¿QUIÉN ES JESÚS?

La vida de Jesús siempre ha suscitado preguntas a lo largo de los últimos dos mil años.

¿Cómo pudo un carpintero que fue ejecutado por los romanos convertirse en el hombre más famoso de la historia?
¿Fue Jesús alguien verdaderamente real?
¿Cómo puede Dios ser un hombre al mismo tiempo?
¿De qué manera podría esto tener algún sentido para mi vida?

Estas son algunas pero queremos que nos cuentes las tuyas.

martes, 7 de febrero de 2017

¿QUÉ SIGNIFICA MADURAR ESPIRITUALMENTE?

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Como cristianos, estamos llamados a crecer, a madurar. Comenzamos nuestro camino espiritual como niños en la fe pero necesitamos crecer y desarrollarnos como adultos. 

La Palabra de Dios, en el Nuevo Testamento, insiste en que todos debemos hacer esta transición de la leche a la carne, de la mesa de los niños al banquete de los adultos. Y sin embargo, aunque somos conscientes de que debemos pasar por este proceso de maduración, muchos de nosotros somos propensos a medir la madurez equivocadamente. 

Cuando Pablo escribe a Timoteo, le habla de la naturaleza y el propósito de la Palabra de Dios diciéndole: "Toda la Escritura divinamente inspirada es útil para enseñar, para reprender, para corregir, para educar en la justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, dispuesto a hacer siempre el bien."(2 Timoteo 3, 16-17). 

Pablo insinúa que Timoteo (y por extensión, todos nosotros) está incompleto, inacabado e inmaduro, y que necesita la Escritura para alcanzar la madurez espiritual. 

La Biblia es el medio que Dios usa para completarnos, para terminarnos, para llevarnos a la madurez.

¿Qué significa ser un cristiano maduro? 

Tendemos a pensar que los cristianos maduros son los que conocen muchos hechos acerca de la Biblia, o los que se saben de memoria la teología y la liturgia, la historia de los Santos, etc.

Pero fijémonos en lo que Pablo dice: "a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, dispuesto a hacer siempre el bien". Pablo no dice: "Para que el hombre de Dios sea perfecto, debe conocer todos los libros de la Biblia", o "memorizar y explicar cada una de las epístolas de Pablo". Ese no es el énfasis de Pablo, puesto que conocer la Biblia puede ser un signo de madurez, pero también puede ser una máscara que cubra la inmadurez.

Resultado de imagen de buenas obrasCuando Pablo habla acerca de la perfección y la madurez, señala acciones, hechos, "buenas obras". La Palabra de Dios crea y, por sí sola, tiene el poder de hacernos madurar, y cuando la leemos, la entendemos y la aplicamos en nuestra vida, de forma natural, crecemos en la fe.

Esa madurez se muestra en las buenas obras que hacemos más que en el conocimiento que proclamamos. Y esto es exactamente lo que Dios quiere para nosotros, que seamos maduros y hacedores de bien a los demás, deleitándonos en ello. Este énfasis en las buenas acciones es un tema significativo en el Nuevo Testamento (ver Efesios 2,10, Tito 2,14) y es la misma razón por la que Dios vino a la humanidad.

Esto significa que la madurez espiritual se muestra mejor en los actos que en las palabras. Significa que sólo con conocimiento no basta: podemos conocer la teología, la liturgia, el catecismo, la vida de los Santos y de la Iglesia entera, y seguir siendo desesperadamente inmaduros. 

Resultado de imagen de madurez espiritual cristianaPermaneceremos inmaduros si el conocimiento acumulado no nos motiva a hacer el bien a los demás. Los cristianos maduros son los que glorifican a Dios haciendo el bien para y a los demás, exteriorizando su conocimiento en buenas obras.

Por supuesto, que cuanto más conocimiento teológico y bíblico adquirimos, más nos enseña, reprueba, corrige y entrena, y de esa manera damos forma a nuestros actos. Por eso, un mayor conocimiento de Dios debe conducirnos a un mayor y mejor servicio a los demás.

El conocimiento de Dios y de su Propósito es bueno. Pero el conocimiento de Dios y de su Propósito que nos mueve a hacer lo que beneficia a otros, y a hacerlo con amor, es lo que glorifica a Dios.

lunes, 6 de febrero de 2017

¿POR QUÉ ESTAMOS LLAMADOS A PERTENECER A UNA PARROQUIA CONCRETA?

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En ocasiones, me sorprende hasta qué punto llegamos con nuestros deseos, hasta qué punto elevamos nuestras exigencias o hasta qué punto nos sentimos ofendidos cuando alguien o algo no está a la altura de nuestras expectativas. 

Sin embargo, se vuelve realmente preocupante cuando ese nivel de exigencia influye en nuestra actitud hacia nuestra propia parroquia. En algún momento, la mayoría de nosotros, que crecimos en una cultura cristianizada, examinamos con lupa nuestra parroquia y vemos que alguna otra parroquia tiene mejor espiritualidad, o mejor música, o un ambiente más actual, o mejor acogida, o un sacerdote que nos aporta más. O lo que sea. 

Nuestra iglesia se ha convertido repentinamente en algo que ya no nos atrae, que no es guay, porque estamos convencidos de que merecemos algo más ... ¡merecemos algo mejor!

Así que... nos vamos. Salimos "por patas".

Pero me gustaría argumentar algunas razones que Dios nos muestra por las que debemos permanecer en una parroquia que no cumple nuestras expectativas o que, simplemente, no es lo suficientemente "guay" para nosotros:

Nos muestra la naturaleza de la Iglesia

La iglesia no es un lugar, no es una institución, no es un edificio, no es un sacerdote. La iglesia es el pueblo de Dios, unido a pesar de sus diferencias de raza, credo, estatus, ideas o educación, por medio de la gracia y la fe en Jesucristo. 

Nos convertimos en consumidores exigentes cuando vemos a la iglesia como una institución, puesta en el mundo para satisfacer nuestras necesidades espirituales, en lugar de verla como comunidad cristiana, como un espacio donde servir al prójimo.

Cuando decidimos quedarnos, estamos reconociendo que realmente permanecemos en ella para crear Iglesia, para servirla, a ella y a los demás, en definitiva, para cumplir con la voluntad de Dios, en lugar de pensar que la Iglesia está para satisfacer nuestras necesidades y para servirnos a nosotros.

Es entonces, cuando adoptamos una posición activa, es decir,  de "dar", en lugar de una posición pasiva, es decir, de "recibir".

Nos muestra la naturaleza de la humildad

¿Qué significa ser humilde? Significa que miremos de verdad por los intereses de otros antes que por los nuestros. Cuando abandonamos una parroquia porque no es lo suficientemente "guay", estamos actuando egoístamente. Estamos actuando en nuestro propio interés, sin importarnos la gente que se queda allí. 

Es más, estamos despreciando los dones que Dios nos ha dado para ponerlos al servicio de esa parroquia y que pueda desarrollarse de una manera sana. 

Desde mi punto de vista, tenemos que estar dispuestos a renunciar a nuestras propias preferencias, a nuestra propia vida por el bien de algo más grande que nosotros mismos. Y lo conseguimos por el simple hecho de permanecer.

Nos  muestra la naturaleza de la unidad

La unidad no es uniformidad. Nada más lejos de la realidad. De hecho, si miramos con los ojos de Dios y nos dejamos guiar por la acción de su Espíritu, encontraremos que el cumplimiento de los propósitos de Dios en el universo, involucra a una gran cantidad de personas diferentes que hablan diferentes idiomas, con diferentes colores de piel, con diferentes ideas y diferentes opiniones, pero todos reunidos alrededor del rostro de Cristo. La Iglesia NO es un lugar donde todos somos iguales ni donde todos somos perfectos. No lo es en el cielo y por lo tanto, tampoco en la tierra.

La verdadera unidad no viene de algo tan simple como estar de acuerdo en todo, sino a través de reflejar el rostro de Jesús, de seguir su ejemplo hasta la muerte. Viene cuando elegimos morir a nuestras propias preferencias por el bien de la unidad total en el cuerpo de Cristo. Viene cuando damos la vida por los demás.


Nos muestra la naturaleza de la luz

Ayer, el arzobispo y cardenal, D. Carlos Osoro, hablo de ello en mi parroquia. Estamos llamados a ser la sal que da sabor al mundo y la luz que ilumina las tinieblas. 

Resultado de imagen de LUZ DEL MUNDOEs un auténtico privilegio que Dios nos concede, para iluminar a otros que nos necesitan, para dar el sabor auténtico a Cristo,  de la misma manera, que otros son luz y sal para nosotros.

A veces, nos cuesta entenderlo, es complicado comprenderlo y llevarlo a la práctica, porque nuestra mente humana está encaminada al mal. 

Por eso, todo debemos orarlo, para que el Espíritu Santo nos ilumine, pues por nuestras propias fuerzas no podemos.

Antes de renunciar y buscar otra parroquia que cumpla tus expectativas, piensa en ello. Piensa en quedarte. Piensa en ello por el bien de tu propia alma y de la del prójimo, para que podamos crecer en Cristo a través del simple acto de permanecer firmes justo donde estamos, incluso si ello significa que no es nuestra parroquia ideal. 

Ninguna parroquia es perfecta, ni sus sacerdotes tampoco. Ni ninguno de los que pertenecemos a ella.



domingo, 22 de enero de 2017

EL LÍDER CRISTIANO DICTADOR


"Hermanos, vosotros habéis sido llamados a ser hombres libres; 
pero procurad que la libertad no sea un pretexto 
para dar rienda suelta a las pasiones, 
antes bien, servíos unos a otros por amor."
(Gálatas 5, 13)

Como cristianos, todos estamos llamados a servir a otros aún cuando dependemos completamente de Dios y todo lo que hacemos es para gloria suya. 

Sin embargo, con demasiada frecuencia, algunos líderes laicos cristianos (e incluso algunos sacerdotes), equivocadamente, usan mal la libertad que Dios les regala y pasan de ser servidores a convertirse en dictadores. Dictadores por la gracia de Dios.

¿Cómo identificarlos? Aquí hay algunos signos característicos de un mal líder cristiano:

1. Invita al debate de cualquier cuestión al resto del equipo, pero él ya tiene formada su opinión y no la cambia jamás. El debate es ficticio, ya que sus decisiones están tomadas de antemano.

2. Tiene el concepto de que "todos son prescindibles". Nunca se sabe si le preocupa el hecho de que las personas abandonen. De hecho, por lo general suele hiper-espiritualizar las razones por las que otros se van.

3. Rara vez, o nunca, está equivocado. El dictador, de alguna manera, se auto-convence de que nadie puede hacer las cosas tan bien como ély desde luego, mejor tampoco. Él "sabe" todo y el resto tiene que aprender de su sabiduría.

4. Las personas comprometidas permanecen junto a él sólo un cierto tiempo. El dictador se rodea de buenos asesores pero no es capaz de mantenerlos porque prefiere adeptos (yo los llamo: "palmeros") a colaboradores.

5. Rara vez permite que otros puedan dar su opinión. su posición de líder se convierte en su plataforma, desde la que impone sus decisiones y ​​rara vez renuncia a esa posición. No está dispuesto a compartir la posibilidad de que quizás haya gente tan dotada o más que él para determinados asuntos.

6. Trata a los demás como "sujetos". Es decir, la gente es un medio para un fin: herramientas para ayudarle a construir su "tinglado", en lugar de considerarlos hermanos y hermanas en Cristo.

7. Exige lealtad incuestionable. Incluso la más leve señal de desacuerdo la considera rebelión, y lo envuelve en una falsa espiritualidad aludiendo rebelión contra Dios, cuando en realidad es sólo disconformidad con él.

8. A menudo, los que lo conocen mejor, cuestionan su espiritualidad, su fe. Eso no debe ser una sorpresa para nosotros. Un dictador depende de sí mismo, no de Dios.

9. No se le pasa por la cabeza la sucesión de su liderazgo. Incluso habiendo dejado de ser líder, pretende seguir dirigiendo. Un dictador no renuncia fácilmente a su posición.

10. Su orgullo y su vanidad se convierten en la razón de ser de su liderazgo. Y el orgullo es la puerta de entrada al resto de los pecados. Un líder cristiano dictador no puede estar nunca cerca de Dios, pues su orgullo le impide realizar el plan de amor que Dios le ha encomendado.

MEDITANDO CON LOS PROVERBIOS



"...para aprender sabiduría y doctrina, 
disciplina y sensatez, 
justicia y rectitud, 
sagacidad y reflexión...
para entender dichos, palabras sabias y enigmas"
Proverbios 1, 1-6


Proverbios (hebreo מִשְׁלֵי, Mishlei), que significa literalmente "representar", "ser como", es un libro bíblico del Antiguo Testamento y del Tanaj hebreo, que se clasifica entre los Libros Sapienciales del cristianismo, y entre los Ketuvim o "Escritos" del judaísmo. 

Los Proverbios son atribuidos al Rey Salomón (más de 3.000), origen de la sabiduría, así como David es el origen del culto y Moisés, el origen de la legislaciónSalomón, el hombre más sabio de la Antigüedad (1 Reyes 1, 29-33), no sólo escribe un libro de palabras, frases y dichos inteligentes, sino un compendio de enseñanzas teológicas que instruyen al hombre a ser como los sabios y a vivir en consecuencia.

Las enseñanzas del libro llevan al hombre a la felicidad y van desde lo individual a lo social de la vida humana. Se dirige al hombre joven, al maduro, a la mujer, al padre, al príncipe, etc. 

Los temas no son propiamente religiosos sino, más bien, cotidianos y humanos, ya sea en su dimensión individual o colectiva: 
  • la educación (13,24)
  • la familia (12,4; 19,14; 21,9; 31,10–31)
  • el adulterio (6,24; 23,27)
  • la relación entre padres e hijos (10,1; 28,24; 30,17)
  • la relación entre el rey y sus súbditos (14,35; 22,29; 25,6; 16,12)
  • la honradez en los negocios (11,1; 20,10 y 23). 
  • la moral (12,17; 15,21)
  • la urbanidad y la conducta social (23,1–3; 25,17; 27,1). 
Es el libro sapiencial más antiguo y pueden distinguirse cuatro partes:

Capítulos 1-9 

Elogio a la sabiduría

Resultado de imagen de SABIDURIA DE DIOSLa Sabiduría proviene de Dios, creador del universo, y sabio es aquel que habla en Su nombre. Por tanto, el sabio (y nosotros, estamos llamados a serlo) comparte algunos de los atributos divinos.

La Sabiduría de Dios expresada en el libro de Proverbios no es "Ley" (debes o no debes) ni "Profecía" (así dice el Señor), es "Visión" del pueblo de Dios, adquirida generación tras generación, centrada en los ámbitos de la vida no regulados por ordenanzas del culto ni por mandamientos expresos del Señor. 

El concepto de Sabiduría expresado en los Libros Sapienciales es un principio esencialmente práctico, fundamentado en la observación, la experiencia y el sentido común, y orientado hacia los múltiples aspectos de la actividad humana. Es la virtud de aplicar inteligencia al conocimiento (1, 6). El conocimiento es la acumulación de hechos en bruto, pero la sabiduría es la habilidad de ver toda la creación como Dios la ve

El temor del Señor es el principio de la sabiduría (1,7 y 9,10) y nos lleva a Cristo, encarnación de la sabiduría de Dios: “en quien están escondidos todos los tesoros de la sabiduría y del conocimiento” (Colosenses 2,3). Si unimos Temor de Dios y Sabiduría, las ventajas son innumerables: virtud, integridad, generosidad, plenitud y paz, y nos protegen de la locura, de la maldad, nos aleja del egoísmo y del orgullo, nos aparta de la ruina y de la vergüenza. 

Capítulos 10-29

Normas prácticas de comportamiento

Los Proverbios son algo más que buenos consejos. Son una invitación de Dios para  que seamos sabios. Con Sabiduría y  con Temor de Dios seremos capaces de llevar a la plenitud nuestro matrimonio, nuestra familia, nuestra amistad, nuestro trabajo, etc. En definitiva, toda nuestra vida. 

Rechazar a Dios es elegir la necedad en lugar de la sabiduría, y significa que nos separamos de Dios y de sus bendiciones. 

Podemos meditar los Proverbios como:
  • Pro-babilidades"El que camina con integridad camina seguro, pero el que mal anda mal acaba" (10, 9), "Los sabios atesoran la ciencia, pero la boca del insensato es un peligro inminente" (10,14),"En el día de la ira las riquezas de nada sirven, pero la justicia libra de la muerte".
  • Pro-mesas: "Porque por mí tus días se multiplican, y los años de tu vida se aumentan. (9,11); "Ninguna adversidad vendrá sobre el justo"(12,21). 
  • Pro-cesos: "El temor del Señor alarga la vida" (10,27), "Hay caminos que parecen rectos, pero, en fin de cuentas, conducen a la muerte" (16,25).""Enseña al niño el buen camino, y aun cuando sea viejo no se apartará de él" (22,6).

Capítulo 30

Sabiduría de Dios

Proverbios nos muestra la pequeñez de nuestra sabiduría humana frente a la sabiduría de Dios:  "¿Quién subió a los cielos y después bajó? ¿Quién ha encerrado el viento en sus puños? ¿Quién ató las aguas en su manto? ¿Quién estableció todos los límites de la tierra?

La Sabiduría de Dios nos protege: "Toda palabra de Dios es acrisolada; él es un escudo para los que en él se refugian. "

La sabiduría de Dios no necesita de la humana: "No añadas nada a sus palabras para que no te reprenda y te tenga por falsario."


Capítulo 31

La mujer virtuosa

En el último capítulo, versículos 10 al 31, Dios nos pinta el cuadro de la mujer virtuosa: "Una mujer perfecta, ¿quién la encontrará? Vale mucho más que las perlas." Una preciosa oda a la mujer que echa por tierra las falsas insinuaciones de que Dios es machista. 

Y yo me pregunto: ¿Acaso no está hablando también de la Esposa de Cristo, la Iglesia?
















martes, 17 de enero de 2017

DIOS HA MUERTO Y NOSOTROS LE HEMOS MATADO

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"Dios ha muerto. Dios sigue muerto. Y nosotros le hemos matado.
¿Como podríamos reconfortarnos, los asesinos de todos los asesinos?
El más santo y el más poderoso que el mundo ha poseído
se ha desangrado bajo nuestros cuchillos:
¿quién limpiará esta sangre de nosotros?
¿Que agua nos limpiará?
¿Qué rito expiatorio, qué juegos sagrados deberíamos inventar?
¿No es la grandeza de este hecho demasiado grande para nosotros?
¿Debemos aparecer dignos de ella?"
(Nietzsche, La gaya ciencia, sección 125)

"Dios ha muerto" es la frase con la que Nietzsche auguró la crisis de la moralidad de los siglos XX y XXI, y la imposibilidad de conservar cualquier sistema de valores, en ausencia de un orden divino. 

La muerte de Dios se refiere no sólo al rechazo de la creencia en Dios, sino también al rechazo de los valores absolutos y universales

De esta manera, la pérdida de una base absoluta de moralidad conducirá, primero, al nihilismo (la vida carece de significado objetivo, propósito, o valor intrínseco) y más tarde al relativismo (los puntos de vista no tienen verdad ni validez universal, sino que sólo poseen una validez subjetiva y relativa). ¿Nos suena familiar?

¿Por qué se amotinan las naciones y los pueblos hacen proyectos vanos?
Se levantan los reyes de la tierra, 
los príncipes conspiran contra el Señor y su mesías:
"¡Rompamos sus cadenas, sacudamos su yugo!".
(Salmo 2, 1-3)

En los tres primeros versículos del Salmo 2, el rey David habla de las naciones que se levantan contra Dios, que conspiran contra Dios, que ven Su voluntad como "cadenas y yugo" que los esclaviza, que ven Su Palabra anticuada. El rey David incluso menciona que estos líderes de todas las naciones hacen proyectos (leyes) vanos, en oposición directa a los caminos de Dios. ¿Nos suena familiar?

A pesar de que muchos de estos líderes actuales vienen de herencias cristianas y viven en países tradicionalmente cristianos, afirman que Dios es irrelevante en el mundo de hoy. 

En 1966, la revista americana Time mostraba en su portada: "¿Dios está muerto?"Los lectores criticaron duramente a la revista por insinuar la muerte de Dios en una nación con fuertes raíces cristianas. 
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Sin embargo, el incremento de la hostilidad hacia Dios y hacia los cristianos que se han producido en los últimos años, donde la cultura popular ha pasado de objetar a Dios, para odiarle profundamente, deja en insignificante aquella portada. 

Nunca ha habido en la historia un cambio de mentalidad cultural tan rápido como el que se ha producido en los últimos 5 ó 10 años.

Fuego cruzado en el mundo

Como resultado de este cambio tan notable, los cristianos estamos atrapados en un fuego cruzado.

Lo que no hace mucho solía ser la excepción, cristianos calumniados por creer en Dios y vivir su fe, hoy es la norma. Lo que solía ser la excepción, personas maldiciendo y profanando el nombre de Dios y de su Iglesia, hoy es la regla.

En todo el mundo, en Europa Europa y en nuestro país el cristianismo está siendo atacado. De una forma evidente o solapada. La situación es claramente opositora debido a leyes aprobadas con el objetivo de asegurar unos supuestos derechos humanos (libertad de género, de culto, de condición, de unión, de aborto, de eutanasia, etc.) que de hecho, estigmatizan a los cristianos.
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Fuego amigo en la Iglesia

Estamos experimentando un cambio dramático en las sociedades de todo el mundo. La temperatura está aumentando, al igual que los polos de la fe se están derritiendo a marchas forzadas y se recrudecen las zonas de desierto. La temperatura del odio sube unos cuantos grados cada año contra los cristianos en particular.

Como cristianos, sería absurdo esperar la simpatía del mundo secular. Jesús nos dijo: "Seréis odiados por todas las naciones por causa de mi nombre" (Mateo 24, 9). Sin embargo, el fuego ha llegado hasta la misma Iglesia. 
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Es triste comprobar que tenemos una débil fe cristiana. La Iglesia no está trabajando bien, ha perdido su identidad y los seminarios están vacíos. Las parroquias son lo único que se mantiene de pie. Necesitamos una verdadera vida cristiana para luchar contra nuestra sociedad que ha matado a Dios.

De hecho, muchas naciones "post-cristianas" tienen un largo camino por recorrer antes de que su nivel de persecución cristiana pueda compararse a lugares como Corea del Norte, Somalia, Irak o Siria. Aunque rezamos para que el nivel nunca aumente, el riesgo permanece latente.

Los casos de persecución contra los cristianos son recordatorios de que nuestro mundo está cambiando rápidamente más allá de sus raíces cristianas. Y en la última década, la aceleración de la actividad decididamente anticristiana es sorprendente.

Un mundo sin Dios es un infierno

Si los cristianos no nos despertamos para ver lo que está sucediendo, terminaremos acelerando nuestra propia persecución. Un mundo sin Dios es un infierno. El infierno es, en definitiva, eso: no tener a Dios.  Ese no es el deseo de Dios para aquellos que lo seguimos. Él nos ha dado Su Espíritu para llegar a ser santos y alcanzar el cielo. El Espíritu Santo, que vive dentro de nosotros nos puede ayudar a luchar en estos tiempos contra la decadencia moral y religiosa. 

Sin embargo, el empeño de esta sociedad relativista es en vano. Movidos por el Diablo, desean unirse a los judíos del primer siglo y volver a matar a Dios. Una cosa es evidente: ellos mismos creen en la Resurrección de Cristo pues para volver a matarlo tiene que haber resucitado. 

Lo cierto es que Él ha triunfado sobre la muerte y ahora ¡vive! "¿Por qué buscan al vivo entre los muertos? No está aquí, ha resucitado" (Lucas 24,5 ).

La resurrección de Cristo es lo que marca la diferencia para nosotros, los cristianos. "Él no es Dios de muertos, sino de vivos" (Marcos 12,27). "Así también ustedes, considérense como muertos al pecado y vivos para Dios en Cristo Jesús" (Romanos 6,11). 

Por tanto, vivamos Su resurrección como la mayor señal de que Dios está vivo en nuestro mundo, de que nosotros somos sus testigos y su fiel reflejo. Así, daremos la mejor respuesta a este mundo corrompido por el deseo del Enemigo de vivir sin Dios.

lunes, 16 de enero de 2017

PROMISCUIDAD ESPIRITUAL: BUSCANDO A DIOS DESESPERADAMENTE

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"Pues vendrá el tiempo en que los hombres 
no soportarán la sana doctrina, 
sino que, llevados de sus caprichos, 
buscarán maestros que les halaguen el oído;
se apartarán de la verdad 
y harán caso de los cuentos."
2 Timoteo 4, 3-4

Todos somos susceptibles de caer en la tentación y por ello le pedimos a Dios en el Padre Nuestro que no nos deje caer en ella. Pero Satanás actúa de forma sibilina y nos presenta sus productos falsificados como si fueran artículos genuinos. 

Muchos cristianos sucumben a la insana tentación de "buscar desesperadamente a Dios" por todas partes, cayendo en la oscuridad de lo que podríamos llamar promiscuidad espiritual

Según el diccionario, promiscuidad significa un comportamiento confundido, desordenado y cambiante que sólo busca la propia satisfacción o placer. Es una conducta egoísta e infiel. Por tanto, no puede venir de Dios ni tampoco ser de su agrado.

El Diablo sigue actuando de la misma forma y usando las mismas tácticas desde que fue arrojado a la tierra, de la misma manera que hizo con Adán y Eva. Muchas veces, ni siquiera nos damos cuenta de que son mentiras porque las envuelve de una espiritualidad tan creíble, que parecen la "Verdad". 

En efecto, se disfraza de luz para extraviar nuestra mente hacia la promiscuidad. Para que nunca pare, para que cambia constantemente, para que ni espera ni persevere, para que se impaciente y se precipite, para que busque resultados inmediatos y placenteros, para que se aburra y se canse, hasta dispersarla y apartarla del camino. Y así, nuestra mente no es capaz de estabilizarse ni de obtener el jugo de la madurez espiritual de manera paciente y reposada dentro de una comunidad.

Actúa de la misma forma que una abeja, manteniéndose en el aire cerca de la flor, agitando sus alas con movimientos rápidos y continuados 
pero nunca posándose. Y una vez ha libado su dulce néctar, se marcha a otra flor. 

Por desgracia, algunos cristianos ansiosos y golosos, tienden a perderse en la búsqueda de su propio desarrollo personal y auto-formación espiritual, yendo de aquí para allá, probando muchos carismas, tomando lo complementario por esencial.

Tratan de convencerse de que pueden vivir la fe de forma individual, de que pueden ir "por libre", sin pertenecer a ninguna comunidad y que cada cual puede y debe buscar una fe a su medida, algunos sin Dios mismo, otros buscándole desesperadamente, saltando de flor en flor, cual "abejas cristianas".

Pero la fe no es ir saltando de parroquia en parroquia, de método en método, de movimiento en movimiento, de carisma en carisma, de sacerdote en sacerdote o de congregación en congregación. No es ir de tienda en tienda buscando el vestido ideal.

La fe es una relación de amor con Dios y con el prójimo. Requiere un trabajo interior y produce una consecuencia exterior. Dios actúa dentro de nosotros para que nosotros actuemos fuera, en el mundo. Y por tanto, sólo puede vivirse y desarrollarse en comunidad. Debemos "pertenecer", no sólo "creer".

Cuando tratamos de vivir nuestra fe buscando a Dios en distintos sitios, no hacemos sino un intento desesperado de descubrir fuera lo que tenemos dentro. La falta de responsabilidad, de compromiso y de relación cuando no tenemos una identidad comunitaria nos empuja y nos aleja de Dios. 
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Algunos cristianos esgrimen el tópico de que "Dios está en todas partes" y lo utilizan como coartada para seguir buscando "una fe a su medida". Es cierto que Dios es omnipresente, que está presente en todas las cosas y en todas partes, pero eso no significa que se revele en todas ellas. Aquí está el punto clave.


Algunas personas utilizan esta verdad de la omnipresencia para escabullir su responsabilidad de encontrar a Dios en la Iglesia que Él estableció y no formar parte de ella. 

Otros, buscan equivocadamente a Dios en otros lugares, de acuerdo a sus instintos humanos o gustos personales. No tanto por que no esté sino porque esgrimen esta excusa para "trocear a Dios" y así poder sentirse mejor y más cómodos, enarbolando la bandera de una cierta madurez espiritual que les lleva a buscarle por muchos lugares.

Ignorar que Dios tiene un plan y un orden para todo es el error más grande que los cristianos podemos cometer. Nuestras propias ideas y creencias humanas jamás sustituirán las verdades que Dios ya estableció en su Iglesia. 

Por mucho que busquemos, incluso con sinceridad, esfuerzo y sacrificio, si no seguimos la voluntad de Dios de pertenecer a una comunidad parroquial, de nada sirve lo que hagamos. 

Si no fundamentamos nuestros actos o búsquedas en lo que Dios (y por tanto, la Iglesia) nos dice,  ni siquiera nuestra propia opinión cuenta, por muy maduros que creamos ser.

domingo, 15 de enero de 2017

PENDENCIEROS DE PARROQUIA

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Pendenciero es una persona que evidencia una propensión a las peleas y los enfrentamientos. Alguien que no está abierto al diálogo y al intercambio de opiniones. Significa literalmente "un boxeador verbal".

Un cristiano no puede ser una persona que reaccione con violencia física o verbal. No debe resolver los conflictos peleando ni debe ser propenso a la ira, “pues la ira del hombre no obra la justicia de Dios.” (Santiago 1,20). La ira nace de nuestros corazones egoístas, pecaminosos y orgullosos (Proverbios 12,16). 

Los cristianos debemos ser pacificadores (Proverbios 15,1, 18) porque lo importante no es tener la razón, sino expresarla con palabras suaves, con una respuesta amable. Cuando se tiene la razón no hay por qué gritar, no hay por qué ofender, no hay por qué alzar la voz, no hay por qué usar reproches o palabras altisonantes.

Al pendenciero, todo le enfada, todo le molesta, se enoja rápida y exageradamente por cosas insignificantes (Proverbios 29,11), salta a la mínima y se cree en posesión de la verdad siempre. 

Pero el pueblo de Dios debe reaccionar a las situaciones con calma y con delicadeza (2 Timoteo 2,24-25). 

El apóstol Pablo nos dice que un cristiano debe ser irreprochable, marido de una sola mujer, sobrio, prudente, de conducta decorosa, hospitalario, apto para enseñar, no dado a la bebida, no pendenciero, sino amable, no contencioso, no avaricioso (1 Timoteo 3,2-3).

En lugar de ser agresivo o iracundo, debe ser amable, considerado, cordial, tolerante y clemente, que perdona fácilmente los fracasos y errores. No debe ser exigente, quisquilloso o susceptible (Pro. 19,11, 12,16).

Sin embargo, los pendencieros son muy comunes en muchas parroquias. Nadie les puede decir nada, nadie los puede confrontar, nadie los puede tocar porque se ofenden rápidamente, causan estragos y crean disensión. 

Existen diez características que nos pueden ayudar a reconocer a un pendenciero antes de que haga demasiado daño:

1. No se reconoce a sí mismo como pendenciero. Por el contrario, se ve a sí mismo como héroe necesario, enviado para salvar a la iglesia.

2. Se molesta por casi todo y trata de convencer a las personas para que sean sus aliados en su causa. Por lo general, ansía tener un "enemigo" en la parroquia, porque no es feliz si no está luchando, si no acomete una batalla.

3. Tiene una agenda personal egoísta. Determina lo que "su" iglesia debe ser y asimilar. Cualquier persona, servicio o método que es contrario a cómo percibe su iglesia ideal, es blanco de sus ataques.

4. Trata de formar alianzas de poder con los miembros débiles de la iglesia.  Los miembros de la parroquia más débiles sucumben a sus fuerte personalidad. Suele maniobrar para conseguir una posición de liderazgo dentro de la parroquia.

Resultado de imagen de propensos a las peleas5. Posee personalidad intensa y emocional. Utiliza la intensidad de su personalidad para salirse con la suya.

6. Impone "lo que debe hacer o decir la gente." Recoge fragmentos de información y da forma a sus propias conclusiones. 

7. Encuentra sus mayores oportunidades en las parroquias con muchas expectativas y actividades. Trata de obtener sus propias necesidades y preferencias. 

8. Intimida a los miembros de la iglesia, hasta el punto de que la gente prefiere tenerlo como amigo en lugar de como enemigo. Casi nadie se atreve a enfrentarse a él. Reprueba a obispos, a sacerdotes y a cualquier miembro de la parroquia que no "comulgue" con sus ideas. 

9. Un pendenciero siempre tiene una siguiente misiónCrea caos y causa estragos. Puede tomarse un breve descanso en su labor de intimidación pero siempre mantiene un comportamiento manipulador.

10. A menudo se mueve a otras parroquias después de haber hecho su daño. Ya sea porque se ve obligado o simplemente porque se aburre, se traslada a otras iglesias con la misma misión de la intimidación. 







jueves, 12 de enero de 2017

POR FAVOR, NO ME DES UNA RESPUESTA CRISTIANA



"Jesús se echó a llorar."
Juan 11,35 

Soy cristiano, quiero a Jesús y a Dios pero me disgustan las respuestas cristianas encorsetadas. No me gustan los que intentan darme la solución para todo con unas cuantas palabras agradables, o envueltos en una falsa espiritualidad. Sobre todo, en los momentos de angustia y de dolor.

Porque no hay nada bonito ni agradable en algunas cosas que suceden en nuestro mundo roto. Y en una muerte de un ser querido, menos.

Le pido perdón a Dios, si le ofendo pensando que un cristiano no puede arreglar todo con unas buenas palabras. Creo que Dios no necesita personas (como yo, con perspectiva, entendimiento y profundidad limitadas) para tratar de dar sentido a cosas que no tienen sentido.

¿Hay un lugar para Dios en todo esto? Por supuesto. El venció a la muerte y Resucitó. Pero debemos dejar que Dios nos dirija. A su tiempo. A su manera. Con su amor.

Y cuando suceden cosas terribles debemos decir: "Es terrible". Cuando las cosas no tienen sentido, debemos decir: "Esto no tiene sentido". Porque hay una gran diferencia entre un palabra equivocada en el momento equivocado y una palabra correcta en el momento adecuado.

Cuando mi abuela murió, lloré desconsoladamente. Estuve con ella unas horas antes, hablando. La escuché decir lo mucho que me había querido toda su vida. Y horas después ya no estaba. Me dolió profundamente. Lloré amargamente. No entendía el por qué de su muerte. Al menos, no de momento. Estaba furioso. Necesitaba tiempo para poder curar mi dolor, mi enfado y mi pérdida.


Pero lo que más me enfureció fue durante el velatorio, cuando la gente intentaba aliviarme diciendo cosas como: "Dios se la ha llevado al cielo" o "está en un sitio mejor". Eso no hizo más que retorcerme en el dolor de mi corazón, que estaba completamente roto.

Entiendo por qué me decían esas cosas... querían decirme algo bonito. Querían consolarme y por eso me lo decían. Y yo quería sentirme consolado, pero no lo estaba.

Todo era contradictorio. Quería estar llorando desconsoladamente por mi abuela un minuto y pensando que estaría en el cielo, al siguiente. Quería dar gracias a Dios y a la vez, enfadarme con Él. No había nada de razonable en todo eso.

Pero lo que sé ahora y que me hubiera gustado saber entonces, es que incluso Jesús sintió emociones profundamente humanas como el dolor y la angustia. 

En Juan 11, 32-35, se nos describe cómo Jesús recibe la noticia de que su querido amigo Lázaro ha muerto:

"Cuando María llegó al lugar donde Jesús estaba y lo vio, se cayó a sus pies y dijo: 'Señor, si tuvieras Mi hermano [Lázaro] no habría muerto. "Cuando Jesús la vio llorando, y los judíos que habían venido con ella también llorando, se sintió profundamente conmovido de espíritu y turbado. -¿Dónde lo has puesto? -preguntó. 'Vengan y vean, Señor', contestaron. Jesús se echó a llorar."

Sí, Jesús lloró y lloró por su querido amigo en ese momento devastador y desgarrador. Y Él es Dios. El hecho de que Él pueda identificarse con mi dolor es muy reconfortante para mí.

Hay un momento para recibir una respuesta cristiana de amigos bien intencionados. Desde luego. Pero también hay un momento para llorar con un amigo herido desde lo más profundo de tu alma. Y por eso, le pido a Dios que me (nos) ayude a conocer la diferencia.

Querido Padre y Señor mío, gracias por estar allí, en mis momentos más oscuros. Sé que eres real y que tú eres el único que puede traer consuelo a situaciones aparentemente imposibles. Por favor ayúdame a encontrarte en los momentos más aciagos. Amén.

 "Alegraos con los que se alegran; Llorar con los que lloran. Vivid en armonía unos con otros".Romanos 12, 15-16

"Una persona encuentra alegría en dar una respuesta adecuada - ¡y cuán buena es la palabra oportuna!" Proverbios 15,23 

Piensa en alguien que esté pasando por una situación realmente difícil. ¿Cómo puedes consolarlo? 

Consolar implica acompañar, ser útil, llorar con él y en definitiva, asegurarse de que sus necesidades físicas y emocionales se cumplan en este difícil momento. Permite que Dios te guíe mientras intentas consolar de la forma correcta a tu amigo.