misterio pascual de Jesús, afirma la promesa de la resurrección para los siervos fieles de Dios (cf. Sal 16, 10; 2M 7, 11. 14. 29), pero el Nuevo Testamento subraya que todos seremos sometidos a juicio (cf. 1 P 4, 5; Rm 14, 10)

El Catecismo de la Iglesia Católica afirma que la muerte pone fin a la vida del hombre como tiempo abierto a la aceptación o rechazo de la gracia divina, el tiempo favorable, el tiempo de salvación” (2 Co 6, 2) y que, después de morir, recibe un juicio particular (CIC 1022).

Según el Catecismo, el cielo es “el fin último y la realización del hombre, el estado supremo y definitivo de dicha” pero no todos llegamos de forma inmediata (CIC 1023-1026). Así, los que mueren en la gracia y la amistad de Dios:
  1. y están perfectamente purificados, sí van directamente a la casa del Padre, viven en Dios, lo ven tal cual es. Están para siempre con Cristo. Son santos, es decir, son semejantes a Dios, gozan de felicidad y gozo eternos. Esta "vida eterna en Dios" es lo que llamamos cielo.
  2. y están imperfectamente purificados, aunque tienen asegurada su salvación, sufren después de su muerte una purificación, a fin de obtener la santidad necesaria para entrar en la alegría del cielo. Esta purificación es lo que llamamos purgatorio.
Por eso, la Iglesia honra la memoria de los difuntos y ofrece sufragios en su favor, en particular el sacrificio eucarístico (cf. DS 856), para que, una vez purificados, puedan llegar a la visión beatífica de Dios. Porque no todos acceden directamente al cielo y por tanto, tenemos que rezar por ellos para que se purifiquen y lo alcancen, más que presuponer que están ya en él.

Entonces, ¿quiénes van al infierno?

Otra cuestión son los que mueren en pecado mortal por propia y libre elección, es decir, separados de Dios, sin arrepentimiento de sus faltas y sin acogida de Su misericordia. Aquellos que se autoexcluyen de la vida y de la comunión eternas con Dios y eligen otro "estado", al que llamamos infierno

Es a lo que Jesús se refiere con la gehenna el fuego que nunca se apaga. Es la muerte eterna del cuerpo y del alma. Pero no se trata de un castigo de Dios sino de una llamada a la conversión, de una invitación a que el hombre use su libertad conforme a su destino eterno. Dios no puede castigar, es el hombre quien decide libremente creer en la misericordia divina o negar a Dios. Y eso trae consecuencias.

Por tanto, la vida es el tiempo que Dios nos concede para aceptarle y darle nuestro "sí" libremente. La muerte es el paso a nuestro propio juicio particular, en el que tomaremos plena conciencia de las huellas y los efectos temporales del pecado en nuestra vida.

Y aunque Cristo nos ha perdonado todos nuestros pecados, nada impuro puede estar al lado de la santidad Dios.Por eso, seremos nosotros mismos los que entendamos que no podemos estar junto a  Dios sin estar purificados plenamente, es decir, sin ser santos, sin ser perfectos "como nuestro Padre celestial es perfecto" (cf. Mt 5,48).

Por ello, el purgatorio, el cielo y el infierno no son "lugares" sino "estados". El primero, transitorio. El segundo y el tercero, definitivos.

¿Qué significa la resurrección de los muertos y el juicio final?

La Sagrada Escritura afirma que la resurrección de todos los muertos, “de los justos y de los pecadores” (Hch 24, 15), precederá al Juicio finalEsta será “la hora en que todos los que estén en los sepulcros oirán su voz [...] y los que hayan hecho el bien resucitarán para la vida, y los que hayan hecho el mal, para la condenación” (Jn 5, 28-29). 

Entonces, Cristo vendrá “en su gloria acompañado de todos sus ángeles [...] Serán congregadas delante de él todas las naciones, y él separará a los unos de los otros, como el pastor separa las ovejas de las cabras. Pondrá las ovejas a su derecha, y las cabras a su izquierda [...] E irán éstos a un castigo eterno, y los justos a una vida eterna” (Mt 25, 31. 32).

El Juicio final sucederá cuando vuelva Cristo glorioso, la “bienaventurada esperanza” (Tt 2, 13) de la vuelta del Señor que “vendrá para ser glorificado en sus santos y admirado en todos los que hayan creído” (2 Ts 1, 10). 

Sólo el Padre conoce el día y la hora en que tendrá lugar su advenimiento. Entonces, pronunciará por medio de su Hijo Jesucristo, su palabra definitiva sobre toda la historia y conoceremos el sentido último de toda la obra de la creación y de toda la economía de la salvación, y comprenderemos los caminos admirables por los que su Providencia habrá conducido todas las cosas a su fin último.

¿Qué significan los nuevos cielos y la nueva tierra?

La Sagrada Escritura llama “cielos nuevos y tierra nueva” a la promesa de la renovación misteriosa al final de los tiempos que transformará la humanidad y el mundo (2 P 3, 13; cf. Ap 21, 1). Esta será la realización definitiva del designio de Dios de “hacer que todo tenga a Cristo por Cabeza, lo que está en los cielos y lo que está en la tierra" (Ef 1, 10).

Para el hombre, esta consumación será la realización final de la unidad del género humano, querida por Dios desde la creación y de la que la Iglesia peregrina era “como el sacramento" (LG1). Los que estén unidos a Cristo formarán la comunidad de los rescatados, la Ciudad Santa de Dios, la Jerusalén celeste. Ya no será herida por el pecado, las manchas, el amor propio, que destruyen o hieren la comunidad terrena de los hombres. La visión beatífica de Dios será la fuente inmensa de felicidad, de paz y de comunión mutua.

Ignoramos el momento de la consumación de la tierra y de la humanidad, y no sabemos cómo se transformará el universo. Ciertamente, la figura de este mundo, deformada por el pecado, pasa, pero se nos enseña que Dios ha preparado una nueva morada y una nueva tierra en la que habita la justicia y cuya bienaventuranza llenará y superará todos los deseos de paz que se levantan en los corazones de los hombres” (GS 39).

lunes, 6 de enero de 2025

LAS SIETE IGLESIAS: SARDES (5)

 

SARDES (1517-1798 d.C.)
Una iglesia complacida que se anuncia así misma (Ap 3,1-6)

Las cuatro primeras iglesias representan el auge histórico del cristianismo que alcanza su máximo esplendor en la alta Edad Media.

A partir de la siguiente iglesia, Sardes, comienza la decadencia de la Iglesia. Las fuerzas diabólicas recibirán el poder de hacer la guerra a los santos y vencerlos, preparando el camino al Anticristo.

Interpretación historicista

Representa la época del Renacimiento, del Racionalismo, del Humanismo, del laicismo, de la purificación/reforma de la Iglesia (Contrarreforma), período que abarca desde la Reforma Protestante hasta la Revolución Francesa.

v. 1 Significado teológico

Sardes significa "aquello que permanece". Sardes manifiesta una aparente belleza (renacimiento) pero ha dejado de mirar a Dios para contemplarse a sí misma. Se complace a sí misma, se celebra así misma. Está ensimismada.

A pesar de la numerosa comunidad judía de Sardes, esta iglesia no tiene enemigos, ni hay falsos maestros ni "Jezabeles" ni tampoco "nicolaítas".

Sin embargo, se encuentra en una situación grave: ¡No hay nada! Es una Iglesia muerta, sin vida espiritual. “La fe si no tiene obras, está muerta por dentro” (Stg 2,17). Sus miembros son "zombis espirituales". No es una Iglesia verdadera. Es una Iglesia de “apariencias”. Es una “apostasía silenciosa”.

v. 1 Títulos del Señor

El que tiene los siete espíritus de Dios: plenitud del Espíritu Santo, los siete dones del Espíritu.

v. 1 Alabanzas (0)

Es la carta más dura junto a la de Laodicea. No tiene alabanzas. Ya se alaba ella misma.

v. 1-2 Amonestaciones (2)

  • Tienes nombre como de quien vive, pero estás muerto: vive de “apariencias”, de “tradiciones y costumbres”. "Tendrán la apariencia de piedad, pero habrán renegado de su fuerza” (2 Tm 3,5); “La fe, si no tiene obras, está muerta” (Stg 2,17)

  • no he encontrado tus obras perfectas delante de mi Dios: no hay gracia en sus actos, todas sus obras carecen de trascendencia. Son sólo “cumplimiento”, la sal se vuelve sosa. “Vosotros sois la sal de la tierra. Pero si la sal se vuelve sosa ¿con qué se salará?” (Mt 5,13-16)

No es reprendida por motivos doctrinales, ni por idolatría, ni por falsos profetas, ni por obras condenatorias, sino porque pretende recibir la gracia de ella misma, no de Dios.

Es una Iglesia llena de carismas que acomoda la fe a su imagen, no a la de Cristo. Es más una ONG que una Iglesia (por eso está bien vista a ojos del mundo): no hace malas obras, pero las hace como cualquier otra institución humana: no lleva almas al Señor, no tiene sentido divino sino humano.

La atención se desplaza del mensaje a la institución, de la luz al candelabro, de Dios al hombre: es el “anti testimonio cristiano” (otra vez el 666).

Cuidado: cuando apartamos la mirada de Dios y nos miramos a nosotros mismos, desaparece la gracia y entra el pecado (el primero, el orgullo, por el que entran todos los demás). Es lo que le ocurrió a Satanás: “Se contempló por un instante y cayó”.

v. 3 Advertencias (3)

  • Sé vigilante y reanima lo que te queda, reteniendo lo que hay bueno en ti: Orar, formarse y vivir la fe con coherencia y autenticidad: vigilancia, oración y sacramentos.
  • Recuerda lo que has aprendido: sólo la escucha de la Palabra puede revivir una fe muerta, sólo Cristo puede resucitarnos, convertirnos.
  • Si no vigilas, vendré como ladrón y no sabrás a qué hora vendré sobre ti: al perder la gracia, no hay discernimiento para reconocer a Cristo cuando venga y le confundiremos con un extraño, con un ladrón (Mc 13,33-37; Mt 24,42-44). Ladrón: ¿Concilio de Trento? ¿Revolución Francesa?
Sardes ha dejado de lado la Palabra de Dios, la explica sin amor y sin entusiasmo, ya no toca su corazón. No vive la Eucaristía, “va” a la iglesia a “escuchar” misa pero no le dice nada, no participa. 

La predicación del Evangelio que hace es vana y fútil, es una predicación de sí mismaEs el signo más manifiesto de la muerte espiritual: tan sólo “cumple”. Es una Iglesia de “cumplimiento”, es decir, “cumple” y “miente”.

La Contrarreforma es la respuesta de la Iglesia a las exhortaciones del Señor y su punto culminante: El Concilio de Trento (1545-1563).

Sin embargo, Sardes es sorprendida por el ladrón que viene por la noche: la Revolución Francesa que remata a Cristiandad, ya herida de muerte con la Reforma Protestante. Y también por el nacimiento de la masonería en el s. XIX, que preparará la llegada del Anticristo.

v. 4 Promesas (2)

  • caminarán conmigo: siguen a Cristo, vestidos de blanco: resurrección y dignidad sacerdotal, santidad
  • confesaré su nombre delante de mi Padre y sus ángeles: serán reconocidos por su nombre, es decir, recuperarán la semejanza de Dios, perdida en el Edén.

v. 4 Vencedor

El vencedor no es el que se sabe la Palabra de memoria ni el gran teólogo sino:
    - el que la guarda en su corazón, la vive y se alimenta de Ella
    - el que acomoda su vida a la Palabra y no la Palabra a su vida.

Tienes en Sardes unas cuantas personas que no han manchado sus vestiduras: el “resto fiel” que mantiene viva a la Iglesia con el perfume del amor, que guarda la Palabra en su corazón humilde y no permite que sea sofocada por el mundo:

Lleva siempre vestidos blancos, y no falte el perfume en tu cabeza” (Qo 9,8)

Dejaré en ti un resto, un pueblo humilde y pobre que buscará refugio en el nombre del Señor. El resto de Israel no hará más el mal, no mentirá ni habrá engaño en su boca” (Sof 3, 12-13)

El Señor nuestro Dios nos ha otorgado la gracia de dejarnos un resto y de concedernos un lugar en el templo santo. El Señor ha iluminado nuestros ojos y nos ha dado un respiro en medio de nuestra esclavitud” (Esd 9,8) 

El resto de fieles son la cantidad de santos que suscita el Espíritu Santo en esta etapa de la Iglesia: Santo Tomás Moro, San Vicente Ferrer, Santa Teresa de Jesús, San Ignacio de Loyola, San Felipe Neri y San Francisco Javier.

Son estos grandes santos, quienes hasta entonces, han impedido la llegada del Anticristo. Su premio es la canonización, su inscripción en el “libro de la vida”. Las canonizaciones se hacen muy  habituales y continuas en esta era de la Iglesia.

v. 5 Exhortación

Cristo nos invita a:
    - reavivar la fe
    - despertar del letargo
    - vivir la fe y el amor con la Palabra
    - contrarrestar la “gran apostasía” de este mundo